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1
Utilizaremos aquí sistemáticamente la expresión de “árabes sunnitas”
preocupándonos por su precisión.
2
ISHOW H. Structures sociales et politiques de l’Irak contemporain, Paris, Éditions
L’Harmattan, 2003.
árabes que se distribuyeron sobre el conjunto del territorio, con una
concentración particular en las regiones centrales del país (Xamar, Doulaïm,
Jibbouri, Oubaïd, Zoubaïd...). Si bien comparten en el plano étnico una
“arabidad” común con los chiítas –muchas veces convertidos de manera
tardía en el siglo XIX-, los sunnitas se oponen a estos últimos en la cuestión
fundamental de la sucesión del Profeta y la de la dirección de la comunidad
de los creyentes (oumma). Mientras que para los primeros el cargo califal
(khalifa) corresponde por derecho a Ali Ibn Abi Talib, primo y yerno de
Mahoma, y a su descendencia, la ortodoxia sunnita dicta por el contrario
que sea confiado a un miembro de la comunidad designado por una
asamblea de notables. Esta oposición principal tejerá el telón de fondo de
una historia llena de desgarramientos, de los que el Irak actual constituyó
durante siglos uno de sus principales teatros. Es así que Hussein, hijo de
Ali, fue asesinado en Karbala por las tropas del califa Yazid en 680,
volviéndose a través de su martirio en una figura central del chiísmo.
3
NAFI B., « Abu Al-Thana’Al-Alusi : An Alim, Ottoman Mufti, And Exegete of the
Qur’an », International Journal of Middle East Studies, 2002.
alguna “identidad” o “comunidad” arabo-sunnita estructuradas. La
expresión “árabes sunnitas” remite en efecto a una realidad sociológica
plural, en el seno de la cual, sobre todo en la época contemporánea, las
divisiones políticas, ideológicas, económicas, locales o incluso regionales se
han revelado muy a menudo mucho más determinantes que la simple
pertenencia sectaria.4
4
BATATU H., The Old Social Classes and the Revolutionary Movements of Iraq,
Princeton, Princeton University Press, 1978.
5
KUHN T., The Structure of Scientific Revolutions, Chicago, University of Chicago
Press. 1962
No se puede negar a nivel histórico, e incluso numérico, la sobre
representación que tuvieron los árabes sunnitas en el seno de las esferas
del poder, de las instituciones estatales y de las fuerzas armadas durante
toda la historia contemporánea iraquí, pero se explica antes que nada por la
perpetuación, bajo mandato británico, del estatus innegablemente
privilegiado que tenían las elites sunnitas bajo los otomanos. Por cierto, no
se trata tanto de poner en tela de juicio la existencia de esta
“infraestructura” sino de interrogarse sobre su naturaleza “reflexiva”:6
¿procedía esta dominación, en efecto, de un proyecto hegemónico pensado,
definido en términos etnoconfesionales, y sobre todo orientado a su
autorreproducción?7 Esta cuestión merecería ser hoy seriamente
reconsiderada.
6
STEIER F., Research and Reflexivity, Sage, Londres, 1991. GIDDENS A., The
Consequences of Modernity, Cambridge, Polity Press, 1991
7
Para Frederick Steier, la “autorreflexión” (self-reflexivity) debe entenderse como
un verdadero “proceso social” (social process), Anthony Guiddens subraya por su
parte que la identidad de un grupo o de un individuo dados tiene como facultad
propia la de alimentar una “proyección reflexiva de sí” (reflexive Project of the self).
8
ZUBAIDA S. (2003), « Grandeur et décadence de la société civile irakienne », en
BOZARSLAN H. & DAWOD H. (dir.), La Société irakienne, communautés, pouvoirs
et violences, Paris, Karthala, 2003.
9
BARAN D., Vivre la tyrannie et lui survivre, l’Irak en transition, Paris, Éditions Mille
et Une Nuits, 2004
10
HASHIM A., Insurgency and Counter-Insurgency in Iraq, New York, Ithaca,
Cornell University Press, 2006.
La génesis de un fenómeno identitario complejo bajo el prisma de la
ocupación
11
BOZARSLAN H. & DAWOD H. (dir.), La Société irakienne, communautés, pouvoirs
et violences, Paris, Karthala. 2003.
su adhesión al Hizb a simples motivos oportunistas (cálculos de interés y
otros privilegios relativos).
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El concepto de “minoría” no remite necesariamente a una simple consideración
numérica y se refiere generalmente en sociología al estatus desventajoso que
puede sufrir un grupo debido a rasgos identitarios (étnicos, religiosos, lingüísticos)
que lo distinguen de la mayoría. Como lo subraya el sociólogo Louis Wirth, este
estatus es susceptible de provocar una discriminación social duradera. Ver WIRTH
L. (1945), « The Problem of Minority Groups », en LINTON Ralph (ed.), The Science
of Man in the World Crisis.
A nivel simbólico, el rechazo del estigma13 impuesto a los árabes
sunnitas pasa por una reafirmación de su “iraquidad” que, rápidamente,
toma la forma de un levantamiento armado.
13
Erving Goffman define un “estigma” como todo signo, atributo o marca
susceptibles de desacreditar, de desclasar a un individuo o a una categoría
de individuos y de provocar su marginación, incluso su exclusión. Ver
GOFFMAN E., Stigmates : les usages sociaux des handicaps, Paris, Éditions de
Minuit, 1963 [Hay traducción al español: Estigma. La identidad deteriorada. Ed.
Amorrortu, Buenos Aires, 1986].
En su forma inicial, la violencia que se opone a las fuerzas
extranjeras revela en efecto un fenómeno a primera vista transversal,
intercomunitario, donde los particularismos étnicos y confesionales se
funden en un mismo imperativo de lucha contra el ocupante. Mientras el
presidente norteamericano declara el fin de las “principales operaciones” en
Irak el 1° de mayo, los partisanos de Muqtada al-Sadr, que controlan
barrios enteros de la capital iraquí, comienzan ya a organizar una oposición
armada de gran amplitud contra la ocupación, que culminará el año
siguiente con combates sangrientos entre el “Ejército del Mahdi” (Jaïch
alMahdi) y las tropas norteamericanas en Bagdad, Karbala y Najaf (sur del
país), y se traducirá en una “unión sagrada” de los insurgentes sunnitas con
sus hermanos chiítas.
14
Pese a la ausencia de estimaciones exactas y fiables, las tasas de participación en
las regiones y provincias de mayoría demográfica árabe sunnita fueron
extremadamente bajas (de 2 a 25% según las cifras reportadas por el PNUD).
definitivamente el estado inicial de sub-representación, sólo 17 de los 275
diputados del nuevo Parlamento eran de origen árabe y sunnita. Concientes,
sin embargo, de que un rechazo definitivo del proceso político puede, en un
plazo más largo, revelarse fatal y poner en peligro su existencia misma
dentro del edificio iraquí, algunos dirigentes árabes sunnitas inician un
viraje a partir de la primavera siguiente a las elecciones y operan un
retorno a la escena política. Este cambio es tanto más propicio cuanto que
los Estados Unidos, apresados por una insurrección armada cada vez más
organizada y sofisticada, ejercen presiones crecientes sobre el nuevo
gobierno del chiíta Al-Ja’fari para que permita la reintegración progresiva de
los sunnitas en el juego político, sobre todo la de los antiguos elementos
baasistas (“rebaasificación”). Haciendo esto, los Estados Unidos esperan
poder contener el levantamiento armado haciendo volver a la vida civil a los
antiguos insurgentes. Los árabes sunnitas, finalmente, deben ser asociados
estrechamente a los trabajos de redacción de la Constitución permanente.
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BENRAAD M., « Irak : avancées et écueils d’une transition (2005-2006) » [Irak :
avances y retrocesos de una transición (2005-2006)], Afrique du Nord Moyen-
Orient, La Documentation française, 2006.
16
La expresión hace referencia, en la vulgata salafista, a los musulmanes chiítas,
considerados como “apóstatas”.
17
Todavía hoy subsisten serias dudas en cuanto a la autenticidad del documento,
encontrado en el mes de marzo de 2004 por las fuerzas de la coalición. Según
algunos observadores, subrayando su fuerte tono “nacionalista”, tendría más el
sello de elementos del régimen baasista, principalmente antiguos miembros del
servicio de seguridad (moukhabarat).
sunnitas iraquíes con el fin de sumarlos a sus filas, ofreciéndoles ingresos,
entrenamiento y armamento. En 2005, la organización, entonces
ampliamente “iraquizada”, intensifica fuertemente sus operaciones armadas
a través de una serie de atentados suicidas espectaculares y de asesinatos
puntuales, en adelante todos de carácter abiertamente sectario.
18
BENRAAD M., « L’Irak dans l’abîme de la guerre civile », Politique étrangère (1),
2007.
coalición, es particularmente emblemática de esta fragmentación
intracomunitaria que sucede al “momentum” de Samarra.