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IMPORTANCIA DE LA NATURALEZA

Desde pequeños estamos acostumbrados a


admirar a diario las maravillas de las plantas y
flores, nos gusta interactuar con los animales
domésticos y saber cómo cuidarlos, alimentarlos y
protegerlos. En muchos casos, nos encariñamos
con ellos como si fueran parte de nuestra familia.
También desde nuestra infancia nos maravillamos
con aquellos animales que son salvajes y que se
desplazan elegantemente por nuestro entorno o
en lugares lejanos buscando su alimento. A ellos
los podemos observar en lugares especialmente
acondicionados para eso como los zoológicos o
los parques botánicos y es menester de los
humanos saber mantener, conservar y cuidar
esos lugares y sus habitantes como corresponde.

La naturaleza también está presente cuando


miramos el paisaje y nos asombramos por su
belleza, cuando llueve y miramos las gotas caer
en nuestra ventana. A veces nos asustamos con
los truenos y nos dan miedo fenómenos
climáticos muy violentos y peligrosos como los
tornados, los maremotos o los terremotos. Las
sensaciones que nos genera la naturaleza son
infinitas. Todo esto nos prueba que nuestra vida
está en directa relación con la naturaleza y
aunque a veces creamos que ya no la
necesitamos, ella está en todo y debemos
cuidarla.
La naturaleza como base del estudio científico

Además de ser
parte de nuestra vida cotidiana, la naturaleza fija
también el soporte y la base del campo de estudio
de las Ciencias Biológicas, teniendo injerencia por
ello en todo lo relativo a los seres vivos y a todo lo
que haya sido creado sin la intervención de la
mano del hombre, inclusive la materia inerte.
Todos estos elementos que desde tiempos
inmemoriales son analizados e investigados por
las distintas sociedades humanas son los que han
permitido la creación y perfección del estudio
científico: la generación de hipótesis, la
recolección de datos e informaciones, la
comprobación y la afirmación o negación de esa
hipótesis. El método científico se encuentra en
plena vigencia para las ciencias naturales y
biológicas.
Pero las ciencias no buscan sólo comprender los
elementos naturales por sí solos, aislados, sino
que se interesa por las especies vegetales y
animales, cómo éstas interactúan y realizan sus
actividades modificándose unas a otras, dando
lugar a un equilibrio que es llamado ecosistema y
que es relativo al entorno donde se desenvuelven
y a la característica que tenga este.

Además de
estudiar a los seres vivos, las ciencias naturales
se preocupan e interesan por el planeta Tierra,
nuestra casa y la casa de todos los seres vivos,
los cambios que ha tenido a lo largo de la historia
y cómo sus habitantes se adaptan a
sus características. Fenómenos tales como la
formación de montañas, el aumento de la
temperatura, la formación del agua, son claros
ejemplo de ello ya que influyen directamente en la
aparición de las especies animales y vegetales
pero también en su supervivencia a través de los
milenios.
El cuidado de la naturaleza como necesidad ética

A partir de todo lo establecido, queda claro que


nuestra relación con la naturaleza es intrínseca.
No podríamos existir sin ella, sin todos sus
recursos y elementos, sin todo lo que la hace tan
perfecta, bella y peligrosa. Como seres
racionales, depende de nosotros hacer el
esfuerzo necesario para que todo lo que ella nos
brinda siga existiendo en las condiciones más
originales posibles, para que siga siendo fuente
de recursos y de belleza, para que otros seres
vivos puedan pervivir al lado nuestro en el
complejo planeta en que vivimos.

Es importante comprender entonces que el


cuidado del Medio Ambiente no sólo nos
permitirá deleitarnos con los paisajes naturales y
todo lo que la naturaleza ha creado en millones
de años de evolución, sino que será además una
forma de poder cuidarnos a nosotros mismos,
como miembros de dicho ecosistema, como
quienes necesitan de él y deben protegerlo por su
propio bienestar, evitando los desequilibrios que
puedan terminar con nuestra supervivencia, que
destruyan la belleza y la armonía de la naturaleza,
que dejen marcas imborrables en ella y pongan
en peligro la vida. Nuestra responsabilidad es
total frente a estos problemas y por lo tanto
debemos actuar en consecuencia para
asegurarnos la vida que nos pertenece y la de los
demás seres vivos que sufren estos cambios sin
poder hacer nada al respecto.

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