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Traducido por Ishura

Resumen

Amber estaba a punto de morderse las uñas. Primero, llega a la granja que su tía le dejó
en herencia para encontrarse a un hombre en su bañera; un muerto.

Sólo que él no estaba muerto, más bien era una clase de no-muerto. Es un vampiro.
¡Maldito infierno! ¿Qué más podía un escritor de romance pedir que su propio héroe
vampiro?

Pero, Rusty no cooperará. Él no dejará de dormir en la bañera, no se afeitará la barba, no


dejará de beber cerveza, y no morderá a hombres. ¡Hasta no cambiará su nombre!
¿Quién había oído alguna vez de un vampiro llamó Rusty Nipple? ¿Cómo se suponía
escribir sobre un vampiro afable, atractivo, apuesto si Rusty no quería cooperar?

N. de la T: Rusty Nipple significa pezón oxidado. ¿A qué es gracioso el juego de


palabras?

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Traducido por Ishura

Dentro de la antología:

Rednecks ‘n’ Roses


De Judy Mays

Traducido por: Ishura

Dedicatoria

Para mi amiga Amber, cuya vida real amorosa me dio la idea para esta historia. No, ella
no es un vampiro; pero sí, tiene una gata negra bizca llamada Medianoche.

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Capítulo uno

“Estas jodida.”

Amber parpadeó y eructó, luego trató de alcanzar su vaso. “No, no lo estoy. Obtuve una
casa y unos cien acres de tierra.”

El tequila, el zumo de lima y el hielo se derramó cuando Mandy mezcló otra jarra de
margaritas. “En el jodido Condado de Juniata. ¿Te das cuenta de lo fuera de la
civilización que está? Está en mitad de ninguna parte.”

Amber agitó su cabeza. “Está sólo a una hora desde Harrisburg.” El cuarto comenzó a
dar vueltas y ella cerró sus ojos.

Un cubito de hielo rebotó de lado contra la mesa y resbaló a través del suelo de la cocina.

“¡Harrisburg! ¿Qué diablos vas a hacer en Harrisburg mientras todos tus amigos están en
Philadelphia? ¿Cómo puedes estar tan… tan tranquila? Debiste mearte encima cuando
ese demonio de Frank obtuvo todo ese dinero. Mierda, él es un jodido. Lo diré otra vez.
Estas jodida.”

Amber engulló el último trago de su vaso. El calor rodó a través de sus venas. ¡Se sentía
tan bien! ¿Por qué seguía hablando Mandy sin parar sobre Tía Ernestine? ¿Ella podía
estar en lo cierto?

Amber tendió su vaso. “¿Realmente piensas así?”

Inclinando la cabeza, Mandy sirvió para las dos otra bebida. “Mierda. Sí. Tú Tía
Ernestine fue una verdadera perra para no dejarte nada de dinero.”

Al principio Amber observó la cabeza de Mandy ir de arriba hacia abajo pero eso la
hacía marearse, así que en lugar de eso clavó los ojos en la bebida que Mandy había
servido.

“Cristo, Amber. ¿Podrías dejar de ser tan buena?” Mandy escogió una almohada fucsia
particularmente brillante levantándola del suelo y lanzándola a un sofá igualmente de
color púrpura. “Estas jodida…magníficamente. Fuiste a la casa de esa perra tres o cuatro
veces a la semana corriendo a hacer sus recados, arrastrándote por todos los sitios cuando
quería ver o comprar alguna cosa. ¿Y cómo te lo agradece ella? Dejándole todo su dinero
a tu primo del culo.”

Amber dio otro trago a su bebida. Hmmm, pero sabía bien.

“Él ha recibido el dinero que te pertenece.”

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Amber clavó los ojos en los diminutos cristales blancos de sal que rodeaban el borde de
su vaso. Dentro había uno de esos paraguas de cóctel, con una lista naranja brillante y
otra verde, luciendo realmente bien.

“¿Me estas escuchando, Amber? Frank se apropió de tu dinero.”

Todavía sonriéndole a su vaso, Amber cabeceó y repitió, “No. No mi dinero. Sabía que la
Tía Ernestine no me dejaría nada así que, ¿por qué debería estar desilusionada?

Mandy boqueó. “¿Por qué? Porque tu eres la que se encargó de la vieja tacaña durante
los últimos tres años. Porque estas casi en quiebra. Te despidieron de tu trabajo hace dos
meses. ¿Recuerdas?”

Ese recordatorio momentáneamente descongestionó la mente de Amber. “¿Cómo puedo


olvidarlo?” Ella tragó el resto de su bebida y tendió su vaso. “Más.”

Mandy le sirvió. “Tu tía sabía eso. ¿Ella alguna vez se ofreció a ayudarte? ¿Para
compensar cuando corrías a hacer sus recados te pagó alguna vez el gas?"

Entrecerró los ojos cuando ella se contoneó en su silla, Amber clavó los ojos en el borrón
que era su amiga. Mandy hablaba cada vez más racionalmente. La tía Ernestine nunca se
ofreció a ayudarla. Caramba, ella raramente le dio las gracias alguna vez. “Tienes razón.
Ella era una perra, una perra tacaña, pesetera y arisca.”

Mandy sonrió abiertamente. “Así se habla.”

Otro trago. Amber hipó. “La mísera cotorra, consumida y vieja.”

Mandy asintió con la cabeza. “Ella te trató como una esclava.”

Parpadeando, Amber se concentró con más ahínco en las dos caras de su amiga. “¿Te
dije alguna vez lo que ella pensaba acerca de mis historias?”

Mandy bebió otro trago del tequila y casi se cayó de su silla. Agarró la mesa y se
estabilizó a sí misma. “No, nunca lo hiciste.”

Inclinándose hacia adelante, Amber recostó sus codos sobre el tapete. Se resbalaron; se
enderezó y los plantó más firmemente. En voz baja dijo, “Los llamó libros ‘sucios’. Me
dijo que atentaban ‘los principios morales’ y que la gente decente podía sentirse ofendida
por lo que estaba escribiendo.” Frunció el ceño. “¿Estas ofendida por lo que escribo,
Mandy?” Ella eructó profundamente.

Después de la contestación Amber eructó con uno propio, Mandy tragó otro sorbo. “Tú
tía era una puritana de miras estrechas y una perra santurrona. Es duro creer que ella
estuviese siempre casada. Apuesto que lo hacía con las luces apagadas, llevando puesto
un camisón de cuello alto, con mangas largas, en la posición del misionero con los ojos

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cerrados apretadamente y tiesa como un tablero hasta que tu tío hubiese acabado. Ella no
sabría lo que es buen sexo ni aunque la mordiesen en el culo. ¿Y qué si tus historias
tienen un poco de sexo en ellas? El sexo vende.”

El Amber rió nerviosamente. “Tal vez el Tío Henry la debería haber mordido en el culo.”

El líquido amarillo pálido salió disparado en chorritos a través de la mesa cuando Mandy
trató de tragárselo y reírse al mismo tiempo.

Inclinando la cabeza, Amber agarró la botella y vertió un chorro de tequila, metiendo la


mayor parte en el vaso. “Sí, la debería haber mordido en el culo. Me llamó ‘mujer
disoluta’, ¿sabes?” Amber levantó el vaso y lanzó su contenido en la boca. Después de
una sacudida involuntaria, continuó. “¡Yo! Una mujer disoluta. ¡Ha! No he tenido una
cita en seis meses, y mucho menos sexo. La última vez que tuve relaciones sexuales fue
con ese banquero inversionista con quien salía el año pasado.”

Enjugando el líquido que ella había expulsado fuera de su nariz, Mandy agarró la botella
de Amber y se sirvió otro trago. “¿No me digas, mini pene, verdad?”

Amber confirmó con la cabeza. “Sí, bueno, el legendario mini pene. Mini pene en el este.
Su pene podía escurrirse cada vez que él realmente empezaba a bombear. El sexo más
insatisfactorio que alguna vez tuve.” Ella suspiró. “El último sexo que alguna vez tuve.”

Riendo nerviosamente, Mandy sirvió, perdió su vaso, y el tequila rodó a través de la


mesa. “Indudablemente atraes a los perdedores. ¿Recuerdas a Buggy Cal?”

Amber observó la corriente de la cascada de tequila que caía sobre el lado de la mesa y
salpicaba sobre el suelo. ¿Siempre se derrababa hacia abajo? Se tambaleó hacia la
izquierda cuando intentó enderezarse y enfocó a Mandy. “Bueno, mierda, no supe que
coleccionaba insectos hasta después de haber salido un par de meses.”

Finalmente logrando llenar su vaso de una vez, Mandy negó con la cabeza y se contoneó
de un lado a otro de su silla. “Amber. Amber. Amber. Deberías haber sabido que no
mataría esa araña por ti.”

“¡Arañas! ¡Argg!” Estremeciéndose, Amber se recostó hacia adelante y bajó la voz. "¿Te
dije alguna vez que tenía esa enorme araña que mantenía como mascota? ¡Él quería que
la sostuviera! ¿Lo puedes creer? ¿Yo? ¿Sujetar a una araña? ¡Ha! Esa es la última vez que
me vio. Me fui tan rápido por puerta que no supo lo que pasaba”.

Riéndose a carcajadas, Mandy peinó con sus dedos su pelo hacia atrás, retirándolo de su
cara, luego levantó la jarra y vertió otro margarita en el vaso de Amber. “Aquí, toma otro
trago.”

Amber recogió su vaso, sorbió, y jugó con el delicioso líquido alrededor de su boca.
Mmmmm. Mandy definitivamente sabía cómo hacer buenos margaritas. ¿Cuántas copas

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habían bebido? ¿Y cuándo fue la última vez que habían comido algo? Ella tragó algo más
y rió nerviosamente. El líquido goteó abajo por su barbilla y salpicó su blusa.

Mandy parpadeó unas cuantas veces. “¿Hemos comido algo hoy?”

Inclinando su cabeza hacia un lado, Amber sonrió abiertamente. “No. Me arrastraste a


casa inmediatamente después de la lectura del testamento y empezamos a mezclar
bebidas y a tomar tragos.”

Mandy hizo muecas por detrás. “¡Oh, sí! ¿Quieres que haga otra jarra?”

******

Un megáfono sonó en la oreja de Amber. “Despiértate.”

Gimiendo, ella se dio vuelta. “¿Quién subió la TV tan fuerte?”

Mandy se estremeció otra vez. “Despiértate. Hay un tipo en la puerta con una carta
certificada y un paquete para ti. No me dejó firmarlo por ti.”

Amber se frotó los ojos abiertos, entrecerrándolos ante la luz del sol que entraba a través
de la ventana. Su cabeza latía al mismo ritmo que su corazón. “¡Oh Dios! ¿Quién me
golpeó?”

Cubrió sus ojos con las manos. Mandy bajó a través de la cama de Amber y gimió con
ella. “No debería haber hecho ese cuarta jarra de margaritas. O tal vez fue el último
trago.”

Arrastrándose para arriba, Amber se sentó en el borde de la cama y sujetó su cabeza entre
sus manos. “Café. Necesito café.”

“Un paso delante de ti. Está en tu mesita de noche.” Mandy masculló. “Aspirinas
también.”

Amber agarró la taza grande con manos temblorosas y la dirigió a sus labios. “Dios, que
bien sienta.” Agarrando el bote, hizo saltar la tapa fuera y echó tres aspirinas en su mano.
Las tragó con un sorbo de café.

Algunos minutos más tarde, después de dejar de dar vueltas por el cuarto, se sintió lo
suficientemente estable como para levantarse, con gran esfuerzo, completamente de la
cama y bajar a la sala de estar. Colocó su gran taza de café en el filo de la mesa – y muy
cuidadosamente abrió la puerta principal, haciendo una mueca de dolor ante el aumento
de sonido que reverberó alrededor del cuarto cuando ella hizo eso. “¿Tiene un paquete
para mí?”

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El cartero deslizó una caja mediana a través del umbral, le dio a ella un sobre gris y
gritó, “Firme aquí.” Al menos parecía que él gritaba.

El estómago se le revolvió por la loción para después de afeitarse que emanaba de su


cuerpo, Amber parpadeó algunas veces para aclarar su visión, luego garabateó su firma
en el papel que le tendió. Ella le cerró la puerta en su sonriente cara.

Mandy estaba tumbada desgarbadamente en el sofá, sujetando una taza contra su frente.
Ella se sobresaltó ante el sonido de la puerta al cerrarse. “¿Qué es eso?”

Empujando la caja de un lado al otro del suelo con el pie de Amber; no era pesada. Se
derrumbó encima de la silla de color frambuesa. “Dame un momento para abrirlo,
todavía. Joder, pero me siento como una mierda. Y es por tu culpa.”

Mandy gimió. “No sostuve abierta tú boca y eche las bebidas en ella, ¿sabes?”

Amber echó un vistazo al espejo que colgaba de la pared. Unos ojos inyectados en sangre
le devolvieron la mirada. “Tienes lo que te mereces. Los margaritas fueron idea tuya.”

Mandy se deslizó más abajo del sofá. “Oh, deja de quejarte y abre la maldita carta.”

Tomando un profundo aliento, esperando que se aquietara el latido en su cabeza, Amber


estudió atentamente el sobre. “Es del abogado de Tía Ernestine.”

Mandy se acercó más luego gimió. Cerrando sus ojos, apoyó su cabeza contra el
respaldo del sofá. “¿Y qué es lo que dice?” Ella gimió otra vez. “Oh, nos brinda con sus
palabras el culo de rata. Abre el paquete primero.”

Después de luchar y maldecir con la cinta empacadora durante cinco minutos, Amber
rasgó la caja abierta y sacó una urna de plata. “Qué diablos…”

Abriendo el sobre, Amber parpadeó para enfocar sus ojos, después escudriñó rápidamente
la misiva.

“¿Hay algo valioso en ella?”

Amber miró boquiabierta la carta, segundos después rió hasta que las lágrimas bajaron
rodando por sus mejillas, al mismo tiempo se sobresaltó por el latido en su cabeza.
“Infierno, no. Es Tía Ernestine.”

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Amber se agachó involuntariamente cuando una hoja fangosa se estrelló contra el


parabrisas. Su Chevy Blazer de ocho años traqueteó cuando dio un bandazo por culpa de
otro bache del camino sin pavimentar.

Inclinándose hacia delante, agarró mas apretado el volante cuando el limpiaparabrisas


embadurnó el agua fangosa de la tormenta de aquella mañana a través del parabrisas. “El
maldito charco era del tamaño de Rhode Island”.

La urna situada entre el cubo de los asientos golpeó ruidosamente fuera del asiento y
cerró de golpe la consola cuando la izquierda del coche se hundió dentro de un surco
especialmente profundo.

“No te atrevas a decir una palabra, Tía Ernestine. Tú quisiste hacer este viaje.”

Amber movió de un tirón la rueda hacia la izquierda, virando bruscamente para evitar una
rama de árbol que estaba parcialmente ocupando el camino. La rueda derecha descendió
por un bache especialmente profundo, meciendo el vehículo primero de un lado y
después del otro cuando el neumático se arrastró hacia atrás hacia un nivel mas plano.

“¡Merrooooooooow!” La esponjosa gata negra, estaba hecha una bola en el asiento de


pasajeros, dio un brinco en el aire cuando la urna rodó hacia el asiento de atrás.

Amber aligeró su pie del acelerador.

“¡Ah, mierda! Lo siento Medianoche, pero este camino está lleno de baches.”

Parpadeando dos veces, Medianoche retiró sus garras del asiento y se instaló detrás,
doblando sus patas debajo de su pecho.

Brincaron sobre otra partida de surcos. Las posesiones cargadas en el maletero


comenzaron a cambiar de sitio.

La urna hecho a rodar atrás hacia la parte delantera del coche.

Siseando, Medianoche se empujó contra el respaldo y hundió sus garras en el asiento otra
vez.

El gesto de la cara de Amber cambió cuando apretó el volante mas tenso.

“Infiernos. ¿Cuánto tenemos que ir más lejos? ¿Este es el camino correcto, verdad?”
Parpadeando hacia un rayo de la luz del sol de la tarde que se escapaba de una nube,
Amber bajó la visera.

“Juro que este es el camino correcto. Me acuerdo de dar la vuelta en esa casa rosada
cuando vine aquí hace años con tía Ernestine y tío Henry.”

N. de la T: Chevrolet tipo familiar. Típico coche familiar de clase media.

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Ella movió de un tirón la rueda hacia la derecha para evitar otro bache.

Amber sopló algunos mechones de pelo disperso fuera de sus ojos y echó un vistazo
hacia la urna que ahora estaba entre los dos asientos delanteros otra vez.

“No te preocupes, Tía. Esparciré tus cenizas en aquella ladera de rosas salvajes al fin y al
cabo. Creo que me quedaré contigo por aquí un rato primero y te dejaré ayudarme con mi
novela. Así que, ¿Cuánto sexo debería añadir más a mi historia, querida Tía Ernestine?
Eso es lo que ese último redactor dijo, sabes. Le gustó mi estilo. Sólo tengo que sacar un
bebé secreto, amnesia, convertir mi héroe en un vampiro en lugar de un vaquero, y no
hacer que mi heroína sea una virgen la primera vez que tiene sexo con el héroe. Ah,
también añadir más sexo, más sexo, más sexo.” Amber se rió entre dientes y después
sonrió abiertamente. “Un montón más de sexo, Tía. Y describiré cada parte de ello para ti
mientras lo escribo.”

La urna de plata saltó al lado del asiento de Amber otra vez.

Echó un vistazo hacia abajo.

“¿Sabes?, esto se va a resolver muy bien. Tengo el dinero que ahorré y el dinero de
aquella cuenta de ahorro vivienda. No se como lo hizo pero el Tío Henry logró mantener
esa cuenta en secreto de ti, así que no tengo que preocuparme de la realización de
reparaciones o pago de impuestos. Me viene muy bien para sacar dinero para la comida.
Estoy toda puesta. Puedo gastar el próximo año y escribir solamente. Y apuesto que
podría encontrar un empleo a tiempo parcial aquí si realmente lo necesito. Seré hasta
camarera si tengo que hacerlo. Sí lo hice en el colegio puedo hacerlo otra vez.”

La urna golpeó contra el lado del asiento de pasajeros.

Amber bizqueó a través del parabrisas, la luz del sol de la tarde la deslumbró cuando ésta
se deslizó debajo de la visera.

La urna rodó y golpeó contra su asiento.

Cuando giró sobre una curva el sol perfiló una pequeña casa, blanca y de dos pisos.

“Parece que hemos llegado, Medianoche.”

Después de conducir por un charco más que envió mas hojas mojadas volando por el aire
a ambos lados del coche, Amber frenó para reducir la velocidad deteniéndose antes de los
seis pasos que conducían al pórtico delantero. Indecisa dentro estacionamiento, suspiró,
apretó las manos sobre el volante, luego las relajó. Echó un vistazo a su gata.

Medianoche miró fijamente hacia atrás, su cabeza inclinada ligeramente a la izquierda.

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Amber sonrió y acarició su cabeza. “Apuesto a que hay montones de ratones para cazar.
Venga, vamos a comprobar el lugar.”

Apoyando a Medianoche contra su pecho, dio un codazo al pestillo de la puerta, empujó


la puerta abierta y se deslizó del coche. Su nariz se arrugó. Medianoche dio vueltas con
su cabeza husmeando el aire.

Unos metros mas allá, un conejo se estremeció para después saltar lejos y desaparecer
debajo del porche.

“¡Meeerrroooowww!” Contorsionándose y revolviéndose, la gata hincó sus garras en el


estómago de Amber y se retorció fuera de sus brazos.

Amber la dejó caer al suelo. “¡Ouch! ¡Maldita, Medianoche! ¡No tenía que arañarme!”

La gata se revolvió después de que el conejo, tropezando con un peldaño del porche se
apretujase entre ese y el siguiente para desaparecer después del conejo.

Con las manos en las caderas, Amber miró ferozmente los peldaños. “Oh, estupendo.
Medianoche, se supone que tienes que perseguir ratones no conejos. ¡Sal de allí ahora
mismo!”

Un maullido débil la contestó.

Retirándose el pelo de detrás de la frente, Amber pataleó hacia los peldaños y se puso en
cuclillas. Bizqueando, trató de ver en al oscuridad.

Medianoche maulló otra vez.

Mascullando, Amber agarró fuertemente un peldaño y tiró de el. Eso no surtió efecto. Los
peldaños eran sólidos.

Otro maullido.

“¿Bien, qué esperas que haga? Tú eres la que se ha metido en este lió. Encuentra tu
propia salida.”

Los maullidos de Medianoche se hicieron más quejumbrosos.

Levantándose, Amber limpió sus manos en el trasero de sus pantalones. “Juro que nunca
he tenido un gato que se metiera en tantos apuros. ¿Cómo voy a conseguir sacarla de ahí
abajo?”

Mirando alrededor divisó un agujero oscuro al final del porche.

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“Eres afortunada ya que alguien o algo separó el enrejado, Medianoche.” Refunfuñó


cuando colocó sus manos y rodillas y se contoneó por el camino a través de la apertura.

“Meeeeoooow.”

Parpadeando, Amber hizo muecas cuando la humedad se filtró en las rodillas de sus
vaqueros y la blanda suciedad se coló a través de sus dedos. Retuvo el aliento contra el
olor rancio, el olor enmohecido que emanaba del suelo húmedo. Aguardó a que sus ojos
se adaptaran a la oscuridad, luego miró alrededor intentando encontrar a su gata. “Tenía
que tener un gata negra. Medianoche, ¿dónde estás?”

Algo suave le hizo cosquillas en la mejilla derecha. Ella giró su cabeza, tratando de ver a
su gata. ”Bien, vayámonos de aquí.”

Medianoche maulló lejos a su izquierda. Una caricia, ligera como una pluma acarició su
mejilla otra vez. Lo que sea que la estuviese tocando no era Medianoche. Solo una única
cosa podía ser eso tan suave; telarañas.

“¡Ahhhhhhhh! ¡Arañas! ¡Ah, Dios mío! ¡Hay una araña sobre mi!”

Amber avanzó hacia atrás tambaleando, dándose un golpe en la cabeza contra la madera
oscura encima de su cabeza. Lagrimeando sus ojos, se empujó hacia fuera del agujero.
Saltando sobre sus pies, comenzó a sacudirse inmediatamente la cabeza y a cepillarse la
ropa, todo el rato saltando de un pie a otro. “Ahhhhh. ¡Alejaos de mí! ¡Alejaos de mi!”

“¿Problemas señora?”

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Capítulo 3

Con los dedos sepultados en su pelo, Amber se congeló.

Era la voz de un hombre.

Despacio, se dio la vuelta y miró detenidamente a través de las puntas de su cabello que
colgaba delante de sus ojos.

El hombre que la encaraba llevaba puesto lo que parecía un uniforme de policía. Un


coche decorado en verde y amarillo con las letras impresas ‘Sheriff del Condado de
Juniata’ al lado estaba aparcado cerca de su enlodado Blazer.

“Umm…”

El sheriff plantó sus manos en sus caderas.

“Mi gata está metida debajo del porche”

El inclinó su cabeza al lado. “¿Metida?”

Haciendo volar el pelo de su cara, Amber enderezó completamente su uno ochenta de


estatura y cruzó sus brazos sobre su pecho. “Bien, había una araña. Odio las arañas. ¿Hay
algo que pueda hacer por usted?”

“Mi nombre es Brad Keister” Inclinó la cabeza hacia su coche. “Soy el sheriff. ¿Quién es
usted? Esta es una propiedad privada, ¿sabe?”

Ella levantó su barbilla. “Soy Amber Blake y esta es mi propiedad.”

Apretando los labios, el la saludó con la cabeza. “Enterado, señorita Myers, finalmente
traspasó y dejó la propiedad a una sobrina. ¿Tiene usted la intención de vivir aquí?”

Amber suspiró. Sheriff fisgón. Pero él era la ley y sería mejor no irritarlo en su primera
reunión. “Sí, durante los próximos seis meses más o menos. Me despidieron del trabajo y
me parecía que venir aquí era una buena idea.”

“¿Qué va a hacer usted?”

“¿Perdón?”

El sheriff frunció el ceño. “¿Qué va a hacer usted todo el día? Usted no es una de esos
tipos de ciudad que quieren ir de fiesta toda la noche para después dormir todo el día,
¿verdad? Los vecinos no se lo tomaran amablemente.”

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Amber parpadeó. “¿Vecinos?” Ella levantó su brazo y señaló los bosques que rodeaban la
propiedad. “¿Qué vecinos? Nadie hasta ahora sabe que estoy aquí excepto usted.”

Él sacudió su cabeza. “Todo el mundo sabe que usted está aquí ahora. Sadie
Dunkelburger, la mujer que vive al otro lado del camino de acceso telefoneó a mi oficina
y dijo que un coche extraño había girado hacia aquí. Yo estaba cerca, así que creí que
debía conducir nada más que para asegurarme de que nadie tramaba ninguna fechoría.
Puede usted estar segura de que tan pronto como Sadie colgó de mi oficina, llamaba a
todos los que conocía para decirles que alguien conducía hacia el lugar de los Myers.”

“Genial, una vieja señora cotilla es mi vecina más cercana.” Amber masculló
principalmente para sí misma.

El abrió la boca, pero antes de que pudiera contestar, un agudo restallido sonó desde los
bosques de delante de la casa.

Amber dio un repullo. “¿Qué fue eso?”

El Sheriff giró hacia su coche. “Condenados Nipples  curioseando donde supuestamente


no deberían estar otra vez.”

Amber echó a andar. ¿Pezones? Miró hacia abajo hacia su camiseta. Nada. Sus pezones
no estaban asomando. ¿Sobre qué demonios hablaba este sheriff chiflado?

“¿Qué está pasando aquí?”

“Cazadores furtivos. Tipos que cazan fuera de temporada.” Contestó sobre su hombro
cuando jaló con fuerza la puerta abierta del coche.

El estómago de Amber descendió al suelo. “¿Caza furtiva? ¿Alguien dispara un arma?


¿Aquí? ” Estremeciéndose, se dobló hacia abajo y sacudió su cabeza de un lado a otro.

Otro disparo. Este sonó más cercano.

Ella forcejeó tras el sheriff. “¡No puede abandonarme aquí sola! Hay alguien con un arma
ahí fuera.”

A medias en su coche, el sheriff se tomó tiempo para sonreírle abiertamente. “No se


preocupe. Nadie va a dispararle. Pero si la hace sentir mejor, hay tres escopetas y un rifle
de ciervos en el armario del dormitorio delantero. Las municiones están en el cajón
superior del aparador.” El se deslizó dentro del coche, cerró con fuerza, aceleró
rápidamente el motor y condujo hacia el camino de entrada.

Pequeños trozos de barro bombardearon la tierra a los pies de Amber y dio un salto hacia
atrás. ¿Armas? ¿Municiones? ¿En mi casa? ¿Y cómo diablos lo sabía él?

N. de la T.: Pezones.

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Estremeciéndose, se dejó caer sobre su trasero y se quedó con la boca abierta en la


calzada ahora vacía.

“¿Meeeeeerrroooooow?” Medianoche frotó su cabeza contra la rodilla de Amber.

Inclinándose, recogió a la gata en sus brazos. “Cómo no, ahora sales.” Inclinando su
cabeza hacia atrás, alzó la vista hacia el cielo y cerró sus ojos. “Algún retrasado mental
está ahí fuera disparando un arma, el Sheriff piensa que soy una idiota y la cotilla local
está espiándome. Tal vez Mandy tenía razón y debería haberme quedado en
Philadelphia.”

La humedad se filtró en el trasero de sus pantalones.

Temblorosa, lidió con sus pies, la gata sujeta firmemente entre sus brazos. “Bien, ahora
estamos aquí.” Miró hacia abajo a la cara de Medianoche. “Ninguna persecución más de
conejos. ¿Qué harías con el si lo agarraras de todos modos?” Sacudió la cabeza. “Vamos,
veamos como se ve nuestra nueva casa.”

Con un suspiro, Amber abrazó a su gata en sus brazos y se acercó resueltamente a los
peldaños.

Metiendo una mano bajo el estómago de Medianoche, equilibró a la gata encima de su


brazo y tiró de la oxidada puerta metálica abierta.

Chirrió.

“Por lo menos se como engrasar una puerta.” Masculló a la gata. Luego agarró el pomo
de la puerta interior. “Oh, mierda. La llave está en mi bolso.”

Agitó el pomo.

La puerta se abrió de golpe.

Cambió a la pesada gata al otro brazo. “Oh, genial. Hasta no estaba cerrada con llave. No
estaría sorprendida si todo ha sido robado.” Empujando la puerta abierta, anduvo parte
del camino hacia el interior de la sala de estar.

La puerta de tela metálica la golpeó en el culo cuando se cerró.

“¡Ouch! Diablos.” Manoteando contra la pared, encontró el interruptor de la luz y lo giró.

“El abogado dijo que la electricidad estaría conectada. Sin embargo tendré que ponerme
en contacto con la compañía telefónica. Menos mal que tengo móvil.”

Dejando caer a Medianoche a sus pies, dio un paso más hacia la habitación. Un sofá que
parecía cómodo se hallaba delante de una chimenea enorme que se alargaba a través de la

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Traducido por Ishura

pared trasera del cuarto. Dos sillas de cuero bordeaban una mesa delante de una ventana
grande. A su izquierda una escalera tallada conducía a un pequeño rellano para girar en
ángulo recto hasta el segundo piso.

Amber dio un paso más aun hacia la habitación y descorrió las pesadas cortinas azules.
Un amplio, polvoriento ventanal con un intrincado diseño de vidrio de colores aparecía
bordeando la parte superior y dos de los lados.

“¡Dios mío! Esta ventana es hermosa.”

Después de una mirad rápida fuera, no vio nada excepto árboles. Amber giró y se dirigió
hacia la puerta hacia la izquierda de la chimenea. “Adivino que la cocina está por este
camino. Vamos, Medianoche.” Mientras su gata se paseaba detrás, ella caminó a grandes
pasos hacia la parte trasera de la casa. “Espero con seguridad que exista un cuarto de
baño trasero aquí.”

La cocina era sorprendentemente grande, los electrodomésticos no demasiados viejos. La


puerta de la izquierda conducía a un pequeño comedor. La única de la derecha a un
lavadero más pequeño que contenía una más o menos lavadora-secadora nueva, y un
fregadero e inodoro.

“¡Gracias a Dios! Y hasta hay papel higiénico.”

Unos minutos más tarde, Amber estaba de vuelta en la cocina. Miró hacia su gata.
“Supongo que debería descargar antes de que se haga más tarde.”

Media hora más tarde, todas las posesiones que había traído con ella fueron amontonadas
en el suelo de la sala de estar, excepto la urna de la Tía Ernestina. Esta se hallaba en una
mesa al lado de la puerta principal.

Amber la contempló y suspiró.

Miró alrededor del cuarto, luego a su montón de pertenencias. “La cubeta del gato. Mejor
coloco esto en el lavadero en seguida, ¿Eh? Cabrá bajo aquella mesa. El alimento de gato
se queda también aquí abajo, y las provisiones que traje. Supongo que debería sacar las
cosas de la nevera portátil y ponerlas en el frigorífico.” Metió la cubeta del gato bajo su
brazo y agarró la bolsa de la arena de gato con su mano izquierda. Agarrando el asa de la
nevera portátil con su derecha, levantó el extremo y lo hizo rodar hacia el interior de la
cocina.

Medianoche estaba enroscada encima de una de sus maletas cuando ella volvió quince
minutos más tarde.

“¿Sólo vas a sentarte ahí y mirarme? Pensaba que querías usar tu cubeta.”

Medianoche bostezo y después se lamió la pata.

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Mascullando algo sobre gatos, Amber levantó el maletín que guardaba su ordenador
portátil. “Voy a transformar aquel pequeño comedor de la cocina en una oficina. Hay una
vista agradable de las colinas con rosas salvajes y el bosque detrás desde allí. Este debería
ser una buen lugar para escribir.” Frunció el ceño y sacudió su cabeza. “Un héroe
vampiro. Quien habría pensado que podrían ser tan populares alguna vez. El Señor sabe,
gracias a Mandy, que he visto lo bastante de Buffy, Spike y Angel, sin contar cada
película de drácula hecha alguna vez, así que debería ser capaz de resolver como escribir
uno.”

Medianoche bostezó otra vez.

Amber contempló el maletín en su mano, luego miró fuera de la ventana. El frente de la


casa miraba hacia el Este, y ella apenas podía distinguir su coche en la mortecina luz. La
cocina no era mucho más brillante aun cuando miraba al Oeste. Una vez que el sol se
dejó caer detrás de los bosques, la oscuridad se propagó con velocidad. “Esto puede
esperar. Estoy cansada. Allí arriba se supone que hay un cuarto de baño moderno. Me voy
a tomar una ducha caliente y me iré a la cama. ” Se agachó y acarició a Medianoche. “Tú
cuenco de comida y agua están en la cocina. ”

Agarrando su bolso de viaje, y la escoba que había traído con ella, encabezó hacia la
escalera, haciendo muecas cuando el polvo se elevó en cuanto agarró la barandilla de la
escalera. “Me pasaré la próxima semana limpiando. Odio limpiar.”

En lo alto de los peldaños, giró el interruptor de la luz y anduvo hacia el pequeño


vestíbulo. Cuatro puertas se encontraban abiertas.

Girando a la derecha, caminó la corta distancia hasta la puerta del final del pasillo, palpó
dentro y giró el interruptor de la luz. El cuarto era pequeño y contenía una sola cama
individual deshecha y una pequeña cómoda con espejo. Extendió la escoba delante de
ella. Observó las esquinas del techo. Ninguna araña. Bien.

Apagó la luz, giró a la izquierda y alcanzó en esa puerta el interruptor de la luz. Un cuarto
ligeramente más grande, desnudo excepto un baúl grande, pasado de moda. Comprobó
las esquinas. Ninguna araña aquí tampoco. Tal vez esta no estaría tan mal.

Estornudando, Amber apagó la luz y anduvo al otro extremo del vestíbulo. Andando
hacia la puerta de la derecha, se sobresaltó, sacudiendo sus manos alrededor cuando algo
golpeó contra su frente. “¡Murciélagos! Mejor no tener murciélagos en esta casa.”

Sus dedos pasaron rozando contra una bamboleante cadena y se rió nerviosamente.
Agarrándola, tiró. La luz inundó el cuarto y un ventilador del techo comenzó a girar
despacio. Este cuarto era más grande. Una cama de matrimonio, cubierta por un guarda
polvo, estaba colocada contra la pared. Un escritorio haciendo juego y una cómoda
estaban colocados contra la otra. Una puerta corrediza en la pared izquierda indicaba un
armario de gran tamaño.

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Traducido por Ishura

“Gracias a Dios por el guardapolvo.” Amber murmuró cuando colocó la escoba contra la
pared y con cuidado quitó el guardapolvo de la cama, doblándolo sobre sí. Al menos no
se pasaría la noche estornudando. Y tampoco tenía que preocuparse acerca de las sábanas.
Había traído las suyas propias, pero si no tuviese ganas de hacer la cama, siempre podría
usar su saco de dormir. Vería como se sentía después de la ducha.

Dejando la luz encendida, se dirigió hacia la última puerta. Esto tenía que ser el cuarto de
baño.

Otra vez, el interruptor de la luz estaba sólo dentro de la puerta. Después de girarlo,
Amber miró alrededor. Obviamente un dormitorio convertido, el cuarto de baño era más
grande de lo que ella había pensado que sería.

“Mmmm. Puedo poner algunas plantas aquí. Pero esa cortina de ducha tiene que irse.
Azul oscuro con un pescado verde. ¡Puaf! ¿Quién eligió eso?”

Agarrando la cortina, tiró hacia atrás.

Un hombre de barba espesa, pelo largo y pelirrojo que llevaba puesta una camiseta
marrón de franela y un mono de peto, yacía en la vieja tina con pies de garras.

Estupefacta, Amber lo miró fijamente. El no se movía y estaba muy pálido. La realidad se


abrió paso.

“¡Ah, Dios mío! ¡Hay un muerto en mi bañera!”

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Traducido por Ishura

Capítulo 4

Amber se movió torpemente hacia atrás, tropezó contra el inodoro, el cual tenía el asiento
levantado, y desmoronado en el suelo. El agua salpicó cuando sus piernas lo golpearon.
Agarró el dispensador de papel higiénico y lo deslizó fuera. Más agua se derramó en el
suelo y empapó el trasero de sus vaqueros.

Su fija mirada nunca dejó el cuerpo de la tina. “¡Oh, Dios mío! Está muerto. Hay un
muerto en mi bañera. ¿Qué hago? Piensa, Amber, piensa. 911. Tengo que llamar al 911.
El bolso. Necesito mi bolso. Abajo. Mi móvil está en mi bolso.”

Las zapatillas de deporte chapoteaban mientras corría a gran velocidad fuera de cuarto de
baño y bajaba la escalera. Patinó al detenerse ante las pertenencias que había
amontonado a los pies de la escalera. Los fríos y húmedos vaqueros se pegaban a sus
muslos y culo, tiró a un lado y otro cajas y maletas sin más remedio. “Está aquí en algún
sitio. Se que está. Lo coloqué justo al lado de los peldaños. Vamos. Vamos. Vamos.
Necesito mi maldito teléfono.”

Cuando la última caja rebotó contra la pared, Amber agarró su bolso y lo puso boca
abajo. Todo su contenido golpeó el suelo, rebotó y resbaló en todas direcciones sobre la
dura madera. Su teléfono se deslizó hacia la cocina.

Se tiró tras él, golpeándose el codo contra el suelo, dejando una delgada raya detrás de
ella. Cuando agarró el teléfono se resbaló de su mano. Lo agarró con su mano izquierda y
marcó el 911 con su derecha. Luchando con sus rodillas, sostuvo el teléfono sobre su
oído.

Nada.

“¡No! La batería no puede estar agotada. Lo había cargado.”

Fulminó con la mirada la pantalla. Ninguna señal.

“¡Joder! ¿Qué se supone que tengo que hacer ahora? Hay un hombre muerto en mi
bañera.”

******

El despertó del mismo modo que despertaba desde el pasado mes y medio. Un minuto
estaba muerto para el mundo, el siguiente estaba bien despierto.

Esta vez algo era diferente.

Un pesado peso se había instalado en su pecho.

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Traducido por Ishura

Despacio, abrió sus ojos.

Una peluda, grande y negra bola con un par de ojos amarillos fijó la mirada detrás de él,
bizqueando.

Debajo de los ojos, un par de incisivos, con dientes de marfil se alzaban en un ligero
ángulo en uve.

“¡Jesucristo!”

Cuando él saltó a sus pies, la bola peluda voló por el aire y aterrizó en un charco de agua
delante del inodoro.

“¡Meeeeerrroooooooowww!” Maulló cuando luchó a través del charco y salió disparado


hacia la puerta. Rebotó en la jamba de la misma, sacudió su cabeza y se escabulló por la
puerta.

“¡Un gato! ¡Un jodido gato negro bizco! Con dientes ridículos. ¿Qué demonios está
haciendo aquí?”

Saliendo de la bañera, caminó a grandes pasos a través de la puerta y se dirigió hacia la


escalera.

Amber continuaba marcando 911 en su móvil, sosteniéndolo en su oreja, después marcó


el 911 otra vez. “Funciona, diablos. Tienes que funcionar. ¿Qué demonios se supone que
debo hacer? Dios mío. Hay un muerto en mi bañera. No puedo quedarme aquí. No puedo
quedarme con un muerto.”

Maullando, Medianoche dio un tras pie al final del escalón y saltó hacia sus brazos;
bueno, mas o menos. Por culpa de sus ojos bizcos, juzgó mal su salto otra vez aterrizó a
la izquierda de Amber. Clavando sus garras en su pierna, trepó a su regazo.

El teléfono rebotó al otro lado del suelo cuando Amber lo dejó caer para agarrar su
muslo. “¡Eyoooow! ¡Medianoche! Para ya. Tengo bastantes problemas sin que me
despellejes viva.”

“¿Quién demonios es usted y qué demonios está haciendo en mi casa?”

Ante el sonido de la masculina voz enojada, Amber se congeló. Después empujó a


Medianoche fuera de su regazo, se lanzó hacia la chimenea y agarró el atizador.
Agarrándolo con ambas manos, se alzó para afrontar a su atacante.

El muerto de la bañera estaba situado sobre el primer peldaño y fijó los ojos en ella.

Se le abrió la boca. Haciendo un ruido seco, la cerró y levantó el atizador. “Está muerto.”

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Traducido por Ishura

Él cruzó sus brazos debajo de su tupida barba y dio un paso hacia abajo. “¿Parezco
muerto?”

Los nudillos de Amber se pusieron blancos cuando agarró el atizador más fuertemente.
“¿Quién demonios es usted y qué demonios hace en mi casa?”

Un fuego verde destelló en sus ojos esmeralda cuando acarició su barba. “Vivo aquí.”

“No, usted no lo hace. Esta casa pertenece a mi Tía Ernestine. Er… lo era antes de morir.
Ahora esto me pertenece.”

Él frunció el ceño. “¿Quiere usted decir que la vieja señora Myers finalmente estiró la
pata?”

Amber tragó. “El mes pasado. Esta propiedad me fue dejada. Soy su sobrina.”

Arrastró su pelo largo detrás de las orejas. “Bueno, joder.”

Amber asintió con la cabeza. Él le escuchaba. Eso estaba bien, ¿Verdad? “Le dije que la
casa era mía.”

La fulminó con la mirada, primero a ella y después hacia sus pertenencias. “No puede
mudarse aquí. Yo vivo aquí.”

A su lado, Medianoche siseó, arqueó su lomo y sacudió su ya erizado pelaje.

“Ya no. Ahora váyase de aquí antes de que llame al oficial de policía.”

Cruzó sus brazos sobre su pecho y sonrió abiertamente. “El teléfono no está conectado.”

Extendiendo su pie, atrajo su móvil hacia ella. “Tengo uno propio.”

Su sonrisa se ensanchó. “No hay cobertura aquí.”

Amber tragó y luego apretó los dientes. Si el fuera a atacarla, lo habría hecho ya,
¿verdad? Su atenta mirada se dirigió a su boca. Maldición, pero tenía hermosos dientes
blancos y una sonrisa agradable. Sus ojos eran agradables también, de un verde
absolutamente magnífico. ¡Pero todo ese pelo por todas partes de su cara! ¡Argh!

Su subconsciente la abofeteó por alejar su atención fuera de su cara. Mierda, Amber. ¿En
qué estas pensando? Hay un hombre, un hombre enorme, en tu casa. Qué tu sepas el
podría ser el asesino del hacha, un violador, un asesino múltiple o algo así. Tienes que
conseguir que salga de aquí. “Escuche. Usted se marcha ahora y no habrá ningún
problema. El sheriff ya estuvo aquí, ¿Sabe? Él sabe que vivo aquí.”

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Traducido por Ishura

Irguió su cabeza. “¿Brad estuvo aquí?”

Amber parpadeó. ¿Llama al Sheriff por su nombre de pila? ¿Qué era él, un pariente o
algo así? “¿Quién eres tú de todos modos?”

Se rascó debajo de su barba. “Rusty Nipple.”

Amber lo miró fijamente. ¿Dijo él lo que pensó que había dicho? “¿Perdón?”

“Rusty Nipple.”

Ella tragó ahogadamente. El atizador vaciló cuando sus hombros comenzaron a temblar.
Tosió y se ahogó otra vez. ¿Nipple? ¿Rusty Nipple? Otro bocanada y sofoco.

“¿Tú nombre es Rusty Nipple? ¿Qué tipo de nombre es ese?” Un gorgojeo y un hipo.
“Suena como un cóctel verdaderamente malo. Oh, Dios mío. Estoy soñando, ¿verdad? He
tenido un accidente, ¿No es cierto? Me encuentro en un hospital en estado de coma.
¡Rusty Nipple! ¿Qué persona real podría admitir llamarse Rusty Nipple? Esto no es real.
Estoy en un mundo paralelo.” El atizador golpeó el suelo. Amber fue detrás, riéndose
hasta que las lágrimas cayeron por sus mejillas.

Rusty contempló a la alta rubia que estaba en el suelo dándole la espalda, con los brazos a
su costado; riéndose histéricamente. Los vaqueros empapados se adherían a sus muslos,
caderas y parte trasera. El se concentró en su culo. Era un culo agradable; la clase de culo
que un hombre podría agarrar mientras enterraba su polla profundamente dentro. ¿El
resto de ella sería tan bueno?

Él atrapó sus pensamientos. Demonios, Nipple, saca lejos de tu mente su culo y vuelve a
cosas importantes, cómo que mierda está haciendo aquí. Necesitas un lugar para quedarte
y no puedes volver a casa. Y no hay muchas casas deshabitadas por aquí. Tienes que
deshacerte de ella.

Miró alrededor las cajas y maletas. Montones de ellas.

Y su gato mirándolo fieramente con esos ridículos ojos bizcos. La punta de su lengua
rosada estaba acuñada entre la uve de sus dientes. Maldito gato espeluznante. Mierda
pero el odiaba a los gatos. Dale un buen viejo perro de caza cualquier día.

Rusty miró alrededor del cuarto otra vez. Sí, ella parecía que se mudaba para quedarse.
Se tenía que deshace de ambos, de ella y del gato. El mejor camino sería dejarle ver quién
era realmente. Aunque primero, tenía que conseguir su atención. Tenía que dejar de
reírse.

“Oye, mujer, ¿Vas a estar ahí riéndote toda la noche o qué? ¿Y qué mierda de problema
tiene mi nombre, de todos modos?”

N. de la t.: Pezón oxidado.

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Traducido por Ishura

Ante el sonido de su voz, Amber se dio la vuelta. Su nombre podía ser ridículo pero tenía
una voz de tenor agradable. Después de aspirar unas profundas bocanadas de aire, se
ayudó con sus pies a levantarse.

“Escuche, Sr…er…Nipple.” Se le escaparon unas risitas tontas. “Esta es mi casa, no la


suya.”

Él cruzó sus brazos sobre su pecho y sonrió abierta y ampliamente. “¿Qué tal si llegamos
a un arreglo? Yo vivo aquí ahora. Usted vuelve en aproximadamente seis meses mas o
menos.” Sus dientes parecían adquirir más blancura.

A su lado, el bufido de Medianoche se hizo un gruñido agudo.

Amber sacudió su cabeza. “¡No! Fui despedida de mi trabajo. No tengo ningún otro sitio
al que ir. Además, necesito un bonito lugar tranquilo para escribir mi novela.”

Su sonrisa se ensanchó. “¿Una novela? ¿Sobre qué?”

Amber lo miró fijamente. ¿Cómo podían los dientes de alguien hacerse más brillantes?
No, eran más largos y más puntiagudos. Se inclinó más cerca y contempló sus dientes;
unos dientes muy largos y bien afilados caninos. Los mismos que ondeaban bajo su labio
inferior.

¿Qué demonios? En ese momento, la comprensión se abrió paso y se olvidó de respirar.


¡Mierda! El muerto de su bañera era un vampiro.

¿Cuán afortunada podía ser una chica?

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Traducido por Ishura

CAPITULO 5

Concentrándose en sus dientes, se inclinó más cerca. “¿Usted es realmente un vampiro?”

Él abrió su boca más ampliamente. Sus dientes eran muy largos y muy puntiagudos. “Sí.
Y si no sales de aquí ahora mismo, voy a chuparte toda la sangre de tu cuerpo.”

Amber tembló de excitación. ¡Un verdadero vampiro viviendo en su casa! ¿Había tenido
alguna vez otro escritor tanta suerte? Sacudió su cabeza. “Tonterías. De ninguna manera
tienes el estómago lo bastante grande para contener toda la sangre de mi cuerpo. He
estado investigando a vampiros durante el mes pasado. Eso es sobre lo que estoy
escribiendo.”

Él crujió su mandíbula al cerrarla. “¿Escribes un libro sobre vampiros?”

Amber sacudió otra vez la cabeza. “No, escribo un romance donde el héroe es un
vampiro.”

Unas líneas aparecieron en su frente. “¿Héroe? Pensaba que los vampiros eran siempre
los tipos malos.”

La excitación bailó camino arriba por la columna de Amber. Estoy hablando con un
verdadero vampiro. ¡Ah wow! ¡Sólo piensa en la información que puedo conseguir para
mi libro! “¡Ah no! Los vampiros son muy populares siendo héroes ahora. ¿Le importaría
contestar unas preguntas para mí?” Dio un paso hacia delante.

Rusty retrocedió. La mujer tenía una mirada realmente extraña en su cara, como si
acabara de encontrar un amigo perdido que no había visto durante mucho tiempo o algo
así. ¿Y qué tipo de preguntas quería ella hacerle?

“¿Cuánta sangre bebe cuando muerde a la gente? ¿La bebe a lengüetadas o la sorbe?
¿Prefiere el cuello o alguna otra parte del cuerpo?”

Se rascó la barba otra vez. “Ah…”

“¿A quien prefiere morder, hombres o mujeres?”

Dejó de arrascarse. “¿Qué mierda de clase de pregunta es esa?”

Ella dio un paso más cerca. Sus ojos centelleaban con una especie de fanática luz azul.
“¿Muerde a alguien cuando se pone cachondo? ¿Se pone duro? ¿Le gusta tener relaciones
cuando muerde a la gente?”

Él avanzó ligeramente hacia el borde de la puerta principal. ¡Cachondo! ¡Duro! “Jesús,


señora, usted está loca.”

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Traducido por Ishura

Ella acudió mas cerca. “Pero puedo conseguir tan buena información de ti. Ningún otro
autor ha tenido alguna vez esta oportunidad; al menos pienso que no de esta manera, en
todo caso. Por favor, diga que me ayudará. Le dejaré quedarse aquí. ¿Por favor?”

“Mire, señora…”

Sonriendo ampliamente, le dio la mano. “Amber. Amber Blake. Encantada de conocerte.


No tienes ni idea de lo contenta que estoy de encontrarte.”

Contemplando su mano ofrecida, Rusty siguió retrocediendo. “Ah, gracias, creo. Ah,
tengo que irme ahora.”

Una brillante sonrisa iluminó su cara. “Cierto. Te acabas de despertar. Tienes que cazar
para obtener sangre. ”

Alcanzó la puerta por detrás y retiró un rifle. “Oh, si. Es verdad. Tengo que ir a cazar.”

Frunciendo el ceño, contempló el rifle. “¿Para que es eso?”

Le echó un vistazo y después a ella. “Para disparar a un ciervo.”

“Disparar a un ciervo. ¿Por qué?”

Él se encogió de hombros. “Como tú dijiste, tengo hambre. Girando, caminó a grandes


pasos hacia la puerta.”

Ella lo siguió. “No. Eso no es verdad. No puedes ir cazando ciervos.”

“¿Por qué no?”

“Porque los vampiros beben sangre humana.”

“Este no. Me gustan los ciervos.” Gritó sobre sus hombros. Sin una mirada atrás, se
apresuró a través del porche, saltando sobre la valla y desapareció en torno al lado de la
casa.

Sonriendo abiertamente, su mente bailando de ideas, Amber se abrazó cuando contempló


el lugar por donde Rusty había desaparecido. Un vampiro. Un verdadero vampiro. Sus
pezones se fruncieron cuando tembló y una sensación placentera atravesó su cuerpo. Su
vampiro de carne y hueso. Un best seller. Iba a escribir un best seller. Las casas
editoriales pedirían comprar su libro.

Girando, se dirigió a la parte trasera de la casa, su mente hilando con posibilidades. Por
supuesto, iba a tener que curarlo de ese gusto estúpido a la sangre de ciervo y conseguir
que el mordiera algo humano. Tendría que hacer algo con aquella barba. Tendría que

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Traducido por Ishura

desaparecer. Su pelo largo estaría bien, después de un recorte. Arrugó la nariz. Pero
aquella ropa tendría que irse. Los vampiros eran apuestos e iban bien vestidos. Una
camisa de tela escocesa de franela y el mono de peto no iban a darle éxito.

Agarró una maleta y echó a andar hacia las escaleras. No, iría a Harrisburg, estaban
obligados a tener allí algunas tiendas masculinas decentes, y le conseguiría ropa
apropiada. Una vez que aquella barba estuviera afeitada, su pelo fuera retirado hacia atrás
en una cola de caballo y estuviese vestido con la ropa apropiada, parecería mucho más
vampiresco.

Cuando su pie se asentó al final del peldaño, Amber frunció el ceño y se mordió el
interior de su mejilla. Tenía el pelo rojo. ¿Tenían los vampiros el pelo rojo? Su mente
recorrió todos los episodios de Buffy que había visto. Angel tenía el pelo oscuro. Spike
era rubio. Y todos los otros vampiros siempre parecían tener el pelo oscuro, los
masculinos, de todos modos.

Medianoche se sentó en medio del vestíbulo y la contempló.

Amber dejó de morderse la mejilla. “Lo se. Podemos teñir su pelo de negro. Sí, esa es
una buena idea. Hay muchos buenos tintes de pelo disponibles para hombres. Sí, teñiré su
pelo. Entonces parecerá un verdadero vampiro.”

Tarareando felizmente, seguida estrechamente de su gata bizca, deambuló hacia su


dormitorio y cerró la puerta firmemente detrás de ella.

Una vez dentro, Amber se apoyó contra la puerta y contempló a su gato. “Mi propio
héroe vampiro. Tía Ernestine, gracias.”

Apartándose de la puerta, se paseó de un lado a otro de la habitación arrugando la nariz


cuando sus zapatillas de deporte chapotearon y sus vaqueros húmedos le irritaron los
muslos. “Puf. Necesito una ducha. Y esta ropa tiene que lavarse. Pero ese cuarto de baño
tiene que limpiarse primero.”

Momentáneamente hizo una pausa. Había un charco del agua del retrete en el suelo. Lo
que es más, ¿Realmente quería tomar una ducha en una bañera donde un vampiro había
estado durmiendo? Toda aquella barba. Frunció la nariz. La bañera estaba probablemente
asquerosa y el desagüe posiblemente bloqueado. Al menos el agua de los retretes era solo
agua. Los vampiros no hacían pis.

Suspirando, de un puntapié se quitó sus zapatos mojados, desabrochó sus vaqueros y


bailoteó para sacárselos junto con su ropa interior adherida. “¡Puaj! Caerme dentro del
retrete. Mandy nunca me dejará olvidarlo.”

Deslizó su camiseta sobre su cabeza, se llevó las manos hacia atrás y desenganchó su
sujetador. Desnuda, agarró su maleta y la levantó hacia la cama. Su bata estaba en ella. La
cálida bata rosada se ciñó ajustadamente sobre su cintura. Se dirigió hacia el cuarto de

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Traducido por Ishura

baño. Una vez allí, plantó las manos en las caderas. Primero, el charco de agua. En un
armario pequeño al otro lado del cuarto encontró algunas toallas viejas.

Medianoche se sentó en la entrada, su cabeza girando al verla cambiar de rumbo.

Amber se impuso una tarea. “Están deshilachas, Medianoche. Tía Ernestine nunca tiraba
fuera nada; aun si eso tuviera agujeros. Me alegra haber traído mis propias toallas, pero
estas están bastante bien por el momento para absorber este lío. Fregaré el suelo
mañana.”

Agarró un cubo metálico que encontró debajo del lavabo, dejó caer las toallas empapadas
dentro del charco y siguió secando el suelo hasta que toda el agua se hubo ido. Entonces
se giró hacia la bañera. Retiró la cortina de la ducha y miró fijamente en al bañera.

Medianoche se adentró suavemente hacia la habitación y maulló.

Amber bajó la tapa del inodoro y subió a la gata sobre ella. “La bañera no está tan mal
como pensé, ricura. Un par de pelos aquí y allá. Puedo darle un aclarado rápido y
pulverizar con desinfectante y estará listo para darme una ducha rápida. La fregaré
mañana.”

Quince minutos más tarde, se relajaba bajo una ducha caliente.

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Traducido por Ishura

Capítulo 6

El experimentado perro gimió y meneó su cola cuando Rusty colgó a los ciervos muertos
del gancho que sobresalía de la esquina del techo del porche. El había tenido tanta sangre
como quiso y hasta había masticado un par de trozos de carne. Nada como el sabor de la
carne de venado fresca. Pero no había ninguna razón para dejar que toda esa buena carne
se echara a peder. Ted Musser había sido despedido hacía más de un año y su familia
podía usar la carne extra.

Después de acariciar al perro en la cabeza, agarró su rifle, giró y corrió a grandes pasos a
través del campo hacia en bosque. La casa estaba a treinta millas de distancia pero ahora
aprovechó que él era capaz de viajar mucho más rápido.

Rusty frunció el ceño. Hogar. Ella estaba allí. La tonta escritora. ¿Cuál era su nombre?
Alice…Amy…No, Amber. Sí, Amber, ése era. Sacudió su cabeza. La tonta mujer no tenía
miedo de él en absoluto. ¿Por qué diablos no?

Su madre había sollozado y había huido de él cuando había visto sus dientes. Su padre
había sugerido que se fuera a vivir a otra parte. Y su abuela. Joder. Ella había comenzado
un ciclo de rezos para expulsar al diablo de su alma. Todas las ancianas de su iglesia
todavía rezaban. Se encogió de hombros. No es que eso hubiera servido de algo.

Pero esta escritora, esa Amber. No tenía miedo de él. No, justamente todo lo contrario.
Ella era feliz porque escribía uno de esos malísimos libros románticos, con la gente
medio desnuda en la tapa que muchas mujeres miraban encantadas.

Mientras caminaba a grandes pasos, se acarició la barba. Cristo, aquellas enloquecedoras


preguntas que ella le hizo eran personales. ¡¿Morder a la gente le ponía cachondo?! ¿A
dónde quería llegar haciéndole una pregunta como esa? Él no la conocía aún.

Una sonrisa asomó en la comisura de sus labios cuando corría. Ella era bastante guapa.
Pelo rubio, ojos azules. Su nariz era un poquito puntiaguda, pero al menos no era grande.
También tenía una sonrisa agradable. Y no sólo tenía sus dientes rectos, sino que no había
perdido ninguno. No se parecida nada a la mayor parte de las mujeres de por aquí que
perdían un diente o dos. Rusty sonrió abiertamente. Su padre siempre le decía que se
asegurase de que una mujer tenía la boca llena de dientes antes de gastar cualquier
cantidad de tiempo con ella.

El resto de Amber era realmente agradable también. Sus pechos habían estado escondidos
bajo su holgada camiseta pero había dos muy notables protuberancias. Era alta, casi tan
alta como él, con piernas que parecían alcanzar su cuello. Rusty suspiró. Cómo amaba él
a las mujeres de piernas largas. Amber desnuda sería un espectáculo para la vista.

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Traducido por Ishura

“Yo podría hacer algo con ella si quisiera. Joder. Mi polla no hace nada mas que colgar
ahí de todas formas,” gruñó él a la noche vacía.

De todos modos, él podía fingir. Deslizando una imagen de Amber en su mente, el


desnudó sus altos pechos, coquetos pechos con rosados pezones, estómago liso, rizos de
oro entre sus piernas. Si, una mujer sumamente delicada para mirar.

Cuando Rusty saltó un tronco caído, su estómago echó a rodar. Los músculos de su
estómago ondearon y se apretaron cuando el calor inundó su ingle. La sangre emergió
hacia su polla. Cuando el aterrizó al otro lado del tronco, se tambaleó y casi cayó sobre su
cara. Gimiendo, abrió de un tirón la cremallera y su polla saltó libre, dura, palpitante,
dolorida. Bajó la mano y tocó la cabeza de su polla. Esta se sacudió. Dejando caer su
rifle, Rusty se cayó al suelo sobre sus rodillas. Una única lágrima rodó por su mejilla y
desapareció en su barba. “¡Compañero, estas de vuelta!” Empuño su polla y despacio
comenzó a bombear.

Una agradable calidez impregnó su cuerpo. Sintió que sus colmillos se alargaban pero no
hizo caso de ellos, concentrándose en el puro placer de su primera erección que había
tenido desde que se había convertido en vampiro, del éxtasis total que sintió de su mano
caliente sobando y deslizando la suave piel de su polla arriba y abajo de su engrosado
miembro. Joder, pero eso se sentía bien. Cómo había extrañado esa necesidad dolorosa.
Gimiendo, bombeó más duro. Sí solo tuviera una mujer. Solo el pensamiento de enterrar
su polla dentro del canal húmedo y apretado de una mujer lo endureció aún más.

Sentándose, apoyó la espalda contra un árbol y extendió sus piernas. Arqueando su


espalda, empujó sus caderas hacia delante y cerró los ojos. Una mujer. ¿Qué mujer?

Amber apareció en su mente otra vez, esta vez, desnuda. Oh, sí, pequeña. Piernas largas.
Rizos de oro allí entre ellas. ¿Jugaría ella consigo misma? Vamos, siéntate dulzura.
Extiende esas piernas para mí.

Los dientes de Rusty comenzaron a doler cuando ella se sentó, extendió sus piernas y
ahuecó sus pechos. Capturó su aliento y lo sostuvo cuando ella pellizcó sus pezones hasta
ponerlos duros. Tan claros, tan redondeados. Sus pezones eran tan rosados. Oh, ser capaz
de chupar esos dulces brotes en su boca.

Cuando las gotas de su semen gotearon de su polla, dejó de bombear y las untó sobre la
cabeza. No era lo mismo que la lubricación de una mujer pero ahora él estaba lubricado.
Comenzó a bombear otra vez.

Con los ojos todavía cerrados, él observó cuando ambas manos de Amber se deslizaron
por sus pechos, hacia abajo sobre su estómago y camino de los rizos dorados de entre sus
piernas.

Comenzó a jadear. “Sí, pequeña. Déjame ver como lo haces.”

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Traducido por Ishura

Ella se rió de él, luego bajó la mirada hacia su cuerpo. Con su mano izquierda abrió sus
labios. “¿Te gusta lo que ves?”

Rusty comenzó a jadear. “Oh, sí, dulzura. Déjame ver más. Hunde tus dedos dentro.”

Su sonrisita era baja. Los dedos de su mano derecha se deslizaron entre sus labios.
Bajaron y se frotaron, después dio vueltas a su clítoris para luego sumergirlos y frotaron
otra vez. Ella alternó y gimió. “Hmmmm. Esto se siente bien. ¿Te gusta, Rusty?”

Él dirigió su lengua a lo largo de sus dientes. La sangre se filtró de los cortes


superficiales. Su polla se puso aún más dura. El bombeó más rápido. “Más, pequeña.
Jódete con el dedo.”

Ella apoyó la espalda contra el tronco de árbol que apareció de repente. Él tenía una vista
clara de su coño. Era rojo, húmedo e hinchado. Ella deslizó los dedos dentro y gimió. Sus
caderas se sacudieron. Deslizó sus dedos mientras retrocedía y frotó su clítoris.
Resbalando sus dedos dentro otra vez. Los sacó y frotó su clítoris más duro. “Voy a
correrme, Rusty. Voy a correrme.”

Sus dientes dolieron. Su polla dolía. Él quiso enterrar todos ellos dentro de ella. “Venga,
pequeña. Córrete para mí. ¡Ahora!”

Su orgasmo explotó. Abriendo sus ojos, observó su semen salir disparado ante el, salpicar
contra un árbol a unos cuatro buenos metros de distancia. El sudor se enfrió de su cuerpo.

En su mente, él oyó el chillido de Amber, entonces algo estalló y la visión de ella


desapareció.

Cuando su respiración finalmente volvió a la normalidad, Rusty miró fijamente en


dirección a la casa. ¿Había experimentado ella lo mismo que el tuvo? ¿Se había unido a
ella mentalmente? “Cristo, Amber. Tengo la esperanza de que fuese tan bueno para ti
como lo ha sido para mí.”

******

Amber se arrojó y se dio la vuelta sobre la cama. Sí la humedad era así de mala ahora,
¿Cómo sería en Agosto? La ventana estaba abierta pero ninguna brisa movía las cortinas.
Apoyándose sobre sus codos, dio puñetazos a su almohada y la lanzó fuera.

“Tengo que conseguir un aparato de aire acondicionado.” El camisón de seda que llevaba
puesto estaba pegado a su cuerpo. Estaba caliente. Sudorosa. Excitada.

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Traducido por Ishura

Amber se dejó caer pesadamente sobre su estómago. “No estoy excitada. Es sólo calor.
Pregunté a mi vampiro aquellas cuestiones y obtuve ideas sobre lo que escribir. Eso es
todo. No estoy realmente excitada. Estoy pensando solamente en lo que voy a escribir.”

Sus pezones dolieron. La humedad se filtró entre sus piernas. Su clítoris dolía.

Se arrojó sobre la espalda. “Bien, estoy excitada. Hacía bastante tiempo. He estado tan
ocupada...” Cerrando sus ojos, se tocó. “Vale. Sólo un apresurado revolcón.”

Deslizó sus dedos entre sus muslos, apartó con el codo la entrepierna de sus bragas de
seda y acarició su dolorido clítoris. Inmediatamente fue absorbida en un vórtice escarlata
de pasión. Sus dedos parecieron tomar vida propia cuando se arremolinaron, se hundieron
y frotaron. Sus pezones se fruncieron más y dardos de un dolor vibrante parecían estallar
de sus puntas. La humedad empapó sus dedos cuando la presión se hizo más intensa.

Arqueó su espalda. “¡Oh, Dios! ¿Qué está pasando? ¡Estoy tan caliente!”

¿Había una voz en su oído? ¿La voz de un hombre? ¿Extender sus piernas?

Ella obedeció, deslizando sus dedos dentro y fuera, pellizcando y friccionando. Su cuerpo
resbaladizo de sudor. Dejó que su mano libre se moviera a voluntad por su tórax para
amasar su pecho además de pellizcar sus pezones. Un dulce dolor surgió directamente de
su ingle.

“¡Ahhhh!” Ella bombeó sus caderas contra sus dedos. Cuando su orgasmo finalmente
explotó, las lágrimas rodaron por sus mejillas.

“Ahhhhhhhhhhaaaahhhhh.” Oleadas de placer la envolvieron cuando sus músculos


internos se estremecieron.

Despacio, sus músculos se relajaron, su respiración desacelerando y al final un escalofrío


bailó hacia abajo por su columna vertebral. Abrió sus ojos y suspiró. Nunca había
experimentado un orgasmo así; ni a solas, ni con alguien. Su cuerpo entero estaba flojo
debido a la satisfacción y estaba físicamente saciada como nunca antes lo había estado.

Excepto su hormigueante cuello.

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Traducido por Ishura

Capítulo 7

Las cortinas del dormitorio ondearon con una brisa suave.

Las aves cantaban canciones jubilosas.

Amber abrió lentamente sus ojos y miró el reloj colocado en la mesita de noche.
Parpadeó para enfocar y miró otra vez. ¡Las seis! Se dio la vuelta y clavó los ojos en la
ventana. Contra las flores blancas del cornejo se posó un Cardenal rojo brillante,
cantando felizmente.

“Oye, ave estúpida, ¡Cállate! Son sólo las seis. No quiero despertarme aún.”

Sin hacerle caso, el Cardenal siguió trinando.

El cálido bulto contra la espalda de Amber se movió. Medianoche plantó sus patas
traseras contra el culo de Amber y se empujó para estirarse a todo lo largo. Sus garras
ahondaron en el cachete izquierdo de Amber.

Amber rodó lejos rápidamente. “¡Ouch! ¡Medianoche! ¿Con qué frecuencia te he dicho
que no me uses de tabla de estiramiento?”

Frotando su culo, Amber se sentó y bostezó. Las seis de la mañana. Maldita sea, pero
estaba destrozada. Incluso cuando trabajaba, había sido capaz de dormir hasta las siete, o
siete y media si se apuraba. Parpadeó. Bueno. La casa entera tenía que ser limpiada, así
que levantarse temprano era una buena idea. Una vez que se tomase dos o tres tazas de
café, estaría bien.

Poniéndose de pie, se estiró, se puso sus zapatillas de casa y arrastró sus pies hasta la
puerta del cuarto de baño. Cuando empujó la puerta abierta, se paró en seco. La cortina
de la ducha estaba corrida alrededor de la bañera. ¿Estaba durmiendo su vampiro allí otra
vez? Dio un paso más cerca de la bañera y descorrió la cortina.

Rusty yacía igual que ayer, sobre su espalda. Su barba rojiza-dorada desparramada sobre
su pecho.

Inclinándose, Amber se tomó tiempo para estudiarlo más detenidamente. Realmente, una
vez que la barba se fuera, él no se vería tan mal. Tenía pómulos altos y una nariz muy
agradable. Ninguna protuberancia, ninguna curvatura ni pelos que crecían allí estaban
fuera de lugar. Y, considerando que su barba parecía un arbusto, sus cejas estaban


N. de la T. Tipo de árbol

N. de la T. El cardenal común o de copete rojo es un llamativo pájaro el cual presenta como principal
característica, el rojo brillante de su garganta, cabeza y penacho. El plumaje de su lomo es de color gris
acero, su pecho y abdomen blanco.

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Traducido por Ishura

mucho más cuidadas; sin unirse en el puente de la nariz. Su boca era bonita, labios
firmes, ni demasiado llenos, ni demasiado delgados.

Su atención volvió a su barba y sacudió la cabeza. Cuando despertara esa noche, le diría
que tenía que afeitársela. Ningún vampiro que se respetara a sí mismo tendría una barba.
Ella apretó los labios. ¿Y sí tenía una barbilla débil? ¿O una mandíbula hundida? Bien, se
preocuparía de eso después de que se afeitara la barba.

Y esta noche era la última que el dormía aquí. ¿Que clase de vampiro dormía en una
bañera?

La presión en su vejiga interrumpió sus pensamientos. Amber corrió la cortina de la


ducha y sintió que sus mejillas se ponían calientes. Realmente tenía que hacer pis. Ella
sabía que su vampiro no podía ver a través de la cortina, pero ¿y si el podía oírla? Se
mordió el labio inferior y meditó. ¿Podrían oír los vampiros mientras estaban en su modo
dormido? La presión en su vejiga aumentó y echó un vistazo sobre su hombro hacia el
inodoro. Podía hacer pis aquí o correr escaleras abajo al inodoro del lavadero. Después de
mascullar una palabrota, giró alrededor y corrió velozmente para la escalera. De ninguna
manera un vampiro iba a escucharla hacer pis.

******

Seis horas más tarde, Amber se arrojó al sofá de la sala de estar con un gemido.
Respirando profundamente, inhaló el olor dulce del ramo de rosas salvajes que había
recogido de la colina detrás de la casa y había colocado en la mesa baja.

¡Qué mañana! Pero la planta baja estaba limpia. Cada suelo estaba fregado o se le había
pasado la aspiradora, a todos los rincones les fueron quitados el polvo y los pocos platos
de los armarios de la cocina habían sido lavados. Gracias al lavavajillas portátil que
encontró escondido detrás de la tabla de planchar y un montón de cartón vacío de
embalar en una esquina del lavadero. No es que hubiera estado sorprendida de
encontrarlo escondido fuera. Tía Ernestine siempre rechazaba usar el lavavajillas en su
propia cocina. Decía que las facturas de la luz y el agua podían subir.

Amber cerró los ojos y apoyó la cabeza atrás. “Dios, pero que tacaña era. Tío Henry
debía haber comprado ese lavavajillas.”

Medianoche trepó a su regazo y comenzó a ronronear.

Un claxon de un coche sonó con gran estruendo, y las zarpas de Medianoche devolvieron
a Amber a la realidad. “¿Qué? ¿Quién?”

La gata maulló, saltó de su regazo, chocó con la pata de la mesa baja y luego desapareció
por debajo de la silla que estaba cruzada sobre el sofá.

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Traducido por Ishura

Un golpe sonó en la puerta principal cuando Amber hubo recuperado sus sentidos.
Poniéndose en pie, se apresuró hacia la puerta.

El sheriff estaba de pie en el porche, mirando fijamente a la distancia.

“Buenas...ah,”comprobó su reloj, “tardes, sheriff. ¿Qué puedo hacer por usted?”

El se dio la vuelta, se quitó su sombrero y saludó con la cabeza. “Buenas tardes, señorita
Blake. Estaba conduciendo por aquí y he pensado en pararme y comprobar que estaba
bien.”

¿Es tan común? “Estoy bien, gracias. Realmente no tenía que haber conducido de vuelta
aquí, ¿sabe?” Dijo ella a través de la puerta de tela metálica.

Él asintió con la cabeza. “Solo lo comprobaba.” Giró, luego se detuvo y se dio la vuelta
hacia ella. “Ah, solo quería hacerle una mención. Están esos Nipple...”

Amber echó un vistazo abajo por sus pechos y luego examinó su cara.

“Perdóneme.”

Su rubor se extendió hasta el nacimiento de su pelo. “Oh, no sus... Ah, trato de decir estos
Nipples. ¡Oh, demonios! Mire. Nipple es un apellido bastante común por aquí.”

“Ah. Entonces eso es lo que usted quería decir ayer. Hablaba de la gente.”

Su cara enrojeció aún más. “Sí. A algunos Nipples les gusta cazar fuera de temporada. De
todos modos, está ese otro Nipple, Rusty. Un tipo alto con barba tupida. Le gusta dar
paseos por la noche. Solo quiero decirle que él no es peligroso ni nada. No tiene que
asustarse si lo ve vagar alrededor. No le hará daño.”

Amber contempló al sheriff. Rusty dormía en su bañera mientras ellos hablaban, pero el
sheriff obviamente no sabía eso. Bueno. Rusty era su vampiro y no lo iba a compartir con
nadie más. “Gracias por avisarme. No me preocuparé sí lo veo.”

“Bueno. Me pondré en camino entonces. Qué tenga un buen día.”

“Gracias, Sheriff.”

Frunciendo el ceño, Amber miró como su coche desapareció calzada abajo. ¿A qué venía
todo eso? ¿Sabía él que Rusty era un vampiro? Si él lo sabía, ¿Cuanta otra gente
también? Nadie parecía sospechar que un vampiro vivía cerca. Ellos mantenían su
presencia en secreto del resto de la gente. ¿Qué mierda hacía Rusty revelándole a la gente
lo que era?

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Traducido por Ishura

Girando sobre sus talones, Amber se dirigió hacia la cocina, mascullando. “Diablos. ¿Qué
pasa con Rusty? ¿Está tan lejos del interior del bosque que no sabe como debe actuar? ”
Aquel pensamiento le animó un poco. No debe haber sido un vampiro por mucho tiempo.
Por eso todavía lleva puesta esa ropa horrible e iba cazando ciervos con un rifle cuando
podía agarrar uno con facilidad con sus manos desnudas. Sonrió. Ella le enseñaría todo lo
que tenía que saber sobre como ser un vampiro. ¡Qué gran novela podía realizar!

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Traducido por Ishura

Capítulo 8

El opresivo peso estaba otra vez en su pecho.

Entreabrió los ojos.

Ese gato bizco tenía clavados los ojos bajo su nariz. La punta rosada de su lengua estaba
acuñada entre esos comillos de revés otra vez. Una gota de saliva goteó de su lengua e
hizo plaf en su barba.

Rusty se incorporó violentamente. “Jesucristo. ¡Hay saliva de gato en mi barba!”

El gato clavó sus cuatro juegos de garras en su pecho y se sostuvo agarrado.

Amber acababa de poner el último plato sobre el estante cuando hizo un alto. Los
maullidos lastimeros de Medianoche se oían acompañados por una ristra de obscenidades
muy vistosa que agitaron las vigas. Dejando caer el trapo de cocina, se dio la vuelta y
corrió hacia la escalera.

Brazos agitándose. Un maullido. Maldiciendo el bulto de pelo rojo y negro dio un traspié,
se deslizó y patinó escaleras abajo hasta aterrizar en un montón en el suelo.

Colocando las manos en sus caderas, Amber dio un puntapié a la pierna vestida con
vaqueros más cercana con su pie. “¿Qué demonios está pasando?”

“¡Tú enloquecido bicho raro me atacó, eso es lo que hizo!” Rusty gritó cuando él agarró a
medianoche de ambas patas y trató de quitarlo de su pecho.

Medianoche enterró sus garras más profundamente.

“¡Eeeeooow! Me está despellejando vivo. ¡Quítalo! ¡Quítalo!”

Inclinándose, Amber metió la mano bajo la nariz de Medianoche. “Sí dejaras de gritar,
ella te habría dejado. Le asustas terriblemente, idiota.”

Rusty dejó ir al gato e intentó enderezarse ayudándose con los pies. “¿La asusto? ¡La
asusto! Ella es quién estaba sentada sobre mi pecho cuando me desperté.”

Amber lo empujó hacia atrás. “Permanece en silencio, deja de gritar y ella se podrá ir.
Vamos, Medianoche. Ven con mamá. Aquí gatita, gatita.”

“¡Meeeoooow!” Medianoche enfundó sus garras, dio vueltas a alrededor, usó el pecho de
Rusty como trampolín y saltó casi a los brazos de Amber. Juzgó mal otra vez y no cayó
sobre Amber, aterrizando en cambio en el suelo a su derecha. Las garras arañaron el suelo

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Traducido por Ishura

de dura madera, salió disparada a través del cuarto, rebotó con la esquina del sofá y
desapareció debajo de el.

“Ahora mira lo que has hecho. Asustaste a Medianoche.”

Extendiendo las piernas hacia delante, Rusty se sentó a los pies de las escaleras y se
quedó con la boca abierta. “Ése demonio del engendro que tú llamas gata empezó. No
debería haber estado sentada en mi pecho. ¿Dónde diablos conseguiste ese monstruo de
todos modos?”

Enderezándose, lo miró fijamente, las manos en las caderas.

“¡Monstruo! Medianoche no es un monstruo. No es culpa suya que tenga los ojos bizcos
y los dientes raros. Y la adquirí en un refugio para animales. ¿Qué se suponía que tenía
que hacer, dejarla allí cuando podía ser sacrificada? Eso sí que no, machote.”

“¿Alguna ves oíste hablar de la supervivencia de los más aptos?” Se quejó rodando sobre
sus manos y rodillas para luego darse empuje con los pies.

Amber tenía una vista muy bonita de su culo sobre los gastados vaqueros; y un culo muy
bonito que era.

Una vez sobre sus pies, Se dio la vuelta para encararla. Un trozo de barba fue a la deriva
hasta el suelo; una víctima mortal de las garras de Medianoche.

Rusty se frotó la barbilla. “El maldito gato estaba tirando de mi barba por las raíces.”

Amber se cruzó de brazos. Ahora era tan buen momento como otro para comenzar a
enseñarle cómo ser un correcto vampiro. “Tienes que afeitarte de todos modos.”

Él se puso rígido. “¿De qué mierda estas hablando, mujer?”

“No has sido un vampiro mucho tiempo, ¿Verdad?”

Él comenzó a alejarse poco a poco.

Amber dio un paso delante de él. De ninguna manera iba a conseguir marcharse esta
ocasión.

Rusty paró cuando ella se colocó entre él y la puerta. Las ventanas de su nariz aletearon.
Ella olía a transpiración, libre de productos cosméticos y a mujer; a mujer caliente.

Sus colmillos empezaron a doler y su polla se agitó.

La quería.

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Traducido por Ishura

Cerró sus ojos, queriendo que su polla se quedara donde estaba y sus dientes se quedaran
en el lugar de sus encías. La única vez que había robado un beso a Sue Ellen Keister, su
papá le había golpeado bien fuerte. Nunca fuerces a una mujer; ni si quiera para un beso.
No estaba a punto de empezar ahora, aunque fuera un vampiro.

Él oyó su patada sobre el suelo. “¿Me estas escuchando?”

Rusty abrió los ojos. Demonios, ella era aún más bonita ahora que estaba enfurecida.
“¿Qué?”

“No me has estado escuchando, ¿no es cierto? Mira. Quiero ayudarte pero tienes que
cooperar.”

“¿Qué?” Trató de concentrarse en sus palabras pero el golpeteo de su débil pulso en la


base de su garganta era tan...delicioso. Apretó su mandíbula para impedir que sus
colmillos hicieran erupción.

“Dije, que necesitas un ataúd. No puedes dormir más en la bañera. Comprobé el sótano.
Hay un lugar agradable para un ataúd en una esquina.”

La palabra ataúd se filtró en su subconsciente y la fantasía de tener su culo desnudo


debajo de él finalizó. “¿Ataúd? ¿De qué demonio hablas?”

“Tu eres un vampiro, ¿cierto? Los vampiros duermen en ataúdes durante el día.”

“¿Estás completamente loca? No estoy muerto.”

Con una sonrisa de superioridad en su cara, Amber asintió con la cabeza. “Por supuesto
que lo estas. Eres un vampiro, un muerto viviente.”

Él se alzó en toda su estatura y se apoyó más cerca. “De ninguna manera vas a lograr que
entre en un ataúd de mala muerte, mujer, no importa lo que digas. No voy a despertar una
mañana debajo de dos metros de suciedad. Me gusta la bañera y es allí donde me voy a
quedar.”

Ella se elevó sobre la punta de sus pies y lo miró directamente a los ojos. “Vale, tengo la
intención de llegar a un acuerdo sobre lo del ataúd pero no vas a dormir en la bañera más.
¿Y sí quiero bañarme?”

¿Amber desnuda, contorsionándose más o menos por encima de él mientras ella se


bañaba? Maldito infierno. “No me importa. Nada parecido a poder ahogarme o algo así.”

Su boca se abrió. La cerró con un fuerte chasquido. Luego chisporroteó un poco.


Finalmente se calló, fulminándolo con la mirada le dijo, “Bien. Y cada noche cuando te
despiertes, Medianoche estará sentado en tu pecho.”

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Traducido por Ishura

Rusty apretó los puños. Ella sabía jugar sucio. Jodido gato.

Manteniendo arriba sus manos, palmas hacia fuera, ella dio un paso atrás. “Mira. No
quiero luchar. Por qué no sencillamente duermes en el dormitorio delantero. Hay una sola
ventana con un árbol delante de ella para ayudar a bloquear al sol. Y las cortinas son
bastante pesadas. No dejaran entrar nada de sol. No te preocupes, no te dejaré quemarte
como una patata frita y que te evapores.”

“¿Evaporarse? ¿De qué demonios hablas?”

Ella meneó la cabeza y el gesto de su cara era el mismo que su madre usaba cuando
trataba de explicarle algo a sus niños pequeños los domingos en clases de catequesis a
todo el que no comprendía bien de lo que estaba hablando. “Sí te quedas fuera en el sol,
te quemarás hasta las cenizas.”

Él resopló. “No lo haré. Obtendré un infierno de quemadura que tomará un par de


semanas en curarse y mis ojos llorarán tanto que no seré capaz de ver. Pero no me
`quemaré hasta las cenizas’.”

Sus labios se desdibujaron en una línea delgada y sacudió la cabeza. “Sí lo harás. Todo el
mundo sabe que los vampiros se queman si ellos se quedan atrapados fuera al sol.”

Él levantó las manos de exasperación. “Mierda, mujer. Yo soy el vampiro aquí. Sé


condenadamente bien lo que pasa si me quedo fuera al sol.”

Ella sacudió la cabeza otra vez. “Pero...”

“Basta. Voy a cazar.” El alcanzó la parte trasera de la puerta para coger su rifle.

No estaba.

“¿Dónde está mi rifle?”

“Los vampiros no usan armas y no beben sangre de los ciervos.”

“Me gusta mi arma y me gusta la sangre de ciervo.”

Ella sacudió la cabeza otra vez. “No. Tienes que aprender a beber sangre humana. Tienes
que acechar a la gente, no a los ciervos. Y tienes que deshacerte de esa barba. Los
vampiros no tienen barbas. Y probablemente sería una buena idea teñir tu pelo de negro, a
menos que prefieras de rubio. Spike es rubio y él es bastante guay. No pienso que halla
ningún vampiro pelirrojo, al menos ninguno que sea masculino.”

Al principio Rusty sólo se la quedó mirando. Cuanto más divagaba, sin embargo,
enumerando una cosa después de otra de lo que él tenía que hacer para convertirse en un
‘vampiro ideal’, más sentía la presión en su pecho. Afeitarse la barba. No más ciervos que

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Traducido por Ishura

cazar. ¿Spike? ¿Quién demonio era Spike? Teñir su pelo. Dormir en una cama. Hacer
esto. Hacer lo otro. ¿Quién demonios pensaba ella que era, su esposa?

Cuando tuvo que luchar contra el impulso de poner sus manos alrededor de su garganta y
estrangularla, caminó alrededor de ella, cerró de golpe la puerta de malla metálica y
caminó a grandes pasos a través del porche.

Ella lo siguió, prosiguiendo con su lista de cosas que hacer y cuales no.

Después de haber avanzado unos pasos, un agudo, dolor punzante en su vejiga le obligó a
dejar salir el aire de sus pulmones.

Con lágrimas cayendo por sus mejillas, Rusty desgarró la bragueta y deslizó fuera su
polla. Apenas la tuvo en la mano, la orina se derramó sobre un lado del porche.

Ella siguió y terminó su lista con: “Y vas a tener que cambiar de nombre. Rusty Nipple
no es un buen nombre vampiro.”

Silencio; excepto por la salpicadura de la orina en las piedras sueltas.

Ella dio un paso a su lado y jadeó. “¿Qué estás haciendo?”

Él cerró sus ojos. Dios, que alivio. “Mear.” Cada músculo de su cuerpo se estremeció con
el alivio. Esta era la primera vez que el meaba en un mes. Había estado sintiéndose más y
más hinchado conforme pasaban los días. Primero una erección, ahora una buena meada.
Tal vez tener a esta mujer alrededor sería una buena idea.

“¡Encima del porche! No puedes hacer eso en el porche. Es...es...incivilizado. Además,


los vampiros no mean...er, orinan.”

Sonriendo abiertamente, se dio la vuelta y embutió su polla de regreso en sus pantalones.


“Éste lo hace.”

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Traducido por Ishura

Capítulo nueve

Amber parpadeó, jadeó, tragó saliva y tartamudeó cuando el calor emergió hacia sus
mejillas. Su vampiro acababa de hacer pis delante de ella, al lado del porche, nada menos.
¡Hace pis! Los vampiros no hacían pis. ¿Podían?

“Y no voy a cambiar mi nombre,” dijo cuando tiró hacia arriba de su cremallera. “El
nombre del abuelo era Rusty Nipple igual que su abuelo. Es una tradición familiar. Así
que olvídelo. Ahora, me voy a cazar. Hasta luego.”

“Pero...”

Él desapareció en la oscuridad.

Clavándose las uñas en las palmas de las manos, Amber fulminó con la mirada el lugar
donde él había desparecido. “¡Terco, intolerante, inculto, maleducado, paleto! Todo lo
que trato de hacer es ayudarte,...idiota,” gritó en la oscuridad. Girando, anduvo a
zancadas dentro de la casa y cerró de un golpe la tras ella. “Asno desagradecido,”
refunfuñó cuando se paseó de aquí par allá. “¿No se da cuenta del ridículo que hace? Es
un vampiro, uno de los más apasionados y más deseable seres que hay; no un cateto
campesino sureño. Sólo trato de ayudarle.”

Ella continuó paseando, discutiendo con él como si el estuviera paseando a su lado.

Finalmente se paró y se instaló sobre el sofá. “Bien, respira hondo, Amber. Toma
profundas inspiraciones. No has trabajado todo el día para nada. Has resuelto ya que él no
ha sido un vampiro por mucho tiempo. Paciencia. Sólo tienes que ser más paciente. Él
recobrará el sentido.”

Fuera de la ventana, Rusty permaneció en las sombras y miraba caminar a Amber de aquí
par allá. Incluso aunque la ventana estuviese cerrada, con su audición realzada, no tenía
ningún problema en oír cada palabra murmurada. Sonrió abiertamente y hasta se rió en
voz alta una vez. ¿Qué importaba que ella usara esas palabras en su novela?

Mientras miraba, ella levantó su mano y agitó un dedo al sofá.

Soltó una carcajada. Seguro que era una cascarrabias.

Finalmente se pasó los dedos por su pelo rubio retirándoselo de la cara y se arrojó sobre
los suaves cojines.

Después el demonio de infierno que ella llamaba gato vaciló a través del cuarto hasta
sentarse a sus pies. Amber lo alcanzó y lo puso sobre ella. Se decidió por su regazo, su
ronroneo retumbó.

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Traducido por Ishura

Ella levantó a la gata y la abrazó junto a su pecho. “¿Qué voy a hacer Medianoche? Mi
vampiro no quiere cooperar conmigo. Todo lo quiero hacer es escribir mi libro. De esta
manera ganaré algo de dinero para mantenerme a mí misma. ¿Es eso una idea tan mala?”

La gata siguió ronroneando.

Rusty lamentaba no ser al que estaban acariciando.

Amber miró a su gata. “Vale, quejarme no me va a servir. Voy a bañarme y tú vas a


vigilar la puerta por si Rusty regresa.” Sacudió la cabeza. “Rusty Nipple. ¿Cómo diablos
voy a hacer un vampiro decente de un hombre llamado Rusty Nipple? ¿Quién lo tomará
en serio?”

Cuando ella desapareció de la vista, Rusty comprobó el árbol que crecía al lado de la
casa. Sí, una nítida rama sólida precisamente donde él quería. El salto de tres metros y
medio requirió un poco de esfuerzo pero estaba cómodamente escondido contra el amplio
tronco, con una vista clara desde la ventana del cuarto de baño cuando Amber se metió y
comenzó a quitarse la ropa.

“Oh sí, pequeña,” murmuró. Su polla se elevó en respuesta antes de que su camiseta
golpeara el suelo. “Demonios, ¿llevas puesto sujetadores como ese todos los días?”

En lugar de un cómodo, sujetador de algodón blanco, el de Amber era de satén rosado


bordeado de encaje. Por aquí, las mujeres sólo llevaban puestos sujetadores así cuando
tenían que ir a algún sitio especial, como una boda o al demolition derby ®. Sí Amber
llevaba puesto ese capricho sólo para limpiar la casa, ¿qué llevaba puesto par las
ocasiones especiales?

Sus vaqueros siguieron a su camiseta. Rusty tiró con fuerza de su cremallera y dejó a su
polla brotar libre. Infierno, llevaba puesta una de esas cosas de tiras en lugar de bragas de
algodón blancas. Sólo una pequeña pieza de satén rosado que apenas cubría el triángulo
dorado entre sus piernas. Cuando ella se giró y se inclinó...

Rusty tragó para evitar babear incontroladamente sobre su barba. Su polla se sacudió con
fuerza y sus colmillos explotaron fuera de sus encías. Nada excepto un diminuto cordón
rosado entre las mejillas de su culo. ¡Y qué culo tenía! Anoche le había parecido bien con
los vaqueros mojados, pero desnudo, adornado con un par de cordones rosados. ¡Virgen
santa! Era un culo pensado para que las manos de un hombre lo agarrara y apretara
cuando empujara su polla dentro de ella desde atrás. ¿Se sentirían esas mejillas tan lisas y
apretadas como parecían?

Cuando ella se levantó el pelo de su cuello y lo sujetó en su cabeza, sus colmillos ya


alargados comenzaron a doler. Más que nada quería hundir sus colmillos en ella mientras
enterraba su polla profundamente.

®
N. de la T.: Carrera de coches en las que la emoción está, a parte de ganar, en destruir los coches de los
contrincantes.

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Traducido por Ishura

“Y probablemente me estaría dando garrotazos con el atizador de la chimenea tan pronto


como lograra poner sus manos en ella” masculló. “No puedo forzarla.” Entonces sonrió
abiertamente y acarició la cabeza de su polla. “No te preocupes, compañero, me deslizaré
sencillamente dentro de su cabeza, pero una vez que esté en la bañera.”

“Oh, que fastidio. Olvidé fregar la bañera.” Amber se inclinó al lado de la anticuada,
bañera con patas y escudriño el interior. Excepto por algunos pelos rojos perdidos,
parecía limpia. “Un pequeño repaso con algún desinfectante no le vendría mal” cogió un
bote de limpiabaños de debajo del lavabo, rociándolo con generosidad dentro de la
bañera, lo fregó con una vieja toalla, luego abrió el grifo del agua caliente al máximo.
Abriendo el armario, sacó primero una botella y después otra.

“¿Qué espuma de baño debería usar, Medianoche?”

La gata no hizo caso de ella y se siguió lavando la pata.

Amber se rió entre dientes. “¿Eau de ajo, tal vez? ¿Mantendrá al gran vampiro malo
lejos?” Se rió un poco más entre dientes. “Nada de ajo. Presumo que me quedaré con el
de lirios del valle. Tengo una vela aromática de lirios que puedo encender, también.”

Igual que la humedad, el vapor delicadamente perfumado se elevó y las espumosas


burbujas blancas, llenaron la bañera. Amber abrió el grifo del agua fría. Se recogió el pelo
y después se quitó el sujetador y las braguitas. “Dios, pero que cansada estoy. No puedo
recordar cuando trabajé tan duro. Un buen, gran baño en la bañera y luego me tomaré
todo el día en resolver como convencerlo para que me escuche.”

Después de cerrar el agua, se hundió en la bañera. “Ahhhhhhh. Esto se siente tan bien.”

Apoyando su cabeza atrás contra una manopla que ella había doblado sobre el borde de la
bañera antes, cerró los ojos e inhaló la fragancia floral que flotaba en el aire debido a la
vela que se consumía.

Rusty estiró el cuello, tratando de conseguir una mejor vista. Durante unos breves
segundos, ella estuvo de pié con el trasero desnudo. Ella parecía hasta más deseable que
cuando se la había imaginado anoche. Luego había andado hacia la tina y se había
hundido en el agua y las burbujas la habían cubierto hasta el cuello.

“¿Por qué puso tantas malditas burbujas en la bañera? No puedo ver nada,” refunfuñó al
búho que estaba posado en las ramas superiores del árbol.

Su polla se sacudió con fuerza y se colocó hacia atrás contra el árbol. Bien, Hora de jugar
al juego principal, por decirlo de alguna manera. Miró abajo. Volvió a mirar a través de la
ventana. “¿Estas descansando allí, dulce Amber, o tus manos están ocupadas debajo de
todas esas burbujas? ¿Están ahora mismo tan mojada y resbaladiza en tu interior como lo

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Traducido por Ishura

estas por fuera? ¿Están jugando tus dedos con esa pequeña protuberancia entre tus
piernas? ¿Está duro? ¿Duele? ¿Sientes lo mismo que yo?”

Rusty acarició su polla, deslizando su mano de arriba abajo mientras se imaginaba a


Amber toqueteándose, acariciándose, cogiendo su sensitivo clítoris. Él comenzó a
bombear más rápido, apretando su polla cuando se imaginó sus caderas arqueándose.
Deslizó su lengua a lo largo de sus colmillos, tragando con impaciencia la sangre que se
filtró. Mantuvo su mirada fija acoplada en ella, recostado hacia delante cuando oyó su
gemido.

Ella se arqueó y sus pechos se elevaron sobre el agua. Las burbujas los acariciaron y
gotearon fuera sus enhiestos pezones. Gimió otra vez. Al principio el agua se arremolinó
perezosamente, ahora salpicaba. Su pie asomó y lo apoyó a un lado de la bañera.

La sangre cayó pesadamente a lo largo de la longitud de su polla. Sus pelotas se


apretaron, perfilándose más cercanas a su cuerpo. Sus colmillos se alargaron más incluso.
“Ah, demonios, cariño, ojalá pudiera verte.”

Amber echó hacia atrás la cabeza, su boca abierta. Un gemido sollozante se elevó de la
profundidad de su garganta. Más agua se derramó en el suelo.

Rusty dirigió un dedo a lo largo de sus colmillos y sorbió la sangre en su boca. Apretó y
bombeó su polla más duro. “Eso es pequeña. Córrete para mí. Córrete fuerte.”

Cuando su sollozo se hizo un lamento, el orgasmo hizo erupción en la polla de Rusty,


saliendo a grandes chorros por el aire, salpicando gotitas blancas contra las hojas.
Gimiendo, se desplomó contra el tronco del árbol. Maldición, si verla masturbándose
mientras tomaba un baño era tan bueno, ¿cómo sería cuando finalmente sepultara su polla
entre sus piernas tan profundamente como pudiera mientras su caliente, dulce sangre fluía
dentro de su boca?

Se estremeció cuando más semen salió a chorros.

Cuando su cuerpo finalmente volvió en sí, abrió los ojos y miró con fijeza hacia la
ventana.

Jadeante, Amber todavía yacía hacia atrás en la bañera, los dedos de ambas manos
sepultados en su pelo. Bastante del agua y las burbujas habían salpicado fuera de la
bañera para que él tuviera una vista clara de sus rosados pezones cuando sus pechos se
elevaron y descendieron con su profunda respiración.

Lamiendo sus labios, Rusty se retiró el pelo de la frente y sonrió abiertamente. Tal vez
mañana escucharía lo que ella tenía que decir. Quién sabía qué clase de ideas tendría
sobre como los vampiros hacían el amor.

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Traducido por Ishura

Capítulo diez

Afirmándose con las manos en el borde de la bañera, Amber se puso de pie, con las
rodillas temblorosas. Las burbujas espumosas serpentearon hacia abajo por su cuerpo,
acosando los nervios todavía sensibles. Cuando sus músculos internos se apretaron con
un espasmo final de placer, cerró los ojos y gimió. Sólo su agarrre de sujeción sobre los
cantos redondeados de la bañera le impidió desplomarse hacia atrás dentro de la bañera.

Aspiró una gran bocanada de aire y la soltó despacio. “Dios mío. Eso
estuvo...estuvo...increíble. Sí pudiera encontrar un hombre que me hiciera sentir igual de
bien...”

Otra respiración profunda. Luego otra.

La fuerza retornó a sus piernas.

Despacio, levantó su pierna derecha sobre el borde de la bañera, asegurándose que estaba
plantada con firmeza sobre la áspera alfombrilla tirada en el suelo; luego alzó la otra
fuera. Agarrando la toalla, se la envolvió alrededor, sujetándola con una mano y agarró el
toallero para estabilizarse cuando sus rodillas se tambalearon otra vez.

Un escalofrío bailó hacia arriba por su columna. Sus pezones todavía hormigueaban.
“Mierda, si me puedo hacer esto a mí misma, tal vez no necesite a un hombre.”

“¿Meeeerowww?”

Amber se rió entre dientes. “Sí, tienes razón. Tener a alguien alrededor para que mate a
las arañas sería una gran idea.”

Otra profunda respiración y finalmente sus pies se mantuvieron firmes sin apoyo. Se secó
despacio, haciendo una pausa de vez en cuando para suspirar o temblar. Finalmente, se
deslizó dentro de su camisón. El material suave acarició su cuerpo todavía sensible. Los
aguijonazos del interludio de pasión danzaron por su columna, y ella no obstante tembló
de nuevo. ¿Por qué estaba todavía tan excitada? El orgasmo que acababa de experimentar
era el más satisfactorio que ninguno de los que podía recordar. Aún así su cuerpo estaba
todavía caliente, todavía dolorido. ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Para quién?

La figura de Rusty apareció en su mente, sacudió la cabeza y resopló. “Ni lo pienses.


¡Jesús! Él no. ¡Dios mío, tiene hojas pegadas en su barba!”

Agarrando su cepillo, lo pasó por su pelo húmedo. ¿Rusty Nipple interesándole? Vaya un
chiste. No, no existía ningún hombre que la hubiera complacido recientemente.
Solamente estaba cachonda de escribir las escenas de amor en su libro. Después de todo,
no había hecho el amor con un hombre en lo que...más de un año. No le extrañaba que su
cuerpo estuviera volviéndose loco.

44
Traducido por Ishura

Amber asintió con la cabeza. Sí, ese era el problema. Escribir sexo ardiente cuando se
había tirado demasiado tiempo sin ello.

Después de unas breves pasadas por su pelo, acarició a Medianoche en la cabeza. Luego
dejó que el agua se vaciara de la bañera y aclaró las burbujas. Una vez que estuvo vacía,
apagó la vela y agarró una caja que había colocado en el interior de la habitación antes,
ese mismo día. “De ninguna manera Rusty va a dormir aquí esta noche.” Colocó la cruz
de madera que había encontrado en uno de los dormitorios adicionales al final de la
bañera y esparció dientes de ajos a lo largo del fondo. “¡Vaya! Esto lo mantendrá alejado.
Dejaré la puerta del dormitorio de enfrente abierta. Él debería ser bastante perspicaz para
entender que debería dormir allí.”

Después de cepillarse los dientes, ella se dirigió hacia su dormitorio seguida por
Medianoche; rascándose esa molesta picazón en el cuello.

Fuera, Rusty bombeó su polla dos veces más. Gimiendo, se inclinó hacia atrás cuando se
corrió otra vez. ¿Quién era esta mujer que tenía tal efecto en él? Desde que él se había
convertido en vampiro no había sido capaz de conseguir una erección; con ninguna
mujer, no hasta Jolene, la peluquera que dormía con cualquier cosa que tuviese una polla
entre las piernas. Pero sólo mirando a Amber, secándose después de bañarse lo había
tenido duro y dolorido otra vez; solo minutos después liberó su carga. Nunca se había
recuperado con tanta rapidez después del sexo. Pero Amber todo lo que tuvo que hacer
fue pasarse el cepillo por el pelo y su pequeño compañero rugió a la vida. Algo no estaba
bien sobre todo esto. ¿Era porque ahora era un vampiro? Ella era la experta en vampiros,
¿verdad?

Después de embutir su todavía semierguida polla de vuelta en sus vaqueros, saltó con
agilidad al suelo. Necesitaba sangre, y la necesitaba ahora. Irguiendo la cabeza hacia un
lado, escuchó con cuidado. Allí, al Norte, ciervos. Un escalofrío recorrió su espalda al
pensar en la sangre caliente deslizándose hacia abajo por su garganta.

Después de un último vistazo hacia la ahora oscura ventana del cuarto de baño, saltó
lejos. Una vez que satisficiera su ansia de sangre, sería capaz de andar por la casa
mientras Amber dormía; sin preocuparse de si el la atacaría o no.

De todas formas, él no pensaba que fuese el tipo de mujer que se sometía sencillamente a
un hombre sin remilgos. ¡No! Era propensa a golpearle el costado de la cabeza con una
sartén de hierro.

******

La débil luz estaba avanzando ligeramente hacia el Este por encima del bosque cuando
Rusty regresó a casa. Parando solamente el tiempo suficiente para escoger un par de

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Traducido por Ishura

capullos de rosa, silenciosamente dio un paso hacia el porche trasero y se permitió entrar,
agachándose cuando las bisagras de la vieja puerta chirriaron.

Un búho ululó.

Aparte de eso, permanecía tranquilo.


Cuando entró en la cocina, el olor a café recién hecho le llegó a la nariz. Se paró y luego
anduvo hasta la cafetera automática. El agua burbujeaba y goteaba.

Inhaló y sonrió. Café. ¿Cuando fue la última vez que tomó una taza de café?

Dejando las rosas en la encimera, agarró una taza del armario y después tamborileó los
dedos sobre la superficie mientras observaba el delgado chorro de líquido oscuro que caía
dentro de la jarra. ¡Diablos! ¿Cuanto tiempo iba a tardar?

Cansado de la espera, Rusty agarró la jarra y llenó su taza, sin hacer caso del caliente
chisporroteo del café evaporado cuando éste golpeaba la placa caliente del fabricante. Se
encogió de hombros cuando colocó la jarra de nuevo. Sólo una pequeña cantidad faltaba
a la jarra. Había todavía suficiente para Amber.

Levantando la taza, bebió a sorbos. Cuando el olor fragante y suave, del sutil sabor del
fuerte, café caliente se deslizó sobre su lengua, suspiró de placer. Sorbió algo más y
suspiró otra vez. Demonios, pero éste estaba bueno.

“¿Qué estas haciendo?”

Despacio, Rusty se giró.

Amber estaba de pie en la entrada llevando puesto solamente ese pequeño camisón de
seda que se había puesto la noche anterior. El tragó un sorbo de café caliente y aulló. El
dolor agudo de su lengua quemada sustituyó el dolor que comenzaba en su ahora relajada
polla.

Entró zapateando en la cocina.

Su gato bizco se movió despacio después de ella.

“Los vampiros no beben café. ¡Deja eso ahora mismo!”

Él ahuecó su taza con ambas manos, atrayéndola contra su pecho y negó con la cabeza.
“No, señora. Esta es la primera taza de café que he tomado en dos meses y no la voy a
dejar.” Luego le guiñó el ojo. “Haces realmente una buena taza de café, ¿sabes? Justo
como a mi me gusta, agradable y fuerte.” Tragó más y sonrió.

Desconcertada por el elogio, Amber contempló al vampiro con barba tupida que estaba de
pie en su cocina. ¿Tenía él razón? ¿Bebían los vampiros café? Frunciendo el ceño,

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Traducido por Ishura

rebuscó en su mente. ¿Bebió alguna vez Angel café? ¿Lo hizo Spike? Estaba ese episodio
donde Spike estaba atado a una silla y Willow le metía una galleta con trozos de
chocolate en la boca. Él se la comió. Y le gustaban los copos de maíz con su tazón de
sangre. Y estaban ésos episodios de Buffy donde Spike bebía cerveza. Tal vez los
vampiros podían beber café u otros líquidos además de sangre.

Ella apretó los labios.

Rusty le sonrió abiertamente.

Al menos ella pensaba que le sonreía abiertamente. Tenía tanto pelo alrededor de la boca
que era difícil asegurarlo.

Ella olfateó. “Bueno, es líquido. Así que supongo que tienes permiso para beberlo.”

Se bebió lo último del café e inclinó la cabeza. “Gracias por avisarme. Ahora, realmente
necesito procurarme algo de sueño. Nos vemos en la noche.”

Rápidamente Amber dio un paso fuera de la puerta.

De todos modos, el brazo de Rusty rozó contra el suyo. La suave franela de su camisa le
puso la piel de gallina de los brazos.

Sus pezones hormiguearon.

Y él se iba.

“¿Meoooooooow?”

Amber tembló, se agachó, recogió a su gata y abrazó a Medianoche contra su pecho.

“No es nada. Sólo tengo frío. Eso es todo.” No me siento atraída por un...campesino
vampiro sureño.

Se dio la vuelta y divisó las rosas que estaban en la encimera. ¿De dónde habían salido?

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Traducido por Ishura

Capítulo once

Bostezando, Rusty empujó la puerta del cuarto de baño cerrada y se dirigió hacia la
bañera. Al principio le había parecido raro dormir en esta bañera, pero era grande y
profunda y él estaba más cómodo aquí que en ningún otro sitio.

Levantando sus brazos por encima de su cabeza, se estiró y después se rascó el mentón a
través de la barba. Sacó una hoja de su barba. La contempló y resopló. Tal vez necesitaba
realmente un acicalado.

Alcanzó el lado de la bañera y levantó el pie sobre el lateral. Algo se movió rápidamente
a lo largo del fondo de la bañera. Frunciendo el ceño, miró dentro. Una cruz de madera
yacía entre docenas de dientes de ajo.

“¿Qué demonios?” Recogió la cruz y la puso detrás del inodoro. Después levantó la
cabeza del costado y contempló el ajo. “¿Y ahora por qué demonios pone todo este ajo en
la bañera? ¿Se supone que para dejarla aséptica? Nunca escuché nada sobre eso. Mierda,
hay aquí bastante ajo para hacer una bañera entera de embutidos de ciervo. Sí hubiera
sabido que tenía todo este, habría traído aquel ciervo a casa anoche. Nada como embutido
de ciervo con mucho ajo.”

Inclinándose hacia abajo, empujó todo el ajo hacia la parte trasera de la bañera. Cogiendo
dos puñados, miró alrededor. Una pequeña cesta que contenía un montón de pequeños
jabones de diferentes colores se encontraba en el mostrador cercano al lavabo. Eso
bastaría. Había bastante espacio en la cesta para el ajo. Dejó caer ambos puñados encima
del jabón y recogió el resto. Una vez que todo el ajo, excepto un descarriado diente o dos
aquí y allá, estaban fuera de la bañera, Rusty se encaramó, recolocándose y cerró los ojos.
En segundos, se durmió profundamente.

Todavía mascullando, Amber metió la rosas en agua y aclaró la jarra y las dos tazas.
“¿Rosas? ¡Es insufrible! ¿Por qué me está dando tanto trabajo? Sólo quiero ayudarle.
¿Pero escucha algo de lo que le digo? No.” Dejando la jarra y las tazas en el fregadero, se
dirigió de regreso a su habitación para vestirse. “La casa está limpia así que debería
conseguir escribir algo completo hoy.” Subió las escaleras. “Debería hacer un viaje con el
coche y encontrar la tienda de comestibles más cercana, también. Medianoche necesitará
pronto más comida de gato.” Alcanzó la parte superior de las escaleras y se dirigió hacia
su dormitorio. Pasó el cuarto de baño, se detuvo y volvió atrás. “¿Qué hace esa puerta
cerrada? No la cerré.”

Amber giró el pomo y entró. La cortina de la ducha estaba corrida.

“No. Él no puede estar allí.”

Jalando la cortina hacia atrás, miró fijamente la cara serena de Rusty.

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Traducido por Ishura

“¿Qué? ¿Cómo? No puede dormir en ajo. ¡Y la cruz! ¡Eso debería haberlo mantenido
fuera de aquí!”

Localizó la cruz detrás del inodoro. Su nariz siguió el olor del ajo hasta su cesta de
jabones. “¡Puso el ajo aquí! ¡Mis jabones están arruinados! ¿Qué pasa con él?”

Apretando los dientes, se dio la vuelta para encararlo.

Permanecía todavía muerto.

“¡Oye!” Inclinándose hacia abajo, agarró su barba y tiró con fuerza de ella. “Oye. Idiota.
Arruinaste mis jabones de baño.”

Rusty seguía durmiendo.

Sacudió su barba otra vez más fuerte.

Su cabeza rebotó después de hacer un ruido sordo cuando golpeó la parte trasera de la
bañera. No se movió.

“¡Oooooooo!”, frustrada, sacudió su barba por tercera vez.

Cuando su cabeza golpeó contra la bañera otra vez, se congeló. Despacio, abrió la mano y
contempló el trozo de barba de su mano. No se suponía que los vampiros tuvieran barbas.

Una lenta sonrisa se dibujó en los músculos de sus mejillas.

“Tijeras. Sé que vi algunas tijeras en algún sitio. El dormitorio, sí. Las puse en el
dormitorio.” Apresurándose hacia su cuarto, se detuvo el tiempo suficiente para vestirse
con unos viejos vaqueros y una camiseta. Luego agarró las tijeras y volvió al cuarto de
baño.

“Chico, estoy tan contenta de que guardaras todas esas toallas raídas de la Tía Ernestine.”
Colocó la vieja toalla bajo la barbilla y la barba de Rusty y comenzó a trabajar con las
tijeras.

Quince minutos más tarde, Amber dobló con cuidado las puntas de la toalla y la levantó
del pecho de Rusty. La llevó hasta la papelera, agarró las asas del cierre de la bolsa de
plástico y la sacó entera. Después de atar los cabos, la colocó en el pasillo. Podía bajarla
al contenedor de basura cuando volviera a bajar las escaleras.

Riéndose entre dientes, se volvió hacia Rusty. Las patillas desigualmente cortadas
sobresalían de su barbilla y mejillas en diversas longitudes. “Le dije que los vampiros no
tenían barba. Ahora, a librarme del resto de esas patillas.” Agarró la crema y la navaja de
afeitar que ella normalmente usaba en sus piernas y empezó a trabajar.

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Traducido por Ishura

“Demonios, pero inclinarse sobre el borde de la bañera es duro para la espalda,” dijo
Amber cuando se enderezó, puso las manos sobre las caderas y se inclinó hacia atrás.
Después giró de un lado a otro. Su espalda se relajó y suspiró con placer.

Se curvó hacia atrás sobre la bañera. “Ahora, vamos a ver como te ves realmente.” Le
limpió el exceso de crema de afeitar de la cara de Rusty, apartó su pelo fuera de su frente
y lo miró fijamente. “¡Wow! Eres apuesto. ¿Por qué te escondías detrás de esa horrible
barba?”

Amber lo siguió mirando fijamente. Oh, sí. Esto podía funcionar. Su campesino vampiro
sureño era un tipo apuesto. Amplia frente, pómulos altos, nariz recta, barbilla firme. Y
labios. Bueno, demonios. Sus labios parecían besables sin lugar a dudas. Y ella sabía que
tenía unos hermosos ojos verdes. Sí, esto iba definitivamente a funcionar. Se convertiría
en un buen héroe vampiro, siempre y cuando la escuchara y siguiera sus consejos.

Suspiró. Él había demostrado ya que era obstinado como una mula. Amber giró y salió
del baño. Él dormiría todo el día como de costumbre. Ella tenía cosas que hacer.

******

A última hora de la tarde, Medianoche se paseó por el cuarto de baño. Su humana había
estado trajinando de habitación en habitación durante parte del día, desapareció en su caja
móvil por el resto del día, y ahora se sentaba ante la brillante caja haciendo ruidos de
chasquidos con los dedos. Este era el momento perfecto para una siestecilla.

Medianoche sacó la lengua entre los dientes, contempló a varios inodoros borrosos y
decidió saltar hacia uno, a la derecha. Un leve ronroneo se filtró de su garganta cuando
ella aterrizó en la tapa cerrada. Luego se dio la vuelta hacia la bañera. Tan grande como
era, era mucho más difícil fallar. Después de un par de corcoveantes, salidas en falso,
saltó y aterrizó en la todavía forma de hombre que yacía dentro.

Se detuvo y olió. Algo era diferente. Se movió con delicados pasitos cortos sobre su
pecho y olió su barbilla. ¿Dónde estaba todo ese suave, cómodo y caliente pelo? Olió otra
vez. ¿No olían las piernas de su humana de esta manera a veces?

Medianoche lamió la barbilla. Sí, las piernas de Amber sabían de esta manera a veces.

Frotó su mejilla contra su barbilla, giró, moldeó el pecho un poco, giró otra vez y se
acurrucó cómodamente abajo. Su mullida cola se envolvió alrededor de ella y remetió sus
patas bajo su pecho.

Cerró sus ojos y comenzó a ronronear.

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Traducido por Ishura

Capítulo 12

Un fuerte bramido seguido de un aullido igualmente ruidoso destruyó completamente el


hilo de pensamiento de Amber y dejó de escribir a máquina. Empujando el respaldo,
fulminó con la mirada la urna que contenía a Tía Ernestine. “Y Pensabas que estaría
acostumbrado a despertarse con Medianoche en su pecho.” Todavía quejándose, caminó
por la cocina y la sala de estar y subió las escaleras.

Otro bramido la saludó al final de las escaleras. “¡Mi barba! ¿Dónde está mi jodida
barba? Condenada mujer. ¿Qué me has hecho?”

Cuando Amber entró en el cuarto de baño, Rusty miraba fijamente el espejo del botiquín
con una mirada de horror en la cara.

Amber lo fulminó con la mirada. “¿Qué piensas que estas haciendo mirando hacia ese
espejo? No puedes verte.”

Él se dio la vuelta, Sus ojos destellando con fuego verde. “¿Cómo infiernos qué no
puedo? ¿Que mierda hiciste con mi barba?”

Apretó sus manos en puños sobre sus caderas. “La afeité. Te dije que los vampiros no
tenían barba. Y ellos no pueden verse en los espejos tampoco.”

Él dio un paso más cerca. “¿Quién lo dice?”

Ella no retrocedió. “Todo el mundo sabe que los vampiros no pueden reflejarse en los
espejos porque ellos no tienen alma.”

Él levantó sus manos. “Por todas las jodidas tonterías.” Agarrando su cepillo de dientes,
lo mantuvo en alto. ¿Tiene esto alma?

“Por supuesto que no.”

“¿Puedes verlo en el espejo?”

“Por supuesto.”

Cruzó los brazos sobre el pecho con una sonrisa de superioridad en su ahora desnuda
cara.

Amber abrió la boca, tragándose lo que iba a decir y se mordió la lengua. Maldito
sabiondo. Frunció el ceño. “¿Puedes realmente verte en el espejo?”

Sacudiendo la cabeza en dirección al espejo, se dio la vuelta y anduvo hasta detenerse


delante de el.

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Traducido por Ishura

Amber se colocó detrás de él y miró por encima de su hombro.

Ambos reflejos le devolvían la mirada a ella.

“Bueno, mierda. Voy a tener que volver a escribir un capítulo entero.”

Cuando se dio la vuelta para marcharse, Rusty agarró su antebrazo. “¿Quién te dijo que
podías afeitarme la barba?”

Amber sacudió su brazo.

Él la dejó ir.

Ella no escondió la irritación de su voz. “Mírate bien, Rusty. Te ves muchísimo mejor sin
barba. ¿No te ha dicho nadie alguna vez que eres guapo? ¿O esta es la primera vez que te
has afeitado desde que empezaste a dejarte crecer las patillas?”

Cuando sus palabras calaron en él, Rusty sonrió. Ella pensaba que era guapo. ¿Qué más
pensaba ella de él? “Las mujeres me han dicho que soy guapo, con y sin barba.”

Ella resopló. “Bien, quienquiera que te dijo que eras guapo con barba necesita gafas, o
que examinen su cabeza. ¿Sabes que había hojas en ella? ¿Y ramitas? ¿No te aseas?”

Rusty mantuvo su atención centrada en Amber. Sí. Ella se hacía más bonita cuando se
enfadaba. Así que había ramitas en su barba. Era por su culpa. Desde que había llegado,
había estado huyendo de su culo.

“¿Y cuando fue la última vez que te cambiaste de ropa? Has llevado puesto esos mismos
vaqueros y la misma camisa desde que llegué aquí hace tres días. No puedes hacer eso.
Los vampiros son finos y gallardos, vestidos a la última. No puedes llevar un viejo mono
de peto y una camisa agujereada de franela.”

Rusty manoseó distraídamente el agujero en el codo de su camisa. Había estado con esa
misma ropa durante tres días. Mierda, esta mujer lo hacía confundirse. Levantó su brazo
y olió. Demonios, pero necesitaba una ducha.

Rápidamente, desabrochó los tirantes. Cuando cayeron sobre su cintura, comenzó a


desabotonar su camisa.

Sonrió abiertamente cuando Amber dejó de dar órdenes en medio de una frase.

Su camisa cayó al suelo y se quedó de pie ante ella con el pecho desnudo, sus tirantes
resbalándose por sus caderas.

¿Qué era ese borboteo en su garganta? ¿Se estaba ahogando?

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Traducido por Ishura

Ella abrió la boca y chilló. Haciendo chasquear su boca cerrada, se aclaró la garganta
después de decir, “¿Qué estas haciendo?”

“Quitándome la ropa.” Enganchó sus dedos bajo los tirantes de sus caderas.

Otro borboteo. “¿Por qué?”

“Tienes razón. Necesito una ducha. ¿Quieres frotar mi espalda?” Empujó los pantalones
hacia el suelo. A él no le gustaba llevar puesta ropa interior.

Su cara se puso de un rojo brillante. “¿Que frote tu espalda? ¿Estas chiflado? Frota tu
propia espalda.”

Girando, ella dejó el cuarto de baño mucho más rápido de lo que había entrado.

Riendo entre dientes, Rusty abrió el grifo. Su polla se agitó y el miró abajo. “No te
preocupes, pequeño compañero. Te convertirás en el amigo de Amber tan pronto como
pueda persuadirla para que vaya a mi cama.”

Amber galopó escaleras abajo, el calor abrasando sus mejillas.

Él se había desnudado. Directamente delante de ella. ¡Así como así! Sin nada de
vergüenza.

Sus labios se movieron nerviosamente. Presumía que podía comportarse como un


vampiro si quisiera.

Cuando alcanzó el pequeño cuarto de la cocina que había convertido en estudio, cerró la
puerta detrás de ella y se apoyó contra la puerta. Respirando hondo, suspiró. Quién habría
pensado que Rusty se vería tan bien desnudo. Aquella barba parecía un arbusto y aquella
ropa holgada la habían engañado seguramente.

Hombros anchos y un amplio pecho con solo una salpicadura de dorado pelo rojo. Un
estómago plano, delgadas caderas y firmes muslos. Y entre aquellos muslos más pelo rojo
dorado; y una agradable, gruesa polla.

Amber tembló. ¿Cuán larga podía exactamente hacerse esa polla?

“¿Meow?” Medianoche la contempló desde la vieja silla de cuero al otro lado del cuarto.
Ella rodó al suelo y se acercó a través del cuarto. Después de chocar con la pierna de
Amber, se entrecruzó entre ellas, frotando su mejilla contra las espinillas de Amber.

Recogiendo a Medianoche y abrazando a la gata contra su pecho, Amber se paseó a


través del cuarto. Colocando a la gata en la mesa que ella usaba como escritorio, se sentó
delante de su computadora. Un héroe vampiro con el pelo rojo dorado era ahora una

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Traducido por Ishura

posibilidad factible. ¿Además, que otro autor había escrito alguna vez sobre un vampiro
de pelo castaño rojizo? Ser diferente era algo bueno.

Medianoche estaba sentada al lado de la urna de Tía Ernestine y maulló.

Amber retiró el pelo de sus hombros hacia atrás. “No uses ese tono de voz conmigo,
Medianoche. Todo el mundo escribe sobre vampiros de cabello oscuro o con uno rubio
aquí o allá. Ahora que está limpio, Rusty se convertirá en un buen modelo. ¿Por qué no
usarlo?”

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Traducido por Ishura

Capítulo trece

Absorbida en su escritura, Amber no oyó abrirse la puerta.

“¿Qué estas haciendo?”

La mesa entera traqueteó cuando ella brincó de la silla. “¡No te enseñó tu madre alguna
vez a tocar!”

Rusty se encogió de hombro. “No.”

Murmurando algo sobre palurdos y falta de maneras, Amber lo fulminó con la mirada.
“¿Quieres algo?”

Él se encogió de hombros. “Sólo estoy siendo amigable ya que estamos viviendo juntos.”
Sonrió abiertamente. “O algo así.”

Amber simplemente lo miró con fijeza y tragó. Este era un campesino sureño que aseado
era más que aceptable.

Su pelo estaba retirado en una cola de caballo. Y sin su barba, la sonrisa de Rusty era
devastadora.

Su atenta mirada dejó su boca y vagó hacia abajo por su cuerpo. “¿Dónde conseguiste
esas ropas?”

Su sonrisa permaneció. “Son mías. Las conservé guardadas en el cuarto que hay libre. No
llevo puesto la misma ropa todo el tiempo, ¿sabes?”

Ella parpadeó. Los ajustados vaqueros se adherían a sus piernas y caderas. El polo de
color pino que llevaba puesto incrementaba el verde de sus ojos. Además se estiraba muy
agradablemente sobre sus hombros y su pecho. Y llevaba puestas botas de vaquero.
¡Botas de vaquero! ¿Un vampiro que llevaba puestas botas de vaquero?

Apoyándose atrás contra la puerta, él cruzó los brazos sobre el pecho.

Ella tragó otra vez y se despejó la garganta. “¿Ah, puedo hacerte algunas preguntas?”

Su sonrisa no vaciló. “Dispara.”

Agarró un bloc y el lápiz. “¿Cómo vas mordiendo a la gente? Ah, quiero decir... ¿Los
hipnotizas, los dominas o qué?”

Cuando ella no consiguió una respuesta, alzó la vista.

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Traducido por Ishura

¿Estaba Rusty ruborizado? Los vampiros no podía sonrojarse, ¿verdad? Su atenta mirada
se deslizó por su cuerpo otra vez. ¿Estaban esos vaqueros más ajustados?

Su sonrisa se había desvanecido y miraba hacia el suelo. “A decir verdad, no he mordido


a ningún humano.”

Amber dirigió su mirada de su entrepierna a su cara. “¿Nunca has mordido a nadie? ¿Que
clase de vampiro eres tú, en todo caso?”

Él alzó la vista y se rió entre dientes. “Uno no muy bueno, según tú.”

Amber se tragó las palabras que estaban a punto de hacer erupción de su boca. Le ofendió
que no pudiera abastecerse de ella en cualquier parte. Tragó entonces, y con una voz
tenue, preguntó, “¿Cuánto tiempo hace que eres vampiro?”

“Aproximadamente un mes y medio.”

“¿Un mes y medio? ¿Eso es todo?”

Él asintió con la cabeza y sonrió con vergüenza.

“¿No le explicó su progenitor nada?” Amber fracasó en mantener la sorpresa de su voz.

Él frunció el ceño. “No pienso que mi papá realmente sepa algo cobre como ser un
vampiro.”

Ella sacudió la cabeza. “No su padre, su creador. El vampiro que lo transformó.”

La repugnancia y la cólera aparecieron en su cara. “¿Aquel hijo de puta? Si pudiera poner


mis manos en él, le arrancaría las tripas.”

Amber dio un paso atrás. De repente, Rusty no parecía tan...dócil. Un fuego verde
llameaba en sus ojos. Su voz era baja y tensa. Y él bloqueaba la única salida del cuarto.

Ella retrocedió otro paso y su trasero chocó contra la mesa. “¿Qué ocurrió?”

Rusty comenzó a pasearse. “Yo estaba fuera dando un paseo a última hora; siempre me
gustó andar por la noche, cuando alguien saltó sobre mí. Recibí unos cuantos lametones
amigables pero entonces lo sentí que mordía mi cuello. Dolía como el infierno pero creí
que si el iba a pelear sucio, yo lo haría también. Entonces le mordí el brazo hasta que
derramé sangre. Ahí es cuando todo se puso borroso. Podía oír esa voz en mi cabeza que
me decía que lo dejara, pero no lo hice. Mientras él se mantenía sobre mi cuello, yo
mantenía mis dientes enterrados en su brazo.”

“¿Tragaste su sangre?”

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Traducido por Ishura

Asintió con la cabeza. “La maldita cosa salía a borbotones hacia dentro de mi boca. Era
tragarla o dejarlo ir. Y tan seguro como el infierno que no iba a dejarlo antes de que él lo
hiciera.”

Parpadeando, Amber asintió. Pobre tipo.

“Cuando él finalmente liberó mi cuello, dejé su brazo. Realmente me estaba sintiendo


mareado para entonces, pero logré plantar mi puño en su ingle. El hijoputa gritó y se
dobló,” Rusty siguió con voz satisfecha, “pero estaba tan débil, que me desmayé. Me
desperté bajo un abeto la noche siguiente muy enfermo con un deseo de sangre. Encontré
un conejo y drené la sangre de su cuerpo. Me sentí mejor después de eso y me fui a casa.”

“¿Ya está?”

Él dejó de pasearse y se encogió de hombros. “Mas o menos. Una vez que descubrí que
salir al sol era doloroso y que el alimento habitual no me satisfacía, supe que algo estaba
mal. Mi abuela me pilló sorbiéndole la sangre a una vaca y a grandes rasgos me explicó
las cosas.”

Amber se hundió en su silla. “¿De verdad?”

Su sonrisa fue divertida. “Sí, bastante bien. Después de explicarle lo que había pasado,
me dijo que me había convertido en un hijo de Satán que sería condenado para toda la
eternidad. Prometió comenzar un ciclo de oraciones y terminó con ‘Sal de mi casa,
chupa-sangre,’ Ahí es cuando me imaginé lo que había ocurrido. Era un vampiro. ¿Quién
se imaginaba que eso podía pasar?”

Apretando los dedos alrededor de la espalda de su silla, Amber miró a Rusty mientras él
daba vueltas por la habitación, examinando pequeños artículos que ella había puesto aquí
y allá. No me extraña que no supiese lo que estaba haciendo. El vampiro que lo mordió
nunca había pensado en transformarlo. Rusty se había engendrado más o menos a sí
mismo.

Ella echó un vistazo a su cara.

Él no parecía estar ya enojado.

“Ummm. ¿No quieres ser un verdadero vampiro?”

Él alzó la vista, sonrió y se encogió de hombros. “Supongo. ¿Qué debería hacer?”

Amber sonrió. Oh, sí. Las cosas empezaban definitivamente a tener buena pinta.
“Supongo que lo primero que deberías aprender a hacer es morder a la gente.”

Sus ojos verdes comenzaron a brillar. “¿Piensas que podrías ayudarme cómo aprender?”

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Traducido por Ishura

Amber agarró su silla más fuerte para impedir temblar con excitación. ¡Sí! ¡Perfecto! Lo
moldearía en el vampiro perfecto. Su libro saldría disparado directo a la cabeza de la lista
de best seller¤ del New York Times.

“Por supuesto que te ayudaré. ¿Para qué están los amigos?”

Rusty sonrió y asintió. Antes de que el hubiera terminado con Amber, ellos serían mucho
más que amigos.

“Ve a cambiarte de ropa.”

Eso la tomó por sorpresa. “¿Por qué?”

“Necesito sangre. Me imagino que ahora es tan buen momento como otro para ir a cazar
algo de gente. Pensaba que te apetecería cambiarte ya que esa camiseta está sucia pero no
tienes que hacerlo. Pensándolo bien, podría morderte a ti.”

“¡A mí! ¡No! Es decir, tengo que asegurarme de que lo haces bien así que tengo que ser
capaz de mirar, ¿cierto?”

Él sonrío más ampliamente. “Así que ve a cambiarte de ropa.”

Amber miró abajo. Rayas marrones atravesaban horizontalmente su camiseta. Aquellas


cajas que había movido habían estado muy sucias. “Cierto. Espera. Sólo será un minuto.”

Rusty sonrió cuando ella corrió de la habitación, después se detuvo cerca de su


ordenador.

Medianoche se levantó desde donde estaba acostada al lado de ella y le siseó.

“Gato estúpido. Sólo quiero ver lo que estaba escrito.” Él alcanzó el teclado.

La pata de Medianoche salió disparada, las garras extendidas.

Rusty sacudió su mano con rapidez y golpeó una jarra de plata de encima de la mesa.

Ésta traqueteó hacia el suelo. Bamboleándose una vez, dos, y golpeó contra la pared. La
tapa saltó de repente cuando empezó a rodar en otra dirección. Un polvo gris salpicó el
suelo cuando la jarra volcó hacia atrás sobre la mesa.

“Ahora mira lo que me hiciste hacer, gato estúpido.”

Medianoche siseó y saltó de la mesa. Por supuesto, calculó mal el salto y aterrizó bajo los
pies de Rusty. Él dio un traspié. Tratando de mantener el equilibrio, pisó el cuello de la
jarra, aplastándola.
¤
N. de la T: Éxito editorial.

58
Traducido por Ishura

Maullando, Medianoche correteó del cuarto.

Maldiciendo al gato, Rusty se dirigió hacia el lavadero y buscó el cepillo y el recogedor


que sabía que encontraría allí. Entonces agarró la jarra, planeando vaciarlo todo de
regreso.

Como había aplastado el cuello, la abertura estaba completamente cerrada.

“Señor. ¿Ahora qué?” Le echó un vistazo al polvo gris del recogedor. Seguro que se
parecía mucho a la materia de la cubeta de arena del maldito gato.

Una puerta se cerró arriba. Ahora o nunca.

Mucho más rápidamente que cualquier humano, Rusty patinó dentro del lavadero, vació
el recogedor dentro de la cubeta de arena y regresó a la otra habitación. Allí recogió la
jarra del suelo y la colocó de vuelta donde había estado. Con un poco de suerte, Amber
nunca lo notaría.

“Estoy lista sí tú lo estas,” dijo Amber desde la entrada.

Rusty se volvió dejando de observar hacia fuera desde la ventana y sonrió. “Vamos
entonces.” Tomando su brazo, la condujo por la sala de estar hacia la puerta.

59
Traducido por Ishura

Capítulo catorce

Amber se deslizó hasta un aparcamiento vacío. Los focos de neón de varios colores
brillaban desde las ventanas polvorientas del rústico edificio de troncos. Qué pintoresco.
“Qué gran idea, Rusty. Un bar. El lugar prefecto para cazar tu primer humano. La mayor
parte de ellos estarán borrachos y no se darán cuenta de lo que haces.”

Él se encogió de hombros cuando se deslizó fuera. “Sí tú lo dices. Personalmente,


tomaría una cerveza primero. ¿Qué opinas?”

“De acuerdo.” Contestó cuando abrió su puerta y salió fuera. “A lo mejor necesitas
relajarte un poco de todos modos.”

“Sí,” Rusty contestó con una sonrisa. Echó una mirada hacia su entrepierna. ¿Oyes eso
compañero? Relajarse.

Amber metió su mano bajo el brazo de Rusty y lo arrastró hacia la puerta. “Vamos.”

Estaban a unos cinco metros de la puerta cuando ésta se abrió y un hombre trastabilló
fuera. La puerta se cerró de golpe y el hombre se tambaleó hacia ellos, cantando una
canción de algo que había hecho mal un hombre, totalmente fuera de tono al soltar el
último aliento de sus pulmones.

Amber sacudió con fuerza a Rusty para que se parara. “Allí. Él. Está tan borracho, que no
recordará nada.”

Una mirada pasmada y de repugnancia apareció en la cara de Rusty. “¿Quieres que le


muerda? ¿A ese tipo? ¿Estas jodidamente loca?”

Frunciendo el ceño, Amber movió su cabeza de un lado a otro y miró fijamente a Rusty.

Él dio un paso atrás, sacudiendo la cabeza. “De ninguna manera voy a ir a chuparle el
cuello a ese tipo. ¿Qué clase de hombre piensas que soy?”

Amber permitió que su boca se abriera durante un momento. Luego la chasqueó


cerrándola. “Tienes que estar bromeando.”

Él siguió sacudiendo la cabeza. “¡No! No es broma. Me gustan las mujeres, no los


hombres. No voy a mordisquear el cuello de ningún tipo y eso es todo.”

“Los vampiros no se preocupan de a quienes muerden.”

“Encontraré algo por aquí,” contestó Rusty mientras conducía a Amber hacia dos
taburetes vacíos al final de la barra. “Sólo déjamelo a mí.”

60
Traducido por Ishura

Dave le dio una palmada en la espalda cuando lo pasaron y rió disimuladamente.


“¿Dejártelo a ti, eh? Puedo ver por qué.” Después de otra risita más fuerte, Dave se
volvió a sentar y rió con los otros hombres que estaban sentados en su mesa.

Amber se deslizó en un taburete vacío y miró alrededor. Este bar era ciertamente...rústico.

Cuando Rusty se instaló a su lado, el panzudo tabernero se acercó a ellos. “¿Oye, Rusty,
lo de costumbre?”

Rusty asintió con la cabeza.

“¿Cerveza para ti también, cariño?”

Amber giró su cabeza y fulminó con la mirada al camarero. “¿Cariño?”

El camarero estaba sonriéndole inofensivamente. Sólo le faltaban tres dientes.

“Un margarita,” restalló ella.

Su sonrisa desapareció. “¿Un qué?”

“Un, margarita. Ya sabe, tequila...”

El comenzó a sacudir la cabeza antes de que ella terminara. “No tenemos nada de eso.
Ponemos cerveza, whisky y bourbon. ¿Qué quiere?”

Amber parpadeó. ¿Cuán lejos exactamente estaba ella en el distrito rural? “Vale, tomaré
una cerveza light.”

El camarero sacudió la cabeza otra vez.

“Bueno. Déme lo mismo que Rusty está tomando.”

El camarero sonrió. “Una cosa segura. Dos cervezas de barril.”

Apretando los dientes, Amber miró alrededor. Un anciano y su mujer sentados en una
mesa cercana se le quedaron mirando. Cuando el anciano sonrió abiertamente, la mujer
chilló como una banshee y le golpeó la cabeza con su monedero.

Amber rápidamente se dio la vuelta. Buen Dios. Estaba en la tierra de nunca jamás  de
los campesinos blancos sureños.

“Aquí tienes, Rusty. Son dos dólares.”


N. de la T.: Hada que anuncia la muerte en una familia (del folklore de Irlanda).

N. de la T.: la frase original es Never never land; hace referencia a el país de nunca jamás de Peter Pan.

61
Traducido por Ishura

Las luces parpadeaban en la sombría esquina y la canción de Johnny Cash sonaba con
gran estruendo desde el tocadiscos.

Amber contempló la cerveza delante de ella. “¿Eso es un tarro de conserva?”

Rusty levantó el suyo y tomó un largo trago. “Sí,” contestó finalmente. “Josh se cansó de
que siempre se le rompieran todos los vasos. Estos tarros son más difíciles de romper. Por
supuesto, hacen más daño si recibes un golpe en la cabeza con uno.”

“Recibir un golpe en la cabeza...”

Antes de que ella pudiera terminar, un ensordecedor ruido reverberó a través del cuarto.

Agarrando el borde de la barra, Amber giró su cabeza alrededor. “Eso sonó a un disparo.”

Rusty siguió bebiendo a sorbos su cerveza. “Lo era. Josh tiene una escopeta que ha
estado tratando de vender desde hace tres años. Le fascina pegar tiros afuera por la puerta
de atrás.”

Amber boqueó después de agarrar su cerveza y tomarse de un trago la mitad de ella. ¿El
país de nunca jamás? Infiernos, estaba en el país de los locos campesinos sureños.

Una voz femenina chilló a través del cuarto. “¡Rusty! ¡Rusty Nipple! ¿Dónde has estado,
cariño?”

Una exuberante rubia de bote, con el pelo encrespado y engominado hacia dentro que se
alzaba imponente, asió la parte trasera del taburete de Rusty y lo hizo girar sobre sí.
Después arrojó los brazos alrededor de su cuello y atrajo su boca a la suya.

Amber se animó. Sí esta mujer estaba tan impaciente por besar a Rusty, sería perfecta
para convertirse en su primera víctima.

Cuando el beso se prolongó y Rusty deslizó sus manos hacia abajo por su costado y las
descansó en sus rechonchas caderas, el rubor comenzó a avanzar lentamente por el cuello
y la cara de Amber. ¿Quién pensaba esa pelandusca que era, de todas formas? Rusty era
su vampiro.

Finalmente, Rusty levantó su cabeza y retiró las manos de la mujer de alrededor de su


cuello. Movió su mandíbula de un lado a otro. “Demonios, Jolene, has aspirado mi lengua
directamente de mi boca. ¿Qué tal te va? ”

Meneando su culo rechoncho, ella dio un paso más cerca entre sus piernas extendidas.
“Yo podría chupar otro par de cosas, también, Rusty,” dijo en voz baja. Su mano se
deslizó estómago abajo hacia su muslo.

“Hummm”

62
Traducido por Ishura

Sonriendo, Rusty lanzó una mirada a Amber. “Jolene, cariño. Esta es Amber. Su abuelita
y la mía son viejas amigas.”

Jolene le echó un vistazo a Amber, sonriendo burlonamente y volvió toda su atención a


Rusty. “Y sí salimos de aquí y vamos a algún sitio tranquilo y agradable.”

La sonrisa de Rusty se amplió.

El carácter de Amber se encendió. Pelandusca rubia de bote.

Rusty le golpeó con suavidad debajo de la barbilla. “Buena idea, cariño. Sólo permíteme
terminar mi cerveza.”

Su mano resbaló entre sus muslos y lo manoseó. “Vale, Rusty. Tengo que empolvarme la
nariz primero de todas formas. Ya vuelvo.”

Él apretó el cachete de su culo. “Reúnete conmigo fuera, ¿vale, cariño?”

Ella apretó su ingle. “Trato hecho, cariño.” Volviéndose ella zig-zagueó entre los clientes
habituales, las sillas y las mesas.

Casi teniendo arcadas de todos los ‘cariños’ que habían estado volando alrededor, Amber
agarró el brazo de Rusty. “¿Qué piensas que estas haciendo?”

Con los ojos abiertos en una expresión de total inocencia en su cara, la miró fijamente. Su
voz era baja. “Estoy haciendo justo lo que quieres que haga, encontrar mi primera
víctima.”

Diablos. Eso era lo que el se suponía que estaba haciendo. Amber quiso borrar su
aturdida sonrisa directamente de su cara.

Él agarró su mano y la deslizó de su asiento. “Vamos. Tú miras y así te aseguras de que


lo estoy haciendo bien.”

Capítulo quince

63
Traducido por Ishura

Mirarlo. ¿Estaba chiflado? “¿Estás loco? Ella llegará a sospechar si me ve.”

Él resopló. Una audiencia nunca detuvo a Jolene antes. Se paró detrás de una aporreada
camioneta de reparto. “Dijiste que ibas a mirar y a asegurarte que hacía esto bien. Puedes
quedarte aquí, detrás de esta camioneta. Yo estaré exactamente allá. Sí hago algo
incorrecto, me lo puedes señalar.”

“¡Sí haces algo incorrecto! Pero...”

La empujó detrás de la camioneta. “Shhh. Aquí viene. Ahora quédate aquí y guarda
silencio.”

Rusty empujó a Amber contra la parte trasera de la camioneta de reparto y deambuló


hacia donde Jolene pudiera verlo. Diablos. Esperaba tener razón y que Amber estuviera
mas interesada en él de lo que dejaba ver. Antes, la combinación de pescado y cigarrillos
en el aliento de Jolene casi le había dado arcadas. Sólo la irritación que se había
transformado rápidamente en cólera que irradiaba de Amber lo había mantenido
encerrado en ese beso.

“Aquí estas, cariño. Pensaba que te habías marchado con esa perra de culo flaco.”

Rusty sonrió. Estaba seguro de que Jolene pensaba que se estaba riendo de ella pero
realmente se reía de la reacción de Amber al ser llamada perra de culo flaco. Jolene
podía aprender unas nuevas palabrotas si la hubiera oído tan bien como él.

“Estoy aquí mismo, como te dije que estaría.”

Jolene agarró su mano. “Mi coche está aquí. Podemos volver a mi casa. Papi se ha
marchado con sus amigotes de pesca.”

Él la atrajo de vuelta a sus brazos. “Vamos a quedarnos aquí, cariño.”

Alzó la vista hacia él. “¿Aquí?”

Rusty la hizo subir sobre la parte frontal de un coche y acunó sus caderas entre sus
piernas. “Vamos, cariño. Recuerdo cuando nos aprovechábamos de la excitación de que
pudieran cogernos.” Apretó su pecho. “¿Qué me dices?”

Acariciando sus antebrazos, Jolene rió por lo bajo. “¡Vaya, Rusty, cariño! No pensaba que
sufrías de eso nuevamente. No has sido el mismo desde que has vuelto de esa universidad
elegante.” Entonces agarró el dobladillo de su camisa y se la pasó por encima de su
cabeza. Su sujetador desapareció igual de rápido. Ella ahuecó sus pechos, girando sus
pulgares alrededor de sus pezones. “Apuesto a que no has visto pezones tan bonitos
como estos en esa elegante universidad, ¿verdad?”

64
Traducido por Ishura

Amber se apoyó hacia atrás contra la camioneta. ¿Universidad? ¿Rusty fue a la


universidad? Los campesinos blancos sureños no van a la universidad.

Almacenando en su cerebro ese trozo de información, Amber sacudió su cabeza y entornó


los ojos de vuelta alrededor del costado de la camioneta sólo para ser saludada por la
visión de los pechos desnudos de jolene del tamaño de melones. ¡Esa hembra de Jolene
estaba de pie medio desnuda en los brazos de su vampiro! Se puso rígida. La guarra no
tenía que estar en cueros para que Rusty le mordiera.

El sonido de un cierre abriéndose atravesó el aire y Amber jadeó cuando Rusty meneó sus
caderas y medio se giró hacia ella. Vio su polla brincar libre de sus vaqueros. ¡Su polla!
¿Qué demonios estaba pasando allí? Se suponía que Rusty la iba a morder, no a joder con
ella. Era suficiente.

Ella explotó desde atrás de la camioneta. “¡Oye! ¿Que demonios piensas que estas
haciendo?”

Rusty permitió que su frente cayera hacia delante sobre la de Jolene. Gracias a Dios. Sólo
el pensamiento de morder a Jolene, mucho menos el hacerle el amor tenía a su estómago
revuelto. Sólo la imagen de Amber que mantuvo con firmeza en su mente le había
impedido tener náuseas. Deseaba sangre. Su cuerpo la ansiaba. Pero no de Jolene. Él
quería a Amber; tanto la sangre como su cuerpo.

No había razón para dejarle saber eso; por lo menos, no todavía.

Bajo él, Jolene gemía y se retorcía, tratando frenéticamente de desabotonar sus apretados
vaqueros. Cuando Amber le alcanzó dio un paso alejándose de ella.

Sin su apoyo, Jolene se deslizó del capó del coche y aterrizó sobre su culo a sus pies.

Amber agarró su brazo y lo hizo girar para enfrentarla.

Observando el pulso furioso en su garganta, Rusty permitió que sus colmillos


descendieran. Demonios, pero la necesitaba.

La cólera incentivaba la pasión y el calor irradiaba de su cuerpo. “¿Qué estabas


haciendo?”

Él no hizo ningún intento de esconder su polla cuando ésta se sacudió. Expuso sus
colmillos en una amplia sonrisa dentuda. “Hago sólo lo que me dijiste.”

“Todo lo que tenías que hacer era morderla. No dije nada sobre sexo.”

Avanzó un paso y surgió amenazadoramente sobre ella.

65
Traducido por Ishura

El pulso de su garganta brincó irregularmente.

“El primer día que me encontraste me preguntaste si morder a la gente me ponía


cachondo. Presumo que lo hace.”

Ella sacudió con fuerza su barbilla y dijo de pronto. “¿Cómo puedes saberlo? Nunca has
mordido a nadie todavía.”

Rusty se acercó más.

Sus pezones endurecidos rozaban contra su pecho.

Su voz era suave. “No por falta de intentarlo. Justamente me has detenido. ¿Por qué? ”

Su polla acarició su vientre.

Ella capturó su aliento y no lo soltó.

“Oye, Rusty, cariño. ¿Qué pasa? ¿Vamos a continuar o qué?”

Girando, fulminó con la mirada a Jolene.

Ella se inclinaba contra el capó del coche detrás de ella, ahuecando y acariciando sus
pechos. Sus vaqueros estaban desabotonados y bajada la cremallera, mostrando una
salpicadura de algodón blanco por la uve de los bordes doblados.

Rusty dio otro paso más cerca, permitiéndole obtener una buena vista de su cara.

Cuando su atenta mirada fue hasta sus colmillos, la sangre le abandonó la cara.

“¿Estas segura de que quieres peder el tiempo, Jolene?”

Un pequeño chillido escapó de su garganta cuando ella pasó velozmente hacia fuera. Un
minuto más tarde un coche volvió a la vida. La grava voló cuando el coche chirrió fuera
del estacionamiento.

Rusty giró para afrontar a Amber otra vez. “Ahuyentaste a mi víctima.”

Ella levantó la barbilla. “No lo hice. Lo hiciste tú.”

Agarrando sus antebrazos, la atrajo hacia él.

No se resistió.

“Soy un vampiro. Necesito sangre.”

66
Traducido por Ishura

Ella tembló ante lo que daba a entender. “Hay un bar entero lleno de gente ahí.”

Él frotó su mejilla contra la suya, deslizando su lengua a lo largo de su oreja, con cuidado
un colmillo arañó a lo largo de su cuello. “No quiero a ninguno de ellos.”

Ella gimió.

“Te deseo.” Empujándola contra su pecho, llegó abajo, ahuecó su culo y la atrajo contra
su dolorida polla. “Bésame.” Él cubrió su boca con la suya, forzando sus labios a abrirse,
deslizando su lengua dentro de su boca.

Ella resbaló sus manos por su pecho y envolvió sus brazos alrededor de su cuello. Gimió
y giró su lengua alrededor de la suya, estremeciéndose ligeramente siempre que ella
rozaba sus colmillos.

Una gota de sangre se resbaló desde su lengua a la suya. Una necesidad más poderosa
que la que él había experimentado alguna vez explotó en su cuerpo. Él le empujo la
espalda contra el coche. “Te necesito. Necesito tomarte aquí. Ahora.”

El fuego y el deseo corrieron a través del cuerpo de Amber. Ella estaba atrapada entre los
brazos de Rusty, apuntalada contra un coche por su duro cuerpo y no había ningún otro
lugar en el mundo que quisiera estar.

“Sí, ahora, por favor. Duele.”

Los botones reventaron cuando rasgó la camisa de ella. Lo siguió su sujetador. Cuando su
cabeza bajó a sus pechos, ella sepultó las manos en su pelo, liberándolo de la cola de
caballo. Los hilos sedosos cayeron hacia delante contra sus pechos, jugueteando y
acariciando cualquier pezón que Rusty no tenía en su boca. Ella se arqueó contra él. “Oh,
Dios, sí.”

Su mano se deslizó hacia abajo hacia el frente de su vaqueros y tiró con fuerza de ellos.
El material separado parecía papel mojado. Su voz era tensa cuando ordenó. “Fuera,
sácalos fuera.”

Cuando ella enganchó sus pulgares bajo su cinturón, él se sacudió de ellos otra vez. Más
material se rasgó y sus vaqueros se deslizaron hacia abajo por sus piernas.

“Joder, pero eres la mujer más hermosa que he visto alguna vez.”

Él desgarró sus bragas negras y sepultó la cara entre sus piernas.

Capítulo dieciséis

67
Traducido por Ishura

Un sordo ruido metálico resonó alrededor del aparcamiento cuando Amber aporreó su
puño contra el capó del coche. Se contoneó cuando su culo entró en contacto con el metal
frió. En contraste, el aliento de Rusty entre sus piernas estaba caliente, y se arqueó contra
su boca. Su lengua era mágica, apuñalándola y bebiendo a lengüetadas de su clítoris. Y
sus comillos...ella gimió otra vez. Afilados, él los esgrimió con un toque delicado que
atormentaba y estremecía pero nunca dolió.

Ella quería volar en pedazos. “Oh, Dios mío, voy a correrme.”

Cuando Amber apretó sus muslos y se arqueó más aún contra su boca, Rusty se retiró.
“No. Todavía no. No sin mí.”

Fijando su cuerpo debajo del suyo, capturó sus muñecas en una mano y colocó sus brazos
por encima de su cabeza. Levantando su cuerpo, mantuvo sus muslos anclados con los
suyos y miró hacia abajo. Estirada y tensa debajo de él, Amber estaba completamente a
su merced. La lujuria emergía a través de su cuerpo. Ella era suya y tan pronto como su
polla y sus colmillos la marcaran haría su reclamo.

“Rusty, por favor.” Ella trató de arquear sus pechos hacia su boca.

Él tensó su agarre y deslizó un muslo entre sus piernas. Inclinándose, arrastró la lengua a
lo largo de su cuello y lo siguió con un colmillo que arañaba con suavidad. “Eres mía,”
susurró en su oído. “Voy a joderte con tanta fuerza que nada más que yo existirá para ti.
Y luego tomaré tu sangre.” Capturó su barbilla con su mano libre y miró fijamente hacia
su cara. “¿Me entiendes, Amber? Voy a morderte, hundir mis colmillos en ti. Sí no
quieres que haga esto, dímelo ahora. Una vez que comience, una vez que deslice mi polla
en ti, no seré capaz de detenerme.”

Jadeando, Amber se concentró en la verde mirada atenta y penetrante que la hizo desviar
su mirada. Parar. ¿Él quería parar? ¿Ahora? ¿Es que estaba loco? “Sí paras ahora, juro
que encontraré un par de alicates y te arrancaré violentamente tus colmillos la próxima
vez que caigas dormido.”

Levantando su cabeza, mordisqueó su dura barbilla.

Cuando los dientes afilados de Amber rasparon su barbilla, la lujuria de Rusty que había
mantenido a raya hizo explosión dentro de él. Colocando sus caderas entre las suyas, la
penetró con su polla tan profundamente como pudo. “Joder, estas apretada.” Doblando
sus caderas, se retiró y golpeó hacia su interior otra vez.

Ella levantó sus largas piernas y se las envolvió alrededor de su cintura.

“Oh, pequeña, estás tan caliente. Tan mojada,” gimió cuando se hundió más
profundamente. Húmedos, resbaladizos músculos envolvían su polla.

68
Traducido por Ishura

Él raspó con un colmillo a lo largo de su cuello otra vez. Una línea delgada de sangre
apareció y la lamió.

La fiebre rugió por su cuerpo. Suya, ella era suya. Hundió su cabeza y succionó primero
un pezón y luego otro; arrastrando su lengua de un lado a otro, envolviéndolos y besando
el valle entre sus senos.

El calor y el deseo ardieron directamente hacia su ingle y su polla se endureció aún más.
Él dobló más sus caderas y se enterró más profundo.

Él araño su cuello. Sangre. Necesitaba sangre. Su sangre. Su cuerpo ardía por su sangre.

Sus pelotas se contrajeron.

Rusty arrastró su lengua a través de su pecho izquierdo, acariciando con la nariz su


clavícula, después lamió el cuello de Amber una vez más.

Finalmente cuando el dolor en sus pelotas se hizo insoportable e hizo explotar su polla,
sepultó sus colmillos donde su cuello y sus hombros se encontraban. Cuando su sangre
caliente llenó su boca, se estremeció y tembló con el orgasmo más poderoso que había
experimentado alguna vez.

“Más profundo, Rusty, más profundo,” Amber gimió cuando él contoneó y bombeó sus
caderas, conduciendo su polla dura como una roca contra su carne húmeda. Cuando ella
levantó sus caderas para encontrarle, sus músculos internos se apretaron y agarraron.
“Oh, Dios, estas duro. Te siento tan bien.”

Él masculló algo contra su cuello. Cuando su colmillo raspó su piel sensible, se


estremeció. Más calor se reunió en su ingle; sus pezones erectos de un dolor placentero.

Ella trató de liberar sus muñecas pero el afianzó el apretón.

Amber tembló y chupó su lengua dentro de su boca cuando sus labios encontraron los
suyos de nuevo. Estaba dominándola, controlándola, y ella lo adoraba.

Su boca se retiró de la suya y ella jadeó cuando sorbió primero un pezón en su boca,
después el otro. Arqueó su espalda. ¿Cuando había tenido su pecho esta sensibilidad?

La presión estaba forjándose en su ingle.

Él contoneó sus caderas otra vez y la tensión de su clítoris aumentó.

Su cuerpo entero se estremeció. “Por favor, Rusty, más duro. Necesito...”

Hundió sus colmillos en ella y todo su cuerpo explotó.

69
Traducido por Ishura

Las estrellas centellearon y giraron en espiral. Luego, la oscuridad la reclamó.

******

“Amber, Amber, amor, háblame. Lo siento. Nunca lo volveré a hacer otra vez.”

Ella abrió los ojos perezosamente y sonrió a su preocupada cara. “Sí no haces esto otra
vez, tiraré tus colmillos.” Entonces suspiró y se estiró. Su cuerpo dolía en todos los sitios
correctos. Y aquel molesto hormigueo en su cuello se había ido finalmente.

La risa ahogada de Rusty atrajo devuelta su atención hacia él. “Bueno, cari...”

“Si me llamas cariño...”

Él sonrió abiertamente. “Amor. Prometo hacer esta parte más a menudo.” Una pequeña
arruga apareció entre sus cejas. “¿Te hice daño?” Un dedo suave siguió el rastro a lo
largo de su cuello y hacia abajo por su hombro.

Ella lo atrapó y lo degustó suavemente. Una costra ya se estaba formando.

Rusty levantó su mano y besó su palma. “Piensas que debe haber algo en mi saliva que lo
cura. La costra se habrá ido por la mañana y no quedará cicatriz.

Amber alzó la vista hacia la cara de Rusty y un sentimiento de felicidad como nunca
había sentido floreció dentro de ella. Sonrió. “Creo que podría enamorarme de ti.”

La sorpresa en su cara era fácil de leer. “¿Estas segura?”

Ella se empujó hasta sentarse. “Eso es algo sobre lo que estoy segura. Ahora ¿no tienes tú
algo que decirme?”

Él sonrió abiertamente. “¿Bonita noche?”

Cuando su puño aterrizó en su estómago, el dolor subió por su brazo. “Ouch, maldita
sea.”

Riéndose, la atrajo del coche a sus brazos. Después de un beso definitivamente largo,
ahuecó su cara entre sus manos. “Te amo sin lugar a dudas, Amber Blake.” La besó otra
vez. “Ese gato, sin embargo...”

Amber envolvió sus brazos alrededor de su pecho y lo abrazó. “Lamentablemente, somos


un equipo. No puedes tener el uno sin el otro.”

Él besó su frente. “Me da miedo eso.”

70
Traducido por Ishura

Una brisa helada serpenteó entre los coches aparcados y acarició el culo desnudo de
Amber.

Se estremeció.

Rusty rió entre dientes. “No vas exactamente vestida para vagar alrededor de un
aparcamiento.”

La mano de Amber se deslizó hacia abajo por su estómago.

Su polla se elevó para encontrarla.

Amber sonrió abiertamente y acarició su cabeza. “¿De quién es la culpa de eso?”

Ella se hundió entre sus rodilla y besó la cabeza de su polla. “No le toma mucho tiempo a
un vampiro conseguir una segunda erección.”

Él sepultó los dedos en su pelo. “Amor, he estado excitado desde que vi ese bonito culo
tuyo en aquellos vaqueros mojados.”

Su respuesta fue chupar su polla dentro de su boca.

Cuando Amber hizo rodar su lengua en la base de su cabeza, Rusty gimió. “Eso es,
pequeña, chúpame profundamente.”
Ella obedeció, alternativamente chupaba, mordisqueaba y bebía a lengüetadas de su polla.

Él apretó los dedos en su cabeza y empujó sus caderas.

Ella abrió su garganta y lo tragó más profundamente. “Hmmmmmmmm.”

Rusty gimió y sus colmillos comenzaron a doler de nuevo.

Ella rozó con sus diente a lo largo de su polla cuando el la retiró de su boca.

“Joder.” Levantándola, le dio la vuelta y la apretó contra el capó del coche. Deslizó una
rodilla entre las suyas. “Abre la piernas, Amber. Voy a montarte hasta que grites.”

Con los codos doblados, sus brazos afirmados contra el coche, ella levantó su culo más
hacia la noche. “Sí, Rusty, sí.”

Resbalando sus manos entre sus piernas, la acarició y sondeó. “Mojada. Tan húmeda.”
Agarrando sus caderas, la sostuvo. Entró despacio en ella, observando a su polla cuando
esta desapareció dentro de su cuerpo.

“Ohhh, sí. Más profundo, Rusty. Estas tan duro. Más profundo.”

71
Traducido por Ishura

Él obedeció, corcoveando contra su culo, empujando en ella tan profundamente como


podía.

Cuando él se retiró, ella empujó su culo hacia atrás contra él.

“Joder. Me pones tan caliente, que estoy a punto de correrme. Duele, Amber. Me duele
todo por ti.”

“Sí, córrete, Rusty. Córrete dentro de mí. Caliente y duro.”

“Cristo, Amber. ¿Cómo he vivido hasta ahora sin ti?” Abrazando su cintura, aguijoneó su
clítoris.

Ella gimió y corcoveó más duro.

Él la pellizcó otra vez, después de frotar la almohadilla de sus dedos contra él.

Ella sollozó.

“¿Estas lista para correrte, amor? Te necesito para llegar.” Él se reclino sobre su espalda y
arañó su nuca.

El calor ardiente giró y se arremolinó desde el estómago de Amber a su ingle. Frotó sus
pezones doloridos contra el metal frío debajo de ellos y tembló.
Rusty pellizcó su clítoris otra vez y ella se estremeció.

Él frotó más duro y mordisqueó su cuello.

“Córrete para mí, amor. Córrete para mí.”

Cada músculo de su cuerpo estaba tenso y rígido durante lo que le pareció una eternidad.
Entonces, un empuje final de la polla de Rusty en su cuerpo y el agudo doloroso placer de
sus colmillos entrando en su hombro, desataron el ardor estancado en su cuerpo. Sí el no
le hubiera cubierto la boca con su mano, su grito habría atraído a cada cliente del bar par
ver lo que pasaba.

Se derrumbó encima de ella, ambos jadeando de satisfacción.

“Bueno, parece que mi última creación aprendió algunas cosas.”

Capítulo diecisiete

En el pestañeo de un ojo, Rusty se vio sobre sus pies con Amber empujada detrás de él.

72
Traducido por Ishura

“¿Qué demonios quieres?” Sin quitarle los ojos de encima al hombre, embutió su polla en
sus vaqueros, jaló la cremallera y la cerró con un chasquido.

Amber echó una ojeada bajo su brazo.

El hombre que los enfrentaba era todo lo que ella había leído alguna vez sobre como un
vampiro debería ser. Alto, ancho de espaldas e impecablemente vestido, parecía un ángel
oscuro. Su pelo negro estaba peinado hacia atrás despejando su frente y descendía detrás
de sus orejas hasta detenerse justamente en su cuello. Las cejas negras correctamente
moldeadas reducían drásticamente la palidez de su piel por encima de sus igualmente
ojos oscuros brillantes de hostilidad. Sus labios se separaron en una sonrisa cruel y sus
blancos dientes brillaron en la tenue luz de las letras de neón de la ventana del bar.

Cuando Amber miró, sus colmillos emergieron. Ella tembló.

Su voz estaba llena de superioridad y arrogancia. “Movimiento equivocado, palurdo. Ella


es mía ahora.”

Rusty no se movió. “Tócala y desgarraré tus pelotas completamente esta vez.”

Un silbido salió de entre los labios del otro hombre. “Claude, ven aquí.”

Un segundo vampiro, más pequeño se unió al primero. Vaciló cuando se acercó a la


izquierda de su maestro.

“No puedes luchar contra nosotros dos,” se mofó el primer vampiro.

Rusty flexionó sus brazos y sus manos. “No será la primera vez que fui superado en
número en un lucha. Gané la mayor parte de ellas también.” Inclinó la cabeza hacia el
vampiro más pequeño. “Ese Claude no parece muy seguro de sí mismo.” Ladeó la cabeza
y miró fijamente la cara del vampiro más alto. “¿Cómo demonios te llamas de todos
modos?”

Los crueles colmillos destellaron cuando él se rió. “Vincent. Vincent Stephen Moreu, tú
señor y maestro.”

Rusty bufó y cruzó los brazos sobre su pecho. “Y una mierda. Ningún hombre es mi
maestro.”

Curvando el labio, Vincent se mofó. “Ignorante, tonto del culo. ¿Piensas realmente que
puedes derrotarme? Tengo trescientos años y he matado a muchos más humanos y
vampiros de los que te puedas imaginar.”

Rusty se encogió de hombros con indiferencia. “¿Tantos?”

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Traducido por Ishura

Detrás de él, Amber tembló. Vincent era exactamente lo que había imaginado que un
vampiro sería, alto, oscuro, autoritario... peligroso.

Gracias a Dios, Rusty no se parecía en nada. Ella habría muerto el primer día en su casa.
Pero Rusty iba a necesitar un poco de ayuda. Él podía haber luchado contra Vincent antes
pero no podía luchar contra los dos a la vez. Con cuidado, se alejó un poco de Rusty. La
camioneta estacionada al lado de ellos tenía una escoba que sobresalía de la parte trasera.
Una estaca en el corazón detendría a cualquier vampiro, incluso a Vincent.

Vincent se rió entre dientes. “Sí, corre, pequeño pajarillo. Hace tan adorable la
persecución.”

¿Pequeño pajarillo? Chico, este Vincent era un verdadero estúpido.

Antes de que Amber alcanzara la camioneta, Vincent se movió.

También lo hizo Rusty.

Él abordó al hombre más viejo hacia el suelo antes de que pudiera alcanzarla.

Cuando Amber agarró el palo de la escoba, una pesada mano cayó sobre su hombro.
Sacudiendo la escoba de costado, casi aplaudió cuando escuchó un agudo crujido.

Girándose, afrontó a Claude con el palo de la escoba roto en su mano. El final filoso, roto
apuntándole.

Claude lo miró, luego a ella. Alzando las manos, retrocedió.

“Vampiro listo,” masculló ella. Sin darle la espalda, se abrió paso hacia atrás hasta Rusty.

Vincent podía ser unos cientos de años más viejo pero Rusty sabía mejor luchar sucio. No
importaba que el hombre más viejo se contorsionara, cambiara de dirección y atacara,
Rusty siempre lo estaba esperando.

La sangre goteaba de los cortes de ambos hombres.

“Pareces más de lo que pensé, paleto,” gruño Vincent cuando lamió la sangre de la
espalda con su mano.

“Ese es el problema de los hombres arrogantes y presumidos. Tiendes a subestimar a


todos los demás.” Rusty cambió a la derecha.

“No más allá de los tontos paletos que parecen creer que pueden saber como piensa un
hombre como yo.” Vincent fintó a la derecha para después saltar a la izquierda.
Directamente hacia Amber.

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Traducido por Ishura

Cuando él la alcanzó, ella empujó el palo de la escoba desde detrás de su espalda.

Vincent se empaló en él.

Ella torció el palo e intentó empujarlo hacia delante. “Rusty ha ido a la universidad y
tiene un MBA, estúpido.”

Gritando de rabia, Vincent agarró el pelo de Amber, torció su cabeza hacia atrás y sepultó
sus colmillos en su garganta.

“¡Amber!” En un santiamén, Rusty llegó a su lado. Asiendo el palo, lo empujó de tal


manera dentro del corazón de Vincent que la punta atravesó su pecho y salió por la
espalda. Retiró la mandíbula del hombre muerto y lo lanzó lejos de Amber.

Ella se cayó despacio sobre la tierra, la sangre surgiendo desde la herida mortal de su
garganta.

“Aquí, mantén la hemorragia con esto.”

Rusty tomó el fajo de tela que Claude le ofreció. Una pequeña parte de su cerebro
registró el hecho de que eso era la blusa que él le había quitado a Amber antes.
Rápidamente empezó a empaparse con su sangre.

Rusty se hundió en la tierra y la acunó en sus brazos. “Amber, dulce, mírame. Vamos,
amor. Abre los ojos.”

“Puedes salvarla.”

Ignorando a Claude, Rusty atrajo a Amber hacia su pecho. Las lágrimas se deslizaban
por sus mejillas.

Una voz débil llegó a sus oídos. “Los vampiros no pueden llorar.”

La luz se estaba desvaneciendo de los ojos de Amber cuando le sonrió. “Te...quiero.”

Claude agarró su hombro. “Maldito seas, hombre. Puedes salvarla. Dale tu sangre. Eso y
tu saliva curarían hasta una herida como la suya.”

Rusty volvió su cabeza. “Si me mientes, te descuartizaré en trocitos.”

Claude no hizo caso de la amenaza. “Ábrete una vena de la muñeca y haz que beba de
ella. Tendrás que reemplazar la que ella tome de ti, tu saliva ayudará a curarle la herida de
su garganta.”


N. de la T.: Master en dirección de empresas.

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Traducido por Ishura

Sin un minuto que perder, Rusty desgarró su muñeca con sus colmillos y la sostuvo hacia
los labios de Amber. “Aquí, amor. Toma. Bebe.”

Amber yacía rodeada de oscuridad y calor. Una luz brillante apareció. Sonrió y comenzó
a flotar hacia ella. Un zumbido en sus oídos la detuvo. Irritada, frunció el ceño.

La luz comenzó a atenuarse.

Un líquido caliente se filtraba entre sus labios. Tragó.

La luz desapareció.

Alguien acariciaba con su nariz su garganta. El dolor agudo allí se alivió para después
desaparer.

La oscuridad la envolvió.

Cansado y débil, Rusty se apoyó hacia atrás contra la rueda de un coche, acunando a
Amber entre sus brazos. “¿Estas seguro de que vivirá?”

Claude asintió con la cabeza. “Tanto como nosotros.” Giró su cabeza de izquierda a
derecha. “Llega alguien.”

Rusty gimió. “No puedo creer que nadie saliera antes del bar. No es precisamente
normal.”

“Era Vincent. Compelió a cualquiera que estaba dentro a permanecer allí hasta que los
llamara fuera. Demasiada gente deambulando alrededor pueden suponer un problema.”
Claude miró hacia el cuerpo de Vincent y se rió entre dientes. “Parece que eras un
problema mayor de lo que Vincent podía manejar. Muchos vampiros dormirán más
tranquilos ahora que está muerto. Confería a nuestra especie mala fama. ”

La grava crujió bajo sus botas.

Claude miró por encima de su hombro. “Adiós, Rusty. Gracias de nuevo.”

Claude se desvaneció dentro de la oscuridad cuando Brad Keister apareció. Se fijó


primero en Rusty, luego en Amber. Sin decir una palabra, pasó sobre el cuerpo y alumbró
con su linterna la cara. Los colmillos relucían.

Brad volvió a mirar a Rusty. “¿Este es uno de los que te mordieron?”

Rusty asintió con la cabeza. “Trató de matar tanto a Amber como a mí.”

“¿Se va a poner bien?”

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Traducido por Ishura

Rusty asintió. “Sí.”

“Vale, entonces. No te preocupes por esto. Me ocuparé de todo.” Pateó el cuerpo con el
pie. “¿Seguro que está muerto?”

Rusty suspiró. “Brad, inserta un palo de escoba de un metro dentro de cualquier corazón
y estas muerto. Pero si te va a hacer sentir mejor, no se lo saques.”

Brad asintió con la cabeza. “Tomaré prestada la camioneta de Josh y conduciré carretera
abajo hasta lo del Tío Dan. Él puede quemarlo y nadie sabrá alguna vez lo que ha
ocurrido.”

Rusty sonrió. Seguramente era bueno tener un primo que era Sheriff y un tío que no sólo
era juez de instrucción sino que era también el único que poseía un crematorio en un área
de tres condados.

Brad volvió a mirarlo. “¿Necesitas alguna ayuda?”

Rusty sacudió la cabeza. “Lo manejaré. Gracias.” Respirando hondo, se puso de pie
despacio, aún manteniendo a Amber entre sus brazos. Una vez que la metió dentro del
coche, condujo a casa. Seguramente, un sueño curativo estaría bien para ambos.

Capítulo dieciocho

Amber se despertó de repente.

Medianoche estaba sentada en su pecho clavándole la mirada.

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Traducido por Ishura

“¿Meoooow?”

Amber subió su mano por su garganta; sólo piel lisa. Ella frunció el ceño. Vincent la
había mordido. Recordaba eso.

Un rico, florido olor la envolvió. Girando su cabeza, fijó su atención en las rosas de color
rosado pálido que estaban a su lado en la almohada.

“Ha anochecido, dormilona. ¿Cómo te sientes?” Rusty se sentó en la cama con una taza
de café en la mano.

Ella le dio un codazo a Medianoche desde su pecho y la hizo bajar. “¿Qué es eso?”

“Sangre.” Le ofreció.

El rico, cobrizo perfume alcanzó sus fosas nasales.

En vez de las náuseas que ella esperaba, su boca inmediatamente comenzó a doler. Un
dolor agudo atravesó ambos lados de sus encías superiores. Cuando contempló su reflejo
en el espejo del tocador, un par de colmillos se deslizaron hacia abajo desde su labio
superior.

Ella miró fijamente. “¿Qué pasó?”

Rusty apoyó la taza en la mesita de noche y la envolvió entre sus brazos. “Lo siento.
Nunca habría hecho esto si hubiera tenido otra opción.” Deslizó un dedo bajo su barbilla
y la levantó. “Te estabas muriendo. No podía perderte, no después de haberte encontrado.
Te amo demasiado.”

Amber parpadeó. “¿Quieres decir que ahora también soy un vampiro?”

Él asintió. “Sí. ¿Me perdonas?”

“¿Perdonarte?” Agarrando dos puñados de pelo, atrajo su cara hacia ella y lo besó
profundamente. Luego hundió sus colmillos en su pecho.

Cuando su dulce sangre caliente golpeó su estómago, una energía explotó a través de sus
venas.

“¡Guau!” dijo ella, luego lo mordió otra vez.

“Es suficiente,” le dijo él con una risotada cuando separó su boca. “o tendrás que
socorrerme. ¿No te importa realmente ser un vampiro?”

“¿Importarme? ¿Estas bromeando? ¡Es tan guay!” Saltó de su regazo y se estiró. “Seré la
única escritora con un conocimiento de primera mano sobre los vampiros. Escribiré un

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Traducido por Ishura

best seller. No puedo esperar a comenzar.” Vistiéndose deprisa con una camiseta y un par
de vaqueros, desapareció por la puerta.

Apoyándose hacia atrás, Rusty agarró la taza y bebió a sorbos la sangre de ciervo. La
vida parecía ir cada vez mejor. Una vez que superara la excitación inicial, bajaría, la
despojaría de su ropa y se permitiría gozar de su pecaminoso cuerpo.

Medianoche fijó la mirada debajo de su nariz y maulló.

Un rugido enojado procedente de la planta baja interrumpió sus pensamientos. En un


instante, Amber estaba de pie en la entrada con la urna aplastada entre las manos.

“¡Demonios, Rusty! ¿Dónde infiernos está Tía Ernestine?”

Fin

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