Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Manual de
Reanimación
Cardiopulmonar
Neonatal
Área de Trabajo en
Reanimación Neonatal.
Comité de Estudios
Feto-Neonatales (CEFEN)
Sociedad
Argentina
de Pediatría
Castro, Adriana. Manual de Reanimación Cardiopulmonar Neonatal / Adriana Castro y Gastón Pérez.
1a edición. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Sociedad Argentina de Pediatría, 2014.
104 páginas; 20x28,5 cm.
ISBN 978-987-3715-00-6
CDD 618.92
ideografica@netizen.com.ar
Sociedad Argentina de Pediatría
Coordinadoras
Dra. Adriana Castro
Dra. Lucrecia Bossi
Integrantes
Dr. Juan Pablo Berazategui
Dra. Carola Capelli
Dr. Diego Enriquez
Dra. Susana Gutiérrez
Dr. Gonzalo Mariani
Dr. Javier Meritano
Dra. Romina Molina
Dra. Amorina Pardo
Dr. Gastón Pérez
Dra. Cecilia Rabasa
Dra. Paula Santos
Dr. Edgardo Szyld
Secretario
Santiago Gutiérrez
Prólogo......................................................................................................................................... 13
Presentación................................................................................................................................ 15
Capítulo 6. Medicamentos........................................................................................................... 69
Capítulo 11: Simulación como nueva herramienta docente en RCP Neonatal............................ 115
Bibliografía................................................................................................................................... 125
1. Reanimación cardiopulmonar.
2. Ventilación con presión positiva.
3. Masaje cardíaco.
En el feto una pequeña proporción de sangre pasa a través de los pulmones y el oxígeno que utiliza el feto
es el que obtiene a través de la membrana placentaria. Si la placenta funciona normalmente, el oxígeno es
transferido de la madre al feto y el CO2 difunde. Cuando la placenta falla se acumula ácido en las células por
insuficiente perfusión. El monitoreo fetal puede mostrar menor actividad, menor variabilidad de la frecuencia
cardíaca y desaceleraciones.
El recién nacido durante las primeras respiraciones aumenta la presión en los alveolos pulmonares y co-
mienza la absorción del líquido intraalveolar, ingresa oxígeno y las arteriolas se relajan.
Después del nacimiento, el recién nacido pasa a depender de sus pulmones como única fuente de oxí-
geno; el líquido de los pulmones debe ser absorbido de los alvéolos. Se produce vasodilatación pulmonar,
aumentando el flujo sanguíneo a los alvéolos de modo que el oxígeno pueda ser difundido.
Esta transición normal ocurre en pocos minutos, pero el proceso completo puede completarse en horas
El trabajo en equipo y las habilidades de comunicación son tan importantes como las habilidades técnicas
y cognitivas. Los que reciben (y reaniman) RN deben:
Antes de cada parto de riesgo el equipo neonatal debe tener instrucciones precisas:
factores de riesgo
Conocer los factores de riesgo es muy útil para así poder identificar con anticipación a los recién nacidos
que puedan requerir alguna maniobra de reanimación.
¿Qué factores de riesgo se asocian con la necesidad de reanimación neonatal?
Puntaje de Apgar
El puntaje de APGAR es útil para reunir información del estado general y la respuesta a la reanimación.
Cuando es aplicado adecuadamente es una herramienta de evaluación estandarizada. Provee un registro de
la transición feto-neonatal. No se debe utilizar para determinar la necesidad de reanimación ni qué pasos son
necesarios o cuándo emplearlos.
Debe ser asignado al minuto y a los 5 minutos. Si el puntaje a los 5 minutos es menor a 7, se debe asignar
un puntaje adicional cada 5 minutos hasta los 20 minutos.
El puntaje asignado durante una reanimación no es equivalente al de un RN respirando espontáneamen-
te, por lo que se propone completar el puntaje de Apgar “ampliado”, indicando las medidas de reanimación
administradas al momento de la asignación del puntaje.
Si la respuesta a estas preguntas es SI, lo ideal es que el RN permanezca con su madre apenas nace, esta-
bleciendo el primer contacto piel a piel.
Veamos brevemente las razones por las cuales se eligen estas tres preguntas para tomar la decisión inicial:
* Se define “gasping” como una serie de inspiraciones profundas irregulares e inefectivas en presencia de hipoxia y/o
isquemia.
** Se define RN vigoroso al que presente adecuado esfuerzo respiratorio, buen tono muscular y frecuencia cardíaca
(FC) >100 latidos por minuto (lpm).
Pasos iniciales
Los pasos iniciales de la reanimación consisten en:
• Proporcionar calor y ayudar a mantener una temperatura normal.
• Secar al RN y remover las compresas o toallas húmedas.
• Colocar la cabeza en posición de “olfateo” (ligera extensión del cuello) para abrir la vía aérea.
• Sólo si es necesario, despejar la vía aérea aspirando a través de una pera de goma o un catéter de aspira-
ción. También se puede utilizar el limpiado de boca y nariz con un paño, toalla o compresa.
• Estimular la respiración.
Control de temperatura
La temperatura post natal en rango normal en RN no asfixiados es un predictor de morbimortalidad en
todas las edades gestacionales. Debe registrarse la temperatura corporal como indicador de calidad de aten-
ción. Se recomienda mantener la temperatura corporal entre 36,5 y 37,5 oC.
El objetivo es lograr normotermia y evitar tanto la hipotermia como la hipertermia iatrogénicas. Para pre-
venir la pérdida de calor es necesario:
• Evitar la exposición del RN a corrientes de aire.
• Mantener la sala de recepción-reanimación a 24-26 oC, especialmente en prematuros menores de 29
semanas de gestación.
• Secar al RN y remover las compresas o toallas húmedas.
• Cuando se necesita reanimar, se debe colocar al RN bajo una fuente de calor radiante, siempre contro-
lando que no desarrolle hipertermia. Una vez en la cuna radiante, no se debe cubrir al RN con toallas o
compresas, ya que esto impide que el calor le llegue, además de obstaculizar su correcta visualización.
• En prematuros menores de 32 semanas se recomienda el uso de una combinación de intervenciones
además de la fuente de calor radiante, que pueden incluir temperatura ambiental de 24 a 26 oC, toallas
precalentadas, colchones térmicos, envolver al RN en bolsas de plástico sin previo secado, gorro, calen-
tar y humidificar gases inspirados (ver capítulo 8).
Recomendación
Estimulación de la respiración
En general, el posicionamiento del RN, el secado de su cuerpo y la eventual aspiración de secreciones
resultan suficiente estimulación para el comienzo de respiraciones efectivas. De no ser así, una estimulación
táctil complementaria de breve duración puede contribuir a ello.
Si el RN necesita reanimación con VPP, se debe colocar un oxímetro de pulso en la mano o muñeca dere-
cha para utilizar como guía la saturación de oxígeno (SpO2). El oxímetro de pulso puede proporcionar además
una evaluación contínua de la frecuencia cardíaca sin interrupción de otras medidas de reanimación, pero
hay una demora de 1 a 2 minutos entre la colocación y la obtención de una lectura confiable, y puede no
funcionar adecuadamente durante los estados de bajo gasto cardíaco o mala perfusión periférica. En estas
situaciones, la evaluación de la FC con un monitor de ECG es más confiable.
Si el RN presenta signos de dificultad respiratoria con buena frecuencia cardíaca, se debe controlar la SpO2.
En RN con quejido y presunción de inmadurez pulmonar, la administración de CPAP (presión positiva continua
de la vía aérea) puede resultar beneficiosa, especialmente en RNPT.
Recordar que la bolsa autoinflable no debe ser utilizada para administrar CPAP.
Saturación de oxígeno
Numerosos estudios han definido los porcentajes de saturación de oxígeno en función del tiempo desde
el nacimiento en RN de término sanos y en prematuros que no requieren reanimación. Esto incluye satura-
ciones medidas en ambos sitios, preductal y posductal, después del nacimiento por cesárea y por vía vagi-
nal, nacimientos a nivel del mar y en altura. Los recién nacidos por cesárea necesitan aproximadamente 2
minutos más que los bebés nacidos de parto vaginal para lograr una saturación del 90%. Los recién nacidos
prematuros tardan más tiempo que los RN de término para llegar a la SpO2 >85%.
Las tablas de Dawson y col., representan hasta la fecha la mejor guía para la valoración de oxígeno su-
plementario en la sala de partos. Están elaboradas en función de la SpO2 preductal durante los primeros 10
minutos de vida en pacientes prematuros (24-36 semanas) y de término (mayores de 37 semanas). Debemos
recordar, sin embargo, que en los RN con circulación comprometida, puede ser difícil de obtener una señal
de SpO2 confiable y entonces las decisiones sobre el uso de las concentraciones de oxígeno deben basarse en
la respuesta de la frecuencia cardíaca a las maniobras de reanimación. Los oxímetros de pulso más recientes,
que emplean sensores diseñados específicamente para los recién nacidos, proporcionan lecturas confiables
en 1 o 2 minutos después del nacimiento. Estos oxímetros son eficaces en la gran mayoría de RN a término y
prematuros, requieran o no reanimación, siempre y cuando haya un gasto cardíaco suficiente y el flujo san-
guíneo periférico sea adecuado para que el oxímetro pueda detectar el pulso.
Para comparar adecuadamente las saturaciones de oxihemoglobina con los datos similares publicados, el
sensor debe ser colocado en un sitio preductal (es decir, la extremidad superior derecha, por lo general la mu-
ñeca o en la superficie medial de la palma de la mano). Fijar el sensor al bebé antes de conectarlo al equipo
parece facilitar la adquisición más rápida de la señal.
Así, los mezcladores de oxígeno se han convertido en un estándar de la atención en la sala de partos y
el uso de oxígeno para la reanimación neonatal debe ser guiado por la frecuencia cardíaca y la oximetría de
pulso.
En la Tabla 1 se observan las combinaciones de flujos y sus correspondientes FiO2. Recuerde no superar los
10 Lpm (litros por minuto) de mezcla total.
(Ante la imposibilidad de mezclar aire y oxígeno se ha planteado si sería adecuado usar la bolsa autoin-
flable sin reservorio para dar una FiO2 cercana a 0,4 y evitar administrar O2 puro. Si bien esto puede ser una
alternativa razonable, un estudio reciente mostró que la entrega de oxígeno cuando se utiliza una bolsa auto-
inflable varía con el flujo, la frecuencia ventilatoria, la presión inspiratoria máxima y el volumen tidal. La con-
centración de oxígeno administrada con bolsa autoinflable sin reservorio fue sustancialmente mayor a 0,4.)
Resulta fundamental:
Equipamiento
• Bolsas de tamaño adecuado. El volumen debe ser de 200 a 750 ml. Los RN a término requieren sólo de
15 a 25 ml con cada ventilación (4 a 6 ml/kg).
• Reanimador con pieza en T.
• Máscaras de diferentes tamaños.
• Mezclador de oxígeno o mezcla de oxígeno y aire comprimido.
• Monitor de ECG con 3 derivaciones.
• Oxímetro de pulso con sensor disponible.
• Laringoscopio con todas sus ramas y TET de diferentes tamaños.
• Máscara laríngea.
• Cánula de Mayo.
• Sondas orogástricas (SOG) para aspiración.
• Aspiración central o aspirador manual.
• Material para fijación de TET y SOG.
• Jeringas.
Características más importantes de los dispositivos para administrar ventilación con presión positiva
• Capacidad para entregar una concentración variable de oxígeno hasta el 100%.
• Capacidad para controlar la presión inspiratoria (PIM), la presión positiva al final de la espiración (PEEP)
y el tiempo inspiratorio (TI).
• Elementos para medir la presión administrada: manómetro o válvula de liberación de presión.
ARMADO Y EL FUNCIONAMIENTO DEL DISPOSITIVO DE REANIMACIÓN
Armado del dispositivo
En cada nacimiento el equipamiento a utilizar, debe estar revisado y preparado para llevar a cabo una
reanimación. La recepción del RN comienza con el conocimiento de la embarazada, recabando datos tanto
prenatales como previos al parto. Éstos son importantes para determinar si es necesaria la presencia en el
nacimiento de personal adicional (RCP avanzada) o su llegada rápida ante el llamado inmediato.
Bolsa autoinflable
Conecte el dispositivo a una fuente de gas (mezcla: aire/oxígeno). Ajuste el flujo hasta 10 Lpm. Coloque
la válvula de PEEP, la administración de presión al final de la espiración evita el colapso alveolar, facilita la
reabsorción de líquido pulmonar y estabiliza la insuflación en forma más rápida. Se recomienda iniciar con
5 cm de H₂O. El tiempo de compresión de la bolsa determina el tiempo inspiratorio del ciclo respiratorio a
utilizar en la ventilación.
Asegúrese que el dispositivo tenga por lo menos un elemento de seguridad conectado, para evitar pre-
siones excesivas que produzcan daño pulmonar. La válvula de liberación de presión se configura usualmente
en 35 a 40 cm H2O. Iniciar la ventilación con la válvula de liberación abierta e inusualmente cerrada, de esta
forma se evitará la injuria pulmonar. Cuando utiliza manómetro debe administrar la presión necesaria para
obtener una insuflación pulmonar efectiva. Corrobore la conexión.
Ocluya con su mano el extremo dirigido al paciente, donde estará colocada una máscara. Apriete dos
o tres veces para evaluar el funcionamiento. De esta manera Ud. puede cambiar el dispositivo o partes del
mismo, al detectar dificultad en su utilización, evitando pérdida de tiempo muy valiosa frente al inicio de RCP.
Posición adecuada de RN
Se debe posicionar al RN con la cabeza hacia el operador, en decúbito dorsal y con una ligera extensión del
cuello (posición de “olfateo”) que permite alinear la faringe posterior, la laringe y la tráquea. Se debe prestar
cuidado a evitar la hiperextensión y la flexión del cuello, posiciones que obstruyen la vía aérea.
Se evaluará la necesidad de realizar una aspiración de la vía aérea evitando que sea profunda y agresiva
(medidas referidas en el capítulo 2). No se debe aspirar de rutina.
Simultáneamente el ayudante colocará el sensor del oxímetro de pulso en la extremidad superior derecha,
por lo general la muñeca o en la superficie medial de la palma de la mano para evaluar la saturación preductal
del RN.
Aplicación de la máscara
Se aplica la máscara, de tal modo que cubra la nariz, la boca y la punta del mentón quede apoyada dentro
del borde de la máscara. Tal vez le resulte útil comenzar colocando la máscara en el mentón y luego cubrir la
boca-nariz.
Utilizar la mano más hábil, si es diestro, tomar con la derecha el dispositivo y acomodar la máscara con la
izquierda. Si es zurdo, tomar con la izquierda el dispositivo y acomodar con la derecha la máscara en la cara
del RN.
La máscara suele sostenerse con el pulgar, el índice y/o el dedo medio, formando un círculo alrededor de la
mayor parte del borde de la misma, formando la letra C o E. Los dedos anular y meñique levantan el mentón
hacia adelante para mantener una vía aérea permeable. Es importante ser cuidadoso al sostener la máscara.
Tome las siguientes precauciones:
• No presione demasiado la máscara sobre el rostro. La presión excesiva puede lastimar la cara y flexionar
el cuello del RN, ocluyendo la vía aérea.
• No deje descansar sus dedos ni su mano sobre los ojos del RN.
• Mantenga inflado el borde.
Revise frecuentemente la posición de la máscara y la cabeza del RN mientras administra ventilación con
presión positiva.
Recuerde
• Si no es efectiva:
- S: Succionar boca y nariz.
- O: Vía Oral (ventilar con la boca abierta).
• Si no es efectiva:
- P: Aumento gradual de la Presión inspiratoria máxima (PIM) (con cautela, hasta 40 cm H20),
auscultar y mirar el tórax.
• Si aún no es efectiva:
- A: considerar vía aérea Alternativa con TET o máscara laríngea.
Suspensión de VPP:
• Cuando el RN esté respirando en forma efectiva y la FC sea superior a 100 lpm.
• Evaluar la necesidad de administración de mezcla de oxígeno y aire comprimido acorde al objetivo de
saturación preductal del RN esperado de acuerdo a los minutos de vida.
• Evaluar la necesidad de utilización de CPAP, contemplando patología respiratoria y edad gestacional.
RECORDAR:
Recordar
Es fundamental la preparación previa del equipo para la intubación.
Mejora el procedimiento y evita la hipoxia.
La selección del tamaño apropiado del tubo endotraqueal se basa en el peso/edad gestacional del recién
nacido. Los tubos deben ser estériles y deben tener la distancia desde el extremo marcada en cm, ser de
diámetro uniforme (sin el extremo más estrecho). No son recomendables los tubos con manguito. Es con-
veniente que tengan línea radiopaca para la visualización radiográfica. La intubación es un procedimiento
limpio.
Recordar
El mejor indicio de la correcta posición del TET es la visualización de su pasaje a través de las cuerdas
vocales.
Sostenga el tubo endotraqueal contra el paladar duro del paciente con su mano derecha y retire el
laringoscopio.
La distancia hasta la cual debemos introducir el TET se basa en la guía de las cuerdas vocales de los tubos
endotraqueales, es una aproximación. Puede que no indique de forma fiable la posición correcta.
El cálculo de peso + 6 suele determinar una introducción excesiva del TET.
Para determinar la profundidad de inserción del TET se recomienda medir la longitud de la base del
tabique nasal al trago y sumarle 1 cm.
La edad gestacional también puede ser usada como un predictor de la profundidad correcta del TET. Tiene
la ventaja de poder ser estimada antes del nacimiento.
Considere tener una copia de la siguiente tabla para la fijación del TET:
Tabla 2. Recomendación de medida de fijación en los labios del TET, según edad gestacional corregida y peso
Foto 3. Medición de sitio de fijación del TET desde la base del tabique nasal al trago
Aspiración de meconio
Históricamente se han recomendado una serie de técnicas para disminuir la incidencia de síndrome de
aspiración de líquido amniótico meconial (SALAM). La aspiración de la tráquea estuvo recomendada para
todos los RN expuestos a líquido amniótico meconial (LAM) hasta que un ensayo controlado aleatorizado de-
mostró que no aportaba beneficios realizar este procedimiento en RN que se encontraban vigorosos al nacer.
Si bien los RN deprimidos nacidos de madres con LAM, presentan mayor riesgo de desarrollar SALAM,
la aspiración de la tráquea no se ha asociado a una disminución en su incidencia o mortalidad.
Por lo tanto en presencia de LAM en un paciente no vigoroso, NO se recomienda la intubación y aspiración
de rutina (ya que la evidencia actual a favor de ese procedimiento es insuficiente).
Recordemos de cualquier manera que el líquido teñido de meconio sigue siendo un factor de riesgo pe-
rinatal que requiere la presencia de al menos un miembro del equipo de reanimación que esté totalmente
entrenado en reanimación neonatal, incluyendo intubación endotraqueal.
Recordar
Máscara laríngea
La máscara laríngea (ML) es un dispositivo para administrar ventilación con presión positiva cuando no es
eficaz con máscara facial o cuando no es posible intubar. Dado los tamaños disponibles de ML debería consi-
derarse como vía aérea alternativa para la ventilación en aquellos neonatos que pesan más de 2000 g o son
mayores de 34 semanas de edad gestacional. El tamaño 1 es el único apropiado para RN.
Complicaciones de su uso
Traumatismos de paladar, lengua y demás estructuras involucradas; distensión gástrica, edema lingual con
el uso prolongado, etc.
Recordar que la intubación endotraqueal puede asegurar una ventilación adecuada y mejorar la
coordinación entre ventilación y masaje cardíaco. Recomendamos la intubación endotraqueal antes de
iniciar masaje cardíaco, ya que la ventilación es la acción más importante en la reanimación
neonatal. En caso que la intubación no fuera exitosa o factible se puede usar una máscara laríngea.
El masaje cardíaco consiste en compresiones rítmicas del esternón que comprimen el corazón contra la
columna vertebral, aumentan la presión intratorácica, y hace circular la sangre al resto del organismo.
La frecuencia cardíaca es el signo vital primario para evaluar la eficacia de la reanimación.
La evaluación de la FC en los primeros minutos de vida, es crítica ya que guía los pasos a seguir en reani-
mación. Además, es el mejor método para evaluar la eficacia de la reanimación.
Hasta el momento no hay acuerdo en cuál es el mejor método para medir la FC, es decir el más rápido y
confiable. Entre ellos se encuentran: la auscultación del latido precordial, palpación del pulso umbilical, oxí-
metro de pulso, electrocardiograma (ECG) y Eco Doppler.
En las Guías de Reanimación Neonatal publicadas en el año 2010, la Recomendación sugería evaluar la FC
en forma intermitente auscultando el latido precordial o palpando el pulso en el cordón umbilical, contando
los latidos en 6 segundos y multiplicando ese valor por 10 para estimar los latidos por minuto.
Sin embargo, nueva evidencia demuestra que la auscultación y/o palpación demoran alrededor de 17
segundos. Además, presentan más de 1/3 de evaluaciones incorrectas. No se aconseja interrumpir el masaje
haciéndose difícil el control de la FC.
Sigue siendo difícil para el líder de la reanimación reconocer los cambios rápidamente
cuando se realiza la auscultación y/o palpación manual,
demorando o equivocando las decisiones en reanimación.
Con la incorporación del oxímetro del pulso a la sala de partos, se logra evaluar en forma continua la FC.
Sin embargo, pueden existir dificultades en la colocación del sensor y su posterior conexión, demorándose
en obtener el registro de la FC entre 1 y 2 minutos. Por otro lado, el oxímetro de pulso puede no funcionar
adecuadamente en los estados de bajo gasto cardíaco.
El ECG registra la actividad eléctrica cardíaca, por lo tanto, es independiente de la circulación. Además es
menos afectado por los cambios durante la transición, especialmente en los estados de bajo gasto cardíaco o
mala perfusión periférica.
Estudios que comparan oxímetro de pulso con ECG observaron que la aplicación rápida de los electrodos
durante la reanimación provee al equipo información continua, confiable, audible y más rápida de la FC, me-
jorando el tiempo y la eficacia en la toma de decisiones.
Se sugiere el uso de ECG en sala de partos para estimar la FC en forma confiable y rápida.
• Para evaluar correctamente la FC utilizar ECG de 3 derivaciones en sala de partos para los pacien-
tes que requieren reanimación.
• En caso de no contar con ECG en sala de partos, evaluar en forma intermitente auscultando el
latido precordial, contar los latidos en 6 segundos y multiplicar ese valor por 10 para estimar los
latidos por minuto.
• Cuando hay pulso detectable, la palpación del pulso umbilical también es una opción, para permi-
tir una evaluación rápida del pulso.
• Recordar que el uso de ECG no reemplaza la necesidad del oxímetro de pulso para evaluar la oxi-
genación del RN.
Cada ciclo consta de 3 compresiones sumado a 1 ventilación. Por lo tanto, debe haber alrededor de 120
eventos cada 60 segundos: 90 compresiones sumadas a 30 ventilaciones. La concentración de oxígeno se
aumentará a FiO21.0 al iniciar el masaje cardíaco, si se ha estado ventilando con concentraciones inferiores
y deberá disminuirse tan pronto como se recupere el ritmo cardíaco para así reducir las complicaciones aso-
ciadas con la hiperoxia.
La interrupción del masaje cardíaco para revalorar la FC puede resultar en una caída de la presión de per-
fusión coronaria. Por lo tanto, continúe masaje y ventilación con presión positiva de manera coordinada
por 60 segundos antes de revalorar la FC, salvo que el paciente esté conectado a un monitor de ECG, con
evaluación continua del ritmo cardíaco. Cambie de rol si está cansado.
Foto 2. Coordinación entre los dos operadores. La persona que ventila se coloca al costado y el que realiza
el masaje en la cabecera
Técnica adecuada
La técnica de los pulgares se presenta como de elección en recién nacidos por brindar mayores presiones
arteriales sistólicas, mantener una calidad consistente de las compresiones por más tiempo, y ser más fácil
y menos cansadora para el reanimador.
Dicho masaje debe realizarse sobre el tercio inferior del esternón, dos dedos aproximadamente por enci-
ma del apéndice xifoides. Es preferible ubicar el área yendo de abajo hacia arriba, siguiendo el reborde costal
hasta el apéndice xifoides, ya que la línea intermamilar como línea de referencia puede llevar a comprimir en
una zona inadecuada.
Se debe comprimir el tórax hasta un tercio de su diámetro antero-posterior.
Durante la maniobra, en la fase de relajación se recomienda no separar los dedos de la superficie precordial,
para evitar desplazamientos involuntarios y compresiones en zonas inapropiadas susceptibles de lesión.
La técnica descripta depende fundamentalmente del tamaño de las manos del reanimador y el diámetro
torácico del paciente.
Dentro de las complicaciones posibles del masaje cardíaco se encuentran la fractura costal, laceración
hepática y lesión pulmonar. Por lo tanto, es de suma importancia realizar correctamente la técnica propuesta.
• Es aconsejable usar ECG de tres derivaciones para determinar con más precisión y rapidez la FC.
• El uso del ECG no elimina la necesidad de la oximetría de pulso para evaluar la oxigenación.
• Los errores de ventilación, sobre todo en cuanto a la técnica, llevan a requerir soporte circulatorio.
• La FiO2 utilizada debe aumentarse a 1.0 en caso de realizar masaje cardíaco, debiendo estar cuida-
dosamente monitoreada, a fin de disminuir su concentración al encontrar respuesta positiva a las
maniobras de reanimación.
• La secuencia correcta de ventilación coordinada con el masaje cardíaco da como resultado: ventilo,
un, dos, tres compresiones; ventilo, un, dos, tres compresiones; ventilo, un, dos, tres compresiones.
• Recordar que se requieren por los menos dos operadores para la realización de esta secuencia.
• Si la FC aumenta a 60 o más lpm, se debe suspender el masaje cardíaco. Continuar con el mismo
puede generar una disminución de la eficacia de la ventilación con presión positiva.
• Si la FC aumenta más allá de los 100 lpm, y el recién nacido presenta respiraciones espontáneas, se
debe suspender la ventilación con presión positiva.
Sin embargo, si la FC permanece por debajo de 60 lpm a pesar de una ventilación adecuada a través de
un TET o máscara laríngea con oxígeno al FiO2 1.0, sumado a masaje cardíaco en forma coordinada durante
60 segundos, puede estar indicada la administración de adrenalina, expansores de volumen, o ambos.
ADRENALINA
La adrenalina es una catecolamina, que aumenta la fuerza y frecuencia de las contracciones miocárdicas.
Causa además vasoconstricción periférica, aumentando el flujo cerebral y coronario.
No está indicada la administración de adrenalina cuando NO se ha establecido una ventilación adecuada,
dado que su administración aumentará el consumo de oxígeno del miocardio.
En cuanto a la vía de administración, se recomienda la administración de adrenalina en forma E V rápida. La
dosis recomendada por vía EV es de 0,1 a 0,3 ml/kg por dosis de la solución 1/10.000.
La ampolla disponible en Argentina es de 1:1.000. Diluir en solución fisiológica (SF), llevando 1 ml de la am-
polla a 10 ml finales. De esta dilución se deben cargar jeringas de 1 ml para su administración.
Si se utiliza la vía endotraqueal dado que no se ha conseguido un acceso vascular umbilical venoso, la dosis es
de 0,5 a 1 ml/kg. Recordar que es menos efectiva y más errática la absorción.
El catéter umbilical es la vía preferida para obtener acceso vascular de emergencia en la sala de partos,
siendo la vía intraósea una alternativa, sabiendo que la medicación y los líquidos que pasan por el catéter
umbilical, también pueden hacerlo por el acceso intraóseo.
Otra alternativa sería la vía endotraqueal, estando el paciente intubado. Esta vía dado lo impredecible
de su absorción, puede tenerse en cuenta mientras se coloca el acceso vascular umbilical. Asimismo no hay
estudios que confirmen la seguridad de esta práctica en RN.
Una vez administrada la adrenalina, s e d e b e constatar si hubo o no aumento de la F C , después de
un minuto aproximadamente de realizada la infusión.
Si la FC no aumentara luego de la primera dosis, puede administrarse una segunda dosis, entre 3 a 5
minutos posteriores, utilizando la dosificación máxima recomendada.
EXPANSORES DE VOLUMEN
Se debe considerar la expansión de volumen cuando hay pérdida sanguínea conocida (hemorragia mater-
no-fetal aguda) o ante su sospecha (palidez, mala perfusión periférica, pulso débil) y la FC del RN no responde
adecuadamente a otras maniobras de reanimación.
La solución que se recomienda para tratar adecuadamente hipovolemia es una solución de NaCl al 0,9%
(suero fisiológico). Ya no se recomienda más el uso de Ringer lactato como tratamiento de la hipovolemia.
OTRAS MEDICACIONES
En caso de presentarse acidosis metabólica grave recordar que la administración de bicarbonato de sodio
en sala de recepción es perjudicial. Debe corregirse la causa que la genere, ya que el uso de dicho medica-
mento puede mejorar la acidemia pero exacerbar la acidosis intracelular y aumentar el nivel de dióxido de
carbono. Por lo tanto consideramos que el uso de bicarbonato en sala de partos para recién nacidos con
asfixia perinatal está contraindicado.
No hay suficiente evidencia para evaluar la seguridad y eficacia de administrar Naloxona un RN con de-
presión respiratoria en sala de partos debido a que la madre ha estado expuesta a opioides. En estudios en
animales y casos publicados, se citan complicaciones debidas a naloxona que incluyen edema pulmonar, paro
cardiorespiratorio y convulsiones.
ACCESOS VASCULARES
Vena umbilical
La vena umbilical es la vía de acceso vascular de elección en todos los pacientes que requieran uso de
medicación EV durante la reanimación.
Recordar que si se advierte la no respuesta a las maniobras que se estén realizando y es necesario colocar
un acceso vascular umbilical, un miembro del equipo se encargará de ésta tarea mientras otros dos operado-
res continúa con la VPP y el masaje cardíaco.
Foto 1. Canalización umbilical
Si no se observa respuesta, habiendo confirmado la eficacia de la VPP, la permeabilidad del TET, el uso de
concentraciones de oxígeno a 1.0, el masaje cardíaco efectivo y coordinado con la ventilación, la adminis-
tración correcta de medicación EV, se requiere la sospecha de situaciones especiales en RCP neonatal.
Vía Intraósea
La vía interósea es una alternativa razonable y frecuentemente usada en el ingreso a una emergencia.
Varios estudios demuestran que es factible de ser colocada en RN tanto de término como de pretérmino.
Además tienen igual eficacia que la vía endovenosa y puede ser rápidamente colocada.
Indicaciones
Nos permite acceder al espacio intravascular en una emergencia, cuando no se puede acceder a la vía por
otra vía (umbilical, periférica, etc).
Permite la administración de cristaloides, derivados sanguíneos, medicación utilizada en reanimación,
antibióticos, etc. Además de extracción de muestras de sangre para estudios de laboratorio.
Sitio de inserción:
Tibial proximal (preferido).
Durabilidad
Vía transitoria, con una duración de no más de 12 horas. Retirarla una vez que se coloca un acceso endo-
venoso. Cuanto mayor es su tiempo de uso, mayor es el riesgo de complicaciones.
Un enfoque eficaz para los bebés que no mejoran es preguntarnos de acuerdo al cuadro clínico que pre-
sentan:
Escapes de aire
Es la presencia de acumulación de gas fuera del espacio pulmonar que dependiendo de su localización
se denomina neumotórax, neumomediastino, neumopericardio, enfisema intersticial o enfisema subcutáneo.
Neumotórax
El pulmón del recién nacido puede presentar pequeñas fugas de aire en sus primeras respiraciones. Ante la
presencia de factores como meconio, malformaciones pulmonares (ejemplo: hernia diafragmática congénita)
o VPP puede ocurrir acumulación de aire en la cavidad pleural denominado neumotórax.
El neumotórax produce colapso pulmonar completo y persiste la entrada de aire desde el sitio de la lesión,
funcionando como una válvula unidireccional que permite la llegada de más aire durante cada inspiración,
pero no su salida al exterior durante la espiración, igualando la presión intrapleural con la intrapulmonar.
Cesa entonces el paso de aire por las vías aéreas durante la respiración normal, quedando la ventilación
pulmonar prácticamente anulada. En consecuencia el contenido del mediastino es desviado hacia el hemitó-
rax contralateral, disminuyendo el volumen y la capacidad funcional residual de ese pulmón, colapsando el
lecho vascular pulmonar, aumentando de este modo la resistencia vascular pulmonar.
Esto comprime los grandes vasos venosos y las aurículas, disminuye el retorno de sangre al corazón; pro-
vocando insuficiencia ventricular derecha con caída del gasto cardíaco y de la tensión arterial sistémica en
conjunto con insuficiencia respiratoria.
La lesión puede ser uni o bilateral, el diagnóstico debe realizarse con rapidez
ya que pone en peligro la vida del paciente.”
Foto 1. Neumotórax
Foto 2. Neumotórax
Neumonía congénita
Aunque suele manifestarse luego del nacimiento, algunas infecciones son muy agresivas y pueden presen-
tarse con insuficiencia respiratoria.
Además debemos pensar en otras enfermedades pulmonares como por ejemplo, la hipoplasia pulmo-
nar, etc.
La mortalidad infantil en nuestro país sigue siendo elevada a expensas de la mortalidad neonatal
y particularmente la de los recién nacidos prematuros. Es primordial comprender que para mejorar
estos resultados, estos recién nacidos deberían nacer en centros de tercer nivel de atención perinatal
dado que el manejo adecuado antes y luego del nacimiento es de suma importancia para su morbi-
mortalidad.
La recepción de los RNPT debe ser realizada por personal adecuadamente formado en reanimación avan-
zada ya que la probabilidad de que necesite reanimación es significativamente superior a la de un nacido de
término. Esto es válido incluso en bebés prematuros tardíos (entre 34 y 36 semanas de edad gestacional).
Órgano Consecuencia
Piel fina y gran superficie de área en relación Provocan que pierdan calor con mayor facilidad
a masa corporal. Escasez de grasa
Tejidos inmaduros Mayor riesgo de daño por exceso de oxigeno
Músculos torácicos débiles y Dificultad en mantener una respiración eficaz
sistema nervioso inmaduro
Pulmones inmaduros Los hace más propensos a lesiones por ventilación
por deficiencia de surfactante con presión positiva (VPP)
Sistema Inmunitario inmaduro Aumenta el riesgo de infección
Capilares frágiles Mayor riesgo de hemorragia cerebral
Menor volumen de sangre Más proclives a sufrir los efectos de la hipovolemia
por pérdida de sangre
Reserva metabólica limitada y Mayor riesgo de hipoglucemia después de nacer
mecanismos compensatorios inmaduros
La evidencia actual demuestra que cubrir el cuerpo de los recién nacidos <29 semanas con nylon
o una bolsa de polietileno sin secarlo previamente reduce la pérdida de calor y la evaporación.
El bebé debe permanecer cubierto en polietileno hasta su ingreso a la UCIN y debe controlarse la tempe-
ratura en forma frecuente y evitando tanto el sobrecalentamiento como el enfriamiento.
El objetivo debe ser que mantenga una temperatura axilar entre 36,5 oC y 37,5 °C. Es igualmente importan-
te el control de la temperatura de la sala de partos. La misma no debe ser menor de 24° C en caso de recién
nacidos menores de 29 semanas de edad gestacional. Asegurar mantener la temperatura de la sala entre 24
a 26 °C.
Administración de oxígeno
Recomendación para menores de 32 semanas de edad gestacional
La necesidad de maniobras de reanimación suele obedecer a diferentes causas en recién nacidos de tér-
mino y prematuros. Mientras que en los primeros el origen de su dificultad para la adaptación a la vida ex-
trauterina suele ser algún evento hipóxico-isquémico (asfixia), en los prematuros (especialmente en los de
El manejo óptimo del oxígeno durante la reanimación neonatal es particularmente importante, dada la
evidencia que la oxigenación insuficiente o excesiva puede ser perjudicial para el recién nacido y muy espe-
cialmente el prematuro. La susceptibilidad al daño oxidativo es mucho mayor en los recién nacidos extrema-
damente prematuros.
El desarrollo de los tejidos durante la vida fetal sucede en un entorno con un nivel de
oxígeno relativamente bajo, por lo tanto los mecanismos que protegen al cuerpo contra la
lesiones oxidantes aún no están totalmente desarrollados en etapas tempranas de la gestación.
El bebé prematuro está expuesto a un mayor riesgo de lesiones por re-perfusión e hiperoxia.
1 minuto 60-65%
2 minutos 65-70%
3 minutos 70-75%
4 minutos 75-80%
5 minutos 80-85%
10 minutos 85-95%
Los estudios en recién nacidos prematuros mostraron que el inicio de la reanimación con una mezcla de
oxígeno y aire tuvo como resultado menor hipoxemia o hiperoxemia.
Si a pesar de una ventilación eficaz no hay un aumento de la FC o de la oxigenación (guiados por oximetría
de pulso), debe considerarse el uso de una mayor concentración de oxígeno.
El CPAP se puede administrar colocando la máscara conectada a un reanimador con pieza en T sin obturar
el orificio que utiliza para generar ventilaciones. Durante el CPAP el bebé respira espontáneamente.
No se puede administrar CPAP con una bolsa autoinflable.
Si necesita administrar VPP (apnea o FC menor a 100 lpm) utilice la presión de insuflación
más baja posible, siempre monitorizada con manómetro.
En los bebés prematuros disminuya el riesgo de lesión cerebral tomando los siguientes recaudos:
• Manipule al bebé con delicadeza.
• Evite la posición de Trendelenburg (los pies a una altura superior a la cabeza).
• Evite presiones altas en la vía aérea.
• Ajuste la ventilación gradualmente, basándose en el examen físico, la oximetría y los gases en sangre.
• Evite infusiones de líquido administradas rápidamente y las soluciones hipertónicas intravenosas.
Leyes en la Argentina
La ley 26.742 de Muerte Digna hace referencia a la autonomía de la voluntad. El paciente tiene derecho
a aceptar o rechazar terapia o procedimiento médicos en el marco de enfermedad irreversible o incurable.
Ningún profesional interviniente que haya obrado de acuerdo con las disposiciones de la presente ley está
sujeto a responsabilidad civil, penal, ni administrativa, derivadas del cumplimiento de la misma. Los niños
tienen derechos en los términos de la Ley 26.061 de Protección Integral del Derecho de Niños y Adolescentes.
Ante las dudas consulte a médicos legales o al comité de ética de su hospital.
La información es parte del acto médico. Es un derecho de los padres y un deber de los médicos.
El obstetra y el grupo de profesionales que atiende al bebé deben dar una información consensuada.
Recomendamos incorporar también a enfermería que participe de este proceso. Es conveniente evitar dar
información en forma separada, ya que puede haber diferentes matices que pueden ser vividos con mucha
angustia o como contradicciones del equipo de salud. Esto aporta desconfianza e inseguridad a los padres.
Generalmente la madre se encuentra en trabajo de parto, recibiendo medicamentos, que pueden alterar
su grado de conciencia, y próximo a las etapas finales del nacimiento. Por lo tanto, se debe buscar el mejor
momento para informar a los padres. Se recomienda hablar con el padre y la madre al mismo tiempo. Si la
madre está sola o es menor de edad, puede elegir alguien de su confianza para que la acompañe en el mo-
mento de recibir la información. Probablemente la contenga y esté en mejores condiciones de escuchar.
Utilice herramientas de comunicación para construir una buena relación con la familia.
Lo ideal es sentarse para facilitar el contacto visual y evitar parecer apurado. Muestre interés y preocupa-
ción. Valide los sentimientos de los padres. Disponga del tiempo suficiente. Hable con lenguaje claro y senci-
llo. Siempre es posible traducir la información a terminología simple. Si es posible dosifique la información.
Pregunte a la familia si ha puesto nombre al bebé y si es así, utilice su nombre.
Entrevista significa diálogo: hay que informar y dialogar. Oír a los padres le permitirá aclarar confusiones y
dudas. Evalúe el grado de comprensión de la familia y el deseo de más información.
Los padres generalmente valoran la religión, la espiritualidad, la compasión y la esperanza cuando se
deben tomar decisiones sobre la reanimación en sala de partos. Como resultado de la dependencia de estos
valores, en general desean que los médicos demuestren compasión y proporcionen apoyo emocional en lugar
de que aconsejen sobre la base de un protocolo o estadística.
.
Documente la conversación con los padres en la historia clínica de la madre.
No iniciar la reanimación
Si las condiciones del neonato están asociadas a alta mortalidad y mala evolución es ético no iniciar la
reanimación, particularmente cuando se haya conversado con los padres al respecto.
Las decisiones se analizan teniendo en cuenta el mejor interés del niño. En estos casos el inicio o la sus-
pensión de la reanimación debe ser una decisión apoyada por los padres. Considere coordinar enfoques
individuales con los obstetras y el equipo neonatal junto con los padres.
No iniciar o discontinuar la reanimación son éticamente equivalentes y los clínicos no deberían dudar en
retirar el soporte vital cuando el pronóstico es muy malo y la sobrevida es improbable.
En estas circunstancias siempre se debe brindar cuidado compasivo y contención a la familia. Ejemplos
de estos son los prematuros en el límite de supervivencia (edad gestacional confirmada de 22 a 23 semanas
o peso nacimiento menor a 400 gramos), anencefalia, trastorno genético grave o malformación mortal con-
firmada.
La primera consideración para una decisión ética es plantearnos:
• ¿Qué es lo mejor para este recién nacido gravemente enfermo?
• ¿Existe la posibilidad que el tratamiento sea efectivo?
• Valorar los riesgos de tratar y no tratar.
• ¿Cuál es la posibilidad que la terapia extienda la vida?
• Dolor y sufrimiento asociado a la terapia.
• Calidad de vida con y sin tratamiento.
Complicaciones
Neurológicas
Encefalopatía hipóxica isquémica
La encefalopatía hipóxico isquémica ocurre aproximadamente en 1 a 3 de cada 1.000 RN ≥ 36 semanas. En
los recién nacidos la encefalopatía secundaria a la asfixia perinatal aguda es una causa importante de disca-
pacidad neurológica en la infancia. Esta devastadora entidad constituye una urgencia neurológica.
Convulsiones y apneas
Estas alteraciones, al igual que la hipoventilación, pueden surgir tanto como consecuencia de la aparición
de la Encefalopatía Hipóxico Isquémica, como secundarias a alteraciones en el medio interno. Las convulsio-
nes asociadas a encefalopatía hipóxico isquémica requieren el uso de terapia anticonvulsivante.
Acidosis metabólica
El ácido láctico se forma cuando los tejidos no tienen suficiente oxígeno. La acidosis grave altera la función
cardíaca e impide la dilatación de los vasos pulmonares, impidiendo la oxigenación de la sangre.
En caso de presentarse acidosis metabólica grave recordar que la administración de bicarbonato de sodio
en sala de recepción está contraindicada. Debe corregirse la causa que la genere, ya que el uso de dicho me-
dicamento puede mejorar la acidemia pero exacerbar la acidosis intracelular y aumentar el nivel de dióxido
de carbono.
Alimentación
En aquellos pacientes que requieren reanimación, deberá considerarse la posibilidad de aparición de en-
terocolitis necrotizante, hemorragias del tracto gastrointestinal e íleo como consecuencia de la exposición a
eventos hipóxico-isquémicos. Además hay que considerar los problemas a nivel neurológico (alteración de la
succión, de la coordinación succión-deglución, de la respiración) que pueden tardar algunos días hasta nor-
malizarse. Durante este período resultará útil la utilización de nutrición parenteral para evitar el catabolismo.
Luego estos RN pueden requerir alimentación por sonda hasta que mejora la coordinación succión-deglución.
Cuando inicie alimentación enteral se recomienda priorizar el uso de leche materna exclusiva en este grupo
de pacientes.
Balance hidroelectrolítico
En los niños que presentaron graves problemas perinatales, se recomienda restricción hídrica por varios
días, hasta que mejore la diuresis. El balance de ingresos y egresos debe ser estricto por la posible afectación
renal y la probabilidad de presentar síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética (SIHAD)
con oligoanuria, sobrecarga hídrica e hiponatremia. Durante la fase de recuperación renal puede desarrollar
poliuria y requerir líquidos adicionales. Deberán monitorizarse la diuresis y los electrolitos mediante estudios
de laboratorio a fin de ajustar las necesidades de cada bebé. Realizar un balance estricto de ingresos y de las
pérdidas.
Secundario a la afectación renal, podrán surgir trastornos en el nivel de electrolíticos, que conllevan a la
aparición de arritmias. Controle la orina para detectar necrosis tubular aguda, como sangre o proteínas. Los
niveles de calcio también deberán ser evaluados, ya que estos bebés puede ser necesaria la administración
de calcio.
Problemas hematológicos
Anemia si hubiera pérdida de sangre aguda y trombocitopenia. Controlar hematocrito y plaquetas.
Cardiovasculares
Hipotensión
La hipotensión puede ser de origen hipovolémico o cardiogénico, es decir, que puede estar dada por pér-
didas de sangre o por mala función miocárdica. El paciente podrá requerir expansores de volumen, sangre o
inotrópicos. Algunos requieren inotrópicos como dopamina o dobutamina para mejorar el gasto cardíaco y
mejor el flujo sanguíneo sistémico Deberán controlarse la tensión arterial y la FC hasta que se normalicen y
mejore la perfusión.
Pulmonares
Hipertensión pulmonar persistente del RN
Dicho cuadro consiste en la vasoconstricción de la vasculatura pulmonar, que es favorecida por eventos
de hipoxia y acidemia, situaciones que deben ser evitadas y evaluadas en todo paciente que ha requerido
reanimación.
Recordar:
los principios fisiológicos y las medidas a instrumentar para recuperar
los signos vitales, son los mismos en toda la etapa neonatal, y no difieren de los
mostrados en los capítulos anteriores.
Control de la temperatura
Es probable que el control de la temperatura del bebé que nace fuera del ámbito de la sala de partos se
convierta en el objetivo más importante, dado que no se cuenta con los elementos necesarios para asegurar
la temperatura ideal.
Ventilación
Durante el período neonatal la prioridad es restaurar la ventilación.
Si no contara con los elementos de ventilación con presión positiva ya descriptos, se debe administrar
ventilación, de ser necesario, mediante ventilación boca a boca o boca-nariz, llevando la cabeza a la posición
de “olfateo” y realizando un sello entre la boca del bebé y del operador, observando la elevación del tórax.
Recuerde realizar esta maniobra sobre una superficie horizontal y firme, a fin de lograr mayor efectividad
y menor cansancio.
Las secuencias de ventilación son las mismas que se enunciaron anteriormente. Una vez adecuada la ven-
tilación obtener información de las causas que provocaron el paro para guiar las intervenciones.
Masaje cardíaco
El masaje cardíaco debe realizarse siguiendo las técnicas ya mencionadas.
Durante las primeras semanas posteriores al nacimiento, la principal causa que lleva a realizar maniobras
de reanimación sigue siendo respiratoria, teniendo que seguir las recomendaciones actuales, de 3 compre-
siones y 1 ventilación (secuencia 3-1). Sin embargo si se sospecha etiología cardíaca como causa debe aumen-
tarse la proporción de compresiones (secuencia 15-2).
Recuerde en caso de iniciar maniobras de reanimación fuera del ámbito hospitalario, una vez estabilizado
el bebé, llévelo al Centro Asistencial más cercano para continuar con los cuidados necesarios.
En caso de asistir un nacimiento fuera del ámbito hospitalario, al cortar el cordón umbilical, utilizar ele-
mentos estériles a fin de evitar la contaminación del mismo. Si no fuera así dar aviso al personal que los recibe
en el Centro Asistencial con el objetivo de realizar las medidas pertinentes para la prevención del tétanos u
otras enfermedades infecciosas.
Acceso vascular
La canalización de la vena umbilical no es posible luego de varios días de vida. En tal caso insertar una vía
intraósea en la tibia es una muy buena alternativa. Entrene al personal esta habilidad.
Es conveniente adquirir nuevas habilidades técnicas para RN durante los cursos de RCP. Son ejemplos de
esto la instrucción en la obtención de accesos intraóseos, desfibrilación y colocación de máscaras laríngeas.
Es muy importante incorporar a la enfermera como parte de un equipo de RCP y generar prácticas con-
juntas con médicos formados y en formación. Los videos son el recurso fundamental del auto aprendizaje.
Además cuentan con la ventaja de estar disponible a demanda de los alumnos.
Los nuevos dispositivos de Retroalimentación proveen a los alumnos la posibilidad de obtener una orien-
tación sobre cómo mejorar su práctica en tiempo real.