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¿QUÉ ESTÁ EN JUEGO EN LA

METAPSICOLOGÍA?

Rodrigo Zamora Gómez

Maestría en Clínica Psicoanalítica

Materia: Metodología de la Investigación.

13 de enero de 2017. Puebla Pue.


Introducción
La epistemología freudiana y su vástiga la Metapsicología, son los lineamientos indispensables para
pensar en la originalidad de la obra de Sigmund Freud, y particularmente lo inédito de su objeto, lo
Inconsciente. Pero desde la constitución del Psicoanálisis, hasta nuestros días, hay algo que está en
juego, y que es necesario tratar de ubicarlo, puesto que ha existido, y se mantiene aún cierto ataque
constante respecto a su validez y formalidad. Para quienes estamos interesados en este saber, es
necesario tomar alguna postura teórica-metodológica, puesto que el interés sobre la subjetividad
ha redundado en un discurso trillado y vaciado de sentido por las posturas cientifisistas, las cuales,
bajo la perspectiva de objetividad, lo arrinconan en el espacio de lo ocioso.
A manera de preludio
“Juego” del latín iocus, el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, nos brinda once
significados, de los cuales, me gustaría poner en relieve los siguientes:
1. m. Acción y efecto de jugar por entretenimiento.

2. m. Ejercicio recreativo de competición sometido a reglas, en el cual se gana o se pierde.

10. m. Conjunto formado por un determinado número de ciertas cosas similares y para un
mismo fin, que suelen ir juntas o usarse juntas.

De estas tres acepciones, en las primeras dos destaca el sentido de entretenimiento y recreación,
con reglas en donde se gana o se pierde; pero en la siguiente habla de un “conjunto”, el cual
contiene cosas similares y para un mismo fin.
A fin de partir de un punto, quisiera hacer una combinación de estas definiciones, como un ejercicio
mental que me permita discurrir ciertas ideas diciendo lo siguiente: el juego puede tratarse de un
conjunto de cosas similares destinadas a un mismo fin, sometido a reglas en donde se puede ganar
o perder.
¿Cuántos ángeles caben en la punta de una aguja?
La teoría freudiana comienza a desarrollarse a finales del siglo XIX, época en que la ciencia moderna
ya estaba constituida y en funcionamiento, siendo en 1914 cuando se concreta la originalidad
epistemológica y teórica freudiana con su metapsicología, es decir, el psicoanálisis surge dentro de
la era científica moderna y sus fundamentos epistemológicos forman parte de la misma.
Sin embargo, me parece importante establecer cierto punto de partida a través del siguiente
cuestionamiento: los problemas intelectuales son diferentes o permutables en cada época, o es la
teoría y el método lo que ha sufrido cambios intentando resolver enigmas semejantes. Es una
pregunta amplia que el límite de este escrito no permite responder, pero me es útil para plantear
cierta posición respecto al freudismo y su metapsicología.
A. Koyré, (1977) menciona que en los orígenes de la ciencia moderna hay una relación con la Edad
Media y una de las concepciones teóricas tiende a demostrar que la ciencia moderna es una
invención medieval por su inspiración filosófica y metodológica.
Asimismo, los filósofos cristianos medievales estaban interesados en responder sobre el modo en
que la teoría debía estar relacionada a los hechos observados, por lo que se plantearon dos
problemas metodológicos: la falsación y la verificación (en el caso de las matemáticas) y de
resolución y composición (para las ciencias naturales), siendo el método experimental el modelo
para resolver estas cuestiones, es decir, el de verificar la exactitud de los principios o de las causas

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sometiéndolos a la experimentación. En otras palabras, la discusión transcurría entre la relación
teoría y método, subsumida en los dos grandes problemas de nuestra Filosofía, heredados de la
Filosofía Griega, los problemas del saber y del ser (Koyré, 1978: 20).
Si bien el mismo Koyré señala, que en la época medieval del siglo VI al XI fue una época de profunda
barbarie política, económica e intelectual, también existió una época fecunda en el plano
intelectual y artístico desde el siglo XI hasta el XIV a la que debemos el arte gótico y la filosofía
escolástica, esta última influida principalmente por el pensamiento de Platón y Aristóteles
(1978:16).
Siguiendo a Koyré, comenta que aunque el término escolástica puede tener un sentido peyorativo
debido a discusiones estériles de problemas imaginarios, temas ridículos y ociosos sobre los que
discurrían profesores y alumnos de las Universidades de Paris, Oxford y El Cairo, sanciona:
“¿eran más ridículos y ociosos que los que hoy se discuten? […] Así, ¿hay algo más ridículo que
preguntarse cuántos ángeles pueden colocarse en el extremo de una aguja? ¿O si el intelecto
humano está situado en la Luna o en otro lugar? Sin duda. Pero solo en tanto no se sabe o no
se comprende lo que está en juego […] lo que está en juego 1es saber si el espíritu, si un ser o
un acto espiritual –un juicio por ejemplo- ocupa o no un lugar en el espació” (Koyré, 1977: 17)

A partir de aquí puedo formular mi pregunta precisa ¿qué está en juego con la metapsicología
freudiana en tanto construcción epistemológica del psicoanálisis?
Psiqué y Metapsicología
Quisiera ir al punto. Es subrayable como lo “psi” está incluido en los conceptos psicoanálisis y
metapsicología.
Freud en un texto preanalítico menciona:
“Psique es una palabra griega que en alemán se traduce Seele [alma]. Según esto, tratamiento
psíquico es lo mismo que tratamiento del alma. Podría creerse, entonces, que por tal se
entiende tratamiento de los fenómenos patológicos de la vida anímica.” (Freud, 1890:115)

Sin embargo, posteriormente hace una precisión:


“Pero no es el significado de la expresión. Tratamiento psíquico quiere decir, más bien,
tratamiento desde el alma –ya sea de perturbaciones anímicas o corporales- con recursos que
de manera primaria e inmediata influyen sobre lo anímico del hombre.” (Freud, 1890, p. 115)

De lo anterior puedo entender lo siguiente. La psique, o el alma, puede asemejarse a “vida anímica”,
y esta puede sufrir fenómenos patológicos, y también el tratamiento desde el alma se refiere a
recursos que influyen en lo anímico del hombre, ya sean perturbaciones anímicas o corporales.
Entonces considero que Freud hace una síntesis, lo anímico y lo corporal podría ser pensado como
unidad.
Pero Freud en esta época está imbuido dentro de la ciencia moderna, y está hablando de psique,
alma, lo cual no es objetivable, sino más bien metafísico y por lo tanto es discutible su estudio. Sería
algo así como preguntarse sobre la existencia de los ángeles en un alfiler. Aquí, nuevamente, algo
está en juego.
Me dirijo nuevamente a Koyré (1978), quien nos da una pista.

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Las negritas son mías.

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Recapitulando, este autor nos dice que el saber y el ser son los problemas heredados a la filosofía
occidental, por la filosofía griega y, además, hay una exhortación délfica socrática: conócete a ti
mismo. De acuerdo a la manera de responder a esta exhortación se es platónico, aristotélico.
Por parte de los platónicos medievales, pensaban que Dios es el mismo Bien creador, fuente
inagotable de perfección y belleza, eterno e inmutable, el único que vale la pena ser perseguido. El
concepto alma tiene una importancia fundamental, debida a que en ella habita la verdad, y esta es
Dios, por lo tanto él es quien habita en nuestra alma. Así, el hombre es un alma unida a un cuerpo,
al cual gobierna y guía.
Asimismo, Dios imprime al alma el reflejo de las ideas eternas, que son las de la perfección, del
número (con las cuales Dios creo el mundo sensible) y es hacia ellas donde debe dirigirse el
pensamiento, apartándose del mundo que se ofrece a nuestros sentidos. Entonces, el conocimiento
matemático es el modelo platónico del saber, y las pruebas de la existencia de Dios se basan en los
principios de causalidad y finalidad.
Así, entonces la existencia de Dios-verdad, de una perfección absoluta se deduce de la existencia
de verdades fragmentarias, parciales y particulares.
En el caso de los aristotélicos medievales, ellos se enfocan en el estudio del mundo físico, las
ciencias naturales y el mundo es un conjunto organizado, jerarquizado y ordenado de naturalezas.
Entonces, el hombre es una naturaleza que ocupa un lugar propio y comprende tanto el cuerpo
como el alma, es la unidad de dos. Es así que el alma es la forma del cuerpo organizado que tiene
la vida en potencia, por lo que se otorga una correlación entre la forma-alma, con la materia-
cuerpo.
Lo propio del hombre es el pensamiento, y el dominio de lo sensible es el domino del conocimiento
humano, de su naturaleza mixta (alma-cuerpo). Pero el hombre no se limita a sentir, sino que
elabora la sensación, se acuerda, imagina, la abstrae. Esta capacidad le permite al hombre hacer
ciencia.
Sin embargo, el alma aristotélica no puede conocerse directamente, a diferencia del alma platónica,
sino únicamente a través del razonamiento causal, del efecto a la causa, del acto al agente. Así, el
Dios-creador es el pensamiento puro, la verdad, entonces, hay un intelecto agente, este nos viene
de fuera, no es de cada hombre, es único y común al género humano entero.
Finalmente, se puede hacer una distinción entre platónicos y aristotélicos medievales. Los primeros
consideran el mundo sensible como reflejo de las ideas, siendo el alma el objeto de reflexión al
contener la verdad de las ideas eternas (apriorismo), por lo que es necesario conocer las causas y
fines últimos a través del matematismo y de esta forma obtener el saber.
Por su parte, el aristotelismo medieval propone una solución tomista ya que presupone un Dios-
creador y un mundo creado, el cual es conocido a través del intelecto, pero de manera abstracta, y
se puede conocer las causas por medio de los efectos y por lo tanto, la naturaleza mixta del hombre
cuerpo-alma es susceptible de conocerse en tanto pertenece al mundo natural.
En fin, lo que puedo afirmar es que para los medievales platónicos y aristotélicos, lo que estaba en
juego, era el encuentro de la verdad, conjugado en el ser y el saber, y sus diferentes posturas son
las que determinan la dirección de su pensamiento y reflexión. Considero que esto mismo, sigue en
juego en la era de la ciencia moderna.

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Volviendo a Freud, señala que bajo el auspicio de la Filosofía de la Naturaleza, la medicina como
parte de las ciencias naturales, hizo mayores proezas, pero sus descubrimientos se dirigieron a lo
corporal, mientras que lo anímico lo reservaron a los filósofos. De tal manera que la medicina
moderna piensa a lo corporal como la parte del hombre que domina a lo anímico. Pero esta postura
es cuestionada en este texto por Freud al considerar que “la relación de lo corporal y lo anímico es
de acción recíproca” (1890:116)
Esto lo demuestra a través de ejemplos acerca de la influencia de la vida anímica sobre el cuerpo,
señalando entre ellos: la expresión de emociones, aunque estas se quieran negar u ocultar; los
afectos como el miedo, la ira, las cuitas del alma, el arrobamiento sexual, el duelo, excitaciones
jubilosas, mortificación, entre otras; los procesos de pensamiento, de voluntad, la atención y la
imaginación; la expectativa tanto angustiada como esperanzada; la fe religiosa; el prestigio y el
efecto de masas.
Seguidamente, Freud hace otra hermosa precisión al mencionar:
“Si por tratamiento anímico entendemos el empeño por provocar en el enfermo los estados y
condiciones anímicos más favorables para su duración, esta clase de tratamiento médico es
históricamente la más antigua” (1890: 123).

Y subraya posteriormente, que las palabras son tanto el instrumento esencial del tratamiento
anímico, así como el principal medio para el influjo que el hombre pretende ejercer sobre los otros.
Y como evidencia experimental muestra a la técnica de la hipnosis, como un medio donde a través
de la palabra, se ejerce influencia de la vida anímica sobre lo corporal por parte del hipnotizador,
sobre el hipnotizado. A esto le llama sugestión (Freud, 1890: 127).
Sin embargo, el efecto sugestivo de la hipnosis no es duradero ni definitivo, y más aún, tiene
bastantes limitaciones durante su aplicación, pues existen ciertas resistencias del hipnotizado para
quedar sometido enteramente al influjo del hipnotizador, por lo tanto su eficacia terapéutica es
relativa.
Lo anterior me remite a la pregunta anterior ¿qué estaba en juego en este momento del
pensamiento freudiano? Diría, al igual que en los filósofos medievales, la discusión sobre el alma-
cuerpo, la verdad, el saber y el ser.
Ahora, me referiré al otro tema, sobre la metapsicología. Assoun (2014) nos muestra la “emergencia
de la metapsicología” señalando, que en 1894 Freud suelta el término análisis psíquico; en 1897 el
mismo Freud considera a la metapsicología como una disciplina latente y en 1896 utiliza el concepto
formal de psicoanálisis.
Posteriormente, hace referencia a que la Metapsicología, objetivamente se refiere a los fenómenos
inconscientes y que Freud se ubicaba entre la psicología (teoría del funcionamiento psíquico) y la
neurología (teoría del funcionamiento nervioso), de tal suerte que lo que estaba en juego en el
pensamiento freudiano era la relación cuerpo-psiquismo.
Canguilhem (citado en Roudinesco, 2015: 49) menciona que Freud se percató de la insuficiencia del
pensamiento de su época que hacían depender los procesos psíquicos de la organización de las
células nerviosas destacando que Freud “(…) fue el único científico de su época que teorizó la
hipótesis del psiquismo a partir de la noción de aparato psíquico”. La genialidad freudiana está en
la constitución de lugares o espacios para explicar el psiquismo, pero estos no son anatómicos, sino
lógicos, así como las funciones y los procesos que se desarrollan en ellos.

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Los lugares son el inconsciente, preconciente y conciente, en donde hay asociación de
representaciones que se movilizan entre estos espacios, y este movimiento es dado por ciertas
cantidades de excitación o dinámica energética caracterizada por los principios de conservación de
la energía, el de inercia neurónica y el factor cuantitativo, el trabajo psíquico. (Assoun, 2014)
Para finalizar, Assoun señala la identidad paradójica del freudismo, al mencionar, algo que a lo largo
de su texto repite en diversas ocasiones que la Metapsicología es un espacio transitorio, provisional
(2014: 185). Es paradójico en tanto Freud esperaba que las dimensiones metapsicológicas (tópica,
dinámica y económica) pudieran ser halladas en el modelo anatómico, fisicoquímico, pero si esto
acaeciera, en ese momento, el psicoanálisis moriría, al terminar efectivamente su originalidad
epistémica, teórica y metodológica.
Por lo tanto señala Assoun que el psicoanálisis interviene en el espacio de lo inacabado y su
autonomía radica en la carencia (2014:186). Por lo tanto, quisiera mencionar, otra cosa se está
jugando ahí.
Quisiera cerrar esta exposición, subrayando una agradable coincidencia respecto a lo siguiente.
Como mencioné anteriormente, Koyré señala la exhortación délfica socrática: conócete a ti mismo.
Assoun nos dice que en Freud, mejor dicho, su descubrimiento, trae consigo una desilusión, una
pérdida total, y es que el hombre no tiene centro alguno, que hay un desconocimiento de la fuerza
del extraño en sí (la pulsión), y que curarse es vivir en paz con el otro, reconocido como uno mismo,
vivir en buena inteligencia con su pulsión y esa es la nueva versión pulsional del conócete a ti mismo.
Y sentencia, la originalidad del inconsciente se define como la imposibilidad de pensar el centro, el
inconsciente es el objeto de descentración radical (1982: 208-210)
Conclusión
La Metapsicología, originalidad freudiana que la ha dado cuerpo y alma al psicoanálisis, es necesaria
comprenderla a partir de sus referentes epistemológicos, condición que Assoun nos permite
alcanzar prodigiosamente. Sin embargo, la intención de este texto, ha sido responder
tentativamente a la pregunta planteada en párrafos anteriores: ¿qué está en juego con la
metapsicología freudiana en tanto construcción epistemológica del psicoanálisis?
Para responder de manera concisa, me quisiera remitir a ese pequeño ejercicio personal acerca del
concepto juego, para que pueda concluir provisionalmente diciendo:
La epistemología freudiana la considero como un conjunto de cosas destinadas a un mismo fin (el
conocimiento de los procesos inconscientes), sometido a reglas (la teoría y el método bajo la
construcción de la metapsicología) en donde se puede ganar o perder (ni más ni menos que la
identidad psicoanalítica freudiana).

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BIBLIOGRAFÍA
Assoun, P. L. (2014). Introducción a la epistemología freudiana. México: Siglo XXI editores.
Freud, S. (1992). Tratamiento Psíquico (Tratamiento del alma) [1890] Obras Completas. Tomo I
Buenos Aires , Argentina: Amorrortu Editores.
Koyré, A., Bustos, E., & Sedeñ o, E. P. (2008). Estudios de historia del pensamiento científico. México:
Siglo XXI editores.
RAE (2017). Diccionario de la Lengua Española (Edición del Tricentenario). Recuperado de
http://dle.rae.es/?id=MaS6XPk
Roudinesco, E. (2015). ¿Porqué el Psicoanálisis? Buenos Aires, Argentina: Editorial Paidós.

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