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EFICACIA DEL CONTROL DE CONVENCIONALIDAD EN RELACION CON LA

GARANTIA DE DERECHOS FUNDAMENTALES Y LA NO IMPUNIDAD APLICADA EN


EL MARCO DE JUSTICIA TRANSICIONAL: CASO COLOMBIANO

Numerosas han sido las ocasiones en las que la Corte Constitucional colombiana se ha remitido a normas
internacionales con el fin de complementar sus fallos, o de suplir vacíos legales en pro de garantizar el
cumplimiento de los preceptos constitucionales y las garantías fundamentales, situación altamente
incrementada en los últimos años en el marco del proceso de justicia transicional, y en vista de los
intentos estatales por superar el conflicto armado interno con miras al establecimiento de la Paz al interior
del País, donde se garantice al mismo tiempo el respeto por los derechos de la víctimas y la no repetición
de los hechos victimizantes, un claro ejemplo del mencionado equilibrio lo configura la sentencia C-370
de 2006 donde la Corte Constitucional asume la compleja labor de estudiar la constitucionalidad de la
ley 975 de 2005 conocida como la Ley de justicia y Paz, demandada por considerarse un sistema de
impunidad otorgante de amnistías e indultos para desmovilizados, incumpliendo con ello el deber estatal
de sancionar a los responsables de graves violaciones a los derechos humanos e infracciones al DIH, lo
cual acarreaba en concepto de los demandantes, ausencia de respeto a la verdad, justicia, reparación y
garantía de no repetición para las víctimas.

La Corte Constitucional asume el reto a través de la mencionada sentencia condicionada de impedir una
total impunidad de los crímenes cometidos por los grupos paramilitares, salvaguardando en la medida de
sus posibilidades los derechos de las víctimas, para lo cual tomando de presente la inexistencia o falta de
idoneidad de la legislación nacional para otorgar una efectiva solución al problema jurídico planteado,
se acoge por vía del Bloque de Constitucionalidad a los estándares internacionales de juzgamiento y
protección entre los cuales cobra especial importancia su remisión a la jurisprudencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos,“Por su relevancia como fuente de Derecho Internacional
vinculante para Colombia, por tratarse de decisiones que expresan la interpretación auténtica de los
derechos protegidos por la Convención Americana sobre Derechos Humanos” (CORTE
CONSTITUCIONAL, 2006, pág. 247). A partir del control de convencionalidad efectuado el alto Órgano
retoma la jurisprudencia de casos como Myrna Mack Chang vs Guatemala, Barrios Altos vs. Perú,
Godínez Cruz vs. Honduras y Gómez Paquiyauri vs. Perú entre otros, para recalcar las obligaciones de
los estados partes de la CIDH de prevenir, investigar, procesar y sancionar los atentados contra los
derechos humanos, aunado al deber de reparación de las víctimas de tales actos, emitiendo un
contundente pronunciamiento sobre la inadmisibilidad de leyes de amnistía, y de excluyentes de
responsabilidad frente a graves atentados contra derechos fundamentales reconocidos en la Convención
Americana de Derechos Humanos, así como la prohibición de que los hechos victimizantes queden en la
impunidad, especial atención requiere la sentencia del 15 de septiembre de 2005 proferida por la CIDH
por cuanto es un pronunciamiento en el que se refiere de manera específica al contexto colombiano, al
entrar en conocimiento de la CIDH el caso de la masacre de Mapiripan vs el estado Colombiano, se
asevera que si bien es cierto, Colombia se encuentra golpeada por el conflicto armado interno, y el hecho
de que para ese entonces el país estuviera atravesando por un proceso de paz que torna más compleja la
situación, no pueden obviarse las ejecuciones extrajudiciales que se produjeron en la mencionada
masacre y los derechos de las víctimas de estas y otras violaciones a los derechos humanos a un recurso
judicial efectivo, como tampoco exime al Estado colombiano, como estado parte en la Convención
Americana del deber de investigar y sancionar las graves violaciones de los derechos humanos, pues al
tolerar estas acciones y no investigarlas ni sancionarlos el estado incumple sus deberes, perpetrando las
victimizaciones.

Constituye esta sentencia un claro modelo, tal y como lo establece Quinche (2009), de la efectividad y
utilidad respecto de la inclusión del control de convencionalidad en el proceso de Justicia Transicional
en Colombia, en el entendido de que la Jurisprudencia de la Corte Interamericana, al igual que como fue
incluida por la Corte Constitucional en 2006, constituye hoy en día un elemento esencial en el
juzgamiento de los perpetradores de las vulneraciones a los derechos y garantías fundamentales de las
victimas colombianas, con capacidad suficiente para evitar que durante el proceso de justicia
transicional, se permitan amnistías e impunidades en detrimento del respeto y garantía a los derechos a
la verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición.

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