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El mundo de Weber
Sociología y religión
El cénit de la Ilustración
Max Weber, a quien se ha considerado junto con Marx y Durkheim como uno de
los autores que llevó la cultura de la Ilustración a su cénit, reconoció en su método
la dicotomía que aquejaba a las ciencias sociales. Weber mantuvo que
la sociología no podría llegar a ser una ciencia exacta comparable con las
matemáticas o la física, dado que los principios sobre los que se sustentaba eran
humanos, por tanto susceptibles de ser subjetivos en vez de objetivos.
Del mismo modo, Weber desarrollaría lo que más tarde se conocería como
el "individualismo metodológico", asegurando que solamente los individuos -
susceptibles igualmente a la subjetividad - son agentes activos. Su método, y el
problema de la modernidad, llevaron a Weber a explorar las relaciones entre
productividad económica y el contexto cultural de la sociedad.
La Gran Divergencia sigue siendo un enigma aún hoy día, y a pesar de que el
trabajo de autores contemporáneos como André Gunder Frank, C.A. Bayly, o
Immanuel Wallerstein han creado una nueva perspectiva para analizar el problema
de la modernidad y del sistema global, el gran mérito de Weber, aún 150 años
después de su nacimiento, se debe a que fue un pionero a la hora de investigar la
relación humana entre la actividad económica y el marco cultural. Incluso si,
como bien dice Joseph Pérez, las conclusiones a las que llegó el sociólogo
alemán fueron erróneas: el capitalismo moderno no surgió en las protestantes
Suiza, Holanda o Escocia, sino en las católicas Venecia y Génova.