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Un resumen

Sigmund Freud

El deseo aparece disfrazado en el aspecto manifiesto del sueño, en lo efectivamente soñado,


proceso denominado 'deformación onírica'. Freud se pregunta porqué tiene que haber una
deformación, ya que podría haber ocurrido que el sueño expresara el deseo en forma directa,
sin deformación. Esta deformación es intencional y se debe a la censura que el sujeto ejerce
contra la libre expresión de deseos, por encontrarlos censurables por algún motivo. Hay sueños
negativos de deseos, donde lo que aparece es el incumplimiento de un deseo. Para esto se
dan varias explicaciones, entre las cuales está la satisfacción de una tendencia masoquista. No
obstante sigue en pie la conclusión general de Freud: los sueños son realizaciones disfrazadas
de deseos reprimidos.

Nos preguntamos cómo los sueños de contenido penoso podían ser interpretados como
realizaciones de deseos, y ello es perfectamente posible cuando ha tenido efecto una
deformación onírica; esto es, cuando el contenido penoso no sirve sino de disfraz de otro
deseado. Los sueños penosos contienen, algo penoso para la Cc., pero que al mismo tiempo
cumplen un deseo del Inc. El análisis nos demuestra que el sueño posee realmente un sentido:
el de una realización de deseos. En el tratamiento analítico de un psiconeurótico comunico al
sujeto todos aquellos esclarecimientos psicológicos con ayuda de los cuales he llegado a la
comprensión de los síntomas; pero estas explicaciones son siempre objeto, por parte del
enfermo, de una implacable crítica, se niegan a aceptar que todos los sueños son realizaciones
de deseos, como por ejemplo esta paciente histérica:

- Dice usted que todo sueño es un deseo cumplido. Pues bien: le voy a referir uno que es todo
lo contrario. En él se me niega precisamente un deseo: «Quiero dar una comida, pero no
dispongo sino de un poco de salmón ahumado. Pienso en salir para comprar lo necesario, pero
recuerdo que es domingo y que las tiendas están cerradas. Intento luego telefonear a algunos
proveedores, y resulta que el teléfono no funciona. De este modo, tengo que renunciar al deseo
de dar una comida.»

¿De qué material ha surgido este sueño?. Su marido, un carnicero, le había dicho el día
anterior que estaba demasiado gordo e iba a comenzar una dieta y haría gimnasia, y sobre
todo, no aceptaría ya más invitaciones a comer fuera de su casa. Hace mucho tiempo que ella
tiene el deseo de tomar caviar, pero no quiere permitirse el gasto que ello supondría.
Naturalmente, tendría el caviar deseado en cuanto expresase su deseo a su marido. Pero, por
el contrario, recientemente le ha pedido que no se lo traiga nunca para poder seguir
embromándole con este motivo.

La paciente se ve obligada a crearse en la vida un deseo insatisfecho. Su sueño le muestra


también realizada la negación de un deseo. Después de una corta pausa, declara que ayer fue
a visitar a una amiga suya de la que se halla celosa, pues su marido la celebra siempre
extraordinariamente. Por fortuna, dice, está muy seca y delgada y a su marido le gustan las
mujeres de formas llenas. Su amiga habló durante la visita, de su deseo de engordar. Además,
le preguntó: «¿Cuándo vuelve usted a convidarnos a comer? En su casa se come siempre
maravillosamente.»

- Es como si ante la pregunta de su amiga hubiera usted pensado: "¡Cualquier día te convido
yo, para que engordes hartándote de comer a costa mía y gustes luego más a mi marido!". De
este modo, cuando a la noche siguiente sueña usted que no puede dar una comida, su sueño
realiza su deseo de no colaborar al redondeamiento de las formas de su amiga. La idea de que
comer fuera de su casa engorda le ha sido sugerida por el propósito que su marido le comunicó
de rehusar en adelante toda invitación de este género, como parte del régimen al que pensaba
someterse para adelgazar. Ahora bien, ¿Por qué ha escogido usted en su sueño precisamente
«salmón ahumado»?

- Sin duda porque es el plato preferido de mi amiga. (Casualmente a esta señora le sucede con
este plato lo mismo que a mi paciente con el caviar; esto es, que, gustándole mucho, se priva
de él por razones de economía.)

Este mismo sueño es susceptible de dos interpretaciones que no se contradicen, sino que
constituyen un ejemplo del doble sentido habitual de los sueños. Su deseo es que no se realiza
un deseo de su amiga, pero en cambio sueña que no se le realiza a ella otro suyo. La sujeto no
se refiere a sí misma en el sueño sino a su amiga, sustituyéndose a ella en el contenido
manifiesto, es decir se identifica con ella.

La identificación es un factor importantísimo del mecanismo de los síntomas histéricos, y


constituye un medio por el que los enfermos logran expresar en sus síntomas los estados de
toda una amplia serie de personas y no únicamente los suyos propios. De este modo sufren por
todo un conjunto de hombres y tienen la facultad de imitar todos los síntomas que en otros
enfermos les impresionan. El proceso psíquico en la imitación histérica equivale a un proceso
deductivo inconsciente. Por ejemplo “si tales causas provocan ataques como ese, también yo
puedo tenerlos, pues tengo idénticos motivos”. Si esta conclusión fuera capaz de conciencia,
conduciría al temor de padecer tales ataques, pero como tiene efecto en un terreno psíquico
distinto, se produce el síntoma temido. Así pues, la identificación no es una simple imitación,
sino una apropiación basada en la misma causa etiológica, expresa una equivalencia y se
refiere a una comunidad que permanece en lo Inc. La identificación es utilizada casi siempre en
la histeria para la expresión de una comunidad sexual. Ella se identifica en sus síntomas con
aquellas personas con las que ha mantenido comercio sexual o con las que lo mantienen con
las mismas personas que ella. Tanto en la fantasía histérica como en el sueño basta para la
identificación que el sujeto piense en relaciones sexuales, sin necesidad de que las mismas
sean reales. Así pues el sueño de la bella carnicera expresa los celos que su amiga le inspira
sustituyéndose a ella en él e identificándose con ella por medio de la creación de un síntoma, el
deseo prohibido. La sujeto ocupa en su sueño el lugar de su amiga porque ésta ocupa en el
ánimo de su marido el lugar que a ella le corresponde y porque quisiera ocupar en la
estimación del mismo el lugar que aquélla ocupa.

Material y fuente de los sueños


Las fuentes de donde los sueños extraen su material, vale decir su temática o contenido, son
las siguientes:

a. Lo reciente y lo indiferente
b. Experiencias infantiles
c. Fuentes somáticas
d. Fuentes comunes a todo el género humano (sueños típicos)

En los sueños solemos encontrar restos diurnos, experiencias del día anterior: esto es lo
reciente. Sin embargo el sueño no acoge todas esas experiencias, sino sólo aquellas que son
indiferentes o secundarias vistas desde nuestra vida despierta. Este carácter nimio de lo
manifiesto, sin embargo, remite siempre a algo sumamente importante en el nivel latente. El
sueño puede surgir también de impresiones infantiles que durante la vigilia hemos olvidado.
Habitualmente estas impresiones no aparecen en forma directa sino a través de alguna alusión,
y entonces la interpretación desarrolla y completa esta impresión infantil.

Los sueños poseen con frecuencia varios sentidos (varias realizaciones de deseos). Incluso
una de ellas puede encubrir a la otra, hasta que debajo de todas ellas encontramos un deseo
primordial de nuestra primera infancia.

Otras fuentes del material onírico son los estímulos somáticos. Estas fuentes se agregan a las
anteriores, de manera que la teoría del sueño como realización de deseos sigue en pie. Un
estímulo somático importante es la necesidad de dormir, y aquí entonces el sueño tiene por
función preservar ese dormir. Un estímulo somático, placentero o displacentero, puede generar
en el sueño una escena como producto psíquico (la sensación de sed evocada en la imagen
del desierto); y al revés, sucede también que un contenido psíquico reprimido puede sustituírse
fácilmente por una interpretación somática (por ejemplo la sobreprotección materna puede
sustituírse como asfixia orgánica).

Por último, hay ciertos sueños típicos que sugieren que hay fuentes comunes a todos los seres
humanos. Por ejemplo el sueño de sentir vergüenza ante la propia desnudez, la muerte de
personas queridas, los sueños de dar examen, el sueño de volar, etc.

La elaboración onírica

La elaboración onírica es un mecanismo por el cual las ideas latentes (lo más importante del
sueño) son disfrazadas o transformadas en otro código: el contenido manifiesto. Mediante la
elaboración entonces lo latente aparece disfrazado en lo manifiesto, tarea que se lleva a cabo
mediante mecanismos como la condensación, el desplazamiento, etc.

La brevedad del sueño manifiesto, comparada con la amplitud y riqueza de lo latente, nos
obliga a pensar que hay un trabajo de condensación, por el cual en un contenido manifiesto se
condensan varias ideas latentes. La condensación se ve especialmente cuando en el sueño
aparecen palabras raras (las cuales condensan varias ideas).

El desplazamiento consiste en representar una idea latente en otros contenidos manifiestos


que aparentemente no tienen nada que ver. En la elaboración onírica se manifiesta un poder
psíquico que despoja de su intensidad a los elementos de elevado valor psíquico (latentes) y
crea, además, por la superdeterminación de otros elementos menos valiosos, nuevos valores,
que pasan entonces al contenido manifiesto.
Condensación, desplazamiento, superdeterminación son proceso de elaboración llevados a
cabo por la influencia de la censura, que obliga a disfrazar lo latente. Lo latente debe
encontrarse lo suficientemente disfrazado como para 'engañar' la barrera de la censura, de la
resistencia.

Un tercer mecanismo de elaboración es la simbolización, o sea el empleo de símbolos para


expresar lo latente. Por ejemplo, el sombrero como símbolo de los genitales masculinos. Tales
símbolos no tienen un significado fijo o rígido, y dependen de cada sujeto.

En la elaboración onírica se da también un 'cuidado de la representabilidad', lo que significa


que ideas abstractas e incoloras como suelen ser las ideas latentes, se traducen en lo
manifiesto como expresiones plásticas y concretas, con lo cual entonces lo latente aparece aún
más disfrazado. En general, el trabajo de elaboración hace que los sueños aparezcan como
absurdos.

Lo interpretable no es solamente el sueño, sino además también todas nuestras opiniones y


sensaciones que el sueño nos suscita una vez que hemos despertado. El sueño no es
solamente una expresión de ideas latentes, sino también de afectos latentes. Las
manifestaciones afectivas que aparecen en el sueño guardan relación con afectos latentes.

Un cuarto y último mecanismo de elaboración es la elaboración secundaria, que le da una


apariencia lógica al sueño incoherente, disfrazándolo entonces aún más. En general, la
elaboración no piensa, ni calcula, ni juzga: se limita a transformar o disfrazar, dando como
resultado un producto llamado sueño. Las ideas latentes, para poder encontrar expresión en él,
deben primero sustraerse a la influencia de la censura, lo cual se logra gracias al
desplazamiento de las intensidades psíquicas hasta lograr la transformación de todos los
elementos. La reproducción de las ideas debe llevarse a cabo mediante imágenes visuales o
acústicas, desplazamientos que se logran gracias al cuidado de la representabilidad.

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