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La cigarra y la hormiga

Descripción: Una cigarra perezosa molesta a la hormiga que trabaja todo el tiempo.
Pero cuando llegue el invierno, aprenderá una valiosa lección.

Personajes: Cigarra, Hormiga

PRIMER ACTO

La hormiga aparece en el escenario, muy atareada, recogiendo grano y frutos del suelo
para poder llevarlos a su hormiguero. Del otro lado, la cigarra se encuentra recostada y
tarareando una canción.

Cigarra: ¡Qué tonta eres! Con lo bonito que está el día y tú ahí, rompiéndote el lomo
como una burra.

Hormiga: Trabajar no es de burros.

Cigarra: ¿Pero se puede saber por qué te empeñas en recoger tanta comida? ¡Es
primavera! Hay grano por montones, ni que se fuera a acabar.

Hormiga: Ahora no, pero en invierno sí. Conviene tener reservas para entonces.

Cigarra: Pues que flojera, ¡yo no quiero trabajar! El día está tan lindo.

Hormiga: ¿Qué harás cuando llegue el invierno y no puedas tomar el sol?

SEGUNDO ACTO

La hormiga se encuentra afuera de su hormiguero, esta vez parece estar haciendo


unas reparaciones en el exterior, puesto que ahora trabaja con las manos cerca de la
puerta. De pronto llega la cigarra.

Cigarra: ¡¿Cómo?! ¿Sigues aquí trabajando? Yo pensé que a estas alturas te habrías
tomado un descanso ya.

Hormiga: Ya habrá tiempo para eso, por ahora estoy ocupada.

Cigarra: ¿Y ahora qué haces?

Hormiga: Estoy reforzando las paredes de mi hormiguero. El invierno será duro y quiero
que mi casa esté segura y calientita. Hay mucha comida que se debe mantener en
buen estado ahí adentro.

Cigarra: Eres tan aburrida.


Hormiga: ¿Sabes? Tu todavía estás a tiempo de prepararte. Muy pronto cambiarán las
estaciones y tendrás que hacer tu propio refugio,

Cigarra: Yo duermo donde sea y como de lo que encuentro. No soy tan estúpida como
tú como para desaprovechar mi tiempo libre.

Hormiga: ¡Estúpida, yo! Mira, cuando llegue el frío, no vengas a pedirme ayuda que yo
te lo advertí.

La cigarra pone los ojos en blanco y se va.

TERCER ACTO

Es invierno, el escenario muestra una escenografía llena de nieve. La cigarra aparece


temblando y muy débil. Se acerca a la casa de la hormiga y toca a la puerta.

Hormiga (desde adentro): ¿Quién es?

Cigarra: Soy yo, ábreme que tengo frío y no he podido encontrar nada de comer.

Hormiga: No me digas.

Cigarra: Sí, ya no queda grano en ningún sitio y no tengo lugar donde refugiarme.

Hormiga: Y tú que te burlabas de mí por trabajar tan duro en los meses cálidos.

Cigarra: Bueno, es que como veía que habías juntado tanta comida, pensé que igual te
alcanzaba para las dos.

Hormiga: ¡Qué falta de vergüenza! Si no hubieras sido tan mala conmigo, igual te
dejaría entrar. Pero no pienso que nadie se aproveche de mi trabajo. Lo siento, tendrás
que buscar otro sitio.

La cigarra, temblando, se sienta en el suelo.

Cigarra: Ahora sé que el trabajo duro, es una bendición.

FIN

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