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NAVAS, M.; PUMARES, P.; SÁNCHEZ, J.; GARCÍA, M.C.; ROJAS, A.J.;
CUADRADO, I.; ASENSIO, M.; FERNÁNDEZ, J.S.
Estrategias y actitudes de aculturación: la perspectiva de los inmigrantes
y de los autóctonos en Almería
Granada: Junta de Andalucía. Dirección General de Coordinación
de Políticas Migratorias. Consejería de Gobernación, 2004
1. Señala el texto que las aportaciones más interesantes sobre este tema en nuestro país proceden,
sobre todo, de las investigaciones realizadas en el País Vasco y otras comunidades autóno-
mas bilingües (p.e., Azurmendi y Bourhis 1998; Azurmendi, Bourhis, Ros y García 1998;
Basabe, Páez, Zlobina y de Luca 2003; Campos, Zlobina, Basabe y de Luca 2003; Páez y
González 1996), así como en Andalucía (p.e., Martínez, García, Maya, Rodríguez y Checa
1996; Martínez, García y Maya 1999, 2001, 2002; Navas, Rueda y Gómez-Berrocal 1997;
Navas y Gómez-Berrocal 2001).
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Amb una perspectiva pluridisciplinar, associatiu. En segon lloc, els autors ana-
aquest llibre col·lectiu aprofundeix en la litzen els casos Londres (P. Newman i
dimensió democràtica de la gestió metro- A. Thornley), Toronto (J.-A. Boudreau)
politana. A part de la introducció i la con- i Montreal (A. Lattendresse). En tots
clusió, escrites pel politòleg francès s’han produït reformes que han trans-
Bernard Jouve, l’obra conté dotze capí- format llur estructura institucional en
tols signats per sociòlegs, politòlegs, geò- nom de la competitivitat econòmica,
grafs i economistes. A més a més, els independentment de l’orientació políti-
exemples triats provenen de tres països: ca dels governs promotors del canvi (el
el Canadà, França i el Regne Unit. govern central i els governs provincials,
Els autors parteixen de la hipòtesi que respectivament). Així, aquests exemples
actualment existeixen dos processos simul- semblen demostrar que la governança
tanis que afecten l’elaboració de les polí- urbana és imposada pels dictats del capi-
tiques urbanes i la concepció de la talisme (competitivitat, desenvolupament
democràcia. D’una banda, la reestructu- econòmic) i que alhora és dirigida pels
ració de les relacions entre els diferents governs d’àmbit superior (l’Estat o els
àmbits territorials que situa les ciutats com governs subnacionals). Davant d’aquest
a espais de regulació social i econòmica. fet, ens podem preguntar on resideix la
En altres paraules, el paper de les ciutats suposada capacitat de regulació social i
a l’interior dels estats i a escala interna- econòmica de les ciutats, qüestionant la
cional esdevé reforçat. De l’altra, la rede- validesa de la hipòtesi de partida.
finició del model de gouvernance (gover- Trobem la resposta en el segon procés
nança), o les relacions entre l’Estat, els de canvi analitzat en el llibre: les transfor-
actors del sector privat i els actors de la macions de la natura de l’Estat. La fi de
societat civil. A continuació desenvolu- l’estat del benestar comporta, entre altres
parem les característiques principals d’a- efectes, la pèrdua del monopoli estatal
quests dos fenòmens. d’integració i coordinació de les institu-
Els autors es pregunten si la globalit- cions i dels actors. Per B. Jouve, aquesta
zació afecta l’elaboració de les polítiques crise du politique modifica el procés d’ela-
urbanes. Com a resposta afirmativa, tro- boració de les polítiques públiques, i afa-
bem diversos casos de «l’adaptació» de voreix la participació dels actors del sec-
les ciutats a la nova fase del capitalisme. tor privat i de la societat civil. La
En primer lloc, les iniciatives impulsa- pluralització del sistema polític adopta for-
des pels actors locals, sense implicar-hi mes diverses: partenariat, concertació, deli-
canvis institucionals. Per exemple, el beració. Diferents factors n’influencien el
capítol consagrat a les corporations de grau d’obertura: la cultura política, l’es-
développement économique communau- tructura institucional, la conjuntura polí-
taire de Montreal, signat per J.-M. Fon- tica i socioeconòmica, el sistema d’actors.
tan, J.-L. Klein i B. Lévesque. Aquests En el llibre trobem diversos exemples,
centres de desenvolupament econòmic centrats en l’espai urbà, que confirmen
comunitari van néixer i ràpidament es l’existència de diferents fórmules de coo-
van estendre als anys vuitanta als dis- peració entre els actors. Al Regne Unit,
trictes de la ciutat amb l’objectiu de crear mitjançant els partenariats públics/pri-
ocupació en cooperació amb el teixit vats, mecanisme impulsat i coordinat
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Cada vez es mayor el número de especia- más universales, se justifica por la com-
listas y profesionales de diversas materias, plejidad real de nuestras sociedades, que
tanto limítrofes con la sociología (por exige una mirada reflexiva acerca de los
ejemplo: la psicología social, la antropo- vínculos entre los hombres individual-
logía cultural, la historia o la geografía); mente, los grupos, las instituciones y la
como cercanas a ella (como el urbanismo, sociedad; y en especial acerca de los ras-
el derecho, la economía o la geografía), gos de las culturas que sustentan estas
que mantienen un alto interés por ini- sociedades (tradicionales, modernas, de
ciarse, comprender y aplicar los princi- masas), las nuevas formas de sociabilidad
pios de la sociología general así como de y agrupación (audiencias, públicos), y las
las sociologías aplicadas a sus cursos, aná- maneras de relacionarse (individualismo,
lisis y planificaciones; y que suelen tam- privacidad).
bién entusiasmarse con las modernas téc- Si se tiene en cuenta el voluminoso
nicas de investigación social. Y ello a pesar número de términos incluidos en el dic-
de que periódicamente —o permanente- cionario, su cuidada y revisada concep-
mente, según se mire—, los sociólogos tualización, y la sucinta pero básica biblio-
hablamos de «crisis» de la sociología; o grafía que los acompaña; y se cruza con
del «funcionalismo», «marxismo», etc. la variedad de autores, de escuelas teóri-
Por ello, es siempre de agradecer a la cas y dimensiones de la sociedad expues-
comunidad sociológica, y respecto de este tos y analizados, se encuentra un ver-
libro en concreto al equipo interdiscipli- dadero monumento expositivo bien
nar que lo ha realizado, que aparezca un organizado, y dentro del cual encontra-
nuevo diccionario de términos, cuyo con- mos autores tanto clásicos como con-
tenido alcanza a todas las ciencias socia- temporáneos, rellenándose página a pági-
les y también en parte a las ciencias na el mapa del saber sociológico, e
humanas, debido a su amplitud, casi incluyendo directa e indirectamente
exhaustividad. numerosos conceptos acerca de las socio-
Sin duda, la actualidad científica de la logías especializadas: del conocimiento,
sociología se mantiene al día tanto por de la ciencia, de la cultura, de la comu-
la labor de los profesores e investigado- nicación, urbana y rural, de la política,
res, como de los profesionales, que en del derecho, modo, publicidad, etc.
todos los casos la diseñan con sus encues- Revaloriza este interés el hecho de que
tas, entrevistas y sondeos múltiples y cru- una parte importante de los artículos ha
zadas radiografías del estado de la socie- sido redactada por las nuevas generacio-
dad, e incluso del mundo; y cuando los nes de sociólogos, siempre articulados por
datos sobre opiniones, actitudes, valores los sociólogos más académicos, incluyen-
y creencias se han convertido en nuevas do los temas dedicados a la investigación
dimensiones del conocimiento social y social.
político. Las tradiciones nacionales en las que
La necesidad —imprescindible— de se fundamenta la moderna sociología,
consultar términos sociológicos diversos, como la alemana, la francesa, la británi-
desde estratificación y clase social, hasta ca y la norteamericana, dejan paso poste-
representaciones y conciencia colectiva, riormente a la variedad (pluralismo) y
por ejemplo, por indicar alguno de los riqueza (profundidad) de las nuevas teo-
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MAFFESOLI, Michel
La part du diable
París: Flammarion, 2002
Este cambio de atmósfera social es el sible y otros. En todos ellos, Maffesoli pre-
que detecta la sociología de Michel tende plantear una suerte de sociología
Maffesoli. Los viejos atuendos y ropajes de impronta mediterránea que, frente a
de una sociedad deudora del concepto ya la desmesura de la racionalidad, del deber-
no sirven para la posmodernidad esteti- ser y del orden, fomentada por la Europa
cista que se demora en el símbolo para anglosajona, concede protagonismo a los
ligar los fragmentos del mundo y de la accidentes, al sentido y a la expresividad
sociedad. La presencia del símbolo del hombre. Se trata de una sociología que
impregna una óptica sociológica que, fren- sabe, además de por su saber, por su sabor,
te al frenesí de la diferencia(ción) de la una sociología que otorga la voz y la
modernidad, aboga por reinstaurar una palabra al color, al tono y al aroma de
visión holista sin menoscabar lo singular y la materia, que nos habla del gusto de los
lo específico. Se trata de reagrupar los ele- cuerpos por la atracción y el roce, que
mentos incomunicados por una raciona- atiende a la porosidad del sentir-sentido
lidad que desdeña lo promiscuo, de ligar de los individuos.
el espíritu y la materia, lo masculino y lo Varias son las influencias teóricas que se
femenino, el bien y el mal, en definitiva, dan cita en una obra tan singular e incon-
de desescombrar el bestiario de una fundible como la de Maffesoli: Emile
modernidad prometeica ante cuyas imá- Durkheim y la presencia de la religión
genes deformes (el mito, la tradición, la como fermento de lo social, Gilbert
tragedia, la muerte, lo onírico, lo imagi- Durand y Carl Gustav Jung como repre-
nario) ve peligrar la solidez del orden sentantes señeros del Círculo de Eranos
social y la racionalidad pura del hombre tan dado a escarvar en la trascendencia
civilizado. inherente al simbolismo humano, Max
Un cierto halo de religiosidad impreg- Weber en lo que tiene de precursor de la
na este enfoque social. No en vano, si el idea de politeísmo de valores como algo
signo técnico separa para analizar con propio de la modernidad, y Georg
rigor, el símbolo, por su connatural dis- Simmel con su mirada esteticista atenta
posición a re-ligar los fragmentos del al gesto anímico de una sociedad a partir
mundo (hombre-naturaleza-dios) sepa- de sus detalles y fragmentos singulares.
rados por la modernidad, apunta a lo que Sin olvidar la presencia de poetas
religa (en clara sintonía con la religión en (Fernando Pessoa), teólogos (Raimon
su voz latina religio), a una visión totali- Pannikar) y mitólogos (H. Corbin) que
zadora en la que las partes se rozan y se sugieren formas de expresar lo inexpresa-
afectan. De aquí se deriva una imagen en ble, la cointidentia oppositorum, como la
la que lo social, mimetizando el metabo- entraña de la realidad social.
lismo del organismo cósmico, aparece Con todos estos materiales hilvana una
como un cuerpo vivo, regado por un flujo trama sociológica que se acerca al hecho
sanguíneo continuo, sujeto a equilibrios social in status nascendi, emergiendo desde
precarios e inmerso en un proceso de ese magma imaginario en el que la acción
renacimientos y muertes permanentes. social pacta con la tradición evocadora,
El último libro de este sociólogo fran- con la materia cósmica, con la matriz
cés prestigiado internacionalmente por lat(i)ente de lo vivo, con la muerte, etc.
una obra copiosa y original viene a incidir A partir de estas corrientes subterráneas
en aspectos ya tratados con maestría en de sentido, Maffesoli pinta un modelo
libros precedentes tan significativos para social en el que los individuos actúan por
la sociología contemporánea como El afectación, por procesos de identificación
tiempo de las tribus, El conocimiento ordi- y adhesión despojados de cualquier otra
nario, De la orgía, Elogio de la razón sen- razón que la estrictamente pasional. Se
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sienten llamados por la libido sentiendi real como algo inmutable, lógico e in-
que les funde en una unidad en la que se maculado, al estilo del Ser de Parménides,
reconocen. Esa unidad que se crea y des- las Ideas de Platón, el Espíritu de Hegel
truye en cada lance social rebasa el domi- o las Leyes de la Historia en Marx.
nio propiamente humano y comprome- Maffesoli reivindica un lugar en nuestras
te las dimensiones imaginarias y poiéticas sociedades para la parte maldita (en expre-
del mundo en las que rige lo a-moral y lo sión de G. Bataille) que promueve esce-
a-lógico, en las que fermenta la creativi- nas tan presentes en las sociedades con-
dad, la locura, la tragedia, en las que la temporáneas como la rabiosa intensidad
razón se abisma en tierra extraña. del instante efímero, la ausencia de cual-
Por ello mismo, la posmodernidad quier óptica histórica en clave de progre-
entrevista por Maffesoli siente cercana la so, la necesidad de encuentros emocio-
presencia de realidades que la moderni- nales que aglutinan identidades colectivas,
dad anatematiza por ser contrarias a la la laxitud y la precariedad de hechos y
pureza de la razón: lo imaginario, lo poé- relaciones por cuanto deudores de afec-
tico, lo fragmentario, lo onírico, lo reli- tos y no de compromisos dogmáticos, etc.
gioso, la tradición. Todas ellas nos hablan La parte del diablo apunta, por tanto,
de una visión organicista del mundo en la a una visión del mundo cargada de tur-
que nada queda fuera, en la que todo bulencias, a un esquema ontológico basa-
coparticipa de todo, en la que el mal com- do en una tensión irrevocable entre fuer-
parece trágicamente rehabilitando la crea- zas que no saben de reconciliación y que
tividad humana a partir de las ruinas que reinciden en el desgarro como ya indica-
deja a su paso. Se apuntaba anteriormen- ban Heráclito, Nietzsche y Simmel (entre
te la importancia que la sociología de otros). Lo que hay, lo substantivo, es esci-
Maffesoli concede al simbolismo. No en sión, y lo adjetivo apunta a sus suturas
vano, a su través todo queda relacionado simbólicas transitorias y precarias que no
con una red ontológica (no virtual) de la pueden contener la inexorabilidad del
que no hay salida y en la que se recoge caos. Se trata de enfocar la realidad social
la complejidad de una realidad infinita desde la tragedia y no desde el drama, des-
en devenir perpetuo. Precisamente el sim- de los desajustes derivados de fuerzas en
bolismo permite a Maffesoli expresar la colisión y no desde la armonía propia de
presencia efectiva de procesos anónimos organismos que, sin agitación interna,
e impersonales que promueven una con- mueren por inanición.
ciencia humana desgarrada y escindida Así, estampas tan presentes de nuestra
por cuanto su existencia obedece a razo- cotidianidad como la omnipresencia de
nes oriundas del alma del mundo y car- la fiesta, el demonismo en sus múltiples
gadas de misterio. El propio símbolo expresiones, la magia, la astrología, la
remite a la hermandad de la vida social videncia, los alucinógenos, los productos
con lo totalmente otro (R. Otto) que habi- tóxicos, los psicotrópicos, el regodeo tele-
ta el cosmos y el devenir natural. visivo en la desgracia ajena, nos ponen
En este sentido, el libro que aquí se sobre la pista de una sensibilidad social
presenta pretende restituir a la vida social que encara, reconoce y experimenta en
esa parte del diablo que es irrenunciable sus carnes lo que la modernidad ocultó,
en la realidad del mundo y de la socie- el territorio daimónico de lo imaginario
dad. Se trata de lo negado por la tradición y de lo dionisiaco a partir del cual quie-
occidental de pensamiento que ha visto bra la rigidez y el autocontrol del indivi-
el mal como algo sin consistencia, sin duo contemporáneo y asoma su perfil
substancia, como mera ausencia de bien, monstruoso y horrendo que sólo el gran
para así promover una definición de lo arte de los últimos siglos (Friedrich y
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Goya entre otros) ha sido capaz de retra- modernidad todo parece ser imagen o
tar. imaginario con el peligro que eso supone
La pretensión teórica de Maffesoli es de confundir las imágenes de la con-
la de integrar en el orden social aquello ciencia colectiva actual (tipos tales como
que de continuo pugna por minar sus el galán de turno o la top-model del
cimientos, aquello que, soterrado, atrae momento) con las imágenes del imagi-
por desconocido, aquello que pone al nario o inconsciente cultural (arquetipos
hombre en el límite entre la cordura y la como Hermes, Dioniso, Deméter), que
locura. Su pupila analítica alcanza hasta son potencialidades de representación
donde fecundan los extremos que nues- contemporáneas de toda forma de vida.
tra tradición de pensamiento ha mante- Ayer, hoy y mañana, el componente ana-
nido escindidos e incomunicados. lógico de la imaginación nutre las dis-
Estamos ante un trabajo de indudable tintas formas de conciencia humana que
envergadura teórica y explicativa. Su ori- tienen en común no lo que dicen y expre-
ginalidad pasa por destapar el susurro de san, sino lo que callan y ocultan, esa pre-
fondo que desprende el flujo perpetuo sencia innombrable que nos da la voz, la
de esas metáforas evocadoras (de las que palabra y el sentido. El imaginario es
habla Nietzsche) que se incorporan al pre- la tradición de lo pensado por el hombre,
sente histórico reinventando en cada caso como insinúa el mentor y el maestro de
al hombre. La definición que éste se da Maffesoli, Gilbert Durand. Sería lo trans-
en cualquier contexto histórico es con- histórico conjugado por el presente, hecho
temporánea de ese magma metafórico que presente. En definitiva, el fondo ecumé-
no deja de insinuar, sugerir y evocar pau- nico que nutre de contenidos figurativos
tas de significado y modelos de acción. y simbólicos a toda sociedad, incluida la
Sin embargo, frente a lo que parece de la cultura de la imagen de nuestros días.
proponer el propio Maffesoli, ese magma Esta última observación tan sólo pre-
o imaginario social no es privativo de la tende aclarar un punto que es menor en el
posmodernidad. Si acaso, en ella se es argumento del autor y que en ningún caso
más consciente de su presencia en la idea- afecta a la entraña de un trabajo que, entre
ción humana por la cercanía en el tiem- sus virtudes, se encuentra la de llamar a
po del poso que en la reflexión filosófi- las cosas por su nombre, independiente-
ca deja el giro hermenéutico (Heidegger mente de que sean o no previsibles, lógi-
y Gadamer) y que define al hombre cas, uniformes.
como intérprete. Si bien en la moderni-
dad iconoclasta el imaginario pierde todo Celso Sánchez Capdequí
protagonismo a favor de la conciencia Universidad Pública de Navarra
autónoma y desencantadora, en la pos- Dpto. de Sociología