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AK,
Pintor de cavunas
I
EN I-A CAVERNA
I
paldas sobre la piel cle bisonte, aún domtía
N{uka. Ak conternpló el vientre hinchado de
su compañela que. sorpresiviunente, carnbió
de forma y onduló conlo agua. El hombre no
se extrañó: ya tenía un hiicl y conocía dc me-
moria l<¡s movirnientos de un niño qr"re estaba
rli)r naceL
Ak se incorpr:ró" En el centro de tra ha-
bitación el fuego imiiaba las onclulaciones del
vienüe ele Nlluka c iluriliuaba al resto de l<ls
dunnientes: al pequeño (iur,'hecho un ovillo
Los primeros hombres dJ/á0a
Sabios, arqueólogos Y an- sitó un instruntento, lo labri- a los pies de su madre; t¿mbién aYuk, el me-
tropólogos discuten acerca de có y lo usó, se convirtió en jor cazador; al joven Ño, que estaba apren-
Homo Habilis. El pritrerode
cuál fue el momento Preciscl diendo a maneiar lalanza; y a la vieja madre
en la larga aventura humana todos los instrumentos fue
una piedra. Una piedra que
de Ak, a quien le quedaba poco tiempo entre
en el que ya se pudo hablar
de hclmbre. Las teorías son sirvié para tallar otra Piedra, ellos, porque ya había vivido más de treinta
muchas. Se picnsa, por ejcm- pafa romper una nuez, para inviemos.
plo, que el primer signo de quebmr una concha, para des-
Un viento helado entró por la boca de la
espiritualidad humana es el trozar una fruta. El Primer
hecho de enteffar a los muer- hombre que rccogió una Pie- cavema e hizo temblar el fuego. Ak lanzó un
tos. Y en el terreno de lo Prác- dra paia servirse de ella como gruñido y cogió un grueso madero que dejó
tico, hay algo en lo que todos instrumento, estaba Ya PrePa- caer al cenfro de lafogata con granestruendo.
están de acuerdo: hubo hom- rando el camino de un cohe-
te a la Luna.
Afuera el cielo se iluminaba lentamen-
bre cuando hubo una herra-
mienta. Cuando un ser nece- te. Ak despertó a los otros dos hombres con
un puntapié en las costillas y emitió unos cor*
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i
4 I
El ausralopiteco, el primer hombre
10 11
El homo habilis
72 13
cambiar el clima, con lo que
desaparecieron los bosques.
bol. Y fue allí, al este de las
nuc\/a\ n¡orrtafias. dondc vi- ?r"?o0A\fi
Los animales, y en particuiar vieron r:l australopiteco y el
los monos, no tuvieron ya ár- honro habilis.
Entonces Yuk se unio al pedido deljo-
ven y sacudió unamano deAk con violencia.
Con un gruñido. ei interpelado dejó caer
su anna y dando media vuelta se intemó al
fondo de la gruta.
Al pasar junto al fuego, cogió un tizóny
encerldió el sebo pegado a una piedra plana.
Caminó junto a los cuerpos dormidos de
Gur y de Muka, quienes, pese a le¡s ruiilos,
seguían sumidos en un profundo descanso.
A la luz tenue del sebo,los tres cuzado-
res avanzaron hacia el interior de la cueva.
Encorvados p¿ira no tocar el techo con sus ci1-
bezas, caminaron por el túnel que a los pocos
pasos volvió n elevarse v ¡nostró un espaciO
de altas parecles en las que se veían varias fi-
gur¿rs de animales cololeadas.
Ak entregó la lamparilla a Ño y huryíi
entre las hencliduras de la roca que tenía al
frenfe" hasta tl¿rr con una pequeña vasija que
contenía un polvo rojo. Ono recipiente rnás
grande alrnac:erlaba ur] poco de ugua donde se
hundl'rn varir:¡s palos con crines atadas a su
extrerno.
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¿Qué es el eslabon perdido? rbc6)\l\
Nunca se han podido en- llones de años y nosotros. A Ak , una vez mojado elpincel erl el agua
contrar restos de un ancestro este ancestro común se le lla-
común entre esos grandes ma el eslabón perdido. untado en el poh,o §o, se quecló largo rato
.y"
monos que vivían hace 8 mi- contemplando la pared con aire concentrado.
Sus compañeros apenas respiraban, a laespe-
ra del prodigio que haría aparecer la figura cle
un mamut sobre laroca: e! niismo mamutque
esperaban ver atrapado en la trampa tenclida
hacía ya varios días.
[,¿l mano de Ak ,-:omenzó a trabajar. Y
corl un trazo curvo apareció el lomrr del ani-
rnal. Rápidos coino el vuelo de un pájaro le
siguieron los cios largos colnrillos. Cuatro tra-
zcls verticales csbozaron las patas en rnovi-
miento.
Había nacido uR rnamut.
Ño y Yuk, respirando con ruirlo, pregun-
taron algo.
Ak les indicó un lugzr. Los cazadoles
abrieron krs dedos de una mano y posaron las
palrnas sobre la pared, arriba de la figura pin-
tada. Entonces Ak tomó una caña hueca, la
llenó de polvillo nrjo y luego sopló sobre el
dorso cle las manos de sus compañeros. Cuan-
76 t/
El homo erectus
{á0a\
El homo erectus u hombre las cle piedras unidas por una clo ellos las retiraron, el contomo de sus pal-
erguido vivió de 1,6 a ().4 mi- tira de cucro y aprendió
llón de años antes de nuesffa -_500 mil años antes de mas y declos abiertos coronaban el cueqpo del
e¡4. nuestra cra-* a r¡rantencr un ¿mimal.
El homo erectus lue un lireg«r encenclicio y a usarlo. Ell rito se había cumplido. Esas manos
gran viajero. Ab¿ndonó Afri- En cua¡rto a su ¿rlinrentación,
ca y se encaminó hacia el Cer- comía de toclo.
serían las que clarían muerte al mamut.
can<¡ Oricnte, China, Indo- El l¡ornt¡ erectus tue bauti- Ak contempló su obra, con el ceño fiun-
nesia y
Europa. Australi¿r, zado según el lugar en que cido. Luego cle un instante, plzurtó su pnrpia
Arnérica y krs lugares rrrá-. fueron encontrados sus res-
tríos de Asia v Europa pare- tos. Así, el dc Indonesia frre
palma un poL:o más arriba de las ya estampa-
cen no haber sido visitados llanudo Pitecántropo u Hom- rlas de sus cornpañeros. Y volvio a soplar el
nunc¿r por el homo erectus. bre de Java; el de China, perlvo rojo.
Este antepasado dei hom- Sinántropo; y Atrántropo el
bre talló hachas, cazó con bo- encontrado cn Argelia.
Luego cogió offa vez las crines atadas a
un& rama y las untó coir más agua y polvo.
Ño pateó el suelo con ímpaciencia.
Yuk emitió un buficlo.
Akpareció no esc:ucharlos y comenzó a
retocrar con mucha calma la cola dei animal.
Ño dio un puñetazo en el hombro del
¡lintor y ésfe, con un movimiento lrrusco, lo
larzó hacia aúás.
Los dos cazadores, sabiendo que no de-
bían insistir, se sentarorr a esperar.
El sol ya calentaba la tierra, cuando e.l
Itt 19
El hombre de Neandethal u homo sapiens
*{,k)C(A\
l,os primeros restos tie un 'Ienían grupos sociales
Sírlo entonces dejó los pinceles y los guardó
homo sapiens, u hombre sa- bir:rr organizadr¡s, se ocupa-
hio, fuer<m c:ncontrados en el han de los enfennos y L-ntc- con mucho cuidado en Ia vasija con agua.
valle de Nean, cerca de raban a los liluclros. 'lüm- Estaba listo para la cacería.
I)üsseldorl'. en Alcmar¡ia. bién aprendicron il usar Cu¿urdo salieron de la cuer¡a, Muka, ya
Este t'ue ci llamado honlbre de colt'nan1es.
Neanderthal y viviri er¡tre 7-5 Al igual quc sus antepasri- en pie, los rniró pasar. Su boca de labios grue-
nril años _y j5 rnil años antcs dos, el hol¡rbrc de Neun- sos se enh'eabri(i en un gesto alegre,v sobó su
tle nuestra cra. denhal poscía uria mandíbu- barriga con las dos manos" Gur. en tanto, sal-
El homtrre dc Neanderthal Ia inferior desprovisir ,Ji:
vivié err una é¡roca de fuertes me¡rlón.
taba sobrr: la ¡riel de bisonte, corl chillidos es-
nev¿rzones que enti'iaron el Trernta ,y cinco ¡nil años tridentes.
clima de Eur"opa. [¡r rrxleaban antcs de Cristo, sin que aún
{)sos, marnuts, lcones, renos y se sepa pur qué, el hombre «le
rinocerontes lanudos.'l'uvo Neantlerthal desaparc,.'iti sin
que adaptarse para luchar dc-iar tlcscenriencia. Sc han
coillra el l'no. Etan gluL:s0s y encontrado sus restos cn Eu-
ntusculos<is, vivían en grrrtas ropa. z\lrica, Medio Oriente,
y conocían el fuego. Y, pnr' Irirk y Asia C--enlral.
hablernente" fueron ciurftrales.
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Las medidas de nuesffos antepasados
laOd)\
lil austraiopitecc¡ medi¿r en- y su cercbro tenÍ¿ un volu-
tre l,i0 y 1,30 metro y pesa- nlen de 700 a 1.200 centíme-
2
ba alrededor de 35 kilos. St¡ tros cúbicos. TRAS LA PRESA
cráneo era redondo y su cere- El hombre de Neanderthal
bro tenía 500 centunetros cú- tenía un cerebro de 1.700
bicos. centínrctros cúbicos. rnás Los tres hombres se alejaron de la ca-
El homohabilis medía i.40 grancle quc ei del hornbrc ac- vema con un trote lento y balanceado. Sortea-
metro de altura y pesaba 50 tual, que tiene 1.400 a I .450 ban rocas y bajaban senderos abruptos, que
kilos. Su cerebro tenía un vo- centímetros cúbicos.
lurnen de 775 centínletros El cerebro de un chimpan-
ellos misrnos habían abierto. Ak se volteó para
cúbicos, es decir, muy pare- cé tiene de 300 a 470 centí- mkar por últina vez el humo que salía por Ia
cido al que tenernos nosoftos metros cúbicos. El de un go- boca de la cavema y que se elevaba hacia lo
hoy" riia, de 380 a 625 centímetros
El tronlr: erectus llegri a r::úbicos. Ill de un orangutiin alto, en nubes que se iban ensanchando. [,e
medir l,?0 metro y a pesar 7-5 tícne alrededor de 4 l0 centí- parecieron fauces abiertas, listas para engullir
kilos. 5u cr¿ineo era alargactcr mstros cúbicos. su presa. Esa visión le produjo un sentimien-
Ár.rsfralopilccrr lJomo erectus to de malestar que nunca antes había conoci-
do y sacudió la cabeza para que salieran de
ella los malos espíritus.
Ak, Ak --oyó el llamado de sus
-Ak,
cornpañeros que ya habían llegado al llano.
Respirg hondo y bajó corriendo areunfu-
se con ellos.
Los cazadores caminaron varias horas
por la llanura blanca y asoleada. EI vaho cle
sus respiraciones salía de sus narices denso y
visible.Iban atentos a lcls menores midos que
Ilorrrlrrt: t[r ( \rr-lvlu¡¡rrol Horno sapíens
¿J
§F
El homo sapiens u hombre tle Cro-Magnoll
**f*wff
El honlbrc de Cn»Magnon y gracias a su inteligencia
vivió tlc {(}¡¡¡¡ o [(l rnil años purlo sobrevivir al gran t:n_
antes de nucstra era_. Se c.n- lilanlic.ntr¡ r,le la- T'icrra t¡cu_
contraron sus restos en Fluro_ rridr: cn Ia Prehiston¿r_ [.,i
pa y Java. §gr parccía mucho licrrnhre de: Clo-l\laglr«rrr co_
al hornbre actual. nocitj el luego y lalló arni¿rs
Se los llarnri horrrb¡.es <Je c il)strutltrlntos cle tratra.jo.
Clro-Magnon. porque to<los l'alnhiéll ir:r'c¡rrr'r lrr aguju.
son de la misnl¿r raza clel
horr¡ esculpió la pictlra y modr:ki
bre cuyos restos se enconlra. la ¿rn illlr. I)inlrio $r.airú lrisolr- ',¡P'"/"'i'
r«rn en la gmt.a de Cro-Mag- les ,v rnalnuts sotrrc las
¡:arc-
non" ün Ia rcgión del perigonl, cies de las grutas en las qut: vcrnían de entre los r-natonales espinosr)s. Otea-
en Francia. vi..,ía. Descendió cientos dc. ban el horízonte en busca de alguna mancha
Nadie sabe verd¿tderatnen- nletros ha jo la ticrrir sin nln_
te'cúno llegaron los honrtrrcs oscura en rnOVimiento que delatar¿r la prcsen-
rún prohlerna. pr-resto que fa-
de (-ro-IVIagnon a l-rir¡icitr bricó liímparas que se enccn- cia de algún rinoceronte lanudo o una rn¿tna-
[']stos era¡l diíblentes de todos dían con grasa de anim¿il. da de renos. Sería" una suerte si carnino al lu-
los rfnrs homltrcs prehistóri- Cincc¡ mil art;s antt:s de
cos Llue los habían prel:er1iclo. gar de la trampa se encontraban con un¿r plesa
nuestríl cra, kl:; hi jos cle kts
Se parecían muchr.r al holrrbre homhres de Cro-Magnon ya fácil.
tlc hoy 1. algunos alcanzarr¡n producían su pro¡.lio alirnen- Una bandada de pájaros enorrnes pasó
a mecJil.más dc: 1,80 netro tr¡, cuiclanclo rebaños
clcr y reco_
¿ltura. El hombre de Cro_ graznanclo por sobre sus cabezas. [ban en fbr-
lectando granos. y¿r er¿rn
Magnlrn hablaba y trrcnsaba, hombrcs como los dc hoy,. mación y de pronto se abrieron recortando su
negrura sobre la cl¿riclad del cielo. Yuk y Ño
los contemplaron con indit'erencia, pero Ak
mantuvo su rostro hacia lo alto, absorto y con
el ceño fruncido, igual que cuando pintaba en
la roca. Estaba fascinado por ese vuelo oscu-
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--
Llegan los arqueólogos "*/,ba
Las excavaciones cJe los nologia del hornbre dur¿rnte
arqueólogos. que comenza-
ro que coloreaba el azul. Los movimientos
cinco mill<¡lles <Je años.
ron el siglo pasado, sacaron a Así, identiflcaron los dis- gráciles de esos seres alados, feos y totpcs en
luz millones de instrumentos tintos períodcrs de acuerrlo a
-
tierra,le produjeron un sentimiento cle placer:,
de hueso y de piedra c¡ue l<¡s materiales más irnponan-
ac<lmpañabar a los restos de
el mismo que sentía cuando sus figuras en la
tes usados por el honrbre crr
nuestros antepasados. Los cada uno de ellos. f)cr esta pared de la caverna adquirían movimiento.
historiaclores tuvieron que m¿mera, fueron hechas d<¡s Ahoraentendía al viejo sin nombre que Ie ha-
clasil'icar toda esta enorme grandes clasificaciones: la
documentación y establecer bía enseñado a pintar. Siempre se había sor-
Edad tle Piedra y la Edad de
un cuadro para hacer la cro- los Metales. pendido al verlo tarcles enteras sentacJo en una
rclca contemplando el ir y venir de las nubes o
mirando correr a. los animales, sin hacer un
splo intento porciLzarlos. El viejo. enesas oca*
siones, cogía un palo y truzabauna ñgura tras
otra sobre la tierra o la nieve. l-uego cle un
rato saltaba sobre ellas y dando gritos las bo-
ffatla con la planta de sus pies. Entonces se
qLreciaba otra vez infirévil y siiencioso, miran-
do con cletención las piedras, los arbusfos. n
ütm vez el cielo y sus dibujos. ¿,Seguiría el
viejo pintanclo en el mundo de los muertos?
Los pájaros eran una pequeña ma:rcha
oscLlr¿r que desaparocía lentamente. Ak L¡s
seguía con la cabeza vuelta hacia aniba. y su
ancha boca ahierta, cornpletamente olvidaclo
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La Edacl de Pieclra
La ,Eclad de Piedra cor.¡r- cavernas. A cstas ¡rintulas se de lo que lo nrcleaba' dio cuenta
Ni siquiera se
a
¡rrcirde dos príodos: el Palet¡- de que sus dos compañeros habían echado
les cr¡noce crin el non¡brc rit:
lítico v el N.:ulítico. El prinre- fupesues: nr[jcs = roca.
coRer tras un pequeño reno y qtle estalian
a
ro ii¡c la é¡roca en quc lr-rs Elli cl l)alcolítico Srrperior
hombres cornrrnzaron a tallar l'ivirí rl hourbre dt' Crc- mucha distancia de é1.
sus instrunl*ntos en picilra: ¡v Magnon.
La figura alacla en el cielo dio un giro y
el scgundr-r. cuarrdo la talla de El Net¡líiic:o: cn el Neo-
inrtr!.!tn.'r)ti,r se perfeccioric, i lít j<n, o ¡rier-lr.i uueva, las lrc- comenzó a ert)cer otra vez. Ak reinició su ca-
nacu: el ar!r' tle la piedra pLr- tTamicutal si.r peC'eccitx¡irrott. minar, sin perderla de vista' Ahora volaba en
lirneniada. A las hach¿rs dc ill¿¡nl) sc les redondo, bajando cie las alturari colTlo los man-
El Palet¡lítico: ei Paleolíti- agregíl irn nr:mgo Jv sl' con- al lim-
r:o se rlividc en PaleolÍticr-r In- l-ecr:ir¡lranrn anfias pll-lzüntes chones oscuros que él dejaba en la roca
Iclitl¡. cn rl riue preclominir- con huesos de anírniile s puli- piar sus Plnceles.
ba el uso ric haciras de ¡nant¡ r¡c!ltaclos. l-,a cerámica n:em-
Los pájarns luetan esüechanclÚ su círcu-
rústirramcutc t¡llad¿rs: el Pa' plazír a ia t:r¡ rtería \/ r;e iltve¡-
leolítico I\.4edio, durante rl taron la rL¡(lca "\,el telar, lo y descendiendo hasta pr:sarse uno a uno en
el suelo, pero a tanta ilistancia ete Ak' qile
cual el hoirrbre aprendio a fr¡nsfi rnnilnrir lsc asi rrl hilo et:
des-
cncencler el fiiego, y el I'alctl- tr-jidos. fan:bien son de csta
aparecieron de su tras uÍlos nlatOffales.
lítrco Superior, período en cl época enonncs bloques de
quc comicrrz.ur ir apareccr rrii- pirx.lru I liuriedt-,s m(lnulnento-\
lados cuchillos de §lex, puri- rrregaiíticos, i¡ue sirvieron de */---'-
l¿rs inurncrrle tllhdas e tns-
f tumbas o tlunlrión cle aitares.
{' P',;
tlllrnentori labricados con El Neolítit:o nraicó una re-
y#¡t,.Í;
huesos. También en esta épo- volución en toclos lo-s dorni- v!(.pll,'t
ca sc invcillri la aguja con oitl rlios" porque. aparte de las in-
y aparecieron las primeras vt:nciones manuaies, se
rnanil'estaciones artísticas, comenzaron el pastoreo y los
r¡uc lueron i"iguras grabadas o tlatrajos cle la tierra.
pintaclas en las paredes tle li*i
28
La Edad de los Metales
{7/a0@\
Quiás fue el oro el primer De acuerdo al uso de estos
rnetal conocido, ya que se en- "Un animal muerto", pensóAk, y emprendió
metaies, los l¡istor.iarjores di_
celntraba en ia superñcie del
vidieron esta edad en Eclad el trote hacia el lugar. Quizás sería el primercr
suelo o a poca profundidad
del Cobre, Edad rlel Bronce en encontrar la presa caída.
enlre las arenas de lo.c arro_
y Hdad del Hierrc¡" Avanzó varios metros, sin dejar de mi-
yos. Pero su excesiva bianclu-
Muchísimo miís tarde. con
ra no lo hacía apto para fabri- rar hacia ¿rriba. Cada cierto tiempo, una de
car e'on él los útiles de traha"jo.
la invención de la escritura.
el honrbre c:ntró cie lleno en las aves de rapiña levantaba el vuelo con un
Lo mismo ocurriría con Ia
piata o con el ccbrc. ia historia. Pcro esta fransi- trozo de carne sanguinolenta entre sus garras.
[,ln día el hombre, unienclo e irin nr; ñre simulránea: mien_ Ak ¡ra podía distinguir el cngote pelado de 1os
cobre con esf,aÍio, descubrió el üas unos pueblos petmane-
pájnros y el collar de plumas de su base; tam-
bronce y así comenzó a tirbri- cían surrridos en lr pr.et.urir
cár arnlas miis resistcntes vida primiti vit, otrils navega- bién, su cabeza, el pico curvo y los ojos. Era
.-v
ufensilios n:ás perdumi:les. beur, rrabajaban la tie¡¡ a, inter- de esperar que el festín proviniera de un ani-
Mucho después se tiescr¡brid ca¡nbiaban el pnrducto ck: sus
mal recién muerto y no de uno podridc, varias
el hierro. c,osec;has y escribían.
lunas atrás.
Ak, usando su mano de visera, examinó
el horizonte en busca de Yuk y Ño. Pero no se
veían por ninguna parte. De pronto olió la pre-
sencia de un ¿uiimal vivo. Inspiró hondo. No
era la came del festiq de los pájaros lo que sus
narices detectaban. Era el sudor fuerte de una
bestia
*-*-.* que
-I-- había
------ estado
- corriendo. Quizás un
|
tigre o un zorro.
I
I
I
fnstintivamente ernpuñó su lanza y bus-
có un maton'al tras el cual protegerse. Se que-
I
L_---__---
I
30 31
I,a conquista del fuego
.. R/rñ0a\e
Una de las características bu se reúne. a¡rrende. const¿r-
de la especie hunrana es que ta, r¡l'»serva. Bl fucgo aleja a I dó allí quieto, más quieto que un tronco seco,
supo d«rminar. las fuerz¡rs de
la naturalcza y dornestica¡las
Ios animales salvajes y sc I escuchando cada ruido que le traíalamañana
convicñe en un amla de de-
para su beneflcio. Asi lo hizo
I'elisa dcl holnbre.
I y observando palmo a palmo el terreno. Fren-
con el luego hace -5(X) mii Itrii este fuego robado <le I t" u é1, y tras un arbusto espinoso, algo se
años. lll luego ,rulv¡.¡¡. ¡¿1r.¡- lu natul'llezt hahía quc cui_ I movía. Sintió un estremecimiento. Era un ani-
clo del rayo y de la lava de los
dltrkr. I)al¿r clio sc lllrcla iln-
volcanes. fl¡r. po(:o a pilc_-() prescind ible mantener encen_
I mal pequeño, estaba seeuro, pero también as-
porque no se dejaba ver. Posiblemente,
c:onscn,ario y aprrisior iatjr: por
tliclas sus hl'asus ¡¡¡1r1¡ dc ¡li¡¡ I tuto,
los honlbres. c{)mo d(' noche. Cuancir¡ la I unzorro.
El desculrilniento y la con- tribu se ponía err ntarcha.
I
32 4^
JJ
q l
El nomadismo
37
Lacaceúa
/zb0a\
Los hombres de CroMag- tallaban nun)erusos ufensilios
non lueran caz.adr:res. ya quc y armas. Caria uno de los col- el pelaje con la punta ag,uzala«hl cuchillo y
se alinrentaban sobre todo de millos del mantuf represenra- en sólo unos minutos dejó al anirnal comple-
aninrales salvajes. General- martil. lJna vez
tamente desnudo. Colgó lapiel de su cuello y
ba 4.5 kil«rs de
rlente §azaban en grupos y f-aenado el anil¡al, Ios holn-
¡trecias íi sus annas pefl'eccio- bres cargaban sobre sus es- enterró en Ia nieve los restos de su víctima.
¡ra«ias se atrevían a enfrentar paldas came y huesol; y vol,. A no ser por el lancinante dolor de su
a bestias tan grandes corno el
herida. la mañana había sido buena para Ak'
v.rA!'i í¡ su campa¡nento.
niamut. I);rra clizar al ¡ rtarnr.rt la-
En cuairto urataban un ani.. bricaban trarnprs, cavan.. Las almas de sus antepasados velaban por él
mal, comtlnzaban a cortarlc d<¡ unos enormes y pl.o- y por eso quiso entregar a la tierra su tranqui-
corl sus afilaclos cuciiillos de fi¡ndos hoyot. Una vcz
sílex" El maru¡L porejempio. la alegría. Así, dejando de lado las precaucio-
entrampado, el enor¡-lre
era una verdadem mina cier auir¡¡al nu podía siilir y nes de un buen cazador, estuvo largo rato in-
came con la r;ual se podí*n era el mornento para clinado hurgando entre arbustos y maton'ales
alirnrntar tiurante varias ser- matarlo
rrilnas. Crxr la pied de} nramut hasta encontrar una rama que le sirviera. Lue-
culrría¡r las paredes cic. sus go limpió una polción de tier"ra despejrándola
chc¡zas i, se fzrbricabar] ropii, de piedras, raíces secas y trozos de nieve. En-
c:{}n sus hr¡esos y cr:hnilXos
tonces, con la punta de la rama y mucha cal-
mao comenzÓ afrazarunay otra línea sobre el
suelo. Lentarnente fueron apareciendo las fi-
guras de esos pájaros negros que habían que-
dado grabadas en su memoria.
Cuando tennin(l su obrtl, la luz yahabía
cunbiado de lugar la sonrbra de los arbustos'
El pintor se incorporÚ y paseó su mirada por
la llanura blanca. Las siluetas de No y Yuk no
38
39
rl
Tas{gf:l piedra y hueso
{e
:'- , - l;ffi?
,lr& (
40
|_-
Alta costura
Pelo ia invención más re- No se sabe muy bien córrx; Las nubes aparecieron sorpresivalncn¡e
volucionaria de los cro_
magno¡res fue un objeto muy
se vestían los hombres clc
3r la bruma
comenzó a levantarse" LIn vieüto
Cro--N,lagnon, penr sobre las
pequeño: una aguja de hueso. paredes <ic una grutil se en- heiaclo azotóei rostro deAk, que apuró el pa§o'
Gracias a cila los hombres contró la silueta cle un honr- Y no transcunió úlucho tiempo antes de que
prrdierorr coser las pieles con
tendones de cuero o crines de
bre vestido con unil cspccie el cielcr cubielto vertiera su lluvia' Sin ¡rorder
de anorak o chaqueta fbrracla
cabailo a r¡tanera cle hilos. con piel.
su ritmo. el cazador eolltinuó sLi marcila con
la cabeza inclinada, hacia el lugar de la tram-
pa. i-a fuerza cle esa mano invisible que azÜ-
taba su rostro io tlevó a pensff en cómo po-
dría tiibuiar al viento sobre un& roca' l'alizti
un aullido. Ese extraño pensamiento lo habí¿
asustado. PicliÓ perdón al espíritu del vient*
por haberse atrevidCI a pensar en dobl*garlo'
¡Nunca, Ilunca tratarÍa de pintar
el vienic"! EI
viento sólo clebía soplar y no podía scr ¿ipre-
sado pcx'los pinceles de un hunbre'
Los pettsatnientos de Ak se collc'cntra^
ron en el carnitlo por recolre¡. l'¿ ll¡via ir l;t
bruma ocultaban el paisaje v el hornbrc siguió
adelanti.'., casi adivinando la ruta' C)reyri escu*
char el ruido del agua y supo qucr estaba t:cr-
i:a, Iltitonces lil planta de su ¡ric: se hun'lió en
la tierra y Ak desapareciri en su propia
tr¿lmpa.
42 43
---l
Las maravillas de una aguja
60a\ñu1 :_
'/L -Ct'
á
I ''/
44 45
Fabricación de una agúa
46
47
Imágenes mistuiosas
rCáO6.\
Los hombres de Cro- l5 mil alios a.C. fueron pin_
Magnon crearon Ias primeras tados fiescos extraorilinarios
gieron sus lanzas y salieron a su encuentro
formas de ame. pintaban las
en los'cuales los caballos y aullando y con los brazos en alto'
paredes de las grutas, escul_
los toros eran los animales Las armas de los cazadores se clavaron
pían en arcilla o en m¿Lrfil ani_
males o cabezas de mujer.
rnás representa<Ios. pero tam_
en los costaclos del animal, que levantó su
bién hay mamuts y bisontes
Este ane siempre misterioso
dibujados con algunos trazos
trompay lanzóun bramitlo interminable. Lue-
lenía sln durlu una si.qnit'ica- o minuciosanlente represen_ go, giran«lo lamole de su cuerpo. ellfiló hacia
ción religiosa. Ilnrre 20 mil y tados en su porte natural. ellos, apuntándolos ccln sus enorrnes colmi-
llos curvos, mil veces más peligrosos que cual-
quier lanza.
Ño y Yuk saltaron a un lado, justo cuan-
do la bestia se les venía encima. El animal si-
guió de largo, persiguiendo a ttn enemigo in-
{',
visible. Los dos cazadores partieron veloces
tras é1, animados ¿il ver que el mamut dirigía
su carrera hacia el torrente- Si los espíritus
i,i
\d/
l
48 49
Las cuevas más tarnosas f)urante mucho tiempo se
son ias de La-qcaux u¡l Fran- pensó que estos frescos repre-
cia y las de Altamira, en Es- sentaban escenas de caza,
paña. En esas grutas se encon- pero no se entiende por qué
traron liímparas de piecira que nunca fueron representados
los printores llenaban d+ gra- Ios cazadorcs. Tampoco se ha
sa pÍira alumbrarse mientras prxlido dar una explicación al
trahajaban. S* hall¿u'on tam- hercho de que el caballo i el
bién restos de pigrnentos toro son figuras que están
naturales que servían para siempre juntas en todas las
prepamr las pinrü'ils. Pard ob- grutas. Alguntr-s interpretacio-
tener el ocre, el roic o el ama- nes dicen que estas pinturas
rillo. los pintores molftrn tie- tenían un sentido mágico y
rra roja y carbón de maclera que las grutas cran santuarios
negra. Los rnezclaban en se- o lugares de culfo frecuenta-
guida con agua y los aplica- dos por los hombres en pre-
ban sobre la pared de piedra sencia de un brujo. En todo
ca-
c()rr pinceles hechos r:on cri- caso. no cabe duda de que los La trampa que ellos mismos habían
nes de animal o con tampo- tres hom-
vado era honda, tan honda como
hombres de Cro-Magnon te-
nes.tbbricados con hierbas. nían una reiigión, ya que en-
bres parados uno encima del
otro' On1¡1
Sobre las figuras de los ani- terraba¡r a sus muertos y los l" lle-
males se encontr&ron estiam- recubrían de flores. Los hom- prtu Ak era que sus compañeros
pa<Jas en colores huellas de bres de Cro-Magnon se lle- "rp"t*""
garan a la tl'arnpa antes de
que algún animal
manos. Para muchos estudio- varon con ellos los secretos
sos estas marcAs cran un sig- de su rciigión, que hoy sigue Iuy.ru. Por pequeño que éste fuese':"t11 1t:;
de que etl
no de posesión que el caza- sierrdo un misterio. garrado entre sus dientes antes
dor dejaba plasmaclo en la
como estaba* Pudiera defen-
pared irntes de partir a [a ca-
-malherido
cería. derse.
de pie' pero
Intentónuevamente ponerse
en un
el dolor no se lo pemriti(r' Y cuanclo
manos en la pa-
inmenso esfuerzo apoyó sus
a me-
,.d ,o.oru y trató cle alzarse' lo logró
50
t-l
¿De qué se enfermaba
lotlrq {e Magnon ?
w76A
/cá04\f-\
-C_ro-
L*____
I
53
i-
I
Médicos y cirujanos I
I
I
I
Treinta mil años a.C. el crecimiento de la masa ósea I La arrastró hacia é1. No era mu-v grande
hornbre conocía las propieda- al¡eded<¡r del orificio. Pero al
des terapéuticas de la greda y parecer el absceso volvió.
I
i
y la levantó sin gran clificultad, apoyándola
yemas
sobre sus mtlslos. La acarició con las
I
l__,--
54
¿_Qry]grgra hablaban enrre ellos?
*/@0a\ñ
Aunque se sabe que
.holnbre dc Crtl_Magnon
el Ios rrornb¡es rle los lugares
crr
tenia donde sc han enconrrarlo todo su cuerpo quedó atrás cuando la primera
un lenguaje evolucionado, las
su grutas prehistóricas se pare- oreja del zorto quedó estampada. Milímetro a
idioma sigue siendo un
mis. cen y llevan el radical Cro milímetro fue trazando líneas que subían y
terio. Algunos historiadores
--*conlo Cro Magnou_
interpretan ios dibujos «le o Kra bajaban, se ensanchaban y se hacían finas, to-
las o Kal. No sc ha encrxrtrado
paredes de las grutas
como las el origen de esus palabras mando vida y color en la piedra oscura. Y
pnrneras trazas de un lengua- err
je escrifo que aún no se
nrnguna lengua conocida,
por cuando su dedo se secaba, recurría a todas sus
ha lo,que algunos piensan
descifrado. qrre magulladuras, ffatando de obtener más líqui-
hablan si<Jo utilizatl¿l\ pitra
Y hay algo más: se ha com_
nombrar. a las grutas, hacc do para que el zorro naciera. Y también un
probado que en toda Euro¡ra
más de 20 nlil años. sol, alumbrando la presa.
Su cabeza parecía estar dando vueltas y
le costaba fijar la vist¿. El círculo rojo giraba
frente a sus ojos afiebraclos. Miró hacia arri-
ba: el verdadero sol, en lo alto, cror{enzaba a
desfallecer; y con la llegada de la noche la
posibilidad de que sus compañeros lo encon-
trar¿ur también disrninuía. En un t'inal y _ererr
esfuerzo, mojó su dedo en saliva y lo restregó
en la abertura de su cuello. Entonces, con una
última pincelada de su yenra. dihujó el trazo
que dio movimiento a l¿r inquicta cola del
zoÍTa.
I§ §'
Su respiracion sc hacía cacla vez más
dificultosa. Le ¡rarcció que no sólo sus pier-
nas estabm rotas, porque el dolor le camina-
t
t-*=____
56
57
_
Hombres pacíficos
5tl
59
I
Cómo trabajan los paleontólogos
d7-/íá0d+
Cuando los paleontólogos tólogos encuentr¿u"r un ¡leda-
4
enLruentratl un hueso, lo sacan zo ile hueso nrírs grande, cr
(:on muchr) cuidado para que una mandíbula. o Lrn pedaz-o FIN DE, LA CACERIA
no se rompa y le ponen un de cráneo. llntcx¡ces le ponen
núrnero. 'foda Ia tierra c¡ue lo yeso para protegerlo.
rodca es pasada por un cola-
Yuk y Ño saltaban de alegría. EI mamut
Cada perjacito cle hueso cs
dr¡r c,]r¡ Ia esperanza de en- oh:clv;ldo cn un nticroscopio había c¿caído en la trampa con un estertor de
contrar Otros obic]los. com(} electróllico. Se tonrart radio- fiera her
herida. Tenían asegurado alimento, gra-
pedacitos ile síler. rest<ls cft: grafías del interior de los hue-
pequeños aninral*; o granos huesos y pieles para toda la estación. Ak
sa, hues
scls, lo que pennile, pnr e.iem-
de polcn, indicir¡s fork¡s elios plo, descubrir huellas dr: se iba a poner contento.
dr:: cónx¡ vivían y cclmíarr los dientcs de lcche'crl un nrño o El
EI enorme animal se agitaba en el foso,
hombres que ahí vivían. distingrrir una pelvis mascu-
I\4uc:has veces los pale.orr-
estremeciendo el suelo. Se revolvía, intentan-
lin¿ de una t-emenina.
do incorporarse. Sus bramidos retumbaban en
las montañas y hacíÍrn eco en el valle. Seguro
que Ak,
Ak, estuviera donde estuviese, vendría
corriend
corriendo.
Ahora tendrían que uhirnar a la bestia.
:llo necesitaban recupcr¿rr las ¿lrrnas que
Para ellc
olgaban de sus lla¡rcos. I lurían uso de
aún col6
toda suu ffuerza y astucia, 1-ruc:s los cnonncs col-
millos; dr
delmamut cr¿tn c¿rprcr)s tlt: l'r¿tñirkrs en
dos con)n un solo rttovinricnlo tlc cabcza. Dc-
?,§-\*
l^ó
?-+
G\
beríanl eesperar a (luc cl uninral scr ¿lUolara en
ó\ \\ :ha por salir tlcl haml y csa lucha podía
su lucha
%
,&- F- t_-y
-¿,
\- durar varios
va clías.
60 61
-
Cómo conocer la edad de un fósil
62 63 ffi
illilt
fllill
E
Las edades de la Tiena
il- Fí/-/60a\Q
Aunque se sabe que la'fie- podido ser estudiado por lrrs
rra se form<i hace 5 rril mi- científicos, sc distinguen cua- I Ufu C.1uAo terlrar por una pequeña pieza de
t¡ cazay perdido el
llones de años. na«la se cono- tro grandes cras de Ia hisro- rumbo persiguiéndola.
ria geológica de la tie¡ra: la
I¡ Yuk tenía mucho respeto por el poder
ce de su existencia durante los
primeros mil millones de pr()lozoica. () éprra de las pri-
años, cuando era sólo una meras fomras de vida acuírti- I qr. Ak ejercía con sus pinturas. Pero a ntenu-
bola de fuego. Tarnpoco se ca, cuando las tien'as que no do se había burlado tle sus habilidacles como
sabe mucho tle los 3 nlil mi- cuhría el mar estaban ilenas caza¡Jor. Era cle esperar que esta vez la presa
llones de años que siguieron. de volcanes ardientes que
lanzaban ríos de lava; [a pa-
hubiera sido f,icil.
mientras se enfriaba la corte-
za terrestre y aparecían los leozoica, o época de la vida Yuk fue en busca de ramas para encen-
primeros signos de vida, es antigua, cuando los peces se der ei fuego. Y le basró sólo un esluezti para
transfbrman en reptiles y sa-
decir. las primeras células vi- arrancar de cuajo un matorral seco. ño ya te-
lcn de las uguas: la mezrrzoi-
vientes. I-os geólogos sólcr
ca, o época de la vida media, nía listo en el suelo un círculo de piedras. den-
han podido interpretar
-a
través del estudio de rcx;as.fó-
en que aparecen los primeros tro del cual su cornparieto depositó su carga.
mamíf'eros, cvolucionan las
siles, sedimentos, lava de an-
plantas, nacon las flores y los
Luego Yuk sacó su cuchillo y la apreciada pie-
tigutts volcanes- los 600 pá.iaros, y la crenozoica. o dra que, al frotarse contra su anrra, hacía sal-
millones t1e años anl.es de la
época de la vida mc¡dema. tar la chispa. Una, dos, tl es. uu¿¡tro, cinco, diez
aparición clcl hq:mbre sobre la cuando el ruono logra su evo-
Tierra. lución hasta translbr¡rarse en
veces raspó Yuk I¿r piedra c:ontrir el cuchillo.
Dentro del período que ha honrblr. I-Iasta que un ¡runlo nr.io rerlalr-r¡tagucó enire
sus manos y salt<i sobrc lirs lxrias sec¿N.
Llna llanla ilu¡ninti los rosll'os dc los ca-
zadores. Con la llcguclu tlc lu ntx.he. l¿l lernpe-
mtura había clislninuirkr t¿rnto. que al sentirse
confortados por c:l cuklr dol tirego los dos hom-
bres dejaron esc:lp¿rr de sus labios una ruido-
64
65
-
Los primeros seres vivientes
de r.1ue se formaron los ma- Lr,ls peces. para buscar su o de ser atacado por la rnanada de lobos que I
res. las primeras células vi- alimento, se acerCaban cada rondaban irnpacientes y hambrientos.
vientes nacieron bajo las vez más a la orilla. Y muchos
Luego de hacer var:ios viajes más en
aguas. cleellos, en el transcurso del
Pasaron milk:nes de años Y tiempo, f ueron reenrPlazando husca de rarnas secas, \'uk, el mejor cazador,
las células se multiPlicaron, se sus branquias por Pulmones se echó en t:l suelo a dormir. Ño cuidaría tlel
transformaron Y se unierr:n; y sus aletas se convifiieron en
f'uego hasta que sus pálpados no pudieran sos-
nacieron asÍ las Prirneras patas. Así, llegó el momento
plantas acuáticas. en que el primer animal anii- teneÍse" Enlonces desperlaría a su compañe-
I-uego estas Plantas fueron bio pisó la tiera. ro, que lo relevaría en la tarea.
evolucionantlo hasta que, El fósil más antiguo que se
Los ronquidos de Yuk quedaron ahoga-
hace 400 millones de añt-ts" ha encontrado es el ichiclste-
apareció el primeto de los Pe- gir. Lo enconuaron en Groen- dos por el aulliclo de los lobos y los violentos
ces: el osffacodemro. El ostra- Iandia y se suponc que tienc jadeos del mamut, eue aún se debatía en la
coclemro no tenía mandibulas. más de 3(X) millones de años.
trampa.
Los reptiles
66
paracaídas a las gidas de las aguas, que hasta
-parecidas
de los murciélagos-, trans-
fbrmando sus patas en alas.
entonces no lbrmaban más
que una rnasa, se diviclieron.
*/r;u>Oc}.
Así aparecieron los primeros Así rracicron los cclntinentes
pájaros. El archeopteryx, el y comenzó la llamada era se- Cada cierto tiempo un lobo
primero cor.locido. alzó el cundaria. en la cual lo_s gran-
--quizás
más joven y audaz- se acercaba hacia ellos
vuelo hace 180 rnillones de des reptiles 5¿¡¡¡io5-
años. lireron reyes.
-s subreptici;rmente. Pero ei oído atento de Ño
En esa era, las tierras emer- percibía el ruido cle las pisadas y su vista agu-
zada distinguía en las sombras el brilto cle los
o.jos de la tlela. Entonces cogía una ralna y,
encerxliéndola en el fuego, se abalanzaba so-
bre el merodeador. agitríndola en el aire, lo que
bas{aba para ahuyentarlo"
Pasó así la noche, )i cuando las prime-
ras luces del alba recortaron la silueta de las
':4 e.-
ti:%Y
.t ¿P ¿--'
mclntañas contra el cielo, los hombres ya es-
taban de pie. El mamut ya no se movía y los
.' , ^/¿
-)'
¿>1/
k!4--' lobos estrechaban su círculo.
Ak no había llegado.
i.').
Yuk, el diestnl caz.ador, se acercó a la
,,.-q
//t
/,,
/ trampa.
I
tr/ El manrut estaha ahsolutallrcnlc quieto.
;,< Pero Yuk no sc iba a dc'iar cngaii..tr y cogien-
§ do del suelo un enonnc pcñusc«r kr l¿urzti con
todas sus fuerzas conlra l¿¡ llucu dcl lmitnal,
\ que no dio señales clc vitl¿r. Cilntinuó acrercán-
dose. Ño lo seguíl con lt tea en alto ),dando
\,
gfitos para espantar a los krbos.
68 69
Los tenibles saurios 0
77
el más grande de l<ls reptiles
voladores; ei tylosaurio --o
serpiente cle nrar, de terribles
alto, con sus l'auces armadas
por tentibles hileras r[c,lien-
tes-cuchillos.
lrñoá\
dientes**; el anatosauro, el Los dinclsaurios, <1espr.rés
más pacífico, que era como
de haber reinado sobre la Tie-
Alrededor de la fosa había varias hogue-
un dragónbueno y tímido que
rra por más de 100 rnillones ras encendidas y en una de ella se asaban tro-
cr¡nlía sólo hicrbas; el tricr:-
<Je años, ceden el pas{) a pe- zos de c¿lrne. Los cazadorcs habían trabajado
ratops. de'/ mctros y muy cui-
queños mamíicros t¡uc sLrpie-
darioso de sus cías; y por úl- sin descanso. El sol, redondo y roJo, había sa-
tirr¡o. el más t'iero de todos los ron aclaptarse rnejur a las va-
riaciones dei clin¡a y zr los
lido tres veces tras la montaña y tres veces se
gi gerntescos lagartos prehistó-
ricr¡s, e[ tiriurosaurus rex, de cataclisnros. Ilstos scr¡ín los había ocult¿ido en ol otro extremo cie la il¿mu-
13 rnetros cle largo y de 6 dc antr.:pasarJos de los rnonos. ra. La piel del animal fbrmaba una montaiia
peiuda sobre el suelo y trozos enonnes de car-
ne" esperaban ser enterrados bajo la tierra he-
lada. Los lrlancos colmillos yacían cerca del
fuego, corno árboles secos y rctorcidos.
El esqueleto del ¿lnimal ya estaba a la
vista. Lo habían lirnpiado dc sus vísceras y se
habían asustado ante la resistencia que puso
el cor¿zón al ser arrancado: le.s paleció que
algo lo sujetaba timtelncrrte a l¿rs coslillas. Ese
cordzónno quería abanckrrr¿rr su rnorada, pen-
saron, y lo tomiur)t'l cor)x) ulr ¡rrcslrtio" Deci-
dieron entonces n<I c<lrr'¡órsckr. t'o¡rltl ¿rcostum-
braban hacerl«r, sirxr t¡¡¡(' kl r:nlcrurroll. Así
aplacarían al espíritu rlcl nr¿r¡nut.
La gran cttrcza h¿rhía siclo vaciada de
ojos y sesos, y colgaba inerte hacia el fondo
72 -a
/J
-
Del mono al hombre
{
74
75
que vivían con pinturas Y gra- por sobre su ruda animalidad .--'> z'-'-
b¿rdos, dieron nacimiento al y avanzaron por cl caniint: ile r"^/ i/,0-t.*) A
U
arte; perfeccionanclo sus tos- la civilización.
cos instrurnentos, se elevaron Había naciclo el hombre.
cientemente amplio como para descender. Y
allíencontraron lo que quedaba de su compa-
ñero. Era una rnasa informe, pero aún soste-
nía entre sus manos lalarv.a apuntanrlo hacia
lo alto.
En ese instante Yuk y Ño entendieron
dos cosas: por qué Ak había desapareciclo y
por qué el animal había muerto tan rírpido. por
alguna razón,Ak estaba en la trampa cuando
el mamut cayó. Y había sido la punta de su
lanza la que apresara ese corazón que se re-
sistía a salir.
Cuando levantaron el cuerpo sin vida de
su compañero enconffaron la piedra plana con
las figuras rojizas del zorro y del sol. Y al ver
la piel recién desollada que aún envolvía lo
que había sido el cuello de Ak , supieron que
ei pintor había alcanzado a hacer muchas co-
sas buenas ese día: Ak había c:¿rzado un zorro,
\\*/- Ak había dibujado cn la piedra y Ak había
,nv matado al mamut. Muka y su hijo se sentirían
orgullosos.
76 77
B--
k;ursición de la prehistoria a la historia
{b0
El Antiguo Oriente fue la el suelo p0r un extrelnc, v
5
cunr de la nacicrrtc hunrauri- unidos todos ell,rs pol r-'l
dad. Para algunos, la primera opuesto en forma rle cono, EL ENTIERRO
civiliz¿rción había surgitio en con las.iunturas Íapadas ctx
el valie dei Tigris y del ramas y bano. ie sucedió lue- El cuerpo deAk yacíaen el fondo de su
L,uliates. en Mesopotamiu. y' g0 otro tipo de choza lnás illtima nrorada. la misma que contenfá los hue-
para otft)s, junto al Nilo, en pcd'ecta, la tc»mada por tron-
cl Antigtro Egipto. Pero. sin cos veiticales y cutlierla por
sos de su f')adrs y de sus hermanos muertos.
lugrr a cludas, Ios prirneros un techo algo inclinado en No fue dejdndo caer una a una las armas que
núclcos ci vil izados aparecie- vertiente. para las liuvias. Por el cazador había usado en vida: la lanza, el
rc¡n ey¡ las riberas de estos ríos, últiuro, apareció la cab:rfra t1c cuchilkt, su mazo, las piedras atadas a peda-
clontle los grupos humanos troncos horizontales ya des-
zos de cuero, el buril para tallar agujas. Deja-
r:volucionaron hastu constituir bastados, dividida en su inte-
estados organizados. rior en diversas habitaciones ron también caer los pinceles de crines y los
Después de haber sido ca- metliante. estacas o lelas cni- tampones hechos con hierbas que lo habían
zadores y luego pastores gadas. Con el tiempo sc van
ayudado en su magia.
crrantes o nórnades, los hom- inventando pueñas. velltanas,
bres ad«iptaron la vida seden- escaleras. En otras regiones
Y cuando los hombres se preparaban a
taria y agrícola. Se inici¿ron se usan diversos lnateriales, empujar Ia piedra que volvería a cubrir la turn-
la navegacirin y el corncrcio. como piedra o ladrillo. La ba, Muka se puso a gritar y a nrover los bm-
y así. graclualmente, sc el'ec- agrupaci(rrr de cabañas vcci-
zos de arriba abajo. Cogiri la piel cle zomo que
tuó t'l paso dc la 1;rehistoria a nas origina sucssivarncnte la
la historia. aldea. el poblado, la ciudail y
le abrigaba Ios hombrr)s y lít agitó en el aire
La evolución progresiva de la vida dc las primcras rot'ic- con largos chillidos.
la a moratia hunrana consti- clades. Pero esta transición de I-os hombres cspcruK)n.
tuye uno de los elenrenfos im- la prehistoria a la historia no
Muka corri(l h¿rc:i¡r l¿r c¿tvcrna y desapa-
p1)rlanles dc lu civilizrrci<in, y lue sirnultáne¿: rnientras
asÍ, en las comarcas fcrresta- unos pueblos permanecían
j reció por su boca cshccha. At poco tienlpo i
e"-lyld'cspeso' ---___]
78 79
t-lF-
t
II
iJ
Notas prehistoricas
Rfrñ0a\fi
. El prirnate rnás antiguo 1963 tuvieron c¡ue cerrarla al Muka entregó la vasija a Yuk. Este bajó
conocido se llama Purgato- público.
a Ia fosa y, cogiendo el pincel de Ak, lo untó
rius. Se parecía:r una peque- Ju§o al lado de la gruta se
ña musaraña y vivía en el hizo un copia cxacta tle ella, como tantas veces había visto hacerlcl al pin-
tienrpo de los últimos dino- La:caux 3. para que lu r isi- tor. Entonces fue cubriendo lo que pudo del
saurios, hace 70 rnillones de laran lt¡s turistas.
cuerpo deformado del muerto con la pintura
años. Encontraron sus testos . Al ínterior de una mistna
en el estado de Montana, en gruta con frescos prehis«5ri- roja. Por.último, untando de nuevo el pincel,
los Estados Unidos. cos. existen distintos estilos coloreó con gran prolijidad el largo hueso que-
. I-a gruta de Lascaux, en de pinturu. Se sabe que est¿is brado, que era lo único que quedaba colgan-
Francia. es una de las más cé- grutas han sido frecuentadas
lebres de las grutas prehistó- durante miliones de años y
do del muslo deAk.
ricas. Fue descubierta en I 940 que pinlorcs distintos realiza- Ahora síqueAk estaba listo para sobre-
y abierta a los turistas que se ron los diferentes fiescos. Y vivir en el otro mundo. Y si no tenía
maravillaron con los toros y es seguro que, corxo sircede
caballos pintados en sus pa- en todos los tiempos, duran-
un cuerpor. - entero, tenía por lo me-
redes hace 17 mil añr¡s. Pero te la prehistoria hubo grandes
las numert-rsas visitas la dete- afistas, pero tarnl-rién cltros
rioraron a tal punto. que cn que no valían nada. <-.-_
--/
-
. Se supone que el hombre huellas de tuberculosis ni
primitivo era una creatura descalcificaciones. A pesar
bastante vellosa y que debió de esto, la esperanza de vida
perder esta defbnsa natural del término rnedio cra de 30
bajo el influjo de las pieles años y de 40 para los lon-
con las que conrenz«i a cubrir- gevos.
se. . I-os pintores de las caver-
. En 1982 se dcscubriú en nas dibu.iaron sobre totJo a
Kenia una manclíbula de 8 grandes animales herbír,or os,
millones de años. Tiene cin- como caballos, toros, vacas,
co dientes y pertenece a un bisontes, ciervos y cabras.
primate. Este prirnate podría Nunca representaron pl atrf as, &r?
ser el eslabón perdido entre árboles ni objetos. Y el úni-
los monos y el hr:mbre. co hombre lepresentado tie-
. En 1974, en Etiopía, se
descubrieron los restos de una
ne un rostro caricaturesco y
su cuerpo t'ue esquematizado.
7 i-o;",Ve
nos un hueso hemroso. Muka m<lstró sus dien-
mujer australopiterca, a la que Tampooo existen dibujos de
llarnaron Lucy. Ella vivió l'm- peces y sólo ha sido encon- tes en gesto de complacencia.
ce res millones y medio de trada la figura de un pájarcl. La enorme piedra fue al fin desplazada
años. C¿uninaba sobrc sus dos . Como sucedíír cein ioclos hasta cubrir completamente el foso. La ma-
piem:rs y tenín brazos largos ios prleblos primitivos, era el
y poclcrosos. Se piensa que honrbre el que salía a cr¿ar y
dre deAk, con los ojos húmedos y emitiendo
rnurió ahogada. la mujer la encargada del tra- un sonido monótono, buscó entre las malezas
. L.a alimentación de lc¡s bajo donréstico, de la recolec- unas pequeñas flores amarillas y las dispuso
cromagnones era pobre en citin de frutos y de la prepa-
sobre la piedra.
grasas, pues la came dc los reción de las píeles.
animales de caza es magra. . Los utensilios de sílex El rito clelentienr) estab¿r curnplido y el
Por otra parte, los gtúcidos más comunes a todos los sol declinaha en el lbndo clc la llanr-rra.
eran poco abundantes, ya que hombres de esa época son lá-
no conocían ni la aeúcar refi- minas .v l¿uninillas, raspado- I Ño, Yuk. la abuela, Muk¿r y cl pequeño
nada, ni el pirr ni las féculas. res, t'luriles y bareno§. I Gur entraron en silencio a l¿r cavcnla. Sobre
. Ei descubrimiento en
Y las plantas silvestres les
[-arcaux de una hemtosa lám-
I el fuego se asat)fl un pcclaz.o dc c¿rrnc clcl ma-
I mut y el olor hiz,o quc (iur tirara del brazo de
aportaban más celulosa que
almiclón. Además de no tener para de gres rojo en foma de
c¡rric:s, ltls hue sos del hornbre cuchara y rnás de cien lám- I su madle para pe(lirlc alirnento. Pero ella en
dc (-'ro-Magrx)n ntl presenta¡l paras hechas sobtc trna pie- ese momento se doblaba en dos, con un que-
I
L_
82
83
l
il
dra plana, muestra que la ca-
vema fue muy frecuentada.
La experimentación me-
diante la copia exacta de esas
texto religioso de
Simbel, del siglo
Abu
XIII a.C. En
él se dice que el dios Path
hizo los miembros del faraón
*/á0a
límparas ha demostrado que Ramsés II de electrón o alea- jido de dolor. De inmediato la abuela dejó de
éstas emitían una luz suficien- ción de oro y plata; los hue-
lamentarse y se encaminó hacia el fogón en
te no sólo para orientarse, sino sos, de bronce, y los brazos,
también para trabajar. Cada de "hierro del cielo", es de- busca de la piedra ardiente que calentaría más
mecha daba la luz equivalen- cir, hierro procedente de me- agua.
te a una vela. Un trozo de gra- teoritos.
. El hombre Yuk, el mejor cazador, también se dio iil
sa del porte de un paquete de obtuvo el
ciganillos, permitía alumbrar bronce uniendo el cobre con cuenta de Io que iba a suceder. Se acercó a la
casi durante una hora. el estaño. Así agregó este mujer que, encuclillada, comenzaba a pujar y
. La referencia más antigua nuevo material más duro a posó su mano sobre su cahllo desgreñaclo.
del uso del hierro se encuen- sus instrumentos, a sus ar-
tra en el valle del Nilo, en un mas, a sus vehículos. Así le hizo sentir que ahora él era el jefe de la
familia y que la protegería
Y cuando la luna ya bañaba de luz Ia
tumba de Ak, en la cavema se oyeron unos
vagidos: el pequeño Ak llegaba a poblar la
La imporlancia del dedo pulgar
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Epílogo
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