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Misa Por Nuestras Madres
Misa Por Nuestras Madres
En este mes dedicado a la Santísima Virgen, pedimos por todas las madres del
mundo, para que la Virgen sea su modelo, su consuelo y su ayuda. Queremos que
esta eucaristía sea una acción de gracias por nuestras madres, siempre las tenemos o
las hemos tenido a nuestro lado, les debemos lo que somos y tenemos. Danos un
corazón grande para perdonar sus fallos, agradecer lo que nos dan y amarlas como se
merecen. Comencemos pues esta celebración con el gozo de acompañar a las mamás
en su día, nos ponemos de pie y cantamos.
ACTO PENITENCIAL:
- Por las veces que hemos exigido a nuestras madres más de lo que nos pueden
dar y les hemos hecho sufrir. SEÑOR, TEN PIEDAD.
- Por las veces que hemos engañado a nuestras madres, por las veces que
hemos abusado de su confianza. CRISTO, TEN PIEDAD.
- Por las veces que no las hemos entendido ni hemos sabido ponernos en su
lugar. SEÑOR, TEN PIEDAD.
LITURGIA DE LA PALABRA
Las lecturas que escucharemos a continuación nos enseñan que el amor de una
madre es incomparable, solo lo supera el amor que Dios tiene por cada uno de
nosotros. Una madre es el ejemplo que más se asemeja al amor que Dios tiene por
nosotros, pero aunque su amor es muy grande hacia su hijo, no logra llegar al nivel
del amor incomparable de Dios hacia sus hijos. Pero Dios ha sido tan lindo en
depositar sobre una madre un amor que permite que haga hasta lo imposible por un
hijo y eso es algo que tenemos que valorar en estos días. Dispongámonos a escuchar
las lecturas.
PRIMERA LECTURA
En ese tiempo llegaron hasta el rey dos mujeres y una de ellas presentó así su queja:
«Yo y esta mujer vivíamos en una misma casa y he tenido un hijo estando ella
conmigo.
A los tres días de mi parto, también esta mujer tuvo un hijo. No había ningún extraño
en casa, salvo nosotras dos. El hijo de esta mujer murió ahogado durante la noche,
porque ella se había acostado sobre él. Entonces se levantó ella durante la noche y
tomó a mi hijo de mi lado, mientras yo dormía, y lo acostó con ella, y a su hijo muerto
lo puso conmigo. Cuando me levanté para dar de mamar a mi hijo, lo hallé muerto;
pero fijándome en él por la mañana, vi que éste no era el mío.»
La otra mujer dijo: «Mi hijo es el vivo y el tuyo es el muerto.» Pero la primera replicó:
«Mientes, el mío es el vivo». De manera que discutían en presencia del rey.
Dijo el rey: «La primera dice: el mío es el que vive, el tuyo el muerto. Y la otra dice:
no, el tuyo es el que ha muerto.» Y añadió: «Tráiganme una espada.» Cuando se la
pusieron delante, dijo: «Partan en dos al niño vivo y denle la mitad a cada una.»
La verdadera madre del niño, conmovida por la suerte que iba a correr su hijo, dijo al
rey: «Por favor, mi señor, que le den a ella el niño vivo y que no lo partan.»
Pero la otra dijo: «No será ni para ti ni para mí, que lo partan.»
Palabra de Dios
SEGUNDA LECTURA
Hijos, obedezcan a sus padres, pues esto es un deber: Honra a tu padre y a tu madre.
Es, además, el primer mandamiento que va acompañado de una promesa: para que
seas feliz y goces de larga vida en la tierra. Y ustedes, padres, no sean pesados con sus
hijos, sino más bien edúquenlos usando las correcciones y advertencias que pueda
inspirar el Señor.
Palabra de Dios
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Mateo (Mt. 15, 21- 28)
Jesús marchó de allí y se fue en dirección a las tierras de Tiro y Sidón. Una mujer
cananea, que llegaba de ese territorio, empezó a gritar: «¡Señor, hijo de David, ten
compasión de mí! Mi hija está atormentada por un demonio.» Pero Jesús no le
contestó ni una palabra. Entonces sus discípulos se acercaron y le dijeron: «Atiéndela,
mira cómo grita detrás de nosotros.» Jesús contestó: «No he sido enviado sino a las
ovejas perdidas del pueblo de Israel.» Pero la mujer se acercó a Jesús; y, puesta de
rodillas, le decía: «¡Señor, ayúdame!». Jesús le dijo: «No se debe echar a los perros el
pan de los hijos.». La mujer contestó: «Es verdad, Señor, pero también los perritos
comen las migajas que caen de la mesa de sus amos.». Entonces Jesús le dijo: «Mujer,
¡qué grande es tu fe! Que se cumpla tu deseo.» Y en aquel momento quedó sana su
hija.
Con el vino y el pan llevamos hoy al altar tantas cosas recibidas de nuestras
madres y que sería imposible enumerar aquí: el primer alimento, las primeras letras,
tantas noches sin dormir, su preocupación constante, su paciencia y su gratuidad en
todo. También te ofrecemos hoy sus enfados que demuestran su preocupación, sus
defectos que demuestran que son humanas, sus limitaciones que nos permiten
ayudarlas.
Traemos todas estas cosas ante Ti, Señor, porque sabemos que todo lo bueno
que hay en este mundo viene de Ti y Tú lo santificas en la mesa del altar, bendice el
amor de nuestras madres y hazlas cada día más parecidas a la Santísima Virgen.
(Matrimonio) Franciscanos
Pan – Hostias :
Carmelitas
Uva- Vino : ( Matrimonio) Nueva Vida
OFRENDAS Arreglo Floral : ( Jóvenes) Coral san Francisco
( Matrimonio) Camino Neo-
Cirios :
Catecumenal
Canasta : Equipo de Confirmación
PETICIONES:
1) Por la Iglesia, por la paz en el mundo, por todos los que sufren dolor e
injusticia. ROGUEMOS AL SEÑOR.
2) Por todas las madres del mundo, para que vivan su maternidad como una
vocación y sepan hacer de sus hijos niños felices y adultos responsables.
ROGUEMOS AL SEÑOR
3) Por todas las madres que están sufriendo porque no pueden alimentar a sus
hijos o no pueden darles una educación, para que la sensibilidad y la
colaboración de todos termine con su angustia. ROGUEMOS AL SEÑOR
4) Por todas las madres del mundo: Especialmente por las Madres de nuestra
comunidad; para que el Señor, que les otorgó el Don de dar vida, las siga
sosteniendo y afirmando en su misión materna y siempre encuentren en El,
consuelo, ayuda y fortaleza. ROGUEMOS AL SEÑOR
6) Por todas las mujeres embarazadas que por distintas razones tienen miedo de
tener un hijo, para que reciban mucha fuerza y valentía, para que la confianza
en Dios les ayude a no cometer jamás el crimen del aborto. ROGUEMOS AL
SEÑOR
7) Por todas nuestras madres, para que reciban paz, consuelo y alegría, para que
se superen cada día y sigan avanzando por el camino de la santidad.
ROGUEMOS AL SEÑOR
8) Por todas las madres que ya no están entre nosotros para que no nos
cansemos de dar gracias por ellas y le pidamos su ayuda, pues ya gozan de la
felicidad del cielo. ROGUEMOS AL SEÑOR
9) Por todos nosotros, para que seamos hijos agradecidos, pacientes, generosos y
responsables de nuestros padres. ROGUEMOS AL SEÑOR
ACCIÓN DE GRACIAS (después de la comunión)
En esta celebración queremos que nuestra acción de gracias sea por nuestras
madres. Un gracias muy grande a Dios por la mujer que tuvo el coraje de llevarnos
nueve meses en su seno y que no se ha separado de nuestro lado.
- Ayúdanos a perdonar sus fallos, a aprender sus virtudes, a imitar sus buenos
ejemplos para que el día de mañana seamos capaces de formar familias felices,
unidas en la alabanza de tu nombre. AMÉN
MONICION DE DESPEDIDA
¡FELICIDADES MAMÁ!