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Historia de Europa

narración y estudio de los hechos allí


acontecidos o que afectan a ese
continente

La historia de Europa se refiere al conjunto


de sucesos relativos al continente
europeo, desde que fue poblado por los
primeros seres humanos hasta la
actualidad.
Principales potencias políticas de Europa[cita re
querida]

Hacia 3000 a. C. - Talasocracia de


1450 a. C. Minos (mar Egeo).

480 a. C. - 401 a. C. Atenas, a través de la


Liga de Delos (mar
Egeo).

338 a. C. - 168 a. C. Reino de Macedonia


(Macedonia del Norte,
Grecia, Mar Egeo).

201 a. C. - 395 Imperio romano (mar


Mediterráneo, la Galia,
Inglaterra).

395 - 1453 Imperio bizantino


(Mediterráneo
Oriental, Balcanes,
Turquía).

481 - 751 Reino Franco (Galia,


dividido en Austrasia,
Neustria y Aquitania).

726 - 1797 Venecia (Véneto, en


épocas el mar Egeo).

751 - 843 Imperio carolingio


(Galia, Cataluña,
noroeste de italia
756 - 1031 Emirato-Califato de
Córdoba (España).

843 - Actualidad Francia (París


primero, Francia
actual).

880 - 1204 Rus de Kiev (Rusia,


Ucrania, Bielorrusia).

962 - 1648 (de facto), Sacro Imperio


1806 (de iure) Romano Germánico
(Alemania, Austria,
República Checa, en
épocas el norte de
Italia).
1066 - 1707 Inglaterra (Inglaterra,
después Gales, en
1707 pasó a ser el
Reino Unido).

1071 - 1198 Reino Normando de


Sicilia (Sicilia).

1139 - Actualidad Portugal (oeste de la


Península Ibérica,
salvo 1580-1640).

1299 - 1923 Imperio otomano


(Península Balcánica,
Turquía)

1397 - 1523 Unión de Kalmar


(Dinamarca y
Escandinavia).

1479 - Actualidad España (Península


Ibérica, salvo
Portugal).

1516 - 1556 Imperio de Carlos V


(España, Borgoña,
Flandes, Alemania,
Austria).

1569 - 1795 Reino de Polonia-


Lituania (Polonia,
Bielorrusia, Estados
Bálticos, Ucrania).
1707 - Actualidad Reino Unido
(Inglaterra, Gales,
Escocia, Irlanda del
Norte).

1725 - 1917 Imperio ruso (Europa


Oriental.

1804 - 1815 Imperio Napoleónico


(Francia, Italia,
Alemania).

1806 - 1918 Imperio austríaco


(Europa Central,
Balcanes, devenido en
Imperio
austrohúngaro en
1867).
1861 - Actualidad Italia (Italia).

1871 - Actualidad Alemania (Alemania).

1922 - 1991 Unión Soviética


(Europa Oriental).

1991 - Actualidad Rusia (Rusia).

El Homo sapiens habría aparecido hace


unos 130.000 años en África, según la
opinión científica mayoritaria. La llegada
del Homo sapiens a Europa podría
haberse dado desde el Cercano Oriente a
Europa, donde se asentaron entre 40.000 y
25.000 a. C. (Paleolítico Superior).[1]
La Antigüedad clásica está dominada por
el influjo de la civilización greco-latina
sobre el resto de Europa. . La
fragmentación política de Europa y los
sucesivos intentos forzados de unificación
sumieron al continente en numerosos
conflictos y guerras durante la Edad
Media, como la Guerra de los Cien Años
(que duró más de un siglo).

La Edad Moderna marca para Europa el


inicio de procesos que mucho después
darán lugar a la globalización, y es el
tiempo en el que los conflictos bélicos se
hicieron cada vez más desastrosos, como
la llamada guerra de los Treinta Años. Los
procesos económicos y el desarrollo
científico y tecnológico se aceleraron en
desmedro de otros continentes de manera
mucho más notoria durante la Edad
Contemporánea, produciendo tensiones
por competencias que desencadenaron
más guerras (como las guerras
Napoleónicas y las guerras mundiales).
Hoy los procesos tendentes a la
unificación se procuran pacíficamente, tal
es el caso de la formación de la Unión
Europea[2], si bien no exenta de avances y
retrocesos.

Antigüedad
Protohistoria

Las evidencias arqueológicas y


lingüísticas sugieren que durante el III
milenio a. C., contingentes importantes de
pueblos que hablaban lenguas
indoeuropeas entraron en Europa,
encontrándose con poblaciones
preindoeuropeas cuyo origen no es fácil
de precisar. Los diversos pueblos
indoeuropeos del II milineo a. C. ya
hablaban lenguas diferentes, en particular
en durante el milenio I a. C. ya es posible
distinguir los grupos lingüísticos
presentes en la actualidad: pueblos celtas,
pueblos germanos, pueblos baltos y
eslavos, pueblos itálicos, pueblos
paleobalcánicos y pueblos helénicos
(algunas ramas indoeuropeas como los
daco-albaneses no se testimoniarían
hasta más tarde).

No se conoce mucho sobre la lengua o la


identidad étnica de los pueblos asentados
en Europa antes de las migraciones
indoeuropeas, se conoce que los
aquitanos, los iberos, los taresios y
etruccos y retios hablaban lenguas no
indoeuropeas que se conocen muy
imperfectamente, al igual que la lengua de
los minoicos (eteocretense) o el
eteochipriota.
Europa grecorromana y Europa
bárbara

El Partenón en la Acrópolis de Atenas es un símbolo


universal de la antigua Grecia y uno de los principales
testimonios la civilización occidental.[3][4]

Evolución territorial del Imperio romano:


-República (rojo)
-El Imperio (púrpura)
-El Imperio Occidental (azul)
-El Imperio Oriental (amarillo).

Hacia el año 3000 a. C., por influencia de


la cultura del Medio Oriente, en la isla de
Creta surgió una civilización que
construyó un imperio marítimo que abarcó
a todo el mar Egeo, y que comerció con
Egipto y el Levante.

Los griegos se estructuraron


políticamente en torno a comunidades
autónomas llamadas polis ("ciudad-
estado"). A diferencia de otras culturas, los
griegos nunca formaron un solo gran
imperio; cuando fueron unificados,
sucedió por obra de invasores externos
(macedonios y romanos), y no por sí
mismos.

Por su parte, los griegos emprendieron


dos oleadas colonizadoras, a Jonia
primero, y luego por toda la cuenca del
mar Mediterráneo y el mar Negro
posteriormente, fundando las ciudades
que después serían Marsella, Nápoles,
Tarento, Síbaris, Bizancio, etc. Aunque
centrándose en África, los fenicios y
cartagineses también llevaron a cabo
labores de fundación de ciudades en
Europa, incluyendo a Tartessos y
Cartagena. En el norte de Italia, de manera
paralela, surgió la cultura de los etruscos.

Durante la segunda mitad del Primer


Milenio, el Mediterráneo se convirtió en
campo de batalla para distintas potencias
políticas. Atenas intentó hacerse con la
hegemonía del Mediterráneo a través de la
Liga de Delos, a la vez que vivió un período
de esplendor durante el llamado Siglo de
Pericles, pero colapsó después de su
derrota en las Guerras del Peloponeso
(431 a. C.-404 a. C.). Siguió un siglo de
inestabilidad en Grecia, hasta que Filipo II
la unificó bajo su hegemonía.[5]
Posteriormente, Alejandro Magno
emprendió la conquista del mundo
oriental, y aunque después de su muerte
(323 a. C.) las potencias orientales
volvieron a ser independientes, Macedonia
permaneció como gran potencia.

En el Occidente, por su parte, empezó a


surgir el poderío de la República Romana.
Esta se enfrentó a los etruscos en una
larga serie de guerras, que culminaron con
la anexión de las principales ciudades
etruscas hacia 250 a. C.. A la vez se
enfrentaron al poderío cartaginés y lo
doblegaron en las guerras púnicas
(264 a. C.-146 a. C.). Durante el siglo
siguiente, los romanos se extendieron por
Grecia y por Oriente. En Europa, los
romanos siguieron extendiendo sus
fronteras tierra adentro, hasta que en la
época de Octavio Augusto (31 a. C.-14 d.
C.), el Imperio romano cubría todas las
tierras europeas al sur de los ríos Rin y
Danubio.

En este proceso de expansión, los


romanos destruyeron la cultura de los
celtas en Hispania y en la Galia.[cita requerida]
Después, al saltar a Gran Bretaña en el año
43, los romanos destruyeron los núcleos
celtas en Inglaterra y Gales.[cita requerida]
Con todo, la cultura druidídica se conservó
en Irlanda y Escocia.
Al otro lado del río Rin, por su parte, vivían
las tribus de los germanos. No formaron
un reino unificado, sino que eran
colecciones de tribus comandadas por un
rey y una aristocracia tribal. Algunas tribus
de germanos intentaron cruzar la frontera
y atacar a los romanos, aunque sin éxito
(los cimbrios y teutones, por ejemplo).
Durante los cuatro siglos que van desde la
época de Julio César hasta la de Teodosio
el Grande, la frontera de los ríos Rin y
Danubio fue efectivamente el límite entre
la cultura de los romanos y la de los
germanos.
Colapso grecorromano y reinos
germanorromanos

En el año 235, el Imperio romano entró en


un período de caos y confusión, del cual
salió medio siglo después, pero
fuertemente debilitado, y con una
economía y políticas de corte
marcadamente más totalitarias; este
nuevo régimen se denomina el Dominado.
Durante esta crisis, los bárbaros germanos
empezaron a presionar con mayor fuerza
al Imperio romano, e incluso colonizaron
(o fueron llamados como colonos) a
varias tierras romanas fronterizas.
En esta época, dentro del Imperio romano,
prosperó la religión del cristianismo. En
313, Constantino decretó la tolerancia
religiosa hacia los cristianos en el llamado
"Edicto de Milán", mientras que en 395,
Teodosio el Grande proclamó al
cristianismo como religión oficial del
Imperio. En este período, y en particular
desde el Concilio de Nicea en adelante, el
cristianismo desarrolló fuertes estructuras
jerárquicas, además de desarrollar
fuertemente la doctrina y los dogmas de
fe. En ese sentido, el cristianismo empezó
a desarrollar la fisonomía que presentaría
la Iglesia católica durante la Edad Media.
[cita requerida]
En el año 378, en la batalla de
Adrianópolis, los germanos infligieron una
dura derrota a los romanos. A partir de
entonces la presión de los germanos
aumentó aún más. En 406 cruzaron el Rin,
y ante la impotencia de los romanos, se
instalaron en varias tierras del Imperio. En
410, los visigodos saquearon Roma (por
primera vez en siete siglos la ciudad
imperial es hollada), y los vándalos repiten
esto en 455. Aunque todavía
nominalmente en pie, el Imperio romano
se disgrega. En 476, Odoacro (jefe de la
tribu de los hérulos) toma el poder, pero en
vez de proclamarse Emperador, envía las
enseñas imperiales a Bizancio, terminando
así de iure el Imperio romano de
Occidente.

Los caudillos germánicos se lanzaron


entonces, durante los siglos V y VI, a
varias guerras que los debilitaron
políticamente. Hacia el año 600
sobrevivían sólo los reinos de los
visigodos, los lombardos, los francos y los
anglosajones. Estas monarquías eran
verdaderas aristocracias militares, en las
que el rey era más un "primus inter pares"
que un verdadero monarca absoluto.

La primera Edad Media


Las sombras de Roma
Después de la desintegración del mundo
antiguo como consecuencia de las
irrupciones de los pueblos germánicos:
Bélgica (259), Galia (268-78), Italia (260-
70), Tracia, Grecia y Asia Menor (258-69),
cuando los persas derrotaron y capturaron
al emperador Valeriano (260).[6] viene la
época de la Alta Edad Media o de las
Edades Oscuras, que abarca el periodo
comprendido desde la caída del Imperio
romano hasta el feudalismo. En el año 409
los jutos, anglos y sajones desalojan a los
romanos de la Gran Bretaña; En el 490
visigodos y vándalos llegan a España,
mientras que los hunos alcanzan Orleáns
y Milán. Estas invasiones suponen la
disolución y desplazamiento del centro del
poder imperial de Roma hacia el norte de
Europa en lo que sería el Imperio
carolingio.

Los germanos se lanzaron también a la


tarea de unificar la sociedad germánica
con la romana.[cita requerida] En muchos
casos esto se reflejó en un proceso
legislativo que tendió a unificar las leyes
aplicables a los germanos y a los
romanos.[cita requerida] Este proceso
legislativo vino a quedar completo en el
siglo VII, época en la que ya no era posible
distinguir entre ambas poblaciones.
[cita requerida]

Bizantinos y árabes

Rómulo Augústulo se entrega a los germanos en el


476.
Constantino I y Justiniano I ofreciendo su fidelidad a la
Virgen María (Iglesia de Santa Sofía).

Mientras el Imperio romano de Occidente


era destrozado por los bárbaros, el
Imperio romano de Oriente consiguió
sobrevivir. Algunos consideran a
Constantino I (reinó 306-337) como el
primer "emperador bizantino". Fue él quien
trasladó la capital imperial en 324 de
Nicomedia a Bizancio, refundándola como
Constantinopla, o Nova Roma ( "Nueva
Roma").[7] La ciudad de Roma en sí no
había servido como capital desde el
reinado de Diocleciano. Otros fechan los
inicios del Imperio en el reinado de
Teodosio I (379-395) y consideran que el
cristianismo se instauró como religión
oficial suplantando a la religión pagana
romana, tras su muerte en 395, cuando la
división política entre el Este y el Oeste se
convirtió en permanente. Sin embargo,
otros fechan todavía más tarde el inicio
del imperio, en 476, cuando Rómulo
Augústulo, tradicionalmente considerado
el último emperador occidental, fue
depuesto, con lo que el único que
conservó la autoridad imperial, fue el
emperador griego en el Oriente. Otros
apuntan a la reorganización del imperio en
la época de Heraclio (620), cuando los
títulos latinos fueron sustituidos
oficialmente con versiones en griego. En
cualquier caso, el cambio fue gradual y
para la década de 330, cuando
Constantino inauguró su nueva capital, el
proceso de helenización y el aumento de
la cristianización ya estaban en marcha.
Se considera generalmente que el imperio
terminó después de la caída de
Constantinopla bajo los turcos otomanos
en 1453.

Bajo la égida de Justiniano I (527-565), los


generales bizantinos iniciaron una
ambiciosa serie de campañas militares
para anexarse los antiguos territorios
romanos de Occidente, conquistando el
norte de África a los vándalos, Italia a los
ostrogodos (aunque por breve tiempo,
porque en 568 se apoderaron de ella los
lombardos) y partes de Hispania, que
consiguieron mantener en su poder hasta
622. Sin embargo, el desgaste de estas
guerras, más las emprendidas por
Justiniano y sus sucesores contra la
potencia persa de los sasánidas,
debilitaron mortalmente al Imperio.
Además, la Peste de Justiniano afectó al
Imperio bizantino, incluida su capital
Constantinopla, en los años 541-542. Se
estima que la plaga provocó hasta un
máximo de 100 millones de muertes en
todo el mundo,[8][9] causado la caída de
alrededor del 50% de número de
habitantes de Europa entre 541 y 700.[10]
El éxito de las conquistas árabes, también
puede haber contribuido a la catástrofe
demográfica.[11][12] En el siglo VII la
irrupción de los árabes le asestó al
Imperio bizantino un duro golpe,
privándolo de sus territorios africanos
(incluyendo Egipto), de Palestina y de Siria.
A partir de entonces el Imperio bizantino
sería una potencia que basaría su poderío
en el dominio de la Anatolia y los
Balcanes.

Las conquistas árabes llegaron hasta


Europa. En el año 711, al mando de Tarik y
enviados por el gobernador africano Muza,
los árabes conquistaron y destruyeron el
Reino Visigótico, y se anexaron Hispania.
Aun así, un núcleo de montañeses
asturianos resistió, y se transformaría en
la semilla del contragolpe cristiano contra
los musulmanes.[cita requerida] En 732, una
incursión musulmana contra la Galia fue
frenada en la Batalla de Poitiers por Carlos
Martel, marcando el máximo de expansión
musulmana en Europa. Algo después, en
756, el Emir Abderramán I se independizó
del Califato Abasida, y creó en España el
Emirato de Córdoba, que se transformó en
un importante núcleo del saber y la cultura
en la Europa de la Edad Media.
Cristianismo feudal

El papa Adriano I pide ayuda a Carlomagno contra la


invasión en 772.

En 814 el Imperio franco alcanzó su punto álgido,


mientras que Bizancio resistía la conquista
musulmana.
Después de la caída del Imperio romano
en Occidente en el siglo V, Europa
occidental emerge como una nueva
civilización. Tras las invasiones bárbaras y
la separación del Imperio bizantino
(Imperio romano de Oriente), éste
sobrevivió otro milenio.

El Feudalismo reemplazó al Imperio


romano en Europa. La única institución
que sobrevivió fue la Iglesia católica, que
preservó parte de la cultura romana,[13] y
se convirtió en la principal fuente de
aprendizaje hasta el siglo XIII. Hasta el
año 1000 crece el feudalismo, que debilita
al Sacro Imperio Romano y define a la
Iglesia Católica como el mayor poder
cristiano, ya que el papado no sólo tenía
su propio estado, sino que atesoraba todo
el saber grecorromano y era el guía
espiritual de todos los poderosos estados
europeos, consiguiendo controlar en
muchas ocasiones sus políticas exteriores
y de conquistas.

Imperio carolingio

La Casa de los Pipínidas, a la que


pertenecía como mayordomo de palacio
de los francos el mencionado Carlos
Martel, pidió el reconocimiento al papado
como reyes, y fueron entronizados. La
Dinastía Merovingia fue reemplazada así
por la Dinastía Carolingia. Como parte del
acuerdo entre Pipino el Breve (hijo de
Carlos Martel) y el papado, varios
territorios italianos fueron entregados a
éste, transformándose en la semilla de los
futuros Estados Pontificios.

El hijo de Pipino el Breve fue Carlomagno,


quien gobernó el Imperio carolingio desde
771 hasta su muerte en 814. Carlomagno,
aliado con el papa, hacia el año 800,
conquista Francia, el oeste de Alemania,
gran parte de Italia y partes de otros
países.[14] Surge el Sacro Imperio Romano
Germánico cuyo emperador intenta
dominar al papado que había constituido
un estado independiente en el centro de
Italia.

Carlomagno protegió al papado, lidiando


varias guerras contra sus enemigos
tradicionales los lombardos y
fortaleciendo el rol social de la Iglesia.
Creó también la Escuela Palatina, a cargo
de Alcuino de York, y propulsó el llamado
Renacimiento carolingio. En política
exterior intentó atacar a los musulmanes
de España, operación que se vio frustrada
por la dura derrota sufrida en la Batalla de
Roncesvalles (778), aunque en 804 creó la
Marca Hispánica. Libró también una
guerra de aproximadamente 30 años
contra los sajones, e inició la
cristianización de Alemania. Entabló
relaciones diplomáticas tanto con el
Imperio bizantino como con el Califato
Abasida. En el ámbito interno llevó a cabo
una serie de reformas administrativas,
dividiendo su imperio en marcas y
condados, algunos de los cuales
sobrevivieron a su Imperio como entes
independientes.

Sin embargo, al morir Carlomagno en 814,


su heredero Ludovico Pío resultó ser un
monarca débil y no pudo proseguir la obra
de su antecesor. En 843, los hijos de
Ludovico Pío (nietos de Carlomagno) se
repartieron el Imperio en el Tratado de
Verdún, surgiendo así las coronas de
Francia y de Alemania (otro territorio
surgido de dicho tratado, la Lotaringia, se
desintegró rápidamente).

Alto feudalismo
Una iglesia dividida

El Tapiz de Bayeux representa la Batalla de Hastings y


los acontecimientos que condujeron a ella.
Luis IX de Francia (San Luis), último monarca europeo
que emprendiera el camino de las Cruzadas.

Guerras santas

Después del Gran Cisma de Oriente y


Occidente, el cristianismo occidental fue
aprobado por los recién creados reinos de
Europa Central: Polonia, Hungría y
Bohemia. La Iglesia católica se desarrolló
como una gran potencia, dando lugar a
conflictos entre el papa y el Emperador. En
1129 la Iglesia Católica estableció la
Inquisición para hacer a los europeos
occidentales sus miembros por la fuerza.
La Inquisición castigaba a aquellos que
practican la herejía para que se
arrepintiesen. Si no lo hacían, sufrían la
pena de muerte. Durante este tiempo
muchos nobles gobernaron la iglesia. Los
monjes de Cluny consiguieron establecer
una iglesia donde no existían los nobles.
El papa Gregorio VII, continuó la labor de
los monjes con 2 objetivos principales:
librar la iglesia del control de los reyes y
nobles y aumentar el poder del papa.[15] La
influencia de la Iglesia católica había
crecido enormemente debido a las
conversiones de reyes paganos
(Escandinavia, Polonia, Hungría, Lituania ),
Reconquista cristiana de Al-Ándalus, y las
cruzadas. Como resultado, la mayor parte
de Europa era católica en el siglo XV.

Los primeros signos del renacimiento de


la civilización en Europa occidental
comenzaron a aparecer en el siglo XI,
cuando el comercio comenzó de nuevo en
Italia, dando lugar a la situación
económica y el crecimiento cultural de
ciudades-estado independientes, tales
como Venecia y Florencia y, al mismo
tiempo, los estados-nación empezaron a
tomar forma en lugares como Francia,
Inglaterra, España y Portugal, aunque el
proceso de su formación (por lo general
marcado por la rivalidad entre la
monarquía, la aristocracia señores
feudales y la iglesia) en realidad duró
varios siglos. Estos nuevos estados-
nación comenzaron a escribir en sus
propias lenguas en lugar del tradicional
latín. Por otra parte, el Sacro Imperio
Romano, basado esencialmente en
Alemania e Italia, se vio fragmentado en
un sinnúmero de principados feudales o
pequeñas ciudades-estado, cuya
subordinación al emperador fue sólo
formal.

Los siglos XIII y XIV, cuando el Imperio


mongol llegó al poder, se denomina a
menudo la edad de los mongoles.
Ejércitos mongoles se extendieron hacia el
oeste bajo el mando de Batu Kan. Sus
conquistas incluyeron la parte occidental
de Rusia (salvo Novgorod, que se convirtió
en vasallo),[16] las tierras de los cumanos,
Hungría y Polonia (que había permanecido
como Estado soberano). Registros
mongoles indican que Batu Kan estaba
planeando una completa conquista de las
restantes potencias europeas,
comenzando con un ataque de invierno en
Austria, Italia y Alemania, cuando debió
regresar a Mongolia tras la muerte del
Gran Kan Ogodei.[17] En Rusia, los
mongoles de la Horda de Oro gobernaron
durante casi 250 años. En Europa, el
Centro y el Oriente estaba dominado por el
Reino de Polonia, Chequia y Hungría.
Hasta la batalla de Grunwald fue también
fuerte la Orden Teutónica.

Peste Negra

La peste negra fue una devastadora


pandemia que asoló Europa en el siglo XIV
y que causó la muerte de un 30 a un 60%
de la población del continente europeo,
reduciendo la población mundial estimada
desde 450 millones hasta 350 o 375
millones en el año 1400. La mayor parte
de los científicos cree que la peste negra
fue un brote de peste bubónica, una
terrible enfermedad que se ha extendido
en forma de epidemia varias veces a lo
largo de la historia. La peste es causada
por la bacteria Yersinia pestis que se
contagia por las pulgas con la ayuda de la
rata negra (Rattus rattus), que hoy
conocemos como rata de campo.

Despertar de Europa
Hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci, ejemplo de
la combinación de ciencia y arte.

Véase también: Edad Moderna

Renacimiento

Durante el siglo XV en Francia, Inglaterra y


España, nuevos monarcas formaron
poderosas naciones. En el Centro y
Oriente de Europa dominaba la República
de las Dos Naciones. Después del año
1655 Polonia- Lituania fue el estado más
fuerte en la parte oriental del continente.
Más tarde comenzó la era de la
dominación de Rusia y Austria.

La Iglesia Católica estaba perdiendo poder


por la corrupción, los conflictos internos, y
el surgimiento de la cultura en lo artístico,
filosófico, científico y tecnológico, del
movimiento renacentista.

Las nuevas naciones se encontraban


envueltas en guerras y problemas
políticos.

Reforma
Martin Lutero.

Martín Lutero empezó la reforma en


1517,[18] la reforma y la contrarreforma fue
acompañada de guerras y persecuciones
religiosas, con enormes implicaciones
para Europa. En Inglaterra, Enrique VIII
también rompió con la iglesia católica,
autoproclamándose cabeza de la Iglesia
en su reino, y el imperio Alemán
encabezado por los Habsburgo fue
atacado por los príncipes protestantes de
Alemania.

En Europa Central, polacos, lituanos, y


húngaros, adoptaron la tolerancia religiosa
entre los católicos, protestantes,
ortodoxos y judíos. También los reyes
católicos Isabel de Castilla y Fernando de
Aragón estaban muy preocupados por la
unidad religiosa de sus reinos, por lo que
tomaron medidas cautelarias, como por
ejemplo la creación de la Inquisición
española (1478) y la expulsión de los
judíos que no quisieran convertirse al
cristianismo(1492). Su nieto Carlos I,
heredará el título imperial, y hará de
España el motor de un gran imperio que
liderará Europa durante todo el siglo XVI y
parte del XVII. Según el historiador Kamen,
sería esta dominación española la primera
globalización económica de la historia
europea, y también el primer estado
cosmopolita, puesto que estaba integrado
por alemanes, austriacos, portugueses,
italianos, flamencos y españoles de los
varios reinos peninsulares, Aragón,
Castilla y Navarra.[19]

Tiempo de guerras
Véanse también: Guerra de los Treinta Años, Guerras
polaco-suecas, Guerras polaco-turcas, Guerra ruso-
turca y Guerra ruso-sueca.

La República en el cenit de su poder por Jan Matejko.

En innumerables ocasiones a través de


todo el siglo XVII en el antiguo continente
han estallado muchos conflictos políticos
y religiosos. El objetivo de dichas guerras
fueron la lucha por la supremacía en el
continente. Durante este período, se
concentraron en Europa del Este
numerosas guerras entre Polonia, Rusia y
Turquía, después también Suecia entró en
guerras. Durante el período comprendido
entre 1612-1613 el ejército polaco ocupó
Moscú, y hasta mediados del siglo XVII,
Polonia continuó dominando dicha parte
de Europa. La época dorada del imperio
polaco finalizó después de dos hechos
acaecidos, el primer hecho, la Rebelión de
Jmelnytsky y el segundo, el Diluvio.
Mientras, en Europa central, sucedería una
terrible guerra, la denominada Guerra de
los Treinta Años. Hacia finales de este
siglo, Imperio otomano comenzó a ser una
amenaza por sus ánsias expansionistas,
llegando a ser una amenaza para Austria.
Durante la Batalla de Kahlenberg Turquía
fue vencida por la alianza austríaco-
polaca, frenando así la amenaza invasiva
turca.

República de las Dos Naciones con


sistema político de la mancomunidad,
llamado Democracia de los Nobles, se
caracterizaba por la limitación del poder
del monarca por las leyes y la cámara
legislativa (Sejm) controlada por la
Nobleza de Polonia (Szlachta). Este
sistema fue el precursor de los conceptos
modernos de democracia,[20]Monarquía
constitucional,[21][22][23] y federación.[24]
Descubrimientos

Primer desembarco de Cristóbal Colón en América


1862 (Exposición Nacional, Medalla de Primera clase)
por Dióscoro Puebla

Desde principios del siglo XV


extendiéndose hasta comienzos del siglo
XVII los navíos de Europa surcaron los
mares del mundo en busca de nuevos
socios y rutas comerciales con los que se
pudo contribuir al floreciente capitalismo
europeo. Durante estas exploraciones, los
europeos descubrieron naciones y
cartografiaron territorios que
anteriormente no conocían.

Véase también: Colonización europea de América

Ilustración

La Ilustración (Lumières, en francés;


Enlightenment, en inglés; Illuminismo, en
italiano; Aufklärung, en alemán),[25] en
frase de uno de sus más importantes
representantes, D'Alembert, «lo discutió,
analizó y agitó todo, desde las ciencias
profanas a los fundamentos de la
revelación, desde la metafísica a las
materias del gusto, desde la música hasta
la moral, desde las disputas escolásticas
de los teólogos hasta los objetos del
comercio, desde los derechos de los
príncipes a los de los pueblos, desde la ley
natural hasta las leyes arbitrarias de las
naciones, en una palabra, desde las
cuestiones que más nos atañen a las que
nos interesan más débilmente». Esto
mismo nos indica que, más que el
contenido mismo de sus doctrinas, lo
original del movimiento fue la forma de
pensamiento y valoración.

El siglo XVIII constituye, en general, una


época de progreso de los conocimientos
racionales y de perfeccionamiento de las
técnicas de la ciencia. Fue un período de
enriquecimiento que potenció a la nueva
burguesía, si bien se mantuvieron los
derechos tradicionales de los órdenes
privilegiados dentro del sistema
monárquico absolutista. Sin embargo, la
historia del siglo XVIII consta de dos
etapas diferenciadas: la primera supone
una continuidad del Antiguo Régimen
(hasta la década de 1770), y la segunda,
de cambios profundos, culmina con la
Revolución estadounidense, la Revolución
francesa y Revolución industrial en
Inglaterra.
Desde Gran Bretaña, donde algunos de los
rasgos esenciales del movimiento se
dieron antes que en otro lugar, la
Ilustración se asentó en Francia, donde la
anglofilia fue difundida por Voltaire, y
produjo aquí su cuerpo ideológico, el
enciclopedismo, y sus más
representativas personalidades
(Montesquieu, Diderot, Rousseau, Buffon,
etc); también dio sus frutos, en ocasiones
más o menos autónomamente, pero en la
mayoría de casos dependientes de Gran
Bretaña y, sobre todo, de Francia, en otras
zonas europeas (Países Bajos, la
península italiana y la ibérica, el
conglomerado germánico, Polonia, Rusia,
Suecia, etc.) o en sus colonias
americanas; frutos condicionados por el
grado de desarrollo ideológico y
sociopolítico adquirido en el momento de
lanzamiento de la nueva ideología y por el
proceso interno seguido a lo largo de su
desenvolvimiento.
«La Ilustración
significa el
movimiento del
hombre al salir de
una puerilidad
mental de la que
él mismo es
culpable.
Puerilidad es la
incapacidad de
usar la propia
razón sin la guía
de otra persona.
Esta puerilidad es
culpable cuando
su causa no es la
falta de
inteligencia, sino
la falta de
decisión o de
valor para pensar
sin ayuda ajena.
Sapere aude ¡Ten
valor de servirte
de tu propio
entendimiento!
He aquí la divisa
de la Ilustración.»
Immanuel Kant,
¿Qué es la
Ilustración?

Revolución y Nacionalismos
El Ludismo, movimiento obrero cuyas acciones se
basaban en la revuelta espontánea y desorganizada.

La libertad guiando al pueblo, idealización de las


revoluciones liberales
Revolución industrial

En la segunda mitad del siglo XVIII se


inicia en Inglaterra una transformación de
las estructuras económicas y sociales que
sirvió de base para el posterior desarrollo,
la revolución industrial en el siglo XIX.[26]
La expansión colonial conllevó un
aumento en la demanda de productos que
no podía cubrirse con la protoindustria
tradicional. La creación de fábricas, con el
consiguiente aumento significativo de la
producción y las consecuencias sociales
que éstas trajeron; el cambio en el
comercio textil, pasando de la lana al
algodón, con el desarrollo de nuevas
tecnologías aplicadas a todo el proceso de
producción textil; así como la invención de
la máquina de vapor y su aplicación
práctica en el ferrocarril; todo ello supuso
una revolución económica que conllevó
una auténtica ruptura con el modelo
económico medieval.

Cuando se creó la máquina de vapor gran


parte de las empresas la adquirieron y su
producción se volvió más rápida y
sofisticada.

Revolución Política
Al final del siglo XVIII, la negativa del rey
francés Luis XVI (apoyada por la nobleza y
el clero) de compartir el poder político con
el llamado Tercer Estado originó la
Revolución francesa en 1789, como un
intento de crear una nueva forma de
gobierno basada en los principios de
Liberté, Égalité, Fraternité (Libertad,
Igualdad y Fraternidad). El rey fue
ejecutado, Francia fue proclamada una
república y una especie de gobierno
democrático fue establecido. En el
subsiguiente conflicto (relacionado con la
coalición de la mayoría de las monarquías
europeas que le declararon la guerra a la
Francia republicana) el general Napoleón
Bonaparte tomó el poder.

En los años de la era Napoleónica, Francia


venció repetidamente a Austria (cuyo
monarca fue forzado a abdicar al título de
Emperador del Sacro Imperio romano
Germánico), Rusia, Prusia y a otras
potencias aliadas principalmente a
Inglaterra. También organizó la
Confederación del Rin. Después de ser
proclamado emperador francés en 1804,
Napoleón fue derrotado finalmente en la
Batalla de Waterloo en 1815.[27]
Luego de la derrota de la Francia
revolucionaria, las otras potencias
mayores trataron de restaurar la situación
que existía antes de 1789. De cualquier
forma, sus esfuerzos no fueron suficientes
como para detener la proliferación de los
movimientos revolucionarios: las clases
medias estaban fuertemente influidas por
los ideales de democracia emanados de la
Revolución francesa, la Revolución
industrial trajo otros cambios sociales y
económicos, las clases bajas empezaron
a ser influenciadas por ideas socialistas,
comunistas y anarquistas (especialmente
las resumidas por Karl Marx en el
Manifiesto del Partido Comunista, y la
preferencia de los nuevos capitalistas por
el Liberalismo).

Fortalecimiento de los
nacionalismos

Otto von Bismarck, artífice de la unificación


alemana.[28]

Mayor inestabilidad vino de la formación


de varios movimientos nacionalistas (en
Alemania, Italia, Polonia, etc), que
buscaban la unificación nacional o su
liberación del gobierno extranjero. Como
resultado, el periodo entre 1815 y 1871 vio
un gran número de intentos
revolucionarios y guerras de
independencia. Aunque los
revolucionarios eran comúnmente
derrotados, la mayoría de los estados
europeos se habían convertido en
monarquías constitucionales (dejando de
ser absolutistas). Hacia el año 1871,
Alemania (victoriosa en la Guerra Franco-
prusiana) se había desarrollado como un
estado nacional unificado, llevándose a
cabo la unidad alemana, bajo la figura del
Imperio alemán,[29] cuyo arquitecto fue
Otto von Bismarck. Italia, cuyos estados
también habían estado divididos, logró la
unificación bajo el liderazgo de Camillo di
Cavour y Giuseppe Garibaldi.

La dinámica política de Europa cambió en


dos ocasiones durante el siglo XIX. La
primera, tras el Congreso de Viena, y la
segunda, después de la Guerra de Crimea.
En 1815, durante el Congreso de Viena, las
principales potencias de Europa se las
arreglaron para producir un balance
pacífico del poder entre los imperios
después de las guerras Napoleónicas (a
pesar de que ocurrieran movimientos
revolucionarios internos). Pero la paz sólo
duraría hasta que el Imperio otomano
hubiera declinado lo suficiente como para
convertirse en blanco de los demás. Esto
provocó la Guerra de Crimea en 1854 y se
inició así un tenso periodo de choques
menores dentro de los imperios de Europa
que prepararon el estallido de la Primera
Guerra Mundial.

Desde 1870, la hegemonía que Bismarck


ejerció a lo largo de Europa puso a Francia
en una situación crítica, obligando al país
galo a reconstruir sus relaciones
internacionales, buscando alianzas con
Rusia e Inglaterra para controlar el
creciente poderío de Alemania. De esta
manera, Europa se dividió en dos.

Fin de la hegemonía europea

Alianzas militares europeas en 1915. Los aliados de la


Triple entente en verde y las Potencias Centrales de la
Triple Alianza en rojo.
Los últimos momentos de la libertad antes de la
segunda guerra mundial. Yate en Hungría en 1939.

Fotografía aérea de Colonia (Renania del Norte-


Westfalia), destruida por bombardeos aliados durante
guerra.
Luego de la relativa paz durante el siglo
XIX, la rivalidad entre las potencias
europeas estalló en 1914, cuando se inició
la Primera Guerra Mundial. En un lado se
encontraban Alemania, el Imperio
austrohúngaro y el Imperio otomano (las
Potencias Centrales), mientras que del
otro lado se encontraban Serbia y la Triple
Entente - la vaga coalición de Francia,
Inglaterra y Rusia, a la que se le uniría
Italia en 1915 y los Estados Unidos en
1917. A pesar de la derrota de Rusia en
1917 (la guerra fue una de las principales
causas de la Revolución rusa, que culminó
en la formación de la Unión Soviética), la
Entente finalmente consiguió el triunfo en
el otoño de 1918.

En el Tratado de Versalles de 1919 los


vencedores le impusieron duras
condiciones a Alemania y reconocieron a
los nuevos estados (como: Polonia,
Checoslovaquia y Yugoslavia creados en
Europa Central con territorios que
pertenecieron a Alemania, Austria-Hungría,
y al Imperio ruso, tomando como base la
supuesta autodeterminación de los
pueblos. En las siguientes décadas, el
temor al comunismo y a la Depresión
económica de 1929-33 provocaron el auge
de gobiernos extremistas - Fascista o Nazi
- en Italia (1922), Alemania (1933), España
(luego de una guerra civil que finalizó en
1939) y en otros países como Hungría.

Desde 1936 los futuros beligerantes de


Europa en la Segunda Guerra Mundial
comienzan a enfrentarse directa o
indirectamente en el marco de la Guerra
Civil Española. El 25 de octubre el Ministro
de Asuntos Exteriores italiano, sostuvo
una visita en la Alemania nazi que dio
lugar al Pacto del Eje Roma-Berlín. El
acuerdo consolidó las posiciones de
Alemania e Italia contra Gran Bretaña y
Francia. El 25 de noviembre siguiente,
Japón y Alemania firmaron el Pacto Anti-
Komintern. En 1939 Alemania y la URSS
firman el Pacto Molotov-Ribbentrop. El
protocolo secreto definía la repartición de
la Europa del este y central bajo influencia
alemana y rusa, y establecía la cuarta
partición de Polonia. El 1 de septiembre
Hitler ordenó la invasión de Polonia sin
previa declaración de guerra,[30] lo que
motivó que Francia y el Reino Unido
declararan la guerra a Alemania el 3 de
septiembre, aún existiendo un tratado que
comprometía a estos países. La URSS
ocupó la parte oriental de Polonia, hecho
acordado en el pacto germano-soviético,
matando a miles de oficiales polacos en lo
que se conoce como la Masacre de Katyn;
posteriormente atacó a Finlandia el 30 de
noviembre, en lo que se conoce como la
Guerra de Invierno, pero enfrentada a una
resistencia inesperada, ambos países
firmaron la paz en Moscú el 12 de marzo
de 1940, tras ceder Finlandia posesiones
territoriales a cambio de conservar su
independencia.

Tras la conquista de Polonia, Alemania


invadió Dinamarca y Noruega, esperando
la intervención de Francia y Reino Unido,
pero como estos dos países no tomaron la
iniciativa de atacar, no se produjo ninguna
acción bélica en varios meses (conocido
con el término francés Drôle de guerre,
guerra graciosa), hasta la invasión de los
Países Bajos, Francia y Bélgica por parte
de Alemania en mayo y junio de 1940
(Blitzkrieg o guerra relámpago).

Judíos húngaros llegando al campo de concentración


de Auschwitz

Desde la guerra contra Finlandia, Stalin


había estado realizando esfuerzos
apurados para modernizar el Ejército Rojo,
ya que tanto él como Adolf Hitler sabían
que el tratado de paz firmado no duraría
mucho tiempo. Sin embargo, Hitler se
adelantó a los planes de Stalin y en junio
de 1941 Alemania lanzó la Operación
Barbarroja contra la Unión Soviética, cuyo
objetivo final era la derrota del país eslavo
en sólo tres meses, de esta manera
Alemania despojaría a los ingleses de un
posible aliado.

Después de derrocar a Mussolini, Italia,


invadida por el sur, cambió al bando aliado
en 1943, y Rumanía hizo lo mismo en
1944, al ser invadida por los rusos.
Alemania capituló el 7 de mayo de 1945,
tras haber caído Berlín el día 2 de mayo
ante las fuerzas soviéticas. El día 8 de
mayo se firmó el armisticio que puso fin a
la guerra en Europa.[31] Las Guerras
Mundiales terminaron con la posición
preeminente de Europa Occidental.

Guerra Fría

Influencia militar en la Europa de la Guerra fría. La


OTAN en azul y el Pacto de Varsovia en rojo.
El mapa de Europa fue redibujado en la
Conferencia de Yalta y fue dividido como
la principal zona de contención en la
Guerra Fría entre las dos nuevas potencias
emergentes, la capitalista Estados Unidos
y la comunista Unión Soviética. Los
Estados Unidos pusieron a Europa
Occidental (Inglaterra, Francia, Italia,
Alemania Occidental, España, etc.) dentro
de su esfera de influencia, estableciendo
la OTAN como una medida precautoria en
contra de una posible invasión soviética; la
Unión Soviética hizo lo mismo con Europa
Central (Polonia, Checoslovaquia, Hungría,
Rumanía, Bulgaria, Alemania Oriental)
formando el Pacto de Varsovia. Europa fue
dividida, conociéndose a esta situación
con la metáfora de "Telón de acero". Esta
situación duró hasta 1989, cuando el
debilitamiento de la Unión Soviética
originó la Glásnost y el fin de la división de
Europa - los gobiernos satélites soviéticos
se vieron libres para disolver los
regímenes comunistas (y las dos
Alemanias pudieron reunificarse). En 1991
la misma Unión Soviética se colapsó,
dividiéndose en varios estados (el
principal quedó como la Federación Rusa)
y se disolvieron la mayoría de los
gobiernos comunistas.[32]
Después del fin de la Segunda Guerra
Mundial, Europa Occidental inició
lentamente un proceso de integración
política y económica, con el deseo de unir
a Europa y así prevenir otra guerra. Este
proceso dio como resultado el desarrollo
eventual de organizaciones como la
Eurozona y la Unión Europea. Al final de la
Guerra Fría, los países de Europa Central
comenzaron a ser incluidos en estas
organizaciones.

Reunificación en Europa y
resurgimiento de Rusia
Caída del muro de Berlín y fin de la etapa comunista en
el Este europeo

El 9 de mayo de 1950, Robert Schuman


pronuncia el célebre discurso en el que tal
como lo reconoce oficialmente la Unión
Europea (UE) se dio el primer paso para la
formación de esta organización.[33] La UE
se iniciaba como una vaga alianza
económica entre naciones europeas, pero
se requería un mayor esfuerzo para
integrar estrechamente a los estados
miembros y convertir a la UE en una
organización supranacional. El proceso de
integración de Europa fue lento debido a la
negativa de la mayoría de los estados
miembros a ceder su soberanía.

De cualquier forma, el proceso empezó a


acelerarse a principios de los años 1990.
Las naciones dentro de la Unión Europea
crearon una zona de libre comercio y
eliminaron la mayoría de las barreras
aduaneras a lo largo de sus fronteras. La
nueva moneda para Europa, el Euro, fue
establecida electrónicamente en 1999,
uniendo oficialmente a las monedas de
cada nación participante. El Euro fue
puesto en circulación en 2002 y las viejas
monedas se volvieron obsoletas.

Dmitri Medvédev y Jose Manuel Durao Barroso

Pese al fortalecimiento de la unidad


continental, Europa no supo evitar
conflictos como las Guerras yugoslavas y
en 2003 algunos países europeos,
encabezados por Alemania, Francia y
Rusia, se opusieron al nuevo concepto de
"guerra preventiva" y rechazaron participar
en la Invasión de Iraq. Otros países
europeos, encabezados por Italia, España
y Polonia, respaldaron la Guerra de Iraq y
enviaron efectivos militares.

Desde 2013 la UE está conformada por 28


países europeos y algunos territorios de
ultramar. Ese mismo año los jefes de
gobierno de los países que forman la UE
aprobaron el Tratado de Lisboa, que
deberá ser ratificado por cada uno de los
estados miembros antes de finales del
2008.[34] Actualmente la UE se basa en
cuatro tratados (Tratados de Roma,
Maastricht y Amsterdam) que fijan sus
normas de actuación.
Por otra parte la UE es la primera potencia
comercial, representando el 20% de las
importaciones y exportaciones
mundiales.[35]

Véanse también: Cronología de la Unión Europea y


Relaciones entre Turquía y la Unión Europea.

Un aspecto interesante de la demografía


europea durante la segunda mitad del
siglo XX y principios del siglo XXI, es que
durante la segunda mitad del siglo XX, la
baja natalidad y las condiciones
económicas imperantes en Europa y las
regiones adyacentes, favoreció
enormemente los procesos migratorios, y
numerosos países de Europa recibieron
grandes cantidades de migrantes de Asia,
África y menor medida América Latina,
llegando a tener muchos países
porcentajes de población inmigrantes
procedente de esas regiones de entre el 5
y 15%.

Véase también
Cultura de Europa
Relaciones franco-alemanas

Referencias
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Asia que de África» . Deutsche Welle
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8. The History of the Bubonic Plague
9. Scientists Identify Genes Critical to
Transmission of Bubonic Plague
10. An Empire's Epidemic
11. Justinian's Flea
12. The Great Arab Conquests
13. Europa y la Fe es un ensayo histórico
escrito por Hilaire Belloc en el año
1920 donde explica cómo la Iglesia
católica ayudó a salvar Occidente
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Deutsche Welle 25.12.2007 (en
portugués). 2007. Consultado el 10 de
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Consultado el 10 de junio de 2008.

Bibliografía adicional
Carlo Maria Cipolla: Before the Industrial
Revolution: European Society and
Economy, 1000-1700 (1994)
Rougemont, Denis de (2007). Tres
milenios de Europa: la conciencia
europea a través de los textos.
Veintisiete Letras. ISBN 978-84-935969-
1-0.

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