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Comienzo diciendo que al estar mirando el documental sentí mucha rabia y dolor al escuchar los

testimonios. Desde aquí, me parece que el documental aborda, principalmente, los problemas de la
producción de alimentos, salud y el cuidado de la naturaleza. Y a mi manera de ver pone en evidencia
la forma de entender la producción de alimentos, de alimentarnos, desde diferentes formas de vivir
y/o sobrevivir.

Por una lado está el modelo agroindustrial, extractivo, con su forma de producción homogeneizante
y con el uso de paquetes tecnológicos, como los agroquímicos, y sus consecuentes daños. Por otro
lado una agricultura que respeta la biodiversidad, los ecosistemas, que intenta siempre cuidar la
naturaleza, la vida. Es decir, a mi parecer se contraponen dos formas de producción.

Sin embargo me parece que habría que darle más vueltas a varios puntos: habría que preguntarnos
si la opción es regresar a modelos anteriores de agricultura, si eso fuera posible, o si habría que
pensar en una “re-actualización” de esas formas de agricultura comprometidas con una relación
diferente entre los seres humanos y con la naturaleza.

También creo que habría que preguntarnos más sobre la manera de plantear el problema; pues por
un lado pareciera como si alguien, o algunos, unos cuantos, estuvieran planeando todo esto o si más
bien habría que pensar que es la forma de relación social imperante, y que todos reproducimos, lo
que nos está llevando a esta situación. Aunque debo aclarar, que sí pienso que hay una mayor
responsabilidad por muchos problemas en unas personas que en otras, pero no creo que estas
personas estén pensando y planeando la forma de hacer daño, es decir no es un problema que
generan solo algunas personas por ser “malas”, más bien pienso, y en el documental varios
entrevistados lo dicen de manera muy clara, que la lógica del dinero, de producir mercancías, es lo
que los lleva a priorizar una manera de producir que otra. Y es aquí donde creo que habría que
reflexionar y preguntarnos más. Es decir, pienso que el problema es esta forma de relación social
imperante, con esta lógica de producir mercancías (y donde la naturaleza termina siendo una
mercancía mas) para poder sobrevivir, que no para vivir.

Finalmente me quedo con el testimonio de muchos al compartir que a partir de producir de otra
manera nuestros alimentos, estamos produciendo otra manera de relacionarnos entre los seres
humanos y con la naturaleza. Y desde esta posición, estamos construyendo otra manera de vivir. Y
si, desde la autonomía y la soberanía alimentaria se puede pensar en un pueblo libre.

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