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Mareas

La marea es el cambio periódico del nivel del mar producido principalmente por las fuerzas de
atracción gravitatoria que ejercen el Sol y la Luna sobre la Tierra. Aunque dicha atracción se
ejerce sobre todo el planeta, tanto en su parte sólida como líquida y gaseosa, nos referiremos
en este artículo a la atracción de la Luna y el Sol, juntos o por separado, sobre las aguas de los
mares y océanos. Sin embargo, hay que indicar que las mareas de la litosfera son prácticamente
insignificantes, con respecto a las que ocurren en el mar u océano (que pueden modificar su
nivel en varios metros) y, sobre todo, en la atmósfera, donde puede variar en varios km de altura,
aunque en este caso, es mucho mayor el aumento del espesor de la atmósfera producido por la
fuerza centrífuga del movimiento de rotación en la zona ecuatorial (donde el espesor de la
atmósfera es mucho mayor) que la modificación introducida por las mareas en dicha zona
ecuatorial.

Otros fenómenos ocasionales, como los vientos, las lluvias, el desborde de ríos y
los tsunamis provocan variaciones del nivel del mar, también ocasionales, pero no pueden ser
calificados de mareas, porque no están causados por la fuerza gravitatoria ni tienen
periodicidad.

Historia
El fenómeno de las mareas es conocido desde la antigüedad. Parece ser que Piteas (siglo IV a. C.)
fue el primero en señalar la relación entre la amplitud de la marea y las fases de la Luna, así
como su periodicidad. Plinio el Viejo (23-79) en su Naturalis Historia describe correctamente el
fenómeno y piensa que la marea está relacionada con la Luna y el Sol. Mucho más
tarde, Bacon, Kepler y otros trataron de explicar ese fenómeno, admitiendo la atracción de la
Luna y del Sol. Pero fue Isaac Newton en su obra Philosophiae Naturalis Principia
Mathematica («Principios matemáticos de la Filosofía Natural», 1687) quien dio la explicación
de las mareas aceptada actualmente. Más tarde, Pierre-Simon Laplace (1749-1827) y otros
científicos ampliaron el estudio de las mareas desde un punto de vista dinámico.

Terminología

Marea baja en Combarro (Pontevedra, España).

A continuación se recogen los principales términos empleados en la descripción de las mareas:


 Marea alta o pleamar: momento en que el agua del mar alcanza su máxima altura
dentro del ciclo de las mareas.
 Marea baja o bajamar: momento opuesto, en que el mar alcanza su menor altura.
 El tiempo aproximado entre una pleamar y la bajamar es de 6 horas, completando un
ciclo de 24 horas 50 minutos.
 Flujo: el flujo es el proceso de ascenso lento y continuo de las aguas marinas, debido al
incremento progresivo de la atracción lunar o solar o de ambas atracciones en el caso
de luna nueva y de luna llena.
 Reflujo: el reflujo es el proceso de descenso de las aguas marinas, lento y progresivo,
debido a la decadencia de la atracción lunar o solar.
 Carrera o amplitud de marea: diferencia de altura entre pleamar y bajamar.
 Rango micromareal: cuando la carrera de marea es menor de 2 metros.
 Rango mesomareal: cuando la carrera de marea está comprendida entre los 2 metros y
los 4 metros.
 Rango macromareal: cuando la carrera de marea es mayor de 4 metros.1
 Semiperíodo de marea: diferencia en el tiempo entre pleamar y bajamar.
 Estoa de marea: es el momento en el que el nivel permanece fijo en la pleamar o en la
bajamar.
 Estoa de corriente: es el instante en que la corriente asociada a la marea se anula.
 Establecimiento del puerto: es el desfase existente, debido a la inercia de la hidrosfera,
entre el paso de la Luna por el meridiano del lugar y la aparición de la pleamar siguiente.
 Edad de la marea: es el desfase existente, por la misma razón, entre el paso de la Luna
llena por el meridiano del lugar y la máxima pleamar mensual siguiente.
 Unidad de altura: promedio durante 19 años (un ciclo nodal o ciclo de metón) de las dos
máximas carreras de marea (equinoccios) de cada año del ciclo.
 Marea viva, alta o sizigia: son las mareas que se producen con la luna llena y la luna
nueva, cuando el Sol, la Luna y la Tierra se encuentran alineados. La Marea Viva que se
produce durante la fase de Luna Nueva se denomina "Marea Viva de Conjunción"; y la
que se produce mientras tiene lugar la fase de luna llena se llama "Marea Viva de
Oposición".
 Marea muerta, baja o de cuadratura: son las mareas que se producen durante las fases
de Cuarto Creciente y Cuarto Menguante, cuando las posiciones de la Tierra, el Sol y la
Luna forman un ángulo aparente de 90º.
 Líneas cotidales: las líneas cotidales (del inglés tide: marea) son las líneas que unen los
puntos en los cuales la pleamar es simultánea.
 Puntos anfidrómicos o puntos de anfidromia: son zonas hacia las cuales convergen las
líneas cotidales y en las que la amplitud de la marea es cero.
 Puerto patrón: son los puntos geográficos para los cuales se calcula y publica la
predicción de fecha y altura de marea.
 Puerto secundario: son puntos geográficos de interés para el navegante pero que no
tienen publicado un cálculo de predicción de mareas, pero sí una corrección en cuanto
a hora y altura que los refiere a un puerto patrón y mediante la cual se pueden
determinar igualmente los datos de marea.
 Tablas de marea: son las publicaciones anuales con la predicción diaria de las alturas de
marea. Suministran, entre otros datos, fecha, hora y altura de marea para diferentes
puntos a lo largo del litoral marítimo.

Fenómeno físico de las mareas


La explicación completa del mecanismo de las mareas, con todas las periodicidades, es
extremamente larga y complicada. Así que se comenzará empleando todas las simplificaciones
posibles para luego acercarse a la realidad suprimiendo algunas de estas simplificaciones.

Se considerará que la Tierra es una esfera sin continentes rodeada por una hidrosfera y que gira
alrededor del Sol en una trayectoria elíptica sin girar sobre su eje. Por ahora no se tendrá en
cuenta la Luna.

Cuando un astro está en órbita alrededor de otro, la fuerza de atracción gravitacional entre los
dos viene dada por la ley de gravitación de Newton:

𝑀1 𝑀2
𝐹𝑔 = 𝐺
𝑑2

Donde:

𝑁.𝑚2
 G= 6.67 10−11
𝑘𝑔2

 𝑀1 𝑀2 = son las masas de los 2 cuerpos


 d= es la distancia entre los centros de masas de los astros
Esta fuerza de atracción es la fuerza centrípeta que hace que el astro describa una
circunferencia.

𝑀1 𝑀2
𝐹𝑐 = 𝑀2 𝜔2 𝑅1 = 𝐺
𝑑2

Donde

 𝑀2 = es la masa del astro.


2𝜋
 𝜔= 𝑇
es la velocidad angular del astro y T su periodo orbital

 𝑅1 = es la distancia entre el centro de masas del astro y el centro de rotación, que


coincide con el centro de masas de los dos astros. Si el otro astro es mucho más
masivo (𝑀1 ≪ 𝑀2 ), el centro de rotación está muy cerca del centro de masas
del astro masivo y 𝑅1 ≅ 𝑑 .Es el caso que ocurre con la Tierra y el Sol.

El valor de la aceleración de gravedad debida al Sol es exactamente el que corresponde a una


órbita con la velocidad angular 𝜔 y con el centro de masas terrestre a una distancia d del Sol.
Todas las partes de la Tierra tienen la misma velocidad angular alrededor del Sol, pero no están
a la misma distancia. Las que están más lejos del centro de masas estarán sometidas a una
aceleración de gravedad menor y la que está a una distancia inferior, a una aceleración mayor.

Existe otra fuerza, del mismo orden de magnitud, debida al hecho que las fuerzas de atracción
convergen hacia el centro del Sol, que se encuentra situado a una distancia finita. Se describirá
más adelante.

En algunas fuentes se comete el error de añadir las aceleraciones centrífugas. Si se opta por
utilizar un sistema de referencia inercial (inmóvil respecto a la estrellas), no se deben tener en
cuenta las fuerzas centrífugas, que son fuerzas ficticias y que sólo aparecen en sistemas de
referencia acelerados. Un observador en la Tierra ve fuerzas centrífugas porque la Tierra está en
caída libre hacia el Sol. En cambio, para un observador exterior fijo, solo existen las fuerzas
reales, como la fuerza de atracción que constituye la fuerza centrípeta.2

El resultado de este pequeño desequilibrio de fuerzas es que el agua de los océanos situada en
el lado opuesto al Sol siente una fuerza que la empuja hacia el exterior de la órbita, mientras
que el agua situada en el lado orientado hacia el Sol siente una fuerza que la empuja hacia dicho
astro. La consecuencia es que la esfera de agua que recubre a la Tierra se alarga ligeramente y
se transforma en un elipsoide de revolución cuyo eje mayor está dirigido hacia el Sol. Se verá
que este alargamiento relativo es muy pequeño: del orden de uno entre diez millones.
Mareas solares
Para calcular la amplitud de las mareas solares, se construyen dos pozos imaginarios desde la
superficie hasta el centro de la Tierra. Uno es paralelo a la recta que une la Tierra y el Sol y el
otro es perpendicular.

Figura 1: mareas solares

La fuerza y la aceleración que siente el agua en el pozo perpendicular son casi paralelas al eje
Tierra-Sol, pero no exactamente. La razón es que el Sol está a una distancia finita y las fuerzas
están dirigidas hacia el centro del Sol y no son totalmente paralelas. Calculemos la componente
de la aceleración de gravedad perpendicular al eje Tierra-Sol , ∆𝑎𝑠 , que experimenta el agua
situada a una distancia r del centro de la Tierra. Sin más que proyectar el vector de aceleración,
se llega a que:

∆𝑎𝑠 𝑟
=
𝑎𝑠 𝑑

Aquí, 𝑎𝑠 es la aceleración debida a la atracción del Sol:

𝑀𝑆
𝑎𝑠 = 𝐺
𝑑2

En esta última fórmula, 𝑀𝑆 = 1.987 1030 𝑘𝑔es la masa del Sol y d=150 109 es la distancia de la
Tierra al Sol. Por su parte, la componente perpendicular al eje queda:

𝑀𝑆 𝑟
∆𝑎𝑠 = 𝐺
𝑑2 𝑑

Esta aceleración varía linealmente entre el centro de la Tierra y la superficie. El valor medio se
𝑅
obtiene reemplazando r por 2
donde R = 6.366 106 𝑚 es el radio de la Tierra. Esta aceleración
añade un "peso" adicional a la columna de agua del pozo y hace que la presión en el fondo
aumente una cantidad p∆𝑎𝑠 𝑅, donde p es la densidad del agua. Este aumento de la presión,
transmitido a la superficie del océano, se corresponde con una variación h del nivel del océano
dada por la fórmula P=pgh (donde g=9.81 m/𝑠 2 es la aceleración de gravedad terrestre):

𝑀𝑆 𝑅 2
ℎ=𝐺
𝑑3 2𝑔

El cálculo numérico da una variación de 8,14 cm.

Se pasará ahora a calcular la disminución ∆𝑎𝑔 de la aceleración de gravedad ocasionada por el


Sol en un punto situado a una distancia r del centro de la Tierra. Añadiendo esta distancia
adicional en la fórmula de la aceleración gravitatoria:

𝑀𝑆 𝑀𝑆 𝑀𝑆 𝑀𝑆 𝑟
𝑎𝑔 = 𝐺 2
=𝐺 2 =𝐺 2 ≅ 𝐺 3 (1 − 2 )
(𝑑 + 𝑟) 𝑑 + 2𝑟𝑑 + 𝑟 2 𝑟 𝑟 𝑑 𝑑
𝑑 2 (1 + 2 + ( )
𝑑 𝑑

El primer sumando se corresponde con la aceleración para un cuerpo situado a una d. Por tanto,
la disminución de la aceleración es:

𝑀𝑆 𝑟
∆𝑎𝑔 = 𝐺 2
𝑑2 𝑑

A su vez, la aceleración media es:

𝑀𝑆
∆𝑎𝑔 = 𝐺 𝑅
𝑑3

La variación de presión es, como en el caso anterior, p∆𝑎𝑔 𝑅 , por lo que:

𝑀𝑆 𝑅 2
ℎ=𝐺
𝑑3 𝑔

Esta aceleración da un aumento de la altura del océano de 16,28 cm.


Con la suma de los dos efectos, el semieje mayor del elipsoide es 24,4 cm mayor que el semieje
menor. Como la Tierra gira, un punto situado en el ecuador ve la altura del mar llegar a un
máximo (pleamar) dos veces por día: cada vez que dicho punto pasa por el semieje mayor. De
la misma manera, cada vez que el punto pasa por un semieje menor, la altura del mar pasa por
un mínimo (bajamar). La diferencia entre la pleamar y la bajamar es de 24,4 cm. Pero no hay
que olvidar que esto sólo es la parte debida al Sol, que no hay continentes y que no se ha tenido
en cuenta la inclinación del eje de rotación de la Tierra. La variación de la altura del mar se puede
aproximar por una sinusoide con un período de 12 horas.

Mareas lunares
La Luna gira alrededor de la Tierra, pero esta última no está inmóvil. En realidad, tanto la Luna
como la Tierra giran alrededor del centro de masas de los dos astros. Este punto se sitúa
aproximadamente a 4.670 km del centro de la Tierra, medido en el lugar de la superficie
terrestre que se desplaza de oeste a este con el movimiento de traslación lunar, donde la
atracción de nuestro satélite es mayor en un momento dado. Como el radio medio de la Tierra
es de 6.367,5 km, el centro de masas se encuentra a unos 1.700 km de profundidad bajo su
superficie. La Luna tiene una masa 𝑀𝜀 = 7.349 1022kg y está a una distancia media de la Tierra
de 𝑑𝜀 = 3.84 108 m. El cálculo de las mareas lunares es similar al cálculo de las mareas solares.
Basta con reemplazar la masa y la distancia del Sol por las de la Luna. La diferencia de altura del
océano debida al no paralelismo de las fuerzas es:

𝑀𝜀 𝑅 2
ℎ=𝐺
𝑑3 𝜀 2𝑔

El cálculo numérico nos da una variación de 17,9 cm.

La diferencia de altura del océano provocada por la diferencia de atracción debida a las
distancias diferentes respecto a la Luna es:

𝑀𝜀 𝑅 3
ℎ=𝐺 3
𝑑 𝜀 𝑔

El cálculo numérico nos da una variación de 35,6 cm.


La diferencia de longitud entre el semieje mayor y el semieje menor del elipsoide debido a las
mareas lunares de 35,6 cm. Por tanto, la amplitud de las mareas lunares es, aproximadamente,
dos veces mayor que las de las mareas solares. Como para las mareas solares, la variación de la
altura del mar en un punto de la superficie terrestre se puede aproximar por una sinusoide. Esta
vez, el período es 12 horas, 25 minutos y 10 s.

Mareas vivas y mareas muertas

Figura 2: mareas vivas y muertas

Cuando la Luna y el Sol están alineados, los elipsoides (en punteado) se refuerzan y las mareas
son más grandes. Cuando la Luna está en cuadratura con el Sol, los elipsoides se cancelan
parcialmente y las mareas son pequeñas.

El elipsoide debido a las mareas solares tiene el eje mayor dirigido hacia el Sol. El elipsoide
debido a las mareas lunares tiene el eje mayor dirigido hacia la Luna. Como la Luna gira alrededor
de la Tierra, los ejes mayores de los elipsoides no giran a la misma velocidad. Con respecto a las
estrellas, el periodo de rotación del elipsoide solar es de un año. El elipsoide de la Luna es de
27,32 días. El resultado es que los ejes de los dos elipsoides se acercan cada 14,7652944 días.
Cuando los ejes mayores de los dos elipsoides están alineados, la amplitud de las mareas es
máxima y se llaman mareas vivas o mareas sizigias. Esto sucede en las lunas nuevas y en
las lunas llenas. En cambio, cuando el eje mayor de cada elipsoide está alineado con el eje menor
del otro, la amplitud de las mareas es mínima. Esto sucede en los cuartos menguantes y los
cuartos crecientes. Estas mareas se llaman mareas muertas o mareas de cuadratura.
Inclinación del eje de la Tierra

Hasta ahora se ha ignorado el hecho de que el eje de rotación de la Tierra está inclinado unos
23,27° con respeto a la eclíptica (el plano que contiene la órbita de la Tierra y el Sol). Además, el
plano de la órbita de la Luna está inclinado unos 5,145° con respecto a la eclíptica. Esto significa
que el Sol ocupa posiciones que van desde 23,44° al norte del plano ecuatorial hasta 23,44° al
sur del mismo plano. La Luna puede ocupar posiciones desde 28,6° hasta -28,6°. La consecuencia
de esto es que los ejes mayores de los elipsoides que se han utilizado raramente coinciden con
el plano del ecuador terrestre.

Figura 3: inclinación de la tierra

En la imagen de la derecha, el punto A está en pleamar. Cuando se produzca la próxima pleamar,


12 horas, 25 min y 10 segundos más tarde, el mismo punto se encontrará en B. Esta pleamar
será menor que la precedente y que la posterior.

Esta alternancia diurna entre pleamares grandes y pequeñas hace pensar en la suma de dos
periodicidades: una diurna y otra semidiurna. Se habla entonces de ondas de marea diurna y
semidiurna, tanto lunar como solar. Esto se corresponde con un modelo matemático y no con
la realidad física.

Nótese que el punto u y las localizaciones situadas más al norte, solo ven una pleamar por día.
Cuando deberían estar en la pequeña pleamar, están aún en el mismo lado del elipsoide. Una
situación similar se produce en el Hemisferio Sur. Matemáticamente, la amplitud de la onda
semidiurna es demasiado pequeña para que pueda crear máximos o mínimos adicionales.

Las mareas son máximas cuando las dos pleamares son iguales. Eso solo ocurre cuando el eje
mayor de los elipsoides es paralelo al plano ecuatorial. Es decir, cuando el sol se encuentra en
el plano ecuatorial. Esto ocurre durante los equinoccios. Las mareas de equinoccio son las
mayores del año.
Otras causas de variación
Varios factores adicionales también contribuyen a la amplitud de la marea:

 Tanto la trayectoria de la Tierra alrededor del Sol, como la de la Luna alrededor de la


Tierra, no son círculos sino elipses. Cuando la Tierra está más cerca del Sol (perihelio),
las mareas son más intensas. De la misma manera, cuando la Luna está en su perigeo,
las mareas son también más grandes. La influencia del perigeo o apogeo de la Luna es
de ±20 % con respecto a la marea media.
 Las mareas más grandes ocurren en sizigia, es decir, cuando el Sol, la Tierra y la Luna
están alineados.
 El mejor alineamiento del Sol, la Luna y la Tierra ocurre cuando la Luna atraviesa la
eclíptica entre la Tierra y el Sol o, lo que es lo mismo, cuando el Sol está en el nodo lunar.
En esa situación, las fuerzas de atracción del Sol y la Luna están perfectamente
alineadas.
 Cuando el Sol está en el plano ecuatorial, las dos mareas diarias son iguales y máximas.
Eso ocurre en los equinoccios.

Influencia de los continentes


Líneas cotidales, puntos anfidrómicos y amplitud de las mareas (en color), con el sentido de giro
del pleamar según el hemisferio.

En el cálculo simplificado que se ha realizado, en el cual la Tierra no tiene continentes y está


recubierta de una hidrosfera continua, la distancia entre las dos posiciones de pleamar es de
20.000 km. La zona de océano cuyo nivel es más alto que el valor medio tiene un diámetro de
10.000 km. Esa distancia es mayor que la distancia entre América y Europa o África y se
corresponde con el ancho del Océano Pacífico. Para que todo un océano como el Atlántico o el
Pacífico aumentasen de nivel, su contenido total de agua tendría que aumentar. Como los
continentes impiden ese movimiento lateral de todo el océano, el modelo de la onda semidiurna
no se corresponde con la realidad.

En la imagen de la derecha se puede ver que la altura de los océanos no sigue una onda que se
desplaza de derecha a izquierda (hacia el Oeste). El desplazamiento del agua y de los máximos
y mínimos es mucho más complicado.
En un modelo sin continentes, las líneas cotidales coinciden con los meridianos. En la imagen de
la derecha en color están representadas las líneas cotidales del planisferio y el color del fondo
corresponde a la amplitud de mareas. Estas líneas cotidales se corresponden con una situación
astronómica particular (Luna creciente, equinoccios, etc.) y cambian con el tiempo. En las dos
imágenes se observa que hay líneas cotidales que convergen hacia puntos anfidrómicos, en los
cuales la amplitud de la marea es igual a cero.

La situación es aún más marcada en los mares interiores, cuyas dimensiones son aún menores
que las de los océanos. Así, el Atlántico no puede llenar o vaciar el Mar Mediterráneo a través
el estrecho de Gibraltar. Las aguas del Mediterráneo solo pueden desplazarse hacia el Este o
hacia el Oeste, subiendo en un extremo y bajando en el otro. El resultado final se complica por
la forma de las costas que limitan y desvían ese movimiento lateral.

En mayor o menor grado,todos los mares interiores y los mares abiertos (aunque en menor
grado) presentan un movimiento circular, tanto en las corrientes marinas como en las corrientes
de marea y estas corrientes pueden girar en sentido horario en las latitudes intertropicales del
hemisferio norte y en sentido antihorario en la zona templada del hemisferio norte. En el caso
del hemisferio sur se invierten dichos movimientos giratorios aunque no podemos hablar en
este caso de mares, pero es la misma situación con porciones latitudinales de los propios
océanos.

Figura 4: influencia de los continentes en las mareas


Las mareas en las costas
Como se ha visto, la amplitud de las mareas en alta mar es menor que 1 metro. En cambio, cerca
de las costas la amplitud es generalmente mayor y en algunos casos alcanza o sobrepasa los 10
metros. En la tabla siguiente figuran algunos de los lugares donde se producen grandes mareas.3
Se ha puesto un solo lugar por zona.

Se explica ahora cómo una marea de menos de un metro en alta mar puede crear una marea de
varios metros en la costa. La razón es la resonancia de la capa de agua situada sobre
la plataforma continental. Esta capa es poco profunda (menos de 200 m) y, en algunos casos,
tiene una gran extensión hasta el talud continental. Por ejemplo, el Canal de la Mancha es una
capa de agua de 500 km de largo (desde la entrada hasta el Paso de Calais), 150 km de ancho y
solo 100 m de profundidad. A escala, eso se corresponde con una masa de agua de 50 metros
de largo y de 1 cm de profundidad. Cuando el nivel del mar aumenta en la entrada, el agua entra
en el Canal de la Mancha. Como la extensión es grande y la profundidad pequeña, la velocidad
del agua aumenta hasta unos 4 a 5 nudos (2 a 2,5 m/s). Alcanzar esa velocidad toma su tiempo
(unas tres horas en el caso del Canal de la Mancha), pero detenerse también requiere un período
similar. Una vez lanzada, el agua continúa avanzando, transcurriendo otras tres horas hasta que
se para e invierte su dirección. El comportamiento oscilatorio se debe a la inercia y al retardo
que tiene la capa de agua para responder a la excitación: la variación de altura del océano más
allá del talud continental. La marea será más grande en función de que el período de
oscilación propio de la zona sea más próximo al periodo de la excitación externa, que es de 12
horas y 25 minutos.

Figura 5: líneas cotidales

En la imagen se pueden observar las líneas cotidales en el Canal de la Mancha. Los números de
cada línea corresponden al retardo de pleamar con respecto a una referencia. Obsérvese que
hay 6 horas de diferencia entre las pleamares de la entrada del Canal de la Mancha y el Paso de
Calais. También hay seis horas entre la entrada de la Mancha y el Mar de Irlanda (entre Irlanda
e Inglaterra). Hay un punto anfidrómico (en anaranjado) en la entrada del Mar del Norte, frente
a Holanda.

El período de oscilación propio de la Bahía de Fundy en Canadá es de 13 horas. Como es muy


próximo al período de excitación, las mareas son muy grandes. Por el contrario, cuando el
período propio se aleja de las 12,4 h, las amplitudes de las mareas son menores. El período de
oscilación propio depende de la forma de la costa y de la profundidad y longitud de la plataforma
continental.

Tabla 1: Grandes mareas

Localidad Amplitud (m)


Granville, bahía de monte saint- 13.6
michel(Francia)
Burntcoat Head, Minas Basin, bahía de fundy 11.7
Nueva Escocia, Canada
Leaf Lake, bahía de Ungava (Quebec, 9.8
Canadá)
Newport, canal de Bristol (Inglaterra) 9.2

Sunrise, Turnagain Arm, en el Cook 9.2


Inlet (Alaska, EE.UU.)
Río Gallegos (Reducción Beacon) 8.8
(Argentina)
Entrada del río Koksoak, en la bahía de 8.7
Hudson (Canadá)
Banco Dirección, en el estrecho de 8.5
Magallanes (Chile)
Las mareas en la zona ecuatorial
En las áreas próximas al ecuador terrestre, las mareas suelen ser muy débiles, casi
imperceptibles, salvo en las desembocaduras de los ríos, donde el ascenso de las aguas marinas
puede dar origen al represamiento de las aguas fluviales, produciéndose un oleaje río arriba
cuando las crestas de la marea entrante rompen contra el agua de los ríos. Este oleaje produce
un ruido característico que recibe el nombre de macareo en el delta del Orinoco y pororoca en
el río Amazonas.

El motivo de la escasa amplitud de las mareas en la zona intertropical se debe a que es la zona
donde los efectos del movimiento de la rotación terrestre son mayores por la fuerza centrífuga
generada por dicho movimiento. Debido a la fuerza centrífuga, el nivel del mar es mucho mayor
en el ecuador que en las zonas templadas y, sobre todo, en las polares .Como resulta obvio, la
mayor altura de las aguas ecuatoriales por la fuerza centrífuga impide que las mareas sean
claramente notorias ya que esa fuerza centrífuga se ejerce por igual en toda la circunferencia
ecuatorial mientras que las mareas sólo aumentan ese nivel donde se encuentra el paso de la
Luna y el Sol, y es un aumento de nivel mucho menor.

Corrientes de marea
Como se ha dicho, la variación de nivel del mar sobre la plataforma continental exige un
movimiento alternativo del agua hacia la costa y hacia el mar. Como la profundidad del agua no
es la misma cuando la marea sube que cuando baja, la forma de los obstáculos no es la misma,
y la dirección y la velocidad de la corriente tampoco es la misma. El vector velocidad dibuja una
especie de elipsoide cuyo eje mayor es más o menos paralelo a la costa.

En sitios donde las mareas tienen gran amplitud, las velocidades del mar también pueden ser
muy grandes. Por ejemplo, en el Canal de la Mancha, en el Raz de Sein (en el extremo oeste de
Bretaña, en Francia) y en el Raz Blanchard (al norte de la península del Cotentín, también en
Francia), la corriente sobrepasa los 10 nudos (18 km/h) durante las grandes mareas. En el
estrecho de Mesina, la corriente puede llegar a 5 nudos.
Centrales mareomotrices

Figura 6: antiguo molino de mareas

La energía de las mareas ha sido utilizada desde la edad media en Inglaterra, Francia, España y
probablemente otros países. Los molinos de mareas de esa época solo funcionaban en reflujo.
Estos, como muchos otros molinos hidráulicos, dejaron de utilizarse con la aparición de motores
eléctricos.

La instalación de una central mareomotriz crea problemas medioambientales importantes como


aterramiento del río, cambios de salinidad en el estuario y sus proximidades y cambio del
ecosistema antes y después de las instalaciones.

Mareas terrestres

Las fuerzas de gravedad que provocan las mareas de los océanos también deforman la corteza
terrestre. La deformación es importante y la amplitud de la marea terrestre llega a unos 25 a
30 cm en sizigia y casi 50 cm durante los equinoccios.

Mareas atmosféricas

Al ser el aire atmosférico un fluido, como sucede con las aguas oceánicas, también las
dimensiones de la atmósfera sufren la acción de las mareas, afectando su espesor y altura y, por
consiguiente, la presión atmosférica. Así, la presión atmosférica disminuye considerablemente
durante las fases de luna llena y luna nueva, al ser atraída la columna de aire por el paso,
combinado o no, de la luna y el sol por el cenit y/o el nadir. Como hemos visto con las mareas
oceánicas, el nivel del mar puede ascender o bajar varios metros cada día en los lugares más
propicios (estuarios o bahías). Pero en el caso de la atmósfera su nivel puede ser modificado por
la atracción de la luna y el sol en varios km. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que la
atmósfera tiene un mayor espesor en la zona ecuatorial en especial y en la zona intertropical en
general, por la fuerza centrífuga del movimiento de rotación terrestre, por lo que la intensidad
de las mareas vendría a superponerse a dicha fuerza centrífuga y, lo mismo que sucede con las
mareas oceánicas en la zona intertropical, sus efectos no son tan notorios ya que quedan
enmascarados por dicha fuerza centrífuga. Por otra parte, hay que tener en cuenta que el
aumento del espesor de la atmósfera por la atracción solar y/o lunar contribuye a la disminución
de la presión, a la disminución de la velocidad de los vientos (de ahí el término de calmas
ecuatoriales que, aun siendo correcto, se ha venido quedando en desuso) y al aumento de la
condensación y de las lluvias.

En la zona intertropical, los cambios de la presión atmosférica durante las mareas atmosféricas
dan origen a notables cambios de temperatura que se notan con un simple termómetro y que
no se explicarían de otra forma: en luna llena o luna nueva, por ejemplo, puede fácilmente subir
un grado o más cerca del mediodía o de la medianoche y en este último caso no tendría
explicación si no tuviéramos en cuenta el calentamiento por condensación al disminuir la
presión del aire y elevarse. No sólo la presión atmosférica se modifica con las mareas
atmosféricas, sino también la intensidad de las lluvias. Un estudio meteorológico del mes de
octubre de 2012 nos mostraría una alta correlación entre las fases lunares con la mayor
intensidad de los huracanes (Nadine, Rafael y Sandy) y/o su disipación. En este último caso, las
graves inundaciones causadas por Sandy en New Jersey y Nueva York resultaron de la
combinación de la intensa marea producida por la luna llena (el 29 de octubre) y el mar de leva
producido por el propio huracán al entrar en la costa de dichos estados, factor explicado en un
artículo del NHC (National Hurricane Center) cuya lectura es muy apropiada para la comprensión
de este tema:

Frenado de la rotación de la Tierra


Tanto la deformación de la Tierra debida a las mareas terrestres como el movimiento del agua
de las mareas acuáticas son procesos que disipan energía. El trabajo lo efectúa el momento que
la Luna y Sol ejercen sobre la parte deformada de la Tierra y de los océanos. La disipación de
energía exige que los ejes mayores de los elipsoides de la hidrosfera y de la Tierra no estén
perfectamente alineados con la Luna y el Sol, sino que tengan un pequeño retardo de fase. En
el modelo sin continentes, ese retardo correspondería a 3° (y a 12 minutos en tiempo). Ese
momento frena la rotación de la Tierra y la duración del día aumenta
17 microsegundos por año (aproximadamente, 1 segundo cada 59.000 años).

La Tierra ejerce el mismo momento sobre la Luna que el que la Luna ejerce sobre la Tierra. El
momento que la Tierra ejerce sobre la Luna le comunica energía. Como la Luna está en órbita
alrededor de la Tierra, ese aumento de energía se traduce en un aumento de la distancia entre
los dos astros y un aumento de la duración del mes lunar. La distancia Tierra-Luna aumenta unos
38 mm por año.

De la misma manera que la Luna crea mareas en la Tierra, tanto acuáticas como terrestres, la
Tierra también ejerce mareas sobre la Luna. La fricción debida a esas mareas frenó la rotación
de la Luna, provocando que ésta presente siempre la misma cara hacia la Tierra, aunque es justo
señalar que este hecho se ha interpretado como el posible origen terrestre de nuestro satélite:
siendo la Tierra aún un cuerpo semifluido o incandescente, el movimiento de rotación habría
producido una protuberancia que iría aumentando de velocidad por el incremento de la fuerza
centrífuga. Con el tiempo, se habrían separado los dos astros, manteniendo la misma cara lunar
visible desde la Tierra. En otros satélites del sistema solar que aún giran, la energía disipada por
las deformaciones debidas a la marea genera actividad volcánica.

LAS MAREAS. SU ENERGÍA Y SU UTILIZACIÓN


UANDO una persona se encuentra sobre un peñasco al borde del mar observando cómo choca
el agua sobre la roca, puede afirmar que está sintiendo el "pulso del océano". Las olas que
produce el viento al accionar sobre la superficie del mar marcan sobre la costa un ritmo
constante; pero también se puede registrar, al observar el mar durante todo un día, que se
presenta un ritmo más lento, generalmente dos veces por día, y que constituye las mareas.

Plinio, pensador latino nacido en el año 23 y muerto en la erupción volcánica que destruyó
Pompeya, describe en su obra Historia naturalis sus observaciones sobre las mareas, señalando
que la circunstancia más extraordinaria que se presenta en las aguas del mar es el flujo y reflujo
alternado con las mareas, causado por la acción que ejercen el Sol y la Luna sobre el agua del
mar: la marea fluye y refluye dos veces entre dos salidas de la Luna, siempre en un espacio de
veinticuatro horas. Primero, la Luna hace crecer la marea y, cuando llega al cenit, declina y se
pone, hace que la marea descienda, y al presentarse el Sol, la marea crece de nuevo; después
de lo cual cede y vuelve a subir cuando aparece nuevamente la Luna.

Las observaciones sobre las mareas realizadas por los pensadores de aquella época se realizaron
principalmente en el Mar Mediterráneo y fueron aumentando cuando se iniciaron los viajes en
todos los mares del planeta; sin embargo, muchos de estos informes fueron relatos hechos con
grandes fantasías, sobre las mareas que se presentaban en las costas a las que iban llegando.
Una nota curiosa de aquellas épocas, es la que narra que cuando César realizó su primera
invasión de Britania, no tomó en cuenta las mareas que se presentaban en las costas de Kent,
lugar que seleccionó para el desembarco, y cuando estuvo frente a ellas la marea alta se produjo
una hora antes de la medianoche y llegó a una altura superior a la normal, por ser una marea de
plenilunio, lo que provocó que la mayor parte de su flota sufriera daños, por lo cual César tuvo
que retirarse para planear su desembarco tomando en cuenta el comportamiento del mar.

Si César hubiera efectuado cuidadosas observaciones sobre los fenómenos de la marea durante
un periodo razonablemente largo, habría descubierto que el mar crece, a lo que se le
llama pleamar, y se retira dos veces por día. Existen generalmente cuatro mareas de diferente
nivel diariamente: 2 mareas altas y 2 mareas bajas. La diferencia entre la pleamar y la bajamar
recibe el nombre de amplitud de marea.

Figura 7: características de las mareas

Las mareas presentan gran diversidad de comportamiento, lo que hace que su estudio sea
fascinante, ya que las condiciones locales y la configuración del terreno pueden originar que el
ascenso y descenso de las aguas presente un curso poco usual. En algunos lugares hay una sola
marea por día. En otros no se puede hablar de marea en el sentido de pleamar y bajamar, pero
en cambio enormes corrientes avanzan o retroceden, influyendo en grandes extensiones de la
costa y produciendo gigantescas olas de marea.

El estudio científico del comportamiento de las mareas se debe a Isaac Newton, que lo analiza
en su obra Principios matemáticos de la Filosofía natural (1686). En esta obra Newton, con su
ley de gravitación, calculó la altura de la marea según la fecha del mes, la época del año y la
latitud. Sin embargo, en muchos de sus estudios considera que las mareas representan un
equilibrio y no tomó en cuenta que las mareas representan un fenómeno dinámico. Fue el sabio
Simón Laplace quien en su obra Mecánica celestecomplementó las teorías de Newton.

Posteriormente muchos investigadores han colaborado con trabajos para el conocimiento de


las mareas como los de Rémi Chazallon, que en 1839 publicó el primer Anuario de mareas de las
costas de Francia utilizando los primeros mareógrafos que probablemente se inventaron en
1850, y en 1872 lord Kelvin construyó un aparato para predecir mareas.

La elevación y caída del nivel del mar se presentan de manera periódica y son más notables a lo
largo de las líneas de costa del planeta. El intervalo entre una pleamar y la siguiente
generalmente no es doce horas, sino de alrededor de doce horas y veinticinco minutos, por lo
cual la pleamar se atrasa todos los días y está relacionada con el hecho de que la Luna también
alcanza su punto más alto cerca de los quince minutos más tarde cada día. Esto implica que los
dos fenómenos se presenten en diferente momento; la marea alta se produce, en general,
algunas horas antes o después del paso de la Luna, y esta variación de tiempo depende además
de la fecha del mes en que ocurra.

Como se sabe, no sólo es la Luna la que causa este interesante fenómeno, sino que también el
Sol interviene de manera directa en su producción; sin embargo, el período de las mareas solares
sólo es de 24 horas. Todos los principios señalados para los efectos de la gravedad lunar sobre
el océano pueden aplicarse al Sol, aunque su masa sea mayor (alrededor de 27 millones de veces
la de la Luna) ya que está unas 400 000 veces más lejos, y por esta razón el efecto que la Luna
ejerce sobre las aguas del océano es dos veces mayor que el provocado por el Sol. Las fuerzas
de marea del Sol sólo representan el 46 por ciento en relación con las producidas por la Luna.

Figura 7: mareas vivas


Figura 8: mareas muertas

Otro aspecto que se tiene que tomar en cuenta en el comportamiento de las mareas es su altura.
Por ejemplo, en ciertos lugares la marea nocturna es más alta que la diurna; en otros, un arrecife
de coral que cierto día, aun en la baja mar, quedó bien cubierto, puede quedar completamente
expuesto quince días después. Esta variación quincenal está relacionada con los movimientos
lunares: cuando la Luna está llena, la amplitud de las mareas es mayor, y cuando está en cuarto
menguante o creciente, es mínima.

Las mareas que se producen durante el periodo de cada mes lunar, en el que el Sol, la Luna y la
Tierra se encuentran en línea recta, tienen mayor diferencia de nivel entre la marea más alta de
la pleamar y la marca mínima de la bajamar, debido a que los efectos de la gravedad del Sol y la
Luna se suman y son más fuertes. Estas mareas se denominanmareas vivas de primavera o
equinocciales.

Los efectos opuestos ocurren cuando el Sol y la Luna están colocados formando un ángulo recto
en relación con la Tierra, lo cual anula parcialmente la acción de la gravedad, resultando mareas
más débiles que presentan poca diferencia entre los niveles más alto y más bajo de la marea.
Éstas se denominan mareas muertas o de cuadratura.

Cada mes lunar consta de dos series de mareas equinocciales que alteran con dos series de
mareas muertas, y entre ellas existen algunos días de transición que presentanmareas
intermedias.

Cuando se miden los niveles de las mareas, se toma en cuenta que el océano está sometido a
diversas fuerzas, como las influencias gravitatorias de los astros, los vientos predominantes, la
densidad variable de las masas de agua, etcétera. Además se tiene que considerar que el nivel
del mar es diferente en los distintos océanos: es más alto en la costa del Océano Pacífico que en
la del Atlántico, diferencia que puede deberse a la menor densidad del agua del Pacífico, e
influye en la intensidad de las mareas.

La manera más simple para efectuar mediciones de las mareas consiste en introducir una regla
de madera graduada en un lugar poco profundo de la costa pero para poder registrar, lo más
exacto posible, el lento cambio de la marea, se tienen que evitar las variaciones de nivel del mar
en el periodo corto durante el que se mide, ya que el mar nunca está quieto; aun en la más
completa calma se agita y se levanta formando olas.

Para iniciar este tipo de medición generalmente se utiliza la bajamar media, como nivel de
referencia, que se encuentra registrada en la mayor parte de las cartas de navegación. Esto
permite contar con un punto de partida para hacer las observaciones.

En la actualidad se cuenta con métodos de mayor precisión, y se han construido dispositivos de


medición llamados mareógrafos, los cuales pueden estar colocados en los buques
oceanográficos o en boyas para registrar los cambios de marea.

Las mediciones de la marea permiten calcular la frecuencia con que se presentan los cambios
de ellas, es decir, hacer la predicción de las mareas. Hasta hace pocos años, los aparatos para
predecir las mareas eran mecánicos; ahora se utilizan computadoras electrónicas que hacen el
trabajo de manera más rápida y eficiente y se programan para que impriman automáticamente
las tablas de marea.

En todos los países con costa existen instituciones que registran las mareas y publican tablas con
esta información con el fin de que sea aprovechada; por ejemplo, en México, el Instituto de
Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México publica las de sus costas; en los
Estado Unidos se registran en cuatro volúmenes: el primero para las costas de Europa, el
Mediterráneo y la costa Oeste de África; el segundo para la costa este de Norte y Sudamérica;
el tercero para la costa oeste de Norte y Sudamérica, y el cuarto para los océanos Pacífico e
Índico; en Inglaterra las tablas de mareas ofrecen predicción detallada para 130 puertos
patrones y permiten calcular las de 10 mil puertos del mundo; y en España aparece el Anuario
de mareas editado por el Instituto Hidrográfico de la Marina.

En las diferentes playas del mundo las mareas presentan características específicas, sobre todo
en cuanto a su amplitud; tal es el caso de Puerto Peñasco, Sonora, en donde ésta alcanza 8
metros; los puertos de Liverpool y Bristol en Inglaterra tienen mareas vivas que producen
ascensos y descensos de 9 a 10 metros; en Braunagar, India, la amplitud llega a 12.5 metros; en
la Bahía de Mont-Saint-Michel, Francia, a 15 metros, y en la Bahía de Fundy, Canadá, es de 19.5
metros. Esta característica de las mareas presenta una serie de problemas para los diferentes
tipos de puertos, ya que hace muy difícil el manejo de los barcos.

as mareas también intervienen en la modificación de las características de las costas, pues


depositan o se llevan material. En la desembocadura de los ríos el material se puede depositar
cerca de la orilla, formando los llamados bajos; o puede ser transportado y dispersado por las
corrientes paralelas a la costa. Las características que tomarán las diferentes costas modificarán
también la vida tanto vegetal como animal que en ese lugar se desarrolle; allí se encontrarán
seres cuya forma de vida sufre una exposición cíclica al mar y al aire, a causa de las mareas.

Para un observador que se encuentre en la arena de una playa, el ascenso de la marca


difícilmente sugiere una enorme energía; sin embargo, la energía que la marca disipa
continuamente en nuestro planeta es del orden de los millones de caballos de fuerza.

Esta energía de los mares es aprovechada por el hombre de diferentes maneras, por ejemplo,
se utiliza para mover ruedas hidráulicas, lo que se conoce desde los comienzos de la historia de
la humanidad, que sirven para irrigar los campos o para el molido de los cereales, como las
cuatro ruedas hidráulicas empleadas para moler especias, en Chelsea, Massachusetts, donde
con la máxima amplitud de la marea generan alrededor de 50 caballos de fuerza, o para fabricar
hielo, como la de Ploumanach, que en 1898 producía 450 kilogramos diarios.

Otra manera de aprovechar las mareas es establecer centrales hidroeléctricas, cuyos


antecesores son los molinos de marea los cuales tropezaron con el problema de que las mareas
son variables en intensidad y, por lo tanto, su potencia no es constante, ahora, la ingeniería
hidráulica ha construido maquinaria y estructuras que se adaptan para utilizar al máximo la
energía producida por la marea.

El lugar seleccionado para montar una central mareomotriz debe contar con fuertes mareas para
que la amplitud sea grande, con un gran depósito de agua, y con que las mareas se presenten
en áreas restringidas para que la obra a realizar tenga las menores dimensiones, con el fin de
que el costo sea bajo.

Se han estudiado muchos lugares de las costas para el establecimiento de este tipo de centrales,
y algunas se han instalado en plan piloto, como la que se construyó en Francia, en las costas
bretonas de la Bahía Mont-Saint-Michel; la de la desembocadura del Devern, en Gran Bretaña;
en las costas del Mar Blanco, en la Unión Soviética; en el Golfo de Cambay en India; en la Bahía
Fundy en Canadá, y en las costas de la Patagonia en Argentina.
Actualmente se cuenta con una central de aprovechamiento de la energía de la marea a escala
industrial, construida en una barrera a través de la entrada del estuario del río Rance, en
Bretaña, Francia, el cual desemboca en el Canal de la Mancha entre Saint-Malo y Dinard. En este
lugar la amplitud de la marea es de 13.50 metros y el agua entra y sale del estuario a razón de
18 000 metros cúbicos por segundo, produciéndose un volumen útil de más de 170 millones de
metros cúbicos; además, su depósito puede contener 184 millones de metros cúbicos de agua.
Las instalaciones constan de cuatro partes principales: la represa, la central generadora de
energía, las esclusas para la navegación y una serie de canales con válvulas reguladoras para
acelerar el llenado y el vaciado del depósito, a través de un dique que une a las dos orillas que
se encuentran a 750 metros de distancia.

Figura 9: central mareomotriz del Rance, Francia

ada una de las 24 máquinas generadoras de energía que quedaron instaladas en 1967 en el
Rance, puede producir 10 000 kilowatts; por lo tanto, la producción máxima de potencia es de
240 000 kilowatts y en el año puede llegar alrededor de 670 millones de kilowatts-hora.

Por lo costeable de la producción de energía eléctrica por medio de las mareas, ya que la
utilización del agua casi no cuesta, se están elaborando otros proyectos en los lugares del
planeta en donde se presentan mareas de gran amplitud.

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