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4.

2 REVISIONES DE LA ESTABILIDAD DE MUROS DE RETENCIÓN

Se debe proporcionar un adecuado factor de seguridad contra el


deslizamiento. El empuje pasivo delante del muro puede omitirse si ocurrirá
socavación. Se puede utilizar llaves en la cimentación para aumentar la
estabilidad. La mejor localización es en el talón.
Un muro de retención puede fallar en cualquiera de las formas siguientes:

 Puede volcarse respecto a su puntera. (figura a)

 Puede deslizarse a lo largo de su base. (figura b)


 Puede fallar debido a la pérdida de capacidad de soporte de carga del
suelo que soporta la base. (figura c)

 Puede sufrir una falla cortante por asentamiento profundo de un


suelo débil. (figura d)

 Puede experimentar un asentamiento excesivo. (figura e)


Analizaron en el capítulo 5 y no se profundizarán más. Cuando un estrato
de suelo débil se ubica a poca profundidad, es decir, dentro de una
profundidad de 1.5 veces el ancho de la losa de base del muro de retención,
se debe considerar la posibilidad de tener un asentamiento excesivo. En
algunos casos, el uso de un material de relleno de peso ligero detrás del
muro de retención puede resolver el problema.

La falla por cortante profundo de un suelo débil puede ocurrir a lo largo de


una superficie cilíndrica, como la abc que se muestra en la figura 8.6, como
resultado de la existencia de un estrato débil de suelo abajo del muro a una
profundidad de aproximadamente 1.5 veces el ancho de la losa de base del
muro de retención. En esos casos, la superficie de falla cilíndrica crítica abc
se tiene que determinar mediante prueba y error, utilizando varios centros
como O. La superficie de falla a lo largo de la cual se obtiene el factor de
seguridad mínimo es la superficie crítica de deslizamiento. Para la
pendiente del relleno con α menor que aproximadamente 10°, el círculo
crítico de falla en apariencia pasa por el borde del talón de la losa (como
def en la figura: e). En esta situación, el factor de seguridad mínimo también
se tiene que determinar mediante prueba y error cambiando el centro del
círculo de prueba.
4.2.1 REVISIÓN POR VOLCAMIENTO-

En la figura 8.7 se muestran las fuerzas que actúan sobre un muro de


retención en voladizo y de gravedad, con base en la suposición de que la
presión activa de Rankine actúa a lo largo del plano vertical AB trazado a
través del talón de la estructura.

Pp es la presión pasiva de Rankine;

1
𝑃𝑝 = 𝐾𝑃 𝛾2 𝐷2 + 2𝐶2′ 𝐻√𝐾𝑝 𝐷
2

𝑃𝑎 es la presión activa de Rankine;

1
𝑃𝑎 = 𝐾𝑎 𝛾1 𝐻′2
2

Donde:
𝛾2 = peso específico del suelo en frente del talón y bajo la losa de base

𝐾𝑝 = coeficiente de presión pasiva de tierra de Rankine = 𝑡𝑎𝑛2 (45 + 𝜙2′ /2)

𝐶2′ 𝜙2′ = cohesión y ángulo de fricción efectivo del suelo, respectivamente

El factor de seguridad contra el volcamiento respecto a la puntera, es decir,


respecto al punto C en la figura 8.7, se puede expresar como.

𝛴𝑀𝑅
𝐹𝑆(𝑣𝑜𝑙𝑐𝑎𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜) =
𝛴𝑀𝑜

Donde
𝛴𝑀𝑜 = suma de los momentos de las fuerzas que tienden a volcar el muro respecto al punto C
𝛴𝑀𝑅 =Suma de los momentos de las fuerzas que tienden a resistir el volcamiento del muro
respecto al punto C

El momento de volcamiento es:


𝐻′
𝛴𝑀𝑜 = 𝑃ℎ ( )
3
Donde 𝑃ℎ = 𝑃𝑎 𝑐𝑜𝑠𝛼.
Para calcular el momento resistente, 𝛴𝑀𝑅 (ignorando 𝑃𝑝 ), se puede elaborar
una tabla como la 8.1. El peso del suelo arriba del talón y el peso del
concreto (o de la mampostería) son fuerzas que contribuyen al momento
resistente. Observe que la fuerza 𝑃𝑣 también contribuye al momento
resistente. 𝑃𝑣 es la componente vertical de la fuerza activa 𝑃𝑎 , o
𝑃𝑣 = 𝑃𝑎 𝑠𝑒𝑛𝛼
El momento de la fuerza 𝑃𝑣 respecto a C es
𝑀𝑣 = 𝑃𝑣 𝐵 = 𝑃𝑎 𝑠𝑒𝑛𝛼𝐵
Donde B=ancho de la losa de base.

Una vez que se conoce 𝛴𝑀𝑅 , se puede calcular el factor de seguridad con

𝑀1 + 𝑀2 + 𝑀3 + 𝑀4 +𝑀5 + 𝑀6 + 𝑀𝑣
𝐹𝑆(𝑣𝑜𝑙𝑐𝑎𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜) =

𝑝𝑎 𝑐𝑜𝑠𝛼(𝐻 /3)

El valor mínimo deseable usual del factor de seguridad respecto a la falla


por volcamiento es de 2 a 3.

Figura 8.7 Revisión por volcamiento,


suponiendo que es válida la presión de
Rankine.
4.2.2 REVISIÓN POR DESLIZAMIENTO A LO LARGO DE LA BASE

El factor de seguridad contra el deslizamiento se puede expresar mediante


la ecuación

𝛴𝐹𝑅′
𝐹𝑆(𝑑𝑒𝑠𝑙𝑖𝑧𝑎𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜) = (8.7)
𝛴𝐹𝑑

Donde

𝛴𝐹𝑅′ =suma de la fuerzas horizontales resistentes


𝛴𝐹𝑑 = suma de las fuerzas horizontales de empuje

En la figura 8.8 se indica que la resistencia cortante del suelo


inmediatamente debajo de la losa de base se puede representar como
𝑠 = 𝜎 ′ 𝑡𝑎𝑛𝛿 ′ + 𝑐𝑎′

Donde

𝛿 ′ = ángulo de fricción entre el suelo y la losa de base


𝑐𝑎′ = adhesión entre el suelo y la losa de base

Así pues, la fuerza resistente máxima que se puede derivar del suelo por
longitud unitaria del muro a lo largo del fondo de la losa de base es:

𝑅 ′ = 𝑠(𝑎𝑟𝑒𝑎 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑠𝑒𝑐𝑐𝑖ó𝑛 𝑡𝑟𝑎𝑛𝑠𝑣𝑒𝑟𝑠𝑎𝑙) = 𝑠(𝐵 × 1) = 𝐵𝜎 ′ 𝑡𝑎𝑛𝛿 ′ + 𝐵𝑐𝑎′

Sin embargo,
𝐵𝜎 ′ = 𝑠𝑢𝑚𝑎 𝑑𝑒 𝑙𝑎𝑠 𝑓𝑢𝑒𝑟𝑧𝑎𝑠 𝑣𝑒𝑟𝑡𝑖𝑐𝑎𝑙𝑒𝑠 = 𝛴𝑉 (consulte la tabla 8.1)

Por lo tanto
𝑅 ′ = (𝛴𝑉𝑡𝑎𝑛𝛿 ′ + 𝐵𝑐𝑎′ )

En la figura 8.8 se muestra que la fuerza pasiva 𝑃𝑝 también es una fuerza


horizontal resistente. De aquí,

𝛴𝐹𝑅′ = (𝛴𝑉)𝑡𝑎𝑛𝛿 ′ + 𝐵𝑐𝑎′ + 𝑃𝑝 (8.8)

La única fuerza horizontal que tenderá a causar que el muro se deslice (una
fuerza de empuje) es la componente horizontal de la fuerza activa Pa, por
lo tanto,
𝛴𝐹𝑑 = 𝑃𝑎 𝑐𝑜𝑠𝛼 (8.9)

Combinando las ecuaciones (8.7), (8.8) y (8.9) se obtiene

(𝛴𝑉)𝑡𝑎𝑛𝛿 ′ + 𝐵𝑐𝑎′ + 𝑃𝑝
𝐹𝑆(𝑑𝑒𝑠𝑙𝑖𝑧𝑎𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜) = (8.10)
𝑃𝑎 𝑐𝑜𝑠𝛼

En general se requiere un factor de seguridad mínimo de 1.5 contra el


deslizamiento.
En muchos casos, la fuerza pasiva 𝑃𝑝 se ignora al calcular el factor de
seguridad respecto al deslizamiento. En general, se puede escribir


𝛿 ′ = 𝑘1 𝜙2 y 𝐶𝑎′ = 𝑘2 𝐶2′

En la mayoría de los casos, 𝑘1 𝑦 𝑘2 están entre ½


a 2/3 Por consiguiente,
′ ′
(𝛴𝑉)tan(𝑘1 𝜙2 ) + 𝐵(𝑘2 𝐶2 ) + 𝑃𝑝
𝐹𝑆(𝑑𝑒𝑠𝑙𝑖𝑧𝑎𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜) = (8.11)
𝑃𝑎 𝑐𝑜𝑠𝛼

Si el valor deseado de 𝐹𝑆(𝑑𝑒𝑠𝑙𝑖𝑧𝑎𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜) no se logra, se pueden investigar


varias alternativas (consulte la figura 8.9)

 Aumentar el ancho de la losa de base (es decir, el talón de la zapata).


 Utilizar un dentellón en la losa de base. Si se incluye un dentellón, la
fuerza pasiva por longitud unitaria del muro es entonces

1
𝑃𝑝 = 𝐾𝑃 𝛾2 𝐷12 + 2𝐶2′ 𝐷1 √𝐾𝑝
2
Donde

𝐾𝑝 = coeficiente de presión pasiva de tierra de Rankine = 𝑡𝑎𝑛2 (45 + 𝜙2′ /2)


 Uso de una ancla de hombre muerto en el cuerpo del muro de
retención.
 Otra forma posible para aumentar el FS(deslizamiento) es
considerar reducir el valor de 𝑃𝑎 [consulte la ecuación (8.11)]. Una
forma posible para hacer esto es emplear el método desarrollado
por Elman y Terry (1988). El análisis aquí está limitado al caso en el
que el muro de retención tiene un relleno granular horizontal figura
8.10). En la figura 8.10, la fuerza activa, 𝑃𝑎 , es horizontal (𝛼 = 0) tal
que

𝑃𝑎 𝑐𝑜𝑠𝛼 = 𝑃ℎ = 𝑃𝑎
y
𝑃𝑎 𝑠𝑒𝑛𝛼 = 𝑃𝑣 = 0
Sin embargo
𝑃𝑎 = 𝑃𝑎(1) = 𝑃𝑎(2) (8.12)

La magnitud de 𝑃𝑎(2) se puede reducir si el talón del muro de retención se


inclina como se muestra en la figura 8.10. Para este caso,

𝑃𝑎 = 𝑃𝑎(1) + 𝐴𝑃𝑎(2) (8.13)

La magnitud de A, como se muestra en la tabla 8.2, es válida para 𝛼 ′ =


45°. Sin embargo, observe que en la figura 8.10a

1
𝑃𝑎(1) = + 𝛾1 𝐾𝑎 (𝐻′ − 𝐷′)2
2
y
1 2
𝑃𝑎 = 𝛾1 𝐾𝑎 𝐻′
2
De aquí

1
𝑃𝑎(1) = + 𝛾1 𝐾𝑎 [𝐻′2 − (𝐻′ − 𝐷′)2 ]
2

Por lo tanto, para el diagrama de presión activa que se muestra en la figura


8.10b,

1 𝐴
𝑃𝑎(1) = 𝛾1 𝐾𝑎 (𝐻′ − 𝐷′)2 + 𝛾1 𝐾𝑎 [𝐻′2 − (𝐻′ − 𝐷′)2 ] (8.14)
2 2

Al inclinar el talón de un muro de retención puede ser muy útil en algunos


casos.

4.2.3 REVISIÓN POR FALLA POR CAPACIDAD DE CARGA


La presión vertical transmitida al suelo por la losa de base del muro de
retención se debe revisar contra la capacidad de carga última del suelo. La
naturaleza de la variación de la presión vertical transmitida por la losa de
base hacia el suelo se muestra en la figura 8.11. Observe que 𝑞𝑝𝑖𝑒 y 𝑞𝑡𝑎𝑙𝑜𝑛
son las presiones máxima y mínima que ocurren en los extremos de las
secciones de la puntera y del talón, respectivamente. Las magnitudes de
𝑞𝑝𝑖𝑒 y 𝑞𝑡𝑎𝑙𝑜𝑛 se pueden determinar de la manera siguiente:

La suma de las fuerzas verticales que actúan sobre la losa base es 𝛴𝑉


(consulte la columna 3 de la tabla 8.1) y la fuerza horizontal 𝑃𝒉 es 𝑃𝑎 cosα.
Sea

La fuerza resultante. El momento neto de estas fuerzas respecto al punto C


en la figura 8.11 es

𝑅 = 𝛴𝑉 + 𝑃𝒉 (8.15) 𝑀𝑛𝑒𝑡𝑜 = 𝛴𝑀𝑅 − 𝛴𝑀𝑜 (8.16)

Observe que los valores de 𝛴𝑀𝑅 𝑦 𝛴𝑀𝑜 se determinaron antes. [Consulte la


columna 5 de la tabla 8.1 y la ecuación (8.3)]. Considere que la línea de
acción de la resultante R interseca la losa de base en E. Entonces la distancia

𝑀𝑛𝑒𝑡𝑜
𝑑𝑖𝑠𝑡(𝐶𝐸) = 𝑑𝑖𝑠𝑡(𝑋) =
𝛴𝑉
De aquí, la excentricidad de la resultante R se puede expresar como
𝐵
𝑒 = − 𝑑𝑖𝑠𝑡(𝐶𝐸)
2

La distribución de la presión debajo de la losa de base se puede


determinar utilizando principios físicos simples de la mecánica de
materiales. Primero, se tiene

𝛴𝑉 𝑀𝑛𝑒𝑡𝑜 𝑦
𝑞= ±
𝐴 𝐼

Donde

𝑀𝑛𝑒𝑡𝑜 = 𝑚𝑜𝑚𝑒𝑛𝑡𝑜 = (𝛴𝑉)𝑒


1
𝐼 = 𝑚𝑜𝑚𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑖𝑛𝑒𝑟𝑐𝑖𝑎 𝑝𝑜𝑟 𝑙𝑜𝑛𝑔𝑖𝑡𝑢𝑑 𝑢𝑛𝑖𝑡𝑎𝑟𝑖𝑎 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑏𝑎𝑠𝑒 = (1)(𝐵3 )
12

Para las presiones máximas y mínima, el valor de y en la ecuación (8.19) es


igual a B/2. Al sustituir Los valores anteriores en la ecuación (8.19) da

𝐵
𝑒(𝛴𝑉)
𝑞𝑚á𝑥 = 𝑞𝑝𝑢𝑛𝑡𝑒𝑟𝑎 =
𝛴𝑉
+ 2 = 𝛴𝑉 (1 + 6𝑒) (8.20)
(𝐵)(1) ( 1 )(𝐵3 ) 𝐵 𝐵
12

De manera similar,

𝛴𝑉 6𝑒
𝑞𝑚𝑖𝑛 = 𝑞𝑡𝑎𝑙𝑜𝑛 = (1 − ) (8.21)
(𝐵) 𝐵
Observe que 𝛴𝑉 incluye el peso del suelo, como se muestra en la tabla 8.1
y que cuando el valor de la excentricidad e es mayor que B/6, 𝑞𝑚𝑖𝑛
[ecuación (8.21)] resulta negativo. Así pues, habrá algún esfuerzo de
tensión en el extremo de la sección del talón. Este esfuerzo no es deseable,
ya que la resistencia a la tensión del suelo es muy pequeña. Si en el análisis
de un diseño se tiene que e>B/6, el diseño se debe volver a dimensionar y
los cálculos se tienen que rehacer.
Las relaciones pertinentes a la capacidad de carga de una cimentación
superficial se analizaron en el capítulo 3. Recuerde que [ecuación (3.40)],

1
𝑞𝑢 = 𝑐2′ 𝑁𝐶 𝐹𝑐𝑑 𝐹𝑐𝑖 + 𝑞𝑁𝑞 𝐹𝑞𝑑 𝐹𝑞𝑖 + 𝛾2 𝐵′ 𝑁𝛾 𝐹𝛾𝑑 𝐹𝛾𝑖 (8.22)
2
Donde

𝑞 = 𝛾2 𝐷

𝐵′ = 𝐵 − 2𝑒

1 − 𝐹𝑞𝑑
𝐹𝑐𝑑 = 𝐹𝑞𝑑 −
𝑁𝐶 𝑡𝑎𝑛𝜙2′
𝐷
𝐹𝑞𝑑 = 1 + 2 𝑡𝑎𝑛𝜙2′ (1 − 𝑠𝑒𝑛𝜙2′ )2
𝐵′
𝐹𝛾𝑑 = 1
𝜓° 2
𝐹𝑐𝑖 = 𝐹𝑞𝑖 = (1 − )
90°
𝜓°
𝐹𝛾𝑖 = (1 − ′ )2
𝜙2 °

𝑃𝑎 𝑐𝑜𝑠𝛼
𝜓° = 𝑡𝑎𝑛−1 ( )
𝛴𝑉

Observe que los factores de forma 𝐹𝑐𝑠 , 𝐹𝑞𝑠 , 𝐹𝑦𝑠 proporcionados en el


capítulo 3 son todos iguales a 1, debido a que se tratan como los de una
cimentación continua. Por esta razón los factores de forma no se muestran
en la ecuación (8.22).
Una vez que se ha calculado la capacidad de carga última del suelo por
medio de la ecuación (8.22), se puede determinar el factor de seguridad
contra la falla de capacidad de carga:

𝑞𝑢
𝐹𝑆(𝑐𝑎𝑝𝑎𝑐𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑑𝑒 𝑐𝑎𝑟𝑔𝑎) = (8.23)
𝑞𝑚á𝑥

En general, se requiere un factor de seguridad de 3. En el capítulo 3 se hizo


notar que la capacidad de carga última de las cimentaciones superficiales
ocurre a un asentamiento de aproximadamente 10% del ancho de la
cimentación.
En el caso de muros de retención, el ancho B es grande. De aquí que la carga
última que ocurrirá a un asentamiento de la cimentación muy grande. Un
factor de seguridad de 3 contra la falla por capacidad de carga es posible
que no asegure que el asentamiento de la estructura se encuentre dentro
del límite tolerable en todos los casos. Así pues, esta situación necesita una
investigación más profunda.
Una relación alternativa para la ecuación (8.22) será la ecuación (3.67), o
1
𝑞𝑢 = 𝐶 ′ 𝑁𝐶(𝑒𝑖) 𝐹𝑐𝑑 + 𝑞𝑁𝑞(𝑒𝑖) 𝐹𝑞𝑑 + 𝛾2 𝐵𝑁𝛾(𝑒𝑖) 𝐹𝛾𝑑 Como 𝐹𝛾𝑑 = 1,
2

1
𝑞𝑢 = 𝐶 ′ 𝑁𝐶(𝑒𝑖) 𝐹𝑐𝑑 + 𝑞𝑁𝑞(𝑒𝑖) 𝐹𝑞𝑑 + 𝛾2 𝐵𝑁𝛾(𝑒𝑖) ( 8.24)
2

Los factores de capacidad de carga, 𝑁𝐶(𝑒𝑖) , 𝑁𝑞(𝑒𝑖) y 𝑁𝛾(𝑒𝑖) ) se dieron en las


figuras 3.26 a 3.28.

4.3 OTROS TIPOS DE POSIBLES FALLAS EN UN MURO DE RETENCIÓN.

Para diseñar muros de contención, es necesario definir "falla" y saber cómo


pueden fallar las paredes. En condiciones estáticas, los muros de
contención actúan sobre las fuerzas del cuerpo relacionadas con la masa
del muro, las presiones del suelo y las fuerzas externas, como las que se
transmiten mediante tirantes. Un muro de contención adecuadamente
diseñado logrará el equilibrio de estas fuerzas sin inducir esfuerzos
cortantes que se acerquen a la resistencia al corte del suelo. Sin embargo,
durante un terremoto, las fuerzas de inercia y los cambios en la resistencia
del suelo pueden violar el equilibrio y causar una deformación permanente
de la pared. La falla, ya sea por deslizamiento, inclinación, flexión o algún
otro mecanismo, ocurre cuando estas deformaciones permanentes se
vuelven excesivas. La pregunta de qué nivel de deformación es excesivo
depende de muchos factores y se aborda mejor en función del sitio.

Para determinar las fallas en los muros de contención, es necesario conocer


y analizar detenidamente las condiciones básicas de seguridad que deben
cumplir tales estructuras, tales como: seguridad contra deslizamiento,
seguridad contra volcamiento y seguridad por falla de la base.
Estas causas pueden desencadenar patologías que afectan directamente al
muro, disminuyendo sus factores de seguridad, afectando su vida útil y
convirtiéndose en factores de riesgo para las comunidades vecinas. Hay 4
tipos principales de muros:
Los muros de contención por gravedad, muros por semi-gravedad, muros
pantalla o en voladizo y muros con contrafuerte.
Los muros de contención por gravedad:
actúan por acción de su propio peso oponiendo resistencia a las fuerzas
actuantes (empujes del suelo), es decir, por esfuerzos normales al plano de
su sección. Su diseño y construcción son sencillos puesto que son
estructuras másicas que no requieren refuerzo. Por consiguiente son menos
susceptibles a los agentes químicos.

Los muros de semi-gravedad:


son algo más esbeltos que los anteriores y soportan pequeños esfuerzos
de tracción que resisten con una baja cuantía de refuerzo y que en general
pueden resultar más económicos que los muros de gravedad para alturas
hasta de 4 m.
Los muros pantalla voladizo:
Funcionan principalmente a flexión, es decir, soportan esfuerzos paralelos
al plano de su sección y son, por lo general de concreto reforzado para
alturas menores a 10 m. Los muros de contrafuerte son similares a los
muros pantalla, con la diferencia que son usualmente utilizados para alturas
mayores a 10 m.

Muro de voladizo con acero

Los muros contrafuerte:


Representan una evolución del tipo anterior. Al crecer la altura, y por ende
los espesores de hormigón, compensa aligerar las piezas con la solución de
los contrafuertes, aunque conlleve un tajo de ferralla y encofrado más
complicados y un hormigonado más difícil. Los contrafuertes pueden
disponerse en el trasdós (figura 5 a) o en el intradós (figura 5 b), aunque la
primera solución es técnica y económicamente mejor por colocarse el
alzado en la zona comprimida de la sección en T que se forma. La segunda
solución, además, presenta un claro inconveniente estético.

PATOLOGÍAS MÁS COMUNES PRESENTADAS EN MUROS DE CONTENCIÓN:


La buena elección del tipo de muro es fundamental para su correcto diseño.
No obstante, hay que tener en cuenta las posibles cargas que causarían el
colapso de la estructura, para poder realizar una evaluación completa, Para
ello es importante conocer los distintos motivos por los cuales se produciría
la falla.
En principio, es importante recordar que el principal objetivo de un muro
es soportar empujes laterales, a pesar de ello puede soportar cargas
verticales adicionales. Por lo que, el colapso o la estabilidad del muro
depende especialmente del suele con el que tiene contacto directo sobre
su base y el peso del muro. 13 A continuación se expondrá los distintos tipos
de fallas.

Giro excesivo
Este problema ocurre cuando los momentos actuantes sobre el muro son
mayores que los momentos resistentes y superan el factor de seguridad,
que oscila entre 2,0 y 3,0 (NSR-10, título H, Tabla H.6.9-1). El giro excesivo
puede explicarse también por un considerable incremento de la
sobrecarga, para lo cual se deben prever medidas que aumenten los
momentos resistentes.

Deslizamiento
En estos deslizamientos lo que vence la resistencia del muro son las fuerzas
de empuje activo generadas por el relleno y la sobrecarga cuando superan
el factor de seguridad, para este caso de 1,6 (tabla H.6.6-1, NSR-10). Se
presenta debido a la subestimación de las cargas de empuje en el diseño, a
construcciones detrás del muro o al cambio de material de diseño que
produzca un empuje que supere el factor de seguridad.

Desplazamiento profundo
Este problema consiste no solo en el deslizamiento del muro, sino también
en su hundimiento y giro, inducidos generalmente por la formación de una
superficie de deslizamiento profunda, de forma aproximadamente circluar.
Una causa de la formación de esta superficie de falla es la existencia de un
estrato de suelo blando en la parte inferior del muro.

Figuración excesiva
Es un fenómeno visible especialmente en las zonas de tracción del muro,
razón por la cual puede llevar a otros problemas de durabilidad puesto que,
al estar en contacto con el suelo y por consiguiente con sulfatos, el refuerzo
se expone a una acelerada corrosión y en consecuencia se genera una
inminente falla por momento flector y cortante. Los orígenes más comunes
de la fisuración son la excesiva retracción plástica del concreto en el
momento del fraguado o las variaciones extremas de temperatura.
Rotura por flexión
Las roturas por flexión pueden aparecer tanto en el muro como en la punta
de la base o el talón. Como las cuantías en muros suelen ser bajas, los
síntomas de pre-rotura sólo son visibles en la cara de tracción, que en todos
los casos está oculta, por lo cual no se notan los síntomas de aviso.

Falla de muro de contención por Rotura de flexión en la punta.

Rotura por esfuerzo cortante


Como los esfuerzos por flexión, estos esfuerzos pueden llevar a roturas en
varias zonas del muro, tanto en el alzado como en el tacón, la punta y el
talón.
Rotura por fallo de traslapo
Este caso obedece al amarre del refuerzo entre la base y el muro, donde el
traslapo entre la armadura de la zapata debe anclarse con la zona del muro
de contención. La sección crítica es la de arranque de la armadura de
tracción del alzado, donde la longitud de traslapo debe estudiarse
detenidamente.

Retracción hidráulica y térmica


Este fenómeno ocurre principalmente durante la etapa de fraguado del
concreto y se incrementa ante la ausencia de refuerzo longitudinal
suficiente para controlar la retracción y la temperatura. Dentro de esta
categoría de problemas también podría incluirse el agrietamiento causado
por la dilatación y retracción del muro ante cambios extremos de
temperatura, lo cual deriva en problemas de fisuración excesiva.
Degradación por ataque de medio ambiente
Estos problemas van asociados a deterioros producidos por la gran mayoría
de las anteriores patologías, puesto que los catalizadores del deterioro
tanto del concreto como del refuerzo, son lesiones como grietas, fisuras y
exposición del refuerzo al ataque de sulfatos del suelo y cloruros de las
fuentes de agua. Este fenómeno no representa mayor amenaza para los
muros de gravedad, puesto que su susceptibilidad a los ataques químicos
disminuye ante la ausencia del refuerzo, y pasan a ser relevantes patologías
de otros orígenes.

4.4 DRENAJE DEL RELLENO


Como resultado de la lluvia y otras condiciones húmedas, el material de
relleno para un muro de retención se puede saturar, y por consiguiente
aumenta la presión sobre el muro y tal vez se establezca una condición
inestable. Por esta razón, se debe proporcionar un drenaje adecuado por
medio de agujeros de drenaje o tubos perforados de drenaje.

Provisiones de drenaje para el relleno de un muro de retención:


a) agujeros de drenaje; b) mediante un tubo perforado de drenaje.

Si se proporcionan agujeros de drenaje, deben tener un diámetro mínimo


de aproximadamente 0.1 m y estar espaciados de manera adecuada.
Observe que siempre existe la posibilidad de que el material del relleno se
arrastre hacia los agujeros de drenaje o hacia los tubos de drenaje que al
paso del tiempo los tape. Por lo que se necesita colocar un material de filtro
detrás de los agujeros de drenaje o alrededor de los tubos de drenaje, según
sea el caso; en la actualidad los geotextiles sirven para ese fin.
Dos factores principales afectan la elección del material de filtro: la
distribución granulométrica de los materiales debe ser tal que a) el suelo
que se protege no se arrastre hacia el filtro y b) no se desarrolle una carga
de presión hidrostática excesiva en el suelo con una permeabilidad
hidráulica menor (en este caso, el material de relleno). Las condiciones
anteriores se pueden satisfacer si se cumplen los requisitos siguientes
(Terzaghi y Peck, 1967):

Pantallas de drenaje:
Estas estructuras son empleadas en el manejo de aguas subterráneas que
afloran en la superficie de los taludes, con el objeto de impedir la erosión
de los mismos mediante la colocación de un filtro de material granular o
Geotextil sobre toda el área por tratar, una estructura de contención o
retención de la masa de suelo la cual consiste generalmente en un muro en
gaviones y un subdrén colector el cual se coloca en el pie del talud para
recoger el agua captada por la pantalla.
El muro en gaviones cumple además la función de retención de
desprendimiento de material, permitiendo el flujo de agua con lo cual se
constituye en una estructura de estabilización y drenaje para
deslizamientos superficiales.

Pantalla de Drenaje

Subdrén Chimenea:
Este tipo de subdrén se construye en la parte posterior del muro, es decir
en el espaldón y su función es evitar que se generen presiones hidrostáticas
que afecten la estabilidad del mismo. Consiste en un filtro de un espesor
que puede oscilar entre 40 y 80 cm, dispuesto en forma vertical a lo largo
de la altura del espaldón del muro, formado por material granular limpio de
finos con una granulometría entre ¾” y 2 ½”, cubierto con un Geotextil de
tipo no tejido. El agua captada por el subdrén chimenea es entregada en un
subdrén longitudinal colocado en la parte inferior del espaldón para su
evacuación final.

Subdrén Chimenea con lloraderos

Lloraderos
Como complemento al drenaje en el espaldón del muro, es necesario
construir lloraderos que permitan la salida de agua de exceso. Los
lloraderos consisten en tuberías de diámetro entre 2 ½” y 4” que se
introducen dentro del muro espaciados entre 2 y 3 m aproximadamente en
sentido vertical y entre 1 y 2 m aproximadamente en sentido horizontal en
una longitud de ¾ de la base del muro.

Las tuberías deben localizarse desde una altura mínima de 30 cm por


encima del pie del muro. Para el caso de muros en tierra reforzada, las
tuberías deben contar con perforaciones y deben estar forradas con
Geotextil no tejido. Para muros en concreto reforzado, debido a que su
estructura es impermeable, se deben construir lloraderos para evitar la
excesiva presión de poros en el espaldón del muro, lo cual podría afectar el
concreto. En este caso, se debe disponer de una “funda” de Geotextil en la
boca del tubo para evitar el paso de material a través del mismo con el
consecuente taponamiento que ello generaría.
De acuerdo con las condiciones del sitio y el ancho del muro, en ocasiones
es recomendable introducir una inclinación a las tuberías de los lloraderos
con el fin de facilitar la evacuación del agua como se muestra en la figura.

Muro de Contención en concreto lanzado con lloraderos

Lloraderos en muros de gravedad y muros en concreto reforzado

JUNTAS DE CONSTRUCCIÓN
Juntas de construcción Un muro de retención se puede construir con una o
más de las juntas siguientes:
 Las juntas de construccion (consulte la figura a) son juntas verticales
y horizontales que se colocan entre dos vaciados de concreto
sucesivos. Para aumentar la resistencia cortante en las
 juntas, se pueden utilizar cuñas. Si no se utilizan cuñas, la superficie
del primer vaciado se limpia y se hace rugosa antes del siguiente
vaciado de concreto.

 Las juntas de contraccion (figura b) son juntas verticales (ranuras)


colocadas en la cara de un muro (desde la parte superior de la losa
de base hasta la parte superior del muro) que permiten que el
concreto se contraiga sin un daño apreciable. Las ranuras pueden ser
de aproximadamente 6 a 8 mm de ancho y de 12 a 16 mm de
profundidad.
 Las juntas de expansion (figura c) permiten la expansión del concreto
causada por los cambios de temperatura; también se pueden utilizar
juntas de expansión verticales desde la base hasta la parte superior
del muro. Estas juntas se pueden rellenar con rellenos flexibles para
juntas. En la mayoría de los casos, las varillas de refuerzo de acero
que van a lo largo del cuerpo del muro son continuas a través de
todas las juntas. El acero se engrasa para permitir que el concreto se
expanda.

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