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El proletariado por sus condiciones materiales por su disciplina

para el trabajo, su organización y relación directa con la producción de la


riqueza social, su vinculación y manejo de los adelantos científicos y
tecnológicos aplicados a la producción y circulación de mercancías y
servicios es la clase que ineluctablemente, está llamada a sepultar a la
formación social y modo de producción capitalista-imperialista y sobre
sus ruinas construir un nuevo mundo, la sociedad del socialismo y el
comunismo.

El 5 de marzo de 1852, en una Carta a Joseph Weydemeyer, Marx


le escribió: “Por lo que a mí se refiere, no me cabe el mérito de haber
descubierto la existencia de las clases sociales en la sociedad moderna ni
la lucha entre ellas. Mucho antes que yo, algunos historiadores burgueses
habían expuestos ya el desarrollo histórico de esta lucha de clases y
algunos economistas burgueses la anatomía económica de estas. Lo que
Yo he aportado de nuevo, ha sido demostrar: 1) que la existencia de las
clases solo va unida a determinadas fases históricas del desarrollo de la
producción, 2) que la lucha de clases conduce necesariamente a la
dictadura del proletariado, 3) que esta misma dictadura es por si misma
el tránsito hacia la abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin
clases.”

Marx y Engels jamás negaron las importantes contribuciones


aportadas por teóricos como Adam Smith y David Ricardo; Saint Simón,
Charles Fourier y Robert Owen; Hegel y Feuerbach; y muchos otros. V. I.
Lenin (22 de abril de 1870-21 de enero de 1924) en su texto: “Las tres
fuentes y tres partes integrantes del marxismo” (Prosveschenie num. 3,
marzo de 1913), expone magistralmente los fundamentos y las tesis
centrales del marxismo y su carácter trascendental y perenne. De cómo
abreva en lo más avanzado, en su época, del socialismo utópico francés,
la economía política clásica inglesa y la filosofía clásica alemana y lo
cualifica y lo supera en la construcción del materialismo dialéctico e
histórico, el socialismo-comunismo científico. Así, si “La ideología
alemana” (entre 1845 y 1846) sirvió a Engels y Marx para “ajustar cuentas
con sus viejas concepciones”, en el “Prologo a la Contribución a la Crítica
de la Economía Política” (1859), Marx, de manera breve, expone la nueva
concepción del desarrollo de la historia.

Pero Marx y Engels no solo han sido los fundadores de una nueva
victoriosa concepción del mundo, la naturaleza, la sociedad y el
pensamiento, sino que su vida entera la dedicaron a la aplicación práctica
de esta nueva concepción. Consecuentes con su doctrina, pusieron manos
a la obra en la concreción de la consigna de: ¡Proletarios de todos los
países, uníos! para la realización de la revolución proletaria, la dictadura
del proletariado y la construcción del socialismo y el comunismo. Cada
texto de ambos, al mismo tiempo es un paso práctico en esa dirección.
Los más destacados como la conversión de la Liga de los Justos en la Liga
de los Comunistas (veranos de 1847), la fundación de la I Internacional
(1864), el apoyo incondicional a la heroica y gloriosa Comuna de Paris
(1871) y la fundación de la II Internacional (solo Engels, 1889), entre otros
muchos pasos prácticos. Teoría y práctica que fue abriendo paso y se
sigue abriendo paso y cualificando hasta nuestros días, no solo contra las
concepciones burguesas en general, sino al mismo tiempo contra las
concepciones que han pretendido revisarlas, adulterarlas para postrarlas
como inservibles, viejas y caducas.

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