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el cáncer de esófago es una malignidad del esófago. Existen varios subtipos, aunque la
mayoría se caracterizan por la presencia de síntomas como disfagia (dificultad para deglutir o
tragar), dolor, pérdida de peso, entre otros; y son diagnosticados por medio de biopsia. Los
tumores pequeños y localizados por lo general son tratados quirúrgicamente, mientras que los
tumores avanzados requieren quimioterapia, radioterapia o una combinación de ambos. El
pronóstico, que depende entre otras cosas de la extensión del tumor y de las complicaciones
médicas asociadas, generalmente es malo.
Clasificación
cánceres de esófago son típicamente carcinomas, que se presentan en el epitelio, o en la
superficie que recubre el esófago. Estos cánceres caen en dos clases: carcinoma de células
escamosas, la neoplasia maligna más común en el esófago que se presenta en hombres
adultos de más de 50 años con mayor incidencia en la raza negra y generalmente asociado a
la ingesta de alcohol y tabaco, y adenocarcinomas, regularmente asociados a pacientes con
antecedentes de reflujo gastroesofágico y esófago de Garrett.
Sintomatología
La disfagia (dificultad para deglutir) es el primer síntoma que se presenta en la mayoría de los
pacientes, aunque también puede estar acompañado de onicofagia (dolor al deglutir). Los
líquidos y la comida blanda usualmente son bien tolerados y no presentan problemas al
momento de la deglución, mientras las sustancias sólidas o más voluminosas les presentan
más dificultad a los pacientes. La pérdida de peso es otra característica del padecimiento, que
está relacionado a la pobre nutrición, por la onicofagia, y a la progresión del cáncer. El dolor,
quemante la mayoría de las veces, puede ser severo o inclusive agravarse por la deglución.
Un signo que se presenta prematuramente es el cambio de voz, que conforme progresa la
enfermedad se va volviendo más ronca y rasposa.
La presencia de un tumor altera la perístasis normal (el reflejo de deglución), dando lugar
a náuseas, vómitos, regurgitación de la comida y tos, e inclusive de esta manera facilitar la
aparición de otros padecimientos como la neumonía, una complicación frecuente. Algunas
veces la superficie del tumor puede ser frágil y romperse fácilmente originando sangrados,
causando hematemesis (vómitos de sangre). El crecimiento progresivo del tumor puede
comprimir estructuras locales derivando en otras complicaciones como el síndrome de la vena
cava superior. Con el tiempo se puede desarrollar un fístula entre el esófago y la tráquea,
incrementando el riesgo de neumonía, que usualmente es anunciado por la presencia de tos,
fiebre o aspiraciones de alimentos.
Síndrome de Plummer-Vinson.
De acuerdo con un estudio italiano sobre "una encuesta de la dieta completa de 5,500
italianos", — un estudio que ha creado polémica por su relación con la aparición de cáncer
— comer pizza más de una vez a la semana aparentemente es "un factor que favorece la
aparición de neoplasias en esta población."6
El riesgo parece ser menor en personas que usan aspirina y otros fármacos
relacionados (AINE).7
arrest’s esophagus and associated adenocarcinoma. Clin G. J Natl Cancer Inst. 2004
March 3;96(5):388-96. PMID 14996860</ref> Se postula que la H. pylori provoca la
gastritis crónica, que es un factor de riesgo para el reflujo, que a su vez es un factor de
riesgo de adenocarcinoma de esófago.8 Sin embargo, si bien se conoce que H. pylori
provoca gastritis crónica y úlcera doudenal, hay estudios que indican que la presencia de
tal bacteria está pobremente relacionada con daños a la mucuosa esofágica 9 e incluso en
situación de relación inversa entre su presencia y el diagnóstico de esofagitis. 10 11
De acuerdo con el Nacional, "dietas con alto contenido de crucíferas (repollo, brocoli,
coliflor), de otros vegetales amarillos y verdes además de frutas, están asociadas con una
disminución en el riesgo de cáncer esofágico."12 El consumo moderado de café también se
asocia a la disminución de este riesgo.13
Epidemiología
El cáncer esofágico ocupa el noveno lugar, por orden de frecuencia, entre las neoplasias
malignas del mundo, si bien en los países en vías de desarrollo alcanza el quinto lugar. Su
incidencia ha aumentado un 600% en los últimos 30 años con un rango de supervivencia a los
cinco años del 15%. 14 Una característica epidemiológica de estos tumores es su gran
variabilidad geográfica, su incidencia en Europa occidental es de 5 casos por cada 100,000
habitantes, mientras que en el sudeste de África y en otras áreas como Iráno China las tasas
de incidencia superan los 100 casos por cada 100,000 habitantes. Predomina en varones, con
una relación hombre/mujer de 4:1, aunque en algunas zonas esta relación se reduce.
En China, India y Japón, al igual que Reino Unido, y la región que rodea al mar Caspio,
parecen ser los lugares que presentan la incidencia más alta de casos. 15 La American Cancer
Society estima que durante el 2007, aproximadamente fueron diagnosticados 15,560 nuevos
casos de este padecimiento en los Estados Unidos.16 Generalmente la incidencia y mortalidad
es mayor en afroamericanos que en caucásicos.17
Diagnóstico[editar]
Evaluación clínica[editar]
El examen radiológico con contraste demuestra la presencia de un tumor en
aproximadamente el 80% de los casos. Sin embargo, la mejor forma de hacer el diagnóstico
es con la esofagogastroscopia, que implica el paso de un tubo flexible por el esófago y
visualización de la pared, y mediante esta técnica son tomadas biopsias de las lesiones
sospechosas que luego son examinadas histológicamente.
La realización de nuevos análisis se realizan para estimar el estado del tumor. La Tomografía
computarizada (TC) de tórax, abdomen y pelvis, puede evaluar si el cáncer se ha propagado a
los tejidos adyacentes u otros órganos distantes (especialmente el hígado y los ganglios
linfáticos). La sensibilidad de la TC se ve limitada por su capacidad para detectar masas (por
ejemplo, ganglios linfáticos agrandados o de órganos involucrados) en general, de más de 1
cm. La exploración por FDG-PET (tomografía por emisión de positrones) se utiliza también
para estimar si ampliada masas son metabólicamente activas, lo que indica que crecen más
rápidamente que las células que se podría esperar en el cáncer. La eco-endoscopía esofágica
puede proporcionar información en escena en relación con el nivel de invasión tumoral, y la
posible extensión a los ganglios linfáticos locales.
La localización del tumor es generalmente medido por la distancia de los dientes. El esófago
(25 cm o 10 pulgadas de largo) se divide en tres partes, para fines de determinar la
localización. Los adenocarcinomas tienden a aparecer en la porción distal, mientras que los
carcinomas de células escamosas proximalmente, pero no necesariamente.
Histopatología[editar]
La mayoría de los tumores del esófago son malignos. Una proporción muy pequeña (menos
del 10%) son leiomiomas (tumor de músculo liso) o tumores del estroma gastrointestinal. Los
tumores malignos son en general los adenocarcinomas, carcinomas de células escamosas, y,
en ocasiones, carcinomas de células pequeñas. Estos últimos comparten muchas
propiedades del cáncer de pulmón de células pequeñas, y son relativamente sensibles a la
quimioterapia en comparación con los otros tipos.
Tratamiento
El tratamiento está determinado por el tipo celular de cáncer (adenocarcinoma o carcinoma de
células escamosas vs otros tipos), la fase de la enfermedad, el estado general del paciente y
otras enfermedades presentes en el paciente. En general, la nutrición tiene que ser adecuada,
y la higiene dental es vital.
Si el paciente no puede tragar del todo, un stent puede ser insertado en el esófago de los
pacientes; los stents también pueden ayudar a ocluir fístulas. Aunque una sonda
nasogástrica puede ser necesaria para la alimentación mientras se está dando el tratamiento
para el tumor, algunos pacientes requieren una gastrostomía (alimentación por medio de un
agujero en la piel que le da acceso directo al estómago). Los dos últimos son especialmente
importantes si el paciente tiende al aspirado de alimentos o saliva en las vías respiratorias,
que predisponen a la aparición de neumonía.
En 2013 14 se publicó en Nature que el 48% de las muestras analizadas por el equipo del Dr.
Dulak se encontraron alteraciones genéticas potencialmente tratables contrastuzumab, un
anticuerpo dirigido contra el receptor HER2 para los casos de sobreexpresión o amplificación
del gen ERBB2.
La terapia con láser es el uso de una luz de alta intensidad para la destrucción de células
tumorales con la única afección del área tratada. Esta se hace cuando la extirpación por
cirugía no es viable. El alivio de un bloqueo puede ayudar a reducir el dolor y la disfagia.
También existe la terapia fotodinámica, un tipo de terapia láser que involucra el uso de drogas
que son absorbidas por la células carcerígenas y que cuando son expuestas a una luz
especial estas drogas se activan y destruyen a las células tumorales.
La quimioterapia depende del tipo del tumor, pero el tratamiento tiende a ser en base
a cisplatino (carboplatino u oxaliplatino) cada tres semanas con fluorouracilo (5-FU) de
manera continua o cada tres semanas. En estudios más recientes, la adición
de epirrubicina (ECF) fue mejor comparado con otros regímenes en cáncer avanzado no
extirpable.20 La quimioterapia puede darse después de la cirugía (como adyuvante, es decir,
para reducir el riesgo de reincidencia), antes de la cirugía (neoadyuvante) o si la cirugía no es
posible, en este caso, se usan cisplatino y 5-FU.
Pronóstico
en general, el pronóstico del cáncer de esófago es bastante malo, porque una gran parte de
los pacientes se diagnostican en estados avanzados: la tasa global de supervivencia a los 5
años (TS5A) es menor del 5%. El pronóstico individualizado depende mayoritariamente del
estado del cáncer. Aquellos pacientes con un cáncer restringido a la mucosa tienen
aproximadamente una TS5A del 80%, pero se reduce a menos del 50% cuando alcanza la
submucosa. La extensión a la capa muscular propia del esófago representa una supervivencia
a los 5 años del 20%, y la extensión a las estructuras adyacentes al esófago representa un 7%
de TS5A. Los pacientes con metástasis a distancia (en los que no está indicada la resección
quirúrgica) tienen una supervivencia a los 5 años por debajo del 3%. De todos los pacientes a
los que se les somete a cirugía con intención curativa, la TS5A es solamente de alrededor del
25%. Pero estas estadísticas están mejorando, debido a que cada vez más pacientes tienen
un diagnóstico más temprano como consecuencia de la mayor concienciación sobre
el Esófago de Barrett.
Genoma y exoma[editar]
Proteína CDKN2A
Proteína ARID1A
El exoma es la fracción del genoma que codifica para los genes, los estudios exómicos van
alcanzando importancia a medida que avanza la investigación en el cáncer. Dulak y
colaboradores analizaron el exoma de 149 muestras provenientes de biopsias de
adenocarcinoma de esófago. En la tabla se resumen las principales mutaciones localizadas y
su incidencia. De las 17383 mutaciones encontradas, 16516 eran mutaciones no silenciosas,
mientras que 1954 eran mutaciones de inserción, deleción o nulas.
RutaPI3K
RutaPTEN
RutaSMAD-MSH
Las alteraciones somáticas en las rutas de la MAPK (Kinasa activada por mitógenos) y PI3K,
dos rutas requeridas para la proliferación y supervivencia de las células cancerígenas. La ruta
oncogénica más frecuentemente alterada por mutaciones (13%) es la vía de la PI3K, seguida
por la ruta mediada por PTEN.
Dentro de la familia SWI/SNF, se encuentran mutados en el 20% de los casos varios genes
encargados en la remodelación de lacromatina como ARID1A, SMARCA4 y ARID2. ARID1A y
ARID2 se consideran genes supresores de tumores. Otros genes relacionados con la
remodelación de la cromatina son PBRM1 y JARID2, que en conjunto se encuentran con una
tasa de mutación del 24%. El genSPG20 generado por transversiones AA, se encuentra
mutado en el 7% de las muestras analizadas por Dulak y colaboradores. El gen que codifica
para el receptor de tipo toll TLR4 se ve mutado en el 6% de las muestras analizadas,
activando la respuesta inmune innata ante la exposición de patógenos a través de la
heterodimerización con MD-2. Se han reportado polimorfismos de este gen relacionados con
un aumento en el riesgo de aparición de cáncer gástrico mediado por Helicobacter pylori.
Mutaciones observadas TLR4 como p.D379, p.F487 y p.E439 sugieren una incapacidad para
la correcta formación del complejo TLR4/MD-2 y por tanto, considerarse un conductor
potencial en la progresión tumoral. El gen que codifica para la proteína de anclaje de la
proteína kinasa A (AKAP6) se encontró mutado en un 8% de las muestras, la E3 ubiquitina
ligasa, HECW1 (8%) y AJAP1 (6%) median la señalización en las uniones adherentes y por
tanto, mutaciones en estos genes incrementan la capacidad invasiva en cáncer. NUAK1 se
encuentra mutado en el 3% de las muestras, dicha mutación es importante ya que la
sobreexpresión del protooncogén Myc en modelos de carcinoma hepatocelular depende de
NUAK1. El gen MYST3 se encontró mutado en el 5% de las muestras.
Cáncer de esófago
Aunque su incidencia no es muy alta, el de esófago es uno de los cánceres más
graves, ya que suele diagnosticarse en fases avanzadas, lo que complica su
tratamiento. No obstante, contamos con distintas formas de abordarlo.
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