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Capítulo 7

Las primeras poblaciones indígenas


de la región .07
Pablo G. Messineo, María A. Gutiérrez
y Gustavo G. Politis

Introducción
nental sobre temas relevantes como, por ejemplo,
El poblamiento temprano del continente ame- cuándo y cómo se produjo el poblamiento inicial
ricano y la coexistencia de los seres humanos con de América; cuáles fueron las estrategias de explo-
los grandes mamíferos pleistocénicos extiguidos tación de los recursos faunísticos y la tecnología
han sido algunos de los temas que atrajeron la lítica utilizada por los primeros pobladores y qué
atención de los investigadores desde los comien- rol desempeñaron los grupos cazadores-recolec-
zos de la disciplina. En la región pampeana fue tores en la extinción de la fauna pleistocénica
Florentino Ameghino quien a fines del siglo XIX y (Bayón et al. 2006; Cione et al. 2001; Flegen-
principios del XX marcó el inicio de las investiga- heimer 1986-1987; Flegenheimer y Bayón 1999;
ciones sistemáticas sobre el proceso de pobla- Gutiérrez y Martínez 2007; Martínez y Gutiérrez
miento indígena. A pesar de que su hipótesis sobre 2004; Mazzanti 1997; Politis 1984; Politis et al.
el origen sudamericano y pampeano de la huma- 1995, 2004, entre otros).
nidad fue posteriormente refutada, sus aportes a
las investigaciones sobre la ocupación humana del En el centro de la provincia de Buenos Aires,
continente fueron relevantes. Sus desafiantes plan- en las cuencas de los arroyos Azul y Tapalqué, se
teos motivaron discusiones a nivel mundial. Algu- han registrado dos sitios arqueológicos llamados
nas de sus ideas pioneras, tales como la conviven- La Moderna y Campo Laborde (Figura 1) que apor-
cia de los seres humanos con los grandes mamí- tan información valiosa para discutir algunos de los
feros extinguidos, se confirmaron por investigacio- temas anteriormente mencionados sobre los gru-
nes posteriores, a pesar de la demoledora crítica pos cazadores-recolectores que poblaron la región
que el antropólogo Aleš Hrdlicka š le hiciera en pampeana. Ambos sitios, que presentan historias
1912. de investigación muy diferentes, se resumen y dis-
cuten en este capítulo. El primero de ellos, La
Las investigaciones arqueológicas desarrolla- Moderna, fue descubierto en 1972 y excavado en
das en las últimas décadas permiten afirmar que varias oportunidades por distintos equipos de inves-
el poblamiento humano de la región pampeana tigación hasta 1984 (Figura 2) (Palanca et al.
habría ocurrido hacia los 12.200 años radiocar- 1972, 1973; Palanca y Politis 1979; Politis
bónicos antes del presente (AP.) y, entre este 1984). En años recientes y debido a los resulta-
momento y los 8.000-7.500 años AP., se regis- dos controvertidos de las dataciones radiocarbóni-
tran las evidencias del período de ocupación ini- cas sobre restos óseos de megamamífero, se obtu-
cial de los ambientes pampeanos (Politis et al. vieron muestras de sedimento del sitio para reali-
2004). Los restos materiales recuperados en zar nuevos fechados sobre materia orgánica (Poli-
varios de los sitios arqueológicos de la región han tis et al. 2003). Los análisis del sitio La Moderna
sido de gran importancia para interpretar el pro- han sido abundantes y los resultados están publi-
ceso de poblamiento inicial. Además, las investi- cados en su totalidad (Palanca et al. 1972; Palan-
gaciones han generado información para discutir ca et al. 1973; Palanca y Politis 1979; Politis
algunos de los modelos planteados a nivel conti- 1984; Politis y Gutiérrez 1998; Politis et al. 2003;

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Figura 1. Ubicación de los sitios arqueológicos La Moderna y Campo Laborde.

entre otros). Por el contrario, el segundo sitio, humana temprana de las llanuras adyacentes al
Campo Laborde fue descubierto en el 2000 y se sector noroccidental del Sistema Serrano de Tan-
encuentra aún en pleno proceso de investigación. dilia. Para ello, se resumen las interpretaciones
Sin embargo, los trabajos de campo y laboratorio sobre varios aspectos vinculados a las conductas
ya realizados han permitido obtener gran cantidad de los cazadores-recolectores tempranos tales
de información que ha sido presentada en congre- como las estrategias tecnológicas y de subsisten-
sos y se encuentra en etapa de publicación (Messi- cia, la antigüedad y la funcionalidad de los sitios
neo y Politis en prensa; Politis y Messineo 2008). arqueológicos, la movilidad y el uso de los distin-
tos ambientes pampeanos. Por último, se combi-
Este trabajo tiene como objetivo presentar los nan con la información generada en otros sitios
resultados obtenidos hasta el momento en las arqueológicos a fin de caracterizar la forma de vida
investigaciones arqueológicas que se realizaron en de las sociedades cazadoras-recolectoras tempra-
ambos sitios con el fin de caracterizar la ocupación nas de la región pampeana.

Figura 2. Excavación del sitio La Moderna durante la década del '70, a cargo del Lic. Floreal Palanca.

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Capítulo 7. Las primeras poblaciones indígenas de la región

Los sitios arqueológicos más un nutrido grupo de arqueólogos y adscriptos al


antiguos del centro de la provincia Instituto (I). Desafortunadamente, casi la totalidad
de Buenos Aires del material recuperado durante los trabajos de
campo iniciales se perdió debido a la combina-
Sitio La Moderna ción de dos circunstancias desafortunadas: el pre-
cipitado exilio del Lic. Floreal Palanca y las inun-
La Moderna, ubicado en el partido de Azul, daciones que cubrieron la ciudad de Olavarría y el
fue el primer sitio arqueológico registrado de la Museo Municipal “Dámaso Arce” en 1979 y
región pampeana donde la asociación estratigrá- 1980. Posteriormente, nuevas excavaciones y
fica entre artefactos líticos y fauna extinguida fue análisis (e.g. faunísticos, tafonómicos, tecnológi-
confirmada (Palanca et al. 1972, 1973; Palan- cos y dataciones de Carbono 14) permitieron una
ca y Politis 1979). El nombre del sitio deriva del mejor caracterización de la ocupación humana y
antiguo nombre de la estancia “El Colorado”, pro- de la antigüedad de los restos arqueológicos (Poli-
piedad de la Familia Miretzky. Fue precisamente tis y Gutiérrez 1998; Politis et al. 2003) (II).
un empleado de la estancia, el Sr. Carlos Ledo,
quien descubrió los primeros hallazgos y se lo Durante las distintas etapas de investigación
comunicó al dueño del establecimiento, el Ing. se excavó una superficie de 51 m2 (Figura 3) y se
Bernardo Miretzky, quien a su vez llevó al Museo recuperó una gran cantidad de materiales arqueo-
Municipal “Dámaso Arce” de Olavarría los restos lógicos que llevaron a la identificación de dos even-
arqueológicos hallados. Esto motivó las primeras tos de ocupación humana (denominados compo-
excavaciones sistemáticas que fueron llevadas a nentes culturales). El Componente Inferior, el cual
cabo entre 1972 y 1973, bajo la dirección del Lic. se presenta en este capítulo, está relacionado con
Floreal Palanca, en ese momento Director del la ocupación más antigua del área, es el que ha
Museo y del Instituto de Investigaciones Antro- aportado los datos más significativos y el que ha
pológicas de Olavarría (IIAO), y la colaboración de sido investigado en profundidad. Dicho componen-

Figura 3. Planta de la excavación del sitio La Moderna en donde se observa las distintas etapas de investigación.

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afloramiento de esta materia prima se localiza


a menos de 1 km del sitio y, por lo tanto, esta-
ba fácilmente accesible para los cazadores-reco-
lectores que carnearon al gliptodonte a orillas del
pantano. Por otro lado, se recuperaron unos
pocos instrumentos confeccionados sobre dolo-
mía silicificada y cuarcita. La exigua representa-
ción de estas rocas se debe a que los afloramien-
tos se hallan a distancias mayores (aproximada-
mente a 30 y 100 km, respectivamente -ver la
localización de fuentes de aprovisionamiento de
distintas rocas en el Capítulo 8) y, en consecuen-
Figura 4. Placas óseas de distintos géneros de armadillos gigantes extingui- cia, los instrumentos de estas materias primas
dos hallados en los sitios La Moderna y Campo Laborde (dibujos tomados de debieron ser transportados muchos kilómetros y
Meléndez 1990). haber sido usados en reiteradas oportunidades
antes de ser finalmente descartados en el sitio.

Los análisis faunísticos permiten proponer


te está ubicado en una unidad geológica transi- que el gliptodonte (Doedicurus clavicaudatus)
cional (a’) entre los Miembros Guerrero y río Sala- fue posiblemente cazado o carroñado y luego
do de la Formación Luján (ver Geología y estra- despostado en las orillas del antiguo pantano.
tigrafía de los sitios), y se halla integrada por Las partes esqueletarias recuperadas en las exca-
sedimentos correspondientes a las orillas de un vaciones son sólo aquellas pertenecientes al
antiguo pantano (paleopantano). En estos sedi- esqueleto axial (vértebras y costillas) y placas
mentos se hallaron en estrecha asociación abun- óseas del caparazón (Figura 4). Por el contra-
dantes restos líticos de distintas materias primas rio, no fueron halladas en el sitio las unidades
y huesos de un armadillo gigante extinguido o anatómicas superiores de los miembros traseros
gliptodonte (Doedicurus clavicaudatus). Las dis- y delanteros (e.g. húmero, fémur, tibia, etc.), las
tintas dataciones radiocarbónicas efectuadas cuales son ricas en carne y grasa, de rápido pro-
sobre huesos de esta especie ubican a este even- cesamiento en los sitios de caza y fáciles de
to de ocupación en el Holoceno temprano (ver transportar. Estos resultados indican que los hue-
Cronología de las ocupaciones tempranas). sos faltantes en La Moderna pudieron ser trans-
portados hacia otros lugares como son los cam-
El conjunto lítico está compuesto aproxima- pamentos residenciales o sitios de actividades
damente por 2.000 desechos de talla y 16 ins- múltiples, mientras que los restos óseos aban-
trumentos de cuarzo cristalino que presentan evi- donados en el sitio fueron aquellos que no pose-
dencias de retalla y/o retoque unifacial. Además, ían altos rindes de carne (ver Los megamamí-
se halló una lasca de cuarcita y tres instrumen- feros explotados, Figura III).
tos confeccionados en cuarcita y dolomía silici-
ficada (Palanca et al. 1973; Politis 1984; Poli- Los estudios sobre los efectos tafonómicos
tis y Gutiérrez 1998). Los estudios realizados realizados señalan que la composición del con-
sobre los filos de los instrumentos (análisis fun- junto óseo y la acumulación de huesos de Doe-
cionales con microscopios de altos aumentos) dicurus clavicaudatus no son el resultado de la
sugieren que los mismos fueron utilizados en dinámica fluvial en el pasado. O sea, no son la
actividades de corte y en el raspado de sustan- consecuencia de la acumulación de elementos
cias duras (Politis y Olmo 1986; Politis y Gutié- dispersos (y originalmente desconectados) a
rrez 1998). causa del curso de agua. En consecuencia, las
evidencias disponibles indican que la asociación
Las materias primas de los artefactos líticos de huesos de Doedicurus clavicaudatus y de los
hallados en el Componente Inferior de La Moder- materiales líticos en la unidad transicional (a’)
na provienen de distintos afloramiento rocosos fue un evento producido como resultado de la
del Sistema Serrano de Tandilia. En primer lugar, actividad humana intencional como es la caza o
hay una alta densidad de desechos de talla sobre carroñeo y el despostamiento de una presa (Poli-
cuarzo cristalino, lo que es esperable ya que el tis y Gutiérrez 1998).

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Capítulo 7. Las primeras poblaciones indígenas de la región

Geología y estratigrafía de los sitios


La zona donde se localiza el sitio La Moderna presenta suaves ondulaciones en donde afloran la roca
de base o sedimentos asignables al Pleistoceno superior. Los estudios geológicos del sitio fueron rea-
lizados por Zetti, Tonni y Fidalgo (1972). En el sector donde se llevaron a cabo las excavaciones se reco-
nocieron tres unidades litoestratigráficas (UL) que apoyan sobre la UL (a), definida regionalmente
como sedimentos de planicie de inundación correspondientes al Miembro Guerrero de la Formación
Luján (ver glosario de definiciones geológicas en el Capítulo 4). El Componente Inferior del sitio La
Moderna, relacionado con la ocupación inicial del área, se halla ubicado en una unidad transicional
(a’) entre la UL (a) y la UL (b), y su distribución espacial está restringida al sector de las excavaciones
(Figura I). Esta unidad, compuesta por sedi-
mentos areno-limosos y limo-arcillosos, esta-
ría representando los bordes de un antiguo
pantano ubicado en el Holoceno temprano
(ver Cronología de las ocupaciones).
La UL (b) constituida por sedimentos limo-
arcillosos y limo-arenosos que presentan
concentración de materia orgánica y abun-
dantes moluscos de agua dulce (Biompha-
laria y Littoridina) corresponde al Miem-
bro Río Salado de la Formación Luján. En la
parte media de esta unidad se ha identifica-
do el Componente Superior del sitio La
Figura I. Perfil estratigráfico del sitio La Moderna.
Moderna (posiblemente Holoceno medio o
inicios del tardío), el cual se halla constitui-
do por restos óseos de guanaco (Lama gua-
nicoe), ñandú (Rhea americana), posible-
mente perro (Canis) e instrumentos líticos
confeccionados en cuarcita y cuarzo (Poli-
tis 1984). Por último, la UL (c) está formada
por sedimentos eólicos asignados a la parte
reciente de la Formación La Postrera, sobre
la cual se desarrolló el suelo actual (Zetti et
al. 1972).
Durante los estudios geológicos llevados a
cabo en el sitio Campo Laborde se han reco-
nocido las unidades estratigráficas típicas del
Pleistoceno tardío y Holoceno de la región
pampeana, mostrando similitudes con aque- Figura II. Perfil estratigráfico del sitio Campo
llas observadas en el sitio La Moderna. En la Laborde.
parte inferior del perfil estudiado se hallan
expuestos los sedimentos lacustres asignables al Miembro Guerrero de la Formación Luján, ubica-
do cronológicamente en el Pleistoceno final (anterior a los 10.000 años AP.). Por encima de esta uni-
dad se encuentra representado el contexto arqueológico del sitio Campo Laborde, el cual se ubica en
sedimentos asignables a un antiguo pantano ubicado en la base del Miembro Río Salado de la For-
mación Luján (Figura II). Este paleopantano, ubicado en el Holoceno temprano, se hallaría en la
misma posición estratigráfica que la unidad transicional (a’) del sitio La Moderna.
Por encima de la unidad que contiene los materiales arqueológicos se produjo la formación de un
paleosuelo, que se habría desarrollado a expensas del antiguo pantano. Por último, se depositaron
los sedimentos eólicos correspondientes a la Formación La Postrera sobre los cuales se formó el suelo
actual. En estos niveles superiores y en el Miembro Guerrero no fueron recuperados materiales
arqueológicos (Figura II).

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Patrimonio, ciencia y comunidad

en el partido de Olavarría. El sitio fue descu-


bierto por casualidad por el dueño del campo,
el Sr. Walter Laborde en el año 2000, quien
halló huesos de megaterio aflorando desde la
barranca de uno de los cañadones que forman
parte del arroyo Tapalqué (Figura 5). En esa
oportunidad la alumna de arqueología de la
FACSO María Inés Rivas y la Lic. Julieta Son-
cini visitaron el lugar y realizaron las tareas de
salvataje de los huesos que estaban expuestos.
Posteriormente, se llevaron a cabo tres campa-
ñas de excavación sistemática (2001, 2002 y
2003) durante las cuales se excavó una super-
ficie aproximada de 28 m2 (Figuras 6 y 7).

La totalidad de los materiales arqueológicos


(e.g. restos óseos y material lítico) se hallaron en
sedimentos asignables a un antiguo pantano ubi-
cado en la base del Miembro Río Salado de la For-
mación Luján (ver Geología y estratigrafía de los
sitios). Este paleopantano, ubicado en el Holoce-
no temprano, estaba en la misma posición estra-
tigráfica que la unidad transicional (a’) del sitio La
Figura 5. Huesos de megamamíferos (Megatherium
Moderna (ver Cronología de las ocupaciones tem-
americanum) sobre la barranca del canal que desem-
boca en el arroyo Tapalqué. pranas). Los resultados del análisis paleoclimáti-
co desarrollado por la Lic. Pamela Steffan (2006)
a partir del estudio de los gasterópodos terrestres
indican la persistencia en el paleopantano de un
ambiente con características palustres. Estas
Además de los restos óseos de Doedicurus cla- características permiten inferir la presencia de con-
vicaudatus (la especie más representada en el sitio) diciones favorables para el establecimiento de
se recuperaron huesos que correspondían a otras depresiones pantanosas o lagunares durante perí-
especies, tanto extinguidas como actuales. Entre odos de tiempo prolongados (ver El ambiente
las primeras, se encuentran una vértebra y pla- durante el poblamiento inicial).
cas de dos de los gliptodontes que habitaban la
región pampeana: Neosclerocalyptus sp. y Los estudios faunísticos realizados sobre los
Glyptodon sp. También se recuperaron algunos materiales óseos permitieron determinar la pre-
huesos dérmicos de un milodontino (un perezo- sencia de varias especies de megamamíferos
so gigante extinguido). Entre las especies actua- extinguidos y de fauna actual. Entre los prime-
les se hallaron tres fragmentos de hueso de ros se registraron Megatherium americanum
Lama guanicoe (guanaco), cuatro de Myocastor (megaterio, un perezoso gigante extinguido),
coypus (coypo), un tibiotarso de Rhea sp. (posi- Neosclerocalyptus sp. y Doedicurus sp. (ambos
blemente ñandú) y tres huesos de Holochilus gliptodontes) y, entre las especies actuales, se
brasiliensis (rata nutria). Sin embargo, a excep- identificaron Rheidae (ave), Lagostomus maxi-
ción de Doedicurus clavicaudatus no existen mus (vizcacha), Dolichotis patagonum (liebre
evidencias claras de que las otras especies patagónica), Tayassu sp. (pecarí) y Artiodacty-
hayan sido explotadas o consumidas por los la (posiblemente guanaco). Además, se regis-
cazadores-recolectores de La Moderna y es pro- tró un diente de carnívoro (posiblemente un
bable que los huesos de estas especies se hayan zorro) y restos óseos de varias especies de
incorporado al sitio por causas naturales. mamíferos pequeños y medianos que se hallan
en proceso de análisis.
Sitio Campo Laborde
El sitio Campo Laborde se encuentra ubi- Es interesante mencionar que existe una gran
cado en la cuenca superior del arroyo Tapalqué diferencia en la representación de los restos óseos

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Capítulo 7. Las primeras poblaciones indígenas de la región

Figura 6. Planta de la excavación del sitio Campo Laborde.

para las diferentes especies. Por un lado, Mega-


therium americanum es el que presenta la
mayor cantidad de huesos correspondientes a
las distintas partes anatómicas del esqueleto
(79 huesos completos o casi completos). De
esta especie se hallaron costillas, vértebras (cer-
vicales, toráxicas y lumbares), un fragmento de
pelvis, huesos largos de los miembros (tibia,
fémur y radio), huesos del carpo y tarso, meta-
carpos, metatarsos y falanges (ver Los megama-
míferos explotados: Figura IV). Hasta el momen-
to no se han encontrado elementos óseos del
cráneo y sólo se recuperaron dos fragmentos de
diente y huesos del hioides. Para las otras espe-
cies de megamamíferos sólo se hallaron el extre-
mo distal de un húmero perteneciente a un glip-
todonte (Neoslerocalytus sp.) y parte de la diá-
fisis y del extremo distal del fémur de otro gip-
todonte (Doedicurus sp). Además, se hallaron
142 huesos dérmicos que podrían corresponder
al megaterio. Con respecto a las especies de
menor tamaño, las partes anatómicas presen-
tes son muy escasas (sólo 14). Todas las espe-
cies se encuentran representadas por un único Figura 7. Imágenes donde se observa la distribución
individuo. de la gran cantidad de huesos de megamamíferos.

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Patrimonio, ciencia y comunidad

Cronología de las ocupaciones


Las dataciones radiocarbónicas realizadas mediante el método de Carbono 14 permiten obtener
la antigüedad de los materiales orgánicos que se hallan en la naturaleza (e.g. hueso, madera,
carbón, semillas, etc.), los cuales, en muchos casos, son hallados en los sitios arqueológicos. Dado
que el Carbono 14 es un isótopo inestable que se encuentra en un organismo, su concentración
inicial del 100% Carbono Orgánico (pCM), comienza a disminuir (desintegración radioactiva) en
función del tiempo transcurrido desde su muerte, mediante una constante física que es de 5.568
años. Es decir, la concentración inicial del 100 pCM en el organismo se reduce a 50 pCM cuan-
do pasan 5.568 años (período de semidesintegración del C-14), y así sucesivamente. De esta forma,
midiendo la concentración de Carbono 14 que queda en la muestra enviada a datar, podemos cal-
cular la edad de la muerte de ese organismo (Figini 2004).
Dos métodos son utilizados para realizar dataciones radiocarbónicas: Standard y AMS. El primer
método mide el número de emisiones beta y es necesaria una muestra que posea un mínimo de
4 g de carbono. El segundo mide el número de átomos de C-14 y solo se necesitan unos miligra-
mos de carbono. Entre los problemas que presenta la utilización de este método podemos men-
cionar: a) contaminación de la muestra a datar por la incorporación de carbono alóctono y de dife-
rente edad, lo cual implica un error en la determinación de la edad C-14 verdadera; b) el efecto
reservorio que poseen algunos componentes en la naturaleza y, en algunos casos, la muestra a
datar puede tener un reservorio de cientos de años y c) no pueden estimarse cronologías de mate-
riales orgánicos que poseen más de 40.000 años (Figini 2004).
Las edades están expresadas en años radiocarbónicos antes del presente, tal como son informa-
dos por los laboratorios de dataciones de C-14 de todo el mundo. Sin embargo, los años radio-
carbónicos no coinciden exactamente con los años calendáricos y a medida que tenemos edades
más antiguas, esta diferencia se hace mayor. Esto es porque se ha observado una diferencia entre
ambos años debido a que la concentración de C-14 en la atmósfera no ha sido siempre la misma
y esto ha afectado la cantidad de C-14 que absorbe un organismo, lo que a la postre es lo que se
mide y se traduce en años antes del presente (AP.). Para los fines de este trabajo, dejaremos los
años radiocarbónicos como unidad de medida tal como ha sido informado por los laboratorios
que hicieron las dataciones, pero hay que tener en cuenta que la edad real (o sea, aquella expre-
sada en años calendáricos) es un poco más antigua. Aproximadamente esta diferencia es de 2.000
años cuando estamos en los 10.000 años radiocarbónicos antes del presente.
La cronología del sitio La Moderna ha sido siempre problemática y controversial debido a las dis-
crepancias obtenidas de los fechados radiocarbónicos (Carbono 14). Por estas razones, se han rea-
lizados múltiples dataciones, primero sobre colágeno obtenido de los restos óseos de Doedicurus
clavicaudatus y, posteriormente, sobre materia orgánica de los sedimentos extraídos del Com-
ponente Inferior. Problemas similares han surgido con los fechados sobre colágeno de los restos
óseos de Megatherium americanum obtenidos del sitio Campo Laborde. Se han realizado tam-
bién otro tipo de dataciones (OCR) para determinar cuándo se produjo el evento de ocupación
del sitio (ver Tabla I).
En el sitio La Moderna, el primer resultado radiocarbónico sobre un hueso de Doedicurus clavi-
caudatus fue un fechado standard que produjo una edad de 6.550 ± 160 años antes del presen-
te (AP.), la cual fue considerada demasiado joven ya que los sitios que presentaban asociaciones
entre restos óseos de megamamíferos y desechos de piedra se ubicaban cronológicamente en la
transición Pleistoceno-Holoceno (ca. 10.000 años AP.). Posteriormente, se obtuvo un segundo
fechado mediante AMS que dio una edad mucho más antigua, de 12.350 ± 370 años AP. Con el
objetivo de resolver la gran discrepancia entre ambas dataciones, se hicieron dos nuevos fecha-
dos adicionales sobre la última muestra ósea, pero con un pretratamiento de laboratorio más deta-
llado para tratar de identificar posibles contaminantes durante la extracción del colágeno. Estas
dataciones, también realizadas en AMS, produjeron edades de 7.010 ± 100 años AP. y 7.510 ±
370 años AP. Por último, una nueva datación sobre una tercera muestra de colágeno de Doedi-

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Capítulo 7. Las primeras poblaciones indígenas de la región

curus clavicaudatus dio un resultado de 7.460 ± 80 años AP. (Politis 1984; Politis y Gutiérrez
1998).
Finalmente, como parte de un acercamiento geocronológíco de los sitios tempranos pampeanos,
se dataron dos muestras de materia orgánica de sedimentos tomadas de la unidad transicional
(a’) sobre el perfil norte de la cuadrícula 8 del sitio (ver Geología y Estratigrafía de los sitios). Una
de las muestras dio una edad de 8.284 ± 63 años AP. La segunda muestra extraída de los sedi-
mentos asociados directamente con el nivel arqueológico (dos microlascas de cuarzo cristalino
fueron recuperadas de esta unidad durante la realización del muestreo) arrojó una edad de 7.417
± 107 años AP. (Tabla I). En consecuencia, la serie de fechados radiocarbónicos conseguidos sobre
distintos tipos de materiales (huesos y sedimentos) ha permitido plantear que la cronología del
Componente Inferior del sitio La Moderna se encontraría entre los 7.000 y 7.500 años AP. (Poli-
tis et al. 2003).
Por su parte, del sitio Campo Laborde se enviaron, en diferentes etapas, once muestras de hue-
sos de megamamífero extinguido para realizar dataciones radiocarbónicas mediante AMS. Cinco
de las muestras no poseían suficiente colágeno y fallaron en obtener una edad absoluta, mientras
que las seis restantes sí produjeron dataciones radiocarbónicas. Los dos primeros fechados fue-
ron realizados sobre dos costillas distintas de Megatherium americanum. Una de las costillas dio
una edad de 7.750 ± 250 años AP. y la otra 8.080 ± 200 años AP. Una tercera datación obtenida
sobre un hueso largo de un megamamífero, que no pudo ser determinado taxonómicamente,
arrojó una edad de 8.720 ± 190 años AP. (Tabla I) (Messineo y Politis en prensa).
Posteriormente, tres nuevas dataciones fueron realizadas sobre un metapodio, un tercer meta-
carpo y una falange de Megatherium americanum. Los fechados obtenidos sobre el colágeno de
estos huesos dieron edades de 9.730 ± 290 años AP., 7.630 ± 460 años AP. y 6.740 ± 480 años
AP., respectivamente (Tabla I). Aunque este amplio rango cronológico necesita ser reevaluado en
el contexto de nuevas dataciones radiocarbónicas sobre diferentes huesos y realizadas en otros
laboratorios, este grupo de edades ubica al componente arqueológico del sitio Campo Laborde en
el Holoceno temprano (entre 9.700 y 6.700 años AP.). Este rango cronológico está en concordan-
cia con la edad esperada en base a los estudios geológicos y a la posición estratigráfica de dicho
componente (Messineo y Politis en prensa).

Sitio Muestra Material Fechado Nº de Laboratorio Edad 14C AP

LM-1 Doedicurus clavicaudatus Beta-7824 6.555 ± 160


Componente Inferior

LM-2-4 * Doedicurus clavicaudatus TO-1507 12.350 ± 370


La Moderna

LM-2-4 Doedicurus clavicaudatus TO-1507-1 7.010 ± 100


LM-2-4 Doedicurus clavicaudatus TO-1507-2 7.510 ± 370
LM-1-4 Doedicurus clavicaudatus TO-2610 7.460 ± 80
C-MQ8-1 Materia orgánica DRI-3012 8.356 ± 65
C-MQ8-2 Materia orgánica DRI-3013 7.448 ± 109

FCS.CLA.28 Megatherium americanum AA-55117 7.750 ± 250


FCS.CLA.99 Megatherium americanum AA-55118 8.080 ± 200
Laborde
Campo

FCS.CLA.100 Megamamífero indet. AA-55119 8.720 ± 190


FCS.CLA.154 Megatherium americanum AA-71665 9.730 ± 290
FCS.CLA.211 Megatherium americanum AA-71666 7.630 ± 460
FCS.CLA.1979 Megatherium americanum AA-71667 6.740 ± 480

Tabla I. Fechados obtenidos para los sitios La Moderna y Campo Laborde.


* Fechado cuestionado por ser el único que muestra grandes discrepancias con el resto de las dataciones
de Carbono 14 del sitio.

151
Patrimonio, ciencia y comunidad

de piedra cuando los huesos se hallaban en estado


fresco, o sea cuando el animal estaba recién muer-
to. La causa de estas fracturas puede vincularse a la
extracción de la médula ósea de los huesos (tuéta-
no) o a la confección de los instrumentos. Por otro
lado, una tibia correspondiente a la liebre patagóni-
ca presenta huellas de corte en la parte media del
hueso producida por un instrumento de piedra.

En el sitio Campo Laborde se recuperaron 131


restos líticos, de los cuales dos son instrumentos
y los demás corresponden a los desechos de talla
producidos durante la confección y la reactivación
de los instrumentos (la mayoría son microdese-
chos menores a 1 cm). La roca más abundante
es la cuarcita (casi el 50%) proveniente del estra-
to superior del Grupo Sierras Bayas del Sistema
Serrano de Tandilia. Las otras materias primas pre-
sentes son la ftanita (25,95%) y la dolomía sili-
Figura 8. Marcas de corte sobre una costilla de Megathe- cificada (17,56%). Ambas rocas afloran también
rium americanum del sitio Campo Laborde. en el mismo sistema serrano. En muy bajos por-
centajes se hallaron el cuarzo y otras rocas que no
pudieron ser aún determinadas.

Los dos instrumentos hallados durante la exca-


vación estaban en estrecha asociación con los hue-
sos de megaterio (Figura 10). Ambos artefactos
estaban confeccionados sobre cuarcita y habrían
sido descartados en el sitio porque se rompieron
(posiblemente la fractura se produjo cuando los
instrumentos estaban siendo utilizados en el pro-
cesamiento de la presa cazada). Uno de los ins-
trumentos ha sido interpretado como la base de
una punta de proyectil lanceolada que fue realiza-
da mediante retoques bifaciales y, el otro, como
una raedera confeccionada sobre una lasca
mediante retoques unifaciales (Figura 11).

¿Qué sucedió en estos dos sitios?


Tanto La Moderna como Campo Laborde, brin-
Figura 9. Instrumento expeditivo confeccionado sobre un
fragmento de costilla de Megatherium americanum. dan algunas claves para tratar de reconstruir algu-
nos aspectos de la vida de los antiguos grupos indí-
Los análisis realizados indican que sólo algunos genas de la región pampeana. La Moderna ha sido
huesos de megaterio y liebre patagónica muestran interpretado como un sitio donde un gliptodonte
evidencias de modificaciones humanas. Por un lado, (Doedicurus clavicaudatus) fue despostado y car-
una costilla de megaterio posee varias huellas de corte neado durante un único evento en el borde de lo
(Figura 8) y dos fragmentos de costillas han sido inter- que fue un antiguo pantano en el Holoceno tem-
pretados como instrumentos expeditivos los cuales prano. Sin embargo, no es posible determinar si la
exhiben en el borde de la fractura un redondeado y presa fue cazada o carroñada. Esta última estrate-
pulido producto de su uso (Figura 9). Además, algu- gia habría consistido en el aprovechamiento opor-
nos huesos de este perezoso extinguido poseen un tunístico de un animal que podría haber muerto en
patrón de fractura helicoidal, que pudo ser el resul- el pantano por causas naturales. La ausencia de
tado de un impacto intencional con algún percutor armas de piedra en el sitio, como por ejemplo, pun-

152
Capítulo 7. Las primeras poblaciones indígenas de la región

Figura 11. Instrumentos hallados en el sitio A: Artefacto formatiza-


Campo Laborde. do con retoques margi-
nales confeccionado
sobre una lasca de
des son muy difíciles de transportar por su peso y cuarcita.
Figura 10. Asociación entre el instrumento de por ser de poco rendimiento en carne y grasa.
piedra y los restos óseos de Megatherium ame-
ricanum. Por otro lado, los estudios llevados a cabo en
Campo Laborde, sugieren que en el sitio se habría
tas de proyectil o boleadoras, apoyarían la segun- cazado y procesado un megaterio, también a ori-
da opción. llas de un antiguo pantano. El fragmento de base
de la punta de proyectil podría ser una de las armas
Para llevar a cabo el procesamiento del ani- utilizadas para cazar a este animal, que fue des-
mal (descarne, desarticulación de los huesos, etc.) cartada en el sitio porque se fracturó cuando, posi-
para su consumo y su posterior traslado a otros blemente, se estaba dando muerte a la presa.
sitios, se utilizaron instrumentos poco elabora-
dos de cuarzo cristalino (es decir instrumentos Los análisis tecnológicos de los materiales líti-
informales) y algunos pocos instrumentos de cuar- cos (e.g. tipos de lascas y los tamaños de los micro-
cita y dolomía silicificada que tenían evidencias desechos) indican que en el sitio se llevaron a cabo
de haber sido ya usados anteriormente (instru- las últimas etapas de la fabricación de los instru-
mentos formales que posiblemente llevaban los mentos líticos y la reactivación de los filos de las
indígenas de un lado a otro para ser usados en herramientas que habrían sido utilizados para pro-
varias tareas) (Politis y Gutiérrez 1998). Como ya cesar al animal cazado. Cabe destacar que los ins-
se expresó, el cuarzo cristalino es una materia trumentos recuperados están exclusivamente con- B: Fragmento de punta
de proyectil (la zona de
prima que aparece en las inmediaciones y que por feccionados sobre cuarcita, los cuales probable- puntos en gris repre-
lo tanto estaba disponible para afrontar la tarea mente fueron abandonados porque se hallaban sentaría la forma de la
de carnear a un gliptodonte, una actividad que fracturados y ya habrían cumplido su ciclo de vida otra parte ausente de la
seguramente requirió de abundantes filos frescos útil. La ausencia de instrumentos confeccionados punta).
que podía proveer el cuarzo. sobre otras rocas tales como la ftanita y la dolomía
silicificada (rocas que aparecen representadas en
La ausencia de una gran cantidad de unidades los microdesechos) permite plantear que estos indí-
anatómicas que poseen altos rindes económicos, genas emplearon una estrategia conservada, por
tanto en grasa como en carne, sugieren que las la cual los instrumentos utilizados para procesar al
mismas fueron transportadas hacia otros sitios megaterio fueron transportados hacia otros sitios.
como los campamentos residenciales, donde se Lo que quedó en Campo Laborde fueron las lascas
encontraría quizás el resto del grupo. Por su parte, producidas, durante el procesamiento de la presa,
el abandono en el sitio de restos óseos sin proce- cuando se iban embotando los filos de los instru-
sar tales como la mandíbula, la columna vertebral mentos y estos debían ser reactivados, o sea, reto-
y parte del caparazón se debe a que estas unida- cados para generar un nuevo filo cortante.

153
Patrimonio, ciencia y comunidad

Los megamamíferos explotados en los sitios


Los megamamíferos hallados en la región pampeana corresponden a algunos representan-
tes nativos que se originaron y desarrollaron por decenas de millones de años en Sudamérica
como, por ejemplo, los perezosos gigantes (megaterio, milodon y glosoterio), los gliptodontes
(lejanos parientes de los armadillos actuales), los toxodontes (un mamífero parecido al hipo-
pótamo) y la macrauquenia (un gran herbívoro con ciertas similitudes con los camélidos aun-
que de una familia faunística totalmente distinta). Junto a estos coexistían otros mamíferos de
gran porte provenientes de América del Norte como, por ejemplo, los mastodontes, los caba-
llos americanos, un camélido más grande que los representantes actuales (Hemiauchenia), el
tigre diente de sable y el ciervo. Estos inmigrantes ingresaron al continente durante el Gran
Intercambio Biótico Americano como consecuencia de la formación del Istmo de Panamá hace
aproximadamente dos millones de años (Pasquali y Tonni 2004; Tonni y Pascuali 1998; Capí-
tulo 6).
Entre las especies de megamamíferos que presentan evidencias de haber sido explotadas
en los sitios arqueológicos La Moderna y Campo Laborde encontramos a un gliptodonte (Doe-
dicurus clavicaudatus) y un megaterio (Megatherium americanum, un perezoso gigante).
Ambas especies son recuperadas frecuentemente en los sedimentos del Pleistoceno tardío de
la Región Pampeana. Asimismo, se han hallado restos de estas especies en otras regiones del
territorio argentino y en países limítrofes (e.g. Uruguay y Brasil).

Doedicurus clavicaudatus: Este mamífero


correspondiente a la Familia Glyptodontidae fue
una de las especies acorazadas de mayor tama-
ño, cuya longitud total se estima cercana a los 4
m y su altura máxima en 1,5 m (Figura III). Estu-
dios alométricos permitieron estimar su peso en
1.468 kg (1,4 toneladas) (Fariña et al. 1998).
Como todos los gliptodontes, esta especie pre-
senta un esqueleto externo compuesto por un
enorme caparazón más o menos esférico (diáme-
tro superior a los 2 m), formado por placas de
formas rectangulares a hexagonales (Figura 4).
La región caudal, también protegida por un
Figura III. Esqueleto de esqueleto externo, está formada por un tubo rígido de 1,10 ó 1,30 m de largo, precedido por
Doedicurus clavicauda- varios anillos compuesto por placas. La parte posterior del tubo caudal con forma de “clava”
tus (los huesos en gris (ensanchado y comprimido) posee una serie de depresiones para la inserción de espinas cór-
son los hallados en el
neas, las cuales sirvieron probablemente para la defensa. Los estudios sobre las preferencias
sitio La Moderna).
alimenticias de gran parte de los gliptodontes indican que los mismos poseían hábitos pasta-
dores, sugiriendo que la especie Doedicurus clavicaudatus estaba adaptada a ambientes abier-
tos y áridos.

Megatherium americanum: Este perezoso gigante cuyo nombre significa “Bestia Grande”,
correspondiente a la Familia Megatheriidae, fue la especie de mayor tamaño conocida del Pleisto-
ceno sudamericano, cuya longitud superó los 5 m (Figura IV). Estudios alométricos permitieron esti-
mar su peso en 6.073 kg (6 toneladas) (Fariña et al. 1998). Sus miembros terminaban en fuertes
garras y poseía una cola con poderosas implantaciones musculares lo cual llevó a postular a los inves-
tigadores que dicho animal podía caminar en posición erguida o bípeda, utilizando la cola como
apoyo. Esta adaptación al bipedismo implica que los miembros delanteros quedaban libres para rea-
lizar otras actividades no relacionadas con la locomoción como, por ejemplo, el uso agresivo de las
enormes garras que poseía. El megaterio era un animal herbívoro y posiblemente de hábitos solita-
rios, aunque últimamente se ha planteado que podría ser ocasionalmente un comedor de carroña

154
Capítulo 7. Las primeras poblaciones indígenas de la región

(carne). Los estudios relacionados con la dieta indi-


can que esta especie fue probablemente un ramo-
neador generalizado, es decir que su alimentación
consistía en una mezcla de ramas pequeñas, arbus-
tos, hojas y frutas, aunque pudo haber sido más
selectivo y capaz de consumir carne como un recur-
so energético alternativo (omnívoro) (Bargo 2003).
Los análisis paleoecológicos sugieren que los mega-
terios habitaron ambientes áridos a semiáridos más
templados y abiertos. Algunos estudios realizados
en los últimos años indican que estos megamamí-
feros (megaterios y gliptodontes) tendrían metabo-
lismos muy bajos y el número de individuos sería
relativamente escaso debido a la reducida tasa de
reproducción y al prolongado período de gestación.

Figura IV. Esqueleto de


Megatherium america-
En el sitio Campo Laborde se encontró repre- las especies faunísticas y a las rocas utilizadas, se num (los huesos en gris
sentado una gran proporción del esqueleto del observan diferencias en las estrategias de obten- son los hallados en el
sitio Campo Laborde).
megaterio, tanto de los huesos del esqueleto apen- ción de las presas y en el tratamiento que se hizo
dicular (miembros) como axial (vértebras). Esta de los recursos líticos. Tal como se mencionó más
alta representación de unidades en el sitio de caza arriba, se propone que en La Moderna el consu-
y procesamiento sugiere que los indígenas trans- mo del gliptodonte habría sido el resultado de una
portaron a los campamentos residenciales prin- estrategia de carroñeo, posiblemente como parte
cipalmente tejidos blandos (carne y grasa), aban- de un encuentro casual con el animal ya muerto
donando en el lugar los pesados huesos ya des- naturalmente o moribundo. Las evidencias indi-
carnados. can que la explotación del megaterio en Campo
Laborde habría sido producto de una estrategia de
Las evidencias obtenidas en La Moderna y caza, probablemente con lanzas que poseían pun-
Campo Laborde son similares en varios aspectos: tas líticas.
la antigüedad de las ocupaciones de los sitios es
coincidente (Holoceno temprano), poseen casi la En lo que respecta a las diferencias en el uso
misma situación topográfica y ubicación en el pai- de los recursos líticos, se puede mencionar que,
saje (paleopantanos o ambientes lagunares), una aunque en los dos sitios se identificó el uso de ins-
secuencia estratigráfica equivalente y una asocia- trumentos tallados con mucha elaboración sobre
ción faunística comparable. Ambos sitios serían el algunas de las rocas (e.g. cuarcitas, ftanitas y dolo-
resultado del uso de lugares pantanosos (los cua- mías silicificadas), en La Moderna se reconoció el
les se ubicaban en las cabeceras de lo que hoy empleo de una estrategia expeditiva sobre el cuar-
son los arroyos Azul y Tapalqué) como lugares de zo, debido a que se utilizaron filos naturales e ins-
matanza o carroñeo de grandes mamíferos pleis- trumentos con escasos retoques (lascas sin estan-
tocénicos. Los mismos parecen corresponder a un darización en sus formas) para procesar al glip-
único evento. En base a la posición estratigráfica todonte y fueron abandonados en el sitio, una vez
y a las dataciones radiocarbónicas, los contextos usados. Es importante mencionar que todas las
arqueológicos de los sitios se ubican cronológica- materias primas halladas en los sitios provienen
mente en el Holoceno temprano, con posteriori- de afloramientos ubicados en el Sistema Serrano
dad a la extinción de gran parte de la fauna pleis- de Tandilia. Sin embargo, la dolomía silicificada y
tocénica, indicando la supervivencia de algunas la ftanita corresponden a rocas locales, aflorantes
de estas especies más allá del límite Pleistoceno- en las Sierras Bayas de Olavarría (ver Capítulo 8),
Holoceno (ca. 10.000 años AP.). distante aproximadamente a unos 20 a 30 km de
los sitios, mientras que la cuarcita sería una mate-
Además de las similitudes entre los dos sitios ria prima no local cuyo afloramiento se encuentra
en cuanto a la funcionalidad, a la explotación de a más de 100 km.

155
Patrimonio, ciencia y comunidad

El poblamiento temprano de la en algún período entre los 20.000 y los 15.000


región años AP.

Existen varios modelos sobre el poblamiento Los sitios arqueológicos que presentan evi-
de América que abordan el tema de cómo, cuán- dencias que permiten discutir el poblamiento tem-
do y por dónde se produjeron las primeras migra- prano de la región pampeana se hallan localiza-
ciones humanas al nuevo continente. Estos mode- dos en dos áreas diferentes de la región: el Sis-
los presentan edades y rutas de acceso diferentes tema Serrano de Tandilia y la llanura adyacente,
a partir del estudio de distintas líneas de eviden- ubicada entre este sistema serrano y el de Ven-
cia como son los estudios lingüísticos, genéticos, tania (Figura 12). En las serranías de Tandilia los
paleoambientales y arqueológicos. Si bien los dis- trabajos de dos equipos de investigación dirigi-
tintos modelos de poblamiento están en continuo dos por Nora Flegenheimer y Diana Mazzanti han
debate y sujetos a nuevos hallazgos, metodologías producido una gran cantidad de información
e interpretaciones, es posible remarcar algunas sobre los primeros indígenas que habitaron la
tendencias que tienen mayor consenso entre los región (ver entre otros Flegenheimer 1986-1987;
investigadores. En este sentido, el modelo que Flegenheimer y Bayón 1999; Mazzanti 1997,
parece ser más sólido es aquel que propone que 1999; Mazzanti y Quintana 2001, entre otros).
los indígenas americanos provienen de ancestros La mayoría de los sitios descubiertos se localizan
del Este asiático y que llegaron al continente en cuevas y aleros (e.g. Cueva Tixi, Cueva El Abra,
entrando por el noroeste en algún momento duran- Abrigo Los Pinos, Cueva Burucuyá, Cueva La
te el Pleistoceno final. Brava, Amalia sitio 2, Los Helechos, Cerro La
China 1, etc.), aunque algunos han sido registra-
En lo que respecta a las vías de entrada de las dos a cielo abierto (e.g. Cerro La China 2 y 3,
primeras migraciones de poblaciones humanas al Cima del Cerro El Sombrero). Por otra parte, en
continente americano se ha postulado diferentes el área Interserrana los sitios se han hallado úni-
accesos. En términos generales se propone una camente a cielo abierto y se localizan próximos a
ruta costera y otra continental. La primera hipóte- los cuerpos de agua (Arroyo Seco 2, Paso Otero
sis sostiene que las poblaciones humanas migra- 5 y El Guanaco) (ver Bayón et al. 2004; Martí-
ron a través de la costa Pacífica y que los sitios nez 2001). La antigüedad de los sitios más tem-
arqueológicos más tempranos se encontrarían pranos en el Sistema Serrano de Tandilia está
actualmente bajo agua debido a los cambios de comprendida entre los ca. 11.150 y 9.500 años
la línea de costa luego del derretimiento de los AP. y en el área Interserrana entre los ca. 12.200
grandes glaciares. En segundo lugar, quienes pro- y 10.000 años AP. En este último sector se han
pugnan la ruta continental, postulan al Estrecho encontrado una menor densidad de sitios aunque
de Bering como la vía de entrada de las distintas un mayor número de especies animales de gran
oleadas de migraciones humanas. Este estrecho tamaño cazadas en relación a los de la sierra
se había transformado en un puente terrestre que (Martínez 2001; Martínez y Gutiérrez 2004). Asi-
unía ambos continentes en gran parte del Pleisto- mismo, llama la atención la ausencia de sitios
ceno debido al descenso del nivel del mar duran- arqueológicos en otros sectores de la región pam-
te las glaciaciones. Esta ruta es la que presenta peana y se ha propuesto también que algunos de
actualmente mayor aceptación por parte de los los sitios más tempranos podrían estar actual-
investigadores. Sin embargo, todavía no está claro mente bajo el agua debido a que la línea de costa
el momento exacto en que se produjeron las de la provincia de Buenos Aires estaba a dece-
migraciones iniciales al continente y han sido plan- nas de kilómetros hacia el Este en el momento
teadas varias alternativas para explicar el proceso inicial de ocupación (Figura 12).
de poblamiento. Uno de los modelos postula una
llegada muy temprana al continente (más de Las evidencias arqueológicas de este pobla-
100.000 años atrás), mientras que en el otro miento inicial indican que a finales del Pleisto-
extremo, el modelo más conservador plantea una ceno (ca. 12.000-11.000 años AP.) las llanuras
entrada muy tardía, hace aproximadamente unos pampeanas de Argentina estaban ocupadas por
12.000 años AP. Sin embargo, una gran parte de bandas de cazadores-recolectores. Estos datos
los investigadores adhieren a un tercer modelo no apoyan el modelo de un poblamiento tardío
intermedio, que propone que el poblamiento se del continente (o sea de aproximadamente
produjo en los momentos finales del Pleistoceno, 12.000 años) pero tampoco tiene una antigüe-

156
Capítulo 7. Las primeras poblaciones indígenas de la región

Figura 12. Ubicación de los sitios tempranos en la Región Pampeana.

dad muy alta. En consecuencia, las evidencias para poder confeccionar sus instrumentos. Las fuen-
arqueológicas provenientes de la región pampea- tes de materias primas en la región pampeana se
na apoyarían el modelo de poblamiento que encuentran heterogéneamente distribuidas y los sec-
plantea que los primeros grupos humanos que tores en donde se han identificado su explotación y
arribaron al continente americano debieron lle- utilización son los sistemas de Tandilia y Ventania,
gar aproximadamente entre los 20.000 y la costa Atlántica y afloramientos menores en el área
15.000 años AP. (Flegenheimer et al. 2006; Interserrana (ver Capítulo 8, Figura 4).
Politis et al. 2004).
Se propone que la estrategia de aprovisiona-
Una vez en la región pampeana, esto es hace miento dominante de estas rocas habría consisti-
aproximadamente 12.000 años atrás, y luego de do en el acceso directo a los afloramientos debi-
un lento proceso de expansión a lo largo y a lo ancho do a la alta movilidad que poseían los grupos
del continente, estos primeros pobladores debieron humanos y a la suposición de que durante estas
enfrentar una serie de problemas, muchos de los etapas de ocupación de la región la densidad
cuales son propios de una situación de exploración humana habría sido muy baja. Esto implicaba,
de un nuevo territorio. Uno de estos problemas, qui- entre otras cosas, que las bandas de cazadores-
zás uno de los más graves, fue el abastecimiento de recolectores no necesitaban competir entre sí para
materia primas, es decir de rocas de buena calidad obtener los recursos necesarios para la subsisten-

157
Patrimonio, ciencia y comunidad

El ambiente durante el poblamiento inicial


El poblamiento pampeano y su desarrollo posterior han sido discutidos en los últimos años en
el marco de la evolución ambiental regional. Numerosas investigaciones multidisciplinarias
indican que durante el Pleistoceno final y el Holoceno temprano (entre los 12.000 y 7.000 años
AP.) la Región Pampeana sufrió modificaciones en las condiciones climáticas y ambientales,
las cuales generaron cambios en la distribución y en la presencia de las especies de flora y fauna.
Dichas transformaciones hicieron que la región estuviera constituida por una diversidad de
ambientes con recursos heterogéneamente distribuidos, que variaron significativamente en
los distintos momentos de ocupación.
A fines del Pleistoceno (ca. 12.000-10.000 años AP.) las evidencias paleoambientales obteni-
das en el arroyo Tapalqué sugieren que en las llanuras pampeanas primaban condiciones cli-
máticas más frías que las actuales en ambientes semiáridos a áridos (Figura V). Los estudios
de polen realizados sobre muestras provenientes de la parte superior del Miembro Guerrero
de la Formación Luján (ca. 10.700 años AP.) sugieren el desarrollo de una estepa herbácea con
comunidades bajas de interdunas en un clima subhúmedo-seco (Prieto 1996). Otros estudios
paleoclimáticos realizados sobre análisis isotópicos de gasterópodos y restos fósiles de verte-
brados concuerdan con las evidencias polínicas indicando un incremento en la aridez (clima
más seco) relacionado a un período frío que se desarrollo en el área (Bonadonna et al. 1995;
Tonni et al. 1999). Además, la línea de costa actual de la provincia de Buenos Aires estaba des-
plazada casi 100 km hacia el Este, debido al descenso del nivel del mar, lo que produjo una
mayor superficie continental emergida.
Los diferentes datos paleoambientales
indican que los grupos cazadores-recolec-
tores que ocuparon la región en épocas
muy tempranas, lo hicieron bajo un clima
hostil, más frío y seco que el actual, en un
continente más ancho y con una cubierta
vegetal totalmente diferente a la que cono-
cemos hoy en día.
Durante el límite Pleistoceno-Holoceno
(ca. 10.000 años AP.) se desarrolló en la
región el paleosuelo Puesto Callejón Viejo
que indica el establecimiento de condicio-
nes climáticas de mayor humedad simila-
res a las actuales. Este suelo ubicado entre
los Miembros Guerrero y Río Salado puede
Figura V. Cambios de la temperatura durante el representar un primer momento de mayor
Pleistoceno final y Holoceno (tomado y modifica-
temperatura y humedad ligado a la fase de
do de Carlini y Tonni 2000).
deglaciación que se estaba produciendo en
gran parte del continente americano.
En los inicios del Holoceno, estratigráficamente ubicado en la parte inferior del Miembro Río
Salado de la Formación Luján (entre 10.000 y 8.000 años AP.), se comprobó mediante estu-
dios de polen, la presencia de una vegetación característica de lagunas y depresiones pantano-
sas, la cual presupone la existencia de un clima subhúmedo-húmedo. Hacia los 8.000 años AP.
se produjo un cambio en el polen, indicando el establecimiento de praderas húmedas, donde
predominaron las gramíneas (Prieto 1996). Sin embargo, los datos isotópicos de la base del
Miembro Río Salado y la fauna de vertebrados indican un deterioro climático relacionado
con una fase más árida, donde dominó en algunos sectores la sedimentación eólica que pre-
cedió al "Optimun climático" o "Hipsitermal" del Holoceno medio (Bonadonna et al. 1995).

158
Capítulo 7. Las primeras poblaciones indígenas de la región

Posteriormente, durante el Holoceno medio (6.500-3.500 años AP.) se registró paulatinamen-


te una tendencia hacia el incremento en la temperatura y la humedad, con niveles del mar más
altos (entre 2 y 2,5 m) que los actuales, cubriendo algunas partes costeras del territorio bonae-
rense (Figura V). Durante los últimos 3.500 años AP. (Holoceno tardío) las características vege-
tales están relacionadas a típicas formas del paisaje de un clima árido-semiárido, tales como
paleodunas y zonas bajas y la presencia de especies animales relacionadas con climas secos y
áridos (Fidalgo et al. 1986; Prieto 1996; Tonni et al. 1999). Estos cambios climáticos culmina-
ron a fines del Holoceno tardío (ca. 1.000 años AP.) con el establecimiento de las condiciones
climáticas modernas. Actualmente, la zona de estudio posee un clima templado húmedo influen-
ciado por el efecto moderador que ejerce el océano Atlántico. La temperatura media anual es
de 14,2°C (ver Capítulo 8).

cia: rocas, animales, plantas, etc. La alta movili- Interserrana está básicamente compuesto por una
dad espacial de estas primeras bandas explica los alta frecuencia de desechos líticos producto de la
hallazgos de rocas de diferentes procedencias en manufactura final de los artefactos y la escasa pre-
los sitios arqueológicos. Además, en algunos sitios sencia de instrumentos formales, que en su mayo-
se han recuperado rocas exóticas provenientes de ría se encuentran fracturados. Esto seguramente
Uruguay (de distancias mayores a los 500 km)
que fueron utilizadas en la confección de artefac-
tos altamente conservados, mediante una técni-
ca de reducción bifacial. Esto apoya también los
amplios rangos de movilidad o intercambio que
debieron tener estos grupos.

Los cazadores-recolectores tempranos del Cono


sur americano compartieron entre sí una tecnolo-
gía lítica similar, cuya particularidad mayor fue la
confección y el uso de un modelo particular de punta
de proyectil, denominada “cola de pescado” (Figu-
ra 13). Este parece haber sido el tipo de punta exclu-
yente en la región pampeana durante gran parte del
período inicial de ocupación (entre 11.000-10.000
años AP.). Este tipo de puntas se encuentra en abun-
dancia en los sitios de las serranías de Tandilia como
en algunos de los sitios de la llanura (Paso Otero 5
por ejemplo). Con posterioridad, ya en el Holoceno
temprano, este modelo de punta es reemplazado por
otros que incluyen a las triangulares medianas sin
pedúnculo (halladas en los entierros del sitio Arro-
yo Seco 2 y datadas en ca. 7.600 años AP.) y las
lanceoladas, como la que se encontró fracturada en
el sitio Campo Laborde (Figura 11).

Cabe destacar que existen diferencias en cuan-


to a la diversidad y frecuencia de artefactos líticos
entre los dos sectores de la región donde se regis-
tran evidencias de ocupaciones humanas tempra-
nas. En este sentido, en los sitios del Sistema Figura 13. Puntas de proyectil del tipo "cola de pescado" halladas en distintos
sectores de la Región Pampeana. Referencias: 1-2: Cerro La China, Argenti-
Serrano de Tandilia están presentes una gran varie-
na (Tomada de Zárate y Flegenheimer 1991), 3: Lobos, Argentina (Tomada
dad de instrumentos y las distintas etapas de pro- de Eugenio 1983), 4: San Cayetano, Argentina (Tomada de Politis 1991) y
ducción de dichos instrumentos. Contrariamente, 5-6: puntas fragmentadas (sin pedúnculo) del sitio Paso Otero 5 (Tomada de
el registro arqueológico de los sitios de la llanura Armentano et al. 2007).

159
Patrimonio, ciencia y comunidad

debió estar relacionado con la disponibilidad en dencia de consumo de este animal en ningún sitio
las sierras de materia prima de calidad en abun- de la región. Es probable entonces que esta espe-
dancia, mientras que en la llanura esta consti- cie no haya formado parte de las presas selec-
tuía un bien escaso. cionadas para alimento por otras razones diferen-
te a lo estrictamente económico.
El otro gran desafío que debieron enfrentar los
primeros cazadores-recolectores que llegaron a la Sea cual fuera la estrategia de obtención de
región fue el de la obtención de alimentos, sobre las presas es probable que la actividad de los pri-
todo los de origen animal, que aparentemente eran meros habitantes del continente haya desencade-
centrales en su dieta. En los sitios arqueológicos nado modificaciones en el medio ambiente de tal
se halló una gran diversidad de especies que fue- magnitud (e.g. incendios de pastizales) que podrí-
ron explotadas de diferente manera por estos gru- an haber tenido una gran influencia en la extin-
pos pioneros. Entre las especies explotadas se ción de los grandes mamíferos del Pleistoceno. En
encuentran en primer orden los grandes mamífe- este sentido, se ha planteado una relación multi-
ros extinguidos, tales como megaterios, gliptodon- causal entre los cambios climáticos y ambienta-
tes, caballos americanos y camélidos. También se les y la actividad producida por los seres huma-
cazaron y consumieron otros animales de menor nos para explicar la desaparición de los grandes
tamaño como son el guanaco y el venado de las mamíferos (ver discusión en Politis et al. 1995).
pampas, la liebre patagónica, los roedores y las
aves, como el ñandú. Comentarios finales
Además, es posible que los recursos vegetales Como se ha sintetizado y discutido en este
(sobre todo los frutos de los árboles y arbustos de capítulo, la región pampeana habría sido ocupa-
especies de los bosques del Espinal y del Monte) da por los primeros seres humanos hacia el
hayan sido importantes en la dieta. Sin embargo, 12.200 años AP., lo que se traduciría en años
esta información es difícil de contrastar arqueoló- calendáricos en aproximadamente 14.000 años
gicamente debido a que la región pampeana no atrás. Perecería que estos primeros pobladores
posee condiciones favorables para la preservación dejaron sus huellas más visibles en la llanura inter-
de este tipo de material orgánico. Una de las posi- serrana, en el sitio de Arroyo Seco 2 y, un poco
bles vías para investigar esta cuestión es el estu- más tarde, en las cuevas y aleros del sector Sures-
dio de los isótopos del carbono (13C) y del nitróge- te de las serranías de Tandilia. En el centro de la
no (15N) en los huesos humanos. Este tipo de aná- provincia de Buenos Aires, en la cabeceras de los
lisis está empezando a dar algunos resultados inte- arroyo Azul y Tapalqué se encuentran los restos
resantes para identificar qué parte de la dieta era de poblaciones posiblemente descendientes de los
de origen animal y cuál era de origen vegetal. Los primeros pobladores indígenas, quienes, hace
resultados obtenidos en esqueletos datados en el unos 8.000 o 7.000 años atrás, cazaban en las
Holoceno temprano (ca. 7.800 a 6.300 año AP.) orillas de los pantanos los últimos grandes mamí-
recuperados en Arroyo Seco 2 están siendo aún feros que aún sobrevivían. Poco tiempo después
procesados (Politis et al. en prensa). la fisonomía de la región cambiaría: estos anima-
les pleistocénicos se extinguirían definitivamente
Cabe destacar, que las decisiones de los gru- y solo quedaron disponibles para la caza anima-
pos humanos en el pasado respecto de qué pre- les medianos como el guanaco o más pequeños
sas consumir, no dependieron exclusivamente de con el venado de las pampas, el ñandú y varias
factores ecológicos y económicos. Una amplia especies de roedores. Sin duda, un menú de car-
gama de cuestiones vinculadas al dominio ideo- nes mucho menos variado al que estaban acos-
lógico y a las prácticas sociales (e.g. preferencias tumbrados. Los pastizales pampeanos cambiaron
y tabúes alimenticios, creencias, mitos, etc.) debie- también como consecuencias de la extinción, ya
ron también jugar un rol significativo en las deci- que no tenían que soportar la presión de consu-
siones de consumo. En este sentido, es sugestivo mo que ejercían sobre las gramíneas los grandes
marcar que tanto en La Moderna como en Campo herbívoros que dominaron el Pleistoceno. Para
Laborde se hallaron restos de una especie de gli- mediados del Holoceno, es decir después de los
podonte (el Neosclerocalyptus) que estaba dispo- 7.000 años AP., la región pampeana era muy dife-
nible en la región probablemente hasta el Holoce- rente a la que habían encontrado los primeros
no temprano. Sin embargo, no hay ninguna evi- pobladores: había otra composición faunística,

160
Capítulo 7. Las primeras poblaciones indígenas de la región

otra estructura de pastizales y una nueva línea perdieron modos de vida ancestrales y legados
de costa marina. El desafío de estas poblaciones culturales singulares, únicos e irrepetibles.
indígenas durante el Holoceno medio fue cómo
adaptarse ecológicamente y socialmente a este Nota I. Entre otros se debe mencionar la partici-
nuevo ambiente pampeano y cómo adecuar sus pación de Leonardo Daino, Edgardo Benbassat,
necesidades a esta nueva situación. Cuando los Delia Irusta, Aldo Pankonin, Liliana Gau, Alejan-
primeros españoles llegaron a la región, casi 8.000 dra Perfumo, Joaquín Affonso, “Dito” Ferreira y
años después, la encontraron poblada por grupos Carlos Schroeder.
cazadores-recolectores que mantenían una forma
de vida aún similar en algunos aspectos a la de Nota II. Las investigaciones efectuadas en el sitio
los primeros pobladores del Pleistoceno final. La Moderna durante 1984 fueron realizadas gra-
Lamentablemente, su capacidad adaptativa, tan cias a la inestimable colaboración del Museo
exitosa durante más de 12.000 años no les sirvió Municipal Enrique Squirru de Azul y de Norma y
para enfrentar una nueva situación histórica, Augusto Mayer, quienes estaban a cargo del
impuesta por la conquista europea y con ella se mismo.

Agradecimientos
A los editores del libro María Luz Endere y José Luis Prado por la invitación a participar en este volu-
men. Estas investigaciones fueron financiadas por el PICT Nro.04-12777 de la ANPCYT otorgado al Dr.
Gustavo Politis y por el subsidio anual otorgado al INCUAPA por la Universidad Nacional del Centro de la
Provincia de Buenos Aires.

Glosario
Análisis funcional: es un estudio que se realiza con un microscopio de altos aumentos que permite obser-
var en los filos los rastros de uso (micropulidos y estrías) que se producen durante las actividades en que fue-
ron empleados los instrumentos. A través de estos estudios se puede determinar si el instrumento fue utili-
zado para trabajar madera, hueso, cuero o fibras vegetales; si la actividad se hizo en estado húmedo o seco
y si el mismo fue empleado para corta, raspar y/o perforar (es decir los movimientos implicados en su uso).

Cazadores-recolectores: son bandas formadas por un grupo reducido de individuos que no producen alimen-
tos y que obtienen los distintos recursos por medio de la caza de animales grandes y pequeños, como asi-
mismo por la recolección de otros tipos de productos como, por ejemplo, huevos, vegetales, etc. Estos gru-
pos eran considerados altamente móviles (nómades) ya que trasladaban sus campamentos a diferentes zonas
para abastecerse de los recursos necesarios para su subsistencia.

Efectos tafonómicos: se refieren a las modificaciones que sufren los huesos o los conjuntos de huesos por
agentes naturales. Por ejemplo, los carnívoros cuando se alimentan de sus presas suelen dejar marcas de
esta actividad en los huesos, siendo el efecto tafonómico más común los hoyos realizados con los caninos.

Estrategias conservadas: se han utilizado cuando las rocas presentes en un determinado ambiente son esca-
sas o se hallan distribuidas de forma heterogénea en el paisaje. Estas estrategias consisten en no descartar
en los sitios los instrumentos confeccionados en esas materias primas mientras puedan seguir siendo utili-
zados y transportados hacia otros lugares hasta que sus filos se agoten o se fracturen.

Estrategias expeditivas: se han empleado cuando las rocas presentes en un determinado ambiente son abun-
dantes, de buena calidad y distribuidas homogéneamente en el paisaje. En ocasiones, el empleo de estas
estrategias ha posibilitado utilizar directamente los filos naturales de las lascas o confeccionar instrumentos
con escasos retoques y sin estandarización en sus formas (instrumentos informales). Estos instrumentos fue-
ron abandonados enteros (con filos utilizables) en los sitios en que se usaron.

161
Patrimonio, ciencia y comunidad

Fauna pleistocénica o megafauna: son los animales de gran tamaño que llegaron a pesar más de una tone-
lada (algunos pudieron pesar hasta cuatro o cinco toneladas). Gran parte de estos megamamíferos son carac-
terísticos del Período Cuaternario (Edad de los Mamíferos) y ocuparon la Región Pampeana durante el Pleis-
toceno (los últimos 2 a 2,5 millones de años) y comienzos del Holoceno (8.000 años AP.). El proceso de
extinción produjo la desaparición de un grupo de animales gigantes que habitaban la región.

Holoceno: período de tiempo geológico más reciente que se desarrolló desde los 10.000 años AP. hasta la
actualidad. Este período se caracteriza por condiciones climáticas más benignas (templadas y húmedas) rela-
cionadas con la finalización de las glaciaciones y ha sido dividido en tres momentos (temprano, medio y tar-
dío) en relación a los cambios climáticos acontecidos en la región.

Instrumentos formales: denominación de los instrumentos de piedra confeccionados sobre lascas que pre-
sentan retoques bien realizados sobre los filos, algunas veces en ambos caras del instrumento (e.g. puntas
de flecha). Estos instrumentos están altamente estandarizados en sus formas y tamaños, implicando una alta
inversión de trabajo en su fabricación.

Instrumentos informales: denominación de los instrumentos de piedra confeccionados sobre lascas que pre-
sentan escasos retoques sobre el filo tallado. Estos instrumentos son realizados sobre distintos tipos de las-
cas (no estandarizadas en sus formas y tamaños) y con una baja inversión de trabajo en su fabricación.

Pleistoceno: es la primera parte del período Cuaternario que ha sido caracterizada como la época de las
glaciaciones, debido al avance de las grandes masas de hielo sobre los continentes por el descenso de las
temperaturas del planeta. El comienzo de esta época ha sido estimado en 2 millones de años, mientras que
su finalización habría sido hace 10.000 años AP.

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