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CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA POR FIN DE AÑO

Monición de entrada
Hermanos, bienvenidos a la casa del Señor. Queremos celebrar juntos la Eucaristía en
este último día del año, con los ojos y el corazón puestos en Jesús, nacido en Belén.
En esta Octava de Navidad, vamos a agradecer a Dios Padre por todos los beneficios
que nos ha brindado durante estos 12 meses; y también a pedir perdón por nuestras
ofensas a Él y a nuestros hermanos, rogándole que bendiga a nuestras familias y sus
propósitos en este nuevo año que se inicia.

Con alegría en el corazón, iniciemos esta celebración.

Monición a las lecturas


Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Es esa misma Palabra la que hoy se
nos anuncia a través de las lecturas. Escuchemos con atención.

Presentación de dones
Junto con el Pan y el Vino, depositemos en el altar del Señor todos los trabajos, su-
frimientos y alegrías vividos en este año que se termina.

Comunión
Necesitamos alimentarnos del Cuerpo y la Sangre del Señor para poder vivir durante
todo el año como hijos de Dios. Vayamos con fe al encuentro del Señor, que es para
nosotros la fortaleza que necesitamos para empezar un año nuevo con una vida nue-
va.

Envío
Hermanos, llenos de alegría por iniciar un año nuevo, vayamos a nuestros hogares
compartiendo con todos lo que hemos celebrado en esta Eucaristía. Que Dios sea el
centro de nuestra vida y nos ayude a cumplir nuestros propósitos, si son para nuestro
bien y el de nuestro prójimo. ¡Feliz Año Nuevo!
ORACIÓN UNIVERSAL
A cada intención respondemos: «Padre nuestro, escúchanos»

Por la Iglesia universal, para que siga proclamando en todo momento y en todo tiem-
po, que Cristo Jesús, es el Señor, el Rey de Reyes, el Salvador. Oremos al Señor.

Por nuestro nuestro Obispo ….., y todos los pastores de nuestra diócesis, para que
sientan siempre la protección amorosa de María en su ministerio. Oremos al Señor.

Por el mundo, para que este nuevo año que se inicia, sea propicio para el acerca-
miento de todos los pueblos, especialmente de aquellos que viven la tragedia de la
guerra, la violencia y el terrorismo. Oremos al Señor.

Por nuestra Patria, para que el Señor toque el corazón de los que tienen la misión de
gobernar, para que en todas sus decisiones tengan presente las necesidades del pue-
blo. Oremos al Señor.

Por todos aquellos que se sienten solos y tristes en medio de la alegría de este último
día del año, para que el Señor les conceda la gracia de la luz verdadera. Oremos al
Señor.

Por todos nosotros y por nuestras familias, para que Dios nos perdone los pecados
cometidos durante el año que está por terminar y nos conceda la gracia de ser mejo-
res en adelante y por toda la vida. Oremos al Señor.
TE DEUM
A Ti, oh Dios, te alabamos,
a Ti, Señor, te reconocemos.
A Ti, eterno Padre,
te venera toda la creación.
Los ángeles todos, los cielos
y todas las potestades te honran.
Los querubines y serafines
te cantan sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo.
Los cielos y la tierra
están llenos de la majestad de tu gloria.
A Ti te ensalza
el glorioso coro de los apóstoles,
la multitud admirable de los profetas,
el blanco ejército de los mártires.
A Ti la Iglesia santa,
extendida por toda la tierra,
te aclama:
Padre de inmensa majestad,
Hijo único y verdadero, digno de adoración,
Espíritu Santo, Defensor.
Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.
Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana
sin desdeñar el seno de la Virgen.
Tú, rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el Reino de los Cielos.
Tú sentado a la derecha de Dios
en la gloria del Padre.
Creemos que un día
has de venir como juez.
Te rogamos, pues,
que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
Haz que en la Gloria eterna
nos asociemos a tus santos.
Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice tu heredad.
Sé su pastor
y ensálzalo eternamente.
Día tras día te bendecimos
y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.
Dígnate, Señor, en este día
guardarnos del pecado.
Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.
Que tu misericordia, Señor,
venga sobre nosotros,
como lo esperamos de Tí.
En Tí, Señor, confié,
no me veré defraudado para siempre.

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