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La Jurisdicción Agraria
La Jurisdicción Agraria
Estudiosos del Derecho Agrario, que influyen sus tesis en diferentes países, y que de acuerdo al
grado de evolución en cuanto a la justicia agraria, consideran a esta disciplina, dependiente del
derecho civil, otros la consideran autónoma, lo que ha creado cierta incertidumbre en cuanto a la
autonomía con relación a la jurisdicción.
Constituye una tarea difícil dar un concepto de jurisdicción valedero para todos los tiempos
y lugares, el primer inconveniente con el cual se encuentra el estudioso del derecho, es con la
relatividad del concepto, ya que cualquier noción de jurisdicción no será valedera para todos los
tiempos ni para todos los espacios geográficos, y solamente será comprensible y hasta aprensible,
refiriéndola al lugar y tiempo en que ha sido definida.
Se afirma que el vocablo jurisdicción deriva de la voz latina "iuris-dictio", lo cual significa
decir, dictar o pronunciar el derecho. Hoy, dentro de una concepción del estado de derecho o
puesta al estado totalitario, la jurisdicción no puede entenderse sino en relación con el "sistema
de la legalidad" y vinculado a la autonomía de su función. Las autoridades administrativas están
obligadas con frecuencia, en el ejercicio mismo de su actividad, a penetrar en la esfera jurídica de
los particulares, como en los casos de expropiación. Pero veamos como dicha autonomía impone,
dentro del propio principio francés de la separación de los poderes, la existencia de los tribunales
administrativos provistos de juristas independientes designados a perpetuidad como miembros
permanentes y unidos a los tribunales ordinarios en el poder jurisdiccional. Las funciones
estatales, conforme a una tradición muy antigua, se reduce por unanimidad de los autores, a tres
grandes clases de actividad: la legislación, la administración y la justicia.
Jurisdicción Laboral y Agraria. La jurisdicción agraria, excluye del conocimiento de los tribunales
agrarios los conflictos laborales, incluso aquellos originados en contrato de trabajo agrario. Ello
significa, que cualquier relación de trabajo agrario subordinado donde se genere un conflicto
laboral, o un riesgo de trabajo en el ejercicio de las labores agrarias, serán del conocimiento de los
tribunales laborales.
JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA.
El artículo 162 de la LTDA crea la jurisdicción especial agraria, que la integran LA Sala de Casación
Social del TribunalSupremo de Justicia y los demás tribunales señalados en el Decreto Ley. En lo
que atañe a la competencia de la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, por
mandato de la ley, se creauna Sala Especial Agraria, la cual en razón de su especialidad, conocerá
no solo de los recursos de casación, sino también de los asuntos contenciosos administrativos que
surjan con motivo de laaplicación de la Ley.
Organización Judicial: Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia y demás Tribunales
señalados en la Ley.
Conforme alo establecido en el articulo 185 de la LTDA, la Sala de Especial Agraria estará integrada
por dos Magistrados de la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia y un conjuez de
la citadaSala, que fungirá como ponente permanente para el conocimiento y decisión de las causa.
Ese conjuez será designada por los miembros de la Sala de Casación Social, y deberá reunir, de
conformidad conel articulo 185 de la LTDA, los mismos requisitos exigidos a los magistrados del
Tribunal Supremo de Justicia, en la Constitución y LOTSJ
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El juez contencioso-administrati
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administrativos por solos motivos de "ilegalidad", pues ello seríacontrario a lo dispuesto en el artículo
259 de la Constitución, que les atri-buye poder para declarar dicha nulidad
Contencioso Agrario
Se presentan los procedimientos administrativos agrarios contenidos en la Ley de Tierras y
Desarrollo Agrario, como garantía del derecho de propiedad y tenencia de la tierra de los particulares
frente a las potestades de la Administración Pública agraria en Venezuela, fundamentalmente ante el
INTI. En tal sentido se analizan los procedimientos de: declaratoria de finca ociosa o inculta,
certificaciones de fincas productivas y mejorables, adjudicación y rescate de tierras con auxilio del
criterio expuesto por la doctrina nacional y por el Tribunal Supremo de Justicia en Sala
Constitucional. La investigación es de carácter documental atendiendo a la doctrina, la legislación y
la jurisprudencia, mientras que el método empleado es el analítico. Se concluye que la garantía de
los derechos de los propietarios, ocupantes, poseedores agrarios e interesados depende del
correcto manejo de los procedimientos, del cumplimiento de los requisitos mínimos de notificación,
del respeto a los límites al ejercicio del poder discrecional, y en general del conocimiento del derecho
agrario. Se recomienda una mayor difusión y divulgación del contenido de la Ley tanto para los
propietarios, ocupantes poseedores agrarios e interesados como para el los funcionarios del INTI,
especialmente los que laboran en las Oficinas Regionales de Tierras.
Palabras clave: Procedimientos administrativos agrarios, tierras, certificación de fincas, adjudicación,
rescate
En el mismo texto constitucional se establece el principio al debido proceso en todas las actuaciones
administrativas (CRBV, artículo 49), principio que va a permitir instrumentar el referido derecho de
petición. De tal forma, que toda petición presentada ante la Administración Pública debe transcurrir
necesariamente por un procedimiento, el cual se configura como un medio idóneo para concretar el
derecho de petición y lograr que la Administración sea eficaz, transparente, imparcial y actúe con
apego al derecho, pues permite despersonalizar la relación Administración-ciudadano o
administrado, haciendo desaparecer los vínculos personales.
Así las cosas, el procedimiento administrativo se erige como una de las garantías de los derechos de
los particulares cuando se vinculan con la Administración Pública en una relación en la cual ésta
última actúa en ejercicio de potestades y no de derechos, en definitiva en una relación en función del
interés público.
Por una parte, la Administración se presenta en estas relaciones armada con sus potestades
generales: reglamentaria, impositiva, expropiatoria, policial, sancionatoria, entre otras, que la Ley le
atribuye por su condición de tal; y por la otra, el particular mantiene, en estas situaciones de
aparente sujeción general, posiciones activas capaces de imponerse a la Administración, de modo
que en realidad la situación no puede describirse sino en un entramado de posiciones activas y
pasivas para las dos partes (García de Enterría y Fernández, 1998).
En tal sentido el procedimiento administrativo en la practica traduce una relación jurídica entre la
Administración Pública y el administrado de naturaleza procedimental, por tanto no se reduce a ser
una mera ordenación técnica de la actividad de una pluralidad de sujetos (y de órganos), sino una
relación jurídico-procedimental que se traba entre la Administración Pública que tiene la condición de
parte y donde se coordinan las distintas intervenciones en torno a un vínculo dinámico y evolutivo,
desarrollado en derechos, obligaciones y cargas, que se mantienen a través de las distintas fases o
momentos cronológicos de dicho procedimiento hasta culminar con la decisión final.
Esas potestades, como lo ha señalado la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en
sentencia del 22 de marzo del 2004, Caso: Sociedad Civil Agropecuaria Guanaca, ubican en una
posición exorbitante “…a la Administración respecto de la situación jurídica de los particulares
imposibilitados de hacerse justicia por propia mano… ” por lo cual se requiere “…con mayor razón, un
efectivo respeto a las garantías y derechos de los particulares afectados por la aplicación del mismo,
esto es, de todas las personas cuya situación va a ser modificada, innovada, por la Administración
en ejercicio de sus competencias y potestades atribuidas por el ordenamiento”.
La doctrina ha señalado distintas clasificaciones de los elementos de la relación jurídica en general,
pero en cuanto a los elementos de la relación jurídico-procedimental Araujo Juárez (1998) y Leal
Wilhem (2001) coinciden al señalar que dichos elementos son: los sujetos, el objeto, el contenido, y
origen.
2.1. Sujetos
El sujeto activo es el titular del interés protegido y de las facultades que esa protección importa; y el
pasivo, es el titular de los derechos que acompañan a esas facultades (Araujo Juárez, 1998).
En el procedimiento administrativo agrario como en toda relación jurídica existen sujetos cuyo
número depende de la fisonomía del procedimiento. En un procedimiento de fisonomía lineal los
únicos sujetos son: la Administración Pública, como juez y parte, actuando de manera unilateral, y el
particular. En un procedimiento de fisonomía triangular existen dos o mas administrados enfrentados
entre sí y la Administración Pública asume un papel arbitral.
Conforme a la LTDA la mayor parte de las relaciones jurídico-procedí mentales posibles son de
fisonomía lineal. Por consiguiente, la Administración Pública término necesario de la relación
administrativa agraria de naturaleza procedimental, se encuentra representada por un ente de
naturaleza institucional en función administrativa, dichos entes pueden ser: el INTI, el INDER o la
CVA.
2.2. Objeto
Para Araujo Juárez (1998:206), el objeto “… está constituido por el interés que garantiza y regula al
relación”. Conforme a Leal Wilhem (2001:53), “el objeto de la relación administrativa son siempre
conductas humanas. Nunca son el objeto de la relación las cosas o bienes, pues una relación
jurídica solo puede plantearse entre seres humanos. Esa conducta es la del particular, ya sea como
obligado... O la de la persona cuya conducta se imputa no a ella sino a la administración pública, al
ente público”.
En la relación administrativa agraria global el objeto se encuentra conformado por la obligación tanto
de la Administración como del administrado de darle efectivo cumplimiento de la función social a la
cual están sujetas todas las tierras con vocación agraria, es decir, la productividad agraria, dicha
productividad de acuerdo a la exposición de motivos de la ley “…viene a ser un concepto jurídico
indeterminado que funge como patrón de medición de la adecuación que exista entre la tierra objeto
de propiedad y su función social” (DFLDTA, 2001: Exposición de motivos)
El contenido son los derechos subjetivos, facultades, potestades, intereses; y, las obligaciones,
deberes, cargas que corresponden a los sujetos de la relación. “Es el conjunto de facultades que la
relación jurídica garantiza al sujeto activo, y de deberes que impone al sujeto pasivo una situación de
sujeción, la cual a su vez puede tener dos aspectos: la facultad de actuar que comprende el derecho
subjetivo como el interés legítimo; la facultad de inhibirse que se designa con el nombre de carga”
(Araujo Juárez, 1998:206).
Así las cosas, forman parte del contenido de las relaciones administrativa agrarias, por una parte, la
potestad expropiatoria, la potestad impositiva, la potestad reglamentaria, en fin las potestades
públicas, y todo el conjunto de atribuciones en cabeza de los entes agrarios, especialmente del INTI,
que cumplen una función de interés general; y, por la otra, el derecho de propiedad y sus garantías,
el derecho al debido proceso, el derecho a la defensa, el derecho de petición y oportuna respuesta,
el derecho a la tutela judicial efectiva y todos aquellos que se ellos se derivan.
Así, el procedimiento administrativo está constituido por una serie de actos intermedios de índole
peculiar llamados actos procedí mentales cumplidos por los administrados o por la propia
Administración Pública, con la finalidad de preparar el acto terminal, que es la decisión. Siendo un “…
instrumento formal para conseguir una decisión… ” (Araujo Juárez, 1998:243), o “…un proceso… ” (Leal
Wilhem, 2001:119), se comprende que se encuentre dividido en una serie de fases las cuales en
principio pueden ser divididas en: iniciación, sustanciación, terminación y eventualmente, de
integración o ejecución.
3.1. Declaratoria de finca ociosa o inculta
Conforme al artículo 119 numerales 2 y 3 de la LTDA es competencia del INTI determinar el carácter
de fincas ociosas o incultas y otorgar respectivo certificado. El ejercicio de las atribuciones del ente,
la ley lo distribuye entre sus órganos, específicamente, las Oficinas Regionales de Tierras,
encargadas de sustanciar los procedimientos de declaratoria de tierras ociosas o incultas, y el
Directorio del INTI, al cual las Oficinas Regionales deben remitir las actuaciones para que declare las
tierras como ociosas o incultas. El procedimiento de declaratoria de finca ociosa o inculta es un
procedimiento constitutivo del tipo sancionatorio, pues sus resultas pueden incidir negativamente en
el ámbito jurídico de los propietarios de las tierras.
3.1.1. Iniciación
Se inicia de oficio con una decisión de la autoridad competente, la cual debe expresar el objeto del
procedimiento administrativo. Ésta constituye un acto de trámite, y como tal, en principio, no será
susceptible de impugnación autónoma, no requiere ser motivada5, aunque resulta lógico que se
haga referencia a las circunstancias determinantes del mismo. El procedimiento de declaratoria se
incoará por las causas siguientes:
a. Por decisión del órgano competente, por iniciativa propia. Conforme el artículo 36 las Oficinas
Regionales de Tierras tiene la potestad de acordar la apertura de la averiguación de oficio cuando
exista presunción de que determinadas tierras se encuentran ociosas o incultas en cuyo caso la
Oficina ordenará la elaboración de un informe técnico
b. Por decisión del órgano competente como consecuencia de una denuncia. En este sentido el
artículo 35 de la LTDA establece la posibilidad de que cualquier ciudadano presente denuncia
motivada ante la Oficina Regional de Tierras, cuando tenga conocimiento sobre la existencia de
tierras o incultas. La Oficina Regional considerando la fundamentación de la denuncia, dentro de los
tres (3) días hábiles siguientes a la recepción de la denuncia, decidirá sobre la apertura de una
averiguación y ordenará la elaboración de un informe técnico. La denuncia referida es de naturaleza
facultativa, el administrado formula la denuncia voluntariamente lo cual configura “… el ejercicio
privado de funciones públicas” (Araujo Juárez, 1998:275); y, no obliga a la Administración Pública
Agraria a actuar, sino que en vista de los hechos denunciados, la Administración decide sobre la
tramitación del procedimiento administrativo que de llegar a incoarse, habrá de considerarse iniciado
de oficio, en virtud de la decisión adoptada en tal sentido por la Administración.
Por otra parte, la LTDA faculta a las Oficinas a realizar “averiguaciones” sobre las tierras propiedad
de particulares, estas averiguaciones configuran un “su