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diafragmática
La respiración diafragmática es una de las técnicas para alcanzar un mayor de relación física y mental. Es
una forma básica de técnica de control del estrés y es precursora de todas las demás técnicas de
entrenamiento mental. La idea central de esta técnica es centrar todos los pensamientos en la respiración
(el cual es un aspecto fisiológico controlable) para despejar la mente y así aumentar la capacidad
atencional.
La respiración diafragmática lleva gran cantidad de aire a la zona baja de los pulmones, que es la que tiene
más capacidad (observa la ilustración), por ello garantiza una mejor ventilación, captación de oxígeno y
limpieza de los pulmones con la exhalación.
Además, la contracción y distensión de la membrana diafragmática tiene claros beneficios físicos dado
que ejerce una masaje a los riñones, al hígado, al bazo, al páncreas, así como a los órganos digestivos
favoreciendo el movimiento peristáltico y la función de asimilación, también ayuda a un mejor
funcionamiento del tránsito intestinal al estimular el intestino grueso, y, lo más importante es que reduce
el trabajo del corazón dado que actúa a modo de bomba, o segundo corazón, sobre las venas aorta y cava
en el bajo abdomen facilitando la circulación venosa hacia el corazón. El nervio neumogástrico, conocido
como “vago”, empieza en la caja craneal y desciende por el cuello y el tórax hasta llegar al abdomen.
Recorre los sistemas cardiovascular, respiratorio y digestivo, inervando todos sus órganos y glándulas. El
nervio vago confiere sensibilidad a las mucosas respiratorias (faringe, laringe, esófago, tráquea, pulmones
y bronquios) y transmite el ritmo, la fuerza y la frecuencia en la respiración. Es el nervio vago el que pone
en comunicación el diafragma con el cerebro, entre psique y soma o soma y psique y transmite nerviosismo
o sosiego, ira o calma.