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LA ARQUEOLOGÍA BÍBLICA:
UNA CIENCIA HERMENÉUTICA
ENTRE HISTORIA Y TOLDOT
BIBLICAL ARCHAEOLOGY:
A QUEST OF HISTORY
BETWEEN HISTORIA AND TOLDOT
Stéphane Vinolo
Recibido 15 de marzo de 2016
Aceptado 8 de abril de 2016
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http://www.asor.org/pubs/nea/ [Consultado el 15 de febrero 2016, 21h38]
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blica. Podemos imaginar una visión mi- dentro del cual se decida interpretarlo y
nimalista de la arqueología bíblica. Esta darle sentido.
visión conocida como “Escuela de Co-
penhague”, ya que dos de sus mayores Más aún, la complejidad del de-
representantes –Niels Peter Lemche y bate alrededor de la arqueología bíblica
Thomas L. Thompson– eran académicos proviene del hecho de que el paradigma
en la universidad de Copenhague, de- dentro del cual los arqueólogos maxima-
fiende la idea según la cual la Biblia relata listas interpretan los datos arqueológicos
los mitos fundadores de varias religiones es un paradigma absoluto ya que se basa
monoteístas, pero que en muy pocos en una fe que no puede ser cuestionada
casos estos mitos se pueden corroborar – en cuanto es una fe – desde un punto
con evidencias arqueológicas para pasar de vista científico. Si este debate surgiera
del estatuto de mito al de Historia. Al entre dos paradigmas científicos, estaría-
contrario, existe la posición maximalista mos en una situación epistemológica
que consiste en afirmar el carácter suma- común en la cual varios paradigmas lu-
mente histórico de la Biblia3 apoyándose chan por imponerse, tal como podemos
sobre los descubrimientos que parecen verlo por ejemplo en el caso del debate
confirmar lo que relata la Biblia. Este de- entre el paradigma corpuscular de la luz
bate entre las dos posiciones no fuera y el paradigma ondulatorio de esta. Sin
tan complicado ni tan vigoroso si la ar- embargo, este no es el caso en la arqueo-
queología no fuera una ciencia profun- logía bíblica a la hora de determinar cuál
damente hermenéutica. Si bien es de la interpretación maximalista o mini-
verdad que toda ciencia conlleva cierta malista es la correcta. Para la separación
hermenéutica, ya que no existen hechos radical, que yace entre las dos órdenes
de por sí, y que cada hecho debe ser es- que son la ciencia y la fe, ninguna ciencia
tablecido (por no decir construido) me- refutará jamás la fe, y toda fe que espera
diante un proceso interpretativo que le razones científicas para creer es una mala
da sentido dentro de una teoría general fe4. Si bien los paradigmas científicos se
o de un paradigma global (Kuhn, 1962), refutan los unos a los otros de manera
es aún más perceptible en lo que se re- bastante fácil y consensual, y que hemos
fiere a la arqueología ya que cada rastro podido pasar en física del paradigma
de civilizaciones pasadas puede ser inter- newtoniano al paradigma de la física de
pretado de manera radicalmente dife- Einstein, estos saltos de paradigmas son
rente dependiendo del paradigma mucho más complicados en lo que se re-
3
Para ver una oposición concreta de estas dos posiciones sobre el caso específico del tamaño de la Jerusalén
antigua, podremos leer el artículo de Tuland (Tuland, 1967).
4
Para la separación radical de la fe y de la razón, y de la separación de las órdenes, podremos leer las obras de
Blaise Pascal y particularmente su éxtasis místico del 23 de noviembre 1654, conocido como el Memorial.
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fiere a la arqueología bíblica ya que el ca- esperar de la arqueología bíblica y los lí-
rácter sagrado (y por lo tanto absoluto) mites de dicha ciencia localizándola
del paradigma bíblico permite e impone entre Historia y mitología. Pero notemos
un uso político5 de la arqueología y una de inmediato que el establecer límites a
línea de interpretación para algunos in- un campo disciplinario no es querer des-
cuestionable. truirlo ni minimizarlo, sino al contrario
cercarlo con fronteras dentro de las cua-
Quisiéramos entonces preguntar- les podemos apreciar el despliegue de
nos aquí en este trabajo lo que se puede toda su fuerza científica.
5
No afirmamos aquí que el uso político de la arqueología es el triste privilegio de la arqueología bíblica, ya que
por ejemplo el caso de las falsificaciones del yacimiento de Iruña-Veleia en el País Vasco español nos lleva a
pensar que toda arqueología es política. Sin embargo, tal vez la arqueología bíblica sea el campo de la ar-
queología en el cual el uso político de los datos aparece de la manera más fuerte y evidente.
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malista del relato bíblico, se podría al y evidente que tiene el agua con la vida,
contrario hacer del diluvio una simple la generación y la producción7, pode-
estructura antropológica, ya que mu- mos imaginar que también haya sido
chas culturas, incluso muchas para las vinculada por simple razones antropoló-
cuales no disponemos de ningún rastro gicas, con la muerte y la destrucción.
arqueológico que nos deje pensar en la Sería fácil entonces imaginar que la des-
realidad de un diluvio, presentan ele- trucción por el agua es un elemento mi-
mentos vinculados a diluvios y grandes tológico más que histórico (Girard, 2008)
inundaciones en sus mitologías. De la ya que parece ser una estructura mito-
misma manera que muchas mitologías lógica casi universal o, por lo menos, que
presentan dioses que salen de las aguas aparece en muchas regiones del planeta
o Dioses que bajan del cielo, podríamos y en culturas muy diversas.
pensar que la destrucción por el agua es
una estructura antropológica funda- Sin embargo, si tal posición se
mental de las sociedades humanas6. Re- puede defender para algunos puntos
cordemos aquí que la mitología incaica como el del diluvio bíblico, la arqueolo-
presenta un diluvio generado por el dios gía bíblica presenta elementos que no
Viracocha, que la mitología de la religión podemos dejar de vincular con el relato
Mexica dispone de una diosa –Chal- bíblico y simplemente rechazar en es-
chiuhtlicue– del agua que también ge- tructuras antropológicas fundamentales.
neró un diluvio. Podríamos encontrar de Si bien hemos visto que el diluvio es un
la misma manera diluvios en las mitolo- tema demasiado genérico en la mitolo-
gías Pascuense o Kawésqar, es decir en gía para afirmar de manera segura la
regiones muy alejadas de la región en la adecuación del relato bíblico con los ras-
cual se redactó la Biblia. Salvo que pen- tros arqueológicos, otros elementos ar-
semos en la coexistencia de diluvios en queológicos evidencian un vínculo muy
todos los espacios geográficos del pla- fuerte con el relato bíblico. Este es el
neta, podemos cuestionar el simple caso por ejemplo del descubrimiento
hecho que busquemos un vínculo entre hecho por la arqueóloga Eilat Mazar de
el relato bíblico del diluvio y un diluvio la Universidad Hebrea de Jerusalén
real. Al contrario, en una visión estructu- (Mazar, 2008) que pretende haber des-
ralista de los textos y de los colectivos cubierto el túnel (conocido como “tsin-
humanos podríamos al contrario evi- nor”) con el cual el Rey David pudo
denciar que por el vínculo fundamental conquistar a Jerusalén, túnel mencio-
6
Dentro de este paradigma estructuralista fundamental podremos ver las obras de Claude Levi-Strauss. Todas
las interpretaciones estructurales de mitos por Lévi-Strauss han sido reunidas en los cuatro volúmenes de
Mythologiques (Lévi-Strauss, 2009).
7
Ya sea de manera biológica o agrícola.
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nado en el segundo libro del profeta Sa- Esta adecuación que parece darle
muel (cf., 2 Samuel, 5, 6-8). En este caso, toda su legitimidad a la lectura maxima-
incluso los que hacen arqueología bí- lista de la arqueología bíblica no se li-
blica según la posición minimalista, bien mita al Antiguo Testamento. Este es
deben acordar que el túnel parece exac- también el caso para el Nuevo Testa-
tamente mencionado en la Biblia y que mento y de manera paradigmática para
la interpretación minimalista se encuen- la Pasión de Cristo. La arqueología bí-
tra frente a una verdadera dificultad a la blica parece revelarnos con una gran
hora de darle otro sentido que su sen- precisión los tres últimos días de la vida
tido bíblico. De la misma manera, algu- de Cristo. De esta manera, no solo Cristo
nos piensan que el túnel supuestamen- aparece obviamente en los manuscritos
te creado por Ezequías fue encontrado cristianos, sino además en algunos ma-
y permite entender cómo la ciudad de nuscritos no-cristianos9, pero sobre
Jerusalén se abasteció de agua potable todo, muchos rastros arqueológicos de
mientras las tropas de Asiria, dirigidas los cuales disponemos hoy en día pare-
por el rey Senaquerib, avanzaban sobre cen estar en adecuación con el relato bí-
ella después de haber destrozado a va- blico de sus últimos días. Así por
rias otras ciudades. Este túnel, que lleva ejemplo, existe en el British Museum de
agua desde la fuente del Gijón hasta la Londres, bajo la referencia British Mu-
piscina de Siloé, presenta rastros muy seum Syriac MS additional 14.658, una
precisos como la inscripción de Siloé carta redactada en asirio en la cual un
que nos permite incluso entender el nombrado Mara Bar Serapion10 le dice a
porqué el túnel no está cavado de ma- su hijo que debe absolutamente seguir
nera recta sino sinusoidal ya que los con su camino hacia la sabiduría ya que
obreros que lo excavaron se guiaban todos los que se han hecho culpables de
con el sonido que hacía cada equipo a maltratar y perseguir a los sabios cono-
cada lado de la excavación (Sneh et al., cieron un destino funesto ya que sus im-
2008). Una vez más en este caso, parece perios cayeron los unos tras los otros.
que la arqueología confirma de forma Para darle ejemplos a su hijo de este vín-
muy precisa los relatos bíblicos8. culo entre maltrato de los sabios y caída
8
Cf., 2 Crónicas, 32, 30: Ezequías fue también quién cegó la salida superior de las aguas del Guijón y las desvió
por un canal subterráneo hacia la parte occidental de la ciudad de David.”
9
Podemos pensar aquí en los párrafos 63 y 64 del capítulo XVIII (conocidos como Testimonium Flavianum) del
libro Antiquitates Iudaicae escrito por Flavio Josefo en los cuales aparece de forma explícita el nombre de Jesús
de Nazaret (Josefo, 1997).
10
Dada la importancia de la mención de la crucifixión de Cristo fuera de la literatura cristina, los estudios acerca
de esta carta son muy numerosos. El lector podrá ver por ejemplo el artículo completo de Annette Merz y
Teun Tieleman (Merz, Tieleman, 2008).
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de los imperios, Mara Bar Serapion toma tamento. Desde 1968, el Padre italiano
entonces en esta carta los ejemplos de Virgilio Corbo estuvo excavando por de-
la muerte de Sócrates que precipitó la bajo de una pequeña iglesia bizantina
caída de Atenas, la de Pitágoras y de los octogonal y descubrió lo que podría ser
habitantes de Samos, y sobre todo y por la casa de Pedro ya que encontró inscrip-
fin el ejemplo de los judíos y de la ciones cristianas que manifiestan la pre-
muerte de Cristo. Así tenemos testimo- sencia de lo que podríamos pensar hoy
nios de la existencia de Cristo no solo en como el cristianismo primitivo (Corbo,
el mundo cristiano –lo que podría pare- 1968). Así, algunos puntos que nos revela
cer sospechoso o lo que podría ser inter- la arqueología bíblica nos permiten sos-
pretado como una manera de afirmar la pechar que muchos de los relatos de la
verdad del cristianismo dentro del mis- Biblia tienen algún fundamento histórico,
mo cristianismo, lo que epistemológica- ya que la descripción de muchas guerras,
mente no nos permitiría afirmar dicha de invasiones pero también de ciudades
existencia histórica– sino además fuera y lugares corresponden con los datos
de él, lo que apoya de manera muy que nos proporciona la arqueología. Gra-
fuerte su probable existencia histórica cias a estos casos innegables, los intér-
(Van Voorst, 2000). Pero más allá de tex- pretes maximalistas podrían encontrar
tos, la arqueología también nos provee los fundamentos epistemológicos de su
rastros arquitecturales que podrían con- maximalismo así como cierta legitimidad
firmar la existencia histórica de Cristo y de este.
de cierta parte del relato del Nuevo Tes-
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ver que el Moscú descrito por Dos- campo de la filosofía. Es así el caso de
toievski en sus obras es casi perfecto: su todos los personajes creados por Platón:
ambiente histórico es exactamente el Sócrates, Alcibíades, Gorgas o Protágo-
que describen las novelas de Dos- ras. Sabemos por la arqueología, así
toievski. Los lugares están muy bien des- como por fuentes textuales, que cada
critos, las tiendas están ubicadas tal uno de ellos existió históricamente, y
como los estipulan los textos, y los mo- dado que varios de ellos ocuparon un
numentos históricos reflejan a la perfec- papel histórico de gran importancia en
ción la ciudad rusa. Más aún, todos los Grecia, disponemos de muchas fuentes
conflictos evocados por Dostoievski, los para corroborar su existencia y entender
juegos políticos y sociales son elemen- quiénes fueron. Hay así una realidad his-
tos que se dieron históricamente. Sin tórica innegable de cada uno de ellos.
embargo, a pesar de estas precisiones, a Sin embargo, también sabemos gracias
pesar de que podamos encontrar en a estudios precisos realizados a lo largo
Moscú lo esencial del marco que Dos- del siglo XX, que sus existencias históri-
toievski no da a ver en sus obras, nadie cas están muy lejos de la manera de la
podría mostrar, ni nadie pensaría seria- cual Platón los presenta y los utiliza. Así,
mente que los personajes de Dos- Gregory Vlastos (Vlastos, 1991) pudo
toievski que se desempeñen dentro de mostrar que el Sócrates de Platón no es
este marco histórico existieron. Así, el el Sócrates histórico, aunque Sócrates
mostrar la adecuación intra-textual y haya existido. De la misma manera, la
extra-textual de un marco dentro del gran helenista Jacqueline de Romilly
cual están situadas las acciones de un (Romilly, 1995) mostró que el Alcibíades
texto no basta para garantizar la existen- histórico no es el Alcibíades tal como lo
cia de los personajes de esta acción. presenta Platón. Este trabajo y este aná-
Pero más allá del problema entre los per- lisis se podrían realizar para cada uno de
sonajes y el marco dentro del cual se los personajes de Platón ya que al no ser
desenvuelven, el problema puede ser un historiador, Platón no pretende pre-
extendido al sentido de existencia de los sentar a sus personajes de manera his-
mismos personajes. Podemos perfecta- tórica, sino dándoles el sentido que
mente imaginar que rastros arqueológi- permite explicar el triunfo de Sócrates
cos nos demestren la existencia de en cada uno de los diálogos, y presentar
algún personaje histórico sin que este una oposición filosófica radical entre
tenga el sentido que le da cierto texto. ellos y Sócrates. Hay así una ruptura her-
Conocemos muchos casos de esta di- menéutica entre lo intra-textual y lo
vergencia entre verdad histórica y sen- extra-textual, a pesar que puedan tener
tido intra-textual de un personaje en el un referente común.
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Podemos entonces concluir con hacer, y mientras más tenga claras sus
dos afirmaciones de estas reflexiones en fronteras, más precisa y eficiente puede
lo que se refiere a las diferentes posicio- ser dentro de sus límites11. Notemos así,
nes intelectuales en arqueología bíblica. por ejemplo, que cuando la física aban-
Primero, el hecho que la arqueología bí- dona la pregunta “por qué” para limitarse
blica confirme la existencia histórica del a la pregunta “cómo”, es cuando realiza
marco en el cual se desempeñan los sus avances más espectaculares en la ex-
personajes de la Biblia no nos permite plicación de fenómenos a lo largo del
deducir la existencia histórica de estos siglo XVII. Igualmente, cuando abando-
personajes. Segundo, aunque se pueda namos el sueño de conocer a las cosas
llegar a demostrar la existencia histórica tales como son para limitarnos a los ob-
de los personajes de la Biblia, en ningún jetos tales como puede conocerlos el
caso esto demostraría que el sentido his- entendimiento humano, la ciencia mo-
tórico que tuvieron es el sentido que la derna presenta sus mayores avances. De
Biblia describe o que la Biblia les da. Para esta manera, establecer sus límites para
utilizar el vocabulario creado por De- una ciencia no es construirse como cien-
leuze (Deleuze & Guattari, 1991, 60-81), cia pobre, sino al contrario reforzar sus
podemos decir que la arqueología bí- posibilidades y ampliar el nivel de cer-
blica podrá, en el mejor de los casos, de- teza accesible dentro de ciertas fronte-
mostrar la existencia histórica de tal o tal ras. Según el paradigma maximalista de
persona, podrá tal vez certificar la exis- la arqueología bíblica, muchos creyentes
tencia con una probabilidad que se podrían ver en este límite de la arqueo-
acerque al cien por ciento; sin embargo, logía bíblica una razón de abandonar su
no podemos y no debemos esperar de fe ya que buscan en la arqueología razo-
ella que valide los personajes conceptua- nes de creer, con pruebas de la existen-
les de la Biblia; es decir, que valide el sen- cia de tal acontecimiento histórico. Tal
tido que estos personajes tienen en los vez por esta razón, la crítica de la ar-
textos. queología bíblica puede ser percibida
como una agresión por parte de mu-
Esta oposición entre verdad histó- chos creyentes. Esto sería un error muy
rica y sentido intra-textual no nos debe grande, y se debería poder trabajar de
llevar a condenar a la arqueología bí- forma racional y razonable en arqueolo-
blica. Al contrario, toda ciencia se define gía bíblica ya que los maximalistas no
por sus límites, por lo que no puede deberían olvidar que la fe, en su etimo-
11
Podremos ver en los textos de Descartes en qué medida es un proceso de reducción del objeto de la ciencia
moderna que le permitió avanzar de manera tan rápida y eficiente (Descartes, 1984). Y para entender en qué
medida esta reducción determina toda una nueva ontología que nos hace pasar de la cosa al objeto, el lector
podrá ver el libro clásico de Jean-Luc Marion (Marion, 2008).
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Hemos opuesto más arriba en este plejidad en nuestro trabajo puesto que
trabajo, la descripción de la verdad his- ambas nociones juegan un papel muy
tórica al relato del sentido que le damos importante en la arqueología bíblica
a eventos cuya realidad histórica no im- dado que no hay arqueología bíblica sin
porta. Podríamos encontrar aquí una de alguien (o una teoría) que le dé sentido
las posibles oposiciones entre Historia y a los hechos o rastros considerados
mitología. Esta oposición de la verdad y como verdaderos. Al haber en la arqueo-
del sentido nos permite introducir com- logía una parte de búsqueda de la ver-
12
Para una conceptualización brillante de esta oposición entre el conocimiento que siempre requiere el con-
cepto de Dios creado por la metafísica y la fe en Dios, podremos ver el libro de Jean-Luc Marion (Marion,
2010).
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Notemos que de hecho el último traductor francés de la obra de Heródoto decidió darle como título: L´en-
quête (es decir, literalmente, la investigación). Cf. (Heródoto, 1985).
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sacado del hombre, el Señor Dios sentido del texto más allá de su realidad
formó una mujer y se la presentó al factual. Este texto no nos dice la verdad
hombre. El hombre exclamó: «¡Esta sí de la relación hombre-mujer sino el sen-
que es hueso de mis huesos y carne tido de esta relación para los judíos, sen-
de mi carne! Se llamará Mujer, porque
tido que es el siguiente. Recordamos que
ha sido sacada del hombre». Por eso el
hombre deja a su padre y a su madre en la Biblia, todo lo que no está creado a
y se une a su mujer, y los dos llegan a partir del hombre está a su disposición:
ser una sola carne (Génesis, 2, 21-24). vegetales, animales y mundo inorgánico
están a disposición del hombre ya que al
Si aceptamos la concepción no provenir de él han sido creado de
griega de lo que significa Historia y de cierta forma para él. Sin embargo, al pro-
su correlación con cierta visión de la ver- venir de la misma materia que la del
dad, los judíos nos recuerdan con razón hombre, la mujer goza de la misma dig-
en sus interpretaciones que esto no nidad que él frente a Dios y frente a la
puede ser una Historia ya que todos Creación, es decir frente a lo absoluto.
vemos y sabemos que la mujer no pro- Bien vemos aquí la diferencia entre His-
viene del hombre sino que tanto hom- toria y toldot, entre producción de ver-
bres como mujeres provienen del útero dad y producción de sentido, y
de las mujeres, más aún cuando sabe- podemos medir las consecuencias radi-
mos que en hebreo Adam es un plural y calmente diferentes que tienen estas
que por lo tanto el Adam del cual nos lecturas en lo que se refiere a la arqueo-
habla la Biblia no es un hombre sino el logía bíblica. Para los judíos, ya que Gé-
mismo colectivo humano15. Si leemos nesis nos da la dirección hermenéutica
entonces este texto con los conceptos en la cual se desarrolla la humanidad (y
griegos en la mente, estamos condena- no su verdad entendida como adecua-
dos a decir que son textos mitológicos y ción de un discurso y de una realidad
relegarlos en el campo de la fe de cada extra-textual), podemos preguntarnos la
uno sin que ninguna ciencia pueda in- legitimidad de investigaciones arqueo-
tentar aclararnos estos puntos. Si acep- lógicas al respeto y lo que podrían apor-
tamos entonces la dicotomía griega tar a esta creación de sentido.
entre Historia y mitología, sin duda al-
guna la Biblia está más cerca de la mito- Pero tomemos un ejemplo que
logía que de la Historia. Pero si acepta- generó debates al interior de la misma
mos leer el texto con el concepto hebreo arqueología bíblica para precisar las con-
de Historia, es decir toldot, se aclara el secuencias de la oposición entre historia
15
Para una magistral interpretación filosófica y filológica de la Torah podremos ver el libro de Josy Einsenberg
y Armand Abécassis (Einsenberg & Abécassis, 2004).
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CONCLUSIÓN
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En este sentido, no es totalmente un azar, que uno de los más grandes filósofos judíos del siglo XX, Emmanuel
Levinas, describa a su propia filosofía como un palimpsesto que se articula entre Atenas y Jerusalén: “La pre-
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cisar lo que podemos esperar de la ar- gran valor de la arqueología bíblica tal
queología bíblica. Algunos puntos de la vez sea el de poder aclarar este punto, y
Biblia sin duda plantean el marco histó- el permitirnos distinguir entre los textos
rico dentro del cual se desarrollan los que se deben leer según la concepción
eventos importantes, y este marco pue- griega de la Historia, de los textos que
de y debe ser estudiado por los arqueó- debemos interpretar según la concep-
logos para revelarnos el contexto preciso ción hebrea de toldot. Así al limitar el
en el cual fueron redactados los textos. campo de investigación de la arqueolo-
Así, la presencia de semitas en Egipto pa- gía bíblica y sus pretensiones (sobre
rece incontrastable, asimismo la crucifi- todo las de los defensores de la posición
xión de un judío llamado Ieshoua en la maximalista en arqueología bíblica que
parte oriental del imperio romano, en esperan encontrar en ella una confirma-
una región bajo la responsabilidad de un ción y una justificación de su fe), amplia-
tal Pilates 17. Sin embargo, más allá de la mos en realidad sus horizontes ya que
interpretación histórica de muchos even- más allá de su propia especificidad ar-
tos, podemos pensar con los rabinos que queológica, podemos hacer de ella una
existen en la Biblia algunos textos cuyo meta-ciencia que nos permite distinguir
único objetivo es el de darnos el sentido los textos que deben ser leídos con los
de la aventura humana más que su ver- ojos del historiador de los textos que
dad; así, por ejemplo, el del Éxodo o el deben ser interpretados con los ojos del
del Génesis. En estos casos la arqueología creyente. Su valor no se limita entonces
bíblica no nos es de ninguna ayuda para a aumentar nuestros conocimientos en
poder entender los textos ya que va más arqueología ya que gracias a ellos en-
allá de sus capacidades epistemológicas. cuentra un valor para los filósofos, los te-
ólogos, antropólogos y cualquier ser
Sin embargo ya que no podemos humano que quiera encontrar posibles
hacer a priori la diferencia entre estos salidas del laberinto hermenéutico que
dos tipos de texto (los que apuntan a la representa la Biblia.
verdad y los que apuntan al sentido), el
gunta tiene un alcance más general: las sagradas escrituras leídas y comentadas, en Occidente, ¿han inclinado
la escritura griega de los filósofos o sólo están unidas a ellos teratológicamente? ¿Filosofar es descifrar en un
palimpsesto una escritura oculta? ” (Levinas, 2009, 129). Para una interpretación de la filosofía como palimp-
sesto en Levinas podremos ver el estudio de Benny Levy (Levy, 2009).
17
Escribimos aquí “un tal Pilates” sin desprecio ninguno, solo queremos marcar que la arqueología bíblica no
nos puede demostrar (ya que no entra dentro de sus competencias) que el Pilates histórico es el Pilates bíblico,
ya que si la primera nos revela su verdad, la segunda solo se ocupa de su sentido.
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