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Síntesis del libro: El enigma de Fermat-Simon Singh

El teorema de Fermat tiene sus orígenes en las matemáticas de la antigua Grecia, dos mil
años antes de que Pierre de Fermat planteara el problema en la forma en que se conoce
hoy en día (xn + yn = zn), con n un entero mayor que 2. Por lo tanto, conecta los
fundamentos matemáticos creados por Pitágoras en su teorema(x2 + y2 = z2) con las ideas
más sofisticadas de las matemáticas modernas. Fermat era un matemático aficionado que
mandaba a otros matemáticos acertijos para que los solucionaran, gran parte de su
tiempo se dedicaba a servicios judiciales, fue el padre de la moderna teoría de números, y
desde aquel tiempo las matemáticas han evolucionado.
En 1984, en un simposio en Oberwolfach-Alemania, se habían reunido para discutir varios
importantes avances en el estudio de las ecuaciones elípticas y, naturalmente, algunos de
los conferenciantes informarían ocasionalmente sobre algún pequeño progreso que
hubieran realizado para probar la conjetura de Taniyama–Shimura. Uno de los
conferenciantes, Gerhard Frey, un matemático de Saarbruck, no podía ofrecer ninguna
idea nueva sobre cómo atacar la conjetura, pero hizo la sorprendente afirmación de que,
si alguien conseguía demostrarla, podría probar de manera inmediata el último teorema
de Fermat.
Luego Ken Ribet sería otro matemático importante en la evolución de la búsqueda de
solución al teorema de fermat, Ribet con la ayuda de un colega añadió la estructura
gamma– cero de (M) a su estudio y logro un avance crucial al probar el nexo entre
Taniyama–Shimura y el último teorema de Fermat, ya que había demostrado que la
conjetura de Taniyama–Shimura implica el último teorema de Fermat. Ahora el último
teorema de Fermat estaba unido a la conjetura de Taniyama–Shimura. Si alguien podía
demostrar que todas las ecuaciones elípticas son modulares, eso implicaría que la
ecuación de Fermat no tiene soluciones y, de forma inmediata, demostraría el último
teorema de Fermat.
Hasta que un niño a sus 10 años llamado Andrew Wiles en una biblioteca se tropezó con
un libro que contenía el teorema de Fermat, estaba fascinado con este, pero que para su
desconcierto al avanzar en las paginas por ningún lado aparecía la demostración, lo cual
desde ese momento fue su sueño y reto personal algún día lograr demostrar dicho
enigma. Wiles en los años ochenta había emigrado a Estados Unidos y aceptado una
cátedra en la Universidad de Princeton. Además en sus estudios de doctorado su tutor de
tesis Coates introdujo a Wiles en el estudio de las ecuaciones elípticas y le había
proporcionado las herramientas que más tarde le iban a permitir modelar su sueño.
En un encuentro de matemáticos de elite mundial en el Newton Institute de Cambridge, su
ciudad natal, Andrew Wiles reveló por primera vez su demostración en aquel verano de
1993, aquello representaba el final de siete años de duro trabajo dedicado al problema,
con un grado de concentración y determinación difícil de imaginar. Varias de las técnicas
que usó aún no habían sido creadas cuando empezó su labor. Agrupó el trabajo de
muchos y buenos matemáticos antes mencionados, uniendo ideas y creando conceptos
que otros habían temido desarrollar. El auditorio estallo en euforia cuando termino su
intervención, luego en las posteriores revisiones de expertos Nick Katz encontró un error,
que Wiles tras 14 meses de estudio logro arreglar y en 1994 se dio fin al teorema que por
más de 300 años intrigo a muchos matemáticos, finalmente se había resuelto el enigma
de Fermat.

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