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DESERCIÓN ESCOLAR

La pobreza, el embarazo adolescente y la violencia escolar han sido


factores claves en el atraso y la deserción escolar. En el 2015, el 31,5%
de los jóvenes que vivían en el ámbito urbano no culminó sus estudios
básicos. En el rural, fue el doble. Las regiones de la selva presentaron
la mayor tasa de no culminación escolar (54,2%). La ONU señala como
otra de las causas a la deficiencia en la infraestructura y la calidad
educativa en la zona rural.
“Nosotros estamos trabajando en 16 regiones con las unidades de
protección especial para evitar esa deserción escolar y los riesgos de
desprotección. Trabajamos en conjunto con las familias”, refiere Cecilia
Aldave, viceministra de Poblaciones Vulnerables del MIMP.
En tanto, Ángela Reymer, directora de Educación Básica Regular del
Minedu, asegura que, ante el abandono escolar en las zonas rurales, el
sector ha implementado nuevos modelos de servicio educativo como la
secundaria con residencia o la secundaria con alternancia, cuando los
jóvenes asisten a clases ciertos días del mes y el resto lo dedican a sus
comunidades.

NI ESTUDIAN NI TRABAJAN
“El tema de los jóvenes que no trabajan ni estudian es un problema grave
que tiene que ser abordado de manera inmediata. Es momento de la
acción. Si seguimos haciendo lo mismo, vamos a tener el mismo
resultado”, reflexiona María del Carmen Sacasa, coordinadora residente
de la ONU en el Perú.
Y no es para menos. El informe detalla que el 17% de los adolescentes
y jóvenes peruanos de entre 15 y 19 años no estudia ni trabaja. La
mayoría de ellos son del sector urbano (19%) y son mujeres (24,2%) que
argumentan que no trabajan porque se dedican a los quehaceres del
hogar.
Raúl Mauro, director general de Promoción del Empleo del Mintra,
recuerda que el sector tiene programas como Ponte en Carrera o
Proyecta tu Futuro, para los jóvenes que buscan orientación laboral. Sin
embargo, revela otras cifras desalentadoras sobre la oferta laboral.
Según la encuesta de demanda ocupacional para el 2019, que será
revelada en los próximos días, se estima que las empresas medianas y
grandes del sector productivo esperan contratar solo a siete mil
universitarios el próximo año. “Siete mil universitarios frente a 89 mil
egresados, digamos que solo uno de cada diez jóvenes que se preparan
en las universidades del país encontraría empleo el próximo año, ¿y el
resto?”, se pregunta.
NO MÁS VIOLENCIA
Violencia familiar, escolar y sexual: los adolescentes y jóvenes
peruanos han sido víctimas de al menos una de las tres. Según el
estudio, que analiza datos de Enares y Endes, al 2015 el 81,3% de
los adolescentes de 12 a 17 años fueron víctimas de algún tipo de
violencia en su hogar o en un centro de atención residencial.
En el colegio tampoco están seguros. La Enares del 2015 estima
que el 73,8% de los adolescentes fueron víctimas de algún tipo de
violencia en el colegio donde estudiaban. La misma encuesta revela
que el 34,6% de adolescentes fueron víctimas de violencia sexual
alguna vez en su vida. La mayoría de casos se reportó en
adolescentes de entre 15 y 17 años.
Pese a que el informe reconoce la presencia de programas de
protección infantil del MIMP y del Minsa, alerta que hay deficiencia
en el ámbito de prevención.
“Cuando uno ve las cifras de casos de violencia sexual atendidos
por el MIMP, el 70% de las víctimas son adolescentes. Es una cifra
abrumadora que nos hace pensar qué es lo que está pasando. El
Estado Peruano está en deuda en la prevención de este tema”,
reconoce la viceministra Aldave.

NIÑAS EMBARAZADAS
En el ámbito de salud, las cifras siguen siendo preocupantes. En el
Perú, hay niñas que pasaron a ser madres. Según analiza el
estudio, el 12,8% de adolescentes de 15 a 19 años alguna vez
salieron embarazadas en el 2015. Si le hacemos zoom a las cifras,
vemos que el 25% de las adolescentes de esa edad y que viven en
la selva son madres. La ONU solo tiene una explicación: la ausencia
del Estado.
Según la viceministra de Salud Pública, Claudia Ugarte, el Minsa sí
trabaja en la prevención, pero reconoce que hay una brecha muy
grande aún. Además, asegura que buscará coordinar con el Minedu
para que en el currículo escolar se fortalezca la educación sexual.
La ONU también ha mostrado su preocupación por las estrategias
de salud mental en los jóvenes para evitar los suicidios.
“Todas las cifras, todas, son alarmantes, pero los retos que tiene el
Estado son clarísimos y debe actuar. Esto tiene que ser financiado
y debe ser monitoreado”, agrega Ola Isaza, representante de Unicef
Perú.

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