Está en la página 1de 5

Inteligencia Emocional para padres y educadores Belén Piñeiro

2.1. Biología de las emociones


Para hablar de Inteligencia emocional, es imprescindible saber qué es una
emoción y también es recomendable conocer, aunque sea de forma superficial,
cómo se producen y cuáles son algunas de sus funciones. En este tema nos
adentraremos dentro de la que es, sin duda, una de las máquinas más perfecta
jamás creada por la naturaleza: el cerebro humano. Aquel que nos ha permitido
alejarnos de las demás especies. Dejemos a un lado los juicios de valor acerca de
cómo hemos utilizado nuestra inteligencia y tratemos de conocer un poco más
sobre el valioso tesoro que tenemos en nuestras cabezas y sobre las emociones
que es capaz de producir.

¿Qué son las emociones?


Las emociones son reacciones psicofisiológicas que condicionan nuestra
forma de adaptarnos al medio que nos rodea. Nacemos dotados de todas las
emociones que nos permiten descubrir el mundo y relacionarnos con los demás,
pero sin las herramientas para identificarlas y gestionarlas. En consecuencia de
esto, es muy común que la carencia de una buena educación emocional genere
conflictos desde la niñez: las rabietas, las peleas, los berrinches... hasta la edad
adulta.

Durante la niñez desarrollamos los patrones emocionales que utilizaremos a


lo largo de nuestra vida. Las emociones van, vienen, se mezclan, a veces se
esconden y otras se magnifican. Todas las emociones son necesarias y tienen algo
que enseñarnos. Es fundamental comprender que no existen emociones buenas
ni malas, sino que debemos aprender a aceptarlas, gestionarlas y regularlas. 


¿Dónde se producen las emociones?
Para contextualizar estos aspectos de una forma más visual, partiremos de
una idea muy sencilla: La teoría del cerebro triple de Paul MacLean, que como su
propio nombre indica, divide nuestro cerebro en tres partes interdependientes,
resultantes de la evolución del ser humano: el cerebro reptiliano, el mamífero y el
racional o neocórtex. Veamos en qué consiste esta teoría.


escuelaconcorazon.com
Inteligencia Emocional para padres y educadores Belén Piñeiro


La evolución del cerebro humano

Cuando hablamos del cerebro, a casi todos se nos viene a la cabeza una
única imagen. Sin embargo, éste se compone de tres formaciones independientes
que se encuentran comunicadas entre sí.

Estas tres secciones son, en orden de evolución: el cerebro reptiliano, el


límbico y el neocórtex. Los tres están interconectados a nivel neuronal y
bioquímico y cada uno se encarga de distintas funciones de nuestro cuerpo,
afectando directamente a nuestra salud, bienestar y rendimiento personal,
profesional o académico.

Ahora explicaremos, brevemente, las funciones de cada uno de ellos:

Cerebro reptiliano: Es el cerebro más primitivo de los tres. Es el encargado de


nuestras respuestas fisiológicas, de asegurar nuestra supervivencia: los
reflejos, el control de la temperatura corporal, la respiración, los latidos del
corazón, el hambre, la sed, el sueño…


escuelaconcorazon.com
Inteligencia Emocional para padres y educadores Belén Piñeiro

Sistema límbico: También conocido como “cerebro emocional” o “cerebro


mamífero”. En él se almacenan nuestras emociones y recuerdos. Destaca la
figura de la amígdala, responsable de nuestras respuestas emocionales
tanto innatas como aprendidas. Entre las funciones y las motivaciones del
sistema límbico están el miedo, la rabia, el amor maternal, las relaciones
sociales, los celos…


Cerebro racional o neocórtex: Es el cerebro “superior”, característico de los


humanos y algunos mamíferos como los delfines. Se ocupa de la conciencia y
control de las emociones, a la vez que desarrolla las capacidades cognitivas:
memorización, concentración, autoreflexión, resolución de problemas,
habilidad de escoger el comportamiento adecuado… Es la parte consciente de
la persona, tanto a nivel fisiológico como emocional.

Quizás te resulte más fácil pensar en ellos como un ejemplo de evolución:


comenzamos única y exclusivamente por la supervivencia (reptiliano). Después
incluimos las emociones, la memoria y otras estrategias que nos ayuden a
evolucionar como especie (límbico - mamífero) y, finalmente, incluimos el
raciocinio, (cerebro racional) clave para el ser humano.


El cerebro triple de Paul MacLean

escuelaconcorazon.com
Inteligencia Emocional para padres y educadores Belén Piñeiro

Biología de las emociones


En el cerebro podemos encontrar dos elementos clave para el desarrollo
de la inteligencia emocional, son el sistema límbico y las estructuras paralímbicas
del córtex prefrontal (Teixido, 2003).

Como hemos visto, el sistema límbico o (cerebro emocional) es el centro


cerebral de las emociones.

Este sistema consta de una serie de centros que se encargan de la


formación de las emociones, entre los que se encuentran el tálamo, el
hipotálamo, el hipocampo y la amígdala. A continuación expondremos con más
detalle las funciones de cada una de estas.

• El hipotálamo es el encargado de la expresión las emociones. En anterioridad fue


la principal estructura relacionada con la actividad emocional, pero a medida que
se fue investigando se llegó a saber que el inicio se da en la amígdala.

• La amígdala es un elemento clave para en la gestión de las emociones básicas y


del instinto de supervivencia. También es la responsable de que recordemos
ciertas vivencias traumáticas de nuestro pasado, con el fin de mantenernos

escuelaconcorazon.com
Inteligencia Emocional para padres y educadores Belén Piñeiro

alejados de un peligro similar. Está íntimamente ligada al hipocampo, juntos dan


valor y almacenan las emociones.

• El hipocampo: Está relacionado con tres aspectos:

▪ La memoria declarativa y emocional: Nos permite poder describir objetos,


lugares, identificar rostros, y asociar a esos recuerdos sensaciones
positivas o negativas.

▪ La unión entre la memoria reciente y la memoria a largo plazo: todas las


acciones que realizamos en nuestro día a día, nuestras relaciones con los
demás… las hacemos desde nuestra memoria. Y los recuerdos que
formemos hoy influirán en nuestro comportamiento de mañana y del futuro
a largo plazo.

▪ La memoria espacial y la orientación: El hipocampo es el encargado de


guiarnos por ciudades, caminos y carreteras y orientarnos en una
localización determinada.

Según Damasio y Van Hoesen (1983), se considera que la corteza prefrontal es


una región relacionada tanto con la experiencia como con la expresión emocional
y es crítica para el procesamiento de emociones asociadas con situaciones
sociales y personales.

Ahora que ya sabemos dónde se generan las emociones, veamos qué funciones
tienen en nuestra vida.

escuelaconcorazon.com

También podría gustarte