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Conciencia profunda de las plantas

Plantas solo como organismos biológicos,

Yo creo que los seres más sabios de la naturaleza son las plantas, ellas son tan nobles que son las
que nos sostienen la vida, el ecosistema o mejor dicho: la casa en que vivimos.

Es decir, biológicamente hablando son quienes nos proveen oxígeno y comida, son ellas quienes
convierten la energía en materia, es decir, son ellas quienes toman la energía del sol (o energía
lumínica) y la transforma en materia de planta, luego esta es comida por animalitos que a su vez
se comen otros animalitos, como lo hacemos los humanos, lo que se conoce como cadenas
tróficas. Esto hace que la energía del sol circule a través de todo el ecosistema terrestre, en forma
de materia.
Adicionalmente, al parecer ellas tienen una intrincada red de comunicación debajo de la tierra, que
les permite cuidarse entre sí. Ya que mediante las raíces que posee las plantas, que les sirven para
absorber nutrientes como agua y otras sustancias, también sirven para mandar señales y compartir
aquellas sustancias que posean unas y las otras no. De esta manera, las plantas cuidan de la
supervivencia de unas y otras, y asegurando hasta nuestra existencia.

Sin las plantas todo el planeta tal como lo conocemos hasta ahora, colapsaría. Toda la exuberancia
que ustedes ven a su alrededor, desaparecería. Las hermosas playas, donde se lucen bellas gafas de
sol, los nevados donde van a escalar, y a hacer deportes extremos, donde hacemos hermosas selfies,
todos acabaría, y solo quedaría las bellas gafas de sol, que para ese entonces ya no lucirán tan bellas.

Ahora bien, las plantas son tan hermosas, que a pesar del daño que les hacemos cortando bosques
enteros, para darle paso a la industria, al progreso; ellas en su enorme benevolencia nos perdonan.
Puesto que la industria lo único que hace es contaminarnos, hacernos comprar cosas que no
necesitamos, todo en post de la vanidad. Vanidad que al nivel de exageración que tenemos, nos
lleva a acabar con todo lo que hay a nuestro alrededor. Y sin embargo y pese a todo ese daño que
les estamos haciendo a la plantas, ellas siguen asegurando la existencia de todos los humanos que
hay. Incluso abusamos de la generosidad de las plantas, ya que cada día hay más humanos y menos
plantas.

Entonces, digámonos nosotros mismos, si esto no es lo más egoísta que hay, los humanos somos
tan egoístas que no nos importa el otro. En nuestro egoísmo estamos acabando con todo, incluso
con los de nuestra propia especie. Porque así como estamos acabando con las plantas, los otros
animalitos, también estamos acabando con nosotros mismos. Esa competencia con el otro, que se
convierte en una lucha de poderes por cual cree en el verdadero dios, o tiene más conocimiento,
más reconocimiento, más moral, más dinero, más experiencias, o incluso más espiritualidad o más
“ amor” , hace que muchas veces el otro se vuelva mi enemigo, emoción a la cual le llamamos
envidia.

Porque me atrevería a decir, que todos los humanos, unos más otros menos, hemos sentido envidia
y si creemos que no la hemos sentido es por qué no tenemos la conciencia aun despierta.
Frecuentemente queremos tener lo que el otro tiene, por que no nos amamos a nosotros mismos y
lo que hemos logrado con nuestras capacidades. Por qué el ser humano tiene tantas capacidades,
que bien sea por andar en la envidia, el egoísmo o la pereza entre otras cosas, muchos no las
desarrollamos. Otros han desarrollado sus capacidades, pero la han puesto al servicio del
detrimento humano y casos en la historia hay muchos.

Y no solo la envidia es un factor dañino para la humanidad, puesto que el otro también se convierte
en mi enemigo, porque es diferente a mí. No somos capaces de aceptar la diferencia, y pensamos
que si el otro no piensa como yo, o no actúa como yo o si no tiene los mismos gustos que yo, no
merece mi respeto, y en muchas ocasiones hasta merecedores de mi odio. O si no revisen la historia
y verán como han sufrido, los homosexuales, los negros, o las mujeres, por que en algún punto se
atrevieron a pensar diferente, a sentir diferente, o tan solo ser físicamente diferente.

Por lo tanto, invitémonos a dejar de lado, tanto odio, tanta envidia, tanto resentimiento,
perdonemos unos a los otros, respetémonos, y valorémonos por lo que somos por esas enormes
cualidades de las que somos conscientes, y de aquellas que aún no las dejamos que se desarrollen.
Por qué créanme cuando les digo que entiendo el dolor y la tristeza, es algo terrible que no se lo
deseo a ningún ser, porque opaca su hermosa alma. Y sé que muchos han pasado por cosas tan
terribles que ni siquiera me atrevo a imaginar, pero piensen en las plantas y su gran bondad.
También invitémonos a sembrar, a cuidar nuestra naturaleza, nuestro alrededor, a cuidar de
nosotros mismo y del otro. El que crea en un dios judeo- cristiano, recen por el perdón de sus
pecados, pero no sigamos cometiendo los mismos errores. Los que meditan, háganlo debajo de un
árbol y absorban esa gran sabiduría que habita en esos seres, los ateos mediante el pragmatismo,
actúen en post del bien del otro, pero todos juntos, salvemos nuestra especie y vivamos en armonía
con nuestro planeta.

Sociedades.

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