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EL INTERIOR DE LA BASÍLICA
La Basílica afecta en su planta la forma de una gran cruz latina; recordando con
esto, que Jesucristo fundó su iglesia muriendo en la Cruz. Esa forma se conserva
en los tres cuerpos superpuestos del edificio, significando así las tres partes
integrantes de que se compone la Iglesia moral, sociedad de los fieles
cristianos: la primera, triunfante en el cielo; la segunda, paciente en el
Purgatorio; y la tercera, militante en la tierra.
La triunfante en el cielo, está representada por el cleristory o cuerpo
superior del edificio, desde el triforio para arriba, donde todo es luz y claridad,
donde siempre sube el incienso símbolo de la oración, y donde campean los
santos y santas, refulgentes de gloria es sus vitrales policromos, que todo lo
inundan de un resplandor misterioso.
La militante en la tierra, se ve en plan terreno o pavimento del templo, vasto
teatro de nuestras idas y venidas, de nuestras luchas diarias con sus respectivas
derrotas o victorias. Entre la Iglesia triunfante y la militante, se encuentra el
Triforio, larga y estrecha galería, que nos recuerda lo largo y estrecho que es el
camino al cielo.
La paciente en el purgatorio, la tenemos por fin en la cripta subterránea, tan
lúgubre y oscura de suyo. Lastima grande es que sea además completamente
húmeda e inservible, a causa de la proximidad del río y las capas de agua del
subsuelo; pero esto mismo añade un rasgo mas a su místico significado,
dándonos a entender que el Purgatorio es un lugar poco agradable y del cual es
preciso salir lo mas pronto posible.
La Basílica tiene también en su planta la imagen de Jesús crucificado. El
Altar mayor que está en el centro y donde más se ofrece el Santo Sacrificio
de la Misa, es su dolorida cabeza.
Un poco más atrás, en el retablo, está María su Madre, como queriendo
sostener en brazos a su divino hijo. Los varios altares menores que en el ábside
circundan el mayor, le forman como una corona de espinas que destilan la sangre
redentora. Los dos altares del crucero son sus manos extendidas y horadadas
que chorrean también sangre divinal. Entre ambas manos, a la altura del corazón,
está el comulgatorio, donde Jesús se da a los fieles en el Sacramento de su amor.
Más abajo, la nave principal enteramente horadada por los arcos laterales, es
el cuerpo de Jesucristo todo llagado que envía sangre purificadora a los diversos
confesionarios que están a los costados. Finalmente las fuentes bautismales junto
a la puerta de entrada, son las sagradas llagas de sus pies, que borran el pecado
original y habilitan para andar camino del cielo.
NÁRTEX
Revestido en roble, presenta características de estilo neogóticocon una puerta
central de dos hojas con decoraciones de vitreaux, con las imágenes de cuatro
evangelistas:
San Mateo: en la parte inferior, la cara de un hombre o ángel, que representa la
inteligencia.
San Lucas: con la figura de un buey, que representa la fuerza y la mansedumbre.
San Juan: con la figura de un águila, que representa la velocidad y la altura.
San Marcos: en la parte inferior la figura de un león representando el valor.
A ambos lados de la puerta central se observan dos puertas laterales de dos hojas
también realizadas en madera por las que actualmente se accede al templo.
Antiguamente el nártex se utilizaba para que los no bautizados pudieran
presenciar la misa, como también para que no ingresara ruido desde el exterior.
Frente a la puerta lateral derecha del nártex, se encuentra la Inmaculada
Concepción, una talla de madera policromada de cuerpo entero.
A la izquierda:
La 1era: San Vicente de Paúl y San Francisco de Sales. Enfrente Santa Rosa de
Lima y Santa Lucía Mártir.
La 2da: San José y San Juan Bautista. Enfrente: Santa Filomena y San Fermín.
La 3era: San Joaquín y Santa Ana. Enfrente: Nuestra Señora de las Gracias.
Todas las ventanas, traen en el centro de su cruz alta, el monograma de Jesús
Salvador de los hombres, y unas rosas coloradas en sus cuatro lóbulos extremos:
el monograma del centro indica que Jesús murió crucificado para salvar a los
hombres, y las rosas coloradas, significan que esto lo hizo por el grande amor que
les tenía.
Segunda Capilla: Altar de Santa Rosa de Lima, con San Francisco de Asís y
San Guillermo; San Eduardo y San Jeremías. Es una hermosa donación de Doña
Margarita M. De Morgan, en honor de los Santos Patrones de sus cuatro hijos, y
de la Patrona de la América del Sud, y de su patria Argentina.
Ventanas: Cuatro escenas recordando la autoridad de los Papas en circunstancias
históricas para la Iglesia. Arriba: San Pío V, rezando el Santo Rosario, ve
proféticamente en lontananza la Armada Cristiana derrotando a los mahometanos
en el golfo de Lepanto. Al lado: San Urbano predica la Santa Cruzada para
reconquistar la tierra santa. Abajo: San Gregorio VII recibe en Canossa la
sumisión de Enrique IV de Alemania. Al lado: San León retiene al invasor y
bárbaro Atila a las puertas de Roma.
Rosetón superior: San Benito
Vía Crucis. 1era. Estación: Jesús es llevado al tribunal de Pilatos, quien se
desentiende de su muerte lavándose las manos.
Tercer Capilla: Altar de San José. Es sencillo pero cómodo y elegante. Fue
donado por Monseñor Terrero, quien tenía al Santo Patriarca una devoción
especial. El escudo de armas del Obispo figura en la parte anterior de la mesa,
con su bella divisa “Omnia ómnibus” que supo muy bien practicar durante su
largo episcopado.
Ventanas: En el centro: San José de Calasanz. Se le aparece la Virgen mientras
enseña el catecismo a los niños. A siniestra: San Gabriel Arcángel. Anuncia a
Maria su divina maternidad. A diestra: San Rafael Arcángel. Libra al joven
Tobías de un enorme pez que le acomete en su viaje.
Rosetón superior: San Ezequiel
Vía Crucis. 2da. Estación: Jesús carga con la pesada cruz. 3era. Estación: Jesús
cae por primera vez bajo el peso de la cruz.
Cuarta Capilla: Altar de San Luis Gonzaga. Su retablo imita los trípticos
plegables de remotos tiempos, y tiene cuatro pinturas al óleo referentes a la vida
del Santo: su primera comunión, su vida de oración y mortificación, su divina
vocación a la Compañía de Jesús y su muerte en el Señor. La parte anterior de la
mesa tiene un enchapado de un mármol muy raro y curioso de África. Es
donación de Doña Enriqueta L. de Dorrego en memoria de su esposo Don Luis
Dorrego.
Ventanas: En el centro: Santa Teresa de Jesús. Escribe sus obras con asistencia
del Espíritu Santo. A al izquierda: Santa Rosa de Viterbo. Siendo todavía niña y
enseñando el Catecismo, se eleva la piedra que la sostiene para dominar a su
auditorio. A la derecha: Santa Magdalena de Pazzis. Se le aparece el Sagrado
Corazón de Jesús.
Rosetón superior: San Isaías
Vía Crucis. 4ta. Estación: Jesús se encuentra con su Santa Madre. 5ta. Estación:
Jesús es ayudado por Simón Cireneo a llevar la cruz.
Quinta Capilla: Altar de San Jeremías, con San Lorenzo O’Toole y San
Quesado, dos santos irlandeses. Fue donado por Doña Margarita M. de Morgan,
para interesar a dichos santos en bien de su hijo Jeremías.
Ventanas: En el centro: S. Bruno, fundador de los Cartujos. Muere en olor de
santidad rodeado de sus monjes. A la izquierda: San Antonio Abad. Asiste a la
muerte de San Pablo, primer ermitaño. A la derecha: San Camilo de Lelis.
Solicita del Papa Sixto V, la aprobación de las Reglas de su Comunidad.
Rosetón superior: San David
Vía Crucis. 6ta. Estación: La Verónica enjuaga el rostro de Jesús lleno de sangre,
polvo y saliva. 7ma. Estación: Jesús cae por segunda vez por la llaga mortal que
se hace en el hombro.
Enfrente: Estatua de San Juan Evangelista, a cuyo cargo quedó la Virgen, a la
muerte de su divino Hijo.
Capilla absidal del fondo y eje de la Iglesia: A mano derecha, entrada a la
Sacristía, con ventanas que veremos más adelante. A mano izquierda, entrada
principal al camarín.
Tercer Capilla (3era.): Altar del Santo Rosario. La Virgen y el Niño Jesús dan
respectivamente el Santo Rosario a Santo Domingo de Guzmán y a Santa
Catalina de Sena. Es donación de la Asociación de las Madres Cristianas del
Colegio Lacordaire.
Ventanas:
Centro, Santo Domingo fundador de la Orden de Predicadores.
A la izquierda, Santa Cecilia Patrona de los músicos. Toca el órgano y canta con
los Ángeles.
A la derecha, Santa Catalina Virgen y Mártir. Con su oración despedaza una
rueda armada de garfios destinada a martirizarla.
Rosetón superior: San Daniel
Vía crucis. 12da. Estación: Jesús expira en la cruz
13era. Estación: Jesús es bajado de la cruz.
Cuarta Capilla (2da.): Altar de San Patricio, con San Malaquías y Santa
Brígida; Santa Clara y Santa Escolástica. Tiene ricos fondos verdes y hojas de
trébol y harpas doradas, distintivos especiales de Irlanda. Es donación de Doña
Margarita M. de Morgan, en bien de la Colonia Irlandesa del país.
Ventana: San Patricio predicando a los Celtas, primitivos habitantes de Irlanda.
Niño aún es arrebatado por los Ulsterianos quienes le dedican a guardar rebaños.
Espera para morir, que Santa Brígida le entregue la mortaja que le estaba
preparando en secreto.
Rosetón superior: San Basilio
Vía crucis. 14ta. Estación: Jesús es depositado en el sepulcro.
EN EL PRESBITERIO
Trasladarse desde el Crucero Oriental al centro del presbiterio, es lo que se le
ocurre a cualquiera antes de abandonar este sitio y seguir adelante.
Desde el centro de la gran cruz latina formada por la Basílica, a cualquier lado
que se dirija la mirada, el alma se siente hondamente impresionada: delante tiene
la esplendidez del Altar Mayor; a diestra y siniestra, los grandes cruceros con sus
artísticos Altares en el fondo; detrás, las elevadas naves con su magnífico rosetón
que pone en una verdadera gloria a María de Lujan que está en el medio; un poco
mas abajo, el órgano monumental, con sus 50 juegos distintos y cuya
construcción fue atendida personalmente en París por su generoso donante
Monseñor José León Gallardo.
Las naves iluminadas por la luz que atraviesa los pintados vitrales pueblan el
espíritu de una dulce emoción. Es preciso ver esas rasgadas ventanas góticas y
esos rosetones divididos y subdivididos en frágiles ramajes de piedra, a ciertas
horas del día, cuando el sol arrojando sus dorados rayos en los vitrales
polícromos, llena el templo de esa claridad misteriosa e indefinible que colora
con tintes suaves los múltiples objetos.
ALTAR MAYOR
Lo antecede una reja negra de hierro forjado, que presenta columnas de
ónix y decoraciones de mármol.
Las campanillas que junto con la sombrilla se encuentran en este altar le otorgan
al templo la condición de Basílica.
A ambos lados encontramos la sillería, y dos cúpulas en forma de capilla que
culmina en una aguja coronada por una cruz, todo realizado en roble.
A la izquierda del altar se encuentra un ambos sostenido por dos columnas de
fuste liso y capitel simple.
Anterior a la mesa se encuentran dos lámparas de pie realizadas en bronce. La
mesa se halla sostenida por 8 columnas y sobre esta se observa un sagrario en
forma de capilla.
A la derecha se observa la lámpara que simboliza la presencia del Señor y a
ambos lados del sagrario se observan 4 sagrarios menores.
El altar mayor se impone a nuestra atención desde el fondo de la nave central por
su magnitud y esplendidez. Es un conjunto de mármol blanco y bronce.
Ocupa el centro de la gran cruz latina, cual si fuera la cabeza del divino
crucificado hermosamente nimbada por los altares circulares del ábside, y
contiene las dos joyas mas preciosas del Santuario: Jesús, en su dorado
Tabernáculo, y María en su trono de gloria. Jesús está allí en primer plano,
rodeado de su Santa Madre y de sus Apóstoles, como durante su vida mortal; en
cuatro nichos elevados, dos de un lado y dos del otro, están los cuatro
evangelistas: San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan; y en el medio de
cada dos de ellos, hay un ángel dorado que toca la trompeta de la fama. Los otros
Apóstoles están más abajo, en una serie de nichos formando retablo: de un lado,
está San Pedro seguido de San Simón, Santo Tomás, San Felipe y San Andrés;
del otro, está San Pablo seguido de Santiago el Mayor, Santiago el Menor, San
Bartolomé y San Judas Tadeo.
María está más arriba, en segundo plano, ocupando entre los cuatro Evangelistas
un gran templete dorado y descansando sobre una peana giratoria, que le permite
darse vuelta hacia la nave central o el camarín según convenga. Se encuentra a su
turno muy bien acompañada: a través de su gran templete, se ve en el fondo del
ábside un rosetón polícromo con la imagen de la Santísima Trinidad. Esta divinal
familia no podía estar muy lejos de aquella Excelsa Señora que es
respectivamente Hija del Padre, Madre del Hijo y esposa del Espíritu Santo. Al
lado, en otros tantos rosetones alrededor del ábside, están los Profetas que la
vaticinaron y otros santos de especial relación, los cuales, si bien no se pueden
ver sino de mas cerca, los nombraremos sin embargo aquí como formando la
corte especial de María. A la derecha están sucesivamente: Moisés, Jeremías,
Daniel, San Basilio y San Juan Nepomuceno, este último en obsequio a
Monseñor Terrero, quien llevaba este nombre y tanto se preocupó de las cosas
del Santuario; a la izquierda están: David, Isaías, Ezequiel, San Benito y la beata
Luisa de Marillac, a cuya hija en religión se le apareció la Medalla Milagrosa.
Encima de este altar, la bóveda central adopta la forma Tudor, como para dar más
espacio a las preciosidades que ella recubre y más libertad a los hermosos vitrales
que cantan sus glorias.
Sobre los contrafuertes anteriores al altar mayor encontramos dos púlpitos de
roble con características del estilo neogótico, se accede a estos a través de 14
peldaños del mismo material. El tornavoz tiene forma de capilla y la taza
decorada por arcos ojivales y pequeñas columnas, que poseen decoraciones de
estilo bizantino
Este espléndido altar es donación de la familia Armstrong, representada por el
señor Dose y su hermana, la señora de Lariviere.
Cuarta Capilla (4ta.): Posee un confesionario. En los vitrales las imágenes del
Santo Cura de Ars, enseñando el catecismo a sus feligreses; y San Martín de
Tours, siendo todavía militar y catecúmeno divide su manto para abrigar a un
mendigo.
En la cruz alta de enfrente: El escudo de Mendoza.
Rosetón: San León Papa.
Quinta Capilla (3era.): Con una puerta lateral para el público. Realizada en
roble, de doble hoja simula una capilla, con arcos ojivales y rematada por una
cruz.
Más arriba, un pequeño rosetón con el monograma de María rodeado de 5
lóbulos que recuerdan los 5 misterios gloriosos del Santo Rosario.
En la cruz alta de enfrente: El escudo de Jujuy.
Rosetón: San Cirilo de Alejandría.
EXTERIOR DE LA BASÍLICA
Beatriz Ortiz
3 Jun 2009, 9:00am
deja un comentario
NEOGÓTICO
Podemos definir el neogótico como el estilo arquitectónico que retoma el
movimiento que se originó a finales del Siglo XII y que duró hasta el
Siglo XVI. Forma parte de las corrientes históricas que surgen de manera
nostálgica para exaltar lo que fue el mundo medieval. Imitando al gótico
original, se opone al movimiento neoclásico que le precede.
La palabra gótico proviene de “godo”, que se usaba de manera peyorativa
para definir el estilo de los bárbaros, ya que sus componentes parecían
confusos y poco dignos frente a los clásicos.
arco apuntado
bóveda de crucería
contrafuertes y arbotantes
ventanas y vidrieras
Fuente: http://www.essential-architecture.com/STYLE/STY-E05.htm
Fuente: http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=778022
San Vito, detalle interior. Praga, República Checa.
eL ARTE ROMÁNICO
Se extiende a partir del siglo XI por toda Europa Occidental. Su característica más importante
es la religiosidad, con el objetivo de provocar un acercamiento de los fieles a Dios.
En arquitectura, influye la Iglesia en los tipos de edificios construidos: iglesias, catedrales y
monasterios.
En escultura y pintura, la religiosidad está presente en la búsqueda del sentido espiritual de
las cosas, representando el interior, no la belleza.
Los artistas eran considerados como artesanos, ni siquiera conocemos sus nombres.
Arquitectura románica.
Los principales edificios construidos se hacen en piedra, los techos al principio de madera,
luego se hacen de piedra por el riesgo de la madera de arder.
Se emplean elementos romanos como la bóveda de cañón y la cúpula, que descansan sobre
arcos de medio punto y gruesas columnas y pilares. Debido al peso, se utilizan muros muy
gruesos y contrafuertes, entrando poca luz en el interior de las construcciones.
La planta de los templos es de cruz latina, el brazo largo tiene una o varias naves que acaban
en el ábside. El brazo corto se llama crucero o transepto.