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“ESTIMULANDO LAS INTELIGENCIAS

DE NUESTROS HIJOS E HIJAS”

El desarrollo psicológico de un ser humano es un proceso largo y muy


complejo, que, por momentos, es lento, lleno de ensayos y errores, que va
ocurriendo un paso a la vez y en una secuencia predeterminada, pero, hay
momentos en que también, es acelerado, ocurre en múltiples niveles y usando
procesos a veces poco claros de entender.
Este desarrollo, implica poner en marcha los componentes innatos con los
que el ser humano nace, a través de actividades que permitan la adquisición y uso
de información, proveniente primero del exterior – como las sensaciones y
percepciones – y luego del interior – como los pensamientos y los afectos – para
generar nuevos conocimientos, en un ciclo que parece no tener fin.
A fin de entender un poco este proceso, es importante tener muy claro,
cuáles son los elementos que implican este desarrollo y qué significan cada uno
de ellos. Por ello, a continuación, se presenta una breve explicación de los
términos a usar:

CAPACIDAD:
Los seres humanos, nacemos con un conjunto de cualidades y aptitudes
que nos permitirán subsistir primero y luego, interactuar con el entorno para,
finalmente, aprender de este y modificarlo. Estas condiciones innatas, son lo que
se llaman capacidades. Inicialmente, son de carácter físico, pero rápidamente,
dan paso a las de carácter intelectual, que van tomando más importancia y se
mantienen hasta el final de la vida. No obstante, también van apareciendo en
distintos periodos, las capacidades emocionales y sociales, cuya función, es
optimizar y diversificar las posibilidades del desarrollo psicológico.
Es importante aclarar, que una capacidad no es lo mismo que un talento.
Por un lado, las capacidades son comunes a la especie, aunque en términos de
posibilidad de desarrollo, no todos las poseemos en la misma cantidad. Es así
como, por ejemplo, todos nacemos con la capacidad de la atención o del lenguaje,
pero el desarrollo de estos no será igual para todos, incluso, si están en un mismo
ambiente y bajo un estricto régimen de estimulación. En contraparte, un talento,
aunque en sí mismo es también una capacidad, posee un desarrollo mucho mayor
al esperable, aun sí, es sometido a un ambiente o condiciones similares para otras
personas. Así, por ejemplo, dos personas a las que se les enseña a tocar el piano
pueden obtener desempeños distintos, pero relativamente similares porque sus
capacidades son más o menos las mismas, pero una persona con uno o más
talentos asociados al aprendizaje y la ejecución musical, obtendrá un desempeño
muy por encima al de las otras dos personas, bajo las mismas condiciones.
ESTIMULACIÓN:
Es el proceso de hacer que las aptitudes innatas del ser humano, a través
de incentivos o recompensas, motivación y modelamiento, se conviertan en
actividades mucho más refinadas y especializadas. Por supuesto, estos estímulos
que aparecen espontáneamente en el entorno o que son provocadas por otras
personas, solamente incitan a la activación o bien, la regulan y direccionan, pero
no modifican capacidades ni mucho menos, las anulan.
Es por ello por lo que se considera a la estimulación como una actividad
que permite al niño o niña, poner su interés en un estímulo específico para que
este reaccione ante el mismo, pero por esa misma razón, es posible que aparezcan
varias clases de respuestas y, aunque un estímulo puede buscar una reacción en
específico, no necesariamente la generará.

HABILIDAD:
Básicamente, una habilidad es la capacidad que, tras ser estimulada, se ha
probado, entrenado y refinado. En un sentido más amplio, es una aptitud
especializada, que puede ser de índole física, mental o social y que permite o
ayuda en el desenvolvimiento cotidiano de las personas. Ejemplos claros son la
concentración, la socialización, que son de vital importancia para nuestro día a
día y, sin embargo, puede decirse que algunas son más importantes que otras, sin
necesidad de que haya una verdadera jerarquía.
Según la Organización Mundial de la Salud, el desarrollo humano se da en
base a la aparición y dominio de un número determinado de habilidades
humanas, tales como:

- Valorarse: Es la habilidad de conocernos, aceptarnos y querernos. Implica,


saber qué somos, cómo somos y de qué somos capaces y, en base a ello, dar
un valor a nuestra existencia. Recibir felicitaciones por esforzarnos, por
realizar un buen trabajo y por tratar de descubrir y ampliar nuestro repertorio
de posibilidades, facilitan el desarrollo de esta habilidad.

- Entender al otro: Es la habilidad de percibir, entender e incluso compartir


los sentimientos y pensamientos de quienes nos rodean o de quienes son
importantes para nosotros. Técnicamente, es imposibles saber qué hay en la
mente de otra persona, pues no poseemos su configuración mental ni hemos
pasado por sus experiencias ni percibimos de la misma manera el entorno
que nos rodea, pero, la habilidad implica el reconocer con cierta certeza lo
observable, es decir, lo que se manifiesta y tratar de compararlo con los
nuestros. Hablar sobre las experiencias de otras personas, dar nombre a las
emociones experimentadas y reconocer los gestos que estos provocan,
facilitan el desarrollo de esta habilidad.
- Comunicarse: Es la habilidad para transmitir información a otras personas
teniendo en cuenta la sensibilidad y valores de estas, pero siendo lo
suficientemente claro como para lograr cumplir con el objetivo por el que se
inició dicha comunicación. Implica un intercambio de ideas u opiniones entre
dos o más personas por una razón específica, que, finalmente, cumple con su
misión sin que ninguna de las partes sea lastimada física o emocionalmente
en el proceso. Enseñar: 1) el uso de las palabras mágicas (por favor, gracias,
buen día, salud, disculpa, etc.), 2) prestar atención al escuchar y, 3) mirar a
los ojos al conversar; son maneras de facilitar el desarrollo de esta habilidad.

- Tomar decisiones: Es la habilidad para elegir entre dos o más alternativas,


una de ellas, como medida o solución ante un problema. Implica, además,
saber cuándo pedir una opinión o no para alcanzar dicha solución, entender
que otros no pueden facilitar este proceso y asumir lo más calmadamente que
se pueda, las consecuencias de dicho acto. Pedirle al niño o niña que decida
sobre cosas simples en su rutina (qué ponerse, qué fruta comer, etc.), pedir
su opinión cuando los padres tengan que elegir o preguntar sobre qué quiere
hacer en ciertos momentos, facilitan el desarrollo de esta habilidad.

- Resolver problemas: Es la habilidad para hallar una solución a los dilemas


que experimente, sin necesidad de hacer uso de la fuerza y buscando
racionalmente que esta, sea lo más beneficiosa posible para todas las partes
involucradas. Implica, además, ser flexible en las soluciones, evitar depender
de otros, sea para delegar la resolución del problema o para hallar una
solución conjunta, pero sí, saber cuando pedir consejo de quienes le rodean.
Enseñar sobre cómo analizar un problema, o dar posibles alternativas de
solución o pedir que busque soluciones hipotéticas a problemas de su
entorno, facilitan el desarrollo de esta habilidad.

- Imaginar: Es la habilidad para crear cosas nuevas o plasmar ideas complejas


mediante palabra o imágenes o medios artísticos o resolver problemas de
maneras no necesariamente lógicas, pero sí efectivas. Implica también, sin
embargo, saber cuando poner freno a la fantasía en busca de lo simple y lo
pragmático. Esta habilidad se alimenta con las artes y el juego libre, pero sin
que esto signifique, romper reglas familiares o normas de convivencia.
Actividades como contar cuentos o dar materiales que permitan la creación y
la expresión libre facilitan esta habilidad. También lo hacen la práctica de
actividades artísticas.

- Usar la lógica y a razón: Es la habilidad para descubrir las conexiones


lógicas, de entender los fenómenos naturales y de buscar la explicación a las
grandes preguntas mediante (cómo, cuándo, por qué) las leyes que rigen la
vida. Implica también, ser capaz de hacer inferencias y de generalizar usando
evidencias. Se reconoce su adecuado desarrollo cuando hay evidencia de
curiosidad ante el entorno y el mundo. Explicar sobre cómo funciona el
mundo, pedir argumentos, enseñar preguntas capciosas y adivinanzas, son
algunas de las muchas maneras que existen para facilitar esta habilidad.
- Controlarse: Es la habilidad para gestionar y controlar sin ayuda de otros, la
expresión de los afectos y los pensamientos vinculados a estos. Es una
habilidad compleja, pues requiere no solamente mucha práctica y tiempo
para lograrla, sino que, además, requiere del logro de otras habilidades y del
refuerzo externo ocasional. Por ello, es importante que, para poder
desarrollar esta habilidad, las personas que hayan estimulado las capacidades
emocionales hayan pasado por un proceso relativamente exitoso de
adquisición de esta habilidad. Dicho esto, actividades como: enseñar el
método D-R-I-C durante situaciones en las que la respuesta emocional sea
muy intensa (Detente – Respira – Imagínalo – Cuéntalo), tomar un tiempo
fuera cuando se requiera, o usar recompensas visuales para reforzar las
respuestas positivas, son sólo algunas de las maneras que hay para facilitar
dicha habilidad.

- Alimentar su mente: Es la habilidad para reconocer, implementar y poner en


práctica, estrategias que faciliten, mejoren o perfeccionen los procesos
cognitivos. Estos procesos, son: la atención, la concentración, la memoria, el
lenguaje, el aprendizaje y el razonamiento; y los usamos en mayor o menor
medida, todos los días, mientras nos mantenemos despiertos. Están
interrelacionados entre sí, por lo que, aun cuando pueden usarse estrategias
específicas para tratar de desarrollar alguna, todas se verán beneficiadas
también. El proceso de escolarización en sí mismo, tiene ya un impacto sobre
esta habilidad, pero su efecto es mayor cuando es disfrutado. Por eso, todas
las actividades en las que esté en juego la adquisición o el uso de
conocimientos son válidos para facilitarla, pero jugar, hacer actividades
artísticas, cantar canciones, son tan válidas como cualquier otra actividad,
sólo que, son más divertidas y atractivas para los niños y niñas. Eso sí,
mientras vayan creciendo, sus actividades deben de mezclarse con otras más
académicas.

- Hacer vínculos: Es la habilidad para relacionarse exitosamente con las


personas de nuestro entorno. Como habilidad, guarda una estrecha relación
con la habilidad de Controlarse pues, sin esta, es muy probable que la
interacción con otros falle, aunque también, guarda relación con las otras
habilidades descritas anteriormente. Esta habilidad, implica ser flexible
según las necesidades del entorno, según las características del o los
individuos con los que se desea establecer el vínculo e incluso, según la etapa
de desarrollo en la que la persona se encuentre. En todo caso, su éxito se basa
en el respeto hacia el otro, en el uso sincero de las normas de cortesía y, en la
capacidad para abrirse emocionalmente a los demás. Para esto, es importante
que existan otros con quienes ir refinando esta habilidad. Por ello, se sugiere
establecer reuniones frecuentes con personas de diferentes edades,
características y circunstancias.

- Entrenar su cuerpo: Es la habilidad para reconocer, implementar y poner en


práctica, estrategias que faciliten, mejoren o perfeccionen las condiciones
físicas propias. Estas condiciones son: la salud, los reflejos, el equilibrio, la
coordinación y, la especialización motora (psicomotricidad). Por ello, esta
habilidad, implica mantener una buena alimentación, mantener un adecuado
aseo, una rutina de ejercicios programados o la práctica de un deporte o una
disciplina marcial o la ejecución frecuente de alguna actividad que implique
desgaste físico y entrenamiento (bailes o acrobacias, por ejemplo). Hacer que
los niños y niñas hagan actividades constantes al aire libre o que tengan
competencias físicas ocasionales, son un buen inicio para facilitar el
desarrollo de esta habilidad, pero es importante que, mientras vayan
creciendo, vayan haciendo sus propias rutinas.

- Buscar independencia y libertad: Esta habilidad consiste en buscar


mantener una distancia psicológica saludable con las personas con las que se
mantiene un vínculo. Implica, buscar tener un espacio propio y una relación
provechosa y armoniosa con los familiares, amistades y parejas, pues en
muchos casos, el vínculo que se genera es invasivo o castrante y una persona
somete a la otra en uno o más aspectos de su vida, de manera consciente o
inconsciente y no permite que desarrolle adecuadamente sus otras
habilidades. La regla principal para facilitar esta habilidad es dejar que las
personas intenten o prueben realizar la mayor cantidad de actividades en su
rutina, sin el apoyo de las personas del entorno, hasta que tengan éxito. Por
ello, se recomienda que, desde muy pequeños, se de a los niños y niñas,
actividades a realizar dentro del hogar y que, con el tiempo, estas vaya
subiendo su complejidad, aumenten en cantidad y que se expandan más allá
de sus pertenencias o del mantenimiento de su habitación. Ayuda también,
que tengan un espacio privado.

APRENDIZAJE:
Este proceso cognitivo, implica adquirir nueva información,
conocimientos, técnicas o habilidades, sea por imitación, por instrucción o por
razonamiento deductivo. Nos permite adaptarnos y saber cómo actuar. El
proceso fundamental del aprendizaje consiste en observar (obtener información
mediante los sentidos), analizar (discernir y comprender las leyes que rigen lo
observado) y poner en práctica (la repetición o el entrenamiento de aquello que
se desea aprender). De esta forma, los niños adquieren las tareas básicas
necesarias para subsistir y desarrollarse en una comunidad.

SOCIALIZACIÓN:
Por un lado, puede entenderse la socialización como la habilidad para
interactuar con otras personas en un entorno determinado y bajo ciertas
condiciones propias a la cultura. Por otra parte, sin embargo, también puede
entenderse a la socialización, como el proceso mediante el cual, se comparte al
grupo los aprendizajes de cada individuo, especialmente, las costumbres, el
idioma y las normas de convivencia.
Por ello, la socialización juega un papel no sólo como medio para
interactuar con otros sino también, como medio para el aprendizaje. Es por esta
doble razón, que los niños y niñas deben de relacionarse con diversas personas
(otros niños y niñas, varios familiares, etc.) para desempeñarse con éxito dentro
de la sociedad. Por la misma razón, los principales agentes sociales son la familia,
la escuela y los medios de comunicación.

ATENCIÓN:
Es la capacidad y la habilidad para enfocar, voluntariamente, uno o más
sentidos a un determinado estímulo. ¿Cómo es esto posible? Pues, por un lado,
es la capacidad para activar nuestros sentidos y de mantenernos alertas ante
cualquier posible estímulo que pueda aparecer ante el entorno. A esto, le
llamamos “Arousal”. Por otra parte, es también la habilidad para seleccionar,
enfocar, alternar o dividir esta alerta sensorial hacia uno o más estímulos
específicos, a voluntad. A esto, le llamamos “Atención Alternante”.
En ambos casos, es un elemento clave para el proceso del aprendizaje y
para el desarrollo adecuado de la concentración. En los niños y niñas, este
proceso puede verse alterado por el nivel de motivación. Por ello, ante la
presencia de elementos audiovisuales, el mundo en general suele ser menos
atractivo para ellos y por ende, su capacidad para atender el entorno se puede
hacer intermitente, difuso e incluso, escaso.

CONCENTRACIÓN:
Es la continuación natural del proceso de la atención, al punto que, es
imposible separar uno de otro. Es el estado de la persona que fija el pensamiento
en algo, sin distraerse. Por eso, también se le conoce como “Atención
Sostenida” y es fundamental para el aprendizaje la adquisición de
conocimientos.
Por otra parte, ya que la concentración requiere de un uso mayor de la
energía mental, tiende a ser influenciable también por otros estímulos en el
entorno, razón por la cual, cuando se entrena para convertirse en una habilidad,
es importante también entrenar la resistencia a los distractores del entorno
(estímulos constantes o repentinos).

VALORES:
Los valores son aquellos principios, virtudes o cualidades que caracterizan
a una persona, una acción o un objeto que se consideran típicamente positivos
o de gran importancia por un grupo social. También, son aquellas cualidades que
se destacan en cada individuo y que, a su vez, le impulsan a actuar de una u otra
manera porque forman parte de sus creencias, determinan sus conductas y
expresan sus intereses y sentimientos. En este sentido, los valores definen los
pensamientos de las personas y la manera en cómo desean vivir y compartir sus
experiencias con quienes les rodean.
Si bien, los valores no son ni capacidades ni habilidades, sino más bien,
constructos teóricos, si puede considerarse una habilidad el gestionar dichas
construcciones para regir el propio comportamiento. Por otra parte, aunque cada
individuo presenta una jerarquía propia de valores, estos son relativamente
compartidos por el grupo socio cultural al que se pertenece y por ello, también
puede considerársele como una capacidad “social”.
Entre los valores más importantes, destacan los valores humanos porque
tienen mayor reconocimiento y repercusión en los distintos grupos sociales. Estos
valores se relacionan con la ética, el respeto, la tolerancia, la bondad, la paz, la
solidaridad, la amistad, la honestidad, el amor, la justicia, la libertad, la honradez,
entre otros.

INTELIGENCIA:
Es un constructo teórico que es el resultado de la interacción de todos los
procesos cognitivos. Se define como la posibilidad para resolver problemas
específicos con la información adquirida voluntaria e involuntariamente. Se
puede definir también, como la capacidad para poner en práctica las diversas
habilidades que se poseen con el fin de desenvolverse sin problemas
cotidianamente.
Quienes la estudian, explican que se le puede clasificar por niveles, por el
contenido que desarrollan y por el tipo de uso que se le da. En todos los casos, la
inteligencia está relacionada a la habilidad de un individuo de captar datos,
comprenderlos, procesarlos y emplearlos de manera acertada. No obstante, por
razones prácticas, se les puede clasificar en:
Ω La Inteligencia Lógica – Matemática es la que permite la resolución de
problemas lógicos y matemáticos (operaciones matemáticas, aritmética y
razonamientos lógicamente correctos).

Ω La Inteligencia Lingüística – Verbal consiste en la fluidez en el manejo de la


palabra escrita y hablada (Destreza en la utilización del lenguaje, significado
de los términos, sintaxis, pronunciación) Esta inteligencia brinda a alguien la
capacidad de narrar o escribir poemas.

Ω La Inteligencia Visual – Espacial es la que permite crear modelos en la mente,


con formas, colores y texturas. Aquellos que poseen esta inteligencia son
capaces de transformar en imágenes todo aquello que crean en sus mentes.
Es la que se necesita para dibujar, crear diseños, cuadros y cualquier tipo de
construcción gráfica.

Ω La Inteligencia Corporal – Cinética es la que permite controlar movimientos


de todas las partes del cuerpo a fin de realizar bien determinadas actividades
físicas. Es la que se necesita para desarrollar actividades que requieren de
cierta coordinación y un ritmo adecuado, como los deportes o la danza.

Ω Inteligencia Interpersonal e Intrapersonal: La primera es la que permite


relacionarse con otros seres vivos (expresiones, control de la voz, gestos),
además incluye la capacidad para comprender la afectividad de parte de otros
seres vivos. Por su parte, la Intrapersonal es la conciencia. Es la que se
necesita para establecer comparaciones entre diferentes actos y valorar lo que
hacemos y lo que hacen los demás.

Ω La Inteligencia Musical es la que permite crear sonidos, melodías y ritmos.


Es la requerida para expresar emociones e ideas a través de la música.

Ω La Inteligencia Naturalista es la que permite comprender el entorno natural,


y desarrollar conocimientos en campos relacionados con la naturaleza, como
la biología, la geología y la astronomía.

EMOCIÓN:
Las emociones son respuestas fisiológicas automáticas a estímulos
diversos que, sin embargo, guardan alguna relación con una necesidad o
disposición psicológica. Dicho de otro modo, es una alteración del estado de
ánimo preponderante, producida por un cambio en el estado actual de una cosa,
un hecho o una persona a la que estemos vinculados psicológicamente. Cuando
esta emoción es procesada, se le conoce como sentimiento y son estos los que
determinan nuestro estado de ánimo o sus cambios.
Los estudios sobre la materia han demostrado que existe un fuerte vínculo
entre las emociones (los sentimientos), los pensamientos y las reacciones y
actitudes que el ser humano experimenta en determinados momentos. Dichos
estudios, han demostrado también que, dado que las emociones son respuestas
automáticas y casi instantáneas, no son posibles de controlar directamente, pero
que, a través del manejo adecuado de los pensamientos, estos pueden ser
controlados de alguna manera, tal y como el diagrama S-E-P-R lo demuestra.

SITUACIÓN

EMOCIÓN
PENSAMIENTO

REACCIÓN

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