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13.

Gestión estratégica:
Es el proceso de evaluación, donde se definirán los objetivos a largo plazo, se deben
identificar metas y establecer las estrategias que permitirán alcanzar dichas metas y
objetivos. En otras palabras, es determinar a dónde se quiere llegar y qué decisiones se
tomarán para lograrlo.
14. Claves de la gestión estratégica:
Excelencia: Se refiere tanto a la información utilizada para la toma de decisiones, como a
todos los planes desarrollados en base a dicha información proporcionada. Para poder
planear el futuro deseado para la organización, es necesario que toda la información sea
exacta y fidedigna, ya que en base a esto se establecerán los planes y metas y de ellos
dependerá la consecución de todo lo planteado.
Innovación: La gestión estratégica debe estar al día en un mundo globalizado y donde las
organizaciones compiten por ser novedosas en sus procesos, productos y servicios. En el
ámbito estratégico también es útil la innovación porque permite que los recursos a utilizar
sean optimizados y en concordancia con las tendencias actuales, así como el
aprovechamiento de las tecnologías emergentes para toma de decisiones.
Anticipación: Al tratarse de una visualización a futuro de la empresa y de cómo se hará
realidad ese futuro, la anticipación en la gestión estratégica permite adelantarse a
problemas detectados a tiempo, agregar holgura y flexibilidad a los planes trazados y
generar planes de contingencia para diferentes escenarios que podrían presentar
dificultades para el logro de los objetivos.

15. 10 Mandamientos de la gestión estratégica:


Proteger nuestro ambiente (ISO 14000): La protección ambiental en la organización es
importante porque el entorno puede condicionar la productividad, la salud de los
empleados o las instalaciones de la empresa. No se refiriere únicamente al medio
ambiente sino de forma más amplia al ambiente social, político, físico, económico,
cultural, educativo tecnológico, y competitivo. La gestión estratégica se vale del ambiente
organizacional para planear situaciones como el acomodamiento de los equipos, el
personal, señalizar, etc.
Ser interdependientes: la interdependencia permite la identificación con la organización y
que todos trabajen por una misma visión, una misma misión y por lo tanto se logre el
alcance de los objetivos. Cuando existe y se entiende la interdependencia, no se generan
conflictos por luchas de poder o rotura en la cadena de mando.
Respetar/estimular la competencia: La gestión estratégica debe contemplar el respeto y
el estímulo en la competencia ya que, aunque la misma es el gran rival a vencer, sin
competencia no puede haber desarrollo, crecimiento y oportunidades. Hoy en día las
relaciones organizacionales se basan en acuerdos ganar-ganar que permite a dos
competidores avanzar al mismo tiempo y dentro de una competencia sana y leal.
Mantenga la flexibilidad organizacional: La flexibilidad es importante para la gestión
estratégica porque rompe con procesos burocráticos o poco enriquecedores, es decir que
aportan nula o escasamente en el aprendizaje tanto de la misma organización como de los
empleados. Decir que la organización es flexible significa que ésta es capaz de adaptarse y
de propiciar un crecimiento rápido, como por ejemplo para implementar nuevos procesos,
atender nuevos segmentos de mercado entre otros.
Estimular el liderazgo: Es importante considerar tanto el tipo de líder necesario para cada
área como las habilidades que el puesto requiere para que cada supervisor, jefe o gerente
sea lo que el cargo o tarea requieren y que el mismo sea capaz de liderar e inspirar al
personal a su cargo.
Anticipar los cambios: Significa estar un paso adelante siempre. Porque la gestión
estratégica misma hace uso de este concepto para plantear y replantear posibilidades de
error, dificultades, escenarios positivos y pesimistas. Todo con la finalidad de sortear los
obstáculos que puedan presentarse con las menores pérdidas, retrasos, insumos, etc.
Establecer un enfoque organizacional: Enfocarse en lo que se quiere mejorar. Definir un
rumbo y no perderlo. Esto permite conocer tanto las capacidades como las debilidades de
la organización e impulsarlas para mejorar y mejorar.
Gerenciar la percepción: Los clientes, empleados, proveedores, socios y competencia
siempre tienen en la mira a una organización por lo que es importante cuidar la imagen
que se proyecta.
Gerenciar el cambio tecnológico: En la actualidad, la tecnología suele ser la diferencia
entre el éxito y el fracaso. Se debe potenciar y estimular el cambio en el aspecto
tecnológico para optimizar y no para reemplazar. Se debe entender también que los
recursos tecnológicos requieren de una inversión y que, si estos están mal planeados o
estructurados, no resolverán los problemas sino los acrecentarán.
Manejar el cambio como rutina: Este mandamiento va de la mano con anticiparse a los
cambios y mantener la flexibilidad organizacional. Puesto que requiere de la unificación de
ambos para mantener ese ambiente descentralizado en las áreas de trabajo, manteniendo
también la flexibilidad y la adaptabilidad al cambio.

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