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SEBEOK
El rasgo más distintivo de los humanos es que solamente ellos tienen dos repertorios de
signos a su disposición: el no verbal derivado de sus ancestros los primates y de otro carácter
verbal, fruto exclusivo de su condición humana. Éste último constituye el tema fundamental de
una de las ramas más avanzadas de la semiótica, la lingüística general, es decir el estudio del
intercambio verbal y de sus fundamentos gramaticales subyacentes.
El mensaje al ser formulado debe sufrir una operación transductiva para poder ser
exteriorizado de forma apropiada al canal o canales seleccionados para unirse a sus
destinatarios. Esta transformación neurobiológica desde una forma de energía a a otra es
conocida como codificación o encoding. Cuando el destinatario detecta y extrae los
mensajes codificados del canal, interpretándolos se produce la decodificación o decoding.
Estos dos procesos implican la existencia de un código común (idioma) para las dos partes que
intercambian el mensaje. El contexto en el que este mensaje es transmitido cobra también
mucha importancia en el proceso de la comunicación.
La aparición del signo se remonta a la época griega. El signo se utilizó en oposición al síntoma,
desde Alcmeón, Hipócrates y Galeno. Los médicos distinguen entre soft data o signos
subjetivos (síntomas flexibles, lo que el paciente relate sobre sus sentimientos:”me duele el
pecho”;o de forma no verbal, “gemidos mientras se señala el pecho”) y hard data o signos
objetivos, que ellos pueden apreciar por los sentidos o mediante sus instrumentos.
Para Pierce, el signo era un concepto genérico, del que existen un gran número de especies,
que se multiplica a partir de una base tricotómica de ícono, índice y símbolo.
La distinción entre objeto y signo suscita muchas cuestiones sobre la realidad y es motivo de
conjetura entre los filósofos e intelectuales. Lo que sí es obvio es que la semiosis es requiere
como mínimo dos actores: el observador y el observado. Nuestra intuición de la realidad es
consecuencia de la interacción entre el mundo objetivo, que es perceptible y el mundo
subjetivo, o fenomenal, que únicamente se revela a sí mismo mediante signos.
Toda semiótica está en relación con el papel de la mente en la creación del mundo de sus
constructos físicos, además de con una vasta aglomeración de impresiones de los sentidos.
El signo está constituido por dos mitades indispensables: una perceptible, o sensible, y la otra
inteligible o racional: el significante, que es la imagen mental, y el contenido, o significado.
!!Concepto de simbolo