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CARÁCTER POLIFÓNICO EN LA OBRA DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

Revista confabulación N°462


"Todo hombre lleva su Patmos dentro de sí.
Es libre de subir o no subir a este terrible promontorio del pensamiento,
desde el cual se perciben las tinieblas.”
Víctor Hugo
Estas breves líneas tienen la intención de invitar a todos los lectores de la obra de Gabriel García
Márquez a compartir esta reflexión producto de una investigación crítica sobre la primera etapa de su obra,
puntualmente sobre la novela “La hojarasca” (1955).
Se trata de una lectura de la obra desde su carácter discursivo, donde encontramos la articulación de
una doble sintaxis polifónica: narrativa, compuesta por las voces de tres personajes narradores, y discursiva,
compuesta por las voces de la cultura y la sociedad que hacen resonancia en el dominio del autor sobre el
proceso su escritura.
En la sintaxis polifónica narrativa encontramos los monólogos en las voces del niño, Isabel y el abuelo-
coronel articuladas en ese mismo orden dentro de un horizonte de comprensión que se va construyendo y se
va develando (en parte) en torno al enigmático personaje del médico, quien se suicidó en la madrugada y a
quien ahora el abuelo asiste en cumplimiento de su palabra para enterrarlo, aun en contra de la voluntad del
pueblo que ha decidido dejarlo insepulto como sentencia por su falta de solidaridad en una noche que el
ejército masacró en la plaza de Macondo a los trabajadores de la compañía bananera.
Desde el espacio de la calurosa, macabra, en un comienzo oscura sala, entre las 2:00 y 2:30 pm del 12
de septiembre de 1928, focalizada la narración en torno al trágico personaje que es el cadáver del médico,
mientras la voz del niño nos ubica en el presente narrativo, las voces de Isabel y el coronel reconstruyen el
pasado de Macondo cubriendo un período de aproximadamente 43 años.
Mediante estas tres voces narrativas García Márquez da cuenta del nacimiento de Macondo, el
repentino auge con la compañía bananera y la llegada de la hojarasca, hasta el presente decadente donde la
violencia, el rencor y la degradación nos dejan reconocer un pueblo sin futuro:
“Hace diez años, cuando sobrevino la ruina, el esfuerzo colectivo de quienes aspiraban a recuperarse
habría sido suficiente para la reconstrucción. Habría bastado con salir a los campos estragados por la
compañía bananera; limpiarlos de maleza y comenzar otra vez por el principio. Pero a la hojarasca la habían
enseñado a ser impaciente; a no creer en el pasado ni en el futuro.” (García 145)
En el plano de la sintaxis polifónica discursiva identificamos las voces de la tragedia griega, el realismo
macondiano, la novela policíaca, el periodismo, la tradición oral del Caribe colombiano y la voz de la tradición
literaria de vanguardia del momento: William Faulkner y Virginia Woolf.
En cuanto a la tragedia, cabe señalar que se evidencia no solamente en la similitud con la obra griega
Antígona, en el plano anecdótico, sobre el cumplimiento de un deber sagrado como es el entierro, sino
además en dos aspectos que son constitutivos del género griego, como lo son la palabra formadora del
destino de los hombres, y segundo la carencia de relatividad en tal palabra y destino.
Esta situación se evidencia en la actitud del médico quién una vez promete no volver a practicar la
medicina lleva tal decisión al extremo de negar la atención a los heridos en la noche que el ejército disparó
contra los trabajadores de la compañía bananera:
“Fui yo quien le habló de la conveniencia de cumplir con ese requisito. Pero él tranquilo, indiferente se
limitó a responder: “Yo no coronel. No volveré a meterme en nada de eso”. (García 84).
También de forma parcial en la palabra del abuelo, quien cumple con su promesa al doctor de
enterrarlo:
“No lo hago por mí. Tal vez no sea tampoco por la tranquilidad del muerto. Apenas por cumplir con un
compromiso sagrado” (García 33).
En cuanto a la voz del realismo macondiano, lo definiremos como el estilo particular de Gabriel García
Márquez en el cual, dentro del relato de características realistas, aparece de forma espontánea y repentina un
elemento maravilloso que, sin embargo, dentro de la lógica macondiana, es percibido como algo cotidiano.
Por la ausencia de mayores explicaciones o demostraciones frente al evento maravilloso, el narrador supone
un interlocutor que ha aceptado este sutil paso de lo real a lo irreal sin mayores resistencias. Desde el punto
de vista de la visión de mundo del autor es importante decir que ésta se proyecta hacia la trasposición poética
de la realidad decadente de su pueblo natal, Aracataca, mediante su metaforización en el espacio mítico de
Macondo.
A propósito de las voces discursivas restantes, cada una cumple una función en el desarrollo de la
estructura narrativa y discursiva de la obra. La novela policíaca se deja ver en el juego de construcción y
develación de un enigma, el periodismo es como lo aseguró el mismo García Márquez, los ejercicios para
calentar el brazo, la posibilidad de desarrollar sus habilidades narrativas, la tradición oral del Caribe
colombiano es el humus esencial y vital de donde García Márquez toma sus relatos, él mismo y muchos de sus
críticos coinciden en afirmar que en realidad en sus novelas sólo contaba aquellas anécdotas de la cultura
popular de esta región, por último, la influencia de Virginia Woolf se produce desde la la visión de mundo de
una clase social en decadencia, desde Faulkner la influencia es más compleja, en “Mientras agonizo” implica
en el plano narrativo, la construcción del relato desde diversos fragmentos de monólogos de los personajes,
pero además de manera más global la intención de construir una representación completa de una realidad a
partir de la construcción de un mundo completo y autosuficiente en el lenguaje. (Vargas Llosa 1971).
Para terminar, a manera de conclusión el ensayo considera una lectura de la primera novela de García
Márquez desde un acercamiento a la tragedia griega Antígona mediante el concepto de la palabra, que en la
obra nos muestra una modificación social, representada en la desintegración de un orden social interno
patricio hacia el orden social externo hojarasco, donde podemos observar a su vez la posición política de
García Márquez, que visibiliza la destrucción de su pueblo natal Aracataca. La voz dominante del abuelo no
sólo se ve amenazada por factores externos, como la llegada de la compañía bananera y el régimen militar,
sino además por factores internos, representados en la figura del nieto que desafía los valores tradicionales de
su clase.
Esta novela, que sin duda debe ser leída, resulta un ejercicio de lectura de lo más interesante para
acercarnos a una construcción de sentido de la obra de García Márquez. Se puede leer el texto completo en la
biblioteca virtual Casa del libro Total: http://www.ellibrototal.com/ltotal/
BIBLIOGRAFÍA
· García Márquez, Gabriel. “La hojarasca”. Bogotá: Editorial Orbis.1983. Impreso
· Lukács, Georg. “El alma y las formas: teoría de la novela”. México: Grijalbo.1985. Impreso.
· Ramírez, Luís Alfonso. “Comunicación y discurso. La perspectiva polifónica en los discursos
literarios, cotidianos y científicos”. Bogotá: Palabra. Magisterio. 2007. Impreso.
· Vargas Llosa, Mario. “Historia de un deicidio”. Barcelona: Barral. 1971. Impreso.

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