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EDUCAR EN VALORES A TRAVÉS DE LA MÚSICA EN UNA

ESCUELA PARA TODOS

Línea Temática: 1. Experiencias pedagógicas e Innovación en ámbitos


educativos no universitarios

Azorín Abellán, Cecilia María


Dpto. de Didáctica y Organización Escolar, Facultad de Educación, Universidad de Murcia. Campus
Universitario de Espinardo, 30100, Murcia, ESPAÑA cmaria.azorin@um.es

Resumen: El objetivo principal de esta experiencia innovadora ha sido diseñar e implementar una
propuesta didáctica de educación en valores en el aula de música. Se ha utilizado un diseño metodo-
lógico cuasi-experimental de grupo único. Se trata de observar si a través de una programación ba-
sada en el valor de la solidaridad se adquiere por parte del alumnado cambios conductuales deriva-
dos de la misma. Se ha llevado a la praxis escolar con tercer ciclo de educación primaria (concreta-
mente 6º curso) en un centro de la Región de Murcia, con una duración de 7 sesiones. Tras el análisis
de los cuestionarios (inicial de ideas previas y final de evaluación) diseñados ad hoc y de la propia
experiencia educativa, los resultados muestran la gran acogida de los discentes a las actividades
propuestas, que han participado de forma activa y motivada en todo momento. En conclusión, se ha
constatado a corto plazo un cambio en la conducta del alumnado y su aproximación al concepto-idea
del valor solidaridad.

Palabras Clave: música, educación en valores, solidaridad, educación primaria.

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Introducción

La sociedad contemporánea vive inmersa en una grave crisis de valores. Estamos sumergidos en una
espiral de violencia, consumismo, discriminación, desigualdad, competitividad… Según Touriñán
(2009) las rápidas transformaciones que acontecen en la sociedad afectan directamente a todos los
agentes educativos (familia, escuela, Estado…) y, en consecuencia, se ocasionan procesos dinámi-
cos de cambio en los sistemas de valores asociados a las culturas. En este contexto surge un con-
cepto de sociedad con crisis de valores y emulsión de nuevos valores fusionados con otros ya exis-
tentes. Bajo esta coyuntura surge la cuestión ¿nos encontramos ante una crisis de valores de la so-
ciedad actual o vivimos una crisis de los valores tradicionales? Según Fabelo (2003), un indicador de
la agudeza de dicha crisis es que el hombre ponga en peligro su existencia (guerras, contaminación,
cambio climático…). En el ámbito educativo, la praxis diaria en el aula de educación primaria desvela
una ausencia de disciplina, amabilidad, respeto, sinceridad, gratitud… El alumnado se muestra insoli-
dario, individualista, competitivo, agresivo… Ante la necesidad de una respuesta por parte de la co-
munidad educativa, Peñalver (2010, 1) opina que “debemos introducir en el currículo de nuestros
centros educativos un tipo de enseñanza que responda a estos problemas sociales y que tenga pre-
sente la formación en valores básicos”. Según Herrera (2007, 2):

“Cada día se hace más necesaria la presencia de la educación en valores en el currículo los
diferentes niveles educativos, pues a nadie se le escapa la suma de deterioros que estamos sufriendo
actualmente en las sociedades industrializadas: en el respeto, en la convivencia, en la justicia social,
en el cuidado del medio ambiente, etc.”

Para que la sociedad avance hacia un horizonte comprometido, la escuela debe atajar esta crisis y
llevar a cabo una educación en valores que logre la consecución de personas íntegras, que tengan
una actitud crítica ante la vida y sean coherentes con sus pensamientos y acciones. Imbernón (2002)
considera que la educación por sí sola no puede introducir los cambios necesarios en las sociedades
pero sí puede actuar como instrumento fundamental para promover cambios en las mismas. A
colación de lo expresado surge este proyecto de innovación cuyo “leitmotiv” gira en torno a la relación
música-valores, que pretende trabajar el valor de la solidaridad en el aula de educación primaria a
través de la música. La solidaridad es un valor opuesto al individualismo, se refleja en el servicio y
busca del bien común, su finalidad última es ayudar a los demás, solucionar sus carencias.
Precisamente, durante la etapa de educación primaria el alumno se desarrolla de forma integral,
construye su personalidad e interioriza los valores que guiarán su futuro comportamiento en la
sociedad. El profesorado debe tomar conciencia de su labor y diseñar propuestas didácticas acordes
a las necesidades de su realidad educativa. Se han programado actividades innovadoras, próximas a
los intereses del alumnado, con personajes famosos afines a ellos para captar su atención, vídeos,
inmersión de las TIC en las actividades diarias (diseño de un Blog a tal efecto) lo que ha derivado en
una respuesta idónea del alumnado que ha mostrado un extraordinario interés por las mismas. El fin
último de esta experiencia ha sido trabajar la figura de la persona solidaria (el voluntariado) en el
quehacer diario del niño/a, en su realidad más inmediata, su clase, su barrio, su casa y a su vez,
reflexionar sobre la importancia de actuar de forma solidaria en la vida cotidiana, favorecer un cambio
de conducta tras la implementación de este proyecto y otorgar una serie de pautas metodológicas a
los discentes para adquirir esa conciencia solidaria a través del trabajo de las distintas actividades
musicales diseñadas.

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Concepto de valor, solidaridad y voluntariado

El concepto de valor es amplio y dinámico, conlleva atributos cognitivos, afectivos y motivacionales.


Los valores son afines a la persona, afectan a su conducta, configuran sus ideas y determinan sus
sentimientos. Según Ortega y Mínguez (2001, 20-21):

“El valor es un modelo ideal de realización personal que intentamos, a lo largo de nuestra vida,
plasmar en nuestra conducta, sin llegar a agotar nunca la realización del valor. El valor es como una
creencia básica a través de la cual interpretamos el mundo, damos significado a los acontecimientos
y a nuestra propia existencia”.

Admitimos que el valor es una creencia pero también, un sentimiento. Al respecto, Díaz (2001, 51)
expresa “valor es lo que mueve mi corazón, imanta mi vida, me hace existir, ser, moverme. Cuanto
menos valioso es algo para mi, tanto más se aleja de mi horizonte”. Incluso de forma inconsciente, el
ser humano tiende a mostrar sus propios valores en las relaciones sociales así como a evaluar los de
otros en relación a sus conductas. El valor adquiere su sentido dentro de un contexto en el propio
proceso de socialización. A modo de conclusión, Ortega y Mínguez (2001, 27) concretan que “los
valores no están fuera de nosotros, son como el aire que respiramos, vivimos en ellos”.

El Diccionario de la Lengua Española define solidaridad como “adhesión circunstancial a la causa o a


la empresa de otros”. Según Camps (1994) solidaridad significa sentimiento de comunidad y afecto
hacia el necesitado, con obligaciones y necesidades comunes, una participación activa y el reconoci-
miento de ayuda al otro. La solidaridad es entendida como un valor que tiene connotaciones afecti-
vas, se trata de un sentimiento de participación que nos lleva al auxilio, a prestar nuestra ayuda a
aquellos que la necesitan. La solidaridad es un valor que se aprende, el individuo no nace con valores
desarrollados. Vicente (2007, 25) entiende que:

“La solidaridad, al igual que todos los valores, debe aprenderse ya que no nacemos personas
solidarias. Desde este punto de vista, la educación juega un papel esencial en la aprehensión de tal
valor. Este aprendizaje estará fundamentado en la experiencia y en el contacto con personas que
muestran conductas solidarias”.

No podemos obviar que la solidaridad es un valor que se manifiesta en la mayoría de las ocasiones a
través de la acción de voluntariado. Según Ortega y Mínguez (2001), cuando hablamos de solidari-
dad, debemos concretar que su forma más representativa es el voluntariado. Una persona voluntaria
es aquella que, sensibilizada por la situación social de los colectivos desfavorecidos, excluidos o
marginados, decide, de manera altruista y solidaria participar en proyectos dentro de una organiza-
ción de voluntariado. En definitiva, el voluntariado es un medio para llegar al camino de la solidaridad,
un vehículo que nos transporta a un mundo de agradecimiento, maduración, sensibilización y actitud
crítica. El voluntario ofrece su tiempo, recursos, trabajo y recibe a cambio satisfacción, aprendizaje,
experiencias, relaciones humanas y lo más importante, la creación de una sociedad que se preocupa
por los demás y se ayuda mutuamente.

Educación en valores: la institución educativa y familiar como principales agentes


transmisores de valores

La formación del discente será completa cuando éste adquiera conocimientos, destrezas, habilidades
y aquellos valores morales que le permitan situarse en el mundo de una manera responsable y
solidaria. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, explica
que es necesario introducir la educación en valores en la educación para que los individuos adquieran
una verdadera formación cívica. Como afirma Esteban (2007) educar en valores significa fomentar su
práctica, tras mucha dedicación florecen ciertos comportamientos y maneras de pensar. La educación

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en valores es un camino básico para promover importantes mejoras sociales. La escuela y la familia,
son los principales agentes transmisores de valores. Ambas instituciones, deben postularse hacia un
marco de acción conjunta y entendimiento mutuo que no genere contradicción al discente. Para
Hernández (2001, p. 517) “la educación en valores requiere de un conjunto de experiencias que han
de ser vivenciadas por el alumno en su contexto más inmediato, no exclusivamente el escolar, sino
desde diversos ámbitos, especialmente, el familiar”. Por otro lado, Hernández y Sánchez (2008,3)
consideran que:

“Hemos pasado de una inexistencia curricular de los valores a una escolarización excesiva de los
mismos, hasta el punto de que las instituciones más básicas en la educación en valores, como es la
familia, están experimentando una crisis de sus funciones, así como una incapacidad para la
transmisión de valores delegando esta competencia en la escuela”.

Según García (2005), la familia es el primer grupo social que educa y enseña a los niños las reglas,
normas y conductas que la caracterizan. La escuela complementa la formación en valores que el
discente recibe en su hogar. A veces, las condiciones familiares no son las idóneas para una adecua-
da formación, el papel de la escuela en este sentido es fundamental.

Formación del profesorado y del alumnado en educación en valores: solidaridad

Los docentes necesitan conocer perspectivas teóricas, criterios y estrategias en su formación para
llevar a cabo una intervención pedagógica basada en la educación en valores. Deben perfeccionarse
a lo largo de su vida, renovarse sobre las necesidades cambiantes de la sociedad y, especialmente,
de su alumnado así como plasmar una visión cercana a un currículo verdaderamente comprometido
con la educación en valores dentro de su aula. Alonso, Pereira y Soto (2003) advierten que la escuela
debe abordar la educación en valores de forma intencional, sistemática y explícita. La formación del
profesorado debe estar encaminada a desarrollar en él aquellas competencias que le faciliten una
óptima intervención pedagógica. En cuanto al alumnado, la educación en valores en la etapa de edu-
cación primaria contribuye a la formación de los futuros ciudadanos que conformarán nuestra socie-
dad. En este sentido, es básico que nos planteemos qué valores son los que adquieren los discentes
en las aulas.

Respecto a la solidaridad en el ámbito educativo, es necesario que nuestros alumnos despierten su


interés solidario y preocupación por los demás, que desarrollen conductas dirigidas hacia la
consecución de este valor que, en ocasiones, tan alejado queda de la realidad del aula y del niño.
Ortega y Mínguez (2001) proponen un itinerario que consideran necesario para la educación en la
solidaridad: toma de conciencia de las situaciones de marginación y pobreza de individuos y pueblos,
descubrimiento de las causas que producen la marginación y la pobreza, reconocimiento de la
dignidad de toda persona que reclama una respuesta, entendimiento del carácter global de los
problemas que afectan a la humanidad, cuya solución demanda la respuesta de todos, encuentro de
la solidaridad en el entorno más próximo, la solidaridad en mi conducta personal y compromiso y
formas de actuación. Se propone una formación de actitudes positivas hacia la participación social y
el desarrollo de la conciencia moral. Se trata de una moral compasiva entendida como encuentro con
el otro.

Proyecto de innovación: música y educación en valores

La música es un vehículo idóneo para trabajar los valores. Según Alonso, Pereira y Soto (2003) la
música es un instrumento educativo para la expresión de valores y sentimientos. A través de la edu-
cación musical, los discentes participan en producciones de forma cooperativa, establecen relaciones
sociales, trabajo en equipo… Herrera (2007) considera que desde la educación musical podemos
elaborar un marco de actuación idóneo para trabajar aspectos como la libertad, autonomía personal,

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autoestima, honestidad, felicidad, espíritu crítico, igualdad, solidaridad, pluralismo, cooperación, amor,
creatividad… La educación musical puede ser un aliado fundamental para adquirir no sólo los
objetivos propios de la materia sino también los relacionados con la educación en valores, logrando
así una verdadera educación transversal, plural y global. Willems (1976) afirma que la música puede
contribuir a la educación en valores, proporciona una atmósfera próxima al adolescente y sus
intereses. Lo realmente positivo sería que la educación en valores se configurara como eje
vertebrador de la enseñanza a través de todas las áreas. La figura del profesor de educación musical
como educador en valores es decisiva. En ocasiones, los docentes se centran en la transmisión de
conocimientos y capacidades musicales ignorando la posibilidad de aprender valores a través de un
medio tan indicado como es la música. A veces, el profesorado de música se limita a la enseñanza de
la materia sin advertir el enorme potencial que puede tener ésta en cuanto a la educación en valores,
relegando dicha tarea a otros ámbitos cuando la música es, por excelencia, un elemento efectivo de
comunicación y transmisión de ideas, sentimientos y valores. Autores como Correyero y Melgarejo
(2010) afirman que a través de las canciones se conecta con emociones, sentimientos, miedos,
sueños, etc. y en ellas se ofrece una visión del mundo en la que se describen aspectos cotidianos,
fantásticos y se hacen presentes valores y contravalores. Hernández y Sánchez (2008) añaden que
las canciones pueden ser utilizadas como un recurso de gran utilidad en la educación en valores al
disponer de un discurso propio, un contenido, una letra o un mensaje. Desde el contexto de la
enseñanza de la educación musical, surge la necesidad de desarrollar materiales que faciliten la
praxis del aula y el proceso de enseñanza-aprendizaje, al mismo tiempo que fomenten la educación
en valores.

En la última década, ha habido una gran proliferación de artículos y experiencias relacionadas con la
temática música y valores: Alonso, Pereira y Soto (2003), Márquez (2003), Fernández (2003), García
(2005), Herrera (2007), Riaño, González y Guerra (2007), Vicente (2007), Hernández y Sánchez
(2008), Ferrer (2009), Correyero y Melgarejo (2010), Porcel (2010), Peñalver (2010) y Tiburcio (2010)
entre otros. La mayoría de los antecedentes e investigaciones giran alrededor de la canción y el
análisis de su texto, forma más común de evaluar connotaciones valorales y musicales que la
canción, como recurso educativo, puede ofrecer al ámbito de la educación musical. En este sentido,
se plantea un proyecto innovador que trata desde la perspectiva didáctica todos los ámbitos
musicales (canto, audición, instrumentación, movimiento…) a través de una propuesta que integra de
forma globalizada la temática de educación en valores en el aula de educación musical y ámbito de
Educación Primaria. La finalidad de este proyecto es dar respuesta a una necesidad demandada por
la sociedad contem-poránea, reflexionar sobre la importancia de la solidaridad en nuestras vidas y los
posibles cambios de conducta que pueden ser generados en los discentes a partir de programaciones
didácticas, lo-grando a través de esta experiencia educativa, una mayor conciencia de los valores
mediante la mú-sica, vehículo idóneo de transmisión.

Objetivos

El objetivo principal es diseñar e implementar una propuesta de educación en valores innovadora en


el aula de educación musical para concienciar al alumnado de 6º curso de educación primaria de la
importancia de la solidaridad en sus vidas. Los objetivos operativos han sido: crear actividades origi-
nales, elaborar un cuestionario inicial para conocer las ideas previas del alumnado sobre el valor de la
solidaridad, elaborar un cuestionario final de evaluación para conocer el grado de conocimiento
adquirido así como valorar la opinión del alumnado en relación a las tareas propuestas y el posible
cambio de conducta tras la finalización del proyecto pedagógico diseñado.

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Metodología

Se ha utilizado un diseño cuasi-experimental de grupo único llevado a cabo en el aula de música de


educación primaria. La muestra participante se ha compuesto de 24 alumnos (14 niñas y 10 niños) de
tercer ciclo, concretamente 6º curso. La recogida de datos se ha realizado a través de dos cuestiona-
rios, uno de evaluación inicial y otro de evaluación final para constatar el cambio en el pensamiento
del alumnado respecto al valor de la solidaridad y nivel de concienciación en su vida cotidiana.

Actividades

1.- Disco-fórum de la canción “Ay Haití”. Audición y ficha sobre la misma para completar las palabras
eliminadas del texto de la canción. Visionado del vídeo con música y letra a modo de karaoke (dispo-
nible en http://www.youtube.com/watch?v=kHXEVfV4S4s). Análisis de la letra y comentario de la
misma.

Imagen aula de informática: disco-fórum. Autora: Cecilia Mª Azorín

2.- Lluvia de ideas en la pizarra sobre la solidaridad y palabras relacionadas con este valor que apa-
recen en la canción.

3.- Propuestas solidarias en el aula de educación musical con cartulinas de colores para decorar el
aula. Ejemplo (ver imagen): “participar en un concierto solidario en el colegio para recaudar fondos
por una buena causa”.

Imágenes: realización de cartulinas solidarias. Autora: Cecilia Mª Azorín

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4.- Cadeneta de percusión corporal a modo de improvisación: un alumno propone una palabra rela-
cionada con la solidaridad según la lluvia de ideas realizada anteriormente y un ritmo, una vez ejecu-
tado, el resto del grupo-clase repentiza.

5.-Audición-vídeo de la canción Chiquitita, versionada por Amaia Montero. Comentario y debate de


esta canción comercializada en el período navideño con fines solidarios en colaboración con Unicef.

6.- Instrumentación con láminas de la canción Imagine de John Lennon (himno solidario por excelen-
cia). Provocación de un conflicto, no hay instrumentos de láminas para todos, ¿cómo nos organiza-
mos? Tocamos por alternancia de parejas o tríos, al finalizar, reflexionamos sobre lo ocurrido ¿hemos
respetado los turnos? ¿nos hemos comportado de forma solidaria con el compañero?

7.- Visita al Blog “Solidaridad en el aula de música” (disponible en


http://solidaridadaulademusica.blogspot.com/). Realización de las actividades propuestas en el Blog,
completamos fichas sobre las mismas: se realizan cuestiones del tipo ¿cuándo es el Día Internacional
de la Solidaridad?, lectura de frases solidarias, instrumentación del Himno de la Alegría con flauta.

8.- Visionado canción Solaridad de Eros Ramazzotti e interpretación con cazú de la misma.

Imagen ensayo coreografía (Autora: Cecilia Mª Azorín)

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9.- Canción Solidaridad de Cecilia Mª Azorín, canto y coreografía.

Recogida y análisis de resultados

La evaluación de esta experiencia de innovación se ha realizado mediante la recogida de información


de los siguientes instrumentos: cuestionario inicial y final, observación directa, grabación en vídeo de
las actividades-tareas propuestas y producciones de los escolares (dibujos, fichas, materiales impre-
sos, debates, participación, coreografía, instrumentaciones...). Las actividades más valoradas por el
alumnado han sido el Blog "Solidaridad en el aula de música", la canción "Solidaridad", el disco-fórum
sobre Ay Haití y las cartulinas solidarias.

Podemos deducir de ello que las actividades implementadas a través de las tecnologías de la
información y la comunicación (visita al Blog, vídeos Youtube...) han sido acogidas por los discentes
con gran entusiasmo, conectando a la perfección con sus intereses. Toda actividad propuesta a
través del trabajo por ordenador adquiere mayor significación y relevancia para ellos, logrando
conectar de un modo óptimo y adquiriendo mayor motivación y por tanto, una mayor eficacia del
mensaje transmitido. La canción "Solidaridad" ha sido la segunda actividad más votada. Al finalizar el
proyecto se organizó una audición para el colegio en la que el grupo-clase interpretó dicha canción y
su coreografía. El alumnado mostró compromiso por aprender su letra, sonoridad y movimiento
(coreografía). La tercera actividad mejor considerada ha sido el disco-fórum Ay Haití, los discentes
han reconocido en él sendos personajes famosos como Shakira, Alejandro Sanz, Andrés Iniesta…
famosos que han captado su atención. Por último, la elaboración de propuestas solidarias a partir de
cartulinas de colores. Durante esta experiencia, se puso un CD con música de fondo recopiladora del
proyecto solidario (Imagine, Ay Haití, Solaridad, Chiquitita, Himno de la Alegría...). Esta fusión del
área de artística: educación plástica y educación musical (escucha, manualidad y decoración de la
cartulina) supuso un espacio de relax y disfrute para el alumnado con una atmósfera idónea para el
préstamo de materiales, ayuda entre compañeros para la elaboración de las cartulinas, etc. Por otro
lado, las actividades con un grado mayor de componente teórico han resultado menos lúdicas y
motivadoras para el alumnado, como son: lectura-debate de frases solidarias, lluvia de ideas...

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Conclusiones

Deberíamos reflexionar sobre aquello que consideramos necesario en nuestras vidas y advertir que
los cambios, comienzan en uno mismo. Para lograr todo cuanto deseamos, tenemos que obrar según
los valores que pretendemos que guíen nuestra existencia, nuestra vida y confiar en futuro mejor.

Respecto a los objetivos planteados al inicio de la propuesta didáctica podemos decir que se ha
observado una evolución en el comportamiento del alumnado adquiriendo un mayor conocimiento
sobre el valor de la solidaridad. Se ha realizado una reflexión conjunta concibiendo como
imprescindible el trabajo de valores en el aula de educación primaria y toma de conciencia de la
importante labor que el profesorado aporta a la educación de los discentes, puesto que los
alumnos/as son los futuros ciudadanos de una sociedad en la que es muy complicado hoy día man-
tener unos hábitos mínimos de convivencia y la adquisición de valores tan necesarios como son:
igualdad, respeto, justicia, libertad, solidaridad... Finalmente el alcance de los objetivos operativos ha
sido óptimo en relación a la programación didáctica, creación de actividades originales e innovadoras
y la confección de cuestionarios de evaluación inicial y final. A través de esta experiencia, hemos
conseguido unir la educación en valores con la educación musical de una forma cohesionada,
demostrando así que ambas pueden coexistir y potenciarse. A su vez, insistimos en la importancia de
que la adquisición de valores debe lograrse con el trabajo conjunto de todo el profesorado, áreas... y
con la participación de la comunidad educativa al completo: padres, profesorado, alumnado,
instituciones educativas... Como conclusiones finales podemos extraer las siguientes reflexiones:

1.- Constatación de una decadencia de valores que ha sido observada en el alumnado participante en
este proyecto. Es fundamental implementar proyectos relacionados con la educación en valores
desde todas las disciplinas en la etapa de educación primaria que trabaja con edades tempranas (6-
12 años) en las que la conformación de la personalidad está principalmente alimentada por el modelo
familiar y la educación escolar. Podemos decir que tras la aplicación de este proyecto hemos
denotado un cambio en la actitud, conducta y pensamiento de nuestro alumnado.

2.- Revitalización del poder de la música como vehículo idóneo de transmisión de valores. La música
es capaz de establecer un sólido puente entre la educación propia de la propia materia y la educación
cívica-moral y se configura como un lenguaje universal que atiende a la perfección las demandas de
una sociedad cada vez más compleja a nivel relacional y valoral.

3.- Necesidad de implementar proyectos cuyos frutos deben ser recogidos a largo plazo. Este tipo de
temáticas necesitan de un marco temporal espaciado en el tiempo para la afloración de conductas y
consolidación de las mismas. La continuidad de los proyectos es vital para su éxito y efectividad.

4.- El poder de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en las generaciones actuales. El


alumnado responde con rechazo ante la tradicional dictadura del libro de texto. Sin embargo, acogen
positivamente las unidades didácticas, tareas, proyectos, actividades... cuya realización supone el
uso de ordenadores, presentaciones visuales, pizarras digitales, etc. con las que conectan de forma
lúdica y motivadora.

5.- Importancia del compromiso por parte del profesorado. El profesorado debe renovarse,
perfeccionarse, reciclarse en relación a las TIC así como actuar de forma comprometida en la
elaboración de materiales actuales e interesantes para el alumnado según la realidad de su aula. La
implicación por parte del profesorado es fundamental para el éxito de estos proyectos así como la
colaboración con profesionales de otras áreas, cuya coordinación se hace prioritaria en la sociedad
contemporánea (primacía de una mayor transversalidad, globalización e interdisciplinariedad).

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Finalmente, la música se configura como un vehículo idóneo de transmisión de valores. Se espera
que este proyecto de innovación sirva como germen de futuras investigaciones así como de
referencia para otros docentes que puedan aplicarlo en sus aulas.

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Reseña curricular de la autoría

Cecilia Mª Azorín Abellán es Maestra especialista en Educación Musical (Premio Extraordinario Fin
de Carrera, Universidad de Murcia) y Máster Universitario en Investigación e Innovación en
Educación Infantil y Educación Primaria.

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