Está en la página 1de 2

Seis semiólogos en busca del lector – V.

Zecchetto

Capítulo 6 – Eliseo Verón

Teoría de los discursos sociales: Verón entiende que los fenómenos sociales son procesos
de producción de sentido. Los discursos son formas compuestas socialmente con materias
significantes, constituyen una forma de abordaje de los fenómenos sociales.

En esta teoría de la discursividad, Verón tiene una fuerte influencia de Ch. Peirce:
Lo que Verón rescata de Peirce es la cuestión de la materialidad del sentido, a partir de la
Terceridad. En la teoría del estadounidense, lo Real aparece dentro del funcionamiento del
signo, que siempre es algo que se representa en una mente. Esta materialidad no estaba
presente en teorías como la de Saussurre, que detenta una mirada estática del signo.

La teoría de los discursos sociales supera la dimensión de la lengua (es translingüística), en


la medida en que se ocupa de dos fenómenos que habían quedado fuera de los estudios de la
lengua: la materialidad del sentido y la construcción de lo real en la red de la semiosis. La
semiosis es para Verón el proceso de producción social de sentido, que al igual que Peirce, es
infinito, y para analizarlo sólo se puede cortar un fragmento de ese proceso (cristalizaciones) y
distinguir las operaciones presentes, sólo con fines analíticos:
La semiosis “sólo puede tener la forma de una red de relaciones entre el producto y su
producción; sólo se la puede señalar como sistema puramente relacional: tejido de enlaces
entre el discurso y su otro”.

La teoría de los discursos sociales entiende a los fenómenos sociales como procesos de
producción de sentido, lo que implica comprender que todo producto social tiene una dimensión
significante y que la producción de sentido es siempre social.

La continuidad del proceso semiótico se observa en cuanto los discursos son


configuraciones espacio temporales de sentido que siempre mantienen relación con sus
condiciones de producción y sus efectos (o sea, toda producción puede ser vista como
reconocimiento de un texto anterior). Toda producción de sentido tiene una serie de
restricciones en su producción (condiciones de producción) y restricciones en su
conocimiento (condiciones de reconocimiento). Todo texto se vincula con estas condiciones
a partir de ciertas reglas, operaciones de asignación de sentido en las materias significantes.
Es lo que Verón llama gramáticas (de producción y de reconocimiento).
Estas gramáticas se pueden reconstruir a partir de marcas, huellas de sus condiciones que
quedan presentes en la materia significante. La circulación de esos discursos no deja marcas,
dado que sólo es identificable en el análisis, y no en el desarrollo de la semiosis social.

Contrato de lectura: es el nexo que aparece entre los lectores (quienes realizan el
reconocimiento) y los soportes, que se observa en los niveles de funcionamiento de los
discursos: el nivel del enunciado (lo que se dice) y el nivel de enunciación (cómo se dice). Este
estudio permite distinguir que el enunciador se posiciona en un determinado lugar y pone en
otro al destinatario.

Cuestiones eliminadas del resumen por no haber sido mencionadas en clase: tipología de
enunciadores, restricciones en el análisis del contrato de lectura, construcción del discurso
político: pag 263-269.

La circulación social de los discursos permite el análisis de la problemática de lo ideológico y


del poder dentro de los mismos: “llamo ideológico al sistema de relaciones de un discurso
con sus condiciones de producción, cuando éstas ponen en juego mecanismos de base del
funcionamiento de una sociedad”. El análisis de lo ideológico en los discursos, es el análisis de
las huellas de las condiciones sociales de su producción. El poder es el sistema de las
relaciones de un discurso con sus efectos, cuando las condiciones de reconocimiento
conciernen a los mecanismos de base de una sociedad. Lo ideológico y el poder son
dimensiones del funcionamiento de los discursos y además designan gramáticas.
Esta mirada de lo ideológico como dimensión, implica que lo ideológico puede investir
cualquier materia significante, lo que permite concluir, por ejemplo, que la ciencia también es
ideología.

A partir de la segunda tricotomía de Peirce (la relación del signo con su objeto, ícono, índice y
símbolo, Verón analiza la construcción del sujeto en el seno de la semiosis.
A partir de los mecanismos indiciales (el índice es el signo que se relaciona con su objeto en
tanto que lo señala, no tiene ningún parecido, como el humo del fuego) Verón observa dos
fenómenos: los comportamientos sociales en su interacción y las estructuraciones de los
espacios sociales, lo que constituye la materialidad significante de la semiosis social.
Como el funcionamiento indicial se da a través de reenvíos basados en la metonimia, la mayor
parte de estos procesos son realizados por el cuerpo, lo que habla del “cuerpo significante”.
Dentro del proceso de socialización, cada conducta pertenece a múltiples cadenas
metonímicas diferentes. En este espacio de socialización surge la imagen del propio cuerpo.

Verón entiende que la lingüística no permite el estudio de la producción social de los discursos
porque necesita de un análisis que abarque los procesos de la discursividad. Plantea en su
pragmática, partiendo de la premisa de que “decir es hacer cosas con palabras”, es
necesaria una “teoría de los comportamientos sociales”: “la historia, la sociedad, la Cultura,
sólo se encuentran en el seno de los intercambios, de las interacciones diversas, de las
instituciones, de las relaciones sociales; en otras palabras, de los discursos.

También podría gustarte