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Historia de la educación.

Comprende las teorías, métodos, sistemas de


administración y situación de las escuelas desde la antigüedad hasta el presente en
todo el mundo. El concepto 'educación' denota los métodos por los que una sociedad
mantiene sus conocimientos, cultura y valores y afecta a los aspectos físicos,
mentales, emocionales, morales y sociales de la persona.NNNN

Los primeros sistemas de educación


Los sistemas de educación más antiguos conocidos tenían dos características
comunes; enseñaban Religión y mantenían las tradiciones del pueblo. En el
antiguo Egipto, las escuelas del templo enseñaban no sólo religión, sino también los
principios de la Escritura, Ciencias, Matemáticas y Arquitectura. De forma semejante,
en la India la mayor parte de la educación estaba en manos de sacerdotes. La India
fue la fuente del Budismo, doctrina que se enseñaba en sus instituciones a los
escolares chinos, y que se extendió por los países del Lejano Oriente. La educación
en la antigua China se centraba en la Filosofía, la Poesía y la religión, de acuerdo con
las enseñanzas de Confucio, Lao-tséy otros filósofos. El sistema chino de un examen
civil, iniciado en ese país hace más de 2.000 años, se ha mantenido hasta nuestros
días, pues, en teoría, permite la selección de los mejores estudiantes para puestos
importantes en el gobierno.

Los métodos de entrenamiento físico que predominaron en Persia y fueron muy


ensalzados por varios escritores griegos, llegaron a convertirse en el modelo de los
sistemas de educación de la antigua Grecia, que valoraban tanto la Gimnasia como
las matemáticas y la Música. La Biblia y el Talmud son las fuentes básicas de la
educación entre los judíos antiguos. Así, el Talmud animaba a los padres judíos a
enseñar a sus hijos conocimientos profesionales específicos, Natación y una lengua
extranjera. En la actualidad, la religión sienta aún las bases educativas en la casa,
la Sinagoga y la escuela. La Torá sigue siendo la base de la educación judía.

Tradiciones básicas del mundo occidental


Los sistemas de educación en los países occidentales se basaban en la tradición
religiosa de los Judíos y del Cristianismo. Una segunda tradición derivaba de la
educación de la antigua Grecia, donde Sócrates, Platón, Aristóteles e Isócrates fueron
los pensadores que influyeron en su concepción educativa.

El objetivo griego era preparar a los jóvenes intelectualmente para asumir posiciones
de liderazgo en las tareas del Estado y la sociedad. En siglos posteriores, los
conceptos griegos sirvieron para el desarrollo de las artes, la enseñanza de todas las
ramas de la Filosofía, el cultivo de la Estética ideal y la promoción del entrenamiento
gimnástico. En el Periodo helenístico, las influencias griegas en la educación se
transmitieron en primer lugar por medio de los escritos de pensadores como Plutarco,
para quien el protagonismo de los padres en la educación de sus hijos era el más
esencial punto de referencia.
La educación romana, después de un periodo inicial en el que se siguieron las viejas
tradiciones religiosas y culturales, se decantó por el uso de profesores griegos para la
juventud, tanto en Roma como en Atenas. Los romanos consideraban la enseñanza
de la Retórica y la Oratoria como aspectos fundamentales. Según el educador
del Siglo I Quintiliano, el adecuado entrenamiento del orador debía desarrollarse
desde el estudio de la lengua, la Literatura, la filosofía y las Ciencias, con particular
atención al desarrollo del carácter. La educación romana transmitió al mundo
occidental el estudio de la Lengua latina, la Literatura clásica, la Ingeniería,
el Derecho, la Administración y la organización del gobierno.

Muchas escuelas monásticas así como municipales y catedralicias se fundaron


durante los primeros siglos de influencia cristiana. La base de conocimientos se
centraba en las Siete artes liberales que se dividían en el Trivium(formado
por Gramática, retórica y Lógica) y
el Quadrivium (Aritmética Geometría, Astronomía y Música). San Isidoro de
Sevilla aportó materiales básicos con su Etimologías para el trivium y el quadrivium y
su posterior polémica curricular.

Desde el Siglo V al Siglo VII estos compendios fueron preparados en forma de Libros
de texto para los escolares por autores como el escritor latino del norte
de África Martiniano Capella, el historiador romano Casiodoro y el eclesiástico español
san Isidoro de Sevilla. Por lo general, tales trabajos expandían el conocimiento
existente más que introducir nuevos conocimientos.

En el Occidente europeo, durante el Siglo IX ocurrieron dos hechos importantes en el


ámbito educativo, uno en el continente, en la época de Carlomagno, y otro
en Inglaterra, bajo el rey Alfredo. Carlomagno, reconociendo el valor de la educación,
trajo de York (Inglaterra) al clérigo y educador Alcuino para desarrollar una escuela en
el palacio de Aquisgrán. El rey Alfredo promovió instituciones educativas en Inglaterra
que eran controladas por monasterios. Irlanda tuvo centros de aprendizaje desde los
que muchos monjes fueron enviados a enseñar a países del continente.

Entre el Siglo VIII y el Siglo XI la presencia de los Musulmanes en la península Ibérica


(al-Andalus) hizo de Córdoba, la capital del Califato omeya, un destacado centro para
el estudio de la filosofía, la Cultura clásica de Grecia y Roma, las ciencias y las
matemáticas. También Babilonia había tenido academias judías durante muchos
siglos. Persia y Arabia desde el Siglo VI al Siglo IX tuvieron instituciones de
investigación y para el estudio de las ciencias y el Lenguaje; otros centros de Cultura
musulmana se establecieron en la Universidad de Al-Qarawiyin, en Fez(Marruecos)
en el 859 y la Universidad al-Azhar, en El Cairo (970).

Durante la edad media las ideas del Escolasticismo se impusieron en el ámbito


educativo de Europa occidental. El escolasticismo utilizaba la lógica para reconciliar
la Teología cristiana con los Conceptos filosóficos de Aristóteles. Un profesor
relevante del escolasticismo fue el eclesiástico Anselmo de Canterbury, quien,
como Platón, defendía que sólo las ideas eran reales. Otro clérigo, Roscelino de
Compiègne, en la línea de Aristóteles, enseñaba el Nominalismo, doctrina según la
cual las ideas universales son flatus vocis y sólo las cosas concretas son reales. Otros
grandes maestros escolásticos fueron el teólogo francés Pedro Abelardo, discípulo de
Roscelino, y el filósofo y teólogo italiano Tomás de Aquino. El reconocimiento de estos
profesores atrajo a muchos estudiantes y tuvo una enorme incidencia en el
establecimiento de las universidades en el norte de Europa desde el Siglo XII

A lo largo de este periodo los principales lugares para aprender eran los monasterios,
que mantenían en sus bibliotecas muchos Manuscritos de la Cultura clásica anterior.
Por este tiempo se abrieron varias universidades en Italia, España y otros países, con
estudiantes que viajaban libremente de una institución a otra. Las universidades del
norte, como las de París, Oxford, y Cambridge, eran administradas por los profesores;
mientras que las del sur, como la de Bolonia (Italia) o Palencia y Alcalá en España, lo
eran por los estudiantes.

La educación medieval también desarrolló la forma de aprendizaje a través del trabajo


o servicio propio. Sin embargo, la educación era un privilegio de las clases superiores
y la mayor parte de los miembros de las clases bajas no tenían acceso a la misma.

En el desarrollo de la Educación Superior durante la edad media los musulmanes y


los judíos desempeñaron un papel crucial, pues no sólo promovieron la educación
dentro de sus propias comunidades, sino que actuaron también como intermediarios
del pensamiento y la ciencia de la antigua Grecia a los estudiosos europeos. Los
centros de Toledo y Córdoba en España atrajeron a estudiantes de todo el mundo
civilizado en la época.

Humanismo y Renacimiento
El Renacimiento fue un periodo en el que el estudio de las Matemáticas y los clásicos
llegó a extenderse, como consecuencia del interés por la Cultura clásica griega y
romana que aumentó con el descubrimiento de manuscritos guardados en los
monasterios. Muchos profesores de la lengua y Literatura griega emigraron
desde Constantinopla a Italia, caso del estudioso de la cultura griega Manuel
Chrysoloras en 1397. Entre los interesados en sacar a la luz los Manuscritos clásicos
destacaron los humanistas italianos Francisco Petrarca y Poggio Bracciolini.

El espíritu de la educación durante el renacimiento está muy bien ejemplificado en las


escuelas establecidas por los educadores italianos Vittorino da Feltre y Guarino
Veronese en Mantua (1425); en sus escuelas introdujeron temas como las ciencias,
la Historia, la Geografía, la música y la formación física. El éxito de estas iniciativas
influyó en el trabajo de otros educadores y sirvió como modelo para los educadores
durante más de 400 años.

Entre otras personalidades del renacimiento que contribuyeron a la teoría educativa


sobresalió el humanista alemán Erasmo de Rotterdam, el educador alemán Johannes
Sturm, el ensayista francés Michel de Montaigne y el humanista y filósofo español Luis
Vives.

Durante este periodo se dio una gran importancia a la cultura clásica griega y romana
enseñada en las escuelas de Gramática latina, que, originadas en la Edad media,
llegaron a ser el modelo de la Enseñanza secundaria en Europa hasta el inicio
del Siglo XX. De esta época datan las primeras universidades americanas fundadas
en Santo Domingo(1538), en México y en Lima (1551).
La influencia del Protestantismo
Las iglesias protestantes surgidas de la Reforma promovida por Martín Lutero en el
inicio del Siglo XVI establecieron escuelas en las que se enseñaba a leer, escribir,
nociones básicas de aritmética, el Catecismo en un grado elemental, y cultura
clásica, Hebreo, matemáticas y ciencias, en lo que podríamos denominar enseñanza
secundaria.

En Suiza, otra rama del Protestantismo fue creada por el teólogo y reformador
francés Juan Calvino, cuya academia en Ginebra, establecida en 1559, fue un
importante centro educativo. La moderna práctica del control de la educación por
parte del gobierno fue diseñada por Lutero, Calvino y otros líderes religiosos y
educadores de la Reforma.

Desarrollo de la ciencia en el siglo XVII


El siglo XVII fue un periodo de rápido progreso de muchas ciencias y de creación de
instituciones que apoyaban el desarrollo del conocimiento científico. La creación de
estas y otras organizaciones facilitó el intercambio de ideas y de información
científica y cultural entre los estudiosos de los diferentes países de Europa. Nuevos
temas científicos se incorporaron en los estudios de las universidades y de las
escuelas secundarias. El Hospital de Cristo de Londres fue probablemente la primera
escuela de secundaria en enseñar ciencia con cierto grado de competencia.

En el inicio del siglo XVIII la Escuela de Moscú de Navegación y Matemáticas sirvió


como modelo para el establecimiento de la primera escuela secundaria en Rusia. La
importancia de la ciencia se manifestó en los escritos del filósofo inglés del siglo
XVI Francis Bacon, quien fundamentó los procesos del aprendizaje en el método
inductivoque anima a los estudiantes a observar y examinar de forma empírica objetos
y situaciones antes de llegar a conclusiones acerca de lo observado.

Durante el siglo XVII, muchos educadores ejercieron una amplia influencia. El


educador alemán Wolfgang Ratke inició el uso de nuevos métodos para enseñar más
rápidamente la lengua vernácula, las lenguas clásicas y el hebreo.

René Descartes, el filósofo francés, subrayó el papel de la lógica como el principio


fundamental del pensamiento racional, postulado que se ha mantenido hasta la
actualidad como base de la educación en Francia.

El poeta inglés John Milton propuso un programa enciclopédico de educación


secundaria, apoyando el aprendizaje de la cultura clásica como medio para potenciar
la moralidad y completar la educación intelectual de las personas. El filósofo
inglés John Locke recomendaba un currículo y un método de educación (que
contemplaba la educación física) basado en el examen empírico de los hechos
demostrables antes de llegar a conclusiones.

En algunos pensamientos referidos a la educación (1693), Locke defendía un abanico


de reformas, y ponía énfasis en el análisis y estudio de las cosas en lugar de los
libros, defendiendo los viajes y apoyando las experiencias empíricas como medio de
aprendizaje. Así, animaba a estudiar un árbol más que un libro de árboles o ir a
Francia en lugar de leer un libro sobre Francia. La doctrina de la disciplina mental, es
decir, la habilidad para desarrollar las facultades del pensamiento ejercitándolas en el
uso de la lógica y de la refutación de falacias, propuesta a menudo atribuida a Locke,
tuvo una muy fuerte influencia en los educadores de los siglos XVII y XVIII. El
educador francés san Juan Bautista de la Salle, fundador del Instituto de los
Hermanos de las Escuelas Cristianas en 1684, estableció un seminario para
profesores en 1685 y fue pionero en su educación sistemática.

Tal vez, el más destacado educador del siglo XVII fuera Jan Komensky, obispo
protestante de Moravia, más conocido por el nombre latino de Comenio. Su labor en
el campo de la educación motivó que recibiera invitaciones para enseñar por toda
Europa. Escribió un libro ilustrado, muy leído, para la enseñanza del latín, titulado El
mundo invisible (1658). En su Didáctica magna (1628-1632) subrayó el valor de
estimular el interés del alumno en los procesos educativos y enseñar con múltiples
referencias a las cosas concretas más que a sus descripciones verbales. Su objetivo
educativo podía resumirse en una frase de la página inicial de Didáctica
magna enseñar a través de todas las cosas a todos los hombres, postura que se
conoce como pansofía. Los esfuerzos de Comenio por el desarrollo de la educación
universal le valieron el título de 'maestro de naciones'.

El Siglo XXI
El gran reto en el mundo de la enseñanza de hoy, es contar con nuevos
planteamientos y con profesores competentes para los mismos. Se está poniendo en
evidencia una situación de crisis en los modelos que sustentan tanto la formación
como la proyección profesional de los formadores. Las variaciones de conocimiento
científico y de las estructuras sociales y culturales se están produciendo a un ritmo tan
acelerado, que no están dando tiempo a la búsqueda y asentamiento de nuevos
modelos y concepciones del entramado educativo.

Este ritmo acelerado hace poco viables los planteamientos analíticos y prospectivos,
por tanto lo que se necesita actualmente son modelos dinámicos, susceptibles de
servir en un sistema en constante movimiento, contemplando los cambios, siempre,
de una manera total. Nos enfrentamos a un nuevo marco teleológico que exige
nuevos modelos pedagógicos. Uno de los grandes retos para la educación del siglo
XXI, son las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), las
cuales representan nuevos modos de expresión, y por tanto, nuevos modelos de
participación y recreación cultural sobre la base de un nuevo concepto
de alfabetización. La clave está en establecer su sentido y aportación en el Proceso
Enseñanza Aprendizaje.
Educación inicial

La concepción de la infancia ha cambiado considerablemente a lo largo de la historia, siendo la


terminología que utilizamos para nombrarla un reflejo de aquello. En esta temática, las palabras
utilizadas ya sea “niños”, “niños y niñas”; “menores”, “infancia” o “niñez”-, aluden a
conceptualizaciones que nos remiten a marcos legales, históricos y psicológicos determinados. De
este modo, según Ariés (1987), los cambios históricos en la manera de entender la infancia tienen
que ver con: los modos de organización socioeconómica de las sociedades, las formas o pautas de
crianza, los intereses sociopolíticos, el desarrollo de las teorías pedagógicas, el reconocimiento de
los derechos de la infancia en las sociedades occidentales y con el desarrollo de políticas sociales al
respecto.

Si nos remitimos a la Antigüedad, nos damos cuenta de la diversidad de concepciones que se han
tenido de la niñez a través de los siglos; desde una infancia que permanecía en las sombras de una
violencia inacabable, pasando por el abandono y la irresponsabilidad de los padres hacia la crianza
de sus hijos, hasta el incipiente desarrollo de la ternura en función de la infancia que comienza a
vislumbrarse en el Siglo XVII.

Sí bien en Europa, la concepción del niño sufrió drásticas modificaciones al paso de los siglos, en el
México Prehispánico la percepción del menor se mantuvo constante hasta la época de la Conquista.
Para las culturas antiguas el niño era un miembro central de la familia, prevalecía la creencia de que
los niños eran seres formados en el más alto de los trece cielos de la dualidad creadora y de allí, venían
a ocupar un lugar en el vientre de la madre. Como consecuencia de esta ideología, el proceso de
concepción hasta el nacimiento, marcaba acciones específicas de la sociedad orientadas a
preservar el bienestar del pequeño por venir. La mujer embarazada era cuidada por sus congéneres
y al momento del nacimiento, atendida por una partera que expresaba la bienvenida al mundo a
ese niño. Para las culturas antiguas, los pequeños eran “joyas inestimables”, a quienes era
indispensable cuidar del desamparo y el abandono. Sin duda, estas sociedades, se preocupaban
profundamente por la salud, el bienestar y la buena crianza de los niños (Gallegos, 2006).

Entre los años 1492 a 1522, con la llegada y conquista por los españoles del territorio
mexicano lo cual devino en cruentos enfrentamientos, escala social a ser negados y
marginados de la sociedad como resultado de la muerte de sus padres. Ante el incremento
de huérfanos persistió una respuesta social y de caridad a los desvalidos, por lo que se
propagó la fundación de hospitales, casas cuna y asilos.1 Dicha atención se legisló el 5 de
enero de 1794, a través del decreto de Don Carlos, Rey de Castilla, donde se establecía que
“las amas mantengan a los expósitos hasta la edad de 6 años y, cumplidos éstos, si antes
no se ha hallado personas convenientes que con buenas condiciones los adopten y
prohíjen, serán llevados al hospicio o casa de misericordia…” (Villanueva, 1998; 792).

Abordar el estudio de los niños y de su crianza en este periodo no es tarea fácil a pesar de que
ellos estaban en todas partes: en los talleres de los artesanos aprendiendo un oficio, haciendo
mandados, en huertas, en la cocina al lado de su madre o compartiendo la habitación donde sus
padres comían y dormían. Los niños eran agrupados bajo el nombre de párvulos, a los reci

La Dirección de Educación Inicial y sus aportaciones a la primera infancia


Las diferentes formas de pensar al niño guardan estrecha relación con un contexto histórico
determinado y la concepción resultante permea profundamente la manera en cómo ha sido tratado
y atendido. El recorrido histórico por las diferentes concepciones, desde la Antigüedad hasta el
Siglo XXI y en específico, la concepción del niño en México a lo largo de nuestra historia, ha sido
ejemplo de ello.

Hoy en día, los avances en el campo científico, demandan el reconocimiento del niño como un ser
con necesidades fisiológicas, neurológicas, biológicas y psicológicas, articuladas entre sí para la
estructuración de un sujeto con particularidades en su manera de ser, de aprender, de relacionarse
con la realidad, las personas, el espacio, los objetos… en fin, una persona particular en este mundo
(López, 2001)El poder conceptualizar al pequeño como un ser con capacidades desde el momento
de su nacimiento que determinarán un individuo único e irrepetible, insta al agente educativo del
Siglo XXI, a reconocer a la primera infancia como una etapa decisiva para la futura adquisición de
conocimientos, habilidades y actitudes; es así que deviene primordial una intervención educativa
que atienda a la diversidad con el propósito fundamental de desarrollar armónicamente sus
capacidades sociales, cognitivas y emocionales.

Con el mejor interés del pequeño en mente, la Dirección de Educación Inicial, desde su creación y a
lo largo de las diferentes denominaciones por las que ha transitado, se ha preocupado por favorecer
a la niñez desde la asistencia a sus necesidades hasta la atención educativa acorde a sus
capacidades; dando así respuesta a las diferentes demandas políticas, sociales y educativas,
específicas de los distintos momentos históricos por los que ha atravesado nuestro País. Para ello,
la Dirección de Educación Inicial se avocado a la elaboración de diferentes normas, manuales y
programas curriculares de apoyo u orientación a la educación, que respondan a la necesidad de
favorecer y potenciar la intervención pedagógica sostenida con los niños.

A continuación se presenta un breve bosquejo de las diferentes intentos de atención asistencial y


educativa que han marcado la historia de la Educación Inicial.

4.1. Elaboración de normas, programas y manuales pedagógicos

En el Siglo XX, el servicio ofrecido era prioritariamente asistencial, y el personal contratado en su


mayoría no contaba con la especialización suficiente para la atención de los pequeños. Salvo en
algunos casos, en los cuales se contaba con técnicos profesionales en puericultura con un perfil
específico para la atención de la infancia a través de la estimulación temprana de sus capacidades
de desarrollo; la mayoría del personal eran “niñeras”. La falta de interés en invertir en personal
especializado para la atención de los niños, derivaba de que la prioridad gubernamental consistía
en la creación de espacios para que las madres pudieran dejar a sus hijos y de esta manera, su
productividad no se viera mermada.
https://es.slideshare.net/ariasparada/1-antecedentes-histricos-de-la-educ-inicial

https://es.scribd.com/doc/40090816/Historia-de-la-Educacion-Inicial

https://www.lacrisisdelahistoria.com/periodizacion-historia/
La periodización de la historia
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La periodización de la historia trata de dividir la historia en distintos periodos que posean unos
rasgos comunes entre sí, lo suficientemente importantes para hacerlos cualitativamente distintos
a otros periodos. En historia nos da lugar a amplios periodos temporales que también son
llamadas edades. En definitiva, se tiene una división con los periodos de la historia.
Cristóbal Celarius
En la actualidad hay un consenso sobre los distintos periodos de la Historia de la Civilización
Occidental, que tiene su origen en los términos acuñados por Cristóbal Celarius (1638-1707),
historiador alemán y profesor de retórica e histórica en la Universidad de Halle. Esta
periodización fue escrita en su obra Historia Antigua, editado en 1685. Bien es cierto que
conceptos como la Edad Media no surgieron del propio Cristóbal Celarius. El mismo término de
Edad Media surgió durante el surgimiento del Renacimiento. La Edad Media sería un «periodo
de oscuridad» entre el mundo clásico romano y el renacimiento de la cultura clásica en la
península italiana en el siglo XV.
La periodización de Celarius tiene en cuenta como hechos más relevantes el mundo clásico
grecorromano y el renacimiento. Por tanto, Celarius acuñó los nombres de Edades Antigua,
Media y Moderna. Según él, la Historia Antigua llegaba hasta el emperador romano Constantino
(324), y la Historia Moderna empezaba con la caída de Constantinopla en 1453 y persistía en la
propia época de Celarius. El periodo entre las dos fechas fue llamado Edad Media.
Posteriormente, Johann Christoph Gatterer, también historiador alemán, adopta esa división
tripartita en su obra. Pero él realiza una serie de modificaciones, situando el final de la Edad
Antigua en el año 476 (año de la caída de Roma) y el inicio de la Edad Moderna en 1492
(descubrimiento de América) o 1517 (el inicio de la reforma luterana).A partir de entonces, esta
división de la Historia en tres periodos se generalizó, gracias también a que era un modelo que
sustituía a la tradicional concepción de la Historia definida por la Iglesia Católica.

División de un fenómeno en unidades temporales o períodos, que permite su análisis estático diná
mico.

Críticas respecto la periodización de la historia


Evidentemente, esta periodización de la historia no está exenta de críticas.

En primer lugar, la primera crítica se centra en una cuestión cronológica. Aunque la división
temporal de la historia facilita su estudio, crea la sensación de que el devenir histórico se ha
desarrollado con líneas de ruptura. A pesar de que ciertas fechas tuvieron su significado y se
puede hablar de una fecha relevante en la historia, durante esas fechas no se produjeron grandes
rupturas dentro de la sociedad que les hiciera ver a ellos mismos que entraban en una nueva época
histórica. Añadido a esto, existen historiadores que proponen fechas diferentes, como pudiera ser
la invención de la imprenta (1450) o incluso el nacimiento del Islam.
En segundo lugar, es demasiado eurocéntrica al tener como eje central la civilización europea
y occidental. Así, deja de lado a otros lugares del mundo como el Extremo Oriente o América.
En algunas regiones no se puede hablar de paso de Edad Antigua a Edad Media, o de pasos a
Edad Moderna. Este eurocentrismo genera grandes controversias en la actualidad y por ello se
puede decir que es una periodización de la civilización occidental.
En tercer lugar, existe una problemática respecto la Edad Media. Esta denominación nació
como resultado de poner un nombre entre la Edad Antigua y la Edad Moderna. Esta designación
revela una nomenclatura realizada de un modo subjetivo, lo que provoca que en numerosas
ocasiones este periodo sea visto de forma despectiva y con no pocos prejuicios. Asimismo,
también hay otros debates entorno al concepto de contemporaneidad y su periodo de inicio, que
puede variar desde la fecha de la Revolución Francesa (1789) o la finalización de la Primera
Guerra Mundial (1918), según qué historiadores o según países.
Consenso. Ventajas de la periodización de la historia
A pesar de todas las críticas recibidas, la importancia de esa periodización histórica se deriva en
que nos permite ordenar y clasificar sociedades concretas y facilita el estudio de forma
particular y general. De ahí que se mantenga el consenso, aun habiendo de forma paralela
numerosas críticas a la periodización realizada y la propuesta de nuevos parámetros de
diferenciación. Aunque este consenso, no nos debe hacer olvidar los peligros que puede suponer
la tendencia generalizada a encerrar en intervalos temporales los hechos del pasado ya que puede
provocar que no se pueda comprender realmente los hechos históricos.
En la presente web respetaré la periodización consensuada en la actualidad para facilitar la
comprensión por parte del lector. No obstante, en algunas ocasiones no se podrá diferenciar de
forma clara el periodo en el que se encuentra ya que en la realidad no se sufrieron rupturas
drásticas, sino que fueron evoluciones de su propio devenir histórico.

Los bestsellers de historia


Gracias a la periodización de la historia la divulgación de esta es más fácil. No es lo mismo
aprender toda la historia de la humanidad que escribir un libro de un período específico o una
temática específica para una época determinada. Por ejemplo, libros sobre Carlos V.
Así que si quieres aprender más sobre historia, visita mi artículo LOS LIBROS MÁS
VENDIDOS DE HISTORIA.

Enlace al artículo «libros más vendidos de historia»


La periodización de la historia: los distintos periodos de la
historia
¿Cuáles son los distintos periodos de la historia? La periodización de la historia es la siguiente:

1. Prehistoria
Es el periodo de tiempo desde la aparición del hombre hasta el inicio de la escritura. A su vez, se
divide en :

– Paleolítico. También llamada «Antigua Edad de Piedra«. Se suele dividir también en


Paleolítico inferior, medio y superior. Ligado a los periodos más antiguos de la humanidad y
antes de la llegada de la agricultura. En este periodo conviven distintas especies de homínidos,
entre ellos los neandertales.
– Mesolítico/Epipaleolítico. Es un periodo de transición entre el paleolítico y el neolítico.

– Neolítico. Es la «Nueva Edad de Piedra«, ligada al nacimiento de la agricultura en diversas


zonas del mundo, como Oriente Próximo. Tiene lugar la industria cerámica y el surgimiento de
las ciudades. Si quieres saber más, entra en la entrada LIBROS SOBRE EL NEOLÍTICO.
– Edad de los metales: Calcolítico, edad del bronce, edad del hierro. Es el periodo de tiempo en
el que se descubren los metales y se van formando sociedades más complejas que las anteriores.
Son periodos de tiempo que en algunos espacios geográficos pueden coexistir con periodos
históricos.
2. Historia
Es el periodo de tiempo en el que aparece la escritura y los primeros estados. La escritura surge
en el IV milenio a.C. en Oriente Próximo con la aparición de la escritura en Mesopotamia y
perdura hasta la actualidad. A su vez se divide en los siguientes periodos:
– Edad Antigua. Es el periodo que marca desde los inicios de la escritura (finales del IV- inicios
del III milenio a.C) hasta el fin del Imperio Romano de Occidente (476 d.C). En este periodo
surgirán las grandes civilizaciones como la persa, la griega y la romana.
– Edad Media. Es el periodo que abarca desde la caída de Roma (476 d.C) hasta la caída del
Imperio Romano de Oriente (1453), aunque en ocasiones también ponen como fecha final el
descubrimiento de América en 1492. Dentro de la Edad Media también se suele dividir en Alta,
Plena y Baja Edad Media.
– Edad Moderna. Es el periodo que abarca desde el final de la Edad Media hasta el inicio la Edad
Contemporánea. La fecha del final de la Edad Moderna se suele dar en la Revolución Francesa
(1789), en los inicios de la Revolución Industrial (s.XVII-XIX), o incluso en el final de la Primera
Guerra Mundial (1914). Aunque de forma general la fecha dada será la de la Revolución Francesa
(1789).

Figura 2. Revolución Francesa. Toma de la bastilla. Por Jean-Pierre Houël (1735-1813)


[Dominio público]. Fuente: Wikimedia Commons
– Edad Contemporánea. Es el periodo de tiempo que abarca desde el final de la Edad Moderna
hasta el presente. En ocasiones, muchos historiadores dan a los últimos años la denominación de
historia del mundo actual ya que aún no se tiene un periodo de tiempo necesario para realizar un
análisis historiográfico de los hechos acontecidos. Por ejemplo, en la edad contemporáneo
ocurrió la revolución rusa. En este artículo podéis ver los mejores libros de la revolución rusa.

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