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Elementos de la comunicación

Los elementos que intervienen en el proceso de comunicación son los siguientes:

 Emisor: Aquél que transmite la información (un individuo, un grupo o una


máquina).

 Receptor: Aquél, individual o colectivamente, que recibe la información. Puede ser


una máquina.

 Código: Conjunto o sistema de signos que el emisor utiliza para codificar el


mensaje.
 Canal: Elemento físico por donde el emisor transmite la información y que el
receptor capta por los sentidos corporales. Se denomina canal tanto al medio
natural (aire, luz) como al medio técnico empleado (imprenta, telegrafía, radio,
teléfono, televisión, ordenador, etc.) y se perciben a través de los sentidos del
receptor (oído, vista, tacto, olfato y gusto).

 Mensaje: La propia información que el emisor transmite.

 Contexto: Circunstancias temporales, espaciales y socioculturales que rodean el


hecho o acto comunicativo y que permiten comprender el mensaje en su justa
medida.
 Referente: Elemento, situación real a la que se “refiere” el emisor.

Situación: Circunstancias psicológicas, sociales, emocionales, etc. que rodean al “E” y al “R”
y que condicionan el mensaje e influyen en su transmisión y recepción.
Concepto de vida social

Se denomina vida social a aquella que el ser humano desarrolla en contacto con
sus semejantes, en el ámbito familiar, laboral, institucional, barrial, etcétera. Es
casi imposible carecer de vida social ya que desde que nacemos percibimos y
sentimos la existencia del otro, porque somos seres sociales por naturaleza.
Actualmente la comunicación entre personas se ha favorecido mucho anulando las
distancias, gracias a los medios de comunicación como el teléfono o el Chat.
La vida social está reglada por las normas y usos sociales, que hacen a la buena y
armónica convivencia (respeto mutuo, solidaridad, amabilidad, tolerancia) y
contribuye a la plenitud de las personas, que se complementan y se realizan en la
interacción, y configuran la dinámica social. De ella surgirán amistades, amores, y
también frustraciones o resentimientos, que también contribuirán a la formación de
la personalidad de cada uno. En la vida social cada sujeto estará enmarcado en
una categoría, de la cual se esperan ciertas conductas (expectativas). No es lo
mismo integrar la categoría de hombre o mujer adultos, que la de joven. De los
primeros se espera una actitud más madura y responsable, que en el caso de los
jóvenes, aunque no siempre esto se cumple en la práctica.
HISTORIA DE LOS TRES VIAJEROS

En el transcurso de un viaje, tres viajeros se hicieron amigos. Compartían las alegrías y las penas.
No era un viaje tranquilo, pues cruzaban zonas desérticas. El agua y la comida escaseaba, y ellos
intentaban racionarlas lo mejor posible. Hasta que un día se dieron cuenta de que sólo les
quedaba un trozo de pan y la mitad de una bota de agua. Comenzaron a disputarse los víveres, e
incluso intentaron dividirlos, pero eran tan poca cosa que ni siquiera podían fraccionarlos.

Al caer la noche, con el estómago vacío, decidieron tumbarse y dormir.

Soñar

– Al despertar – dijo uno -, nos contaremos nuestros sueños. Aquel que haya tenido el sueño más
hermoso propondrá su solución.

Los otros dos estuvieron de acuerdo. Se fuerron a dormir. Cuando se levantaron a la mañana
siguiente contaron sus sueños.

– He aquí mi sueño – dijo el primer viajero …

Me desplazaba suavemente por regiones maravillosas, tan tranquilas y bellas como ha de ser el
paraíso. Allí encontré a un hombre de gran y brillante mirada que me pareció la mismísima bondad
y que me dijo: “Eres tú el que merece el pan, por tu vida pasada y también por tu vida futura, que
son dignas de admiración entre todos los hombres”.

– ¡Qué extraño! – se sorprendió el segundo viajero…

Porque yo en mi sueño he visto mi vida pasada, he visto mi vida futura y, en esta última, que
todavía no ha empezado, me he encontrado con un hombre de gran sabiduría que me ha dicho:
“Eres tú quien merece el pan, bastante más que tus compañeros, porque eres más paciente e
instruido. El destino te ha elegido para dirigir a otros humanos. Es esencial que estés bien
alimentado”.

Entonces el tercer viajero dijo:


– En mi sueño no he visto nada, no he oído nada, no he dicho nada. No me he encontrado con mi
vida pasada ni con mi vida futura. Ningún sabio me ha dirigido la palabra. Pero he sentido una
presencia todopoderosa, irresistible, que me ha forzado a levantarme, a buscar el pan y el agua, a
comer el pan y beber el agua. Y eso es lo que he hecho, amigos.

Maestro: algunos textos sufíes dicen que “vivimos en un sueño del que a veces despertamos”.
Vivimos la mayoría del tiempo en la irrealidad de los sueños, los deseos y lo que nos gustaría ser.

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