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Sequía

anomalía climatológica transitoria en la que la disponibilidad de agua se sitúa por


debajo de lo habitual de un área geográfica
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Los suelos resecos suelen agrietarse debido a la falta de lluvia.


La sequía es una anomalía climatológica transitoria en la que la disponibilidad de
agua se sitúa por debajo de lo habitual de un área geográfica. El agua no es
suficiente para abastecer las necesidades de las plantas, los animales y los
humanos que viven en dicho lugar.

La causa principal de toda sequía es la falta de lluvias o precipitaciones, este


fenómeno se denomina sequía meteorológica y si perdura, deriva en una sequía
hidrológica caracterizada por la desigualdad entre la disponibilidad natural de
agua y las demandas naturales de agua. En casos extremos se puede llegar a la
aridez.

Si el fenómeno está ligado al nivel de demanda de agua existente en la zona para


uso humano e industrial hablamos de escasez de agua.

Tipos de sequía
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Sequía hidrológica: Un barco encallado por el repliegue del mar de Aral.


Cuando persiste la sequía, las condiciones circundantes empeoran gradualmente y su
impacto en la población local se incrementa. Se tiende a definir la sequía en tres
formas principales:[1]

La sequía meteorológica se produce cuando ocurre un período prolongado con menos


precipitación que la media. La sequía meteorológica suele preceder a las otras
formas de sequía.
La sequía agrícola es la que afecta a la producción de cultivos o la ecología del
área biogeográfica. Esta condición también puede surgir independientemente de
cualquier cambio en los niveles de precipitación, cuando las condiciones del suelo
y la erosión provocada por actividades agrícolas mal planificadas causan un déficit
en el agua disponible para los cultivos. Sin embargo, por lo general una sequía
agrícola tradicional es causada por un período prolongado en la cual la
precipitación cae debajo del promedio.
La sequía hidrológica se produce cuando las reservas de agua disponibles en fuentes
como acuíferos, ríos, lagos y presas caen por debajo de la media estadística. La
sequía hidrológica tiende a aparecer más lentamente porque se trata de agua
almacenada que se utiliza pero no se repone. Aunque una sequía hidrológica suele
ser provocada por una precipitación deficiente, también pueden tener otras causas.
Por ejemplo, Kazajistán recientemente recibió fondos del Banco Mundial para
restaurar el agua del mar de Aral que se había desviado hacia otras naciones
durante la época de la Unión Soviética.[2] Circunstancias similares también ponen
al lago Baljash, su lago más grande, en riesgo de secarse por completo.[3] Sin
embargo, es necesario señalar que, en el caso del Mar de Aral, cuya única fuente de
alimentación es la que constituyen los ríos Amu Daria y Syr Daria la causa de su
desecamiento progresivo ha sido el uso tan intenso que se ha hecho de sus aguas
para el riego de la zona desértica de las cuencas de dichos ríos. De hecho, la gran
cantidad de poblaciones existentes en sus riberas, no se explicarían si no fuera
por sus aguas. [4]
Consecuencias
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Una gacela de Mongolia muerta debido a la sequía.
Los períodos de sequía pueden tener importantes consecuencias para el ambiente, la
agricultura, la economía, la salud, y la sociedad. Los efectos varían dependiendo
de la vulnerabilidad. Por ejemplo, los agricultores de subsistencia son más
propensos a migrar durante una sequía, ya que no tienen fuentes alternativas de
alimentos. Las áreas con poblaciones que dependen de la agricultura de subsistencia
como fuente principal de alimento son más vulnerables a la hambruna.

Las consecuencias más comunes de la sequía incluyen:

Disminución de la producción agrícola y de la capacidad de carga del ganado.


Malnutrición, deshidratación y enfermedades relacionadas.
Hambruna debido a la pérdida de los cultivos alimentarios.
Migración masiva, resultando en un gran número de desplazados internos y
refugiados.
Daños al hábitat, afectando la vida silvestre en la ecorregión terrestre y
acuática.[5]
Tormentas de polvo, cuando la sequía afecta un área que sufre de desertificación y
erosión
Descontento social, conflictos y guerras por recursos naturales, incluyendo agua y
alimentos.
Interrupción de venta de alimentos en el mercado
Fenómeno global
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La sequía es una característica normal y recurrente del clima en la mayor parte del
mundo. Es uno de los eventos climáticos más antiguos documentados, presente en la
Epopeya de Gilgamesh y en la historia bíblica de la llegada de José en el antiguo
Egipto, y el Éxodo.[6] Migraciones de cazadores-recolectores en Chile en 9500 a. C.
fueron vinculados con este fenómeno climático,[7] al igual que el éxodo de los
primeros seres humanos fuera de África hacia el resto del mundo hace alrededor de
135.000 años.[8]

El hombre moderno tiene la capacidad de mitigar la mayor parte del impacto de las
sequías a través del riego y la rotación de cultivos. Si se omite el desarrollo de
estrategias adecuadas de mitigación de sequías en la era moderna, el costo humano
suele ser muy alto, que puede verse agravado por una creciente densidad de
población.

Regiones afectadas
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Las áreas afectadas durante la sequía del Sahel de 2012.

Mapa con las zonas donde hay sequías en el Perú, ya sea por temporada o de forma
permanente.
Las sequías recurrentes que conducen a la desertificación en el Cuerno de África
crearon graves desastres ecológicos, y provocaron hambrunas generalizadas que
persisten en la actualidad.[9] En el noroeste de la región del Cuerno de África, el
conflicto de Darfur en Sudán, que afectó también a Chad, fue alimentado por décadas
de sequía; la combinación de sequía, desertificación y sobrepoblación son algunas
de las causas del conflicto de Darfur, ya que los nómadas baggara de origen árabe,
en busca de agua para su ganado tornaron hacia el sur, en tierras principalmente
ocupadas por agricultores no árabes.[10]

Según un informe de la ONU sobre el clima, los glaciares del Himalaya, que forman
las fuentes de los principales ríos de Asia —Ganges, Indus, Brahmaputra, Yangtsé,
Mekong, Salween y Amarillo— podrían desaparecer para el año 2035 debido al
calentamiento global.[11] Aproximadamente 2,4 mil millones de personas viven en la
cuenca de drenaje de estos ríos.[12] En las próximas décadas, la India, China,
Pakistán, Bangladés, Nepal y Birmania podrían experimentar inundaciones seguidas de
sequías. Las sequías que afectarían el río Ganges en India son motivo de especial
preocupación, ya que el río proporciona agua potable y agua de riego para más de
500 millones de personas.[13][14][15] La costa oeste de América del Norte, que
obtiene gran parte de su agua de los glaciares que se encuentran en cordilleras
tales como las Montañas Rocosas y la Sierra Nevada, también se vería afectada.[16]
[17]

En 2005, partes importantes de la cuenca del Amazonas experimentaron la peor sequía


en 100 años.[18][19] Un estudio del Woods Hole Research Center de 2006 sugiere que
en su forma actual el bosque en la cuenca del Amazonas sólo podría sobrevivir tres
años de sequía.[20][21] Los científicos del Instituto Nacional de Pesquisas da
Amazônia (INPA) argumentan que esta vulnerabilidad a la sequía, junto con los
efectos de la deforestación sobre el clima regional, están empujando la selva hacia
un "punto de inflexión" donde comenzaría a morir de forma irreversible. Llegan a la
conclusión de que el bosque está al borde de convertirse en sabana o desierto, con
consecuencias catastróficas para el clima del mundo. De acuerdo con el WWF, la
combinación del cambio climático y la deforestación aumenta el efecto del secado de
los árboles muertos el cual alimenta los incendios forestales.[22]

Causas
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Archivo:Ancient Dry Spells Offer Clues About the Future of Drought.ogvReproducir
contenido multimedia
Las antiguas civilizaciones mesoamericanas pueden haber amplificado las sequías por
la deforestación.
En general, las precipitaciones se relacionan con la cantidad de vapor de agua
transportada por la atmósfera y el punto de rocío, determinado por la temperatura
del aire, en combinación con el movimiento ascendente de la masa de aire que
contiene vapor de agua. Si estos factores combinados no soportan volúmenes de
precipitación suficientes que alcanzan la superficie de la tierra, el resultado es
una sequía. Esto puede ser provocado por un elevado nivel de reflexión de luz solar
(alto albedo), y sobre todo la persistencia, superior al promedio, de vientos de
sistemas de alta presión llevando aire continental (más seco) en lugar de aire
oceánico (más húmedo), así como barras de áreas de alta presión cuyas conductas
impiden o restrinjan el desarrollo de tormentas eléctricas o lluvias sobre una
determinada región.

Los ciclos climáticos oceánicos y atmosféricos, como El Niño-Oscilación del Sur,


hacen de la sequía una característica recurrente y regular de las Américas y
Australia. Otra oscilación climática, conocida como la Oscilación del Atlántico
Norte, ha sido atada a las sequías en el noreste de España.[23]

La actividad humana puede directamente desencadenar factores agravantes —tales como


la sobre-explotación de la tierra, el riego excesivo,[24] y la deforestación— que
fomentan la erosión y afectan negativamente a la capacidad de la tierra de capturar
y retener el agua.[25] Mientras que los efectos de éstos factores tienden a ser
relativamente aislados en su alcance, se prevé que las actividades que conducen al
cambio climático global pueden desencadenar sequías con un gran impacto en la
agricultura a nivel global,[26] y especialmente en países subdesarrollados.[27][28]
[29] En general, el calentamiento global se traducirá en un aumento de las
precipitaciones en el mundo.[30] Junto con las sequías en algunas zonas, las
inundaciones y la erosión se incrementarán en otros.

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