Está en la página 1de 4

LEY 80 DEL 1993 Y LEY 1150 DE 2007

Ley 80 del 93 Ley 1150 de 2007


Igualdad: se cuestionaba la ley 80 del 93 por Igualdad: Se esmera en cerrar puertas falsas
que no propiciar la igualdad de y oportunidades que puedan afectar la sana
oportunidades y permitir eludir los competencia y la igualdad de oportunidades
procedimientos de contratación. de los intervinientes en el proceso de
contratación, regulando los requisitos
mínimos para participar en los procesos de
selección, permitiendo subsanar errores,
evitando el uso de mecanismos que aluden la
aplicación de la ley 80 como el usos de
cooperativas publicas

Que se reformule el contenido del deber de


selección objetiva con el objeto de que la
evaluación de las ofertas e concentre en los
aspectos técnicos y económicos, de manera
que las condiciones del proponente como la
(capacidad administrativa, operacional,
financiera y experiencia) no sean objeto de
evaluación, si no de verificación de
cumplimiento, convirtiéndose en requisitos
de habilitación para participar en el proceso,
concentrándose en los aspectos técnicos y
económicos, dando así como único sitio en el
que las condiciones mínimas de participación
se acrediten.

La ley 80 tenia falencias como; una deficiente


redacción y falta de regulación única, una
estructura legal confusa, no se incluía normas
especiales para los consultores como; los
criterios de clasificación y calificación
cuestionables, excepciones injustificadas a las
licitaciones públicas; confusión entre la
calificación de los licitantes, evaluación de las
ofertas y ausencia de disposiciones sobre
precalificación.

Los cambios fueron producto de las oportunidades de mejora identificadas


desde el proceso de selección, hasta la liquidación de los contratos de
infraestructura, con el propósito de propugnar por la eficiencia, la transparencia
y la seguridad jurídica. La reforma contempla tres ejes fundamentales: (i)
contratación, (ii) infraestructura y (iii) APP.

Este nuevo cuerpo normativo se divide en tres importantes ejes. El primero


contempla ajustes al procedimiento de licitación para obra pública (L. 80/93 y L.
1150/07) para fortalecer la transparencia en la contratación, incorpora cambios
en la presentación de la oferta y el término para subsanar, implementa el pliego
tipo, permite expresamente la experiencia entre privados y delimita la
responsabilidad del interventor, entre otros.
En segundo lugar, en referencia a la Ley 1682 del 2013, consagra
modificaciones importantes para facilitar los proyectos de infraestructura,
principalmente en materia arqueológica y de adquisición predial.
El tercer eje corresponde a variaciones en la Ley 1508 del 2012, tendientes a
viabilizar los proyectos de APP sociales, urbanos y de entidades territoriales,
así como el procedimiento ante la terminación de contratos de concesión y APP
como consecuencia de la nulidad absoluta.
La contratación
Frente a la contratación, se modifica el proceso de selección de oferentes, con
el fin de lograr una participación más concurrente, transparente y competitiva
para la adjudicación. La ley implementa la obligatoriedad de los pliegos tipo
para obra pública, consultoría e interventoría de obra pública y le otorga la
posibilidad al Gobierno de extenderlo a otro tipo de contratos o procesos.
Así mismo, para licitación de obra pública, estipuló la presentación de la oferta
mediante dos sobres separados: (i) de requisitos habilitantes y (ii) con la oferta
económica. Otras reglas hacen referencia al alcance para subsanar ofertas. La
ley estableció, adicionalmente, que la falta en la entrega de la garantía de
seriedad de la oferta no es subsanable y dispuso que la entidad debe aceptar
como experiencia de los oferentes la adquirida en contratos suscritos con
particulares.
En la audiencia de adjudicación se definirá el método aleatorio de escogencia,
se abrirá la oferta económica y se conocerá el orden de elegibilidad.
Un aspecto por destacar es la delimitación de la responsabilidad de los
asesores, consultores e interventores, la cual se acotó a los daños que se
generen por incumplimiento de las obligaciones derivadas de su contrato.
La infraestructura
La nueva ley busca facilitar la adquisición predial. Se autoriza el acuerdo de
negociación con el poseedor, la notificación de la oferta a los herederos y el
permiso de negociación voluntaria con herederos y poseedores. Además,
descontar, para pago directo o depósito judicial, el valor de los impuestos,
servicios públicos, valorización y gastos de notariado. También fija el momento
a partir del cual entra en vigencia el avalúo comercial.
Ante el fallecimiento del titular y no identificación de los herederos, o cuando el
titular o poseedor esté reportado en listas de lavado de activos o financiación
del terrorismo, se permite que la entidad expida resolución de expropiación sin
necesidad de hacer oferta previa. Se establece un plazo de 90 días para el
pago del predio.
Adicionalmente, aprueba el reconocimiento de las mejoras efectuadas por los
ocupantes de bienes baldíos, teniendo como límite el valor de una vivienda de
interés prioritario. Se ratifica la prohibición de indemnizar, compensar o
reconocer obras nuevas, mejoras, derechos, autorizaciones o prerrogativas
levantadas, hechas o concedidas en fajas de retiro. Del mismo modo, dispone
la necesidad de incorporar en los planes de ordenamiento territorial de las
entidades territoriales los proyectos de infraestructura como zonas reservadas.
En otras materias, se consagra la titularidad del permiso de intervención
arqueológica en cabeza del contratista o concesionario, con el
acompañamiento del arqueólogo. Además, dispone que el Instituto Colombiano
de Antropología e Historia defina los parámetros para elaborar el plan de
manejo arqueológico.
Las APP
Este eje incluye normas tendientes a viabilizar proyectos de APP sociales,
urbanas y de entidades territoriales, por ejemplo, se permite remunerar al
inversionista con derechos reales sobre inmuebles de la entidad territorial.
Identifica dentro del criterio de unidad funcional los aeropuertos y las plantas de
tratamiento de aguas residuales.
La ley permite a las sociedades de economía mixta, a las empresas de
servicios públicos domiciliarios y a las empresas industriales y comerciales del
Estado su participación como oferentes o contratistas en procesos regulados
bajo la Ley 1508 del 2012.
Otro aspecto relevante de la nueva norma es la autorización a distritos,
municipios y departamentos de categoría especial y sus entidades
descentralizadas, para celebrar contratos de APP y expedir vigencias futuras el
último año de gobierno, hasta por el plazo del proyecto. De igual modo, dispone
que el originador privado debe asumir los costos de la revisión y la evaluación
de su iniciativa.
Es importante mencionar el artículo que indica los efectos de la terminación
anticipada de los contratos de concesión y APP con ocasión de nulidad
absoluta. Esta disposición permite el pago de los bienes y servicios que
benefician al Estado, evitando un enriquecimiento sin justa causa, protege a los
terceros de buena fe (socio, financiador, trabajador, proveedor) no
responsables de los hechos dolosos que dieron lugar al ilícito. El referido
artículo incluye una cláusula penal de carácter legal del 5 %, como sanción
adicional para el responsable del ilícito, además de las sanciones
contractuales, penales, fiscales y disciplinarias que correspondan.
Reglamentación
La Ley 1882 del 2018 requiere de la expedición de los decretos reglamentarios
que precisen el proceso de selección y el pliego tipo, la adquisición predial, las
APP sociales y de entidades territoriales. De igual manera, será determinante
la reglamentación del artículo que defina los criterios para liquidar los contratos
de concesión y APP que se terminen como consecuencia de la nulidad
absoluta.
Los pendientes
Esta ley no es perfecta. Son previsibles las críticas y no seremos ajenos a esta
posibilidad. Algunos aspectos de gran relevancia no quedaron redactados con
la claridad deseada, por ejemplo, se extraña una mayor precisión para definir el
momento hasta el cual se puede subsanar la oferta.
Durante el trámite legislativo, se debatieron algunos temas que,
lastimosamente, no fueron incluidos en la conciliación del texto: la prohibición
de contratación directa de consultoría vía contratos interadministrativos, la
prohibición de subsanar errores relacionados con la garantía de seriedad, la
eliminación del factor de calidad para adjudicar licitaciones de obra pública o la
asunción del contrato por parte de los financiadores ante la terminación de
contratos de concesión o APP por nulidad absoluta.
Sin embargo, esta nueva ley es un paso en la dirección correcta, incorpora
buenas prácticas en materia de contratación y facilitará la ejecución de
proyectos de gran trascendencia e importancia para el país, dado que define
unas reglas de juego más claras para las autoridades, funcionarios,
contratantes, contratistas, concesionarios y financiadores en el marco de la
contratación pública en infraestructura.

También podría gustarte