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AK,
Pintor de cavunas

I
EN I-A CAVERNA

Ao abrió los ojos. A su lado, de es-


I

I
paldas sobre la piel cle bisonte, aún domtía
N{uka. Ak conternpló el vientre hinchado de
su compañela que. sorpresiviunente, carnbió
de forma y onduló conlo agua. El hombre no
se extrañó: ya tenía un hiicl y conocía dc me-
moria l<¡s movirnientos de un niño qr"re estaba
rli)r naceL
Ak se incorpr:ró" En el centro de tra ha-
bitación el fuego imiiaba las onclulaciones del
vienüe ele Nlluka c iluriliuaba al resto de l<ls
dunnientes: al pequeño (iur,'hecho un ovillo
Los primeros hombres dJ/á0a
Sabios, arqueólogos Y an- sitó un instruntento, lo labri- a los pies de su madre; t¿mbién aYuk, el me-
tropólogos discuten acerca de có y lo usó, se convirtió en jor cazador; al joven Ño, que estaba apren-
Homo Habilis. El pritrerode
cuál fue el momento Preciscl diendo a maneiar lalanza; y a la vieja madre
en la larga aventura humana todos los instrumentos fue
una piedra. Una piedra que
de Ak, a quien le quedaba poco tiempo entre
en el que ya se pudo hablar
de hclmbre. Las teorías son sirvié para tallar otra Piedra, ellos, porque ya había vivido más de treinta
muchas. Se picnsa, por ejcm- pafa romper una nuez, para inviemos.
plo, que el primer signo de quebmr una concha, para des-
Un viento helado entró por la boca de la
espiritualidad humana es el trozar una fruta. El Primer
hecho de enteffar a los muer- hombre que rccogió una Pie- cavema e hizo temblar el fuego. Ak lanzó un
tos. Y en el terreno de lo Prác- dra paia servirse de ella como gruñido y cogió un grueso madero que dejó
tico, hay algo en lo que todos instrumento, estaba Ya PrePa- caer al cenfro de lafogata con granestruendo.
están de acuerdo: hubo hom- rando el camino de un cohe-
te a la Luna.
Afuera el cielo se iluminaba lentamen-
bre cuando hubo una herra-
mienta. Cuando un ser nece- te. Ak despertó a los otros dos hombres con
un puntapié en las costillas y emitió unos cor*
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i
4 I
El ausralopiteco, el primer hombre

2,8 a I,5 millones de años raíces y los tubérculos entc'-


tos gruñidos a manera de orden. Faltaba muy
antes de nuestra era, vivieron rrados en el suelo erar¡ muy
en Africa los australopitecos, escasos y duros p¿tra masti-
poco para que la creatura hiciera gritar de do-
que: sigrifica hombres del sur. car. Los animales que vivían lor a su madre y saliera al fin de su encierro.
Eran como unos nlonos enor- cn el entorno ciel australo- Por eso había que traer más carne, más grasa,
rucs. pero tenían cerebros más piteco. eran.jirafa.s. hicnas y
más pieles. Otro puntapié de Ak terminó por
grandes y caminaban sobre elefantes.
sus dos piemas, baianceándo- Se supone que los australo- despertar por completo no sólo a sus cornpa-
se de un pie al otro. A los pitecos tallaron algurras pie- ñeros, simr también a su madre que, tembian-
austrak;pitecos les costaba dras pitra convertirlas en he- do, se aproximó a las llamas.
muclro encontrar su alimen- namientas.
tr:. El clirna era rnuy seco, Ias
Junto al fuego había restos de un trozo
de came asada que los tres hombres compar-
tieron luego de desganarla con las manos. La
vieja. eri tanto. cogió entre dos palos en fbrma
de horquilla una piedra al rojo vivo calentada
entre ias llamas y la'dejó caer por la aborlura
de una vasija de cuero llena de agua y hier-
bas, que colgaba de una armazón de varas.
Luego de comer y beber el líquido ca-
Iiente, los hombres cogiefon sus armas decaza.
Erarr unos palos largos, cuyos extremos de
hueso pulido penet¡arían con facilidacl en la
carne del búfalo o del mamut que quizás ya
había caído en [a mmpa construida cerca del
toffente, por donde los animales pasaban en
lrusca de agua.
L. ¡

10 11
El homo habilis

Homo habilis significa No ¿síel austrulopiteco, que,


hombre hábil. Ellos fueron incapaz de carnbiar su ali-
contemporáneos de ciertos merntación, no resistió duran*
australopitecos gráciles y vi- te mucho tiempo cuando se
vieron de 2,5 a 1,5 millones modit'icó el clima.
de años a.C. Hay quienes sos- El homo habilis vivía en
tienen que el homo habilis grupos de 30 ó 40 personas y
descicnde dc los australopi- rodeaba uorr piedras los lími-
tecos, pero otros cientí{icos tes de su territorio.
crL'en que sr.rn de una especie Restos de l'ósiles de estos
cliferente. En todo casc¡, el hornbres tueron t:ncontrados f
homo habilis era más inteli- al este de Africa, a lo largo ,,
gente. Era más pequeño, con del Rift Valley, un valle que /
un cráneo más redondo y un st: extiende entre Etiopía y
cerebro más grande. Y ncl se Tanzania.
lo pasaba todo el día masti- Según la teoría de un v §lÁr,)
cando raíces como los austra- paleontólogo llamado Yves Salían, cuanáo;l joven Ño se interpuso
lopitecos: tenía una mandÍbu- Coppens, hace diez millones al paso de Ak. Clavó su lariza con fuerza en el
la con molares miís pequeños de años Africa se dividió en
suelo y su brivo indicó el oscuro fondo de la
e incisivos más grandes, lo dos, el paisaje cambió y na-
que le perrnitía masticar y r.'ieron nuevas montañas. Al caverna.
destrozar más cosas, como oeste de esas montañas la Ak lo hizo aun lado y a su vez le mos-
caracoles, lagartijas, carroñas gran selva ecuatorial conti- fió el cielo en el que ya despuntaban las luces
de ¿rnimales o pequeñas fru- nuó recibiendo las lluvias del
del alba.
tas. Se servía de las pietlras océano Atlántico; pero en el
como herramientas y era ca- eslc, las nuevas montañas
Un sonido insistente salió de la gargan-
paz de buscar alimento cuan- co¡rstruyeron una barrera que ta de Ño, que volvió a dar un golpe con su
do éste se agotaba en el lugar. detuvo a las nubes e hizo latt.a;a.

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cambiar el clima, con lo que
desaparecieron los bosques.
bol. Y fue allí, al este de las
nuc\/a\ n¡orrtafias. dondc vi- ?r"?o0A\fi
Los animales, y en particuiar vieron r:l australopiteco y el
los monos, no tuvieron ya ár- honro habilis.
Entonces Yuk se unio al pedido deljo-
ven y sacudió unamano deAk con violencia.
Con un gruñido. ei interpelado dejó caer
su anna y dando media vuelta se intemó al
fondo de la gruta.
Al pasar junto al fuego, cogió un tizóny
encerldió el sebo pegado a una piedra plana.
Caminó junto a los cuerpos dormidos de
Gur y de Muka, quienes, pese a le¡s ruiilos,
seguían sumidos en un profundo descanso.
A la luz tenue del sebo,los tres cuzado-
res avanzaron hacia el interior de la cueva.
Encorvados p¿ira no tocar el techo con sus ci1-
bezas, caminaron por el túnel que a los pocos
pasos volvió n elevarse v ¡nostró un espaciO
de altas parecles en las que se veían varias fi-
gur¿rs de animales cololeadas.
Ak entregó la lamparilla a Ño y huryíi
entre las hencliduras de la roca que tenía al
frenfe" hasta tl¿rr con una pequeña vasija que
contenía un polvo rojo. Ono recipiente rnás
grande alrnac:erlaba ur] poco de ugua donde se
hundl'rn varir:¡s palos con crines atadas a su
extrerno.

74 15
¿Qué es el eslabon perdido? rbc6)\l\
Nunca se han podido en- llones de años y nosotros. A Ak , una vez mojado elpincel erl el agua
contrar restos de un ancestro este ancestro común se le lla-
común entre esos grandes ma el eslabón perdido. untado en el poh,o §o, se quecló largo rato
.y"

monos que vivían hace 8 mi- contemplando la pared con aire concentrado.
Sus compañeros apenas respiraban, a laespe-
ra del prodigio que haría aparecer la figura cle
un mamut sobre laroca: e! niismo mamutque
esperaban ver atrapado en la trampa tenclida
hacía ya varios días.
[,¿l mano de Ak ,-:omenzó a trabajar. Y
corl un trazo curvo apareció el lomrr del ani-
rnal. Rápidos coino el vuelo de un pájaro le
siguieron los cios largos colnrillos. Cuatro tra-
zcls verticales csbozaron las patas en rnovi-
miento.
Había nacido uR rnamut.
Ño y Yuk, respirando con ruirlo, pregun-
taron algo.
Ak les indicó un lugzr. Los cazadoles
abrieron krs dedos de una mano y posaron las
palrnas sobre la pared, arriba de la figura pin-
tada. Entonces Ak tomó una caña hueca, la
llenó de polvillo nrjo y luego sopló sobre el
dorso cle las manos de sus compañeros. Cuan-

76 t/
El homo erectus
{á0a\
El homo erectus u hombre las cle piedras unidas por una clo ellos las retiraron, el contomo de sus pal-
erguido vivió de 1,6 a ().4 mi- tira de cucro y aprendió
llón de años antes de nuesffa -_500 mil años antes de mas y declos abiertos coronaban el cueqpo del
e¡4. nuestra cra-* a r¡rantencr un ¿mimal.
El homo erectus lue un lireg«r encenclicio y a usarlo. Ell rito se había cumplido. Esas manos
gran viajero. Ab¿ndonó Afri- En cua¡rto a su ¿rlinrentación,
ca y se encaminó hacia el Cer- comía de toclo.
serían las que clarían muerte al mamut.
can<¡ Oricnte, China, Indo- El l¡ornt¡ erectus tue bauti- Ak contempló su obra, con el ceño fiun-
nesia y
Europa. Australi¿r, zado según el lugar en que cido. Luego cle un instante, plzurtó su pnrpia
Arnérica y krs lugares rrrá-. fueron encontrados sus res-
tríos de Asia v Europa pare- tos. Así, el dc Indonesia frre
palma un poL:o más arriba de las ya estampa-
cen no haber sido visitados llanudo Pitecántropo u Hom- rlas de sus cornpañeros. Y volvio a soplar el
nunc¿r por el homo erectus. bre de Java; el de China, perlvo rojo.
Este antepasado dei hom- Sinántropo; y Atrántropo el
bre talló hachas, cazó con bo- encontrado cn Argelia.
Luego cogió offa vez las crines atadas a
un& rama y las untó coir más agua y polvo.
Ño pateó el suelo con ímpaciencia.
Yuk emitió un buficlo.
Akpareció no esc:ucharlos y comenzó a
retocrar con mucha calma la cola dei animal.
Ño dio un puñetazo en el hombro del
¡lintor y ésfe, con un movimiento lrrusco, lo
larzó hacia aúás.
Los dos cazadores, sabiendo que no de-
bían insistir, se sentarorr a esperar.
El sol ya calentaba la tierra, cuando e.l

pintor de cavernas dio por terminada su tarea.

Itt 19
El hombre de Neandethal u homo sapiens
*{,k)C(A\
l,os primeros restos tie un 'Ienían grupos sociales
Sírlo entonces dejó los pinceles y los guardó
homo sapiens, u hombre sa- bir:rr organizadr¡s, se ocupa-
hio, fuer<m c:ncontrados en el han de los enfennos y L-ntc- con mucho cuidado en Ia vasija con agua.
valle de Nean, cerca de raban a los liluclros. 'lüm- Estaba listo para la cacería.
I)üsseldorl'. en Alcmar¡ia. bién aprendicron il usar Cu¿urdo salieron de la cuer¡a, Muka, ya
Este t'ue ci llamado honlbre de colt'nan1es.
Neanderthal y viviri er¡tre 7-5 Al igual quc sus antepasri- en pie, los rniró pasar. Su boca de labios grue-
nril años _y j5 rnil años antcs dos, el hol¡rbrc de Neun- sos se enh'eabri(i en un gesto alegre,v sobó su
tle nuestra cra. denhal poscía uria mandíbu- barriga con las dos manos" Gur. en tanto, sal-
El homtrre dc Neanderthal Ia inferior desprovisir ,Ji:
vivié err una é¡roca de fuertes me¡rlón.
taba sobrr: la ¡riel de bisonte, corl chillidos es-
nev¿rzones que enti'iaron el Trernta ,y cinco ¡nil años tridentes.
clima de Eur"opa. [¡r rrxleaban antcs de Cristo, sin que aún
{)sos, marnuts, lcones, renos y se sepa pur qué, el hombre «le
rinocerontes lanudos.'l'uvo Neantlerthal desaparc,.'iti sin
que adaptarse para luchar dc-iar tlcscenriencia. Sc han
coillra el l'no. Etan gluL:s0s y encontrado sus restos cn Eu-
ntusculos<is, vivían en grrrtas ropa. z\lrica, Medio Oriente,
y conocían el fuego. Y, pnr' Irirk y Asia C--enlral.
hablernente" fueron ciurftrales.

20 21
Las medidas de nuesffos antepasados
laOd)\
lil austraiopitecc¡ medi¿r en- y su cercbro tenÍ¿ un volu-
tre l,i0 y 1,30 metro y pesa- nlen de 700 a 1.200 centíme-
2
ba alrededor de 35 kilos. St¡ tros cúbicos. TRAS LA PRESA
cráneo era redondo y su cere- El hombre de Neanderthal
bro tenía 500 centunetros cú- tenía un cerebro de 1.700
bicos. centínrctros cúbicos. rnás Los tres hombres se alejaron de la ca-
El homohabilis medía i.40 grancle quc ei del hornbrc ac- vema con un trote lento y balanceado. Sortea-
metro de altura y pesaba 50 tual, que tiene 1.400 a I .450 ban rocas y bajaban senderos abruptos, que
kilos. Su cerebro tenía un vo- centímetros cúbicos.
lurnen de 775 centínletros El cerebro de un chimpan-
ellos misrnos habían abierto. Ak se volteó para
cúbicos, es decir, muy pare- cé tiene de 300 a 470 centí- mkar por últina vez el humo que salía por Ia
cido al que tenernos nosoftos metros cúbicos. El de un go- boca de la cavema y que se elevaba hacia lo
hoy" riia, de 380 a 625 centímetros
El tronlr: erectus llegri a r::úbicos. Ill de un orangutiin alto, en nubes que se iban ensanchando. [,e
medir l,?0 metro y a pesar 7-5 tícne alrededor de 4 l0 centí- parecieron fauces abiertas, listas para engullir
kilos. 5u cr¿ineo era alargactcr mstros cúbicos. su presa. Esa visión le produjo un sentimien-
Ár.rsfralopilccrr lJomo erectus to de malestar que nunca antes había conoci-
do y sacudió la cabeza para que salieran de
ella los malos espíritus.
Ak, Ak --oyó el llamado de sus
-Ak,
cornpañeros que ya habían llegado al llano.
Respirg hondo y bajó corriendo areunfu-
se con ellos.
Los cazadores caminaron varias horas
por la llanura blanca y asoleada. EI vaho cle
sus respiraciones salía de sus narices denso y
visible.Iban atentos a lcls menores midos que
Ilorrrlrrt: t[r ( \rr-lvlu¡¡rrol Horno sapíens

¿J
§F
El homo sapiens u hombre tle Cro-Magnoll
**f*wff
El honlbrc de Cn»Magnon y gracias a su inteligencia
vivió tlc {(}¡¡¡¡ o [(l rnil años purlo sobrevivir al gran t:n_
antes de nucstra era_. Se c.n- lilanlic.ntr¡ r,le la- T'icrra t¡cu_
contraron sus restos en Fluro_ rridr: cn Ia Prehiston¿r_ [.,i
pa y Java. §gr parccía mucho licrrnhre de: Clo-l\laglr«rrr co_
al hornbre actual. nocitj el luego y lalló arni¿rs
Se los llarnri horrrb¡.es <Je c il)strutltrlntos cle tratra.jo.
Clro-Magnon. porque to<los l'alnhiéll ir:r'c¡rrr'r lrr aguju.
son de la misnl¿r raza clel
horr¡ esculpió la pictlra y modr:ki
bre cuyos restos se enconlra. la ¿rn illlr. I)inlrio $r.airú lrisolr- ',¡P'"/"'i'
r«rn en la gmt.a de Cro-Mag- les ,v rnalnuts sotrrc las
¡:arc-
non" ün Ia rcgión del perigonl, cies de las grutas en las qut: vcrnían de entre los r-natonales espinosr)s. Otea-
en Francia. vi..,ía. Descendió cientos dc. ban el horízonte en busca de alguna mancha
Nadie sabe verd¿tderatnen- nletros ha jo la ticrrir sin nln_
te'cúno llegaron los honrtrrcs oscura en rnOVimiento que delatar¿r la prcsen-
rún prohlerna. pr-resto que fa-
de (-ro-IVIagnon a l-rir¡icitr bricó liímparas que se enccn- cia de algún rinoceronte lanudo o una rn¿tna-
[']stos era¡l diíblentes de todos dían con grasa de anim¿il. da de renos. Sería" una suerte si carnino al lu-
los rfnrs homltrcs prehistóri- Cincc¡ mil art;s antt:s de
cos Llue los habían prel:er1iclo. gar de la trampa se encontraban con un¿r plesa
nuestríl cra, kl:; hi jos cle kts
Se parecían muchr.r al holrrbre homhres de Cro-Magnon ya fácil.
tlc hoy 1. algunos alcanzarr¡n producían su pro¡.lio alirnen- Una bandada de pájaros enorrnes pasó
a mecJil.más dc: 1,80 netro tr¡, cuiclanclo rebaños
clcr y reco_
¿ltura. El hombre de Cro_ graznanclo por sobre sus cabezas. [ban en fbr-
lectando granos. y¿r er¿rn
Magnlrn hablaba y trrcnsaba, hombrcs como los dc hoy,. mación y de pronto se abrieron recortando su
negrura sobre la cl¿riclad del cielo. Yuk y Ño
los contemplaron con indit'erencia, pero Ak
mantuvo su rostro hacia lo alto, absorto y con
el ceño fruncido, igual que cuando pintaba en
la roca. Estaba fascinado por ese vuelo oscu-

24 25
--
Llegan los arqueólogos "*/,ba
Las excavaciones cJe los nologia del hornbre dur¿rnte
arqueólogos. que comenza-
ro que coloreaba el azul. Los movimientos
cinco mill<¡lles <Je años.
ron el siglo pasado, sacaron a Así, identiflcaron los dis- gráciles de esos seres alados, feos y totpcs en
luz millones de instrumentos tintos períodcrs de acuerrlo a
-
tierra,le produjeron un sentimiento cle placer:,
de hueso y de piedra c¡ue l<¡s materiales más irnponan-
ac<lmpañabar a los restos de
el mismo que sentía cuando sus figuras en la
tes usados por el honrbre crr
nuestros antepasados. Los cada uno de ellos. f)cr esta pared de la caverna adquirían movimiento.
historiaclores tuvieron que m¿mera, fueron hechas d<¡s Ahoraentendía al viejo sin nombre que Ie ha-
clasil'icar toda esta enorme grandes clasificaciones: la
documentación y establecer bía enseñado a pintar. Siempre se había sor-
Edad tle Piedra y la Edad de
un cuadro para hacer la cro- los Metales. pendido al verlo tarcles enteras sentacJo en una
rclca contemplando el ir y venir de las nubes o
mirando correr a. los animales, sin hacer un
splo intento porciLzarlos. El viejo. enesas oca*
siones, cogía un palo y truzabauna ñgura tras
otra sobre la tierra o la nieve. l-uego cle un
rato saltaba sobre ellas y dando gritos las bo-
ffatla con la planta de sus pies. Entonces se
qLreciaba otra vez infirévil y siiencioso, miran-
do con cletención las piedras, los arbusfos. n
ütm vez el cielo y sus dibujos. ¿,Seguiría el
viejo pintanclo en el mundo de los muertos?
Los pájaros eran una pequeña ma:rcha
oscLlr¿r que desaparocía lentamente. Ak L¡s
seguía con la cabeza vuelta hacia aniba. y su
ancha boca ahierta, cornpletamente olvidaclo

26 27
La Edacl de Pieclra

La ,Eclad de Piedra cor.¡r- cavernas. A cstas ¡rintulas se de lo que lo nrcleaba' dio cuenta
Ni siquiera se
a
¡rrcirde dos príodos: el Palet¡- de que sus dos compañeros habían echado
les cr¡noce crin el non¡brc rit:
lítico v el N.:ulítico. El prinre- fupesues: nr[jcs = roca.
coRer tras un pequeño reno y qtle estalian
a
ro ii¡c la é¡roca en quc lr-rs Elli cl l)alcolítico Srrperior
hombres cornrrnzaron a tallar l'ivirí rl hourbre dt' Crc- mucha distancia de é1.
sus instrunl*ntos en picilra: ¡v Magnon.
La figura alacla en el cielo dio un giro y
el scgundr-r. cuarrdo la talla de El Net¡líiic:o: cn el Neo-
inrtr!.!tn.'r)ti,r se perfeccioric, i lít j<n, o ¡rier-lr.i uueva, las lrc- comenzó a ert)cer otra vez. Ak reinició su ca-
nacu: el ar!r' tle la piedra pLr- tTamicutal si.r peC'eccitx¡irrott. minar, sin perderla de vista' Ahora volaba en
lirneniada. A las hach¿rs dc ill¿¡nl) sc les redondo, bajando cie las alturari colTlo los man-
El Palet¡lítico: ei Paleolíti- agregíl irn nr:mgo Jv sl' con- al lim-
r:o se rlividc en PaleolÍticr-r In- l-ecr:ir¡lranrn anfias pll-lzüntes chones oscuros que él dejaba en la roca
Iclitl¡. cn rl riue preclominir- con huesos de anírniile s puli- piar sus Plnceles.
ba el uso ric haciras de ¡nant¡ r¡c!ltaclos. l-,a cerámica n:em-
Los pájarns luetan esüechanclÚ su círcu-
rústirramcutc t¡llad¿rs: el Pa' plazír a ia t:r¡ rtería \/ r;e iltve¡-
leolítico I\.4edio, durante rl taron la rL¡(lca "\,el telar, lo y descendiendo hasta pr:sarse uno a uno en
el suelo, pero a tanta ilistancia ete Ak' qile
cual el hoirrbre aprendio a fr¡nsfi rnnilnrir lsc asi rrl hilo et:
des-
cncencler el fiiego, y el I'alctl- tr-jidos. fan:bien son de csta
aparecieron de su tras uÍlos nlatOffales.
lítrco Superior, período en cl época enonncs bloques de
quc comicrrz.ur ir apareccr rrii- pirx.lru I liuriedt-,s m(lnulnento-\
lados cuchillos de §lex, puri- rrregaiíticos, i¡ue sirvieron de */---'-
l¿rs inurncrrle tllhdas e tns-
f tumbas o tlunlrión cle aitares.
{' P',;
tlllrnentori labricados con El Neolítit:o nraicó una re-
y#¡t,.Í;
huesos. También en esta épo- volución en toclos lo-s dorni- v!(.pll,'t
ca sc invcillri la aguja con oitl rlios" porque. aparte de las in-
y aparecieron las primeras vt:nciones manuaies, se
rnanil'estaciones artísticas, comenzaron el pastoreo y los
r¡uc lueron i"iguras grabadas o tlatrajos cle la tierra.
pintaclas en las paredes tle li*i

28
La Edad de los Metales
{7/a0@\
Quiás fue el oro el primer De acuerdo al uso de estos
rnetal conocido, ya que se en- "Un animal muerto", pensóAk, y emprendió
metaies, los l¡istor.iarjores di_
celntraba en ia superñcie del
vidieron esta edad en Eclad el trote hacia el lugar. Quizás sería el primercr
suelo o a poca profundidad
del Cobre, Edad rlel Bronce en encontrar la presa caída.
enlre las arenas de lo.c arro_
y Hdad del Hierrc¡" Avanzó varios metros, sin dejar de mi-
yos. Pero su excesiva bianclu-
Muchísimo miís tarde. con
ra no lo hacía apto para fabri- rar hacia ¿rriba. Cada cierto tiempo, una de
car e'on él los útiles de traha"jo.
la invención de la escritura.
el honrbre c:ntró cie lleno en las aves de rapiña levantaba el vuelo con un
Lo mismo ocurriría con Ia
piata o con el ccbrc. ia historia. Pcro esta fransi- trozo de carne sanguinolenta entre sus garras.
[,ln día el hombre, unienclo e irin nr; ñre simulránea: mien_ Ak ¡ra podía distinguir el cngote pelado de 1os
cobre con esf,aÍio, descubrió el üas unos pueblos petmane-
pájnros y el collar de plumas de su base; tam-
bronce y así comenzó a tirbri- cían surrridos en lr pr.et.urir
cár arnlas miis resistcntes vida primiti vit, otrils navega- bién, su cabeza, el pico curvo y los ojos. Era
.-v
ufensilios n:ás perdumi:les. beur, rrabajaban la tie¡¡ a, inter- de esperar que el festín proviniera de un ani-
Mucho después se tiescr¡brid ca¡nbiaban el pnrducto ck: sus
mal recién muerto y no de uno podridc, varias
el hierro. c,osec;has y escribían.
lunas atrás.
Ak, usando su mano de visera, examinó
el horizonte en busca de Yuk y Ño. Pero no se
veían por ninguna parte. De pronto olió la pre-
sencia de un ¿uiimal vivo. Inspiró hondo. No
era la came del festiq de los pájaros lo que sus
narices detectaban. Era el sudor fuerte de una
bestia
*-*-.* que
-I-- había
------ estado
- corriendo. Quizás un
|
tigre o un zorro.
I
I
I
fnstintivamente ernpuñó su lanza y bus-
có un maton'al tras el cual protegerse. Se que-
I
L_---__---
I

30 31
I,a conquista del fuego
.. R/rñ0a\e
Una de las características bu se reúne. a¡rrende. const¿r-
de la especie hunrana es que ta, r¡l'»serva. Bl fucgo aleja a I dó allí quieto, más quieto que un tronco seco,
supo d«rminar. las fuerz¡rs de
la naturalcza y dornestica¡las
Ios animales salvajes y sc I escuchando cada ruido que le traíalamañana
convicñe en un amla de de-
para su beneflcio. Asi lo hizo
I'elisa dcl holnbre.
I y observando palmo a palmo el terreno. Fren-
con el luego hace -5(X) mii Itrii este fuego robado <le I t" u é1, y tras un arbusto espinoso, algo se
años. lll luego ,rulv¡.¡¡. ¡¿1r.¡- lu natul'llezt hahía quc cui_ I movía. Sintió un estremecimiento. Era un ani-
clo del rayo y de la lava de los
dltrkr. I)al¿r clio sc lllrcla iln-
volcanes. fl¡r. po(:o a pilc_-() prescind ible mantener encen_
I mal pequeño, estaba seeuro, pero también as-
porque no se dejaba ver. Posiblemente,
c:onscn,ario y aprrisior iatjr: por
tliclas sus hl'asus ¡¡¡1r1¡ dc ¡li¡¡ I tuto,
los honlbres. c{)mo d(' noche. Cuancir¡ la I unzorro.
El desculrilniento y la con- tribu se ponía err ntarcha.
I

quista d*l t'uego represenlan I t o cazaríadecidió,ylearrancaríalapiel


c¿ida uno rle l«ls cianes lleva_
el avanc.c miis i¡nportanto rca-
lizado por c:l hombre hacia fi_
ba su iuego. Las hrasas, mírs I Ru.* lleviírsela a Muka. Sería un abrigo para
nes derl Paleolítico. Fue atlo_
preciosas qur: na<la en ese
rnundi¡, partían de viajc ro_
I el nuevo hiio y la madre expresaría su alegría
rado como un dios y fornta clead¿rs prlr rrujeres qure las I mostrando sus dientes blancos. Y a él eso le
parle integrante de toclas las I gustaba mucho.
tntntcniart viva.i v por. ccnli_
rnitologías. Es un pedazo tie nelas dis¡rucs(os a rnatar Ír i Sutió de su escondite y caminó lenta-
sol que calienta. alutrrbra v quieu quisiera robarla.s. por-
sirve a ios hombres primiti que si a una tribu se lo apa_
I mente hacia el arbusto. Cuando estaba a po-
vos par¿r cocer slls presas de gaba la lumbre, Ilcgaba la I cos pasos distinguió entre las ramas al animal
curnc ), tambicn lus i.iríccs.
Alredetlor de este fur:go Ia tri_
muete.junto al fiío, el han¡_
brcr y las fieras.
I Or., sintiendo su proximidad, movía lenta-
I mente la cola, arrastrándola por el suelo.
I fensó que era una presa muy pe4ueña
I p*u cazaflacon lanza. Entonces recurrió a la
I tira de cuero con una cazoleta en su cenffo
I qu" llevaba colgando del cuello. Se agachó
.u,
|r____
lentamente y palpó el suelo sin despegar

32 4^
JJ
q l

El nomadismo

lina de las características le.janas para ellos. Sin nunca


más im¡rortantes del paieolí_
perder de vista la co§ta, pues
tico fue el incesante clespla_ no efan expertos m¿rrinos.
zarse de los hombres en bús_
lianquearon estrechos abor-
queda de lugares provistos Y
de daron las costas de Al-rica y
frutos y animales. Esto es Io las islas ilcl Mediren.áneo.
que se conoce en la historia
También en Asia del none,
cqln el nonrbre de nomadisn¡o.
los honlbres que vivían en
Muchas tribus viajaban dis_
Siberia descubrieron nuevas
tancias enorrnes: se han en-
lierras persiguiendo mamuts.
contmdo, por ejemplo, colla_
Atravesaron el Esüecho rje
res hecllos con dientes de
Bering, que entonces estaba su mimda del zorro. Cuanclo eltcontró la pie-
tiburón a más de 700 kilóme_
sc'co, y llegaron a Anréric¿r.
fros de distancia clel lnar. dra adccuacla, la coiocó en ia cazoleta'dr: su
En la ruisma época, otros
Los l¡ombres de Cro- hombres venidos tle Asia lle_ afrna y espeló.
Magnon realizaron viajes ex- garon a Australia.As[ la ci_ n*o clermoni mucliú err sali{el zortro, ciue
traordinados y llegaron a em_
vilización de los Cro- se quedó quieto frente a é1. Su piel tenía el
trarcarse sobre balsas hechas
Magnon se expandió por
con ra.mas y cueros Ilenos de
todos los continentcs. cCIlor de Ias esfrellas en las n(rcire$ sin nutxs,
aire, hacia i.slas y tieras muy
ese color que tanto le gustaba a Muka. Est¿rba
con las patas tt-rbladas" listo para el saltu. Ak,
velozmente, apuntó ai lugar entre los ojos del
animal y larnzó Iapierlra. Pero el z.orro tue más
rápirio. Vt¡lteó la caircza" justo r.:uando la pie-
clra llegaba hasta éi, y con uu inueíble $alto
cayó sobre el cuello de su atacanfc.
Ef cazador vaciló scltlre sus pies. pero,
ilt retraciéndose al instante, le asestó url feroz
rl
l*-.-.-,.--..__
f
.-.--*--- -*--l
34 35
Un techo pwalafamilia
€j/{}0a
Con temperaturas c¡uc llc,- entrada para que el humo sa-
gaban hasra 40 grados ba.jo lier¿r con facilidad. golpe con su cuchillo. El animal, herido de
cero. lt¡s hornbrcs luvierun EI hombre de Cro-Magnon muefie, cayó hacia atrás, su cakzacasi sepa-
que buscar un abrigo para ya sabía fabr icar el fuego. En
dormir. El lugar predik¡cto rada del cuerpo. Desgraciadamente para Ak.
tan sólo unos lninu«rs, fi.ot¿ur -
para el hombre cle Cro- do dos ¡reciLrzos de madera, o el zorro había alcanzado a desgarrarle el cue-
Magnon eran las caver.nas, un sílex corrtra una pirita llo con un violento zarpazo.
que tenían paredes sólidas, un
techo que no se volaba y un --.una pieclla compuesla por El hombre buscó en el suelo alguna plan-
azufre, igual qLre los liisfo_
gran espacio donde encender
ros- lograba hacer saltar ias ta cuyas hojas le sirvieran para restañar la he-
el luego. Pero cuando ncr en_ primeras chispas. El grupo rida. Al no encontrarla, cogió un pelotón de
contraban una cavema, cons_ familiar ---que uunca cra
üuían tiencl¡r,s con palos y pie_ nieve y la colocó corllo un emplasto sobre su
rnuJv nuüleroso, -ya quc lcls
les. Algunas de estas tiendas adultos no vivían rnás de 4.5 cuello.
tenían más de l0 metros cua_ años y la moruliclad infi¡nril Por un momento el dolor se calmó yAk
drados y permitían encender era muy aha-- r,ivía reunitlo
dos fuegos en su inte¡.ior. Ubi_ procedió a descuerar al animal. Abrió prinle-
junto al fuego.
caban las fogatas cerca de la ro el vientre del zorro con su cuchillo de síle.x.
Su mano hurgó entre las vísceras y an'ancó el
hígado aún tibio y sangrante y se lo comió.
Ese bocado. reservado a los cazadores, impar-
iiit//i tina fuerza a sus músculos y daría a sus ojos
jl,,z la agudeza necesaria p¿ua distinguir su próxi-
ma pres¿.
Aún uo algo rnás en el
s¿rciaclo, busc«i
interior del zon'o y engulló con avidez varios
trozos de carne blanda y caliente. [,uego, con
rápidos movimientos, conlenzó a desprender

37
Lacaceúa
/zb0a\
Los hombres de CroMag- tallaban nun)erusos ufensilios
non lueran caz.adr:res. ya quc y armas. Caria uno de los col- el pelaje con la punta ag,uzala«hl cuchillo y
se alinrentaban sobre todo de millos del mantuf represenra- en sólo unos minutos dejó al anirnal comple-
aninrales salvajes. General- martil. lJna vez
tamente desnudo. Colgó lapiel de su cuello y
ba 4.5 kil«rs de
rlente §azaban en grupos y f-aenado el anil¡al, Ios holn-
¡trecias íi sus annas pefl'eccio- bres cargaban sobre sus es- enterró en Ia nieve los restos de su víctima.
¡ra«ias se atrevían a enfrentar paldas came y huesol; y vol,. A no ser por el lancinante dolor de su
a bestias tan grandes corno el
herida. la mañana había sido buena para Ak'
v.rA!'i í¡ su campa¡nento.
niamut. I);rra clizar al ¡ rtarnr.rt la-
En cuairto urataban un ani.. bricaban trarnprs, cavan.. Las almas de sus antepasados velaban por él
mal, comtlnzaban a cortarlc d<¡ unos enormes y pl.o- y por eso quiso entregar a la tierra su tranqui-
corl sus afilaclos cuciiillos de fi¡ndos hoyot. Una vcz
sílex" El maru¡L porejempio. la alegría. Así, dejando de lado las precaucio-
entrampado, el enor¡-lre
era una verdadem mina cier auir¡¡al nu podía siilir y nes de un buen cazador, estuvo largo rato in-
came con la r;ual se podí*n era el mornento para clinado hurgando entre arbustos y maton'ales
alirnrntar tiurante varias ser- matarlo
rrilnas. Crxr la pied de} nramut hasta encontrar una rama que le sirviera. Lue-
culrría¡r las paredes cic. sus go limpió una polción de tier"ra despejrándola
chc¡zas i, se fzrbricabar] ropii, de piedras, raíces secas y trozos de nieve. En-
c:{}n sus hr¡esos y cr:hnilXos
tonces, con la punta de la rama y mucha cal-
mao comenzÓ afrazarunay otra línea sobre el
suelo. Lentarnente fueron apareciendo las fi-
guras de esos pájaros negros que habían que-
dado grabadas en su memoria.
Cuando tennin(l su obrtl, la luz yahabía
cunbiado de lugar la sonrbra de los arbustos'
El pintor se incorporÚ y paseó su mirada por
la llanura blanca. Las siluetas de No y Yuk no

38
39
rl
Tas{gf:l piedra y hueso
{e

Los hombres cle Cro_Mag_


bían talla¡ pie<lras desde ha_
non fabricaban instrumentos
cía cientos de rnilcs de años,
especializados tallando las
peir 1o que Ia talla del sílex
piedras de sílex. Estos instru- se
-habia convertido en un ver_
rnentos les permitían tallar
a dadero arte. lluesos o cuel._
su vez el hueso y el martil y
nos de su presa se transfor_
también pulirlo. [,as buenas
piedras de silex eran ditíciles
maban como por arte cle jo sin nombre, pisó las huellas de su dibuj
magia en lanzas flexibles
de encontrar. Cuancio un Cro- para borrarlas aún más.
pero resistentes. AI principio
Magnon encontraba un sílex, Siguió avanzando en dirección ai arro-
eslas lanz¿ls eran curvas como
Io golpeaba sobre otra picdrit:
los cuemos tle los animales. yo. Alcanzó los matorrales ffas los cuales los
si el ruido que se pr oclucía
era Para enderezarlas, las calen-
sordo, sigrrificaba que eJ sílex pájaros de rapiña habían disputado la presa.
taban al fuego y luego las
estaba trizado y no servía.
pasaban Ientamente por un Ahora quedaban sólo los huesos del que no
En la época de los cro- orificio abierto en una espe_ había siclo un enorrne animal ---como había
lnagnones los hombres
1ra sa_ cie de estaca cle hucso.
imaginado Ak.-- sino sólo un pequeño cier--

:'- , - l;ffi?
,lr& (

40
|_-
Alta costura

Pelo ia invención más re- No se sabe muy bien córrx; Las nubes aparecieron sorpresivalncn¡e
volucionaria de los cro_
magno¡res fue un objeto muy
se vestían los hombres clc
3r la bruma
comenzó a levantarse" LIn vieüto
Cro--N,lagnon, penr sobre las
pequeño: una aguja de hueso. paredes <ic una grutil se en- heiaclo azotóei rostro deAk, que apuró el pa§o'
Gracias a cila los hombres contró la silueta cle un honr- Y no transcunió úlucho tiempo antes de que
prrdierorr coser las pieles con
tendones de cuero o crines de
bre vestido con unil cspccie el cielcr cubielto vertiera su lluvia' Sin ¡rorder
de anorak o chaqueta fbrracla
cabailo a r¡tanera cle hilos. con piel.
su ritmo. el cazador eolltinuó sLi marcila con
la cabeza inclinada, hacia el lugar de la tram-
pa. i-a fuerza cle esa mano invisible que azÜ-
taba su rostro io tlevó a pensff en cómo po-
dría tiibuiar al viento sobre un& roca' l'alizti
un aullido. Ese extraño pensamiento lo habí¿
asustado. PicliÓ perdón al espíritu del vient*
por haberse atrevidCI a pensar en dobl*garlo'
¡Nunca, Ilunca tratarÍa de pintar
el vienic"! EI
viento sólo clebía soplar y no podía scr ¿ipre-
sado pcx'los pinceles de un hunbre'
Los pettsatnientos de Ak se collc'cntra^
ron en el carnitlo por recolre¡. l'¿ ll¡via ir l;t
bruma ocultaban el paisaje v el hornbrc siguió
adelanti.'., casi adivinando la ruta' C)reyri escu*
char el ruido del agua y supo qucr estaba t:cr-
i:a, Iltitonces lil planta de su ¡ric: se hun'lió en
la tierra y Ak desapareciri en su propia
tr¿lmpa.

42 43
---l
Las maravillas de una aguja
60a\ñu1 :_

La agr"rja transformó la vicllr aotro. Y t¿rmbiin para -*lle_ a


J 1

crttidiaita dc Ios hombres, por_ n¿indolos de airc--- cont,el.tir-


quc no sólo les sirvió ptua co- los en flotadores de sus em- EL MAMUT
sel'sus rop¿is. sino para coser barcucionr"s. z\r'lemris. la
i'as(as dr- cuc¡ro en las que agujir pcrntitió cosr¡r Id\
calentaban ei agua.
Irie- Yuk y Ño habían perdido rnucho tiem-
les corr las cuales los honlbres
Para calc.ntar e)l agua, llena- construyerol sus pr-in.reras po persiguienclo a un cervatillo que fue más
hall cle líqrrido un recipienrc canoSs. astuto y rápirJo que ellos' Se dierorr ctlenta de
de cuelo e introducían en él
una piedra al rr¿jo vivo.
l-os pesca<iores construían
que la mañana ya no era t¿111 brillante y tibia,
sus embarcaciones fbran<fo
Estos udrrs no sólo sirvic- con priels5 cr¡siclas entre ellas sino que itrnlensos nubalrones tapabm el sol
ron para ci¡funlar agua. sintl il)a estructura y un viento helado calaba sus huesos'
cie palos o de
pÍrra transp(if arla de un lugar huesos de trailert¿r.
Yuk preguntti a su compañero por Ak'
Ño cogió un palo del suelo y trazó unas
líneas en el aile..dando unos sírlt()s ridículos' .l
, , *-W -Ig,¡.' ,'. -',1,7:,
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44 45
Fabricación de una agúa

Para fabricar una aguja se


taba Jas esquirlas cle hueso.
nccesitaba u¡.¡ huesc gr"ande,
por ejemplo, el lén¡ur tle
Después las rtdelgazaba err Yuk lo imitó y por un rÍrto se clivirtieron
al_ una de sus purltas
gún ;rnimal. [:,1 artesa¡lrl,
con
-y en ei otro como niños, rec:ordando al pintor. Pero poccr
e.\tremo abría un orilicio con
ayuda de un.buril. h¿ici¡i inci- les duró la algarabía, pues la iluvia comenzó
un ¡irrnzón de piedrel. Luo¡io
slones rectilíneas v lui:go
con procedía a pulirla. a caer con ruidos y luces. Yuk buscó un lugar
li¡ pünta de un cucllillt; levan-
para guarecerse e indicó al otro unas roca-s ¿l
los pies de una montaña cercana.
Los dos cazadores corrieron §ajo la cas-
cada de agua que se'hacía cadavez más tu-
pida.
De pronto Ño se detuvo en seco. Yuk,
intuyendo lo que pasaba, io imitó en silencio.
Ño entonces se an'oclilló y pegó su oreja a la
tierra mojada. Su compañero esperaba con la
boca abierta, tl-atando cle mirar rnás allá del
') oscuro horizonte.
*'
( ,i/i: Y, ;4, A pocos metros de ellos, un mamut hus-
i/,
r/'L .-/
'////:1 ,
,l meaba el aire. Estaba inquict«r, pues entrando
:ii¡,r!,.r-
j,/ al valle había presentido el peligro.
El largo branlido les llegó a los cazado-
res junto con un trueno y la cnorme ñgura se
erbrió paso por entrc la niebla y cl a,eua.
Ño se inco4rclró de un salto y los clos
hombres, con su rapidez acosfumbr¿rda, co-

46
47
Imágenes mistuiosas
rCáO6.\
Los hombres de Cro- l5 mil alios a.C. fueron pin_
Magnon crearon Ias primeras tados fiescos extraorilinarios
gieron sus lanzas y salieron a su encuentro
formas de ame. pintaban las
en los'cuales los caballos y aullando y con los brazos en alto'
paredes de las grutas, escul_
los toros eran los animales Las armas de los cazadores se clavaron
pían en arcilla o en m¿Lrfil ani_
males o cabezas de mujer.
rnás representa<Ios. pero tam_
en los costaclos del animal, que levantó su
bién hay mamuts y bisontes
Este ane siempre misterioso
dibujados con algunos trazos
trompay lanzóun bramitlo interminable. Lue-
lenía sln durlu una si.qnit'ica- o minuciosanlente represen_ go, giran«lo lamole de su cuerpo. ellfiló hacia
ción religiosa. Ilnrre 20 mil y tados en su porte natural. ellos, apuntándolos ccln sus enorrnes colmi-
llos curvos, mil veces más peligrosos que cual-
quier lanza.
Ño y Yuk saltaron a un lado, justo cuan-
do la bestia se les venía encima. El animal si-
guió de largo, persiguiendo a ttn enemigo in-
{',
visible. Los dos cazadores partieron veloces
tras é1, animados ¿il ver que el mamut dirigía
su carrera hacia el torrente- Si los espíritus

i,i
\d/
l

;N bienhechores lo permitían, era posible que


cayefa en la trarnpa antes de que el sol oscu-
reciera la tier"ra.
En el fondo de la trampa, Ak gemía. Su
'iltlllttt
tobilb izquierdo había aullrentatlo cuatro ve-
ces su tamaño y la pierna clcreclta lnostraba
en todo su largo el hueso ¿rl ailc.
Había tratadtl de incorporarse v¿rias ve-
ces y varias veces había tiacitsado en el inten-
to.

48 49
Las cuevas más tarnosas f)urante mucho tiempo se
son ias de La-qcaux u¡l Fran- pensó que estos frescos repre-
cia y las de Altamira, en Es- sentaban escenas de caza,
paña. En esas grutas se encon- pero no se entiende por qué
traron liímparas de piecira que nunca fueron representados
los printores llenaban d+ gra- Ios cazadorcs. Tampoco se ha
sa pÍira alumbrarse mientras prxlido dar una explicación al
trahajaban. S* hall¿u'on tam- hercho de que el caballo i el
bién restos de pigrnentos toro son figuras que están
naturales que servían para siempre juntas en todas las
prepamr las pinrü'ils. Pard ob- grutas. Alguntr-s interpretacio-
tener el ocre, el roic o el ama- nes dicen que estas pinturas
rillo. los pintores molftrn tie- tenían un sentido mágico y
rra roja y carbón de maclera que las grutas cran santuarios
negra. Los rnezclaban en se- o lugares de culfo frecuenta-
guida con agua y los aplica- dos por los hombres en pre-
ban sobre la pared de piedra sencia de un brujo. En todo
ca-
c()rr pinceles hechos r:on cri- caso. no cabe duda de que los La trampa que ellos mismos habían
nes de animal o con tampo- tres hom-
vado era honda, tan honda como
hombres de Cro-Magnon te-
nes.tbbricados con hierbas. nían una reiigión, ya que en-
bres parados uno encima del
otro' On1¡1
Sobre las figuras de los ani- terraba¡r a sus muertos y los l" lle-
males se encontr&ron estiam- recubrían de flores. Los hom- prtu Ak era que sus compañeros
pa<Jas en colores huellas de bres de Cro-Magnon se lle- "rp"t*""
garan a la tl'arnpa antes de
que algún animal
manos. Para muchos estudio- varon con ellos los secretos
sos estas marcAs cran un sig- de su rciigión, que hoy sigue Iuy.ru. Por pequeño que éste fuese':"t11 1t:;
de que etl
no de posesión que el caza- sierrdo un misterio. garrado entre sus dientes antes
dor dejaba plasmaclo en la
como estaba* Pudiera defen-
pared irntes de partir a [a ca-
-malherido
cería. derse.
de pie' pero
Intentónuevamente ponerse
en un
el dolor no se lo pemriti(r' Y cuanclo
manos en la pa-
inmenso esfuerzo apoyó sus
a me-
,.d ,o.oru y trató cle alzarse' lo logró

50
t-l
¿De qué se enfermaba

lotlrq {e Magnon ?
w76A
/cá04\f-\
-C_ro-

Nunca sabremos dias. porque en el momento en que ya se in- I

si los frielon rcumatismos v ¿úrl_


hombres de Cro_Magnon colTioraba se hizo de noche para"el y cayó de
se tis. A su favor, se ,ut" qr"
resfriaron o les riio sararnpii»t. espaldas.
Ios hombres de Cro_Magnon.
pero s( estucliando sus esque_
letos, se ha Ilegaclo a saher
debido a su alimentación sin No supo cliánto tiempo estuvo allí, em-
cle harinas rri azúca¡ refinada,
algunas enl-ermedacles que no papado de lluvia y lodo. Al dolor de las pier-
tenían caries en los dienres.
atacaban a sus huesos. Así.
Se piensa que estos honr_
nas se sumaba el de [a herida que había abier-
por ejernplo. sahemos que
el bres prehistóricos teníarl al_ to el zorro en su cuello y ia frente le quemaba
hombre que fue encontraclo
gún tipo de medicina, porque como el fuego encendido en la cavema.
en ia gruta de Crc_Magnon
se encontró un cráneo
tuvo un cáncer a Ios huesos. en el C-uando volvió en sí, Ialuz le trajo la
que había sido perfbrado
También e¡r su tobillo había
orificio cuadrad.o con un
un
imagen de Muka y su vientre redonrJo. En-
huella cle una l.raclura. En es-
calpelo de sílex. Se supone tonces palpó la piel del zorro que tenía anuda-
otros esqueletc)s se encontra_
que fue una operación que
ron defblmaciones cle Ias se da al cuello y por terceraveztrató de incorpo-
vér_ trató de practicar, y se supo_
tebras, por lo que se supone
ne también que el paciente
rarse. Pero el esfuerzo se transformó en aullido
que nuestrr)s antepasados no
su- sobrevivió. y volvió a caer.
Sentía una sed enorrne" Su boca est¿rba
más reseca que las mejillas de su rnadre. Abrió
los labios para que la lluvia escuffiera hasta
su garganta. A la débil luz que scr filtraba en-
tre las ramas por la abeftura clc la lrurtt¡ll. pal-
pó el sueLo en busca cle alguttit riuttu c¡uc le
sirviera de apoyo. Entonccs tocti algo tlur«r y
se dio cuenta de quc cnt una pieclra lisa y an-
cha, con una textur¿l porosil que le recordó las
paredes de la c:avcnta.

L*____
I

53
i-
I

Médicos y cirujanos I

I
I
I

Treinta mil años a.C. el crecimiento de la masa ósea I La arrastró hacia é1. No era mu-v grande
hornbre conocía las propieda- al¡eded<¡r del orificio. Pero al
des terapéuticas de la greda y parecer el absceso volvió.
I

i
y la levantó sin gran clificultad, apoyándola
yemas
sobre sus mtlslos. La acarició con las
I

la arcilla. En et-ecto, la arcilla porque una segunda trepana-


pal-
contiene microorgzurisrnos y ción iue llevada a cabo al dc sus dedos y se recordó en la cavema'
algas, cuyo poder calmante y lado de la primera y el pa- y
pando la parecl en busca del lugar más liso
cicatrizante fue largamente ciente sobrevivió nueva-
utiliz¡rdo. l,os baños de barro rnente. adecuado Para Pintar"
dc hoy son los herederos de A linales del Neolítico, Ia Et dolor de la pierna, que aún sangraba'
aquéllos. trepanación era efcctuada en
despenó en él l¿r idea. Y hurgando en la
heri-
En el Instituto de Antropo- forma frecuente. Tal vez ei
logía <le Cluj, en Rumania, se cirujano pensaba que al abrir da empapó el dedo índice en el rojo líquicto
guarda un criíneo de un hom- la caja craneana los malos viscoso. Luego trazó una lÍnea sobre la
piedra
bre de Cro-Magnon que su-
apoyada en sus piemas' nt-$olo¡ Oue invadía
espíritus escapar:ían de ella.
frió una prinrcra trepanación, Marcaban cron un cincel el
sin duda pera sanar un tumor lugar del dolor y luego mar-
del cerebro. El ent'ermo so- tillaban cl cincel con una pie-
brevivió, como lo atestigua el dra para abrir el orificio.

l__,--
54
¿_Qry]grgra hablaban enrre ellos?
*/@0a\ñ
Aunque se sabe que
.holnbre dc Crtl_Magnon
el Ios rrornb¡es rle los lugares
crr
tenia donde sc han enconrrarlo todo su cuerpo quedó atrás cuando la primera
un lenguaje evolucionado, las
su grutas prehistóricas se pare- oreja del zorto quedó estampada. Milímetro a
idioma sigue siendo un
mis. cen y llevan el radical Cro milímetro fue trazando líneas que subían y
terio. Algunos historiadores
--*conlo Cro Magnou_
interpretan ios dibujos «le o Kra bajaban, se ensanchaban y se hacían finas, to-
las o Kal. No sc ha encrxrtrado
paredes de las grutas
como las el origen de esus palabras mando vida y color en la piedra oscura. Y
pnrneras trazas de un lengua- err
je escrifo que aún no se
nrnguna lengua conocida,
por cuando su dedo se secaba, recurría a todas sus
ha lo,que algunos piensan
descifrado. qrre magulladuras, ffatando de obtener más líqui-
hablan si<Jo utilizatl¿l\ pitra
Y hay algo más: se ha com_
nombrar. a las grutas, hacc do para que el zorro naciera. Y también un
probado que en toda Euro¡ra
más de 20 nlil años. sol, alumbrando la presa.
Su cabeza parecía estar dando vueltas y
le costaba fijar la vist¿. El círculo rojo giraba
frente a sus ojos afiebraclos. Miró hacia arri-
ba: el verdadero sol, en lo alto, cror{enzaba a
desfallecer; y con la llegada de la noche la
posibilidad de que sus compañeros lo encon-
trar¿ur también disrninuía. En un t'inal y _ererr
esfuerzo, mojó su dedo en saliva y lo restregó
en la abertura de su cuello. Entonces, con una
última pincelada de su yenra. dihujó el trazo
que dio movimiento a l¿r inquicta cola del
zoÍTa.
I§ §'
Su respiracion sc hacía cacla vez más
dificultosa. Le ¡rarcció que no sólo sus pier-
nas estabm rotas, porque el dolor le camina-
t

t-*=____
56
57
_
Hombres pacíficos

Muchos han creído que en


400 mil años. porquc cn la
/a0a\
Ia historia de la humanidad
los ho¡nbres siempre sc
época de Cr.o_Magn«ln todos ba por el pecho, subía por la espalda. palpita-
harr Ios hombres sabían encer¡*
hecho la guerra. y ba en su vientre. Cerré los ojos. Se sintió acu-
no es así: derlc¡.
Ios esqueletos rle Ios hombres
Se piensa que los comba_
nado por los brazos de su madre y olió en su
prehistór'icos ¡nuestran
hue_ tes organizados entre
gru-
dos
pecho el aroma de la leche. Escuchó la voz de
llas de golpes y de mordedu_
pos de hombres arr¡ados su padre, ronca y potente, y luego ésta se trafis-
ras de anilnales, pero es_
iamás peciahnente para
heridas hcchas por Ianras ello, rro fonnó en la del viejo que le enseñó a pintar.
o aparec:ieron hast¿r 6 mil
por flechas. Estas sólo años
co_ a.C. En esa época los hom_ Vio el brazt¡ f'uerte que le mostró cómo tifar
menzaron a aparecer en
quelef.eis que vivieron
e§_
.bys fa
se agrupaban en pue* lalaru-a y Io confundió con otro, rnás débil,
cas posteriores.
en épxr blos y vivían de la agri- que le mostraba cómo coger el pincel. Apare-
cultura. y seguramente las
Desde siempre el hombre
prirneras gueras estallaron ció Muka, uniendo pieles coll la aguja de hue-
Iuchó contra los ani¡nales so que étr había tallado para ella. Escuchó el
o cuando pueblos nómades
contra otros hombres que ra_
le
rJrsputaban su prcsa: scgura-
tanrn de apoderarse del
ali_ grito de Gur cuando por pt'imera vez su pe-
mento que cultivaban los
mente un día hubo gucrras por queño cuerpo se hundió en las aguas del to-
agricultores sedentarir¡s.
el tuego, pero de esto hace rrente. Paladeó en su rnemoria el sabor de esos
frutos enceffados en una cáscara dura y rugo-
sa que tanto le gustaban y escuchó el ruido
seco de una piedra que se abría para ser ta-
llada.
En ese instante, cientos de piedras se
golpearon por sobre la cabeza de Ak. Tembló
a su alrededor y la oscuridad llegó junto con
un bramido. Alcanzó a escuchff los gritos de
alegría de Yuk y Ño, y antes de que el mamut
se le viniera encima, pudo levantar su lanza.

5tl
59

I
Cómo trabajan los paleontólogos
d7-/íá0d+
Cuando los paleontólogos tólogos encuentr¿u"r un ¡leda-
4
enLruentratl un hueso, lo sacan zo ile hueso nrírs grande, cr
(:on muchr) cuidado para que una mandíbula. o Lrn pedaz-o FIN DE, LA CACERIA
no se rompa y le ponen un de cráneo. llntcx¡ces le ponen
núrnero. 'foda Ia tierra c¡ue lo yeso para protegerlo.
rodca es pasada por un cola-
Yuk y Ño saltaban de alegría. EI mamut
Cada perjacito cle hueso cs
dr¡r c,]r¡ Ia esperanza de en- oh:clv;ldo cn un nticroscopio había c¿caído en la trampa con un estertor de
contrar Otros obic]los. com(} electróllico. Se tonrart radio- fiera her
herida. Tenían asegurado alimento, gra-
pedacitos ile síler. rest<ls cft: grafías del interior de los hue-
pequeños aninral*; o granos huesos y pieles para toda la estación. Ak
sa, hues
scls, lo que pennile, pnr e.iem-
de polcn, indicir¡s fork¡s elios plo, descubrir huellas dr: se iba a poner contento.
dr:: cónx¡ vivían y cclmíarr los dientcs de lcche'crl un nrño o El
EI enorme animal se agitaba en el foso,
hombres que ahí vivían. distingrrir una pelvis mascu-
I\4uc:has veces los pale.orr-
estremeciendo el suelo. Se revolvía, intentan-
lin¿ de una t-emenina.
do incorporarse. Sus bramidos retumbaban en
las montañas y hacíÍrn eco en el valle. Seguro
que Ak,
Ak, estuviera donde estuviese, vendría
corriend
corriendo.
Ahora tendrían que uhirnar a la bestia.
:llo necesitaban recupcr¿rr las ¿lrrnas que
Para ellc
olgaban de sus lla¡rcos. I lurían uso de
aún col6
toda suu ffuerza y astucia, 1-ruc:s los cnonncs col-
millos; dr
delmamut cr¿tn c¿rprcr)s tlt: l'r¿tñirkrs en
dos con)n un solo rttovinricnlo tlc cabcza. Dc-
?,§-\*
l^ó
?-+
G\
beríanl eesperar a (luc cl uninral scr ¿lUolara en
ó\ \\ :ha por salir tlcl haml y csa lucha podía
su lucha

%
,&- F- t_-y
-¿,
\- durar varios
va clías.

60 61

-
Cómo conocer la edad de un fósil

Se-eún los terrenos donde se donde estiín Ios fósiles. EI ra-


encuentran los fósiles, se pue- dio es un metal radiactivo que
de determinar la época de la se desintegra a lo largo del
cual vienen, ya que a lo largo tiempo l, se transforma en
de Ia historia de la Tierra los plonlo. En e[ lahoratorio se
sedimenlos se depositan por mide la cantidad de plomo
capas, igual que una torta de que conticne el radio: rnien-
panqueques. Las capas más tras más plomo hay, más an- \-.-t
*xl
profundas son las más viejas tiguo es el radio. .,§
y ias capas más superficiales, Para iechas más recientes, +r It\\
\r)¿
las más recientes. se utilizan ciertos elementos
Por otra parte, los científi- químicos. Así, ¡lara períodos
cos miden la c¿ntidad de ra- que se remontan a -50 mil
dio que hay en los terrenos años, se utiliza el carbono 14. Un aullido les hizo saber que los iobos
se habían acercado. Ellos también esperaban.
a una prudente dist¿urcia y con gran pacien-
cia, a que el animal estuviera exh¿rusto. EI
enonne peso del mamut er¿r su fuerza, pero
también su debilidad, y¿r que una vez entram-
pado era casi imposible quc se libcrara.
La noche se acercaba, rii¡litla. 'lbndrían
que velar hasta el día siguicntc, cuatrckr regrc-
sam la luz.
Ahora lo printcnl cñr hücer luego, para
mantener a los lotxls alejados. También sería
una señal para Ak, quicn seguramente se ha-

62 63 ffi
illilt

fllill
E
Las edades de la Tiena
il- Fí/-/60a\Q
Aunque se sabe que la'fie- podido ser estudiado por lrrs
rra se form<i hace 5 rril mi- científicos, sc distinguen cua- I Ufu C.1uAo terlrar por una pequeña pieza de
t¡ cazay perdido el
llones de años. na«la se cono- tro grandes cras de Ia hisro- rumbo persiguiéndola.
ria geológica de la tie¡ra: la
I¡ Yuk tenía mucho respeto por el poder
ce de su existencia durante los
primeros mil millones de pr()lozoica. () éprra de las pri-
años, cuando era sólo una meras fomras de vida acuírti- I qr. Ak ejercía con sus pinturas. Pero a ntenu-
bola de fuego. Tarnpoco se ca, cuando las tien'as que no do se había burlado tle sus habilidacles como
sabe mucho tle los 3 nlil mi- cuhría el mar estaban ilenas caza¡Jor. Era cle esperar que esta vez la presa
llones de años que siguieron. de volcanes ardientes que
lanzaban ríos de lava; [a pa-
hubiera sido f,icil.
mientras se enfriaba la corte-
za terrestre y aparecían los leozoica, o época de la vida Yuk fue en busca de ramas para encen-
primeros signos de vida, es antigua, cuando los peces se der ei fuego. Y le basró sólo un esluezti para
transfbrman en reptiles y sa-
decir. las primeras células vi- arrancar de cuajo un matorral seco. ño ya te-
lcn de las uguas: la mezrrzoi-
vientes. I-os geólogos sólcr
ca, o época de la vida media, nía listo en el suelo un círculo de piedras. den-
han podido interpretar
-a
través del estudio de rcx;as.fó-
en que aparecen los primeros tro del cual su cornparieto depositó su carga.
mamíf'eros, cvolucionan las
siles, sedimentos, lava de an-
plantas, nacon las flores y los
Luego Yuk sacó su cuchillo y la apreciada pie-
tigutts volcanes- los 600 pá.iaros, y la crenozoica. o dra que, al frotarse contra su anrra, hacía sal-
millones t1e años anl.es de la
época de la vida mc¡dema. tar la chispa. Una, dos, tl es. uu¿¡tro, cinco, diez
aparición clcl hq:mbre sobre la cuando el ruono logra su evo-
Tierra. lución hasta translbr¡rarse en
veces raspó Yuk I¿r piedra c:ontrir el cuchillo.
Dentro del período que ha honrblr. I-Iasta que un ¡runlo nr.io rerlalr-r¡tagucó enire
sus manos y salt<i sobrc lirs lxrias sec¿N.
Llna llanla ilu¡ninti los rosll'os dc los ca-
zadores. Con la llcguclu tlc lu ntx.he. l¿l lernpe-
mtura había clislninuirkr t¿rnto. que al sentirse
confortados por c:l cuklr dol tirego los dos hom-
bres dejaron esc:lp¿rr de sus labios una ruido-

64
65

-
Los primeros seres vivientes

Hace unos 5 mil millones


de años la Tierra colnenzó stl
su cuerpo estaba cubierto Por
un caparazón y resPiraba en
I-
ir f iaü d,)\
sa alr:glía. Si Ak no
I
se apresuraba a reun
con ellos, conÍa peligro de congelarse de
i.r.
frío
I

vida como Planeta" Y luego la superficie del agua. I

de r.1ue se formaron los ma- Lr,ls peces. para buscar su o de ser atacado por la rnanada de lobos que I

res. las primeras células vi- alimento, se acerCaban cada rondaban irnpacientes y hambrientos.
vientes nacieron bajo las vez más a la orilla. Y muchos
Luego de hacer var:ios viajes más en
aguas. cleellos, en el transcurso del
Pasaron milk:nes de años Y tiempo, f ueron reenrPlazando husca de rarnas secas, \'uk, el mejor cazador,
las células se multiPlicaron, se sus branquias por Pulmones se echó en t:l suelo a dormir. Ño cuidaría tlel
transformaron Y se unierr:n; y sus aletas se convifiieron en
f'uego hasta que sus pálpados no pudieran sos-
nacieron asÍ las Prirneras patas. Así, llegó el momento
plantas acuáticas. en que el primer animal anii- teneÍse" Enlonces desperlaría a su compañe-
I-uego estas Plantas fueron bio pisó la tiera. ro, que lo relevaría en la tarea.
evolucionantlo hasta que, El fósil más antiguo que se
Los ronquidos de Yuk quedaron ahoga-
hace 400 millones de añt-ts" ha encontrado es el ichiclste-
apareció el primeto de los Pe- gir. Lo enconuaron en Groen- dos por el aulliclo de los lobos y los violentos
ces: el osffacodemro. El ostra- Iandia y se suponc que tienc jadeos del mamut, eue aún se debatía en la
coclemro no tenía mandibulas. más de 3(X) millones de años.
trampa.

Los reptiles

Apenas salierou del agua' to cstos rePtiles fucrotr enca-


los reptiles se aventuraron Por ramándose a los árboles. Y
tocla la tierra. Uno de los más luego de una evolución que
antiguos que se cc¡nocen es ei les ller,ó unos 700 millc" es
thccrdonte, de hacc 250 n¡i- de años, algurros de ellos tue-
lloncrs rlc años. ron adcluiriendo unas mem-
I.,n su brisqtrt'cla de alilne¡l- branas que ?rctuaban como

66
paracaídas a las gidas de las aguas, que hasta
-parecidas
de los murciélagos-, trans-
fbrmando sus patas en alas.
entonces no lbrmaban más
que una rnasa, se diviclieron.
*/r;u>Oc}.
Así aparecieron los primeros Así rracicron los cclntinentes
pájaros. El archeopteryx, el y comenzó la llamada era se- Cada cierto tiempo un lobo
primero cor.locido. alzó el cundaria. en la cual lo_s gran-
--quizás
más joven y audaz- se acercaba hacia ellos
vuelo hace 180 rnillones de des reptiles 5¿¡¡¡io5-
años. lireron reyes.
-s subreptici;rmente. Pero ei oído atento de Ño
En esa era, las tierras emer- percibía el ruido cle las pisadas y su vista agu-
zada distinguía en las sombras el brilto cle los
o.jos de la tlela. Entonces cogía una ralna y,
encerxliéndola en el fuego, se abalanzaba so-
bre el merodeador. agitríndola en el aire, lo que
bas{aba para ahuyentarlo"
Pasó así la noche, )i cuando las prime-
ras luces del alba recortaron la silueta de las

':4 e.-
ti:%Y
.t ¿P ¿--'
mclntañas contra el cielo, los hombres ya es-
taban de pie. El mamut ya no se movía y los
.' , ^/¿
-)'
¿>1/
k!4--' lobos estrechaban su círculo.
Ak no había llegado.
i.').
Yuk, el diestnl caz.ador, se acercó a la
,,.-q
//t
/,,
/ trampa.
I
tr/ El manrut estaha ahsolutallrcnlc quieto.
;,< Pero Yuk no sc iba a dc'iar cngaii..tr y cogien-
§ do del suelo un enonnc pcñusc«r kr l¿urzti con
todas sus fuerzas conlra l¿¡ llucu dcl lmitnal,
\ que no dio señales clc vitl¿r. Cilntinuó acrercán-
dose. Ño lo seguíl con lt tea en alto ),dando
\,
gfitos para espantar a los krbos.

68 69
Los tenibles saurios 0

El mál territrie de los ta de lenis; ei diplodocus, el Yuk se extrañó de Ia inmovilidactr de la


saurios lire protctsuchus, an- nrás iargo, de:10 inettol, Pcro
erl
fiera. [,as lanzas sólo lo habían rasguñado y
tep;rsadt d*i coco¡1rilo. con r.lr.¡ cuelio cie cisne Y unit
f-lt¡¡.rs fueron el slcgorosau- cola laiguísirna; e1 iniis gralt-
la caída en el foso no bastaba p¿ira una muerte
r¡:, uri herl:ívoro de 8 metros dc ,'le t,ldos. e l bt aqt:to-;autt,-l tan rápida. Volvió a asegurarse y esta vez lan-
de largr:¡ y cerehro del tama- --.{uyo no¡lbrc signilica "la- zé una piedrq que le dio de Ileno en un ojo.
ño rlc L¡n¿ ttuez; el alosauro, gaftc) coII brazcs"- *. dc 24
tr*o hubo ni ruido ni movimiento.
que era lrl f"eroz ca¡rrívoro de metros de largo por 12,Je altcr
l0 meirns de largo y 2. tone- v rin peso de 50 tc;neladas; el Yuk se rascó lacabeza,confuneiido. Ño,
lad¡s rle ¡..rso: el htontosaurio. elasmosaurir¡, c¡ue nr'ldía l8 a su iado, esperaba la orclen del cazador tnás
rle 20 rnelr.os de iargo, Perr metros de largc-; experimentado para actuar. Iba a ser una tarea
con un cerebro del el pteranoclon-
te, de 8 rnetro-§.
Iarga y fatigosa. Entre los dos no podrían tras-
port* de unapelo-
ladar todaesa c¿lme hasta lacaverna. Tendían
que descuartiz-ar al anirnal y enteffar parte de
é1, hondo bajo la nieve, y regresar rnás tarde
en su busca. Además, estaban los lobos, que
no se resignarían a queclarse sin presa. Mien-
tras tuvieran fuego el hicier¿rn mucho ruido,
los mantendrían a raya. Pcro eran s(rkr dos para

I tanto trabajo. Yuk recordó el nlstr«r rleAk, que


debería estar allí corr crlkrs cn la t¿rrea, y gol-
peó el suclo c«ln su pie .

Aun gesto clc Yuk. krs tkrs homhres sal-


taron sobre el lomrl rk:l ¿ulinral y, c:on un grikl
que les dio ánirno y l'ur:l'zas, enten'aron hondo
sus cuchillos en la gnresa piel.

77
el más grande de l<ls reptiles
voladores; ei tylosaurio --o
serpiente cle nrar, de terribles
alto, con sus l'auces armadas
por tentibles hileras r[c,lien-
tes-cuchillos.
lrñoá\
dientes**; el anatosauro, el Los dinclsaurios, <1espr.rés
más pacífico, que era como
de haber reinado sobre la Tie-
Alrededor de la fosa había varias hogue-
un dragónbueno y tímido que
rra por más de 100 rnillones ras encendidas y en una de ella se asaban tro-
cr¡nlía sólo hicrbas; el tricr:-
<Je años, ceden el pas{) a pe- zos de c¿lrne. Los cazadorcs habían trabajado
ratops. de'/ mctros y muy cui-
queños mamíicros t¡uc sLrpie-
darioso de sus cías; y por úl- sin descanso. El sol, redondo y roJo, había sa-
tirr¡o. el más t'iero de todos los ron aclaptarse rnejur a las va-
riaciones dei clin¡a y zr los
lido tres veces tras la montaña y tres veces se
gi gerntescos lagartos prehistó-
ricr¡s, e[ tiriurosaurus rex, de cataclisnros. Ilstos scr¡ín los había ocult¿ido en ol otro extremo cie la il¿mu-
13 rnetros cle largo y de 6 dc antr.:pasarJos de los rnonos. ra. La piel del animal fbrmaba una montaiia
peiuda sobre el suelo y trozos enonnes de car-
ne" esperaban ser enterrados bajo la tierra he-
lada. Los lrlancos colmillos yacían cerca del
fuego, corno árboles secos y rctorcidos.
El esqueleto del ¿lnimal ya estaba a la
vista. Lo habían lirnpiado dc sus vísceras y se
habían asustado ante la resistencia que puso
el cor¿zón al ser arrancado: le.s paleció que
algo lo sujetaba timtelncrrte a l¿rs coslillas. Ese
cordzónno quería abanckrrr¿rr su rnorada, pen-
saron, y lo tomiur)t'l cor)x) ulr ¡rrcslrtio" Deci-
dieron entonces n<I c<lrr'¡órsckr. t'o¡rltl ¿rcostum-
braban hacerl«r, sirxr t¡¡¡(' kl r:nlcrurroll. Así
aplacarían al espíritu rlcl nr¿r¡nut.
La gran cttrcza h¿rhía siclo vaciada de
ojos y sesos, y colgaba inerte hacia el fondo

72 -a
/J
-
Del mono al hombre
{

Los antepasados cle ios nuevas comidas, pert'eceiona-


primates fueron pet¡reños ron la caza, inventaron herra-
insectívoros que lograron mientas; también fueron
adaptarse nlucho mejor que cambiando de aspecto 1,' co-
Ios dinosaurios en la Tierra. menzaron a camirtar en dos
Vivían en los árboles y tenían patas. Finalmente, hace un il'
el tamaño de una ardilla. Uno millón de años, una rama cle I ,i,
de ellos fue el plesiadapis, un estos monos ya era homcr ill
,] L
roedor que vivió hace 60 mi- ', tll. I
habilis. Y estos homr-r habir..;
llones de años. ---{iue eran los más nípidos, !'

El plesiadapis fue evolucio-


nando y 40 millones de años
los mejor amlados y los rnás
inteligentes- impusieron su
7:X
ur,ffi
más tarde aparecería sobre la dominio sobre el resto de los " ,,,,i,,
n-t¡///t
"ct
tiemael procónsul. el más an-
tiguo de los monos.
monos y los animales.
Y así, el dominio de la in-
'' §J'r
,Jel foso. Yuk cogió el cuchilll¡ y, a horca.jadas
Los procónsules vivían teligencia sobre Ia pañe ari-
sobrc los huesos del lomo, agami una oreja y
agrupadirs sobre los árboles y nlal dio preponderancia al
la c:ortó. l,uego cogió la otra ], repitió la ope-
tenían un jefe que dirigía a la espíritu. Vislumbrando una
manada cuando ésta tenía que etemidad que iba más allá de ración. Y cilando se prcparaha a seguil-con la
viajar en busca de alimentos. la muerte, comenzaron a en- trompa, qucdó con la rn¿uto cti alto. AIIá aba-
De esta fllanera, a través de terrar a los muertos; sintien- jo, en el lbndo dc la trarrrl)il. ilsorn¿rtra ler pier;
años y años, fueron descu- do el impulso de decorar las
na desgarratla dc ut) honlt)tr.
briendo nuevos territorios, cavemas y los refugios en los
¡\ los gritos, Ño ¿rcrrtlio crol.r.icnrlo. En-
tre los dos c,onlcnz¡u'on urr fL:bril lnrtrlio para

74
75
que vivían con pinturas Y gra- por sobre su ruda animalidad .--'> z'-'-
b¿rdos, dieron nacimiento al y avanzaron por cl caniint: ile r"^/ i/,0-t.*) A
U
arte; perfeccionanclo sus tos- la civilización.
cos instrurnentos, se elevaron Había naciclo el hombre.
cientemente amplio como para descender. Y
allíencontraron lo que quedaba de su compa-
ñero. Era una rnasa informe, pero aún soste-
nía entre sus manos lalarv.a apuntanrlo hacia
lo alto.
En ese instante Yuk y Ño entendieron
dos cosas: por qué Ak había desapareciclo y
por qué el animal había muerto tan rírpido. por
alguna razón,Ak estaba en la trampa cuando
el mamut cayó. Y había sido la punta de su
lanza la que apresara ese corazón que se re-
sistía a salir.
Cuando levantaron el cuerpo sin vida de
su compañero enconffaron la piedra plana con
las figuras rojizas del zorro y del sol. Y al ver
la piel recién desollada que aún envolvía lo
que había sido el cuello de Ak , supieron que
ei pintor había alcanzado a hacer muchas co-
sas buenas ese día: Ak había c:¿rzado un zorro,
\\*/- Ak había dibujado cn la piedra y Ak había
,nv matado al mamut. Muka y su hijo se sentirían
orgullosos.

76 77

B--
k;ursición de la prehistoria a la historia
{b0
El Antiguo Oriente fue la el suelo p0r un extrelnc, v
5
cunr de la nacicrrtc hunrauri- unidos todos ell,rs pol r-'l
dad. Para algunos, la primera opuesto en forma rle cono, EL ENTIERRO
civiliz¿rción había surgitio en con las.iunturas Íapadas ctx
el valie dei Tigris y del ramas y bano. ie sucedió lue- El cuerpo deAk yacíaen el fondo de su
L,uliates. en Mesopotamiu. y' g0 otro tipo de choza lnás illtima nrorada. la misma que contenfá los hue-
para otft)s, junto al Nilo, en pcd'ecta, la tc»mada por tron-
cl Antigtro Egipto. Pero. sin cos veiticales y cutlierla por
sos de su f')adrs y de sus hermanos muertos.
lugrr a cludas, Ios prirneros un techo algo inclinado en No fue dejdndo caer una a una las armas que
núclcos ci vil izados aparecie- vertiente. para las liuvias. Por el cazador había usado en vida: la lanza, el
rc¡n ey¡ las riberas de estos ríos, últiuro, apareció la cab:rfra t1c cuchilkt, su mazo, las piedras atadas a peda-
clontle los grupos humanos troncos horizontales ya des-
zos de cuero, el buril para tallar agujas. Deja-
r:volucionaron hastu constituir bastados, dividida en su inte-
estados organizados. rior en diversas habitaciones ron también caer los pinceles de crines y los
Después de haber sido ca- metliante. estacas o lelas cni- tampones hechos con hierbas que lo habían
zadores y luego pastores gadas. Con el tiempo sc van
ayudado en su magia.
crrantes o nórnades, los hom- inventando pueñas. velltanas,
bres ad«iptaron la vida seden- escaleras. En otras regiones
Y cuando los hombres se preparaban a
taria y agrícola. Se inici¿ron se usan diversos lnateriales, empujar Ia piedra que volvería a cubrir la turn-
la navegacirin y el corncrcio. como piedra o ladrillo. La ba, Muka se puso a gritar y a nrover los bm-
y así. graclualmente, sc el'ec- agrupaci(rrr de cabañas vcci-
zos de arriba abajo. Cogiri la piel cle zomo que
tuó t'l paso dc la 1;rehistoria a nas origina sucssivarncnte la
la historia. aldea. el poblado, la ciudail y
le abrigaba Ios hombrr)s y lít agitó en el aire
La evolución progresiva de la vida dc las primcras rot'ic- con largos chillidos.
la a moratia hunrana consti- clades. Pero esta transición de I-os hombres cspcruK)n.
tuye uno de los elenrenfos im- la prehistoria a la historia no
Muka corri(l h¿rc:i¡r l¿r c¿tvcrna y desapa-
p1)rlanles dc lu civilizrrci<in, y lue sirnultáne¿: rnientras
asÍ, en las comarcas fcrresta- unos pueblos permanecían
j reció por su boca cshccha. At poco tienlpo i

regresó con la vasijir (lue contenía el polvillo


les, a la choza prirnitiva fr¡r- sumidos en la precaria vicla i i
nrat{a por troncos sin desbas- primitiva, otros entraban con
t¿u, clav¿nlos oblicuamente en paso firme en la historia.
I -jo. Le había agrcg¿r(lo agua y Ia mezcla era i

e"-lyld'cspeso' ---___]
78 79
t-lF-

t
II
iJ

Notas prehistoricas
Rfrñ0a\fi
. El prirnate rnás antiguo 1963 tuvieron c¡ue cerrarla al Muka entregó la vasija a Yuk. Este bajó
conocido se llama Purgato- público.
a Ia fosa y, cogiendo el pincel de Ak, lo untó
rius. Se parecía:r una peque- Ju§o al lado de la gruta se
ña musaraña y vivía en el hizo un copia cxacta tle ella, como tantas veces había visto hacerlcl al pin-
tienrpo de los últimos dino- La:caux 3. para que lu r isi- tor. Entonces fue cubriendo lo que pudo del
saurios, hace 70 rnillones de laran lt¡s turistas.
cuerpo deformado del muerto con la pintura
años. Encontraron sus testos . Al ínterior de una mistna
en el estado de Montana, en gruta con frescos prehis«5ri- roja. Por.último, untando de nuevo el pincel,
los Estados Unidos. cos. existen distintos estilos coloreó con gran prolijidad el largo hueso que-
. I-a gruta de Lascaux, en de pinturu. Se sabe que est¿is brado, que era lo único que quedaba colgan-
Francia. es una de las más cé- grutas han sido frecuentadas
lebres de las grutas prehistó- durante miliones de años y
do del muslo deAk.
ricas. Fue descubierta en I 940 que pinlorcs distintos realiza- Ahora síqueAk estaba listo para sobre-
y abierta a los turistas que se ron los diferentes fiescos. Y vivir en el otro mundo. Y si no tenía
maravillaron con los toros y es seguro que, corxo sircede
caballos pintados en sus pa- en todos los tiempos, duran-
un cuerpor. - entero, tenía por lo me-
redes hace 17 mil añr¡s. Pero te la prehistoria hubo grandes
las numert-rsas visitas la dete- afistas, pero tarnl-rién cltros
rioraron a tal punto. que cn que no valían nada. <-.-_
--/
-
. Se supone que el hombre huellas de tuberculosis ni
primitivo era una creatura descalcificaciones. A pesar
bastante vellosa y que debió de esto, la esperanza de vida
perder esta defbnsa natural del término rnedio cra de 30
bajo el influjo de las pieles años y de 40 para los lon-
con las que conrenz«i a cubrir- gevos.
se. . I-os pintores de las caver-
. En 1982 se dcscubriú en nas dibu.iaron sobre totJo a
Kenia una manclíbula de 8 grandes animales herbír,or os,
millones de años. Tiene cin- como caballos, toros, vacas,
co dientes y pertenece a un bisontes, ciervos y cabras.
primate. Este prirnate podría Nunca representaron pl atrf as, &r?
ser el eslabón perdido entre árboles ni objetos. Y el úni-
los monos y el hr:mbre. co hombre lepresentado tie-
. En 1974, en Etiopía, se
descubrieron los restos de una
ne un rostro caricaturesco y
su cuerpo t'ue esquematizado.
7 i-o;",Ve
nos un hueso hemroso. Muka m<lstró sus dien-
mujer australopiterca, a la que Tampooo existen dibujos de
llarnaron Lucy. Ella vivió l'm- peces y sólo ha sido encon- tes en gesto de complacencia.
ce res millones y medio de trada la figura de un pájarcl. La enorme piedra fue al fin desplazada
años. C¿uninaba sobrc sus dos . Como sucedíír cein ioclos hasta cubrir completamente el foso. La ma-
piem:rs y tenín brazos largos ios prleblos primitivos, era el
y poclcrosos. Se piensa que honrbre el que salía a cr¿ar y
dre deAk, con los ojos húmedos y emitiendo
rnurió ahogada. la mujer la encargada del tra- un sonido monótono, buscó entre las malezas
. L.a alimentación de lc¡s bajo donréstico, de la recolec- unas pequeñas flores amarillas y las dispuso
cromagnones era pobre en citin de frutos y de la prepa-
sobre la piedra.
grasas, pues la came dc los reción de las píeles.
animales de caza es magra. . Los utensilios de sílex El rito clelentienr) estab¿r curnplido y el
Por otra parte, los gtúcidos más comunes a todos los sol declinaha en el lbndo clc la llanr-rra.
eran poco abundantes, ya que hombres de esa época son lá-
no conocían ni la aeúcar refi- minas .v l¿uninillas, raspado- I Ño, Yuk. la abuela, Muk¿r y cl pequeño
nada, ni el pirr ni las féculas. res, t'luriles y bareno§. I Gur entraron en silencio a l¿r cavcnla. Sobre
. Ei descubrimiento en
Y las plantas silvestres les
[-arcaux de una hemtosa lám-
I el fuego se asat)fl un pcclaz.o dc c¿rrnc clcl ma-
I mut y el olor hiz,o quc (iur tirara del brazo de
aportaban más celulosa que
almiclón. Además de no tener para de gres rojo en foma de
c¡rric:s, ltls hue sos del hornbre cuchara y rnás de cien lám- I su madle para pe(lirlc alirnento. Pero ella en
dc (-'ro-Magrx)n ntl presenta¡l paras hechas sobtc trna pie- ese momento se doblaba en dos, con un que-
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dra plana, muestra que la ca-
vema fue muy frecuentada.
La experimentación me-
diante la copia exacta de esas
texto religioso de
Simbel, del siglo
Abu
XIII a.C. En
él se dice que el dios Path
hizo los miembros del faraón
*/á0a
límparas ha demostrado que Ramsés II de electrón o alea- jido de dolor. De inmediato la abuela dejó de
éstas emitían una luz suficien- ción de oro y plata; los hue-
lamentarse y se encaminó hacia el fogón en
te no sólo para orientarse, sino sos, de bronce, y los brazos,
también para trabajar. Cada de "hierro del cielo", es de- busca de la piedra ardiente que calentaría más
mecha daba la luz equivalen- cir, hierro procedente de me- agua.
te a una vela. Un trozo de gra- teoritos.
. El hombre Yuk, el mejor cazador, también se dio iil
sa del porte de un paquete de obtuvo el
ciganillos, permitía alumbrar bronce uniendo el cobre con cuenta de Io que iba a suceder. Se acercó a la
casi durante una hora. el estaño. Así agregó este mujer que, encuclillada, comenzaba a pujar y
. La referencia más antigua nuevo material más duro a posó su mano sobre su cahllo desgreñaclo.
del uso del hierro se encuen- sus instrumentos, a sus ar-
tra en el valle del Nilo, en un mas, a sus vehículos. Así le hizo sentir que ahora él era el jefe de la
familia y que la protegería
Y cuando la luna ya bañaba de luz Ia
tumba de Ak, en la cavema se oyeron unos
vagidos: el pequeño Ak llegaba a poblar la
La imporlancia del dedo pulgar

En la lenta evolución de los perfeccionando. Cuando es-


mamíferos que subsistieron a tos mamíferos fueron capaces
los grandes saurios, éstos em- de oponer el dedo pulgar a lps
pleaban sus extremidades se-
otros dedos en dos o en cua-
gún lo iban necesitando para
tro de las extremidades -_lo
saltar, correr, trepar, asir. Y
que les permitía coger, suje-
para llevar a cabo todos estos
actos tan distintos debían ha- tar y palpar los objetos- ya
cer uso de sus cerebros, los estábamos en presenciade un
quc sc fueron desarrollando y primate.

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t.-

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Epílogo

En 1982, un equipo estadounidense-ja-


ponés descubrió en el corazón de Atrica una
tumhaque conteníarestos humanos. Entre los
huesos rec«rnocieron un trozo de tibia pintada
con un pigmento rojo. Tirmbién había una pie-
dra plana de aspecto poroso y algunos ffozos
de amras.
Bautizaron el Iugar como IaTumba del
Hueso Rojo.
Al analizar en el laboratorio los huesos
y la piedra, delerminaron que eran restos de
cromagnones que vivieron en la Tien'a tuce
veinte mil años.
I-a piedra, exarninacla ba.jo cl rnic:rosco-
pio electrónico, mostrti huellas dc siurgrc lru-
rlrana. Los paleontíllogos crecn quc esa pie-
dra pudo haber herido der muelte a uno de los
allí enterrados.
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