Está en la página 1de 41

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL


DE LOS LLANOS CENTRALES
“RÓMULO GALLEGOS”
ÁREA DE POSTGRADO

LA DELINCUENCIA JUVENIL EN EL ESTADO APURE Y SU


TRATAMIENTO LEGAL EN BASE A LA LEY ORGANICA PARA LA
PROTECCION DEL NIÑOS, Y NIÑAS Y ADOLECENTES.
Anteproyecto del trabajo de grado para optar al título de Especialista en Derecho
Penal y Criminología

Autora: América Laya

Tutor: MSG. Jesús Urbáez

San Juan de los Morros, julio de 2019


1
CAPÍTULOI

EL PROBLEMA

Planteamiento del Problema.

En el Derecho Romano distinguían la responsabilidad penal juvenil, dividiendo


la edad en tres períodos: uno de irresponsabilidad absoluta hasta los 7 años,
llamado de infancia, y el próximo de la infancia hasta los 10 años y medio el
varón, y 9 años y medio en la mujer, en que el no podía hablar aún ni era capaz
de pensamiento criminal; el segundo, era el correspondiente a la proximidad de la
pubertad, hasta los 12 años en la mujer y 14 en el hombre, cuando el menor no
podía aún engendrar, pero en el cual la incapacidad de pensamiento podía ser
avivada por la malicia, entonces el podía ser castigado; y el tercero, de la
pubertad, hasta los 18 años, extendido después hasta los 25, denominado de
minoridad, donde eran castigados los actos delictuosos cometidos por los actos
delictuosos cometidos por los menores, estableciéndose sólo diferencias en la
naturaleza y en la cantidad de la pena. Según el antiguo criterio de los romanos,
el era, literalmente aquel que no podía hablar.
De este modo, el Derecho Romano, dividió a los menores entre púberes, quienes
eran aptos para la procreación por su desarrollo físico e intelectual y los
impúberes, que no tenían aptitudes físicas para la procreación y cuya capacidad se
medía tomando en cuenta la edad. Los impúberes se dividían en infancia
(menores de 7 años de edad) y mayor infancia (mayores de 7 años). Con la mayor
infancia el menor actuaba personalmente asistido por el páter familias o por su
tutor. El comienzo de la pubertad en la mujer se estableció a los 12 años de edad y
en el hombre a los 14 años, y sólo éstos respondían por los delitos cometidos.
Los infantes, o sea los que no habían alcanzado la edad de los 7 años, eran
irresponsables penalmente. Los impúberes podían ser sancionados entre los 9
años y medio y los 10 años y medio y sí habían cometido o no el hecho con
discernimiento, privaba la autoridad del pretor para decidir; los púberes hasta los
25 años, mayoría de edad en Roma, eran considerados responsables pero se les

2
atenuaba la penalidad. Asimismo, los menores no podían ser responsables de
delitos públicos porque no se les daba capacidad para actuar dentro de la
administración pública y, por lo tanto, estaban fuera del campo de las leyes
especiales.
Es importante destacar que la pena era impuesta por el páter familia, con un
gran rigor y con la evolución del tiempo y el ejercicio de la patria potestad, se
atenuaba hasta llegar a la mayoría de edad, que era cuando el hijo adquiría la
plena capacidad jurídica. En la Edad Media, los glosadores sostenían que los
delitos cometidos por menores de edad no debían sancionarse, sino cuando estos
cumplieran la mayoría de edad. Se puede señalar que en muchos pueblos del
Medioevo existía la impunidad en los primeros años, aun cuando las leyes no la
establecieran, porque se consideraba que en esa edad no puede el niño cometer
ciertos hechos, como la falsedad, la violación, el rapto y el adulterio.
En el ámbito mundial la delincuencia juvenil es un fenómeno, pues se extiende
desde los rincones más alejados de la ciudad industrializada hasta los suburbios de
las grandes ciudades, desde las familias ricas o acomodadas hasta las más pobres,
es un problema que se da en todas las capas sociales y en cualquier rincón de
nuestra civilización. En el caso de América Latina se destacan aquellos actos que
dan cuenta del grado de violencia y delincuencia en la región como los
homicidios, las lesiones, la violencia intrafamiliar, entre otros, y sus nuevas
formas de expresión como las pandillas y el narcotráfico. Al comparar las
estadísticas criminales entre los países y cómo las debilidades institucionales
inciden en el fenómeno.
Luego, se presentan los principales elementos de las políticas públicas
desarrolladas en la región para prevenir y combatir la violencia y la delincuencia,
las que se analizan a partir del reconocimiento del rol político que juega la
seguridad en las agendas de gobierno y su reciente emergencia como
problemática pública, por lo que el gobierno se proponen recomendaciones de
política destinadas a mejorar los diagnósticos, consolidar series de tiempo para el
análisis comparado y aportar en el diseño e implementación de políticas públicas
eficientes y eficaces en un Estado de derecho.

3
En Venezuela un estudio reciente de opinión realizado por Alfredo Keller
Asociados evidencia que para 6 de cada 10 personas, la delincuencia es el
problema más importante que tiene la familia venezolana. En segundo lugar se
encuentran las complicaciones económicas como el desempleo, el alto costo de la
vida y la calidad de los servicios. La encuesta realizada en 1200 hogares entre los
días 8 y 24 de noviembre, evidencia que la delincuencia ha sido la mayor
preocupación de los venezolanos durante el año 2016, repuntando en los últimos
meses del año, según lo manifestado por 61% de las personas que participaron en
el trabajo de opinión.

Según (G. del Solar 1995) citado por (Méndez, F. 2006) Universidad de
Oriente:

La delincuencia juvenil es un fenómeno


predominantemente urbano porque surge así,
lo indica la experiencia contemporánea con
mayor frecuencia en aglomeraciones humanas,
donde la misma densidad poblacional, sus
estrecheces y sus obligados contactos
favorecen los agrupamientos y donde la
formación de cinturones de miseria, con su
cuota de enfermedad, subalimentación,
desnudez, hacinamiento y con una legión de
expectativas defraudadas, alienan la
antisocialidad.

Es importante destacar que durante su permanencia en el seno familiar el


adolescente necesita, para que su desarrollo sea adecuado, una familia
funcionalmente integrada; fuente positiva de factores estimulantes de
socialización y es allí donde se evidencia otras de las carencias de la sociedad
actual, puesto que el aumento de los núcleos familiares disfuncionales o incluso
la ausencia parcial o total del mismo genera una serie de condiciones favorables
para la creación de un delincuente potencial. Sobre lo anteriormente expresado,
cuando se presentan situaciones de disfuncionalidad familiar, nos orienta hacia la
posible presencia de la delincuencia juvenil, en la que los jóvenes cometen
delitos, por efectos de un proceso de socialización, y se puede definir como “la
expresión que hace referencia a personas o adolescentes que se encuentran en la
fase evolutiva de estructuración de la personalidad, que presenta una conducta
4
antisocial tipificada en el código penal como delito” (Flores,1987:29) citado por
(Méndez, F. 2006) Universidad de Oriente:
En Venezuela la inseguridad y principalmente la criminalidad en el país,
representan la mayor angustia de los ciudadanos, cuestión que debe motivar un
profundo debate desligado del prejuicio producto de la actual conflictividad
política, puesto que este fenómeno social ha tomado cuerpo y auge en los últimos
años. De los ciento noventa y tres países que integran el planeta, Venezuela
ocupa el puesto número trece en las estadísticas de mayor criminalidad; siendo
superada por naciones como Ruanda, El Salvador, Namibia, Honduras, y
Guatemala. Reafirmándonos así que en la delincuencia confluyen factores
sociales, económicos y políticos que debemos considerar a la hora de definir
planes para enfrentar esta angustiante situación.
Entre los factores sociales, inciden: Carencia del medio familiar y escolar, mal
uso del tiempo libre, agresividad en la programación de medios de comunicación,
densidad poblacional, influencias de amigos, entre otros. En el aspecto
económico, se encuentran: Insuficiencia en el nivel de vida (cincuenta y dos por
ciento de pobreza extrema), desempleo, falta de educación y preparación familiar
en la correcta canalización de las inquietudes juveniles. En cuanto a los factores
políticos, destacan:
La crisis, la falta de sentido cívico y la corrupción moral, entre otros: En vista
que estos tres factores forman parte de las responsabilidades de quienes dirigen
o pretender dirigir el gobierno, se concluye que la dirigencia política de diversos
sectores políticos de la sociedad venezolana de izquierda y derecha, han centrado
sus planes sociales en la búsqueda de la simpatía del electorado y no ha existido
suficientes programas o propuestas hacia los niños y adolescentes, que permitan
la prevención del delito; siendo quizás la razón por la cual el setenta y cinco de
los delitos del país, son cometidos por menores de edad.
Por los factores anteriormente descritos se hace necesaria una profunda
reflexión fenomenológica desde los componentes estructurales de la incidencia
delincuencial en la población joven, específicamente en San Fernando Estado
Apure, con especial atención al marco penal y legal contemplado en la Ley
Orgánica de Protección al Niño, Niña y Adolescente (2015), de éstos
5
planteamientos surgen las siguientes interrogantes generadoras: ¿Qué determina
la delincuencia juvenil? ¿Qué instancias formales e informales de control social
intervienen frente a los jóvenes infractores? ¿Qué instancias formales e
informales de control social intervienen frente a los jóvenes infractores? ¿Cuáles
conductas delictivas aprende el adolescente al vivir en las calles? ¿Cuáles son
las actitudes que tiene el adolescente frente a sí mismo, la familia y las normas?
¿Qué obtiene el adolescente al seguir modelos de conductas delictivas en sus
propios representantes? ¿La disfunción familiar provoca la delincuencia juvenil?
¿Qué garantías acredita la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del
Adolescente con respecto a la integración familiar? ¿Cómo influyen los castigos
físicos y maltratos psicológicos en el comportamiento delictivo del adolescente?

Objetivos de la Investigación.
Objetivo General

Analizar los factores que intervienen en la incidencia de delincuencia juvenil en


el Estado Apure y su tratamiento legal en base a la Ley Orgánica Para la
Protección de Niños Niñas y Adolescentes (2015).

Objetivos específicos

Diagnosticar los aspectos que intervienen en la conducta delictiva de los jóvenes


en el Municipio Achaguas del Estado Apure.
Describir el entorno sociocultural donde se desenvuelve la población joven del
Municipio Achaguas del Estado Apure.
Determinar las características del delincuente juvenil del Municipio Achaguas
del Estado Apure.

Justificación de la Investigación.

La delincuencia juvenil es un fenómeno problemático social mundial que se


presenta en todas las sociedades sin importar su carácter y es indudable que la
delincuencia juvenil es uno de los hechos sociales más importantes presente en
las sociedades. Es responsabilidad de todo ciudadano y de los entes
6
gubernamentales asumir una posición de compromiso en la formación integral de
los jóvenes, desde la familia, la comunidad y el entorno social en general. Este
compromiso, implica determinar las potencialidades y las debilidades del joven o
adolescente, con el único fin de planificar acciones sobre la base de sus
fortalezas, accediendo a brindarle actividades que le permitan desarrollar su
autoestima y lo estimulen a seguir adelante, con el propósito de impulsar en ellos
cambios positivos. Lo planteado, induce a observar las acciones que se están
utilizando los entes gubernamentales, así como, la normativa legal y penal
aplicada a modo de sanción y corrección de los jóvenes que incurran en el acto
delictivo, a fin de reflexionar, comprender y valorar la temática desde sus
diferentes componentes constitutivos.

Además, es considerado como uno de los temas criminológicos


internacionalmente preferidos porque la manifestación del hecho puede
observarse con mayor facilidad entre la población joven que entre la adulta, y
por ver la delincuencia juvenil de hoy como posible delincuencia adulta del
futuro, teniendo como precepto que la niñez y los adolescentes componen el
futuro y la promesa de avance de la sociedad.
Para lograr una comprensión global de la temática es necesario el desglose de
las definiciones que se le han atribuido al delito. Para objeto de la presente
investigación se tomará el presentado por Ossorio, E. (1981) que: “se entiende el
delito como un acto típicamente antijurídico, culpable, a veces sometido a
condiciones objetivas de penalidad, imputable a una persona a la que se convierte
en sujeto de sanción penal”. Por su parte, Sutherland sostiene que es importante
la definición de delito como medio para determinar si una conducta debe ser
incluida en los límites de la conducta delictiva. Así, los criterios abstractos
considerados como elementos necesarios para definir el delito son: "la
descripción legal de un acto como socialmente dañino y la provisión legal de una
pena". (1969, p.30)
Según lo establecido por los autores mencionados se puede obtener la
conceptualización de delincuente como el sujeto que ha cometido un acto
sancionado como delito por la ley penal. Mientras que por delincuencia (Ossorio,
E. 1981) expone: “que es toda conducta reprimida por la ley penal”. Se trata de
7
un fenómeno social manifestado por la comisión de actos sancionados por la ley
que, además, implican transgresiones a los valores reinantes en la sociedad. Son
conductas antijurídicas a la vez que antisociales.
West,(1970) citado por (Méndez, F. 2006), asegura que: “Los delitos cometidos
por los jóvenes generalmente difieren en género y motivo de los crímenes de los
adultos. La gran importancia de la edad para la culpabilidad y los métodos de
represión es reconocido por cualquier sistema legal moderno”. En nuestro país,
Venezuela, el Sistema de Responsabilidad Penal del Adolescente fija que sus
disposiciones expuestas detalladamente en otro apartado de la investigación sólo
pueden ser aplicadas a los sujetos definidos como adolescentes, que incurran en
actos delictivos es decir, a toda persona entre los doce y los dieciocho años de
edad.
La delincuencia juvenil en Venezuela está definida como el fenómeno social
constituido por el conjunto de las infracciones penales cometidas por los jóvenes
mayores de catorce años y menores de dieciocho. Ésta conceptualización va de la
mano con el criterio de correlación entre el delito cometido y el entorno social en
el cual se desarrolla. Lo expuesto justifica claramente la necesidad de estudiar un
sistema penal que busque revertir el antiguo paradigma y sustituir el binomio
compasión-represión por severidad-justicia. El antiguo paradigma de la situación
Irregular y anti jurídica se caracteriza por la indefinición del hecho antisocial y la
aplicación de cualquier medida de seguridad sin tomar en cuenta la infracción
cometida. Por el contrario el segundo binomio se refiere a que la severidad de la
pena debe ser razonable y proporcional a la gravedad de la infracción.
Es muy importante realizar una investigación que permita un acercamiento
al caso de estudio, a través de un marco legal y penal en base a la Ley de
Protección al Niño, Niña y Adolescente (2015), lo cual facilitará una
representación real de la situación abordada, específicamente en el Estado Apure,
en procura de brindar respuestas oportunas que satisfagan las premisas de la
investigación.
Un Sistema Normativo, Legal y Penal, planteado de forma adecuada, tiene que
involucrar la participación activa de la familia, ya que ésta tiene una influencia
determinante en la formación de los jóvenes, porque en el seno materno ellos
8
reciben las primeras impresiones de aceptación y estímulo que les van a permitir
descubrir su naturaleza, inquietudes e inclinaciones, claves para todo su
desarrollo. De esta manera se puede lograr la inserción y corrección de tales
individuos. Incluso, realizar un programa bajo este enfoque debe hacerse
extensivo a la comunidad con el propósito de brindarles información a la
población que les concientice en cuanto a la aceptación e integración del
individuo dentro del entorno social.

9
CAPITULO II.

MARCO TEORICO.

Antecedentes Históricos

Para el año 1680 se encontraba vigente en España el derecho contenido en


las Siete Partidas, en cuyas disposiciones se tomaba en consideración por
“mengua de razón y sentido” (Ley 9, Título; Ley 3, Título 8; Ley 8, Título 31;
Partida Séptima), la responsabilidad penal de 12 a 14 años de edad por delitos de
lujuria o por otros “yerros”, como intensidad anormal de los deseos sexuales,
delitos contra la honestidad y sus clases, delitos o faltas cometidas contra leyes
divinas o humanas.
Fuera de estas situaciones las penas a menores eran mitigadas (Ley 9, título
4, Art. 7) y la Ley 8, Título 3, Libro VII, que prohibía la pena de muerte para los
menores de 17 años. Puede evidenciarse la partida de la formación del cuerpo
legal para la justicia juvenil en el que se establecía la inimputabilidad del menor
en diferentes grados. Los menores de 10 años no eran responsables penalmente,
extendiéndose la responsabilidad penal a los mayores de 12 y menores de 18
años. En esta época colonial donde regían las leyes españolas, se consideraba al
igual que en la antigua división romana, la clasificación de los menores en:
infantes, impúberes y púberes a los fines de la determinación de la
responsabilidad penal y el consiguiente castigo. En esta primera época todo
delito, cualquiera fuese el autor, debía ser castigado, pero había un tratamiento
atenuado de la pena vinculado al grado de desarrollo físico del individuo.
Se observa a partir de 1863, con la promulgación el primer Código Penal
Venezolano que se fijó en el Art. 8 literales 2º y 3º la exención de responsabilidad,
estableciendo que están exentos el mayor de 10 años y el menor de 15, a no ser
que haya obrado con discernimiento. Con relación a este artículo señala que hasta
los 10 años supone el legislador, que el niño carece de toda reflexión, que había
una edad en la cual el hombre no tenía desarrolladas sus facultades intelectuales
10
y morales, ni podía distinguir lo bueno de lo malo, ni lo injusto de lo justo,
porque faltaba el discernimiento y la razón moral. En esta edad, comenta el
jurista, el hombre es aún un niño que no es responsable de sus actos; no tiene
conocimiento para la imputabilidad de las acciones.
El jurista in comemto señala, que la ley fue sabia al disponer que cuando un
menor cometía un hecho criminal por el cual no pueda ser penado, se entregase a
su familia para su custodia, vigilancia y educación, o que debía ser colocado en un
establecimiento adecuado, en los términos que indica. Estas garantías se adoptan,
no sólo para evitar que el menor vuelva inconscientemente a causar nuevos males,
sino también para corregir sus costumbres y evitar.
Los Códigos posteriores, 1897, 1904, 1912, y 1915, en los Arts. 53 y 54
mantuvieron los límites de la edad: 10 años, para la exención absoluta, y entre 10
y 15 años, para la responsabilidad condicionada al discernimiento, si resultaba
que obró con discernimiento estaría exento de responsabilidad. Pero aparece en
estos artículos modificada la redacción y disposiciones concernientes a la medida
de seguridad, recluyendo al joven culpable en un “establecimiento de educación y
corrección, por un tiempo que no excederá de la época que cumpla su mayor
edad”, imponiéndose pena de presidio, corporal y pecuniaria.
El Código de Menores de 1939, fue considerado imperfecto, por cuanto dejó
intactas las normas del Derecho Penal que sancionaban el comportamiento
delictivo de los menores, por lo tanto, dejó subsistentes los principios
relativos a lairresponsabilidad del menor de 12 años, al discernimiento y a las
penas y sanciones aplicables contenidas en el Código Penal de 1926.
Surge el Estatuto de Menores, que reproduce con precisión los derechos que la
Constitución de 1947 garantizaba al menor y lo sustrajo del campo penal, al no
considerarlo delincuente ni imputable hasta los 18 años e impide la imposición de
penas por infracciones. El Decreto N° 390 de 30/12/1949 de la Junta Militar de
Gobierno de los Estados Unidos de Venezuela. Promulgado en la Gaceta Oficial
Nº 23.118. 5 de enero de 1950, legales cometidas, debiendo ser sometido a
procedimientos y medidas reeducativas. Se estableció la edad límite de
imputabilidad de 18 años de edad, y que el menor no debía ser considerado
delincuente, ni sufrir penas, sino que sería sometido a tratamientos reeducativos.
11
Consideraba al menor inimputable y los catalogaba en situación irregular en
abandono y peligro. En el año 1980, cuando se promulga la Ley Tutelar de
Menores. Dicha Ley formuló los principios de protección fundamentales del niño
y ratificó el límite de la responsabilidad penal a partir de los 18 años,
manteniendo así la edad mínima de los 18 años como criterio de inimputabilidad
y como límite de aplicación de las medidas reeducativas. El Estado asume una
función tutelar, típica y característica del Derecho de Menores, como es la de
constituirse en tutor genérico de todos los menores para garantizarles la
satisfacción de las necesidades subjetivas para su cabal desarrollo.
La Ley Tutelar de Menores. Gaceta Oficial Nº 2710 (Extraordinaria). 30 de
diciembre de 1980.36 función se dirige a la defensa de unidad familiar de los
niños y de la sociedad, persiguiendo en lugar de un castigo la reeducación del
menor y las medidas tutelares sustituyen la pena. Para los menores infractores, el
Art. 86 de la Ley Tutelar de Menores, establecía: “Se considera menores
infractores: quienes incurran en cualquier hecho sancionado por las leyes penales
u ordenanzas policiales”, el significado de la norma, era el de fijar la pauta de
orientación para el juez tutelar en relación con los hechos, lo cual en esta materia
no tenía importancia porque realmente lo que conducía a la aplicación de la
medida tutelar, es la personalidad del sujeto menor de edad.
No se podía aplicar a la situación irregular de menores ninguna norma del
Código Penal ni del Código de Enjuiciamiento Criminal, por ser incompatible con
la aplicación de una medida tutelar de las contenidas en el Art. 107 de la Ley
Tutelar de Menores. En lo que se refiere a los Tribunales de Menores, se
caracterizaban entonces, con el sistema tutelar basado en un modelo educativo,
donde la libertad vigilada, la colocación familiar y el internamiento en un centro
de observación eran utilizados como lugares donde hacer un diagnóstico, para
orientar al juez en la decisión judicial.
Con la Ley Tutelar de Menores, en sus Art. 1 numerales 5; 6; 8; 2 y 4, se
derogan los Arts. 69; 70 y 71 del Código Penal que se referirían a la impunidad
por razón de la edad; las penas aplicables al mayor de 12 años y menor de 15 y el
de las penas aplicables al mayor de 15 años y menor de 18.
Las deplorables condiciones de encierro y la promiscuidad entre menores y
12
adultos, generaron con mayor o menor intensidad en todo el continente una fuerte
indignación moral que se tradujo en un vasto movimiento de reformas que llegó a
su fin con la aprobación y posterior ratificación de la Convención Internacional
sobre los Derechos del Niño aprobada por la Asamblea General de las Naciones
Unidas. Con la Convención se inició, en el plano jurídico, la historia de los
derechos de los niños, por cuanto la doctrina filosófica que sustenta la
Convención Internacional es la denominada “Doctrina de la Protección
Integral”, la cual marca un cambio radical en relación con la doctrina que fue
vigente previo a la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes (2015).
Esta doctrina legitimaba la acción judicial indiscriminada sobre los niños y
adolescentes en situación de dificultad. Definido un menor en situación irregular,
se evidencian las deficiencias de las políticas sociales, optándose por soluciones
de naturaleza individual que privilegian la institucionalización o la adopción.
Al ser ratificada la Convención por Venezuela la hace Ley de la República,
asumiendo el compromiso de brindar protección integral a los menores. En ese
momento en Venezuela se creó una situación contradictoria, ya que existían dos
leyes de forma simultánea, la Ley Tutelar de Menores y la Convención, con
diferentes enfoques e incluso antagónicos entre sí, pero reguladores de la misma
materia. Al haber ratificado Venezuela la Convención sobre los Derechos del
Niño ya era impostergable adaptar la legislación interna a los postulados del texto
internacional.
En este marco Venezuela, inicia un proceso de reforma legislativa con el fin
de adaptar su ley minoril a los postulados de la Convención sobre los Derechos
del Niño. Debido a la realidad social que se producía entonces en nuestro país de
una intensa inquietud en la sociedad civil, precisa a los poderes públicos hacia un
cambio legislativo, que conllevó a derogar la Ley Tutelar de Menores, para
sustituirla por otra radicalmente diferente en cuanto a tratamiento del adolescente
en conflicto con la Ley Penal. Es así como el 13 de septiembre de 1998, luego de
un proceso de intensas discusiones y diversas consultas en la materia y de
presentados varios proyectos de leyes al entonces Congreso de la República, se
promulga la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente
13
(Lopna), la cual tuvo una vacatio leges hasta su vigencia el 1° de abril de 2000.
Esta Ley responde entonces a la obligación que tenía el Estado venezolano
de armonizar su derecho interno en materia de minoridad con la Convención
sobre los Derechos del Niño, rompiendo con el antiguo paradigma “compasión-
represión” por el binomio “severidad y justicia”, considerándose al menor de 12
y menor de 18 años inimputables pero responsable penalmente, y a los menores
de 12 años inimputables totalmente y sometidos a medidas de protección.

Antecedentes previos a la investigación

Tal es el trabajo de Tiffer, C. (2012), quien presenta en la Universidad de


Costa Rica, en la modalidad de Maestría en Ciencias Penales, una propuesta
denominada: “Fines y Determinaciones de las Sanciones Penales Juveniles”,
dirigida a analizar el modelo de justicia responsabilizador penal juvenil
presentando el dilema entre prevención general y prevención especial y destaca
además el rol educativo como finalidad primordial.

En cuanto al modelo penal responsabilizador destaca lo siguiente:

El modelo responsabilizador se caracteriza precisamente por


el acercamiento de la justicia penal de adultos al juzgamiento de
las personas menores de edad, pero particularmente en cuanto a
sus derechos y garantías. En la justicia penal juvenil debe
reforzarse éstos derechos, porque de lo contrario no se
diferenciaría la justicia juvenil en comparación con la adulta.
Consecuentemente, si la justicia penal juvenil no es más blanda,
respecto a la Justicia Penal de Adultos, no encontraríamos razón
para su especialidad. Perdería toda razón la organización de la
justicia penal juvenil dentro de la justicia ordinaria (p. 333).

En el estudio citado se considera una brecha significativa en el marco legislativo


de la delincuencia juvenil y la necesidad de un proceso de reforma y ajuste
legislativo en pro del propio bien el sistema legal y en bien de la sociedad,
haciendo distinción en la diferenciación que debe existir en el tratamiento legal de
un adulto y el que pueda recibir un joven infractor de la leyes, éste modelo
pretende fijar sanciones diferentes para los adolescentes que abarcan una amplia
gama hasta llegar a la privación de la libertad.
En cuanto al modelo de prevención especial el Tiffer destaca la importancia del

14
sistema educativo en aras a la regeneración del individuo infractor de la ley
enuncia que “una prevención especial es de carácter positivo cuando la sanción
busca unafinalidad resocializadora o rehabilitadora” (p335). Cumpliendo a su vez
como una sanción educativa.
El principal aporte de esta investigación estriba en que destaca las situaciones
observadas, en el contexto de estudio, especialmente en lo referente al proceso de
inclusión e integración del joven delincuente. De igual manera, en Venezuela,
durante las últimas décadas ha surgido preocupación entre los investigadores
venezolanos, por la atención legislativa enfocada con la rehabilitación educativa
y formadora dispensada a la persona con que comete acto delictivo. Se han
realizado estudios dirigidos hacia la atención e integración del joven infractor.
Martínez y Querales, (2007) en su trabajo “Proceso Social de los Grupos
Juveniles de Pandillas”, para optar al título de licenciados en Sociología del
desarrollo, de la UNED, Facultad de Derecho, en Madrid. Aseveran que las
pandillas juveniles son un fenómeno social que ha venido manifestando en todo
contexto, el fenómeno de las pandillas o bandas juveniles ha de convertirse en un
reto para el estudio del mismo. En sentido más amplio y pertinente a ésta
investigación es de dificultad establecer las causas que originan la formación de
las pandillas y la proliferación en todo el territorio venezolano ya que se
considera arduo encontrar las causas primordiales que permiten la formación de
pandillas juveniles, Carabobo no está exento de éste realidad y cada vez es más
frecuente.

Acero, H (2006) en su trabajo investigativo denominado “Situación de


Violencia y Delincuencia de Venezuela y Concentración Delincuencial en
Caracas”, Trabajo de Investigación de la División de estadística CICPC.

Para hacer el análisis de las dinámicas de violencia,


delincuencia y de los hechos que afectan la convivencia en
Venezuela y en especial Caracas, se hace necesario mirar las
dinámicas de distintos conflictos que ocurren en el país, en
particular las problemáticas de violencia y delincuencia que
afectan la vida, integridad y bienes de los ciudadanos y que se
manifiestan en los delitos que los ciudadanos sienten con mayor
impacto, como son los homicidios, las lesiones y la gran
variedad de hurtos.
15
También hay que mirar los problemas de convivencia, como es
el caso de la resolución violenta de los conflictos entre
particulares, la violencia intrafamiliar y el maltrato infantil, las
poblaciones vulnerables, espacios urbanos desordenados y
caóticos, entre otros. De acuerdo con estos problemas que
afectan la convivencia y la seguridad de los ciudadanos en
Venezuela, a continuación, teniendo en cuenta la información
disponible del año 2005.

Situados en este punto dado por el autor se ha preferido hablar de factores


sociales, dinamizadores de la vida humana, estos inciden en la personalidad del
sujeto y pueden éstos provocar en él su antisocialidad. Se dan dos factores
claves merecedores de estudio cuando se habla de delincuencia juvenil como lo
son la dinámica psicológica interna y del primitivo ambiente familiar.
Como aporte a la investigación se toma el factor social que está conformado por
el aspecto ambiental y sus normas culturales, atenuando la preocupación por la
dinámica psicológica por lo que expone que todo incide en un plano psicológico
ya que en el mismo ser humano cuando se trata del estudio del delincuente y de
la ley que lo rige, todo se concentra en su personalidad.
Calderón y González (2006), en su trabajo investigativo para optar al Título de
Licenciados en Sociología del Desarrollo denominado “Impacto Social de
Paradigma de Situación Irregular” (expresada en la Ley Titular del Menor) y la
doctrina de protección integral (desarrolla en la Ley Orgánica para la Protección
del niño y del adolescente (2015)”, de la Universidad Nacional de los Llanos
Occidentales Ezequiel Zamora. indagan en la doctrina de situación irregular y el
paradigma de protección integral.

Divide en dos categorías sociales, por una parte, los niño que tienen satisfechas
sus necesidades y derechos, lo que no tienen problemas y carencias sociales, la
segunda doctrina comprende el conjunto de acciones políticas, planes y
programas que son prioridad absoluta, se dictan y ejecutan desde el estado con la
firme participación y solidaridad de la familia y la sociedad, para garantizar que
todos niños y adolescentes gocen de manera efectiva y sin discriminación de los
derechos humanos.

En relación a los aportes de éste trabajo, se toma en cuenta las necesidades

16
básicas de protección y desarrollo armónico del ser humano a la par de las
políticas del Estado para la prevención de la formación de conductas antisociales.
Mourao, (2003) realizó un estudio titulado “Incidencia del Desmembramiento
Familiar en el Incremento actual de la Delincuencia Juvenil en la Cuidad de
Santiago”, para Universidad de Chile (trabajo de ascenso) analiza la incidencia de
la desintegración del núcleo familiar como factor correlativo con el aumento de la
delincuencia juvenil, mediante una concepción teórica conceptual de la temática
planteada, dicha investigación permite evidenciar a través de sus resultados que la
delincuencia aumenta a la par que se evidencia el desmembramiento del núcleo
familiar en la sociedad.

El aporte más significativo de dicha investigación a la temática planteada


fue la concepción de la familia y los valores como agentes clave para la
prevención de la delincuencia juvenil pues parte el número de delincuentes
jóvenes provienen de hogares desintegrados, donde el padre se encuentra ausente
parcial o totalmente, el matricentrismo denota en la mayoría de las familias en la
actualidad y el joven se encuentra expuesto al mundo banal y sus irregularidades
intrínsecas, los niños a temprana edad descubren un submundo y una subculturas
en las calles encontrándose muchas veces con violencias, maltratos y abusos.

Bases Teóricas

Sin lugar a dudas, la delincuencia juvenil es un fenómeno muy representativo


desde el siglo pasado, la delincuencia juvenil es uno de los problemas
criminológicos que crece cada día más, no solo en Venezuela, sino también en el
mundo entero; es una de las acciones socialmente negativas que va a lo contrario
fijado por la Ley y a las buenas costumbres creadas y aceptadas por la sociedad
ya que es un fenómeno de ámbito mundial, es un problema que se da en todas las
capas sociales y en cualquier rincón de nuestra civilización.

Es sabido de la existencia de un derecho penal precolombino, como por


ejemplo el de los pueblos Aztecas, Mayas, Incas o de Mesoamérica, es incierto
conocer si existía alguna regulación especial, o particular para niños o jóvenes
que cometieran algún delito. Lo mismo que se desconocen las regulaciones de
17
esta situación en el llamado derecho colonial americano.
El Derecho Colonial Americano toma como base el Derecho de Indias que
resulta una copia del Derecho Español vigente que a su vez es una mezcla de
derecho romano germanio y canónigo, con influencia arábiga y reglamentación
monárquica, que establece irresponsabilidad penal total a los menores de nueve
años y medio de edad y semi-inimputabilidad a los mayores de diez años y
menores de diecisiete, con excepciones para cada delito, y en ningún caso podía
aplicarse la pena de muerte al menor de diecisiete años.
Aunque a finales del siglo XIX el inicio legislativo del acto delictivo surge en el
período republicano, luego de la independencia de las colonias euro-
Latinoamérica tenía una normativa extensa, especialmente en Constituciones
Políticas y Códigos Penales, sin embargo la regulación de la criminalidad juvenil
no era objeto de atención particular. De esta manera, se llega así al concepto de
“Prevención Especial”, con el que se propone la aceptación de los derechos
humanos del delincuente juvenil considerados en la época como básicamente
diferentes sean cuales sean sus circunstancias personales y sociales.
Desde entonces, se han presentado muchas propuestas al respecto, se han
realizado estudios, investigaciones, todas ellas con la intención de abordar las
necesidades de éstos individuos, entre ellas podemos citar numerosos estudios a
nivel internacional, enfocados al tratamiento de la delincuencia juvenil y su
tratamiento legal, especialmente en lo referente al proceso de inclusión e
integración del juzgado.

Delincuencia Juvenil

Se refiere a la acción de cometer un delito, el cual está tipificado como tal en el


Código Penal de cada país. Según González del Solar (1995) citado por
(González, C. 2003), Delincuencia Juvenil es un conflicto permanente con las
reglas de convivencia, que se manifiestan en una conducta tipificada como
delictuosa y, que haría al sujeto posible de pena, de ser capaz por su edad. Si se
habla de “Conducta desviada” o de “Conducta Antisocial”, se hace referencia a
un estilo de vida opuesto a las reglas de convivencia. También la inadaptación,
con la cual se califica la conducta del sujeto que está poseído por conflictos
18
internos que originan tensiones.

Conductas del Niño, Niña y Adolescente

La delincuencia juvenil se trata de un trastorno de personalidad que


normalmente, llama la atención debido a la gran diferenciación entre las normas
sociales prevalecientes y su comportamiento; está caracterizado por:
1) Cruel despreocupación por los sentimientos de los demás y falta de capacidad
de empatía.
2) Actitud marcada y persistente de irresponsabilidad, despreocupación
por las normas, reglas y obligaciones sociales.
3) Incapacidad para mantener relaciones personales duraderas.
4) Muy baja tolerancia a la frustración o bajo umbral para descargas de
agresividad dando incluso lugar a un comportamiento violento.
5) Incapacidad para sentir culpa y para aprender de la experiencia, en
particular del castigo.
6) Marcada pre- disposición a culpar a los demás o a ofrecer
racionalizaciones verosímiles del comportamiento conflictivo.

Venezuela obtuvo su independencia formal de España en 1830 y permaneció la


mayor parte del tiempo bajo el mando de autócratas hasta 1958, cuando
movimientos democráticos lograron la salida del presidente militar, Marcos Pérez
Jiménez. Durante el siglo XIX, la economía venezolana tuvo un carácter
predominante agrario dependiendo principalmente de las exportaciones de cacao
y café. El descubrimiento y posterior explotación de abundantes yacimientos
petrolíferos, a partir de 1907, iniciaron el proceso de transición hacia una
economía basada en el petróleo, la cual también fue favorecida por el
descubrimiento de otras reservas considerables en la zona oriental del país y en la
cuenca del Río Orinoco.
Aunque Venezuela posee recursos naturales considerables (Agrícolas,
hidrológicos, hierro, aluminio y oro), las divisas derivadas del petróleo todavía
constituyen el soporte fundamental de la economía y actualmente representan

19
aproximadamente un tercio del PIB, el 80% del valor de las exportaciones y el
50% de los ingresos gubernamentales.
Durante la segunda mitad del siglo XX, el país experimentó un acelerado
proceso de modernización, incluyendo el desarrollo de industrias y el traslado de
la población desde las zonas rurales a las zonas urbanas. El estudio más reciente
(2004), se estima que un 87% de la población habita en asentamientos con más de
2.500 habitantes. Caracas, la ciudad capital, tiene una población estimada de 2,3
millones (OCEI, 2004).
La dinámica de la población de Venezuela ha dependido fundamentalmente de
la confrontación de la natalidad y la mortalidad, pues las migraciones externas
han sido, en general, muy reducidas. La comprensión veraz del crecimiento
demográfico en la población venezolana debe ser analizada a partir de estos dos
factores. La combinación del descenso gradual de la natalidad y la reducción
paulatina de la mortalidad; comprendida como la elevación de la expectativa de
vida, ha traído como resultado la disminución, lenta pero irreversible, de la tasa de
crecimiento natural, lo que ha colocado a la población venezolana en el camino
que se dirige a una dinámica menos acelerada.
Se entiende como delincuencia, el conjunto de infracciones de normas jurídicas
que implican responsabilidad criminal y sanciones penales. La delincuencia entre
otras cosas, es producto de la violencia entre los miembros de la sociedad. En los
últimos años esta violencia se ha visto reflejada con mayor frecuencia, y se han
producido una serie de denuncias que han contribuido a la creación de leyes como
la Ley contra la Violencia Doméstica que protege a la mujer principalmente.
Se observa que en el 97% de los casos criminales, los agresores suelen utilizar
armas de fuego para someter a sus víctimas. El comportamiento delictivo y la tasa
de crecimiento inducen a pensar que cada mes serán registrados mil decesos de
etiología homicida.
Otro factor de gran influencia en el incremento de la delincuencia es la pobreza
extrema en la que se halla un cuantioso grupo de la población, producto de la
crisis económica que sufre el país, la cual a su vez está íntimamente relacionada
con los innumerables problemas político-sociales.

20
Consecuencia de las relaciones disfuncionales en los adolescentes.

Los niños, niñas y adolescentes, son los individuos más afectados y vulnerables
dentro de la sociedad; incluso dentro de los sistemas familiares. Actualmente los
grupos familiares debido a una cantidad de factores internos y en su mayoría
externos, son o se convierten en familias con características disfuncionales; los
cuales originan a estos, consecuencias de carácter físico y emocional. Los niños,
niñas y adolescentes pertenecientes a familias disfuncionales son objeto de
situaciones, como por ejemplo: lesiones corporales que van desde un maltrato
leve hasta el más grave( muerte ), embarazos no deseados, vulnerabilidad a
enfermedades, suicidios, autoestima bajo, entre otros; que a lo largo los conlleva
a caer en problemas de alcoholismo, drogadicción, ausencia de conciencia social.
Todos estos factores conllevan a la formación de los delincuentes juveniles dentro
de una comunidad; quienes a la larga serán los delincuentes adultos del futuro.
Hoy en día, la violencia presentada en todos los espacios de la sociedad y sobre
todo a nivel educativo es el reflejo de los diversos maltratos físicos y emocionales
que arrastran los niños, niñas y adolescentes desde sus hogares a través de sus
padres; quienes en muchas oportunidades también fueron maltratados dentro de su
unidad familiar. A pesar, de que existen leyes que protegen a esta parte vulnerable
de la sociedad y; que de acuerdo a la Ley Orgánica de Protección al niño, niña y
adolescente (2015), en su artículo 5 expresa lo siguiente:
La familia es responsable de forma prioritaria, inmediata, de
asegurar a los Niños (as) y adolescentes el ejercicio y disfrute
pleno y efectivo de sus derechos y garantías. El padre y la
madre tienen responsabilidades y obligaciones comunes e
iguales en lo que respecta al ciudadano y de sus hijos. El Estado
debe asegurar políticas, programas y asistencia apropiada para
que la familia pueda asumir adecuadamente esta
responsabilidad y para que los padres y las madres asuman en
igualdad de condiciones sus responsabilidades y obligaciones.
En el ordenamiento legislativo venezolano el Derecho a la Defensa es un
derecho complejo; en la medida en que su ejercicio, por parte de los ciudadanos,
implica e interactúa con otros derechos, propios del Debido Proceso. La
Constitución Nacional (CRBV) dispone en su artículo 49° un elenco de derechos
concomitantes y complementarios entre sí, que estructuran al Debido Proceso

21
como un tejido de garantías de las cuales dispone el justiciable cuando actúa
como parte en un proceso, que le permiten la restitución de la situación infringida
en su esfera de derechos.
Por tanto, a partir de lo anterior, se asume aquí al proceso penal positivo
venezolano como acusatorio y garantista, cuando menos en proximidad. Visto así,
se admite la importancia cardinal del Derecho a la Defensa, como máxima
expresión del Debido Proceso, y transversal a todas las actuaciones procesales de
los diferentes sujetos. Su importancia, por ende, va más allá de la oportunidad
recursiva, y se asocia a un modelo garantista del proceso, y a un Estado
democrático, donde las partes pueden restablecer, a través de medios
determinados en la ley adjetiva, el orden transgredido; he allí su trascendencia.
La privación de la libertad solo procede en los casos taxativamente señalados
en el artículo 628, parágrafo segundo de la Ley Orgánica de Protección del
Niño, Niña y Adolescente.

El artículo 563 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y


Adolescentes (2015), señala que si de la investigación resultan evidencias
contundentes de la participación de un o una adolescente ausente en la comisión
de un hecho punible, el Fiscal del Ministerio Público, promoverá la acción y
solicitará al Juez de Control que ordene su localización. El proceso se mantendrá
suspendido hasta tanto se logre su aprehensión o su comparecencia personal. Si
hay otros adolescentes implicados, el juicio seguirá su curso con los presentes.
Se consagran una serie de garantías fundamentales de orden sustantivo y
procesal, acatando el mandato de la convención en el sentido de que el sistema
penal de responsabilidad del adolescente debe, como mínimo ser tan garantista
como el de los adultos, con las particularidades de la especialidad en razón de la
edad.
Además de todas las garantías contempladas en el Código Orgánico Procesal
Penal (2012), se ha incluido los principios de información clara y precisa de los
motivos de la investigación, sobre el significado de las actuaciones procesales
y las decisiones que se produzcan, con la finalidad de que el proceso sea
absolutamente conocido y entendido por el adolescente con un sentido altamente

22
pedagógico, dirigido a la concientización de la responsabilidad.
También se consagra la confidencialidad de los datos del proceso; la
excepcionalidad de la privación de la libertad; la separación de los adultos cundo
está detenido y haya cumplido mayoría de edad y la consideración de los usos y
costumbres de adolescentes pertenecientes a las comunidades indígenas, cuando
se trate de establecer su responsabilidad penal. A continuación se presentan las
garantías que se establecen en aras de la protección del joven infractor:

a) Dignidad: se toma como sinónimo de honor, decoro, decencia, extensivo a la


consideración y tratamiento que debe dársele al menor, (artículo 19 de la
Convención).Se debe respetar la dignidad inherente a la persona humana El
derecho a la igualdad ante la ley.
b) Proporcionalidad: las sanciones deben ser racionales, en proporción al hecho
punible atribuido y a sus consecuencias.
c) Presunción de Inocencia: se presume que un o una adolescente es inocente
hasta tanto una sentencia firme no determine la existencia del hecho y la
participación culpable del imputado o imputada, imponiendo una sanción.
d) Información: el o la adolescente investigado o investigada, detenido o
detenida debe ser informado o informada de los motivos de la investigación y
de la autoridad responsable de la misma, del derecho a no incriminarse y a
solicitar la presencia de sus padres, representantes o responsables y su
defensor.
e) Derecho a Ser Oído u Oída: el o la adolescente tiene el derecho a ser oído u
oída en la investigación, en el juicio y durante la ejecución de la sanción.
Cada vez que debe oírsele, se le explicará el contenido del artículo 49,
numeral 5 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
f) Juicio Educativo: debe ser informado sobre el significado de cada una de las
actuaciones que se desarrollen en su presencia, y del contenido de las
decisiones que se produzca.
g) Defensa: este derecho es inviolable en todo estado y grado de la
investigación y del proceso. A falta de defensa privada el o la adolescente
debe tener la asistencia de un defensor público especializado.
23
h) Confidencialidad: está prohibida la publicación de los datos de la
investigación o del juicio, que de manera directa o indirecta posibiliten
identificar al adolescente. Excepto lo consagrado en el artículo 535 de la Ley
Orgánica de Protección del Niño, Niña y Adolescente.
i) Debido Proceso: el proceso es oral, reservado, rápido, contradictorio y ante
un tribunal especializado.
j) Única Persecución: la remisión, el sobreseimiento y la absolución impiden
nueva investigación o juzgamiento del adolescente por el mismo hecho,
aunque se modifique la calificación legal o se conozcan nuevas
circunstancias.
k) Excepcionalidad: Salvo la detención el flagrancia, la privación de la libertad
solo procede por orden judicial y en los casos y condiciones establecidos en
la ley: la prisión preventiva es revisable en cualquier tiempo a solicitud del
adolescentes.
l) Separación de los Adultos: la prisión preventiva como las sanciones
privativas de libertad debe cumplirse en establecimientos adscritos al
Sistema de Responsabilidad Penal del Adolescente.
m) Proceso A Indígenas: cuando se trate de indígenas se debe observar, además
de las disposiciones de la ley, sus usos y costumbres y se oirá a las
autoridades propias, siempre que sea posible su comparecencia.

n) Proceso y Procedimiento: se distingue el procedimiento del proceso. El


proceso es un todo y, está formado por un conjunto de actos procesales. El
procedimiento es el modo como va desenvolviéndose el proceso, los
trámites a que está sujeto, la manera de substanciarlo, que puede ser de
conocimiento, abreviado, sumarísimo, ejecutivo, no contencioso. Hay
procedimiento en la primera instancia, como también en la instancia superior.

Definición de Términos Básicos

Adolescente: Definición según la Organización Mundial de la Salud (OMS):


“La adolescencia es el periodo de la vida en el cual el individuo adquiere la
capacidad de reproducirse, transita de los patrones psicológicos de la niñez a la
adultez y consolida su independencia económica”
24
Jean Piaget dice que el adolescente comenzará a construir sus propios sistemas
y teorías sobre la vida, e incorpora una nueva serie de procesos en torno al
pensamiento, empleando diferentes vías para razonar, como por ejemplo la
creación de hipótesis y deducciones, lo cual fortalece el dominio y, ante todo, el
desarrollo de la crítica. Por ello usa mano de la razón y procura hacer algunas
pruebas para identificar diferencias, por medio de esto genera un sistema capaz de
combinar ideas, estructurarlas, y llegar a una síntesis de lo que considera más
relevante, guardando las justas proporciones con lo que ocurre, esto es la libre
actividad de la reflexión espontanea.

Biopsicosocial: La perspectiva biopsicosocial fue definido por G. Engel en


1977 derivada de la Teoría de los Sistemas. Parte de una visión holística de la
salud y la enfermedad, donde se consideran los aspectos biológicos, sociales y
psicológicos del ser humano. Piña y Rivera (2006).
Delincuente: El concepto del delincuente según el Código Procesal Penal
desarrolla a través de su parte general diversos aspectos del delincuente, sin llegar
a tratarlo directamente. Existen disposiciones que se refieren al delincuente desde
un punto de vista objetivo: hablan de autor, coautor, partícipe, instigador, etc., y
otras disposiciones desde el punto de vista subjetivo, considerándolo ya como
persona y atendiendo a su peligrosidad.

En la condenación condicional se atiende a la personalidad moral del reo (art.


26). Se prevé la reclusión manicomial para el delincuente demente (art. 34 inc 1).
Existe también un régimen para menores (art. 36 al 41). Reclusión por tiempo
indeterminado atendiendo a la peligrosidad.
De las disposiciones del Código se deducen ciertas categorías de delincuentes:
1. Delincuente normal: al cual está dirigido el código en su generalidad.
2. Delincuente demente: para el cual cabe la reclusión manicomial.
3. Delincuente habitual: que es sancionado con la reclusión por tiempo
indeterminado dada su peligrosidad.
Familia: La familia es la institución social que regula, canaliza y confiere
significado social y cultural a estas dos necesidades”,(…) “incluye también la
convivencia cotidiana, expresada en la idea del hogar y del techo: una economía
25
compartida, una domesticidad colectiva, el sustento cotidiano, que van unidos a la
sexualidad legítima y la procreación” (Jelin: 1988).
Niño: La Convención sobre los Derechos del Niño promulgada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989, en su artículo 1
definió al niño como: “para los efectos de la presente Convención se entiende
por niño todo ser humano menor de 18 años de edad, salvo en virtud de la ley que
le sea aplicable haya alcanzado la mayoría de edad”.
El Código Civil Venezolano (1996); no precisa una definición del menor de
edad, pero en su Artículo se refiere que tienen capacidad de ejercicio de los
derechos civiles las personas que haya cumplido los 18 años de edad, salvo las
excepciones dispuestas en los artículos 43 y 44. Además de la capacidad que se
adquiera por emancipación, sea por matrimonio o título oficial, sin que por eso
pierda la calidad de menor de edad, solo se le está otorgando facultad para
realizar determinados actos.
Se considera menores de edad, conforme al artículo 1 del Título Preliminar del
Código del Niño y Adolescente - Ley 27337- a todo niño o niña hasta cumplir los
12

años de edad y adolescentes desde los 12 hasta cumplir los 18 años de edad.
Encontrando aquí una definición precisa de menor de edad, y una distinción entre
niño y adolescente. Definición con la que se trabajará de aquí hacia adelante.

Ley Orgánica Para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes


(LOPNNA 2015): Ley orgánica que tiene por objeto garantizar a todos los niños,
niñas y adolescentes, que se encuentren en el territorio nacional, el disfrute pleno
y efectivo de sus derechos y garantías que a través de la Protección Integral que el
Estado, la familia y la Sociedad deben brindarle desde el momento de su
concepción.

Valores: son elementos muy centrales en el sistema de creencias de las


personas y están relacionados con estados ideales de vida que responden a
nuestras necesidades como seres humanos, proporcionándonos criterios para
evaluar a los otros, a los acontecimientos tanto como a nosotros mismos
(Rokeach, 1973 en García, Ramírez y Lima , 2009)
26
CAPÍTULO IV

MARCO METODOLÓGICO

Esta investigación ha sido orientada en criterios de diferentes autores


que vienen estudiando los factores causales que intervienen en el
desarrollo de la delincuencia juvenil para el tratamiento legal en el marco
normativo contemplado en la Ley Orgánica Para la Protección de Niños,
Niñas y Adolescentes.
Bien es sabido que toda investigación debe implicar siempre un criterio o
una idea de descubrir aspectos de la realidad; con esto le daría paso a la
producción de un nuevo conocimiento, el cual puede estar dirigido a
incrementar teorías o aspectos que contengan beneficios en forma directa o
indirecta. En sí, toda investigación es un proceso dirigido a la solución de
un problema mediante la obtención de nuevos conocimientos.

Tipo de Paradigma

La naturaleza cualitativa de la presente investigación, se puede


contextualizar de acuerdo a la definición semántica que hace Martínez
(2004), ya que el término cualitativo se refiere a cualidad, que viene del
latín qualitas, y ésta deriva de qualis, que se traduce como cual, que. El
citado autor al conceptualizar el significado de Investigación Cualitativa,
refiere que a través de los estudios de esta índole, “se trata de: identificar,
básicamente la naturaleza profunda de las realidades, su estructura
dinámica, aquella que da razón plena de su comportamiento y
manifestaciones” (p. 65).
El estudio de las delincuencia juvenil propone analizar la realidad que se
experimenta en el contexto carabobeño, busca profundizar la realidad que
se vive en las calles a nivel general, cuando se evidencian actos delictivos

27
que son llevados a cabos por jóvenes, y es allí cuando el marco normativo y
legal que atienda los derechos de los jóvenes que incurran en actos
delictivos entra a formar parte de la necesidad latente de la sociedad
venezolana.

El estudio de la delincuencia juvenil abarca diversas perspectivas por un


lado: inconducta, desviación, inadaptación, parasocialidad, marginación,
rebeldía y por otro las sanciones que deban ser aplicadas en un contexto
que contemple la edad como factor de gran importancia en el ámbito del
derecho penal, pues cuando un hombre es consciente es capaz de distinguir
el bien del mal y por ende es responsable de sus actos, y como tal la edad
penal imprime carácter al desenvolvimiento físico, intelectual y moral de
cada individuo es allí donde la evaluación de la edad cobra significancia en
el derecho penal.

Tipo de investigación

La investigación va más allá a la búsqueda de aquellos aspectos que se


desean conocer y de los que se pretende obtener respuestas. Consiste en
describir y analizar sistemáticamente características homogéneas de los
fenómenos estudiados sobre la realidad.
El tipo de investigación que se desarrollará, además de permitir
profundizar los criterios seleccionados de diferentes autores durante el
desarrollo del esquema a desarrollar, permite a su vez corroborar estos
criterios con aspectos legales que la legislación civil venezolana establece;
la investigación referida es de tipo documental descriptiva, el cual según
(Finol y Nava 2006 p. 40) es “aquel tipo de investigación cuyo objetivo
fundamental es señalar las particularidades de una situación, hecho o
fenómeno”. Con esta investigación se debe determinar los factores que
intervienen en el estudio, las características, las actitudes y el
comportamiento de los factores que intervienen en la problemática
planteada.

28
Diseño de la investigación

La investigación por tener su inicio en la consulta realizada para el


desarrollo del marco teórico respectivo, esencialmente en fuentes
bibliográficas, que servirán como soporte a esta sistematización de
contenidos, corresponde al diseño documental bibliográfico, el cual según
(Risquez y Fuenmayor 1999. p 40) “Tiene como propósito la
investigación de fuentes documentales recolectando, evaluando,
verificando y sintetizando evidencias de lo que se investiga; con el fin de
establecer conclusiones relacionadas con los objetivos de la investigación”.
Ésta constituye prácticamente la investigación que da inicio a casi todas
las demás, por cuanto permite un conocimiento previo o bien el soporte
documental o bibliográfico, vinculante al tema objeto de estudio,
conociéndose los antecedentes y quienes han escrito sobre el tema, además
permite desarrollar con más propiedad las demás investigaciones.

Técnicas e instrumentos de Recolección de datos

Atendiendo a la naturaleza de la investigación y en función de la


información requerida, se utilizaron dos modalidades para la obtención de
la información, se trata de las técnicas relacionadas con el análisis
documental y el cuestionario. Mediante el análisis documental se procedió
a la construcción del referente teórico que contextualiza el estudio,
aplicando técnicas cómo: análisis de contenido, observación documental,
presentación resumida de textos, resumen analítico, análisis crítico, además
de las técnicas operacionales para el manejo de las diferentes fuentes
documentales:
a) Subrayado, selección de citas y notas de
referencias bibliográficas.
b) Construcción y presentación de cuadro y gráficos

29
analíticos.
c) Presentación del informe final.

Procedimiento.

Fases Metodológicas:

A continuación se presenta un cuadro explicativo con las fases metodológicas de la


investigación:
Fase I: Diagnosticar los aspectos que intervienen en la conducta delictiva de los jóvenes en
el Municipio Achaguas del Estado Apure.
¿Qué determina la delincuencia juvenil?
Muchos estudios muestran que los hogares rotos o las familias rotas predicen la
delincuencia, y que los conflictos parentales predicen una conducta antisocial, aunado a
esto los componentes sociales y culturales del entorno tienen a agudizar los factores de
riesgos ya presentes en el seno familiar.
Fase II: Describir el entorno sociocultural donde se desenvuelve la población joven del
Municipio Valencia del Estado Carabobo.
¿Qué instancias formales e informales de control social intervienen frente a los jóvenes infractores?
Aparte de la familia y la escuela que constituyen los primeros grupos sociales del
individuo, además consideramos todos aquellos que nos identifican como parte de un
grupo como lo son: barrios, la colonia, el país o nacionalidad, el nivel económico,
preferencia política, selección deportiva, y otros.
Fase III: Determinar las características del delincuente juvenil del Municipio Valencia
del Estado Carabobo.
¿Qué instancias formales e informales de control social intervienen frente a los jóvenes
infractores?
Para la protección, regulación y corrección de niños y niñas en situación de riesgo se tiene
que la Ley Orgánica de Protección a Niño, Niña y Adolescente. es el sistema de
responsabilidad y jurisdicción especializada

30
CAPÍTULO IV

RESULTADOS

31
Análisis e interpretación de los resultados
Una vez vivenciadas las diversas etapas del proceso investigativo se
presenta a continuación el desglose de los resultados que se enlazan
directamente con los objetivos de la investigación, seguido se presentan las
conclusiones y las recomendaciones.

Resultado de la Fase Nº 01: Diagnosticar los aspectos que


intervienen en la conducta delictiva de los jóvenes en el Municipio
Valencia del Estado Carabobo y la eficiencia del Defensor Público en
el Proceso Penal Ordinario (Tratamiento Legal en Base a la Ley
Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes)

El Sistema de Responsabilidad Penal del Adolescente, está contenido en


el Capítulo V de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, niñas y
Adolescentes. Esta ley dio un giro de ciento ochenta grados al tratamiento
de la conducta delictual del adolescente, quien en el viejo paradigma de la
"situación irregular", contenido en la derogada Ley Tutelar del Menor, era
considerado como un "irresponsable penal", y pasa a ser "imputable" dentro
de este nuevo sistema penal, con una imputabilidad disminuida en cuanto a
la pena y especial al compararla con el tratamiento dado a los adultos.
Este nuevo sistema consagra a los adolescentes los mismos derechos
procesales y deberes ciudadanos de que gozan los adultos, con las
limitaciones propias del ciudadano en formación. La nueva doctrina
convierte las necesidades de niños y adolescentes en derechos civiles,
culturales, económicos, políticos y sociales y garantiza a los adolescentes
en conflicto con la ley penal, una justicia que respete los mismos derechos
procesales consagrados para los adultos.
Una de las diferencias puntuales del procedimiento en la Ley Orgánica
Para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de la responsabilidad
Penal del Adolescente con el Procedimiento Ordinario Penal es la
jurisdicción especializada y la sanción que se le impone. En Venezuela los
últimos años se ha venido generando una gran inquietud sobre la necesidad

32
de reconocer, proteger y garantizar los derechos de los niños, niñas y
adolescentes, como personas menores de dieciocho años, en virtud de las
violaciones que se han producido a los Derechos Humanos, y no serán
más que los cuerpos legales los garantes de esto.
Con respecto a la legalidad y lesividad del adolescente, se entiende que
ningún adolescente puede ser procesado por algún acto u omisión que no
esté tipificado en la Ley al momento de su ocurrencia como un delito

Resultado de la Fase Nº 01: Verificar las funciones del tratamiento


legal en Base a la Ley Orgánica Para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes de la delincuencia juvenil.

Producto de la revisión documental llevado a cabo en la presente


investigación se desglosan las siguientes funciones:

Velar porque se dé cumplimiento a las garantías fundamentales:

Dignidad: esto no es más que respetar la dignidad inherente a la persona


humana, que debe dársele al menor, prohibiéndose con ello la posibilidad
de recibir o ser sometido a humillaciones, vejaciones, malos tratos,
situaciones degradantes, a realizarse distingos por razones de sexo, raza,
condiciones socio económicas, lo cual no puede ser sometido a castigos
físicos ni psíquicos que afecten su salud, su vida y el buen desarrollo
estructural de su personalidad, de ser así se atentaría contra su integridad
personal, el fundamento constitucional lo encontramos en el artículo 46 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y el artículo 10
del Código Orgánico Procesal Penal, así mismo en el Numeral 10 del
artículo 125 del mismo texto adjetivo.
Proporcionalidad: La ley es clara, las sanciones deben ser racionales, es
decir, medir la gravedad de los delitos, estableciendo que las penas deben
medirse en virtud de la relación entre el delito cometido y el daño social
causado por el mismo. En igual condición garantista, se establece en el
Título VIII, los principios generales que deben regir en la aplicación de las

33
medidas de coerción personal, específicamente de ello hace referencia el
artículo 253 del Código Orgánico Procesal Penal.
Presunción de inocencia: si no existe una sentencia firme que no
determine la existencia del hecho y la participación culpable del imputado
o imputada, imponiendo una sanción este se presumirá inocente, dicha
garantía toma rango constitucional la cual está consagrada en el artículo 49,
numeral 2 del citado texto nacional. Efectivamente tal y como está
planteada la presunción de inocencia, en ambos textos legales, tanto en la
Ley Orgánica Para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, como en
el Código Orgánico Procesal Penal, están regulados en los mismos
parámetros legales, solo que en el primero se da la circunstancia que el
adolescente investigado debe solicitar la presencia inmediata de sus padres,
representantes, responsables, además de su abogado, por supuesto dada su
especial condición.
Información: el o la adolescente debe conocer de manera específica sobre
los motivos por los cuales se encuentra detenido o privado de su libertad y
la autoridad es la responsable de hacer valer este derecho.
Derecho a ser oído y oída: se dispone el derecho que se tiene de ser
escuchado por las autoridades competentes, en las oportunidades que así lo
requiera, tanto el adolescente como el adulto en sus respectivos procesos
penales, tomando en consideración que puede solicitarlo en cualquier
momento y estado del proceso. Juicio educativo: esta expresión y garantía
implica que el adolescente tendrá la oportunidad de entender a medida que
se desarrolla el proceso, las implicaciones que cada actuación puede tener y
evaluar el significado de las mismas y cómo éstas pueden repercutir en su
favor o en su contra. De la mencionada explicación, se deduce que a
través del juicio educativo con respecto a las actuaciones que se produzcan
durante el procedimiento, el menor podrá tomar conciencia de las razones
de aplicación de la ley, en virtud del hecho contrario al ordenamiento legal
en el cual ha intervenido, y que en consecuencia asuma su responsabilidad
y las consecuencias que de ella deriven. Esto es una innovación de la Ley

34
Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes.
Defensa: este derecho está consagrado artículo 49 numeral 1 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, con el cual lo que
sencillamente se pretende es que el actor del hecho típico, bien sea un
adolescente o bien un adulto, pueda acceder a la justicia contando con un
profesional del derecho que pueda orientar su situación jurídica hacia la
satisfacción de sus intereses, en este caso, el interés primordial que alude a
la libertad, como el bien jurídico más preciado del ser humano.
Confidencialidad: este principio de confidencialidad no se encuentra
plenamente identificado en la Constitución Venezolana, con dicha garantía
lo que realmente se pretende es evitar que al adolescente se le deshonre en
forma criminógena, de manera que su objeto es proteger intelectual y
moralmente al niño, niña y adolescente, en este sentido la ley restringe el
principio de publicidad del proceso, lo que contraría las disposiciones
consagradas en el régimen procesal para el adulto, dispuesto en el Código
Orgánico Procesal Penal, ya que uno de los principios fundamentales del
sistema acusatorio es la publicidad de las actuaciones, la condición especial
conferida a la materia de menores en los textos constitucionales representa
una excepción al principio de publicidad consagrado en el Código Orgánico
Procesal Penal (2012), cuando señala que “El juicio oral tendrá lugar en
forma pública”.

Debido proceso: este derecho no es más que el niño, niña y adolescente


dispondrá de debida asistencia jurídica; que la causa se resolverá sin
demora por una autoridad u órgano judicial competente, independiente e
imparcial en una audiencia equitativa; que no será obligado a prestar
testimonio o declararse culpable y que tendrá derecho a que se la decisión
en su contra sea sometida a una autoridad superior competente
independiente e imparcial. En este mismo sentido, el Código Orgánico
Procesal Penal lo consagra en el artículo 1, encabezando la gama de
principios y garantías dispuestos en dicho texto adjetivo.
Única persecución: con esta se determina que no se puede juzgar al

35
adolescente dos veces por el mismo hecho, estableciéndose como efecto
innovador la figura de la remisión. De conformidad a lo expuesto en el
Código Orgánico Procesal Penal, recoge este principio procesal del non bis
in idem (no dos veces por lo mismo), estableciendo dos excepciones a
través de las cuales se podrá perseguir penalmente en una nueva
oportunidad, a) cuando la primera fue intentada ante un tribunal
incompetente y b) cuando la primera fue desestimada por defectos en su
promoción o en su ejercicio, así mismo, es menester puntualizar que la
figura de la remisión anteriormente aclarada, se equipara dentro del proceso
penal ordinario con lo que comúnmente hemos identificado como Archivo
Fiscal.
Excepcionalidad de la privación de libertad: salvo la detención en
flagrancia, la privación de libertad sólo procede por orden judicial, en los
casos, bajo las condiciones y por los lapsos previstos en la Ley Orgánica
para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, la prisión preventiva
es revisable en cualquier grado e instancia del proceso a solicitud del o de
la adolescente.
Separación de las personas adultas: el artículo 549 de la Ley Orgánica
para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (2015) establece lo
siguiente:
Los y las adolescentes deben estar siempre
separados o separadas de las personas adultas
cuando estén en prisión preventiva o cumpliendo
sanción privativa de libertad. Las oficinas de la
policía de investigación deben tener áreas
exclusivas para los y las adolescentes detenidos o
detenidas en flagrancia o a disposición del o de la
Fiscal del Ministerio Público para su
presentación al juez o jueza, debiendo remitirlos
o remitirlas cuanto antes a los centros
especializados. Tanto la prisión preventiva como
las sanciones privativas de libertad deben
cumplirse exclusivamente en establecimientos
adscritos al sistema previsto en esta Ley.

Proceso a indígenas: esta es una de las nuevas garantías que consagra la

36
nueva reforma de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes (2015), la cual en su artículo 550 establece:
Cuando se trate de adolescentes pertenecientes a
pueblos y comunidades indígena, se debe
observar, además de las reglas de esta Ley, sus
usos y costumbres y se oirá a las autoridades
propias, siempre que sea posible su
comparecencia.

Privación preventiva de libertad en ambos sistemas penales: dentro del


esquema del Sistema Penal Venezolano se establece como norma rectora el
derecho a la libertad, en el Código Orgánico Procesal Penal, en su artículo
9 se establece lo siguiente: “Las disposiciones de este Código que autorizan
preventivamente la privación o restricción de la libertad o de otros derechos
del imputado, o su ejercicio, tienen carácter excepcional…”, puntualización
normativa que coincide en igualdad de condiciones con la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela (1999), cuando debate ésta en su
Artículo 44: “La libertad personal es inviolable, en consecuencia, será
juzgada en libertad, excepto por las razones determinadas por la ley y
apreciadas por el juez o jueza en cada caso”.
En consideración a lo mencionado, es menester recordar que si para el
adulto se atribuye en el Código Orgánico Procesal Penal (2012),
restricciones en cuanto al procedimiento en relación a la privación de la
libertad, de igual forma, o en razón del interés superior el del menor y del
adolescente que ha incurrido en un hecho típico, la novísima Ley Orgánica
para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (2015), establece
igualmente en el artículo 37, que “Todos los niños y adolescentes tienen
derecho a la libertad personal…no pueden ser privados de ella ilegal o
arbitrariamente…”, en este sentido específico de la privación preventiva,
regula las circunstancias en las cuales se determinará que el mismo sea
privado de la libertad o bien le sean aplicadas ciertas medidas cautelares
que le sustituyan.
Detención judicial en caso de flagrancia y fase de la investigación: en lo

37
que se refiere a la investigación penal en el procedimiento especial de
adolescentes, se tiene como finalidad determinar si existen o no elemento
que permitan estimar que efectivamente se está en presencia de un hecho
punible, así mismo, si el adolescente tuvo participación en ese hecho ilícito,
es determinante que la detención se produzca in fraganti, es decir, que el
hecho punible se haya cometido en público o ante testigos que facilitan la
prueba de la participación.

Resultado de la Fase Nº 01: Verificar las sanciones de la defensoría


pública en el cumplimiento de su labor
Respecto a las disposiciones generales establecidas en la Ley Orgánica
para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (2015) se tiene que las
sanciones impuestas son casi en su totalidad distintas a las establecidas en
el procedimiento ordinario penal, estas tienen una finalidad
fundamentalmente educativa y se complementará como ya se ha explicado
anteriormente se busca la protección del niño, niña y adolescente, según el
caso establecido, con la participación de la familia y el apoyo de
especialistas.
Se tiene en el Art. 620 de la prenombrada ley que las sanciones para
los adolescentes son las siguientes:
a) Amonestación.
b) Imposición de reglas de conducta.
c) Servicios a la comunidad.
d) Libertad asistida.
e) Semi-libertad.
f) Privación de libertad.

En el procedimiento Ordinario Penal se tiene que según el hecho


punible cometido por el adulto se nos hace más complicado saber qué
medida le será aplicada porque siempre se analizará el tipo de delito
cometido, la concurrencia, si fue aprehendido en flagrancia o si se han
admitido los hechos, aquí es la diferencia fundamental, entonces las penas
y sanciones no son tan tenues como las del procedimiento con adolescentes,
por ejemplo en la jurisdicción ordinaria penal podemos nombrar algunas de

38
las siguientes:

Medidas cautelares.
a) Medidas cautelares sustitutivas (Caución económica, Caución
personal, Caución juratoria).
b) Indemnización, reparación y restitución Multa.
c) Inhabilitación.
d) Indulto y
conmutación.
Perdón del
ofendido.
e) Suspensión condicional de la ejecución de la pena.
f) Trabajo fuera del establecimiento, régimen abierto y libertad
condicional. Medida humanitaria.
a) Redención efectiva.
b) Aplicación de medidas de seguridad.
Privación de Libertad.

Conclusión:

Una vez llevado a cabo el proceso investigativo se deducen los


siguientes aspectos concluyentes:
1. El Sistema Penal de Responsabilidad de Adolescentes está integrado
por un conjunto de órganos y entidades que se encargan de establecer
la responsabilidad del adolescente por los hechos punibles en los que
incurra, así como aplicar y controlar las sanciones correspondientes
las cuales deben ser diferentes a las aplicadas a un adulto. El o la
adolescente que incurra en hechos punibles debe responder en la
medida de su culpabilidad.
2. Si las sanciones emitidas bajo la Jurisdicción Especializada Juvenil no
son más flexibles respecto a la Justicia Penal de Adultos no habría
razón para su especialidad. Por ende dichas sanciones deben tener una
finalidad primordialmente educativa, se debe complementar con la
participación de la familia, el apoyo de especialistas, teniendo como eje
fundamental: El respeto a los derechos humanos, la formación integral
del adolescente y bajo una adecuada convivencia familiar y social,
algunas de las sanciones puede ser: amonestación, imposición de reglas
de conducta, servicio a la comunidad, libertad asistida, semi-libertad y

39
privación de libertad.
3. Diversas teorías direccionan sus planteamientos hacia la exposición de
respuestas diversas para el fenómeno de la delincuencia juvenil, unas
bajo la perspectiva bio-anatómica y otras con una visión más
sociológica. Las primeras, relacionan ciertos rasgos corporales innatos
con características propias de los delincuentes. Las segundas, foco de
especial interés para este estudio, intentan explicar el fenómeno de la
delincuencia juvenil valiéndose de elementos sociales.
4. Entre otros aspectos el tratamiento legal dado a la delincuencia juvenil
en base a la Ley Para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes
(2015) contempla:

5. La Doctrina de la Protección Integral rompe con la Doctrina de la


Situación Irregular, otorgando reconocimiento al adolescente como
sujeto de derecho, sin discriminación alguna
6. El proceso penal aplicable al adolescente, es el mismo aplicado a los
adultos con algunas diferencias en cuanto a la sanción y al Tribunal
que deba conocer.

7. Ambos procesos tienen como punto de partida, la observancia de los


derechos humanos de las personas
8. Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes
otorga a los adolescentes los mismos derechos y garantías sustantivas,
procesales y de ejecución que gozan las personas mayores de edad,
además de aquellas que les corresponden por su condición específica
de adolescentes.

Recomendaciones

Visto bien lo expuesto, analizado y concluido, puedo recomendar lo siguiente:

Las situaciones que llevan a los jóvenes a delinquir son muy complejas,
lo ideal es trabajar con diversas líneas de atención las cuales deben trabajar

40
en conjunto, lo cual ayuda a mejorar los resultados. Por ejemplo: Dar
prioridad a la inversión en proyectos socio-económicos y culturales
consistentes, los cuales, con el apoyo de las familias e instituciones,
garanticen educación, profesionalización y valoración afectiva de los
jóvenes, en la medida que se sientan aceptados y valorados disminuirá su
inclinación hacia la criminalidad.
Sin embargo, para que las propuestas planteadas den importantes
resultados, es necesario que previamente se canalice la solución de los
problemas que traban las acciones dirigidas a mejorar la situación en
Venezuela, donde las mayores dificultades para la prevención y
tratamiento de la delincuencia juvenil se presentan por un grado importante
de ineficiencia institucional, recursos financieros limitados, característicos
de todo gobierno central, regional y local, aumenta la dificultad de llevar a
cabo las intenciones de actuar para mejorar y/o resolver este problema
social.
Son muchos los organismos y las necesidades que entran a la gran
competencia por la asignación de recursos, en el país, durante los últimos
cinco años, se ha priorizado la asignación de recursos al proyecto político
lo que ha restado importancia a la asignación a otros proyectos
importantes, entre ellos el del tratamiento y prevención de la delincuencia
juvenil.
Por otra parte, si bien las respuestas a los problemas no esperan por el
conocimiento, esto no puede ser una excusa para dejar de estudiar y
analizar una realidad que afecta a muchos sectores de la sociedad
Carabobeña y Venezolana. Es indispensable tomar en cuenta la evaluación
y el cumplimiento de los objetivos de los programas enfocados al
tratamiento de la delincuencia juvenil, fomentando valores dentro de
nuestra sociedad, dentro de nuestras propias familias, que es allí donde
inician los valores y principios de todas las personas

41

También podría gustarte