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Bogotá D.

C 24 de Julio de 2019

A todos los hermanos:


IGLESIA ASD MOVIMIENTO DE REFORMA

Los saludamos con las preciosas palabras de 1 de Samuel 25:6 “Sea paz a ti, y paz a tu familia,
y paz a todo cuanto tienes”.
La presente tiene como objetivo recordar a nuestra querida hermandad los consejos del Señor
descritos en su palabra y en sus testimonios, sobre la responsabilidad sagrada que tenemos
como pueblo de Dios, el de mantener nuestros principios elevados, nuestra bandera debe ser
visible y distintiva, por tal razón queremos hacer un llamado especial a la fidelidad en todos los
asuntos de nuestra vida.
Estamos viviendo en un momento solemne de la historia de nuestro mundo, el tiempo de gracia
termina cada día para muchas personas que mueren sin Cristo y sin salvación, y no sabemos
cuándo será nuestro turno, el Salvador nos insta a vivir cada día como si fuese el último de
nuestra existencia, nos invita a hacer una entrega sin reservas, a estar preparados y a ejercer
una influencia benéfica en favor de la fe que fue dada a los santos.
Recordemos:
“Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí”. Romanos 14:7
“Toda persona con la cual nos relacionamos queda, consciente o inconscientemente, afectada
por la atmósfera que nos rodea”. PVGM 274.3
Es ésta una responsabilidad de la que no nos podemos librar. Nuestras palabras, nuestros
actos, nuestro vestido, nuestra conducta, hasta la expresión de nuestro rostro, tienen influencia.
De la impresión así hecha dependen resultados para bien o para mal, que ningún hombre puede
medir.”
Nuestro Salvador por medio del apóstol Pablo nos hace conscientes que cada acto de nuestra
vida tiene una influencia para vida o para muerte.
Porque para Dios somos buen olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; a
estos ciertamente olor de muerte para muerte; y aquellos olor de vida para vida. Y para estas
cosas ¿quién es suficiente? 2 Corintios 2:15,16
Como hijos de Dios que profesamos las más solemnes verdades que se han encomendado a
los mortales, estamos en la obligación de vivir ejemplificando estas preciosas verdades en
nuestra vida.
“Todo cuanto hacen los cristianos debe ser transparente como la luz del sol. La verdad es de
Dios; el engaño, en cada una de sus muchas formas, es de Satanás…” R.J 63.5
“El alma que está enamorada de Dios y de su obra será transparente como el día.” C.T 333.7
En medio de la sociedad que nos rodea estamos en peligro de imitar las costumbres del mundo
en cuanto a los asuntos comerciales.
“Cuando pasare el mes, venderemos el trigo; y pasada la semana abriremos los alfolíes del
pan, y achicaremos la medida, y engrandeceremos el precio, y falsearemos el peso engañoso;
y compraremos los pobres por dinero, y los necesitados por un par de zapatos, y venderemos
los desechos del trigo. El SEÑOR juró por la gloria de Jacob: No me olvidaré para siempre de
todas sus obras”. Amós 8:5-7
“En sus negocios, el cristiano ha de representar delante del mundo la manera en que nuestro
Señor dirigiría las empresas comerciales. En toda transacción ha de dejar manifiesto que Dios
es su maestro. Ha de escribirse “Santidad al Señor” en el diario y el libro mayor, en escrituras,
recibos y letras de cambio. Los que profesan seguir a Cristo y comercian de un modo injusto
dan un testimonio falso contra el carácter de un Dios santo, justo y misericordioso. Toda alma
convertida querrá, como Zaqueo, señalar la entrada de Cristo en su corazón mediante el
abandono de las prácticas injustas que caracterizaban su vida. A semejanza del príncipe de los
publicanos, dará prueba de su sinceridad haciendo restitución. El Señor dice: “Si el impío
restituyere la prenda, devolviere lo que hubiere robado, caminare en las ordenanzas de la vida,
no haciendo iniquidad... no se le recordará ninguno de sus pecados que había cometido: ...
vivirá ciertamente.” DTG 509.3
“Si hemos perjudicado a otros en cualquier transacción comercial injusta, si nos hemos
extralimitado en el comercio o defraudado a algún hombre, aun dentro del marco de la ley,
deberíamos confesar nuestro agravio y hacer restitución en la medida de lo posible. Es justo
que devolvamos, no solamente lo que hemos tomado, sino todo lo que se habría ganado con
ello si se lo hubiese usado correcta y sabiamente durante el tiempo que haya estado en nuestro
poder.” DTG 509.4
“Requiere más gracia, y más severa disciplina de carácter el trabajar para Dios como mecánico,
negociante, abogado o agricultor, cumpliendo los preceptos del cristianismo en los negocios de
la vida, que el trabajar como misioneros reconocidos. Se requiere vigoroso nervio espiritual para
introducir la religión en el taller, la oficina, santificando los detalles de la vida diaria, y ordenando
toda transacción de acuerdo con la norma de la Palabra de Dios. Pero esto es lo que el Señor
requiere.” CM 266.2
Como hijos de Dios
“Si tratamos a nuestros semejantes con falta de honradez en las cosas pequeñas, o
defraudándolos en cosas más abiertas, trataremos con Dios en la misma forma. Los que
persisten en la falta de honradez llevarán a cabo sus principios hasta que engañen a sus propias
almas y pierdan el cielo y la vida eterna. Sacrificarán el honor y la religión por una pequeña
ventaja mundana. Hay tales hombres en nuestras propias filas, y tendrán que experimentar lo
que significa nacer de nuevo, o no podrán ver el reino de Dios. La honradez debe marcar cada
acción de nuestra vida. Los ángeles celestiales examinan el trabajo que ha sido puesto en
nuestras manos, y donde nos hemos alejado de los principios de la verdad, estampan en los
registros la expresión “hallados faltos”.” CMC 148.2
“Si los hombres adquieren bienes en una forma que no es aprobada por la Palabra de Dios, los
consiguen sacrificando los principios de la honradez. Un deseo excesivo por conseguir
ganancias inducirá hasta a los seguidores profesos de Cristo a imitar las costumbres del mundo.
Estos serán influenciados hasta el punto de deshonrar su religión al engañar en los negocios,
al oprimir a la viuda y al huérfano, y al privar de su derecho al forastero”. CMC 149.1
“El octavo mandamiento condena el robo de hombres y el tráfico de esclavos, y prohíbe las
guerras de conquista. Condena el hurto y el robo. Exige estricta integridad en los más mínimos
pormenores de los asuntos de la vida. Prohíbe la excesiva ganancia en el comercio, y requiere
el pago de las deudas y de salarios justos. Implica que toda tentativa de sacar provecho de la
ignorancia, debilidad, o desgracia de los demás, se anota como un fraude en los registros del
cielo”. Patriarcas y Profetas 317.
“Mantened principios estrictos. En todos los detalles de la vida deben mantenerse estrictos
principios de honradez… El alejamiento de la perfecta honradez en los negocios puede parecer
cosa pequeña a algunos, pero nuestro Salvador no la considera así. Sus palabras son claras y
explícitas: “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel”. Una persona que engañe
con astucia a su vecino en pequeña escala, también hará lo mismo en una mayor escala si se
le presenta la tentación de hacerlo. Una falsedad en algo pequeño constituye una falta de
honradez a la vista de Dios, tanto como la falsedad en asuntos de mayor importancia”. CN
142.2
“La honradez debería imprimir su sello en cada acción de nuestra vida. Los ángeles celestiales
examinan la obra que es puesta en nuestras manos, y cuando ha habido un alejamiento de los
principios de la verdad, colocan “falto” en los registros”. CN 143.1
Teniendo en cuenta estos inspirados escritos; como miembros de la comisión ministerial
instamos a nuestros hermanos del territorio nacional a hacer una reforma en estos aspectos,
arrepentirnos por haber obrado contrariamente a la voluntad divina, y si es necesario hacer la
restitución pertinente a fin de glorificar el nombre de nuestro Salvador Jesús.
Unido a la estricta integridad en los negocios queremos llamar la atención a la fidelidad en los
siguientes aspectos:

 Pago oportuno de nuestras deudas adquiridas.


 Legalidad y honestidad en procesos de estudios y adquisición de títulos.
 Ejercicio legal y responsable de nuestra profesión.
 Fabricación y comercio de medicamentos y productos alimenticios acatando las debidas
normas de calidad y legalidad.
 El no soborno a las autoridades.
De otra parte, queremos apelar a nuestros hermanos a estrechar nuestra relación cada día más
con nuestro Salvador a fin de mantener en alto nuestras normas y principios que nos distinguen
como pueblo remanente de Dios.
Necesidad de elevar los padrones
“Se resolvió que los ministros, obreros bíblicos y oficiales de iglesia, se comprometan
juntamente con sus respectivas familias, a dar mayor énfasis a la elevación de los padrones,
tomando una posición más elevada en la vida cristiana, cerrando la puerta a la mundanalidad;
y que con el auxilio de Dios procuren introducir los mismos resultados en otros hogares; y que
todos aquellos que tienen responsabilidades en la iglesia condenen clara y decididamente la
televisión en el hogar, baños mixtos, modas mundanas, uso de pantalones largo o cortos en las
hermanas, vestidos inmodestos, tacos altos, corte de cabello en las hermanas, ondulación o
teñido del cabello en los hermanos y hermanas, maquillaje, depilación de las cejas, pinturas o
esmaltado de las uñas o vanidades semejantes, diversiones mundanas, liviandad en la
observancia del Santo Sábado, desatención a los principios de la Reforma Pro Salud, y otros
males. Además, aun cuando no creemos que sea posible convertir a alguien por medio de la
legislación, creemos que la iglesia debe aplicar normas de disciplina.
Por lo tanto, se resolvió que los miembros que se niegan a cumplir las creencias y prácticas de
la iglesia sean aconsejados y advertidos y si esto no es tenido en cuenta, sean suspendidos y
no tengan permiso de ocupar ningún cargo, ni tener parte activa en reuniones o cultos o
participar en la Santa Cena, y finalmente, si no cambian, sean excluidos”. Resolución 23 de
1979
“Cuando el alma se entrega a Cristo, un nuevo poder se posesiona del nuevo corazón. Se
realiza un cambio que ningún hombre puede realizar por su cuenta…La única defensa contra
el mal consiste en que Cristo more en el corazón por la fe en su justicia. A menos que estemos
vitalmente relacionados con Dios, no podremos resistir los efectos profanos del amor propio, de
la complacencia propia y de la tentación a pecar. DTG 291.1

ATT.
Comisión Ministerial Iglesia ASD Movimiento de Reforma

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