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CONTRATO DE MANDATO

§ NOCIONES ELEMENTALES

# El mandato es un contrato en que una persona confía la gestión de uno o más negocios a otra que se
hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera [Art. 2116.1].

Intervinientes.
La persona que confiere el encargo se llama comitente o mandante, y la que lo acepta apoderado,
procurador y en general mandatario [Art. 2116.2].

Elementos esenciales.
a) Confianza: Elemento interno que equivale a la affectio societatis del contrato de sociedad, que si bien
puede deducirse del tenor o espíritu del acto, su ausencia permitiría concluir que no ha existido mandato.
Este elemento surge de la frase de la definición donde expresa "una persona confía".
b) Objeto: El objeto de este contrato es la gestión de uno o más negocios. Por negocio debemos entender
la ejecución de un acto jurídico o de económico que sea materia de una ocupación lucrativa o de interés.
c) El mandatario debe hacerse cargo del negocio por cuenta o riesgo del mandate. Esto significa que al
mandate le corresponde la responsabilidad por los actos ejecutados por el mandatario.

Naturaleza jurídica: ¿Contrato o acto de apoderamiento?


El contrato de mandato se reputa perfecto por la aceptación del mandatario [Art. 2124].
En nuestra legislación no cabe duda que el mandato es un contrato. Como tal, para que se encuentre
perfecto se requiere el consentimiento de las partes. Por lo tanto, si el "mandante" ha conferido el
"mandato" pero el "mandatario" no ha aceptado, aún no existe el mandato, puesto que para que éste se
perfeccione se requiere la voluntad del mandatario. El mismo art. 2116, al definir la institución, señala
que es un contrato.
Sin embargo, con frecuencia nos encontramos ante la situación de que una persona otorgue un mandato
sin que el mandatario manifieste su consentimiento; incluso se otorga "mandato" a persona indeterminada
(por ej. se faculta al portador de copia autorizada de una escritura para requerir inscripciones). Según lo
explicado, en estos casos el contrato de mandato aún no se ha perfeccionado. Nada impide que el
mandatario acepte con posterioridad, de modo que en el momento de la aceptación se perfecciona el
mandato.
/La doctrina contemporánea/ ya no concibe el mandato como un contrato. Se entiende que basta con el
otorgamiento del poder, de modo que el apoderado está facultado para obrar por el mandante por el solo
hecho de otorgamiento del poder, sin necesidad de la aceptación del mandato. Así, el mandato deja de ser
un contrato y pasa a ser un acto jurídico unilateral. Esto no significa que el mandatario desde ya esté
obligado, pero está dotado de poder, es lo que la doctrina llama acto de apoderamiento.
Contrato de Mandato Jaime Ramírez Cifuentes

§ CARACTERES DEL MANDATO

I. El mandato es un contrato generalmente consensual.


El mandato, por regla general es un contrato consensual, se perfecciona por el solo consentimiento de
mandante y mandatario.
Normalmente la voluntad se otorgará simultáneamente, mas nada impide que primero manifieste su
voluntad el mandante y que posteriormente lo haga el mandatario (incluso con un intervalo de tiempo
considerable).
La manifestación de voluntad del mandante puede ser expresa (escritura pública o privada, por cartas,
verbalmente o de cualquier modo inteligible) o tácita (la aquiescencia tácita de una persona a la gestión de
sus negocios por otra). [Art. 2124].
La aceptación del mandatario puede ser expresa; tácita (todo acto en ejecución del encargo); e incluso se
acepta el silencio circunstanciado, cuando el mandatario sea persona que por su profesión u oficio se
encarga de negocios ajenos, y el oferente es persona ausente y transcurre un término razonable sin que el
destinatario responda excusándose [Art. 2125]. En este caso, aún cuando el mandatario vaya a rechazar el
encargo, la ley le impone la obligación de tomar las providencias conservativas urgentes, so pena de
responder por los perjuicios que pueda ocasionarle al mandante1.
Aunque el mandato se encuentre perfecto por la aceptación del mandatario, puede éste retractarse. La
retractación no impone responsabilidad alguna al mandatario si se verifica mientras el mandante se halle
todavía en aptitud de ejecutar el negocio por sí mismo, o de cometerlo a diversa persona [Art. 2124 CC]2.
En caso contrario; el mandatario es responsable de los perjuicios que ocasione al mandante su
retractación.

Excepcionalmente el mandato es solemne.


No se admitirá la escritura privada para acreditarlo "cuando las leyes requieran un instrumento
auténtico" [Art. 2123]. La norma concuerda con el art. 1701: "la falta de instrumento público no puede
suplirse por ninguna otra prueba en los actos y contratos en que la ley requiere esa solemnidad.
Es solemne (porque así lo exige la ley) el mandato judicial, el mandato para contraer matrimonio, para
reconocer hijos, etc.

Mandato para ejecutar actos solemnes.


Se ha discutido en doctrina si el mandato para ejecutar solemnes debe también ser solemnes.
1. Algunos sostienen que el mandato debe ser solemne. Se basan:
a) La autenticidad del acto encomendado tiene por objeto proteger la independencia de las partes y
evitar toda influencia extraña sobre su voluntad. Como esta voluntad se va a expresar en el
mandato, esta debe ser solemne |Jurisprudencia francesa|.
b) Si el mandato no fuera solemne, faltaría respecto del mandante constancia auténtica de su voluntad
/Fernando Alessandri, Barroz Errazuriz/.

1
Nótese que, si se entiende que el silencio constituye aceptación, entonces se formó el contrato y la responsabilidad del
mandatario será contractual. A falta de esta norma, su responsabilidad sería precontractual, que según la /doctrina
mayoritaria/ se gobierna por las normas de la extracontractual.
2
Esta es una anomalía del contrato de mandato, pues contradice la regla del art. 1545. Esto se debe a que el mandato es
un contrato intuito personae y de confianza.

~2~
Contrato de Mandato Jaime Ramírez Cifuentes

c) El art. 2123 en su segunda parte señala excepciones al mandato consensual, entre las cuales se
contempla el caso en que el mandato debe constar por escritura pública /Jurisprudencia/.
2. La tesis que sostiene que el mandato NO debe ser solemne se basa en los siguientes argumentos:
a) No se debe confundir el mandato y el contrato cuya celebración se encomienda, éste último debe
ser solemne, no así el mandato.
b) De aceptarse la tesis contraria, el mandato contendría una oferta de contrato por intermedio del
mandatario, pues se sostiene que es el mandante quien consiente.
c) Cuando el mandante encarga comprar o vender al mandatario no está manifestando su
consentimiento para que se forme el contrato de compraventa, sólo está encargando un negocio.
Recordemos que para quienes conciben a la representación como una modalidad del negocio
jurídico es la voluntad del mandatario la que concurre a la celebración del negocio objeto del
encargo.
d) Las excepciones del art. 2123 se refieren a la prueba de contratos de cosas que valen más de 2
UTM o cuando el mandato deba constar por escritura pública, pero no se refieren las excepciones
al negocio encargado.
e) Esta opinión era la del tratadista Troplon, a quien precisamente se remite Bello en el proyecto
inédito.
\!/ La generalidad de la doctrina (entre ellos David Stitchkin) y la jurisprudencia estima que el
mandato para la ejecución de un acto solemne NO debe estar revestido de la misma solemnidad que
éste3.

II. El mandato es un contrato oneroso por naturaleza


El mandato puede ser gratuito o remunerado [Art. 2117].
El mandato es generalmente oneroso; el mandante debe pagar una remuneración al mandatario, aunque
no medie estipulación expresa. Esta conclusión se obtiene del art. 2158n°3, que señala como una de las
obligaciones del mandante la de pagar al mandatario la remuneración estipulada o usual. La
\Jurisprudencia\ ha sostenido que el mandato es oneroso salvo que se convenga su gratuidad.
La remuneración del mandatario (honorario), se determina en primer lugar por el acuerdo de las partes,
anterior o posterior al contrato4; si nada pactaron, por la ley; a falta de ésta por la costumbre y en última
instancia será el juez quien la determine [Art. 2117.2].
La circunstancia de ser el mandato remunerado influye en la responsabilidad del mandatario. El
mandatario es responsable de la culpa leve, pero "esta responsabilidad recae más estrictamente sobre el
mandato remunerado" [Art. 2129.2]. Para el profesor /Caprile Biermann/, de esta disposición podría
desprenderse que el mandatario remunerado respondería de la culpa levísima. El profesor /Vargas
Aravena/ por su parte, distingue respecto del mandatario y del mandante. Tratándose del primero, sea que
el mandato fuere remunerado o gratuito siempre responderá de la culpa leve, pues esa es la lectura que
hay que darle al art. 21295, pero tratándose del mandante, éste se rige por el art. 1547, por lo que si el
mandato es gratuito, el mandante responde de la culpa levísima, pero si es remunerado responde de la
culpa leve.

3
En ocasiones el mandatario cuenta con un mandato verbal y el notario puede negarse a autorizar, por imposibilidad de citar
en la escritura pública que se otorga el archivo en que se encuentra el mandato. Se puede salvar en la medida que las partes así
lo acepten expresamente.
4
Nótese que la falta de determinación del honorario al momento de la celebración del contrato NO anula el contrato, pues
puede ser determinado con posterioridad. Así, se diferencia, por ejemplo, de la compraventa, en que la falta de
determinación del precio al momento de su celebración lo invalida.
5
Esta norma especial derogaría al art. 1547, pues de aplicarse ésta, y si el mandato fuese gratuito, el mandatario respondería
de la culpa grave.

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Contrato de Mandato Jaime Ramírez Cifuentes

III. El mandato es un contrato naturalmente bilateral.


El mandato remunerado es, obviamente, un contrato bilateral. Pero también es bilateral el gratuito. Se
obliga el mandatario a cumplir el encargo y a rendir cuenta de su gestión. El mandante a su vez,
contrae la obligación de proveer al mandatario de los medios necesarios para el desempeño de su
cometido. El mandante además puede obligarse por circunstancias posteriores, con motivo de la
ejecución del encargo, por ejemplo, a reembolsar al mandatario de los anticipos que haya hecho y los
perjuicios que haya sufrido, sin culpa, por causa del mandato.
Sin embargo, estas obligaciones son de la naturaleza del contrato, pueden no llegar a existir, por
ejemplo, si el mandatario no incurre en gastos, no sufre perjuicios, no hace anticipos de dinero, etc. En
tal caso y tratándose del mandato gratuito, el mandato es un contrato unilateral, en el que solo resulta
obligado el mandatario.
Puede ocurrir también que el mandato nazca como un contrato unilateral pero que durante su
ejecución surjan obligaciones, por ejemplo, si el mandatario debe incurrir en gastos no previstos al
tiempo de celebrar el contrato. En este caso se dice que nos encontramos frente a un contrato
sinalagmático imperfecto.

~ Tratándose del mandato bilateral: ¿tiene lugar la condición resolutoria tácita? NO, por las
siguientes razones:
a) El CC nunca habla de la resolución del mandato, solamente existe la terminación del mandato
[Art. 2163].
b) El CC ha regulado los efectos que produce el incumplimiento del contrato en forma distinta a
los efectos de la resolución de un contrato bilateral en los arts. 2159, 2161 y 2167, que son reglas
distintas al 1487, 1488, 1490 y 1491.
c) Para los terceros que contratan con el mandatario, el mandato no les afecta porque ellos no han
intervenido en el contrato prestando su consentimiento, en consecuencia, todas las condiciones
jurídicas entre mandante y mandatario les son inoponibles y no se les aplica el art. 1490 y 1491.

IV. De ser oneroso, es conmutativo por naturaleza.


Existe equivalencia entre la remuneración debida y el servicio prestado. La remuneración se debe
siempre, haya o no tenido éxito el negocio (salvo que el fracaso se deba a culpa del mandatario, la
cual debe ser probada por el mandante)6.
Por excepción el mandato puede ser aleatorio cuando la remuneración que se estipula a favor del
mandatario queda subordinada al éxito o fracaso del negocio encomendado.

V. Es un contrato de confianza. Que sea de confianza produce las siguientes consecuencias:


a) Es un contrato intuito personae, y por consiguiente el error en la persona vicia el consentimiento
[Art. 1455].
b) El contrato termina por voluntad de cualquiera de las partes [Art. 2163n°3y4].
c) Termina por la muerte de cualquiera de las partes [Art. 2163n°5].
d) Termina por la incapacidad sobreviniente de cualquiera de las partes [Art. 2163n°6y7].
Esta características no se opone al mandato al portador o mandato en blanco.
# Mandato en blanco es el que en la designación del mandatario se deja a cargo de un tercero.
# Mandato al portador: Es una oferta de mandato hecha a persona indeterminada y vale como tal.

6
Ésta regla sería una excepción al art. 1671, que establece una presunción de culpa contractual.

~4~
Contrato de Mandato Jaime Ramírez Cifuentes

VI. El mandatario obra por cuenta y riesgo del mandante.


El mandatario gestiona el negocio encomendado como algo ajeno, de manera que será para el
mandante los beneficios que la gestión reporte y soportará las pérdidas, como si tal gestión la realizara
personalmente.
Esto es evidente cuando el mandatario representa al mandante, pero aún cuando el apoderado obre a
nombre propio y no invista la representación del mandante, en definitiva será éste quien reciba los
beneficios y sufra las pérdidas y, en suma, y no obstante actuar a nombre propio, obrará por cuenta y
riesgo del mandante.

VII. Mandato y representación.


La representación no es de la esencia del mandato. Puede haber mandato con o sin representación;
también puede haber representación sin mandato.
Si las partes nada dicen, el mandatario tiene la facultad de representar al mandante. Es por ello que se
entiende que la representación es un elemento de la naturaleza del mandato. Si el mandatario obra en
representación del mandante, los efectos del acto se radican directamente en el patrimonio del mandante.
Pero también puede existir mandato sin representación; puede ocurrir que el mandante no haya
conferido al mandatario la facultad de representarlo, o bien que habiéndosela conferido, el mandatario
prefiera obrar a nombre propio. En este caso el mandatario contratará a su propio nombre, de modo que
los efectos del negocio se radicarán en su patrimonio y no en el del mandante. Posteriormente será
necesario un nuevo acto en que el mandatario traslade los efectos del negocio al patrimonio del mandante.
Obrando a nombre propio, el mandatario no obliga al mandante respecto de terceros [Art. 2151].
También puede haber representación sin mandato, tal es el caso de los representantes legales, en que
el título de su representación proviene de la ley y no de un contrato. Por ej. el padre es el representante
legal del hijo sujeto a patria potestad sin que exista mandato [Art. 43 CC].

§ REQUISITOS DEL MANDATO

1. Objeto del mandato: El encargo que constituye el objeto del mandato debe consistir en la ejecución de
actos jurídicos7.
El encargo que consiste en la ejecución de un hecho material, como construir un camino, levantar un
muro, no constituye mandato sino un contrato de arrendamiento de servicios o de confección de obra
material.
Servicios profesionales: Los servicios de las profesiones y carreras que suponen largos estudios, o a
que está unida la facultad de representar y obligar a otra persona respecto de terceros, se sujetan a las
reglas del mandato [Art. 2118]. Por ej. Arquitectos, médicos, etc.

7
Se comprueba este aserto si se examinan las facultades que el mandato confiere naturalmente al mandatario: pagar las deudas y
cobrar los créditos del mandante, intentar acciones posesorias, interrumpir la prescripción, contratar reparaciones de las cosas
que administra, comprar los materiales necesarios para el cultivo o beneficio de tierras, minas o fábricas que se le hayan
confiado [Art. 2132].

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Contrato de Mandato Jaime Ramírez Cifuentes

Actos jurídicos a que es aplicable al mandato: En principio, todos los actos jurídicos pueden ser
ejecutados por medio de mandatarios, salvo que la ley lo prohíba, como es el caso de la facultad de
testar [Art. 1004].
El negocio no debe interesar sólo al mandatario: Existirá mandato si éste interesa al mandante y
mandatario, al mandante y a un tercero o a un tercero exclusivamente. Pero no existe mandato si el
negocio interesa solo al mandatario, en ese caso es un mero consejo que no produce obligación alguna
[Art. 2119.1]. Dado maliciosamente obliga a la indemnización de perjuicios [2].
Los artículos 1460 y 1461, que regulan el objeto de los negocios jurídicos, son aplicables a la
obligación del mandatario (obligación de hacer), de modo que el negocio que se encomienda al
mandatario debe ser moral, lícito y posible.

~ Mandato para la ejecución de hechos ilícitos. El mandato, al igual que todo negocio jurídico, no
puede perseguir un fin ilícito, por lo que el mandato para ejecutar un acto inmoral o ilícito es nulo
absolutamente. Por ejemplo: mandato para adquirir cosas de contrabando, hurtadas o robadas, para
transferir bienes a personas incapaces de adquirirlo, etc.
En doctrina se plantea la interrogante en orden a si el mandante que conocía la ilicitud del negocio
puede alegar la nulidad absoluta, atendida la regla que impide alegarla al que ejecutó el acto o celebró
el contrato sabiendo o debiendo saber el vicio que lo invalidaba.
\Jurisprudencia\ ha resuelto que está impedido de invocar la nulidad absoluta.
/Stitchkin/ distingue:
a) Nulidad se produjo antes que el mandato haya sido ejecutado: Mandante no podrá exigir al
mandatario la ejecución del encargo ni éste deberá realizarlo. Si el mandante procedió a sabiendas
de la ilicitud del objeto podrá aplicarse el art. 1468.
b) Nulidad se produjo después que el encargo haya sido ejecutado: Hay que distinguir:
i. Mandatario obró de buena fe: Se aplican arts. 2122 y 2190.
ii. Mandatario obró de mala fe: No se aplica art. 2122, por lo que se aplican las reglas generales y
en particular el art. 1468.

2. Capacidad de las partes. Hay que distinguir:


a) Capacidad del mandante: La ley nada ha dicho, por lo tanto deben aplicarse las reglas generales.
Entendiéndose que es en el patrimonio del mandante donde se radican los efectos del acto y que el
mandatario es sólo un instrumento suyo, se entiende que el mandante debe tener la capacidad
necesaria para ejecutar el acto a que el mandato se refiere.
b) Capacidad del mandatario: Puede desempeñar las funciones de mandatario una persona incapaz. Si
se constituye mandatario a un menor adulto, los actos ejecutados por el mandatario serán válidos
respecto de terceros en cuanto obliguen a éstos y al mandante; pero las obligaciones del mandatario
para con el mandante y terceros no podrán tener efecto sino según las reglas relativas a los menores
[Art. 2128].
Esta regla se justifica porque es al mandante a quien afectan las consecuencias del acto; la
incapacidad del mandatario, por lo mismo, es indiferente.
Muy diversa es la situación en las relaciones del mandatario con el mandante y terceros; aquí
influye decisivamente la incapacidad del mandatario. A menos que en la aceptación del mandato
haya intervenido la autorización del representante legal del incapaz, no será válidas las obligaciones
del mandatario; en definitiva, no podrá reclamársele el cumplimiento de las obligaciones derivadas
del mandato sino en cuanto se hubiere hecho más rico.

~6~
Contrato de Mandato Jaime Ramírez Cifuentes

§ DIVERSAS CLASES DE MANDATO

I. Atendiendo el objeto del mandato, éste se clasifica en general o especial.

El objeto del mandato debe ser también determinado [Art. 1461]. Si el mandato para ejecutar un negocio
no se especifica, es nulo por indeterminación del objeto. Conforme al artículo ya citado, el mandato puede
comprender uno o más negocios específicamente determinados o un conjunto de negocios determinados
en cuanto a su género.

El art. 2130 define al mandato general y especial:


1. El mandato es especial cuando comprende uno o más negocios especialmente determinados8.
2. El mandato es general si se da para todos los negocios del mandante. Será también general si se da
para todos los negocios, con una o más excepciones determinadas.

\!/ Esta clasificación se hace atendiendo la extensión de los negocios que comprende el mandato y NO a
las facultades que se confieren al mandatario9.
La calificación de un mandato en general o especial interesa sólo para establecer de qué negocios
puede conocer válidamente el mandatario.
Tanto el mandato general como especial en cuanto a su objeto, confieren naturalmente las mismas
facultades, salvo que las partes hayan convenido lo contrario o que la ley disponga otra cosa [Art.
2130.2].

II. Atendiendo las facultades que se confieren al mandatario: Mandato general de administración;
mandato con facultades especiales y mandato con cláusula de libre administración.

Ya estudiamos la clasificación del mandato en cuanto a su objeto (negocio respecto del cual el mandante
confiere mandato al mandatario). Ahora corresponder analizar su clasificación en cuanto a las facultades
con que se desempeñará el mandatario en el ejercicio de su poder10.

\!/ El principio más importante es que las facultades del mandatario dependen exclusivamente de la
voluntad del mandante. La ley se limita a interpretar las disposiciones del mandante cuando éstas no son
claras.

1. Mandato con cláusula de libre administración: Esta cláusula confiere al mandatario sólo la facultad de
ejecutar los actos que las leyes designan como "autorizados por dicha cláusula" [Art. 2133.2].

8
El mandato especial equivale a la comisión, que según el art. 235 CCO versa sobre una o más operaciones mercantiles
individualmente determinadas.
9
Así, un mandato puede ser general atendiendo este primer criterio, por darse a todos los negocios del mandante, pero
especial en cuanto a sus facultades, y viceversa.
10
Ejemplo: Puedo constituir mandato general para todos mis negocios (ferretería, farmacia, carnicería, etc) pero con
facultades especiales (sólo recibir pagos); o bien un mandato especial (sólo para la farmacia) pero con facultades
amplísimas (vender, hipotecar, recibir pagos, etc.).

~7~
Contrato de Mandato Jaime Ramírez Cifuentes

Este mandato, que por su denominación pareciera ser el más amplio, en realidad es sumamente
restringido, puesto que sólo autoriza al mandatario a ejecutarlos actos que la ley designa como
autorizados por esa cláusula, los cuales son muy excepcionales. Entre ellos se cuentan los de los artículos
1580 (diputado para el cobro) y 1629 (facultad de novar).

2. Mandato general de administración: "El mandato no confiere naturalmente al mandatario más que el
poder de ejecutar los actos de administración (...) perteneciendo al giro administrativo ordinario" [Art.
2132].
Se trata de una disposición supletoria de la voluntad de las partes: bien puede el mandante ampliar o
restringir las facultades que en el art. 2132 se consignan.
La norma señala dos importantes limitaciones: a) sólo puede efectuar actos de administración; b) que
éstos actos pertenezcan al giro administrativo ordinario.
La ley no ha definido qué debe entender por acto de administración.
# Administrar es adoptar las medidas de carácter material o jurídico tendientes a conservar los bienes,
a incrementarlos y obtener las ventajas que pueden procurar [Art. 391 CC].
El art. 2132 entrega diversos ejemplos de actos de administración: pagar las deudas, cobrar los créditos
del mandante, perteneciendo unos y otros al giro administrativo ordinario; perseguir en juicio a los
deudores, intentar las acciones posesorias e interrumpir las prescripciones, en lo tocante a dicho giro;
contratar las reparaciones de las cosas que administra; y comprar los objetos de industria que se le hayan
encomendado.
Así, la administración comprende la ejecución de actos de conservación, o sea, encaminados a impedir
la pérdida o menoscabo de los bienes.
Los actos de administración pueden ser materiales o jurídicos:
a) Materiales: Ejemplo, efectuar reparaciones que requiera el edificio que se administra.
b) Jurídico: Ejemplo: interposición de una querella posesoria, la interrupción de una prescripción que
corre contra el mandante.

\!/ La acción de administrar no comprende sólo la ejecución de actos puramente conservativos; abarca
también la ejecución de actos que tiendan a obtener de los bienes administrados el provecho o
rendimiento que están llamados ordinariamente a brindar.
Así, la administración de una casa permitirá al mandatario darla en arrendamiento; la administración
de un fundo facultará al mandatario para vender las cosechas.

Un límite no muy definido separa los actos de administración de los actos de disposición,
caracterizados éstos últimos porque cambian o alteran la composición del patrimonio.
La venta de un bien, a que sigue la correspondiente tradición, es un acto de disposición; pero éste acto
enajenativo será administrativo si lo que se vende son los frutos de un bien, como la cosecha de un fundo,
porque el acto tiende a obtener su provecho o rendimiento normal.
Este acto (vender y después efectuar tradición), que es disposición en su esencia, en este último caso
pertenece al giro administrativo ordinario del negocio, circunstancia que lo convierte en un acto de
administración.
Ejemplo: El mandato general de administración de un supermercado comprende naturalmente la
facultad de vender las mercaderías a los clientes (este acto dispositivo está contenido en su giro
administrativo ordinario), pero no comprende vender o hipotecar el inmueble en que el supermercado
funciona, pues ésta facultad no pertenece al giro administrativo ordinario.

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Contrato de Mandato Jaime Ramírez Cifuentes

Ejemplo: El mandato general de administración de un fundo cuya explotación es la fruta de sus


árboles, comprende lógicamente la venta de las frutas, pero no de su madera, a diferencia si se hubiera
tratado de un fundo maderero, donde la venta de la madera sí comprende su giro administrativo ordinario.

3. Mandato con facultades especiales (actos que requieren de un poder especial): El art. 2132.2 establece
que para todos los actos que salgan de los límites que la misma norma señala, el mandatario necesita de
un poder especial.
El CC ha determinado el alcance de ciertas facultades especiales conferidas al mandatario:
a) La facultad de transigir no comprende la de comprometer y viceversa [Art. 2141].
b) La facultad de vender comprende naturalmente la facultad de recibir el precio [Art. 2142].

Aplicación práctica: Según lo expuesto, para conferir a una persona las facultades necesarias para
administrar un negocio bastaría conferirle un mandato general de administración, sin necesidad de
enumerar in extenso cada una de las facultades de que estará investido (mandato con facultades
especiales). Sin embargo, en la práctica los bancos y comerciantes casi siempre exigirán al mandatario
que su mandato contenga expresamente la facultad de realizar el acto que pretende ejecutar (siempre
exigirán un mandato con facultades especiales. De esta forma eliminan el riesgo de que posteriormente el
mandante alegue que el acto ejecutado por el mandatario no pertenecía al giro administrativo ordinario,
que por ende el mandatario se excedió en su mandato, de modo que el acto ejecutado por éste no obliga al
mandante, le es inoponible.
Por ello, los mandatos son extremadamente extensos, enumerando cada una de las facultades que se le
otorgan al mandatario.

§ OBLIGACIONES DEL MANDATARIO

Son dos las obligaciones principales:

I. Obligación de ejecutar el encargo.

El CC no se refiere expresamente a ésta obligación, pero es obvio que el mandatario debe cumplir el
mandato, ejecutar el encargo. Es una aplicación del efecto obligatorio del contrato [Art. 1545].
El mandatario contrae esta obligación una vez que ha aceptado el mandato, salvo que se haya
estipulado un plazo suspensivo o condición.
El mandatario puede retractarse aún después de su aceptación, siempre y cuando el mandante se halle
en la aptitud de ejecutar el negocio por sí mismo o de cometerlo a otra persona [Art. 2124.3]. Si el
mandatario se retracta pese a que no concurren esas condiciones, la retractación es válida, pero acarrea
responsabilidad del mandatario por los perjuicios que ocasiones el mandante11.
Si el mandatario ya ha dado principio a la ejecución del mandato, no procede la retractación (el
contrato ya se ha realizado parcialmente), puede, no obstante, tener cabida la renuncia [Art. 2167].

Causales por las cuales el mandatario puede quedar liberado de ejecutar el encargo.

11
La relación contractual subsiste, pero debido a la imposibilidad de obtener el cumplimiento forzado a raíz de la
negativa del mandatario, al mandante no le queda sino demandar la reparación de los perjuicios por la inejecución del
mandato (cumplimiento por equivalencia).

~9~
Contrato de Mandato Jaime Ramírez Cifuentes

1. El mandatario puede exonerarse de cumplir el encargo si el mandante no cumple por su parte con
sus obligaciones (por ej. no le proporciona fondos necesarios) [Art. 2159], regla que no es sino una
aplicación de la excepción del contrato no cumplido [Art. 1552].
2. Aún cuando la ley nada dice, el mandatario puede quedar liberado cuando la ejecución se ha hecho
totalmente imposible, sea absolutamente (ej. cosa que se mandata comprar perece), sea con relación
a la persona del mandatario (ej. éste se ha enfermado gravemente). La obligación del mandatario
siempre será de hacer, por lo que resulta aplicable el art. 534 CPC en relación al art. 1567n°7 y
1670 CC.
3. Queda liberado el mandatario del encargo cuando su ejecución es manifiestamente perniciosa al
mandante [Art. 2149]. Aplicación del principio de buena fe.

\!/ El mandato, por su propia naturaleza, excluye el cumplimiento forzado de la obligación. Al ser un
negocio intuito personae, fundado en la confianza, no se puede obligar al mandatario a ejecutarlo
contra su voluntad. Por lo que en caso de inejecucion sólo queda la reparación de los daños.
Para que proceda la indemnización el mandatario debe ser constituido en mora y el incumplimiento
debe serle imputable.

En la ejecución del mandato, el mandatario debe ceñirse a los términos en que le fue conferido.
El mandatario se ceñirá rigorosamente a los términos del mandato, fuera de los casos en que las
leyes le autoricen para obrar de otro modo [Art. 2131]. Sólo los actos que el mandatario ejecuta dentro
de los límites del mandato obligan al mandante [Art. 2160.1].
La recta ejecución del mandato comprende no sólo la del negocio encomendado, sino los medios
por los cuales el mandante ha querido que se lleve a cabo [Art. 2134].
De esta última norma surge una interrogante: ¿Cómo se determina la voluntad del mandante, que ha
de servir de pauta para establecer si el mandatario ha ejecutado el encargo en la forma debida o se ha
apartado de las instrucciones del mandante?
a) /Algunos/ estiman que el art. 2131 es una excepción al art. 1560.
b) /Stitchkin/ refuta esa teoría, planteando que en las relaciones entre mandante y mandatario se
debe estar a la intención de los contratantes más que a lo literal de las palabras.

Excepciones. La ley autoriza al mandatario a no ceñirse estrictamente a los términos del mandato en
los siguientes casos expresamente señalados en ella:
1. El mandatario debe abstenerse de cumplir mandato cuya ejecución sea manifiestamente perniciosa
al mandante [Art. 2149].
2. Si el mandatario se encuentra imposibilitado para actuar de acuerdo con las instrucciones del
mandante, no está obligado a constituirse agente oficioso [Art. 2150.1]12. Pero si no fuere posible
dejar de obrar sin comprometer gravemente al mandante, el mandatario tomará partido que más se
acerque a sus instrucciones y que más convenga al negocio [2]. Toca al mandatario probar las
circunstancias constitutivas de fuerza mayor o caso fortuito, que le imposibilitan para llevar a
efecto las órdenes del mandante [3].
3. La recta ejecución del mandato comprende los medios por los que el mandante ha querido que se
lleve a cabo. En algunos casos tales medios pueden resultar inadecuados. En tales casos, podrá el
mandatario apartarse de sus instrucciones al respecto y emplear medios equivalentes.

12
No está obligado a realizar el encargo de manera equivalente, le bastará tomar las providencias conservativas que las
circunstancias le exijan.

~ 10 ~
Contrato de Mandato Jaime Ramírez Cifuentes

4. Podrá el mandatario aprovecharse de las circunstancias para realizar su encargo con mayor
beneficio o menor gravamen que los designados por el mandante [Art. 2147].
5. Las facultades concedidas al mandatario se interpretarán con más latitud cuando no está en
situación de poder consultar al mandante [Art. 2148].
Pluralidad de mandatarios.

En caso de haber varios mandatarios: ¿En qué términos dividen entre ellos la gestión del encargo?
1. En primer lugar, hay que estar a la voluntad del mandante, quien pudo haber previsto la división de
la gestión.
2. Si el mandante no ha expresado voluntad, podrán los mandatarios dividir entre ellos la gestión,
salvo que el mandante haya dispuesto que deban obrar de consuno. En este caso, si de todas
formas obran por separado, toda gestión será nula [Art. 2127].

Prohibiciones impuestas al mandatario en la ejecución del mandato.

1. Se prohíbe al mandatario comprar para sí lo que el mandante le ha ordenado vender y vender de lo


suyo al mandante lo que se le ha ordenado comprar13 [Art. 2144]. La prohibición no es absoluta; la
compra o venta son viables con la aprobación del mandante.
2. Puede el mandatario prestar dinero al mandante que le ha encargado tomar dinero prestado, al
interés fijado o, en su defecto, al interés corriente. Pero le está vedado tomar para sí el dinero cuya
colocación el mandante le ha confiado, a menos que medie autorización de éste [Art. 2145].
3. Sin la expresa autorización del mandante, no es lícito al mandatario colocar a interés dineros del
mandante [Art. 2146.1]. En caso de colocar el dinero del mandante a un interés superior al
designado por éste, debe el mandatario abonárselo, salvo que se le haya autorizado para apropiarse
el exceso [2].
4. El mandatario puede aprovecharse de las circunstancias para realizar el encargo con mayor
beneficio y menor gravamen para el mandante. Pero se le prohíbe apropiarse lo que exceda el
beneficio o disminuya el gravamen designado por el mandante [Art. 2147.1]. En cambio, si
negociare con menos beneficio o más gravamen que los designados en el mandato, le será
imputable la diferencia [2].

Responsabilidad del mandatario.


El mandatario responde hasta de la culpa leve en el cumplimiento de su encargo [Art. 2129]. Las
circunstancias del mandato, sin embargo, influyen para agravar o atenuar la responsabilidad:
a) La responsabilidad recae más estrictamente sobre el mandatario remunerado14.
b) Será menos estricta si el mandatario ha manifestado repugnancia al encargo, y se ha visto en
cierto modo forzado a aceptarlo, cediendo a la instancias del mandante [Art. 2129.2y3].

~ Responsabilidad del mandatario por la insolvencia de los deudores.

13
Teme el legislador que el mandatario sacrifique el interés del mandante en aras de su propio interés.
14
Se plantea la interrogante en orden a si "más estrictamente" quiere significar que responde de la culpa levísima, lo que
tiene importancia para la responsabilidad profesional en general (y la responsabilidad médica en particular), atendiendo lo
dispuesto en el art. 2118.

~ 11 ~
Contrato de Mandato Jaime Ramírez Cifuentes

No es responsable el mandatario, por regla general, del incumplimiento por los terceros de las
obligaciones contraídas para con el mandante por su intermedio; en otros términos: NO responde de
la insolvencia de los deudores.
Sin embargo, en virtud de una expresa estipulación, puede el mandatario "tomar sobre su
responsabilidad la solvencia de los deudores..." [Art. 2152]. En realidad, en este último caso no existe
verdadero mandato, puesto que el mandatario no actúa por cuenta y riesgo del mandante.
Delegación del mandato.

¿Puede el mandatario confiar a otra persona la ejecución del encargo, o sea, delegar el mandato?
Si lo hace, ¿obliga al mandante?
¿Qué responsabilidad acarrea la delegación para el mandatario, en caso que el delegado no cumpla
cabalmente su encargo?

Regla general: La delegación está permitida salvo que el mandante prohíba al mandatario delegar, mas
las consecuencias de la delegación son diversas según el mandante simplemente no la haya prohibido,
o bien la haya autorizado de un modo expreso. Pueden presentarse las siguientes hipótesis:

1. La delegación no ha sido autorizada ni prohibida por el mandante. El mandatario puede delegar


el mandato (la facultad de delegar es de la naturaleza del mandato). Pero los terceros carecen de
acción contra el mandante por los actos del delegado [Art. 2136]. El mandatario responderá de los
hechos del delegado, como de los suyos propios [Art. 2135].
/Stichkin/ distingue:
a) Relaciones entre mandante y mandatario: El mandatario responde al mandante de los hechos del
delegado como de los suyos propios. Pese a que el mandatario está facultado para delegar, ello
no lo libera del vínculo contractual con el mandante y de la responsabilidad consecuente15.
b) Relaciones entre el mandante y el delegado: Hay que distinguir:
i. Mandatario delegó el encargo en su propio nombre: Se constituye un nuevo mandato entre el
delegante y el delegado. El mandato primitivo celebrado entre el mandante y el mandatario es
una res inter alias acta para el delegado. Por ello, el mandante carece de acción directa contra
el delegado; éste es responsable exclusivamente al mandatario y no es obligado con el
mandante16.
ii. Mandatario delegó el encargo a nombre del mandante: El mandatario obliga al mandante
respecto del delegado y viceversa [Art. 2151 y 1448]. En este caso, el mandatario celebra un
contrato en iguales condiciones que todos los demás para los cuales fue facultado, y el
mandante tiene acción directa contra el delegado del mismo modo que la tiene contra
cualquiera que haya contratado con el mandatario.
c) Relaciones entre mandatario y delegado: Se produce un verdadero mandato entre ellos.
d) Relaciones entre mandante y terceros: La delegación no autorizada o no ratificada expresa o
tácitamente por el mandante no da derecho a terceros contra el mandante por los actos del
delegado.

15
Para /Stitchkin/, se trata de una responsabilidad objetiva o sin culpa del mandatario, que no puede exonerarse de ella
probando su inculpabilidad en la elección o en los hechos del delegado. Sólo podrá exonerarse probando que el delegado
cumplió el encargo o que no lo hizo por fuerza mayor o caso fortuito.
16
Con todo, /Stichkin/ propone que el art. 2138 le otorga al mandante la posibilidad de accionar contra el delegado, pero
no ejercerá una acción personal, sino una del mandatario, subrogándose en sus derechos.

~ 12 ~
Contrato de Mandato Jaime Ramírez Cifuentes

i. /Doctrina mayoritaria/ opina que para que la delegación surta efectos respecto de terceros,
obligando al mandante por los actos del delegado, es necesario que aquél la haya autorizado o
la ratifique expresa o tácitamente.
ii. /Stichkin/ opina distinto, señalando que no es necesario que el mandante lo haya autorizado o
ratifique la actuación del delegado para obligarse, siempre que éste haya actuado a nombre del
mandante y dentro de los límites de sus atribuciones.

2. La delegación ha sido autorizada sin indicación de la persona del delegado. Si el mandante


autoriza simplemente al mandatario para delegar, no es responsable el mandatario de los actos del
delegado, a menos que haya escogido a una persona "notoriamente incapaz o insolvente" [Art.
2135.2].
3. La delegación ha sido autorizada con indicación de la persona del delegado. No responde el
mandatario de los actos del delegado, se entiende constituido un nuevo mandato entre mandante y
delegado [Art. 2137].
4. La delegación ha sido prohibida por el mandante. El mandatario no puede delegar. Los actos del
delegado no obligan al mandante, salvo que éste ratifique17.

~ Delegación del mandato judicial. El mandatario judicial puede delegar, a menos que se le haya
prohibido hacerlo, y los actos del delegado obligan al mandante [Art. 7° CPC].

Casos en que el mandatario se convierte en agente oficioso. [Art. 2122]


a) Cuando ejecuta de buena fe un mandato nulo. La buena fe ha de consistir en la ignorancia del
mandatario de que el mandato es nulo.
b) Cuando excede los límites del mandato por causa de imperiosa necesidad.

Ejecución parcial del mandato. La ejecución parcial no obliga al mandante, sino en cuanto el
cumplimiento del encargo le reportare beneficio [Art. 2161.1].
Además, el mandatario deberá indemnizar al mandante los perjuicios que la ejecución parcial le
irrogare [2].

II. Obligación de rendir cuenta.

El mandatario es obligado a dar cuenta de su administración [Art. 2155].


Esta obligación se justifica porque el mandatario no obra por su cuenta, sino por cuenta del
mandante, éste debe ser enterado de la forma como se han gestionado sus negocios.
Las partidas importantes deben ser documentadas, si el mandante no ha relevado al mandatario de
esta obligación [Art. 2155.2].
El mandante puede además relevar al mandatario de la obligación de rendir cuenta; pero no queda
por ello exonerado de los cargos que contra él justifique el mandante [Art. 2155.3].
El mandatario debe restituir al mandante cuanto hubiere recibido por él, en el desempeño del
mandato. La restitución debe incluir lo que el mandatario dejó de percibir por su culpa [Art. 2157].

17
En todo caso, aunque la delegación no haya sido autorizada por el mandante, éste podrá ejercer contra el delegado las
acciones del mandatario que le confirió el encargo [Art. 2138].

~ 13 ~
Contrato de Mandato Jaime Ramírez Cifuentes

Debe el mandatario intereses sobre los dineros del mandante que haya empleado en beneficio
propio y sobre el saldo que en su contra arroje la cuenta.

§ OBLIGACIONES DEL MANDANTE

I. Cumplimiento de las obligaciones contraídas por el mandatario.


El mandatario debe cumplir las obligaciones que contraiga el mandatario, siempre y cuando:
a) Haya obrado a su nombre (representándolo). Si el mandatario obra a nombre propio, no obliga al
mandante respecto de terceros [Art. 2151], en este caso se obliga personalmente y el mandante no
contrae obligaciones. Pero en sus relaciones con el mandante, el mandatario se reputará haber
obrado por cuenta de aquél.
b) Haya actuado dentro de los límites del mandato. Si excede tales límites, carece de poder, y por
consiguiente no obliga al mandante. Ahora bien, el mandante puede aceptar las obligaciones
contraídas por el mandatario fuera de los límites del mandato, mediante una ratificación. Esta
ratificación puede ser: i. expresa, si se hace en términos formales; ii. tácita, si el mandante ejecuta
actos que importen un inequívoco propósito de apropiarse de los hecho por el mandatario.

Efectos de la extralimitación del mandato. Si el mandatario se extralimita en sus facultades, el mandante


no resulta obligado para con terceros. Cabe averiguar ahora si él mismo se obliga:
En principio, el mandatario tampoco se obliga personalmente [Art. 2154]. El mandatario responderá
ante terceros cuando:
a) Se haya obligado personalmente. Es decir, haya asumido personalmente la responsabilidad, por
ejemplo, para el caso de que el mandante no ratifique lo obrado fuera de los límites del mandato.
b) Cuando no dio a conocer debidamente a los terceros sus poderes. Nada puede reprocharse al
mandatario que ha dado a conocer sus poderes; los terceros se han enterado de la insuficiencia de
sus poderes y probablemente contrataron con la esperanza de una ratificación del mandante.

II. Provisión de lo necesario para cumplir el mandato.


"El mandante es obligado a proveer al mandatario de lo necesario para la ejecución del mandato".
[Art. 2158n°3].
El mandatario no está obligado a emplear recursos propios en el cumplimiento del encargo. La falta
de provisión de fondos lo autoriza para desistirse del encargo [Art. 2159].

III. Obligación de indemnizar al mandatario.


El mandante debe procurar que el mandatario quede indemne de las resultas del desempeño del
mandato18. La indemnización comprende:
a) Reembolso de los gastos razonables causados por la ejecución del mandato [Art. 2158n°2].
b) Reintegro de los anticipos de dinero con los intereses corrientes [Art. 2158n°4].
c) Pago de las pérdidas en que haya incurrido sin culpa y por causas del mandato [Art. 2158n°5].

18
Esta obligación se justifica porque el mandatario obra por cuenta del mandante, y muy especialmente en el mandato gratuito.

~ 14 ~
Contrato de Mandato Jaime Ramírez Cifuentes

IV. Obligación de remunerar al mandatario.


Mandante debe pagar la remuneración estipulada, antes o después del contrato; a falta de acuerdo,
la remuneración será la usual (la que se acostumbra a pagar por la clase de servicios de que se trate).
En caso de desacuerdo de las partes, la remuneración será la fijada por el juez.
El mandante NO puede dispensarse de cumplir estas obligaciones, alegando que el negocio
encomendado no ha tenido buen éxito, o que pudo desempeñarse a menos costo, salvo que pruebe la
culpa del mandatario.
Incumplimiento del mandante.
La infracción del mandante de las obligaciones que le impone el mandato autoriza al mandatario para
excusarse del desempeño del cargo [Art. 2159].
Lógico es que la renuncia del mandato motivada por este incumplimiento no le ocasiona al
mandatario responsabilidad alguna.

Derecho legal de retención del mandatario.


"Podrá el mandatario retener los efectos que se le hayan entregado por cuenta del mandante para la
seguridad de las prestaciones que a éste fuere obligado por su parte" [Art. 2162].

§ EXTINCIÓN DEL MANDATO

El art. 2163 enumera las causales de terminación propias del mandato, sin perjuicio de que se apliquen
también las generales de todos los contratos19.

I. Cumplimiento del encargo.


Esta causal de terminación equivale al pago. Una vez cumplido el encargo, el mandato termina de
pleno derecho.
Ejecutado el encargo termina el mandato. El contrato deja de producir efectos desde ese momento,
pero las obligaciones ya generadas quedan subsistentes y se extinguirán con arreglo a las normas
generales (ordinariamente por el pago)20.
Ahora bien, esta forma de terminación sólo tiene cabida en el mandato especial, en que la ejecución
del negocio determinadamente encomendado agota el objeto del encargo y por consiguiente los
poderes conferidos.

II. Llegada del plazo o cumplimiento de la condición prefijados.


Se entiende que la condición resolutoria no opera con efecto retroactivo.

III. Revocación del mandante.


Al ser un contrato de confianza y que, por regla general, ceda en beneficio exclusivo del mandante,
éste puede ponerle unilateralmente fin, cuando lo estime conveniente.

19
Así, puede terminar por mutuo disenso, aunque no es habitual, pues requiere la voluntad de ambos, dado que en rigor
basta una de ellas para terminarlo, ya sea por revocación o renuncia. Puede terminar también por transacción; caso
fortuito; confusión o por la declaración de nulidad.
20
Ej: Terminado el mandato, puede subsistir la obligación del mandatario de rendir cuenta y de restituir lo recibido y la del
mandante de pagar la remuneración estipulada o usual.

~ 15 ~
Contrato de Mandato Jaime Ramírez Cifuentes

La revocación es una facultad discrecional del mandante, quien puede revocar el contrato a su
arbitrio [Art. 2165].
La revocación es procedente aun cuando se hubiere estipulado remuneración por los servicios. El
art. 2165 no distingue entre mandato gratuito o remunerado. Si el mandatario ya había iniciado la
gestión, los honorarios re regularán proporcionalmente.

Irrevocabilidad del mandato. La facultad de revocar el contrato es de la esencia del mandato, no de su


esencia. Por ende, es lícito estipular la irrevocabilidad.
Incluso, la irrevocabilidad se subentiende cuando el interés legítimo de un tercero exige el mante-
nimiento del mandato. /Stichkin/ sostiene que este principio se encuentra consagrado en el art. 241
CCO, norma especial que excede los límites de la legislación mercantil, rigiendo para todo mandato.

Pacto de irrevocabilidad. Se entiende que es legítimo por los siguientes argumentos:


a) El art. 12 permite la renuncia de todo derecho que mire el solo interés del renunciante.
b) La ley ha prohibido en ciertos casos la irrevocabilidad, de lo que se colige que por regla general
se permite.
Sin embargo, se entiende que este pacto no es lícito en un mandato general de administración. El
orden público se opone, pues conduciría a una especie de incapacidad relativa respecto del mandante,
la que sólo puede tener origen en la ley.

Efectos del pacto de irrevocabilidad.


1. Pactada la irrevocabilidad, no puede el mandante prohibir a los terceros que contraten con el
mandatario.
2. Los actos y contratos celebrados por el mandatario después de la prohibición son válidos y
obligan al mandante aun cuando los terceros hayan tenido conocimiento de ella.
3. Como los contratos deben ejecutarse de buena fe, el mandante debe abstenerse de ejecutar por sí
el acto que encomendó al mandatario. Si contraviene y hace imposible al mandatario ejecutar el
encargo porque se adelanta a ejecutarlo personalmente, quedará responsable de los perjuicios que
de ello se sigan al mandatario.

~ Si el negocio interesa al mandante y mandatario o al mandatario y terceros, el mandante no puede


revocar a su arbitrio, por el principio del art. 1545 (no puede dejarse sin efecto sino por consentimiento
de las partes (mandante y tercero)21.

La revocación puede ser:


1. Total o parcial.
2. Expresa o tácita [Art. 2164].
a) Expresa: Cuando se hace de palabra o por escrito, público o privado. Basta que el mandante
manifieste de forma clara su voluntad de dar término al encargo.
b) Tácita: Se produce por el encargo del mismo negocio a distinta persona22.
\Jurisprudencia\ señala que para que opere la revocación es necesario que el nuevo mandatario
acepte el encargo. En contra /Stitchkin/, pues la ley solo exige que se "encargue".

21
Se entiende que el mandato interesa a un tercero siempre que forma parte de un contrato al cual accede como condición
prevista por las partes para darle cumplimiento total o parcial.
22
/Stitchkin/ afirma que no es el único caso, bastando que aparezca claramente la intención del mandante de poner término
a la gestión para que se entienda revocado el encargo, como si ejecuta por sí mismo el negocio confiado al mandatario.

~ 16 ~
Contrato de Mandato Jaime Ramírez Cifuentes

~"Si el primer mandato es general y el segundo especial, subsiste el primer mandato para los negocios
no comprendidos en el segundo" [Art. 2164.2]. La ley no resuelve el caso inverso, o sea, si el mandato
general posterior revoca uno especial conferido con anterioridad. /Stitchkin/ señala que la solución es
la misma.

\!/ Aún en el caso que el mandato se haya otorgado por escritura pública, la revocación no está sujeta
a formas especiales. De modo que puede ser expresa (verbal o escrita) o tácita. No es necesario que la
revocación se otorgue de la misma forma, ni tampoco que se tome nota de la revocación al margen de
la escritura matriz, pues la revocación no puede ser considerada contraescritura.
Exc./ Mandatos en que la ley establece una solemnidad para su constitución.

La revocación, sea expresa o tácita, produce su efecto desde el día que el mandatario ha tenido
conocimiento de ella [Art. 2165].
La noticia al mandatario puede darse de cualquier forma: de palabra, por escrito, cartas, telegramas y
aún por avisos en los diarios. Sólo es menester que efectivamente la noticia de la revocación haya
llegado a conocimiento del mandatario.
"Incumbe al mandante probar que el mandatario tuvo conocimiento de la revocación, pues en virtud
de esa prueba se libera de las obligaciones que el contrato generaba para él".

Efectos de la revocación respecto del mandatario.


Desde que el mandatario toma conocimiento de ella, cesa en sus funciones y debe abstenerse de
seguir actuando para el mandante (salvo lo estrictamente indispensable para evitarle el mayor daño por
la suspensión inmediata de la gestión). Si el mandatario contraviene deberá indemnizar los perjuicios
que irrogue al mandante [Art. 2173.2].
El mandatario debe restituir al mandante los instrumentos que recibió para la ejecución del encargo.

Efectos de la revocación respecto de terceros.


La revocación es inoponible a terceros de buena fe, estos son, aquellos que la ignoran. Para estos
el mandato subsiste y los contratos que celebren con el mandatario obligan al mandante, el cual no
puede excusarse de cumplirlos alegando que revocó el encargo, pues la revocación no les empece.
Incumbe al mandante probar que los terceros conocían la revocación 23. La prueba del conocimiento
de los terceros puede aportarse por todos los medios de prueba, incluso testigos24.
El art. 2173.final faculta al juez a liberar al mandante de responsabilidad cuando se han hecho
publicación de avisos en periódicos, y que en su prudencia los terceros tuvieron conocimiento de la
revocación.
Aun cuando la revocación no hubiere sido notificada al público por periódicos, el juez puede
absolver al mandante en todos los casos en que no pareciere probable la ignorancia del tercero. El
legislador ha dejado entregado a la prudencia del juez establecer si los terceros estuvieron o no de
buena fe al tiempo de contratar.
La buena o mala fe de los terceros debe examinarse al tiempo de la contratación con el mandatario.
El conocimiento que puedan adquirir con posterioridad es irrelevante.
Terceros de mala fe carecen de acción contra el mandante y contra el mandatario, éstos serán
absueltos. No mejora la condición de los terceros que el mandatario haya estado de buena fe. La buena
fe del mandatario le aprovecha a él personalmente, que no responderá al mandante.

23
La buena fe se presume [Art. 707].
24
Se trata de la prueba de un hecho, por lo que no rige la limitante del art. 1708.

~ 17 ~
Contrato de Mandato Jaime Ramírez Cifuentes

IV. Renuncia del mandatario.


Al igual que el mandante, el mandatario puede ponerle unilateralmente fin al mandato. No requiere
explicar ni fundar su resolución.
Puede renunciar no sólo cuando el mandato es gratuito, sino también cuando es remunerado.
El mandatario que renuncia no incurre en responsabilidad por esa sola causa, sin perjuicio de la
obligación de proveer a los negocios por un tiempo razonable.
La facultad del mandatario de renunciar al mandato es de la naturaleza de éste. Será irrenunciable:
a) Cuando se ha estipulado la irrenunciabilidad;
b) Cuando el mandato forma parte de otro contrato al que accede como medio querido por las partes
para darle cumplimiento.
c) Cuando la ley priva al mandatario del derecho a renunciar el mandato [Art. 242 CCO].
En estos casos, la renuncia no vale, no produce efecto jurídico alguno25.

\!/ La renuncia debe ponerse en conocimiento del mandante, por cualquier medio [Art. 2124 y 2167];
pero no surte sus efectos sino al cabo de un tiempo razonable para que mandante pueda adoptar las
medidas necesarias. Por ende, el mandatario deberá seguir atendiendo los negocios por un tiempo
prudente. La renuncia no pone término instantáneo al contrato26.

Si los mandatarios son dos o más, la renuncia de uno no pone término al mandato respecto de los
demás, salvo que deban obrar conjuntamente [Art. 2127 y 2172]. Por último, existen reglas
especiales para la renuncia del mandato judicial [Art. 10 CPC].

V. Muerte del mandante o del mandatario.


El mandato es un contrato de confianza. Es por ello que la muerte de una de las partes ponga fin al
mandato. El mandante no tendrá la misma confianza en los herederos del mandatario; y a su vez los
herederos del mandante no inspirarán al mandatario los mismos sentimientos de afecto y estimación27.
\!/ La muerte del mandante produce la terminación del mandato, pero mientras el mandatario la
ignore, lo que éste haya hecho en ejecución del mandato será válido y dará derecho a terceros de buena
fe contra los herederos del mandante [Art. 2173].

La muerte del mandante pone fin al mandato, salvo las siguientes excepciones:
a) Es lícita la estipulación por la que se conviene que el mandato subsista no obstante la muerte del
mandante. El orden público no se opone a este pacto.
b) Es lícito conferir un encargo que debe ejecutarse después de la muerte del mandante. /Algunos/
sostienen que debe revestir la forma de un testamento. En contra /Stitchkin/.
c) Muerte del mandante no pone fin al mandato si éste interesa también al mandatario o terceros.
d) Subsistencia del mandato judicial.
e) Subsistencia de la comisión mercantil.

25
Si de hecho abandona los negocios, incurre en responsabilidad contractual, salvo que se encuentre en imposibilidad
de administrarlos, caso en el cual será absuelto conforme a las reglas generales de responsabilidad [Art. 1547 y 1558].
26
Si el mandatario no continúa prestando atención a los negocios, deberá indemnizar los perjuicios que la renuncia
cause el mandante (responsabilidad contractual). Cesa esta responsabilidad si la renuncia es motivada:
a) Por imposibilidad de administrar por enfermedad u otra causa, y:
b) A consecuencia de que la gestión le cause grave perjuicio de sus intereses propios.
27
Se asimila a la muerte del mandante o mandatario, el término o fin de la personalidad jurídica, si tienen esa condición
y en tal calidad han contraído el mandato a través de sus representantes.

~ 18 ~
Contrato de Mandato Jaime Ramírez Cifuentes

VI. Quiebra (liquidación) o insolvencia del mandante o del mandatario.


1. Liquidación o insolvencia del mandatario: No merece confianza como gestor de negocios ajenos
quien no ha sido capaz de gestionar los negocios propios.
2. Liquidación o insolvencia del mandante: Estará impedido para cumplir las obligaciones del
mandato o, como en el caso de la liquidación, la administración de sus bienes pasa al liquidador.

VII. Interdicción del mandante o del mandatario.

VIII. Cesación de funciones en cuyo ejercicio se otorgó el mandato.

IX*. Falta de uno de los mandatarios conjuntos.


A las causales señaladas en el art. 2163, debe añadirse la falta de uno de los mandatarios cuando
éstos son varios y deben obrar de consuno.

Actos ejecutados por el mandatario después de expirado el mandato.

Los actos ejecutados por el mandatario, después que el mandato ha tenido fin, no obligan al mandante, le
son inoponibles. Esta regla general tiene excepciones, que se fundamentan en la buena fe de los terceros
con quienes el mandatario contrata:
a) Si el mandatario ignora que el mandato ha terminado y cree que el mandato subsiste (buena fe), los
actos que ejecute obligarán al mandante para con los terceros que, por su parte, ignoraron la
extinción del mandato. En esta situación, tanto el mandatario como los terceros están de buena fe.
b) Si el mandatario sabía de la expiración del mandato, pero esta circunstancia era ignorada por los
terceros (buena fe), se obliga igualmente el mandante. La buena o mala fe del mandatario es
indiferente en las relaciones del mandante y terceros. Importará solamente en las relaciones de
mandante y mandatario.
En ambos casos debe el mandante cumplir las obligaciones contraídas por el mandatario; pero tiene
derecho a demandar perjuicios al mandatario de mala fe. Toca al juez decidir acerca de la buena o mala
fe de los terceros.

~ 19 ~
Contrato de Mandato Jaime Ramírez Cifuentes

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