320.9861U76r Prologo Otto Morales “Al país se le ha creado una visión distorsionada de lo que fue la regeneración Conservadora de Núñez y Caro. Para proponerla como modelo se ha intentado borrar la obra constructiva, modernizadora de las calidades del Estado, que adelanto el Radicalismo. Y en esta deliberada argucia naufragan mentes muy liberales, inducidas por texto de autores que han figurado como tales, pero su tendencia es hacia la permanente glorificación del autoritarismo…El siglo XIX no se comprende en la historia colombiana sin los cambios que el radicalismo logro al eliminar los últimos vestigios coloniales: en la legislación, en formas y manejos del Estado, en conceptos doctrinarios sobre los principales motivos de preocupación de la comunidad.” (Morales, 1985, pág. 9) “La pérdida del poder y su reemplazo por una posición antípoda ideológicamente, con la vuelta al dominio del “hispanismo”, que es como regresar al colonialismo y a la preponderancia imperial de la iglesia. Es decir, la existencia, otra vez de las formas contra las cuales libró el radicalismo su batalla administrativa e impuso su ideología. El alcance monárquico que imperó en los actos del gobierno de la Regeneración y su justificación, exigía el predominio de condenas contra lo cual se venía luchando.” (Morales, 1985, pág. 10) “Es la prensa un medio de libertad. Ese es su signo. Y los artículos o ensayos que allí se publican, van diciendo el mensaje con certeza, la esperanza trunca, el destino frustrado, el renacer de otras expectativas, el influjo ardiente de condenas por actos matreros ejecutados contra el común” (Morales, 1985, pág. 12) “El señuelo engañoso de acabar con las revoluciones armadas y de estrechar los lazos de la unión entre los estados -bandera del movimiento regenerativo- fue deshecho estruendosamente por la guerra civil más larga y sangrienta que hayamos tenido y por la desmembración del territorio nacional, como prueba inconclusa de que los poderes ilimitados son incapaces de fundar una paz estable y duradera, porque al monopolizar la vida política de un pueblo, trastornan la marcha ordenada de las sociedades y mantiene vivos y palpitantes los motivos para la protesta y el alzamiento revolucionario” (Morales, 1985, pág. 24) “Hay sectores cultos que se niegan a aceptar la trascendencia de los periódicos en la investigación histórica. La miran, con desvió. Les parece inoportuno que se recurra a unas hojas frágiles, donde el mundo asoma, a veces, con desvaríos. En cuanto avanzan las técnicas sociales, se consulta más a esas páginas amarillentas, arremolinadas entre las hemerotecas. Porque nuestros países andan rectificando antiguos caminos que se tomaron para formular conclusiones. Hay un espíritu y desvelo para decir como fue el nacimiento de nuestras nacionalidades.” (Morales, 1985, pág. 15) “La prensa sufría muchas dificultades. En el libro del maestro German Arciniegas, acerca de Alfredo Greñas, cuenta como era el manejo de la prensa. La ley 61 o de los caballos, tenía las disposiciones que urgía el régimen para impedir la libre circulación del pensamiento. Pero algo más: tampoco había garantía en algo que se asegura en las diferentes partes del mundo, con exclusión de las dictaduras, que es la correspondencia privada” (Morales, 1985, pág. 57) “El liberalismo, desde el momento en que se promulgó la constitución de 1886, levantó sus palabras de protesta. Comprendió que el tratamiento que continuaría recibiendo seria aún más aberrante. Ella no se aplicó, pues rigieron los artículos transitorios. Y se consagró un adefesio jurídico como que la ley regia aun cuando estuviera en oposición a la constitución. Pues esto le daba al gobierno el manejo de cualquier situación a la medida de su antojo. No existía, por lo tanto, orden jurídico que detuviera el despotismo.” (Morales, 1985, pág. 72)