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Los Tres Jinetes El Bosque Negro PDF
Los Tres Jinetes El Bosque Negro PDF
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los tres jinetes
Scarlet Hyacinth
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Este libro fue traducido por el blog BRAD
PACK C para libre lectura solo te pedimos que
no cambies nada de él. Nuestro Staff realizó
mucho esfuerzo para que puedas leerlo.
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Dedicatoria
Para todos los que alguna vez leyeron un cuento de hadas
y querían que el príncipe terminara con su mejor amigo, no la
princesa.
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Prólogo
Larissa tarareó una melodía alegre mientras tejía la ropa
de su hijo no nacido. Su esposo, Dimitri, estaba afuera cortando
madera, el material que necesitaba para tallar adornos para los
habitantes más ricos de su pueblo. Ella lo extrañaba, pero el
regresaría en unas cuantas horas. Hasta entonces, ella tenía la
compañía de su hermoso hijo.
Ella sabía que su bebé sería un niño. Soñaba con él, acerca
de un hermoso niño con rizos rubios como los suyos y los ojos
azules de Dimitri. Incluso pensó en un nombre para él: Vassili.
Pronto, Vassili nacería y completaría su familia.
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Capítulo Uno
Vassili se arrodilló junto a la cama, sus ojos en la frágil,
pálida figura descansando ante él. Su querida, dulce madre. Aún
no podía creer que hubiera caído tan enferma. La fuerte,
saludable, y feliz mujer quien le contaba historias cuando se iba
a dormir de alguna forma se había convertido en una sombra de
lo que fue. Ya no podía arroparlo o cantarle. De hecho, apenas si
podía hablar.
algo para ti. — Con eso, Larissa recuperó uno de los soldados
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N.C: Mi amor en Ruso
Vassili se quedó mirando con incredulidad mientras su
padre colapsó encima del cuerpo inmóvil de su madre. No podía
ser. Su madre no podía estar muerta. Ella prometió estar por
siempre a su lado.
Larissa.
Cuando su esposo estaba presente, ella pretendía
preocuparse por Vassili, pero cuando él se iba de la casa,
cambiaba completamente.
Por supuesto, hubiera sido tan fácil para Vassili dejar que
su amigo de madera hiciera todo por él. Sin embargo, Larissa no
lo educó para ser ocioso, así que siempre trabajaba al lado de su
amigo soldado, esforzándose al máximo para terminar al menos
una parte de las tareas que Mariya le daba.
Nikolai asintió.
presencia.
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Sintiéndose agradecido por la oscuridad escondiendo su
predicamento, Vassili se volvió para encontrar la fuente de los
inesperados estímulos. Ah, aún cuando la voz susurraba caricias
en su oreja, sus inquisitivos ojos no pudieron encontrar a la
persona hablando.
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Capítulo dos
El camino del pueblo a los bosques no fue fácil, pero
Vassili era un joven hombre fuerte y no tenía miedo de
esforzarse. A pesar del clima frío, sus pasos enérgicos lo
mantenían caliente. La luna brillaba, y el viento susurraba
alegres canciones, jugando con los largos rizos rubios de Vassili
como un pillo travieso. Casi hizo a Vassili olvidar lo horripilante
de su misión.
marcha atrás.
La tierra empezó a temblar y Vassili vio con horror cuando
la bruja entró al claro. Voló por el aire en un mortero de piedra,
usando una mano de mortero para guiarla en su camino y
borrando sus huellas con su fea escoba negra. Los ojos de
Vassili se ampliaron con la vista. En realidad el mortero se veía
como el que usaba en casa para moler hierbas. Al mismo
tiempo, sin embargo, parecía increíblemente demasiado largo y
de miedo. La forma en que la bruja cabalgaba en el, agazapada,
sus rodillas casi tocando su mentón, solo agregó al antinatural,
horroroso espectáculo.
—Has sido muy bueno con nosotros. —El perro hasta agitó
la cola cuando Vassili se volvió hacia él.— No morderé la mano
que me alimenta.
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Capítulo Tres
Tomando el consejo del jinete, Vassili inmediatamente
escondió el soldado de juguete en su bolsillo. El suelo empezó a
moverse. Justo como el día anterior, la bruja apareció
montando en su mortero, guiándose con su mano de mortero y
borrando sus huellas con su escoba negra. Vassili esperó
pacientemente por Baba Yaga, sonriendo gentilmente conforme
la bruja entraba al patio. Todo el rato, trató de aquietar el
torbellino de terror que sintió dentro.
Sin duda, la siguiente cosa que Vassili supo fue que el gato
le brincó a Baba Yaga, rasguñando la cara de la bruja y silbando
airadamente. El perro la atacó también, sus afilados dientes
clavándose en la carne seca de la pierna de la bruja. Vassili supo
que el ataque de los animales no la detendría por mucho
tiempo.
efectivamente su salida.
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Fue ahí cuando Vassili se acordó del consejo del jinete
rojo. Se apartó de la puerta y hacia la dirección del árbol que
guardaba la entrada del patio de la bruja. Detrás del árbol, se
encontró con una brecha en la valla donde muchos huesos de
alguna forma fueron desplazados. Vassili rápidamente se
deslizó a través de la brecha y empezó a correr. Podía oír a la
bruja escalando a su mortero para perseguirlo.
gentilmente.
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—Tan apasionado, —murmuró Sonta, ocupado dejando un
rastro de fuego en la espalda de Vassili con su lengua.
caído en un sueño.
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Noci empezó a empujar dentro y fuera de él, rápidamente
estableciendo un enloquecedor ritmo. Vassili jadeó cuando el
jinete negro golpeó un mágico punto dentro de él, haciendo
bailar estrellas en la visión de Vassili. Con cada empuje que
infaliblemente golpeaba ese punto, el placer de Vassili se
incrementaba exponencialmente. Gemía alrededor de la polla
de Sonta y sentía al otro hombre temblar mientras trataba de
tomar dentro tanto como pudiera de la polla del jinete rojo.
Estaba rodeado por una poderosa sensación, su cuerpo entero
envuelto en un calor que amenazaba por consumirlo. Ya no
eran cuatro diferentes personas reunidas por una maldición y
una bendición. Se convirtieron en una sola entidad, un alma,
unidos en la intensidad de sus pasiones.
de Noci.
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—Eso es, lubov moya. ¡Vente! Vente para nosotros, —Noci
ronroneó en su oreja.
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Capítulo Cuatro
Cuando Vassili abrió sus ojos, se dio cuenta de que estaba
solo. Instantáneamente, se dio cuenta que el tiempo volvía a
correr naturalmente, lo que significaba una cosa. Los tres
jinetes se habían ido. Cuando miró alrededor más
cuidadosamente, se dio cuenta de que podía escuchar el piar de
los pájaros y el correr del río cercano. Sus ojos se ampliaron
cuando se dio cuenta de que ya no estaba en el Bosque Negro
pero en una pequeña arboleda justo a una milla de distancia de
la cabaña de su padre.
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Capítulo Cinco
Conforme pasaban los días, Vassili cada vez se
acostumbraba más a vivir ahí. En realidad se sentía complacido
por haber tomado la decisión. Aún así, la memoria de lo que
había tenido brevemente, y lo que había perdido, aún lo
plagaban.
—Oh, nada realmente. Ya acabé con las tareas, así que solo
estoy tallando.
ampliaron.
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—¿Vassili?
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Sus ojos se abrieron de golpe, como hacían cada vez que
pensaba que sentía una fantasmagórica caricia o el susurro de
su nombre en su oreja. Casi esperaba que fuera su imaginación
de nuevo, pero esta vez no fue así. Los ojos de Vassili se
ampliaron cuando tuvo a la vista a los tres jinetes enfrente de él.
Deni, Sonta, y Noci estaban parados ante él, sonriendo, tan
hermosos y perfectos como siempre.
—¡Vassili! ¡Vassili!
extendió en su cara.
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—Por aquí, señor, —dijo casi burlonamente. Las puertas se
abrieron y el guardia guió a Vassili dentro del palacio. Solo
después de caminar durante un tiempo se dio cuenta de que el
viejo no lo había seguido adentro.
—Sí, pasa.
Vassili asintió.
—Sí, Su Alteza.
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Capítulo Siete
El día siguiente vino demasiado pronto para el gusto de
Vassili. La puerta de la celda se abrió, las oxidadas bisagras
chirriando extrañamente, anunciando su muerte inminente. Los
guardias del palacio agarraron rudamente a Vassili y lo
arrastraron fuera de la celda.
—¡Desagradecido traidor!
arte de magia.
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—Eso es maravilloso, —Ronroneo Noci.— Sabía que dirías
que sí. Además, si te negabas, hubiéramos encontrado una
manera de convencerte.
—¡Cállate!
ahora?
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—Porque yo te lo estoy pidiendo, —Vassili espetó, incapaz
de sostener su temperamento. Claramente, amaba a sus
ángeles, pero también se preocupaba por su padre. A pesar de
todo lo que Dimitri había hecho, alguna vez había sido un padre
y un hombre maravilloso.— Y porque todos merecen una
segunda oportunidad, —terminó suavemente, esperando que los
ángeles lo entendieran.
FiN
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ACERCA DEL
AUTOR
Nativa de Rumania, Scarlet nació en 1986 y creció como
ávida fanática de Karl May y Jules Verne, leyendo historias de
fantasía y aventura. Más tarde, cuando ya no tenía más historias
de fantasía que leer, se adentró en la colección de libros de su
madre y por supuesto, se topó con el romance.
http://scarlethyacinth.webs.com/
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Coordinación del proyecto
Cinty
Traducción
Louzerois
Corrección/Revisión
Cinty / Visionepica
Edición, Diseño y formato
Visionepica
Limpieza de Portada
Clau
¡Y no olvides comprar a los autores, sin ellos no
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