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iniciar el
maravilloso viaje
de la lectura.
Nombre del alumno:
Cuenta la historia que ante Salomón, rey de Israel, se presentaron una vez dos
mujeres disputándose ser la madre de un niño vivo.
La primera dijo:
– ¡Señor mío! Esta mujer y yo vivimos en una misma casa y compartimos la
misma habitación. A los tres días que nació mi hijo, nació también su hijo. Pero
su hijo murió asfixiado por ella cuando dormía. Al levantarme por la mañana
para darle de mamar hallé muerto a mi hijo. Más en mi desesperación, al
mirarlo con detenimiento, me di cuenta que no era mi hijo, sino de esta mujer.
– ¡Es falso! –contestó la otra mujer. ¡Su hijo es el que estaba muerto! ¡El mío es el
que vive!
Ante esta airada discusión, el rey intervino diciendo:
–Ya que las dos manifiestan que son la madre de la criatura viva. ¡Traedme una
espada! ¡Partiré al niño por el medio y entregaré a cada una la mitad!
Entonces la primera mujer suplicó al rey con lágrimas en los ojos:
–¡No, ¡Señor mío, no lo mate! ¡Ten piedad, no lo mate! ¡Entréguele a ella el niño
vivo, se lo ruego por amor a Dios!
– ¡No! Está bien que se divida el niño. Que no sea mío, ni tuyo –dijo la segunda
mujer.
Estas diferentes reacciones de las mujeres sobre el futuro del niño fueron
argumentos suficientes para que el rey Salomón dictara esta justa decisión:
–Dad el niño a la primera madre, pues no hay duda que es su verdadera
madre –sentenció.
1. Personajes.
2. Lugar
Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se
estaban muriendo.
El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.
Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la
Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.
La Rosa lloraba porque no podía ser tan alta y sólida como el Roble. Entonces
encontró una planta, una Fresa, floreciendo y más fresca que nunca.
El rey preguntó:
-¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?
- No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías
fresas. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel
momento me dije: “Intentaré ser Fresa de la mejor manera que pueda”.
Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mírate a ti mismo. No
hay posibilidad de que seas otra persona. Puedes disfrutarlo y florecer regado
con tu propio amor por ti, o puedes marchitarte en tu propia condena…
4. ¿Quien da uvas?
Érase una vez un país remoto donde la gente perdía las palabras.
Inesperadamente, los hombres y las mujeres de aquella tierra – Jóvenes y viejos-
habían empezado a perder las palabras.
Una detrás de otra, como quien pierde los cabellos. Nadie sabía determinar las
causas por las cuales aquella gente había empezado a ignorar los nombres de
las cosas, y muchos
no sabían de qué manera podían designar a los pájaros, a los árboles, a las
montañas y al mar.
Las palabras perdidas permanecían con frecuencia en el suelo, por las calles y
las plazas.
No era difícil ver aquel suceso. De pronto, una palabra surgía de un bolsillo,
colgaba de un sombrero, caía del interior de un capazo... Se precipitaba al
suelo y rodaba sobre el pavimento como si fuera una bola.
Completa la expresión.
2. ¿Crees que debe uno aprovecharse de las personas que no pueden valerse
por sí mismas?
Los niños de primaria pueden ser crueles y definitivamente lo éramos con un chico
llamado Damián que iba en mi grupo. “¡Miren al gordito!” Lo imitábamos y nos
burlábamos de su tamaño. Tenía un sobrepeso de 30 kilos. Él experimentaba el dolor
de ser el último seleccionado para jugar fútbol o baloncesto.
Un día se sentó cerca de mí, en la clase de gimnasia. Alguien lo empujó y me cayó
encima lastimándose el pie. El niño que lo empujó, dijo que Damián se había tirado.
Con toda la clase pendiente de mí, tenía que decidir entre ignorar el asunto o
pelearme con Damián. Decidí pelear para mantener mi imagen intacta. Grité: –
Vamos Damián, pelea conmigo. –No quiero pelear –indicó Damián.
Pero la presión de los compañeros lo obligó a participar en el pleito, a pesar de que
no quería. Se acercó a mí con los puños en el aire. Con un puñetazo hice que su nariz
sangrara y la clase se puso frenética. En ese momento, el maestro entró al salón. Vio
que estábamos peleando y nos mandó a la pista de carrera
Después dijo algo que nos dejó impresionados. Declaró con una sonrisa: –Quiero
que ustedes dos corran un kilómetro tomados de la mano.
El cuarto explotó en una carcajada. Los dos estábamos más avergonzados de lo que
se puedan imaginar, pero aun así, Damián y yo fuimos a la pista y corrimos nuestro
kilómetro tomados de la mano.
En algún momento en el transcurso de nuestra carrera, recuerdo haber volteado a
verlo, todavía con sangre goteando de la nariz, y la velocidad disminuida por su
sobrepeso.
De repente, me di cuenta de que era una persona igual a mí. Los dos volteamos a ver
y comenzamos a reírnos. Con el tiempo nos convertimos en buenos amigos.
Por el resto de mi vida, nunca he vuelto a alzarle la mano a otra persona.
Dando círculos en esa pista, tomados de la mano, dejé de ver a Damián como un
gordo o un tonto. Era un ser humano con valores propios más allá de lo externo. Era
sorprendente lo que aprendí, cuando me obligaron a ir de la mano de alguien por
sólo un kilómetro.
Ac ad
LOS YINN
Actividad 8
Los Yinn son animales que viven en el aire. Su cuerpo es transparente y son
capaces de tomar muchas formas.
Al principio aparecen como nubes; luego, según su voluntad, toman la figura
de un hombre, un lobo, de un león o de una culebra. Pueden atravesar un
muro o volar por los aires o hacerse invisibles. A menudo llegan al cielo y
sorprenden las conversaciones de los ángeles sobre lo que va a pasar; luego
se lo cuentan a los magos y adivinos para que puedan adivinar el futuro.
Ciertos sabios dicen que ellos construyeron las Pirámides de Egipto y el
Templo de Jerusalén. Desde las terrazas o los balcones les gusta tirar piedras a
las gentes. También les gusta vivir en las ruinas, en las casas deshabitadas, los
pozos, los ríos o los desiertos. Los egipcios afirman que cuando se enfadan
lanzan tormentas de arena y piensan que las estrellas fugaces que podemos
ver por las noches de verano en el cielo son dardos que lanzas los Yinn contra
sus enemigos cuando se enfadan.
4. ¿Qué afirman los egipcios sobre por qué se producen las tormentas de
arena y las estrellas fugaces?