Luna dedicada a la poetisa Alfonsina Storni, que acabó con su vida ahogándose en el mar. Es de noche y se anuncia tormenta. Una mujer de 46 años que está hospedada en una pensión de Mar de Plata sufre de dolores terribles. La morfina ya no ayuda más. Debilitada por el dolor, llama a la asistenta del lugar y dicta una carta para su hijo Alejandro, de 26 años: “... Suéñame, que me hace falta. Te escribo tan sólo para que veas que te quiero”. Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame. Ponme una lámpara a la cabecera, una constelación, la que te guste: todas son buenas; bájala un poquito Ya en la madrugada del 25 de octubre de 1938, la mujer sale de su habitación. La tormenta ha comenzado. Quizás ya había escogido el lugar en días anteriores. Quizás nada más caminó y lo encontró. Los suicidas siempre tienen secretos que se llevan consigo. Lo cierto es que llegó hasta un espigón y desde allí se arrojó al mar. Ah, un encargo: si él llama nuevamente por teléfono le dices que no insista, que he salido... Ya está sangrando, sí, la cara mía, Pero no de rubor, Que me vuelvo a los hombres y repito: ¡He dado el corazón! Quisiera esta tarde divina de octubre pasear por la orilla lejana del mar; que la arena de oro, y las aguas verdes, y los cielos puros me vieran pasar Perder la mirada, distraídamente, perderla y que nunca la vuelva a encontrar: y, figura erguida, entre cielo y playa, sentirme el olvido perenne del mar
María Inés Alfonsina y el mar
Por la blanda arena que lame el mar Cinco sirenitas te llevarán
Su pequeña huella no vuelve mas, Por caminos de algas y de coral Un sendero solo de pena y silencio llegó Y fosforescentes caballos marinos Hasta el agua profunda, harán Un sendero solo de penas mudas llegó Una ronda a tu lado Hasta la espuma. Y los habitantes del agua van a jugar Pronto a tu lado. Sabe dios que angustia te acompañó Que dolores viejos callo tu voz Bájame la lámpara un poco mas Para recostarte arrullada en el canto Déjame que duerma nodriza en paz De las caracolas marinas Y si llama el no le digas que estoy La canción que canta en el fondo oscuro del mar Dile que alfonsina no vuelve ... La caracola. Y si llama el no le digas nunca que estoy, Te vas alfonsina con tu soledad Di que me he ido ... Que poemas nuevos fuiste a buscar ...? Una voz antigua de viento y de sal Te vas alfonsina con tu soledad Te requiebra el alma y la esta llevando Que poemas nuevos fuiste a buscar ...? Y te vas hacia allá como en sueños, Una voz antigua de viento y de sal Dormida, alfonsina, vestida de mar ... Te requiebra el alma y la esta llevando Y te vas hacia allá como en sueños, Dormida, alfonsina, vestida de mar ...
El violín valsante de Huis. Armadel: Fantochada para violín, orquesta de cuerdas, coro escondido, percusión, declamado, sonidos pregrabados, narración colateral y final parateatreal