Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Platón compara el Sol con la Idea del Bien. En muchas culturas el sol es una analogía con Dios.
Platón supone que la realidad, propiamente dicha, son las ideas que,
como géneros lógicos universales, existen en un mundo ordenado y jerarquizado más allá
del mundo material, presidida por la Idea de las Ideas: La Idea del Bien. Un demiurgo toma
como modelo dichas ideas y las introduce como "almas" o formas (principio de
movimiento) en la materia, que propiamente no es nada; la materia por sí es caos,
desorden (el mal). De esta forma se explica y comprende el mundo material sensible en el
que vivimos, y el sentido de la vida como tránsito hacia otra vida, la verdadera, en el
mundo de las ideas al que el alma llega tras sucesivas reencarnaciones hasta llegar al
alma del hombre, racional, que se librará finalmente de la materia a través de
la filosofía por medio del conocimiento y amor de la Idea del Bien, origen de todo Ser y de
todo Bien.
Platón es el primer filósofo que realiza un planteamiento unificado de los modos de existir:
Esencial y necesario en el mundo de las ideas, de las que cada cosa en el mundo
participa según sus propiedades, entendidas como formas cada una según
su esencia particular, en la fuente del verdadero Ser: la Idea del Bien, (Dios para los
cristianos).
Transitorio e inseguro en los seres materiales del mundo a través de las sucesivas
uniones de las ideas con la materia, ahora como forma o alma (principio de
automovimiento y vida) que introducen orden y jerarquía en la materia (eterna, caótica,
desorden, mal).
Como sentido existencial del alma humana en su tránsito por el mundo.nota 1
Artículo principal: Aristóteles
Los neoplatónicos y los primeros filósofos cristianos pensaron que las ideas tenían
realidad como esencias en la mente de Dios. Siguiendo la tradición neoplatónica y
agustiniana S. Anselmo mediante el llamado argumento ontológico daba por demostrada la
existencia de Dios a partir de la idea de Dios: Ser Perfecto, fuente de toda existencia.
Artículo principal: Sto. Tomás
Con la introducción del aristotelismo en Europa por los árabes el tema de la existencia
adquiere un nuevo sentido en la Baja Edad Media al incorporar Tomás de Aquino a la
filosofía cristiana la distinción de Avicena entre "ser de esencia" y "ser de existencia".
Inaugura así una vía nueva de demostración de la existencia de Dios partiendo del
conocimiento del mundo sensible, material y móvil, las "cinco vías". Luego ha pasado a ser
el modo de explicar la existencia en la llamada filosofía tradicional aristotélico-tomista, a
veces mal llamada escolástica.
Frente a todos estos autores, que consideran la realidad de las ideas en Dios, pero no en
el entendimiento humano y por eso son llamados realistas, se encuentran los que
consideran que las ideas no tienen realidad alguna fuera del pensamiento de quien las
piensa, son puros nombres.
Los filósofos nominalistas y en especial, Guillermo de Ockham, consideraron que las
ideas, como conceptos, no son más que "palabras", "nombres" ("flatus vocis") que no
tienen realidad ninguna; sólo son predicados lingüísticos acerca de las cosas individuales
de las que hacemos generalizaciones para entendernos. Siguiendo el aristotelismo y
considerando la experiencia como verdadera fuente del conocimiento de la existencia,
afirma solo la existencia para los seres individuales. Los conceptos generales no tienen
existencia como tales, sino dependencia del pensamiento que los crea. A Dios se llega por
la vía más neoplatónica y agustiniananota 2 y franciscana de la Idea del Bien y del Amor, y
no la vía de la mera razón argumentativa.
En la Edad Moderna[editar]
Artículo principal: Descartes