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Cantemos con amor himno ferviente

al ínclito San Luis, al ínclito San Luis

¡Gloria al patrón, magnífico y clemente,

de esta ciudad puntana, que se siente

bajo su amparo y protección, feliz!

Una madre cristiana nos lo diera

y en su regazo, santo lo crió;

y fue ya en su niñez su vida austera

aurora que venturas auguró.

II

El Sepulcro, de Cristo lo reclama

Y se hace entonces, héroe de la Cruz;

Damieta su valor y fe proclama

Y el triste cautiverio su virtud.

III

Sus estados gobierna dulce y fuerte

Y hace cumplir de Dios la santa ley;

Y Francia fue feliz hasta su muerte,

Celosa de la gloria de su Rey.

IV

Corazón compasivo del obrero,

Por mil maneras fomentó su bien;

Fue padre del humilde jornalero,

De viudas y de huérfanos sostén.


V

Protector fue de artistas y de sabios,

Del gran Tomás de Aquino amparador.

Gustó de oír la ciencia de sus labios

Y al arte dio magnífico esplendor.

VI

Fue su lema sagrado la justicia

Y justiciero fue, noble y leal;

Jamás guio su juicio la malicia

Temiendo sólo al Juez Universal.

VII

Se abrazó con la lepra y con la peste

Y en él halló sostén la ancianidad.

En pos de sí dejó huella celeste

de luz, de amor, de excelsa caridad.

VIII

Al morir en las playas africanas,

Su muerte fue el oriente de su sol.

La fe y la piedad, de su alma soberanas,

serán sin fin su místico arrebol.

IX

Fue cruzado de Cristo sin segundo

Y es de la Iglesia púrpura real.

Pequeños son los ámbitos del mundo

Para servir a Luis de Pedestal.

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