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FASTIDIANDO AL ALIMON
Título original:
TEAM WORK.
Portada de
GRACIA
- A mediodía.
- Y… ¿qué te ha traído a Inglaterra?
- No está mal.
- Te será simpática.
- No lo dudo ni un instante.
- Sí, Sir.
- Exactamente.
- Me extrañó…
- Sufrí un accidente y…
- Todavía no.
- Ni uno. ¿Bajamos?
- Gracias, Benjamín.
- Sí; ¿por qué no? -¿Te parece natural? -preguntó tía Hetty
dándose aire con el pañuelo.
- Precisamente.
- Salió a dar una vuelta por el jardín. Dijo que con el rato
que nos había visto le bastaba hasta la hora de comer. Me
temo que ha cambiado mucho. Estuvo positivamente
desagradable.
- Sí que lo eres.
- Ha sonado.
- En tal caso vamos a comer.
Vamos.
- Sí, Milord.
El apostrofe hizo reír a Mr. Barton con tal fuerza que las
lágrimas rodaron por sus mejillas. Reía aún cuando entró
tío Ben.
- A partir un piñón. Para darte una idea te diré que tío Ben
me previno contra tía Ágata. Dijo que me pediría una
suscripción en favor de sus misiones. Eso fue luego de
haberme dado él un sablazo. Madruga tanto y es tan
plausible, que resulta un verdadero placer el satisfacerle.
- Francamente, no.
- Qué va a caer!
- Bien, ¿y Pam?
- En el aposento secreto.
- Sí; prosigue.
- Un poco nada más. Suerte que tenéis los ojos del mismo
color. Os arreglaré de manera que pareceréis la estampa el
uno del otro.
Mr. Barton sintió un escalofrío, pero guardó silencio. La
perspectiva de parecerse al conde Dillbury le causaba
verdadera repulsión. Empero se abstuvo de decirlo en voz
alta.
- Se enfadaría muchísimo.
- Contigo, sí.
- Repítelo.
- Lo repito. ¡Mientes!
- Sí -admitió Digby.
- A la biblioteca.
- Es verdad.
- Fue un baque.
- No me sorprendería, tío.
- Sí, Milord.
- Gracias, Milord.
- Sí; más loco que una cabra. Eso del ladrón, por ejemplo.
No hubo tal ladrón.
- Como se lo digo.
- Sí.
- Gracias.
- Sí.
- No comprendo bien…
- No lo dudo.
- No me salen mal.
- Sí.
- Adiós.
- Parece más.
- Colige y acertarás.
- Encantada de oírtelo.
- Lo soportaré resignado.
- Considérala adamantina.
- Lo advertí.
- Lord Dillbury.
- Sí, Milord.
- No, no.
- A montones.
- Dijo, ¿qué?
- Yo.
- Oh, sí.
- Ni yo tampoco.
- Me gustaría mucho.
- Gracias, Bill.
- No.
- Pues lo anuncian los periódicos. - ¡Qué divertido! ¿A
qué hora?
- De momento no se me ocurre…
- Me vino de repente.
- Bueno, y ¿qué?
- Conforme. ¿Y después?
- Así se lo sugeriré.
- No, gracias.
- Y no era cierto.
- Sí; pero…
- No estoy agitado.
- Creo que por ahí -contestó Ben-. Desde luego por ahí
intentó escapar.
- Lo deploraré siempre.
- Por complacerme.
- Exactamente.
- Estoy convencido.
- Pero, William…
- Iré, iré.
- Agua de cebada.
- Conociéndole, no lo dudo.
- De veras, Bill.
- Roddy no es un ladrón.
Barton le divertía.
- Presumo que valdrá más que le vea. Permites que vaya,
¿verdad, Jill?
- Sí.
- No me extrañaría.
Recuperada su jovialidad, tío Ben cloqueó de
desagradable modo.
- Del baño.
Mr. Barton, acariciándose la barbilla, pareció
meditabundo. Digby, resolviéndose a salir de su rincón
empezó a recoger sus ropas. En la exaltación del
momento, se había desnudado, dejándolas caer acá y
acullá por el suelo, con el resultado de que a consecuencia
de la catástrofe estaban empapadas en agua. Escalofriado
de pies a cabeza empegó a vestirse. Una casi
imperceptible sensación de lástima despertó en el seno de
su acompañante. El sujeto podía ser un pelmazo y un lata
y esto y lo otro, pero consentir que se marchase hasta su
casa en semejante estado equivalía a firmar su sentencia
de muerte. Y aunque la defunción de Digby Best,
prematura o no, pudiese redundar en beneficio de la
comunidad, a Barton se le daba un ardite de la comunidad
y de sus beneficios; pensaba en Pam y en lo que Pam
pudiese decirle.
- Yo también.
- Así es.
- Bien está. Me parece que con eso basta -dijo tío Ben-.
Ese individuo que Hetty vio era el «doble» de William. -
¿El qué de William? -preguntó tío Harry.
- En tal caso no nos queda otro remedio que creer que fue
el sujeto que has venido haciendo servir de «doble».
CAPÍTULO XVIII
- Gracias, viejo.
- La palabra de un Chavers.
- Conforme, Roddy.
- No, no.
- No, gracias.
Barton.
- Roddy, ¿qué has hecho con la ropa de Digby?
- Sí; a la rosaleda.
F I N