proceso mediante el cual cualquier ser vivo crece y se desarrolla hasta llegar a su punto de máxima plenitud. La maduración es un proceso debido a que no sucede de un momento para el otro, sino que se da a partir del desencadenamiento de determinados hechos y elementos. En algunos casos, la maduración puede durar breves momentos (como por ejemplo en algunos insectos) mientras que en otros seres vivos puede llevar años (como por ejemplo, el ser humano). Podemos decir que todos los seres vivos pasan por un proceso de maduración que hace que salgan de su etapa más frágil y vulnerable para alcanzar a ser seres completa y plenamente desarrollados que pueden valerse por sí mismos y dejar descendencia para mantener la especie. En el caso de los seres humanos, la maduración es un proceso muy complejo ya que implica nociones y cuestiones no sólo físicas o biológicas sino también sociales y culturales que influyen en gran modo en la manera en la que el individuo va formando su personalidad e identidad. Cuando hablamos de la maduración del ser humano, los especialistas han marcado diferentes etapas. La primera de ellas es la infancia (también subdividible hoy en día en varias infancias), aquella en la que los niños son indefensos, frágiles y deben contar con la asistencia de los adultos para sobrevivir. La infancia se considera que puede llegar hasta los 10 años, momento en el cual el niño o niña entran en la etapa de la pubertad y pre-adolescencia. En este momento comienzan a desarrollar cierta autonomía y buscan cuestionar el mundo que los rodea. La adolescencia es quizás la última parte de la maduración, aquella en la que el individuo termina de formar su identidad, sus intereses y hace frente a miedos, inseguridades, etc. para entrar finalmente en la adultez. Sin embargo, esta clasificación en etapas es muy rígida y hoy en día la sociedad humana presenta muchas variantes a las mismas. En este sentido, hay sociedades en las que el niño pasa a ser considerado un adulto luego de los 10 años y otras en los que los jóvenes muestran rasgos de inmadurez y de adolescencia aún habiendo pasado los 25 años. Esto representa cambios sustanciales con la idea de maduración y por eso el concepto mismo debe ser analizado cuidadosamente en cada caso.