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Sábado 28 de Marzo de 2015

Qué es aprender, en la palabra de los chicos


"Conociendo la ciudad de Rosario con Rosarito y Monú" es el libro de la profesora Miriam Acuña
pensado para acercarse a la historia de a ciudad, desde sus orígenes hasta la actualidad. La obra incluye
propuestas de trabajo para el aula, lecturas, datos históricos más una variedad de ideas y actividades
para seguir la investigación del tema. El trabajo fue pensado especialmente para utilizarlo con alumnos
de la escuela primaria. Este año presentó la segunda edición. La publicación se puede conseguir en la
librería Logos, de Entre Ríos 78. El libro está pensado para el tercer grado de la escuela primaria, y en
particular para ciencias sociales.

Los dos 6º grados de la Antonio Berni de Funes, junto a sus maestras. “Aprender es ir a la escuela a
aprender materias importantes, a ser buen amigo con los chicos nuevos” y “es una manera de seguir
profundizando lo que nos gusta”, opinan.

Para Irene, de 6º grado, aprender “es una forma de crecer, porque te ayuda en la vida cotidiana. Por
ejemplo: la suma te ayuda para comprar cosas en el supermercado”. Mientras que Ana Julia considera
que “es saber más de diferentes formas” y Tomás que “es tener un mundo interesante, de gran
conocimiento. Ir contento a la escuela, sonreír, prestar atención. Ser feliz”. Son sólo algunas de las
respuestas con las que los chicos y chicas de 6º grado de la Escuela Nº 1.388 Antonio Berni de Funes
sorprendieron a su maestra.

Una experiencia que suma la palabra de los más pequeños a profundos debates pedagógicos.
Mónica Escudero se unió este año como maestra de grado a la primaria Antonio Berni. “Una escuela
nueva, con un edificio hermoso”, describe. Como toda nueva experiencia, la maestra quiso saber qué
esperaban sus nuevos alumnos de su trabajo. Junto a un texto de bienvenida les propuso que
respondieran ¿qué es aprender? “Es algo clave, que me orienta a saber cómo enseñar mejor”, repasa la
docente al contar las razones de este ejercicio de intercambio y sobre un proceso nada sencillo como es
el de enseñanza-aprendizaje. El hincapié de los chicos estuvo en acordar en “que no hay una sola
manera de aprender, y por tanto hay muchas maneras de enseñar”. Así, Victoria, de 6º A, definió:
“Para mí aprender no sólo es aprender en el colegio, sino que podamos aprender fuera de nuestras
aulas. Por ejemplo: todos aprendemos de distintas maneras, todos tenemos nuestra forma de ser, quiero
decir que tenemos distintos gustos. El colegio no tiene que ser sólo escribir y dictar, no, tiene que
haber distintas formas de aprender, como aprender haciendo cosas que nos gustan. Porque somos todos
diferentes, no puede haber una sola forma. Yo creo que aprender haciendo cosas que nos gustan, es
mucho más efectivo que aprender leyendo libros y recitando diálogos.

Hay que ser creativo y original y, obviamente ¡divertido! ¡Eso es aprender para mí!”.
Para la maestra de 6º, que enseña lengua y ciencias sociales, esas definiciones que aluden a diferentes
formas de aprender, le marcan “que también hay diferentes formas de enseñar, y piden que «no sea
siempre lo mismo»”. “Y —profundiza— los chicos también nos dicen que ellos son diferentes”.
El oficio y la teoría la han convencido que para un mejor aprendizaje no es menor saber qué piensan
sus alumnos, poner en un lugar relevante sus opiniones: “Creo que hoy hay tanta confusión sobre lo
que es calidad educativa, inclusión, igualdad, que es bueno aportar la visión que tienen los alumnos”.
Y cuando se avanza en este camino, lo que aparece es “que piden más sabiduría, conocer el mundo”.
Para resumir la meta de esta iniciativa pedagógica, responde con una reflexión propia: “Si somos
capaces de leer con el corazón lo que dicen los niños, comprenderemos mejor la teoría; porque no hay
mejor manera de entender algo, que en la simpleza del decir de nuestros niños”.
Divertirse, estar con amigos, escuchar a los padres, memorizar, sumar información, de todo esto
hablaron los alumnos y alumnas de 6º grado en sus respuestas. “Para mí aprender es sentirse bien y que
podés avanzar siempre para adelante. Además me hace saber que ser diferente no es algo malo, sino
algo bueno” (María Pía); “Aprender es que te enseñen cosas de distintas maneras” (Candela),
“Significa estudiar algo y saberlo memorizándolo, cada uno de manera diferente” (Lara) y “Es crecer
juntos con amigos, crear cosas nuevas” (Catalina).
“Es enseñar, divertirse y sorprenderse, aprender jugando y sentirse bien aprendiendo” (Manuela); “Es
jugar, divertirme, pasarla bien y saber nuevas cosas interesantes” (Franco) y “Es agregar información
a la mente, digamos que hay una computadora y yo le agrego información, de tal manera que pueda
responder a una mayor cantidad de preguntas. Eso es justo lo que pasa con el cerebro o mente”
(Lucas). “Es una manera de saber sobre nuevas cosas y tener un mejor futuro” (Martín) y “Es
desarrollar el cerebro para el aprendizaje” (Valentino).
Octavio consideró que aprender “es lindo. Aprendés una cosa y después lo reconocés y es lindo. Y ya
sabés que significa”, mientras que Matías dijo que “es como un mundo, si ese sorprendente universo de
nuevas culturas, relatos increíbles que vuelan por tu cabeza y te impresiona cuánto más podés lograr.
Un mundo en el que todos se relacionan y se respetan. Ese mundo construye futuro todos los días” y
Erick que “es descubrir, porque cuando aprendés no solo aprendés a descubrir cosas nuevas, también
aprendés. Tiene mucho que ver con la escuela aprender. Así para mí aprender es estudiar y descubrir”.
Para Tomás aprender “es ir a la escuela a aprender materias importantes, a ser buen amigo con los
chicos nuevos y aprender las reglas de convivencia”, y para Delfina “que te enseñen cosas nuevas”. En
tanto que Ornella explicó que “mientras alguien enseña, el otro va tratando de saber lo que le enseñan”.
Juan aseguró que “es un beneficio para la vida, para saber más” y Mateo que “es una manera de seguir
profundizando lo que nos gusta”. También Alvaro dio su opinión: “Es adquirir cosas que no se sepan,
como información del colegio o del exterior. Por ejemplo: cuando nos vamos de viaje y vamos a visitar
un museo o vamos a una excursión en grupo”. Y Lucio respondió que “es saber algo nuevo, aprender
algo nuevo”.También contestaron Manuela que dijo que aprender “es enseñar, divertirse y
sorprenderse, aprender jugando y sentirse bien aprendiendo”; Fiona para quien “es importante, te
ayuda a hacer muchas cosas que no sabés, y también podés ayudar a los demás a aprender mucho
más”.

“Es aprender cómo hacer un montón de tarea, pero sin hacer”, expresó Agustina y “es saber hacer
cosas con tus compañeros, ser inteligente para seguir con tus amigos y poder divertirse”, según dijo
otro Tomás. Además de la mirada de Margarita: “Aprender es bueno porque cuando seas grande te va a
servir en un trabajo todo lo que aprendiste y te sirve también para poder enseñar a otros lo que ellos no
pueden aprender”

Herramienta. Mónica Escudero dice que tener presente la palabra de los chicos es también una
herramienta para entender y orientar la enseñanza. Algo sobre lo que opina con un infinito optimismo.
“El chico es capaz, puede desde que nace. Hay que darle todo lo que se pueda exigir, siempre para
orientando arriba lo que hay que dar, para bajar siempre tendremos tiempo. Hay que apostar a la
esperanza.”
La idea de preguntar a los chicos sobre lo que aprenden y comparten en la escuela, se apoya en
valiosas experiencias pedagógicas de todos los tiempos. Una bien recordada es la del maestro
uruguayo José María Firpo que recopiló definiciones, notitas, diálogos, anécdotas y respuestas de sus
alumnos. Ese amoroso trabajo lo volcó en el libro “¡Qué porquería es el glóbulo!”, editado por primera
vez en 1976. En el prólogo, Firpo escribió: “La idea de recoger lo que ud. va a leer fue sugerida allá
por 1945 o 1946 (...) Leerá usted aquí lo que se oye, se escribe, se ve, o, en una palabra se vive en una
escuela. (...) ¿Y el que reunió este material, quién es? Un maestro que ama muchas cosas: la escuela,
los niños, el pueblo en que nació y vivió, Piñera; un buen mate; sus amigos. Un maestro que ama su
profesión”.

“Conocer el misterio de las cosas”

¿Qué es aprender? la pregunta disparó entre otras respuestas, la de Bianca: “Es un misterio porque no
se sabe lo que tenemos que hacer ni como lo tenemos que hacer, también es emocionante porque
descubrimos el misterio de las cosas”; la de Ciro: “Yo pienso que aprender es muy bueno y es empezar
a saber y entender cosas que antes no sabíamos y es muy bueno y para eso hay que esforzarse”.
Alina atribuyó un papel clave a los adultos: “Aprender es cuando tus papás o maestros te enseñan
algo”. Mientras que Abril respondió: “Es saber algo, entender por dibujos, señas, leer, hablar, me
refiero a comunicar lo que uno sabe a otra persona y así sucesivamente”. También Gina dijo que
implica “de distintas maneras saber más cosas para ayudarte en el futuro” y Agustina que “las personas
que te quieren, quieren que aprendas y también aprendes uno cuando miramos, escuchamos,
sentimos”. Para Melina “es cuando alguien te enseña algo. Como por ejemplo los maestros te enseñan
a leer, escribir y muchas cosas más. También se pueden aprender lenguajes y maneras de expresarse”,
y para Juan Ignacio “es una manera de comprender algo, ser educado, solidario, respetuoso”, también
de “obtener sabiduría”, como consideró Ignacio o bien “es cada vez ser un poquito mejor”, según
Lautaro.
También afirmaron que aprender “es una nueva etapa de aprendizaje” (Agustín); “Es saber lo que no sé
y poderlo saber para el futuro” (Manuel); “Es recibir conocimiento nuevo, dibujar, escuchar y aprender
a leer” (Mateo) y “Es una forma de interesarse en uno o varios temas determinados. Es lindo
interesarse, ya que querés aprender y saber más de ese o esos temas” (Abril).
Valentino se entusiasmó con la pregunta de la maestra nueva y respondió: “Aprender es saber algo
que pasó, pudo haber pasado, y podría pasar tanto en la vida como en todo. Aprender es saber más
sobre el mundo y el universo. Aprender es saber hacer un mejor futuro. Aprender es imaginar, crear y
hacer”. Lucas expresó que “es una enseñanza que ayuda para nuestro futuro” y Diamela que “es
entender algún tema, preguntar cuando no se sabe algo y ahí entender cómo es ese tema”.

¿Es necesario y sirve estudiar de memoria?

¿Sirve estudiar de memoria? La pregunta dispara el debate entre los lectores de la revista “El Monitor”
del Ministerio de Educación de la Nación. Publicación digital que se lee en elmonitor.educ.ar El
puntapié lo dan dos reflexiones de docentes e investigadores. La edición propone pensar sobre la
memorización como estrategia de enseñanza y aprendizaje, como parte de la cultura escolar. ¿Es un
ejercicio necesario? ¿Existen contenidos que se aprenden mejor de memoria? Las preguntas las
recogen los expertos Melina Porto y Gabriel Gellon. Pero la invitación está abierta para que los
lectores, en especial docentes y estudiantes, ingresen al sitio y den su mirada.
“Sobre por qué los educadores en ciencia aborrecemos la memorización” titula su trabajo Gabriel
Gellon, doctor en ciencias biológicas, docente y autor de numerosos libros de divulgación científica.
“Muchos estudiantes de la ciencia (y esto incluye, obviamente, a quienes la enseñan) tenemos cierta
aversión por las demostraciones de memoria, y una mucho mayor por la memorización. Tendemos a
decir que lo importante no es recordar, sino razonar claramente desde primeros principios. Nos
burlamos del saber enciclopédico y mucho más del esfuerzo de recordarlo todo. En gran medida,
asumimos que memorizar y entender son mutuamente excluyentes. Hay muchas razones para que
desdeñemos la memorización. Y aunque quizá no lo hagamos por razones válidas, el hecho de que
manifestemos esa desconfianza es en sí un signo interesante. No quiero discutir aquí si estudiar de
memoria es bueno o no: la respuesta será compleja, y dependerá de contextos educativos, culturales y
disciplinares.

Más bien quisiera rastrear el origen de la aversión por la memoria de quienes amamos el pensar”, dice
Gellon.“Gran parte de nuestro desdén por el memorizar proviene del simple hecho de que en verdad
existe, a nivel cognitivo, cierto roce entre la memoria y el razonamiento”, opina y continúa en un rico
análisis: “Esto fue estudiado por primera vez por Aleksander Luria en Rusia. Tenía un paciente,
Solomon Shereshevsky, que poseía una memoria extraordinaria, casi perfecta, pero era incapaz de
abstraer ideas o de entender el lenguaje figurado o la poesía. Borges lo explica sintéticamente en Funes
el memorioso: «Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer». Abarrotado de detalles, Ireneo
Funes (como Shereshevsky) ya no podía pensar. Varios estudios en distintos organismos como moscas
de la fruta y ratones muestran que olvidar es esencial al proceso de aprendizaje y que una memoria
perfecta compite con la capacidad de abstraer. Estos resultados no muestran que recordar sea
incompatible con razonar, solo que olvidar es necesario para abstraer. Y claro está que uno puede no
abstraer sin necesidad de tener una memoria perfecta. Quizá una razón más importante tenga que ver
con la tendencia, en alumnos, docentes y currículos, de vender gato por liebre, de tratar de atiborrar de
datos y hechos espacios que deberían estar poblados de relaciones lógicas.”

Razonar“En suma, —sostiene el docente— lo que vemos con los estudiantes, docentes y diseñadores
de currículum sugiere que la memorización no necesariamente compite con la capacidad de razonar
sino que coloniza los espacios que el razonamiento deja vacantes cuando deja de operar. Cuando a los
estudiantes, presa de la fiaca, les es muy difícil comprender la lógica disciplinar, lo cambian por la
memorización superficial. Los docentes, cuando no comprenden el fondo de los temas que enseñan (no
ya su trasfondo epistemológico sino simplemente su fundamento disciplinar), cambian los fenómenos
y los conceptos por terminología vacía. Los currículums, al hacerse muy extensos, nos empujan a la
mera enumeración. Es muy posible que la memorización, y el recuerdo de datos clave o interesantes,
sean importantes o útil a la hora de hacer nuestra educación más completa. La vilificamos cuando
sentimos que toma el lugar de un necesario ejercicio de razonamiento profundo o de comprensión
genuina. Pero quizá la culpa no sea de una memorización muy agresiva sino de una actitud racional
que se deja avasallar. Quizá debamos abandonar la sombra de Funes, dejar de pensar que por recordar
mucho pensamos poco, y simplemente tratar de pensar lo más que podamos”.

Otro aporte.  Por su parte, la doctora Melina Porto, de la Universidad Nacional de la Plata e
investigadora del Conicet, analiza “El rol de la memoria y la memorización en la enseñanza” desde su
formación en enseñanza de lenguas extranjeras, en particular inglés. Hace un recorrido sobre distintas
corrientes de enseñanza de esta lengua, donde cada una dio un lugar diferente al recurso de la memoria
a la hora de aprender.

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